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miércoles, 27 de julio de 2016

Luz desde la celda.

Beato Tito Bransdma, presbítero carmelita y mártir. 27 de julio.

Anno Sjoerd nació el 23 de febrero de 1881 en Bolsward, Holanda, en una familia profundamente católica. Desde su niñez sintió la vocación religiosa, se educó con los franciscanos pero ingresó en los carmelitas de la Antigua Observancia, tomando el hábito el día de San Alberto de Jerusalén (17 de septiembre) de 1898, y recibiendo el nombre de Tito. Profesó sus primeros votos al año siguiente, el 3 de octubre. Desde el noviciado Tito mostró un gran celo por la historia, las tradiciones y sobre todo por la mística carmelitana. Tenía vocación de escritor y de investigador y ambas facetas las puso al servicio de la fe y la Orden. Estudió en los conventos de Sendereen, Boxmeer y Oss, donde dejó gratos recuerdos por su aplicación y luces. El 17 de junio de 1905 fue ordenado sacerdote y en 1906 fue a Roma para doctorarse en Filosofía, lo cual logró en 1909, con 28 años. Fue un ferviente defensor de la prensa católica y del uso de esta como importante medio de evangelización. Fundó la revista "Van Neerlands Carmel" y dirigió desde 1912 la revista "Carmerozen", y además, fue redactor jefe del periódico "De Stat Oss".

Fue uno de los fundadores de la Universidad Católica de Nimega, donde fungió como profesor de Filosofía e Fistoria de la Mística en 1923. Más tarde sería elegido Rector Magnífico de dicha Universidad. Fue un gran conocedor de la obra de Santa Teresa de Jesús (15 de octubre y 26 de agosto, la Trasverberación), cuyas obras tradujo con gran acierto al holandés, dando un gran impulso al conocimiento de la santa incluso entre religiosos y religiosas. También investigó sobre la mística flamenca de varios siglos, logrando reunir un corpus de obras místicas y doctrinales de gran calado y de imprescindible consulta para todo aquel que quiera acercarse a estos místicos. El actual "Instituto Tito Brandsma" de Nimega, dedicado al estudio de la mística, tiene su origen en la obra de nuestro beato. En 1925 fundó la Unión de Escuelas Católicas, siendo su presidente hasta incluso estando preso y ser martirizado. En 1935 es nombrado consejero eclesiástico de la Asociación de Periodistas Católicos de Holanda.

Pero el P. Tito fue ante todo un religioso carmelita. No olvidó la sencillez, la humildad y la vida interior tan preciosa al Carmelo. Celebraba la misa con gran devoción, predicaba, daba retiros, visitaba enfermos, etc. En la comunidad era un religioso más, y nunca se permitía faltar a los actos comunitarios, como Capítulos o al coro. Si tenía que ayudar en la cocina o limpiar suelos, lo hacía con naturalidad, como un religioso más, a pesar de dirigir la Universidad. Su amor a la verdad era doble, si puede ser, como cristiano y como periodista. Por ello cuando en 1940, los nazis invaden Holanda, el P. Tito no calló ante los desmanes nazis, denunciando el peligro antropológico, político y religioso que significaba el nazismo. Fue ardiente defensor de la libertad de los judíos y de otros grupos étnicos y sociales. También se enfrentó a los nazis cuando estos exigieron que los judíos fueran expulsados de las escuelas católicas, únicas ya donde podían estudiar en paz. Y, sobre todo, se negó a prostituir su amada prensa católica con propaganda nacionalsocialista.

Por todo ello, el 19 de enero de 1942 fue arrestado en el convento de Nimega y trasladado a la cárcel de Scheveningen, donde continuó su labor de escritor, haciendo una apología de su inocencia. Allí escribió el 12 de febrero de 1942:
Cuando te miro, mi buen Jesús, advierto
en Ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo - bien lo sé - produce
sufrimiento y exigen gran coraje;
mas tu gloria, en este duro viaje,
solo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente;
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena 
y me une a Ti, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura
porque a Ti me asemejan, redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra;
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia;
que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia.             


