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lunes, 11 de febrero de 2013

Contradicciones. Sí, gracias.

N. S de Lourdes
Pregunta: Muy interesante, y muy raro ya que siempre las "demostraciones" [de las apariciones marianas] son limitadas, algunos creen, otros dudan, o sea que quedamos igual que siempre. Eso es lo que quiere la Virgen? (esta pregunta está motivada por el artículo "Nuestra Señora de las Rosas")

Respuesta: Normalmente las personas deseamos tenerlo todo claro, entendido y sin cabos sueltos. Si algo no entendemos, o se sale de los esquemas establecidos, ya nos desconcierta y lo vemos sospechoso. Sin hablar de si algo se contradice, o aparentemente lo hace. Las apariciones marianas no son una excepción a esto y, precisamente, yo creo que es ahí donde se muestra su autenticidad. Intentaré explicarme, y todo es opinión mía malamente expresada, espero me entiendan:

En toda la Revelación Cristiana hay una constante contradicción entre la voluntad Divina y lo que los humanos pensamos que “sería lo mejor”. Si no, miremos el Evangelio: Más de una vez Cristo pide a los apóstoles que no contasen algún milagro realizado, cuando “lo mejor” habría sido que fuera contado y más gente lo supiera. Y cuantas veces no hemos pensado nosotros como los que le gritaban en la Cruz “baja de la cruz y demuestra que eres el Hijo de Dios”. Y no es un insulto, ni un grito de burla, aunque sea irónico; más de uno de nosotros ya querría que así hubiese sido: Cristo, en medio de resplandores, ángeles y alguna que otra parafernalia (más urdida por mentes fantasiosas que por Dios), bajando de la cruz y confundiendo a sus verdugos, y luego convirtiéndolos. ¡que bien, que ejemplar! pero que poco “divino”. Es el constante tironeo del Evangelio, de la historia de la Iglesia, de la historia personal de cada uno entre fuerzas encontradas de lo que es y lo que “yo querría que hubiera sido”, o lo que “así habría estado mejor”.

Con las apariciones marianas pasa lo mismo: afortunadamente y como dices “quedamos igual que siempre”. ¡Claro que es así, quedamos a merced de la fe! La fe cristiana es un riesgo, es una aventura y las certezas son mínimas; por no decir una sola: Cristo nos ha salvado, las demás “certezas” son consecuentes de esta. Cuanto habríamos querido que en Fátima (13 de mayo), María hubiera sido vista por todos y cada uno de los milagros pedidos, hubieran sido concedidos. O que el milagro del sol hubiera sido más patente (más aún!). ¿Es que así habrían creído más? ¿O habría actuado Dios con más claridad?

La Medalla Milagrosa.
Voz silenciada por la Palabra:
Las apariciones de la Virgen de la Medalla Milagrosa (27 de noviembre), muchas veces no tenidas suficientemente en cuenta, entran también en esta dinámica de “contrarios”. Se hicieron famosas las apariciones, las medallas se repartieron a miles, las historias sobre la vidente se hacían famosas y las mismas hermanas de hábito de Santa Catalina Labouré (28 de noviembre) nunca supieron que era ella quien había recibido las apariciones, incluso las hubo decepcionadas por ser aquella hermana tan "simplona” la receptora de los mensajes. ¿Por qué? ¿Como pretende Dios propagar un mensaje acallando expresamente al mensajero?



Y el rosal no floreció:
Relacionada con N. S de Lourdes (11 de febrero) es conocidísima la anécdota en la cual el párroco de Lourdes pide a Santa Bernardette (16 de abril), que la Señora de la gruta de Massabielle hiciera florecer el rosal de la gruta, como signo de milagro. ¡Que bien hubiera sido, que bonito! Pero no pasó. Este suceso llevó a dudar hasta el final de su vida a la superiora del convento de Nevers, donde Bernardette pasó casi toda su vida. Preguntada sobre las evidencias de milagros, testimonios de primera mano, santidad de Bernardette, esta monja contestaba siempre: “pero el rosal no floreció”. Y así somos todos, incluso los que callan esta anécdota molestos con que no haya habido tal prueba. Sin embargo, esta buena mujer, pasó por alto siempre que ese mismo día sucedió algo más grande aún que lo efímero de un rosal: de la tierra reseca brotó el manantial cuyas aguas han sanado a miles de personas durante más de 150 años. 


