Santa Marta. Vidriera francesa. Siglo XX |
Respuesta: De Santa Marta, lo único que se puede afirmar con certeza es que era una mujer de fe, cercana a Jesucristo, que le atendió en su propia casa. En su boca el Evangelista Juan pone una de las declaraciones de fe más grandes del Evangelio “Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”. Las leyendas nos hablan de su familia, o si estuvo junto a la cruz del Señor, cosa probable, puesto que San Mateo dice estaban allí "muchas mujeres que le habían seguido desde Galilea”. Todo lo demás, pertenece a leyendas muy posteriores y de sabor medieval, sin ningún crédito, pero que como forman parte de la devoción, la cultura y el arte de siglos, pues lo resumo aquí:
Según la leyenda provenzal, atribuida erróneamente a San Rábano Mauro (8 de febrero), Santa Marta, anfitriona de nuestro Señor Jesucristo, nació de una familia noble. Sus padres se llamaban Siro y Encharia. El padre era duque de Siria y las había dejado una buena herencia en Betania y Jerusalén. Marta jamás se casó y permaneció virgen, contenta de servir al Señor, tanto en su mesa, como por la fe. Después de la Ascensión de nuestro Señor, partir los discípulos, y arreciar la persecusión contra los cristianos, ella con su hermanos San Lázaro (29 de julio y 17 de diciembre) y Santa María ¿Magdalena? (22 de julio y 5 de mayo), San Maximino (y muchos otros obispos elegidos y enviados por los apóstoles), San Cedon (23 de agosto), que resuta ser el ciego de nacimiento de San Juan 9; Sara, Susana y Marcela (criadas de la familia. 28 de julio); Santa María Salomé (22 de octubre y 5 de mayo) y Santa María la de Santiago (9 de abril y 5 de mayo) se trasladaría a la Provenza, entre los años 42-43. Más que trasladarse, fueron metidos en un buque sin velas, ni remos ni timón y abandonados en el mar, llegaron hasta Marsella, desde donde fueron a Aix [1], convirtiendo a la gente a la fe de Cristo y Marta llamaba la atención por su fe, pureza y caridad.
En esa época, en un lugar entre Arles y Aviñón, había un gran dragón, nacido de un leviatán un onagro, bestia mítica gallega, y que había llegado allí por mar desde Galicia. El monstruo entró en tierra y se comió a un hombre, la gente asustada se encomendó a las oraciones de Marta y ella, arrojándole agua bendita, y mostrándole una cruz (que se venera en Anon), lo amansó como una oveja, atándole con su propia faja y fue muerto con lanzas y espadas por el pueblo. El sitio se llamaba Tarascón, por lo que se le ha llamado "tarasca" el bicho.
Santa Marta. Grabado Siglo XIX |
Luego de ello, Marta, con permiso de San Maximino (8 de junio), y de su hermana, se quedó en aquel sitio para predicar y dedicarse a la oración y penitencia. Construyó un monasterio y una iglesia en en honor de la Santísima Virgen María, donde llevó una austera vida, evitando la carne y grasa, huevos, queso y vino, y comiendo una vez al día. Cien veces al día y cien veces de noche doblaba sus rodillas en oración. Hasta muy entrada la Edad Media, existieron unas beguinas que se decían herederas directas de esta supuesta fundación de Santa Marta.
En Avignon, mientras predicaba entre la ciudad y el río del Ródano, un joven, deseoso de escuchar sus palabras, se tiró al río porque no había barco que le cruzara. Comenzó a nadar, pero de repente fue tomado por la fuerza del agua, se ahogó y el cuerpo fue encontrado al día siguiente. Llevaron el cadáver a los pies de Marta y esta, haciendo la señal de la cruz cayó al suelo y oró: "Oh, Señor Jesucristo, que en que un día resucitaste a mi bien amado hermano, ten a bien resucitar a este joven". Lo tomó de la mano, y de inmediato resurgió la vida y recibió el santo bautismo. Martilla, criado de Marta, que después entró en Esclavonia, y predicó el evangelio de Cristo, escribió su vida, y después de diez años de la muerte de Santa Marta, descansó en el Señor.
