San Conrado de Parzham, religioso capuchino. 21 de abril.
Nació el 22 de diciembre de 1818 en Venushof, en una familia medianamente acomodada. A los 16 años quedó huérfano y tuvo que asumir labores del campo.
Durante su juventud acrecentó sus virtudes, siendo un chico piadoso, humilde y caritativo. Tuvo que aplazar su vocación a la vida religiosa a causa de la obligación para con sus hermanos. Cuando tenía 31 años y luego de un proceso no fácil, le admitieron en los Capuchinos, como Hermano lego. Profesó el 4 de octubre de 1852. Su primer, y último, destino fue la portería del bello santuario de Santa María de Altötting (15 de agosto). Allí, en aquella portería el Hermano Conrado se santificó y ayudó a la santificación de miles de personas. Consejos, oraciones, ánimos, exhortaciones, caridad. Vivía del todo para todos. Siempre con el crucifijo en el corazón y en los labios, decía: "La Cruz es mi libro. Una mirada a ella me enseña cómo debo actuar en cada circunstancia".
Fue también devotísimo de la Madre de Dios, con quien sostenía encendidas conversaciones, y a quien encomendaba a todos los que le pedían oraciones. A ella les enviaba siempre a pedir gracias y a ella les enviaba a dar gracias cuando se obtenían milagros. Tuvo Conrado los dones de profecía y conciencias. Fue propagado y colaborador de la obra "Liebesswerk", para el socorro de los niños abandonados.
43 años estuvo el Hermano Conrado en su portería, como un ángel para los peregrinos, hasta el 18 de abril de 1894, cuando se sintió enfermo y pidió ser relevado en la portería hasta recobrar fuerzas. Pero esa misma tarde ya supo que no volvería allí. Dijo al superior después de Vísperas: "Padre, ya no puedo más". En la enfermería pasó sus últimos días, agotado, pero sin dejar de sostener y besar su crucifijo y su rosario. El 21 de abril recibió el Viático, y aún en agonía, intentó ir a la portería cuando oyó sonar la campanilla varias veces: no podía pensar que no hubiera nadie para atender a los fieles.
Ese mismo día entró al cielo, apaciblemente, a los 76 años de edad. Sus funerales fueron muy concurridos, lo mismo que su sepultura, alcanzándose numerosos milagros por su intercesión. Fue beatificado el 15 de junio de 1930 y canonizado el 20 de mayo de 1934.
Fuente:
-www.franciscanos.net
A 21 de abril además se celebra a:
Nació el 22 de diciembre de 1818 en Venushof, en una familia medianamente acomodada. A los 16 años quedó huérfano y tuvo que asumir labores del campo.
Durante su juventud acrecentó sus virtudes, siendo un chico piadoso, humilde y caritativo. Tuvo que aplazar su vocación a la vida religiosa a causa de la obligación para con sus hermanos. Cuando tenía 31 años y luego de un proceso no fácil, le admitieron en los Capuchinos, como Hermano lego. Profesó el 4 de octubre de 1852. Su primer, y último, destino fue la portería del bello santuario de Santa María de Altötting (15 de agosto). Allí, en aquella portería el Hermano Conrado se santificó y ayudó a la santificación de miles de personas. Consejos, oraciones, ánimos, exhortaciones, caridad. Vivía del todo para todos. Siempre con el crucifijo en el corazón y en los labios, decía: "La Cruz es mi libro. Una mirada a ella me enseña cómo debo actuar en cada circunstancia".
Fue también devotísimo de la Madre de Dios, con quien sostenía encendidas conversaciones, y a quien encomendaba a todos los que le pedían oraciones. A ella les enviaba siempre a pedir gracias y a ella les enviaba a dar gracias cuando se obtenían milagros. Tuvo Conrado los dones de profecía y conciencias. Fue propagado y colaborador de la obra "Liebesswerk", para el socorro de los niños abandonados.
43 años estuvo el Hermano Conrado en su portería, como un ángel para los peregrinos, hasta el 18 de abril de 1894, cuando se sintió enfermo y pidió ser relevado en la portería hasta recobrar fuerzas. Pero esa misma tarde ya supo que no volvería allí. Dijo al superior después de Vísperas: "Padre, ya no puedo más". En la enfermería pasó sus últimos días, agotado, pero sin dejar de sostener y besar su crucifijo y su rosario. El 21 de abril recibió el Viático, y aún en agonía, intentó ir a la portería cuando oyó sonar la campanilla varias veces: no podía pensar que no hubiera nadie para atender a los fieles.
Ese mismo día entró al cielo, apaciblemente, a los 76 años de edad. Sus funerales fueron muy concurridos, lo mismo que su sepultura, alcanzándose numerosos milagros por su intercesión. Fue beatificado el 15 de junio de 1930 y canonizado el 20 de mayo de 1934.
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-www.franciscanos.net
A 21 de abril además se celebra a:
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