San Ermin de lobbes, abad y obispo. 25 de abril y 26 de octubre (traslación de las reliquias).
Grabado del monumento que cubría la tumba de San Ermin en el siglo XIX. |
Ermin nació en Laon, de una familia perteneciente a la nobleza franca. Sus padre le educaron en el servicio a Dios y desde pequeño destacó por ser virtuoso y por su interés en las cosas del cielo. La leyenda nos dice que era un niño libre de los afectos, imperfecciones y malacrianzas de los niños comunes. Era inocente, tenía buenos modales, siempre era respetuoso, no gustaba de juegos peligrosos ni que pudieran apartarle de Dios, el recogimiento y la oración. Todos admiraban la belleza de su alma, que anunciaba que el Señor lo había destinado para algo grande y santo. A los seis años sus padres le enviaron a la escuela catedralicia de Laon, fundada y dirigida por el obispo Madelgar. Allí continuó igualmente siendo un ejemplo para todos, añadiendo a sus virtudes, la aplicación al estudio. Apenas llegó a una edad aceptable, 16 años según algunas leyendas, el obispo Maldegar le ordenó de diácono y a los 18 le ordenó presbítero. Además, le eligió como capellán y confesor, a la par que le daba una canonjía en la iglesia de Nuestra Señora de Laon.
Muy pronto se extendió la fama de santo del nuevo presbítero de Laon, llegando al monasterio de Lobbes, recién fundado por Santos Hidulf y Aya (18 de abril), y cuyo abad, San Ursmar (19 de abril), quiso conocerle. Quedó este prendado de él y le ofreció tomar los hábitos monásticos en su monasterio. Ermin aceptó, pues la vida religiosa era todo lo que de deseaba como medio para estar más cerca de Dios, sin distracciones. Pero el obispo, por el contrario, no aceptó ni por asomo. Pero entre Dios, la política y la diplomacia lo arreglaron: Visitaba Laon en esos días San Hidulf, que era poderoso ante el rey Pipino. El obispo le recibió y le preparó un banquete, le pidió algunos favores reales y a su vez, Hidulf le dijo: "Por favor, señor obispo, dame lo que te pida". El obispo le respondió: "Pide lo que quieres, te lo daré gustosamente". "Sólo pido" – respondió el piadoso Hidulf – "que permitas que uno de sus sacerdotes se establezca en el monasterio de Lobbes con el santo abad Ursmar, para llevar a término la obra que allí hemos comenzado". El obispo asintió afirmativamente, y entonces Hidulf añadió: "Su nombre es Ermin".
Muy pronto se extendió la fama de santo del nuevo presbítero de Laon, llegando al monasterio de Lobbes, recién fundado por Santos Hidulf y Aya (18 de abril), y cuyo abad, San Ursmar (19 de abril), quiso conocerle. Quedó este prendado de él y le ofreció tomar los hábitos monásticos en su monasterio. Ermin aceptó, pues la vida religiosa era todo lo que de deseaba como medio para estar más cerca de Dios, sin distracciones. Pero el obispo, por el contrario, no aceptó ni por asomo. Pero entre Dios, la política y la diplomacia lo arreglaron: Visitaba Laon en esos días San Hidulf, que era poderoso ante el rey Pipino. El obispo le recibió y le preparó un banquete, le pidió algunos favores reales y a su vez, Hidulf le dijo: "Por favor, señor obispo, dame lo que te pida". El obispo le respondió: "Pide lo que quieres, te lo daré gustosamente". "Sólo pido" – respondió el piadoso Hidulf – "que permitas que uno de sus sacerdotes se establezca en el monasterio de Lobbes con el santo abad Ursmar, para llevar a término la obra que allí hemos comenzado". El obispo asintió afirmativamente, y entonces Hidulf añadió: "Su nombre es Ermin".
Maldegar se vio burlado y con pena, consintió diciendo: "Que vaya donde desee". Ermin fue inmediatamente a Lobbes, Ursmar le recibió gustoso y le adentró en la Regla de San Benito. Pronto fue un monje ejemplar, amante del silencio, la caridad, la oración y la penitencia. En esta última se esmeró, con la intención de "domar el cuerpo" a base de ayuno, vigilias y otras austeridades. Además, se ejercitó en el desprendimiento, donando al monasterio todos los bienes en tierras, edificios y beneficios eclesiásticos y de diezmos que había heredado de sus padres o ganado por su condición de presbítero en Herly, Dodeleuroux, Oulbres y Ramicourt. En unos años Ursmar, que se sintió enfermo y anciano, quiso que Ermin fuera su sucesor, pero no se atrevió a proponérselo, conociendo su humildad.