La leyenda provenzal dice que Santa Marta murió con grandes consuelos del Señor, que apareció a San Frontón (25 de octubre) y le llevó por los aires desde Perigeux, junto a sus diáconos para que la enterrasen y cantaran misa sobre su sepulcro. Frontón, por olvido, dejó allí su anillo y guantes, lo que sirvió de prueba del milagro. El mismo Señor le aseguró que los devotos de su santa anfitriona cuando vivía, no padecerían al momento de la muerte. Clodoveo, rey de Francia, después de ser bautizado, enfermó, fue al sepulcro y allí recibió la salud. Este sepulcro, en la imagen siguiente, se venera aún, pero Se cree que en realidad sean las reliquias de Marta y Sara, mártires persas cuya traslación a la Galia constan desde el siglo V.
Santa Marta se celebra el 29 de julio (antiguamente con el adjetivo “virgen”, hoy eliminado), y de ella se reza el oficio de Santas Mujeres. Sus atributos más comunes son el acetre e hisopo de agua bendita, el dragón (en Filipinas es un cocodrilo, por un milagro local), una lanza que termina en cruz, la antorcha (la luz de la fe), el libro (los evangelios), y en ocasiones un cesto o bandeja con frutos, en recuerdo de su hospitalidad. Es patrona de las amas de casa, la hostelería, contra los maridos infieles y difíciles (por la tarasca que amansó). Hay sitios donde se acostumbra a poner en la boca del dragón, dentro del acetre o a los pies de Marta un papel con el nombre de los hombres rebeldes.
Sepulcro de Santa Marta en Tarascón. |
Su culto ha ido derivando en una serie de supersticiones más o menos constantes: Amansa o aleja a los maridos, siempre concede lo que se pide pero a cambio quita algo, es una santa triste que concede, pero hace sufrir... y dos o tres más. De hecho su conocida oración es una amalgama de frases supersticiosas y de origen desconocido. Nuestra fe católica nos enseña que ningún santo "cobra" por interceder ante Dios, primeramente porque no necesita nada nuestro, que bien poco podemos ofrecerle. Es que ¿como podría necesitar alguna miseria nuestra quien posee al Todo: Dios?. Esa creencia está arraigada, no solo con Santa Marta, sino con Santa Rita (22 de mayo) o Santa Elena (18 de agosto).
Dios da sus gracias por intercesión de los santos sin que por ello nos pida nada. Son nuestros conceptos vengativos, humanos, incapaces de intuir lo que es el verdadero amor divino, manifestado en Santa Marta y en todos los santos, lo que nos hace crear esos mitos de "Santa Marta te da lo que te pide, pero te quita algo muy querido". No actúan de esa manera los santos, solo les mueve a actuar por nosotros el amor y la cercanía como hermanos en la fe que somos todos. Si aún nosotros, menos santos que ellos, no lo hacemos con nuestros amigos, menos lo harán los que nada necesitan y que solo interceden por nosotros por puro amor.
Dios da sus gracias por intercesión de los santos sin que por ello nos pida nada. Son nuestros conceptos vengativos, humanos, incapaces de intuir lo que es el verdadero amor divino, manifestado en Santa Marta y en todos los santos, lo que nos hace crear esos mitos de "Santa Marta te da lo que te pide, pero te quita algo muy querido". No actúan de esa manera los santos, solo les mueve a actuar por nosotros el amor y la cercanía como hermanos en la fe que somos todos. Si aún nosotros, menos santos que ellos, no lo hacemos con nuestros amigos, menos lo harán los que nada necesitan y que solo interceden por nosotros por puro amor.
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[1] De Aix sería Maximino el primer obispo. Junto a la Magdalena, habría construido y consagrado una pequeña
capilla dedicada al Salvador, en cuyo altar pondría reliquias del Santo
Sepulcro de Cristo. Esta iglesia, que hoy se sabe que no es anterior al siglo III, fue destrozada por los sarracenos en el
siglo IX y reconstruida en el siglo XI, en el 1080, pero como una gran
basílica, hasta el punto que la pequeña capilla hoy ocuparía un trocito
de la nave derecha de la catedral del Salvador, que es su nombre. Leer más en este artículo.
A 29 de julio además se celebra a
Santos Simplicio, Faustino y Beatriz, mártires.
San Guillaume de St-Brieuc, obispo.
A 29 de julio además se celebra a
Santos Simplicio, Faustino y Beatriz, mártires.
San Guillaume de St-Brieuc, obispo.