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domingo, 22 de abril de 2018

"si muero por tus torturas alcanzaré una vida eterna"

San Epipodio de Lyon, mártir. 22 de abril.

Este santo está relacionado con San Alejandro de Lyon (24 de abril) pues su "passio" les quiere siendo amigos.

En 177 estalló una severa persecución en Lyon, en la cual padecieron Santa Blandina y numerosos mártires (2 de junio). Ambos amigos hallaron refugio en casa de una prominente viuda lionesa, la cual les tuvo escondidos durante un tiempo, pero finalmente fueron descubiertos, retenidos durante tres días y llevados a juicio. El proceso fue público y tenemos unas Actas, aunque tardías, son confiables en el fondo. A ambos se les interrogó, hasta el momento en que, viendo el juez que uno a otro se animaban, les mandó separar.

A Epidopio le dijo el juez: "Sería una vergüenza para un joven tan bello como tú se perdiera por un ideal tan inútil. Mira a tu alrededor; ¡cuántas generaciones el mundo entero no ha venerado a los mismos dioses, desde las almas más simples hasta los emperadores hasta ahora! Además, a nuestros dioses les encanta la alegría: prefieren ser adorados desde una mesa bien dispuesta, en medio de juegos, bailes, música, bebidas y juegos públicos. Compara eso con tu aburrida y sombría religión, en la que adoran a un hombre que ha sido muerto en la cruz, cuyo mayor placer parece ser el sufrimiento, y que prefiere ser honrado por personas que han estado demacradas por el ayuno. Sin mencionar esta penosa e infértil virginidad. Pero sobre todo: ¡piensa cuánto apoyo puedes esperar de un dios que ni siquiera ha logrado evitar un simple ataque a su propia vida! Te digo todo esto para que abras tus ojos a las verdaderas bendiciones de la vida".

Epipodio le respondió: "Tus amables palabras no son más que mortal veneno. Tu compasión es una verdadera crueldad. Para mí, la vida que me ofreces equivale a la muerte eterna. Y la muerte que me amenaza es la transición a la vida real. Y el Jesús que, según tú, sólo murió en la cruz: ¿sabes también que resucitó de entre los muertos y que ascendió al cielo, y se puso en camino al gozo inmortal para que todos le siguieran? Por eso intentaré bajar a tu nivel y hablar tu idioma. Porque las tinieblas en las que vives no serán tan densas y podrás ver que cada ser humano está formado por un alma y un cuerpo. Nosotros creemos que el alma impone su voluntad al cuerpo. Los dioses de los que hablas no son más que lo que llevas en tu vientre, ahí es donde tienes lo mejor que les sacrificas. Yo, si embargo, si muero por tus torturas, dejaré una vida de dolor para alcanzar una vida eterna donde ningún dolor o muerte pueda volver".

Entonces el juez, aun admirando la valentía de Epipodio, mandó le rompieran la boca por blasfemar contra los dioses. Pero aún con la boca ensangrentada y llena de dolor, el santo mártir confesaba al Padre, el Hijo y al Espíritu Santo. Luego fue condenado a que le desgarraran los costados con garfios de hierro, mas Epipodio no cejaba. Entonces la multitud comenzó a pedir su final, pues nada parecía hacerle apostatar. Temeroso de un motín, el juez mandó fuera decapitado en el acto. Fue el 22 de abril del año 177.

El cuerpo del santo, y el de Alejandro, fue sepultado en una cueva, que luego sería sitio de peregrinación. Ciertamente el culto a ambos es antiquísimo en la iglesia lionesa, que venera sus reliquias aún. Entre ellas, venera una sandalia que habría sido de nuestro Epipodio, y que habría perdido en casa de la viuda al ser arrestado. Una leyenda muy posterior al martirio del santo dice que, estando un joven lionés muy enfermo, se le apareció San Epipodio indicándole que debía contactar a dicha viuda y tocar su sandalia, por medio de la cual se sanaría. El joven buscó a la mujer, que quedó sorprendida, pues aunque ella misma había aplicado el zapato del santo a algunos enfermos, siempre lo había tenido en secreto. El joven tocó el objeto y al punto quedó sano. Pero es una leyenda medieval, pues San Gregorio Turolense (17 de noviembre) en el siglo VI menciona el fuerte culto a estos santos, detalla sus sepulcros junto al de San Ireneo (28 de junio) y habla de lo portentoso de sus reliquias, mas no menciona para nada tal sandalia.



Fuente:
-"Acta Sanctorum". Tomo XV. Bélgica, 1648.
-"Historia Eclesiástica. Libro V, I". EUSEBIO. Traducción de George Grayling. Barcelona 2008.
-"Los mártires o el triunfo de la religión cristiana". François-René Chateaubriand. Madrid, 1856.


A 22 de abril además se celebra a:

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