Pregunta: Hola.
Veo que hay muchos santos patronos para muchas cosas y mi interrogante
es: ¿Quien los elige? ¿Como un santo llega a ser patrón de algo o
alguien? Argentina.
Respuesta: La pregunta se las trae... Vamos ver que sacamos en conclusión. Mira, el oficio de "patronos"
de los santos se funda en que son hermanos "mayores" en la fe, que ya
gozan de la presencia Divina, por tanto, conocen nuestras necesidades,
enfermedades, problemas y afanes y por ello nos ayudan, porque saben que
es lo mejor para nosotros. Unas pautas iniciales:
1. Los
patronatos generalmente están asociados a alguna necesidad o situación
difícil. Nadie busca patronos en una fiesta o en una graduación
universitaria; o sea que "nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena".
2. Algunos patronatos son tan sacados "por los pelos" que es difícil hallar el por qué.
3. También es muy frecuente que algún patronato sea sólo en un sitio, o una diócesis.
4. Otros han sido simplemente porque había que escoger uno y se puso el del nombre de quien pagase el altar o el templo.
5. Los hay que han sido elegidos por sorteo, con papeletas con varios nombres escritos.
6. Para
una necesidad puede haber muchísimos santos o, por el contrario, que el
mismo santo sea patrono de varias personas, oficios, o males.
¿PERO QUE ES UN SANTO PATRÓN?
Pues básicamente, un patrón es aquello que sirve de modelo a alguien, como, por ejemplo, los patrones de costura, que sirven para cortar piezas de tela idénticas al original. En el caso de los santos, además de servir de modelos de imitación de Cristo (que es lo más importante), el santo adquiere una capacidad protectora sobre los que le invocan. Como enseña la Iglesia:
"Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad (…) no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra. Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad". (Lumen Gentium 49).
Es decir, la intercesión de los santos no es algo ajeno a la vida cristiana, nacido del miedo o la incapacidad de solución de problemas, sino que es una consecuencia de la redención alcanzada por Cristo, que no se limita a esta vida terrena. El vínculo de la caridad entre los hermanos de fe, trasciende esta vida y se perfecciona en la vida celestial, donde aquellos que han alcanzado la gloria, los santos, oran y alcanzan de Dios gracias para los que vivimos en aún en este mundo. Lamentablemente, este renacer de la devoción y el patronazgo de los santos no está exento de errores o supersticiones, estos sí motivados por el miedo o la desesperanza: Santos castigadores, o que necesitan tal o cual ofrenda, o que son celosos si se invoca a otros santos. Siglos de relación entre los de la tierra y los del cielo no han depurado esta misma relación, que, siendo sinceros, nunca ha sido purificada totalmente, sino que, al contrario, parece cada vez más enriquecida (o enrarecida en ocasiones) con elementos procedentes de otros cultos.
Si bien la intercesión de los santos es universal, de todos los tiempos y sin restricciones, los que peregrinamos en este mundo hemos tenido la necesidad, casi desde siempre, de clasificar los santos en “especialidades”, y esto, más que responder a una realidad espiritual, responde a nuestra mentalidad catalogadora, organizadora. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que los patronatos de los santos ni son estrictos, ni exclusivos ni excluyentes, ni inmutables. Un santo puede ser patrono de varias enfermedades u oficios, a la par que una enfermedad u oficio puede tener varios santos patronos, según las épocas, los lugares y las necesidades puntuales de los fieles. No se pelean los santos por proteger una jurisdicción, ni por ser invocados en situaciones diferentes a las asignadas en los patronatos. Es mucho más simple: El patronato es una relación de confianza entre el devoto y el santo en cuestión, siempre basado en el poder de intercesión, que brota de Cristo, Único y Verdadero Mediador.
¿CÓMO SE ELIGE UN SANTO PATRÓN?
Esta, junto a la anterior pregunta, es una de las que más se repiten en mi blog, y es elemental para entender sin rigorismos, ni escrúpulos, ni supersticiones, el tema de los patronatos. Los dividiré en dos grupos para explicarme mejor: patronos personales, y patronos colectivos:
I. SANTOS PATRONOS PERSONALES:
Pues son aquellos que nosotros elegimos por devoción particular. Hay que insistir (los lectores del blog saben cuánto lo hago) en el hecho de que en esto no hay un determinismo celestial, sino que depende de la voluntad humana elegir este u otro patrón. A lo sumo, podemos pedir a Dios nos inspire a elegir un patrón que realmente nos sirva como modelo y protector. O sea, que por llamarnos Atilano (p.ej.) no ha de ser San Atilano obligatoriamente nuestro patrón, como si fuera algo impuesto ante lo cual no se puede optar a otra cosa. Igualmente, si nacimos el 4 de febrero, no nos ha “tocado” San Teófilo el Penitente, como si de una lotería patronal se tratara. No es una losa sobre la cabeza este asunto de los patronatos.
