Santa Mechthildis de Diessen, abadesa. 31 de mayo.
Mechtidis entra al monasterio. |
A los pocos años de haber profesado fue elegida sucesivamente como maestra de novicias, priora y finalmente abadesa, cargo que cumplió con exactitud, prudencia y gran caridad. En poco tiempo el monasterio se hizo célebre por su ciencia y santidad gracias a su labor. En 1153 el obispo Conrad de Ausburg le mandó pasase al monasterio benedictino de Edelstetten, cerca de Ulm, para reformarlo. Mechthildis se negó por humildad, y aunque el obispo le insistió, ella no obedeció hasta que el papa Anastasio IV le escribió para obligarla a aceptar:
"Anastasio, obispo, siervo de los siervos de Dios, a Mechthildis, a la hija amada en Cristo, madre electa del monasterio de Edelstetten, mi Bendición Apostólica. (…) leemos que Cristo no vino para ser servido, sino a servir. Por lo tanto, debido a que obedecer es el mejor sacrificio (Heb. 2,8), y porque tiene más valor obedecer que quemar grasa de carnero, digo a Su Señoría por medio de esta carta apostólica, que de ninguna manera se niegue a aceptar el yugo de Cristo, que es, a saber, la gestión de la abadía a la que está llamada a asumir el control, por disposición de nuestro querido hermano, el obispo de Augsburg, al que usted pretende desobedecer. Vuestra Reverencia ha de saber que este mismo hermano que suplica a Nos, puede imponer censuras eclesiásticas sobre usted, si insiste en desobedecer".
Con esto, no le quedó más remedio a la santa que trasladarse a Edelstetten. Este monasterio había sido fundado como iglesia propia de la familia noble Schwabeck-Balzhausen en 1126. Había sido fundado con jóvenes de la misma familia y de otros clanes nobles y sus sirvientas. Así que no era especialmente un modelo de piedad y vida religiosa. Era casi una finca de recreo en la que la religión era algo más, y esto precisamente es lo que quería afrontar el obispo Conrad. Por supuesto que no le fue nada fácil a Mechthildis afrontar la reforma. Para empezar, introdujo la regla agustiniana, el silencio, la oración común y la pobreza, hasta donde podrían aceptarla aquellas señoras. Echó a las más rebeldes y a las que no mostraban vocación alguna, y eran las que más peleas le hacían. Fueron siete años de grandes dolores, padecimientos, luchas y además, sus propias enfermedades, que no eran pocas.
Reliquias de Santa Mechtildis. |
Principalmente se invoca su intercesión contra las tormentas y granizos. La razón es que su memoria ocurre a últimos de mayo, con clima tempestuoso e inestable para las cosechas.
Fuentes:
-"The Oxford Dictionary of Saints". DAVID HUGH FARMER. Oxford, 1998.
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
A 31 de mayo además se celebra a
Santa Petronila de Roma, virgen.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Nuestra Señora de las 3 Avemarías.