Después de la muerte de Ursmar, Ermin tomó la dirección general del monasterio de Lobbes. Gobernó con tanta sabiduría y prudencia, que con solo su ejemplo, movía a perfección a los monjes. Los hagiógrafos varían sobre si Ermin fue elegido abad y luego consagrado obispo, o si por el contrario, fue obispo antes y luego abad. La mayoría de hagiógrafos dice que no podía ser obispo antes de entrar al monasterio, porque un obispo está para gobernar y no para obedecer a un abad. El Beato Anson (8 de abril), quien escribió la "vita" de Ermin y sería su sucesor en la dignidad abacial, ciertamente no dice que este haya sido obispo en el momento de su entrada en el monasterio. Sí que señala que Ermin no limitó su actividad al monasterio, sino que su celo por el Evangelio le llevó a Fagnes o Thiérache, zonas previamente evangelizadas por la predicación de Ursmar. Según Anson, Ermin daba a los pobladores de aquellas zonas explicaciones más profundas sobre los misterios de la fe, los reconciliaba con Dios, y organizaba las iglesias locales. Así que probablemente antes de ser monje, Ermin haya sido ordenado obispo, tal vez itinerante, para dedicarse a la predicación.
Tuvo Ermin varios dones místicos, entre ellos el de profecía. Cuenta su "vita", como predijo la victoria que Carlos Martel obtendría contra las tropas de Plectrudis, que le había impedido ascender al trono de Austrasia (en realidad no le correspondía, al ser hijo ilegítimo). El día antes de la batalla, Ermin, como de costumbre, se había retirado después de maitines a una capilla para rezar solo. Cuando él había orado varias horas, y ya tenía sueño, oyó una voz del cielo que le gritaba que Carlos triunfaría sobre sus enemigos. Y así se verificó a los pocos días al llegar la noticia, subiendo Carlos Martel al trono franco de Austrasia. También predijo la muerte de Radbod, príncipe rebelde opuesto a Pipino: El día antes de que Radbod pensaba invadir Austrasia de nuevo, Ermin estaba con algunos religiosos y sirvientes en Floyon, lugar de nacimiento de Ursmar, cuando de repente, detuvo su caballo, miró al cielo y luego dijo a los que iban con él: "Ahora mismo Radbod, enemigo jurado del cristianismo, ha dejado de existir". Y efectivamente, a esa misma hora y estando planeando la invasión, Radbod fue herido de muerte súbita.
En otra ocasión llegaron unos sirvientes de Carlos al monasterio, anunciando que se habían adelantado para que preparasen la acogida al monarca, que había decidido visitar Lobbes. Le avisaron a Ermin, que estaba orando, pero este no se inmutó y siguió rezando el salmo 71 ("Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes..."). Al rato volvió un monje a avisarle que nada estaba preparado para recibir al rey. Ermin le pidió que se fuera, y continuó orando. Una tercera vez fue el monje a llamarle y le espetó: "¿Por qué no vienes a decirnos qué hacer? ¡Carlos, nuestro Señor está a punto de llegar!" Ermin le dijo tranquilamente: "Dales lo necesario a los sirvientes que acaban de llegar y diles que pueden volver adonde su amo; porque ciertamente os digo que Carlos no visitará el monasterio este año". Y así fue, Carlos en último momento cambió de opinión y no visitó Lobbes hasta completar todo su periplo, al año siguiente. Igualmente predijo el nacimiento del glorioso hijo de Carlos, Pipino II, defensor de la Santa Iglesia y del Evangelio. Y añadió: "Este niño va a unificar el reino de los francos y gobernará su casa el nido con un vigor que su raza aún desconoce". Conoció por revelación la muerte de la Beata Gunibertis (5 de julio), religiosa en el monasterio de Elnon, y pidió a los monjes oraciones por su alma.
Lleno de años y méritos, Ermin entró a la vida el 25 de abril de 737, luego de gobernar el monasterio de Lobbes durante veinticinco años. Su cuerpo fue enterrado en un bello sepulcro en la iglesia abacial, frente a la tumba de San Ursmar. Antes de los 40 años de su muerte, el Beato Anson escribió su "Vita S. Ermini", cuyo título que indica que ya era venerado como santo. Todos los martirologios francos desde el siglo IX lo incluyen entre sus santos.
Fuentes:
Fuentes:
-"Lobbes, son abbaye et son chapitre".Tomo I. ABBÉ J. VOS. Lovaina, 1865.
-"Miraculous Seeing and Monastic Identity: Miracles of the Visual from the Lobbes and Nivelles". SUSAN W. WADE. New York, 2007.
A 25 de abril además se celebra a
A 25 de abril además se celebra a
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