Yo, realmente, prefiero quedarme “igual que siempre”. Por lo que conozco y lo que he comprobado, mientras una realidad divina o un simple hecho religioso tiene más necesidad de ser explicado, o es mas “claro” y evidente, tiene más posibilidad de ser más falso y tener su origen en elucubraciones de sesudos. No deseo sean tan claras las apariciones marianas, ni las aprobadas ni las otras, porque así se parecerían más a las falsas; esas llenas de mensajes apocalípticos, de castigos y amenazas, donde todo aparece probado, constatado, cronometrado.

Dejemos que el rosal florezca, pero solo si Dios quiere…

9 comentarios:

  1. Que interesantes deducciones se leen siempre en este blog. Felicidades!!!

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  2. Espectacular punto de vista, no lo había visto de esa forma. Soy muy devoto de María, en cuanto a que la amo inmensamente, pero poco dado a las apariciones, especialmente a aquellas que intentan explicarse a si mismas. Una vez más Ramón te puedo decir, que aunque no sea tu interés -como lo has dicho alguna vez- este artículo resulta muy evangelizador. Sencillez, contradicción, divino no comprendido, je je je, particularmente este, creo que si comprendiéramos como queremos dejaría de ser divino. Dios te bendice.

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    1. Gracias, Fray. Es la dinámica del Evangelio, la contradicción de siempre. Es la diferencia entre los evangelios y los evangelios apócrifos. Se nota la diferencia precisamente en eso, unos no pretenden explicar nada, los otros pretenden engrandecer y controlar todo. Y es el sino de la Iglesia también, por querer tenerlo todo atado y explicado, se ha metido en "doctrinas extrañas y complicadas", tipo limbo de los niños. Las cosas de fe no tienen que ser explicables, cuando lo son en demasía, se convierten en teoremas.

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  3. Un articulo sumamente interesante Ramón, creo que lo que dices queda en muchos casos de apariciones, aqui en México con la Virgen de Guadalupe no es diferente es una aparición muy polemica con puntos a favor y encontra pero al fin, lo que vale es la fe.

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  4. Excelente articulo!! Es que pienso tambien que somos tan exigentes e hipocritas, que aunque el Señor Jeus se hubiera bajado de la Cruz, aunque el floral de Lourdes hubiese florecido y la comunidad de Catalina Laboure la hubiera conocido por prodigios etc, y en Fatimaa se
    hubiera abierto la tierra, seguirimos sin creer. Queremos nuestros signos, no los de Dios, y si Dios nos concediera los nuestros, tampoco creeriamos. Que pobre de fe
    me siento, SeÑor, pero aumentala. Dios te bendiga! Miguel desde Panama.

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  5. Muy interesante la cuestión, que creo que puede plantearse así:"si Dios quiere ser conocido y amado de nosotros, por qué no se nos manifiesta claramente de una vez a todos?". Y la mejor respuesta que he leído es esta, por cierto clásica en el Magisterio de la Iglesia, si no me equivoco:"Dios se nos revela de un modo velado, según nuestra mayor o menor fe, para que si le reconocemos, lo hagamos con mérito, con el concurso de nuestra libre voluntad, de modo que se le pueda reconocer o se le pueda rechazar libremente". Y es que Dios crea al hombre libre, y es la libertad la que impide que Dios se nos manifieste abiertamente a todos y cada uno de tal modo que fuera imposible negar su existencia. De todos modos, también recordemos que Dios da la fe a quien se la pide con humildad. ¿Y no tenemos bastante con Lourdes (en internet se pueden ver muchos testimonios, incluso en video, de personas curadas allí milagrosamente), Fátima, los prodigios hallados en la Sábana Santa, la imagen de la Virgen de Guadalupe, la sangre de San Pancracio y la de San Pantaleón, etc, etc...?

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