Como no le reducían, le llevaron a la cárcel de Amersfoort, donde le encomendaron trabajos forzados, sin cesar de torturarle. Pero su fe y su ciencia eran inquebrantables. Padeció numerosas enfermedades, entre ellas la disentería, que le llevó a la enfermería de la prisión, donde se agenció para organizar tertulias literarias y encuentros religiosos con los demás presos. Era su ángel, su consuelo, un respiro que Dios les enviaba. A mitad de año le trasladaron al terrible campo de Dachau, luego de brutales interrogatorios. Antes de llegar estuvo en la prisión de Kleve, donde sufrió una auténtica agonía del alma o "noche del espíritu", en la que vivió atormentado sobre cuál sería la voluntad de Dios, si acaso obraba correctamente o le movía la soberbia o la fe. Llegado a Dachau, fue destinado igualmente a trabajos forzados, que terminaron agotándolo. En la enfermería, a la que enviaron desahuciado, su agonía aumentó, pues fue sometido a experimentos médicos. En su caso fue el de producir flemones artificiales, con todo el dolor que conllevaban. Cuando se les hizo inservible, los nazis ordenaron que fuera asesinado con una inyección de ácido fénico, el 26 de julio de 1942. Su santo cuerpo fue incinerado y los restos fueron arrojados a una fosa común.

La enfermera que aplicó la inyección declaró posteriormente en el el proceso de beatificación. Ella le había confesado que se había educado como católica, pero había abandonado la fe. El P. Tito le dio su rosario y le pidió rezara con él. Al responderle que había olvidado las oraciones, el buen carmelita sonrió y le replicó: "de todos modos podrías decir las palabras 'ruega por nosotros pecadores'". El 3 de noviembre de 1985, el papa Juan Pablo II le beatificó. El Decreto de Beatificación expone: 
"De pequeña y grácil estatura y de salud siempre delicada, supo combinar una intensa vida interior y una gran solicitud por todas las formas modernas de apostolado: misiones, unión de las Iglesias, escuelas y educación católicas, medios de comunicación social (…) De carácter apacible pero firme, destacaba por su fe viva, por su inmensa confianza en Dios y por su exquisita caridad, especialmente para con los pobres, por lo que muchos, ya antes de su martirio, le tenían por santo (…) Pasó sus últimos meses en cárceles y campos de concentración dando a todos ejemplo de una fe inquebrantable, de fortaleza de ánimo, de paciencia y de exquisita caridad. Perdonó a sus enemigos y rezaba por ellos."




Algunas frases suyas nos han quedado como testimonio de su integridad cristiana y su amor al Carmelo.

"La espiritualidad del Carmelo, que es vida de oración y de tierna devoción a María, me llevaron a la feliz decisión de abrazar esta vida. El espíritu del Carmelo me ha fascinado".

"La contemplación de Dios será el objeto de nuestra felicidad en el cielo, de la cual debemos sentir la anticipación en esta tierra. Debemos gustar de leer mucho de Dios, así como de oír hablar de él. Debe ser Dios objeto frecuente de nuestras meditaciones y contemplaciones. Hablar de Dios frecuentemente".

"Nunca dejemos de mirar a María, para ver y admirar como Dios la transformó, a qué gloria la encumbró. ¡Cuántas y qué gracias quiere darnos Ella, a qué gloria nos queire elevar! ¡Bienaventurados han de llamarnos todas las generaciones!"

"La imitación de San Elías y la devoción a la Santísima Virgen ha sido siempre desde los orígenes los dos elementos específicos de la espiritualidad del Carmelo. Siempre se ha inculcado a los carmelitas el deber de imitar estos dos modelos: Elías y María. Hijos de Elías y hermanos de María. Y es también de aquí de donde nace para el Carmelo su orientación mística".



En 2005 la ciudad de Nimega le eligió como su más honorable habitante a través del tiempo.



Fuente:
-"Camino del cielo. Pensamientos espirituales del beato Tito Brandsma". P. RAFAEL MARÍA MELÚS. Onda  


A 27 de julio además se celebra a  
San Aurelio y compañeros mártires.
San Pantaleón, mártir.

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