Mucho menos hay que creer, ni por asomo, que elegir un santo patrón pondrá celoso y provocará castigos por parte del santo que “nos ha tocado”, sobre todo porque, insisto, no nos ha tocado ninguno. ¿Qué en un pasado, el día de nacimiento, nombre que nos ponían y santo patrón iban inexorablemente unidos? Pues sí, pero esto es solo una costumbre y no una realidad espiritual, ni una enseñanza oficial de la Iglesia. Aunque en el bautismo se impusiera un nombre cristiano para que dicho santo sirviera de patrón, no fue, ni era algo que obligara. Así que, con toda libertad se puede elegir un santo patrón. Uno o varios. Imitarles, amarles y tenerles presentes. Repito, con toda libertad. Lo perfecto sería conocer cada día más de los santos, imitar sus ejemplos, y podemos estar seguros que el Espíritu Santo nos inspirará que santo, o santos, podemos elegir.
II. SANTOS PATRONOS COLECTIVOS:
Pues estos serían aquellos que sí que “nos han tocado”, por nuestra situación personal; por ejemplo: pobreza, dolencia o enfermedad, estado de vida, situación laboral o profesional, etc. Y en esta elección, me detendré un poco, exponiendo tres ejemplos: Santos patronos populares; santos elegidos de forma oficial y que la Iglesia sanciona; y santos que la misma autoridad de la Iglesia propone como patronos a los fieles, sin que medie una petición específica ni un clamor popular.
1. SANTOS POPULARES:
Estos serían los santos que la devoción local determinó, y determina, que serían patronos por algún motivo: iconográfico, martirial, que hayan vivido en la zona, etc. Ejemplos claros son, entre otros, Santa Lucía, patrona de la vista, o San Eloy, de los joyeros. ¿Cuándo, dónde y cómo se originaron estos patronatos? No sabemos. Lo más que podemos determinar son los por qué. Y para eso está hecho mi libro, para enumerar patronatos y su causa.
2. SANTOS PATRONOS ELEGIDOS OFICIALMENTE:
Estos serían santos venerados en algún sitio y que los fieles desean celebrar de modo especial, con todas las normas litúrgicas de la Iglesia, haciéndolo oficial. Lo normal es que ya tengan esa veneración popular previa que los considere especiales patronos y se desee ratificarlo. Un ejemplo, serían los patronos y copatronos de los pueblos, de los que se suele pedir a la autoridad eclesiástica local o universal de la Iglesia que ratifique dicho patronato. Por ejemplo, la Virgen de la Caridad fue proclamada oficialmente como Patrona de Cuba por Benedicto XV, a petición de los Veteranos de la Guerra de Cuba.
3. SANTOS PATRONOS PROPUESTOS POR LA IGLESIA:
Estos últimos, que son lo menos, por la libertad en elegir que antes se apuntaba, son aquellos que la Iglesia, proveyendo a los fieles, propone sean tenidos en cuenta de modo oficial como patronos ante males, de obras o lugares. Un ejemplo sería la proclamación de Santo Tomás Moro como patrono de gobernantes y políticos, el 31 de octubre de 2000. O el último caso que hemos visto, que ha sido la proclamación de tres santas mujeres como patronas de Europa: Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Santa Catalina de Siena y Santa Brígida de Suecia por medio de la Carta Apostólica “Spes aedificandi” de San Juan Pablo II, del 1 de octubre de 1999.
Visto
esto, veamos porque se han elegido algunos patronos, cosa esta que casi
siempre es tradicional y popular, pues muchísimos ni son confirmados
oficialmente por la Iglesia, aunque los reconozca y promueva. En otros
casos, sí hay una confirmación oficial e incluso la misma Iglesia es
quien los propone. Vamos a ello con unos pocos ejemplos, que hay que tomarse escépticos, pero también con una sonrisa:
I. Por un pasaje de su vida:
Tormentas: Santa Bárbara (un rayo mató a su padre); San Ursmars de Lobben (envió una tormenta sobre Lobben cuando los magiares pretendían saquearla); San Urbano I (detuvo una que amenazaba Roma).
Dolor de oídos y sordera: San Mériadec de Vannes (sanó a una sorda, poniendole unacampana sobre la cabeza. Si se le ocurrió golpearla, ya sería milagro no dejarla más sorda). 7 de junio.
Males de garganta: Santa Lucía (murió degollada); Santa Godeleva de Gistel (por ser estrangulada con una tela); San Blas (salvó a un niño con una espina atravesada)
Paragueros: San Medardo de Noyon (permaneció bajo la lluvia sin mojarse porque un águila lo protegía, incluso antiguamente los paragueros llamaban a su primer hijo así, para augurarse buen negocio)
Patinadores: Santa Lidwina (patinando en el hielo sufrió una grave caída que le dejó por siempre enferma)
Sirvientas: Santa Zita (lo fue)
Perfumistas: Santa María Magdalena (por la unción a Cristo)
Lactantes: San Guenalio (hizo
que del pecho de su madre surgiera un tercer seno para poder mamar
también él, porque era trillizo. Esto es lo más del santoral, lo juro)
Insomnio: San Desiderio, o Didier, de Autun (sus sermones eran soporíferos)
Heladas: Santa Humildad de Faenza (derritió la nieve donde un niño había sido sepultado y lo resucitó)
Funerarios: San José de Arimatea (preparó el entierro del Señor).
