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jueves, 25 de julio de 2013

Beato José Cecilio de Santa María, carmelita mártir

Beato José Cecilio de Santa María, religioso carmelita mártir.


Dibujo hecho a partir de declaraciones
de personas que le conocieron
Nació en Benicarló (Castellón) el 7 de febrero de 1865 a las 10 de la mañana [1]. Fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé del mismo lugar y Provincia, Diócesis de Tortosa, a las 10 de la mañana del día siguiente, ocho de febrero, por el pbro. Tomás Llarach. Era hijo legítimo de Vicente Alberich y Manuela Lluch, ambos de la misma villa.
Disponemos de pocos datos sobre sus primeros años de vida. Una nota biográfica descubierta entre los papeles y apuntes del P. Daniel de J. M., que se encargó durante un tiempo de preparar datos sobre los mártires carmelitas de Aragón y Valencia, nos dice que el Hno. José Cecilio, que como cualquier joven normal de su tiempo, se preparaba para el matrimonio en su ciudad. Pero sintiendo la llamada del señor a la Vida Religiosa y descubriendo la oposición normar de su familia para que diese el paso, que juzgaba inmaduro, se descolgó un día por la ventana de su casa, marchó al Desierto de las Palmas y solicitó el ingreso en la Orden y entre los Carmelitas vivió y murió. Eso ocurrió cuando había cumplido los 24 años de edad.

En el Monasterio fue admitido a la vida comunitaria el 17 de febrero de 1889. Transcurridos dos meses de experiencia o postulantado, el 17 de abril del mismo año, y presentados los documentos-testimoniales del obispado de Tortosa, Diócesis a la que pertenecía, se le admitió y recibió el hábito de carmelita Descalzo. Según costumbre de la orden asumió en ese momento el nombre de José Cecilio de Santa María. Al cumplir el tiempo estimado por las Leyes de la orden emitió sus votos al Señor por medio de la Profesión simple: Desierto de las palmas, 2 de abril de 1894. Destinado por los superiores a la isla de Cuba el 16 de enero de 1898 hizo allí su Profesión Solemne.

De regreso a España comprobamos que Fr. José Cecilio fue conventual de Barcelona en los años 1899-1900. Sirviéndonos de las referencias que nos ofrecen los libros oficiales de los conventos que no fueron destruidos durante la persecución de los años 1936-39, donde constan las residencias de los religiosos durante los primeros años del siglo XX, podemos añadir más datos sobre los destinos que tuvo. Los superiores de la Provincia, conocedores de sus cualidades humanas y religiosas, le nombraron "Limosnero Provincial”, para conseguir alimentos y limosnas para el mantenimiento de los seminarios Menores de la Orden en esos tiempos. 

Salvo en raros casos podemos recorrer su vida por los lugares dedicados a casas de formación para aspirantes al hábito. Así vemos que en 1904-05 fue conventual de San Clemente (Cuenca). 1906- 09; 1911-12, Caravaca (Murcia); 1914 Burriana; 1928, Valencia; 1929-36 San Clemente (Cuenca). Estas fechas coinciden con los lugares donde funcionaban los colegios de aspirantes de la provincia de Aragón y Valencia. De hecho, los Padres Definidores concedieron a nuestro Hermano el oficio de "Limosnero de la Provincia”.

El P. José María Pelechá ocd, testigo de estos hechos, declara "vímosle volver desde los pueblos andando muchas veces desde Sisante a San Clemente por no hacer gastos en el autobús. Llevaba siempre el rosario en la mano". El 13 de septiembre de 1927 un Decreto de la Sgda. Congregación de Religiosos, a súplica de los superiores mayores OCD, se digna conceder que los Hermanos Donados profesos solemnes de nuestra Orden usen capilla del color del hábito y capa blanca carmelitana. Nuestro hermano José Cecilio fue uno de los religiosos que más lo desearon y trabajaron con súplicas a Roma para hacer posible esta realidad. Los que le conocieron dicen de él que era de carácter bondadoso y afable. Un biógrafo suyo marca su modo de ser como "persona de carácter expansivo, espontáneo, sereno, pronto para favorecer a los demás”. Esa condición de bueno, educado y formado movió a los superiores a pedirle tareas delicadas en la orden. Es el caso de "Limosnero" anotado anteriormente. Cuando recorría los pueblos para pedir donativos los sacerdotes le suplicaban conseguir licencias, entonces reservadas a la Orden, para que ellos pudieran imponer escapularios del Carmen con autorización de Roma.