Traductores y estudiantes de Idiomas: Santa Lutgarda de Tongeren (se comunicaba en francés sin jamás haberlo estudiado ni oído) y San Jerónimo (acometió la gran empresa de traducir la Biblia de sus lenguas naturales al latín).
Retraso mental: San Menou de Quimper (protegió a un retrasado del que todos se burlaban. Aún en su tumba se mete la cabeza de los niños recién nacidos para protegerles).
II. Por alegorías
Viticultores: San Vito (porque se les pareció el nombre)
Contra los volcanes: San Jenaro (porque en Nápoles se le venera así, frente al peligro del Vesubio se ha ido extendiendo este patronato a otros sitios)
Turistas: San Francisco Javier (por sus largos viajes, y no de turismo, por cierto)
Migraña: Santa Emicrania (lo mismo, el nombre les sonó a migraña. Por cierto, esta también va contra los forúnculos, pero que me maten si sé por qué)
Madres que lactan: San Mamerto de Vienne (sí, eso mismo, por su nombre parecido a "mama")
Asuntos financieros: Santa Corona (por su nombre "moneda")
Marineros: San Erasmo (sus imágenes llevan las tripas enrolladas en un palo, lo que confundió a muchos, pensando era una jarcia de barco)
Mecanógrafas: Santa Tecla (por lo mismo, el nombrecito)
Partos: Santa Margarita de Antioquía (en sus imágenes sale de un dragón que se la tragó!, y nació la comparación con los partos)
Buena cosecha: Santa Petronila (simplemente por ser su día el 31 de mayo, fin oficial de muchas cosechas)
Fabricantes de pañuelos: Santa Etheldreda de Ely (el día de su fiesta era de mercado y se vendían pañuelos tocados a su cuerpo).
III. Por milagros realizado después de su muerte.
Sordera: San Gangulfo de Varennes (después de su martirio, su esposa, que era sorda, todos los viernes oía su voz cantando. Debería ser patrón también de los locos, por si acaso, digo yo)
Vista: Santa Maxellendis (sanó, luego de arrepentirse al que la había asesinado, que antes había quedado ciego)
Perjurio: San Maximino de Trier (uno que acusó falsamente a un sacerdote delante de la tumba del santo, cayó muerto)
Dolor de muelas: San Medardo de Noyon (por
los milagrosos palillos de dientes que se hicieron con madera de su
antigua capilla. Hay gente para todo, mira que convertir una iglesia en
mondadientes!)
Dolor de cabeza: San Vougay de Bretaña (sanaban los que ponian la cabeza en la roca que el santo usaba de almohada)
Reuma: San Erkenbod de Sithiu (las madres pasan por su tumba los zapatos de los niños antes de estrenarlos)
Ahogamientos: San Mauricio de Carnoët (seis años después de su muerte salvó cinco niños de ahogarse).
IV. Por el martirio que padecieron:
Calvicie: Santa Fausta (le raparon la cabeza para decapitarla)
Carretoneros: Santa Catalina de Alejandría (pasó por el tormento de la rueda)
Viñateros: San Baraquiso (lo prensaron en una prensa de uva)
Picaduras de bichos: San Marcos de Arethusa (fue colgado en un canasto, embadurnado de miel, para que las avispas y tábanos lo picaran)
Poceros: San Vital de Rávena (porque le enterraron vivo. Vaya yuyu que da tener un patrón así)
Dentistas: Santa Apolonia (le arrancaron los dientes con un pedrusco)
Infecciones mamarias: Santa Águeda (le arrancaron un pecho con una tenaza)
Canteros: San Esteban (ya sabemos, lo mataron a pedradas)
Travestis: Santos Sergio y Baco (los martirizaron vestidos de mujer como escarnio. Sí también tienen patronos los travestis...)
V. Proclamados oficialmente por la Iglesia (universal o local)
Poetas españoles: San Juan de la Cruz (excelente poeta)
Internet: San Isidoro de Sevilla (por su obra compendiadora del saber de su época)
Abogados y políticos: Santo Tomás Moro (fue ambas cosas)
Cosmonautas: San José de Cupertino (tenía el don de la levitación. Esto iría también el el apartado de "por alegorías")
Alpinistas: San Bernardo de Menthon (en plenos Alpes fundó su monasterio, donde nacieron los perros "San Bernardo" para ayuda de los montañeros)
Educadores: San Juan Bosco, San Juan Bautista de la Salle y San José de Calasanz (lo fueron)
Párrocos: San Juan María Vianney (lo fue, y de los mejores)
Espeleólogos españoles: Nuestra Señora de la Cueva Santa (es evidente el por qué)
Me
acuerdo que en la Habana, San Simón Apóstol es patrono contra las
hormigas, por una plaga de estos bichos que hubo en el siglo XVII. Si no ha sido revocado, aún lo es.
Y bueno... esto sería una entrada interminable y no se trata de eso... Es solo un ejemplo