Nuestro buen Hno. José Cecilio tuvo la dicha de haber sido conocido y tratado por el que después sería Rector de la universidad de Valencia, D. José Corts Grau, que era también terciario carmelita. y le dedicó unas líneas en su honor. Tengo el gusto de presentar algunas palabras que él le dedicó. Dice: "Porque las cosas de los bienaventurados tienen actualidad eterna, reitero hoy el recuerdo de aquel Hermano que era mi huésped en casa. El Hno. Cecilio habla de la Virgen y me caen lágrimas de ternura, de una ternura filial. Habla de N. M. Sta. Ieresa y todo él se yergue como una exclamación, de los que salvaron su vida merced al santo Escapulario... Yo le estoy viendo en la cueva de Belén trocando el hábito blanco por el pellico...con su tarro de miel....para aquel Niño que es el hijo de Dios... Mi tía Luisa le ruega que cante aquella canción de cuna al Niño Jesús que nos cantaba ya el año pasado..."

Entre los papeles del Hno. José Cecilio han aparecido algunos fragmentos musicales que él copiaba firmaba y cantaba en las celebraciones eucarísticas. En Benicasim lo confirmaron varios testigos.


Últimos días del Hno José Cecilio. 
Desde San Clemente [expulsados los religiosos del convento, relato que merece artículo aparte por los desmanes y ejemplos de los religiosos que pueden leerse] se trasladó a su ciudad de Benicarló. No tenemos certeza si llegó a visitar la ciudad y familia. Sí sabemos que tomó un tren hasta Vinaroz y allí lo apresaron y metieron en la cárcel. El 5 o 6 de agosto del 36 lo llevaron al barco prisión 'Río Segre" que estaba anclado en el Puerto de Tarragona. Allí se juntó con el carmelita P. Santiago, paisano y testigo suyo que da este informe, aunque no fue martirizado. También coincidió con otros Carmelitas de Tarragona que fueron compañeros de prisión y de martirio. Los religiosos carmelitas presos en el Barco, hicieron la renovación de su profesión religiosa el día de la Exaltación de la Sma. Cruz, como manda el ritual de nuestra Orden.

Varias personas allegadas a los carmelitas les proveían de alimentos y ropa durante su permanencia como presos en el Barco. Allí permaneció cautivo, junto a ese grupo, unido en las penas y fatigas, hasta el 11 de noviembre de 1936, cuando él y otros presos fueron asesinados en las tapias del cementerio de Torredembarra. Unos 20 asesinados recibieron sepultura en el mismo lugar.

El 14 de noviembre de 1941 fueron exhumados los cadáveres para trasladarlos a sus antiguos lugares de residencia. Los Carmelitas catalanes a Tarragona y el Hno. José Cecilio al Desierto de las Palmas. Los restos de este, en manos del mismo prior P. Clemente de la Virgen de Lidón. A nuestro Hermano Dios lo quiso para el martirio. No murió sólo. Lo hizo en compañía de otros carmelitas en Torredembarra. Dios ha querido que sea glorificado con ellos. Su Beatificación, se llevó a cabo el 13 de octubre de 2013 en la Catedral de Tarragona.


[1] He tomado el texto íntegro del libro "Mártires Carmelitas Descalzos ocd. Provincia de Aragón y Valencia. Años 1936-1939", del P. José León Santiago, al que tengo el gusto de conocer.

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