Predicación de Santo Tomás en Tlaxcala y la entronización de la Santa Cruz. |
En especifico para las culturas mesoamericanas del actual territorio mexicano la cruz era el árbol cósmico que hundía sus raíces en el inframundo y extendía sus ramas hasta la morada de los dioses, por lo que se consideraba un poderoso símbolo que servía de intermediario entre los hombres, la divinidad y el mundo de los muertos. Del mismo modo simbolizaba los cuatro puntos cardinales del universo por el cual orientarse y que era de gran valor puesto que así sabían los naturales en qué dirección celebrar sus ritos. Fue tan amplio el culto a la cruz que aun en el sitio arqueológico de Palenque, Chiapas, se conserva un edificio conocido como el Templo de la Cruz Foliada donde se aprecia una estela precisamente con la cruz maya o cruz cósmica. Cabe decir que en una de sus cartas de relación Hernán Cortés habla de que antes de salir de Cuba se le ordenó investigar sobre el culto a una cruz que se decían se realizaba en la isla de Cozumel, visitada anteriormente por Francisco Hernández de Córdoba y Juan del Grijalva.
Como fuere, de todos modos para los misioneros cristianos toda esta información sobre la cruz cósmica era desconocida y ellos no podían ver otra cosa que la cruz de Cristo en este símbolo y por lo tanto debían buscar una respuesta, lo que les llevó a recurrir a la Biblia y a leyendas piadosas. Debido a esto concluyeron que posiblemente los naturales del Nuevo Mundo pertenecían a la tribu perdida de Israel.
La cruz cósmica de los mayas |
Los frailes para "comprobar" esto se fueron a la etimología de los nombres pues Santo Tomás mejor conocido como “el gemelo” coincidía en que el nombre de Quetzalcóatl otro de sus significados es precisamente el “divino gemelo”, y con esto pensaban los frailes se comprobaba rotundamente que el personaje llamado Serpiente Emplumada no era otro que el apóstol. A pesar de esta difundida creencia es muy difícil y casi imposible que ambos personajes fueran uno mismo debido a que Quetzalcóatl vivió 800 años después que el apóstol, y a pesar de esta disparidad de fechas, hay religiosos quienes niegan la evidencia diciendo que fue la voluntad de Dios que así fuera.
Otra de las pruebas que los misioneros aportaron para confirmar esta idea en el territorio de la Nueva España, es en relación a una Cruz en especial que se venera aun hoy en día en Huatulco, Oaxaca, la cual según las leyendas fue traída por un hombre barbado de tez clara que vino del mar (igualmente identificado por los misioneros como Santo Tomás), les enseñó a venerarla y muchas otras cosas a los naturales y después de un tiempo partió de nuevo dejándoles la cruz. Tal parece que posteriormente un pirata trato de destruir la cruz pero nunca pudo derribarla y al intentar quemarla esta tan solo se tiñó de negro, la cruz no pudo ser retirada hasta que el Obispo mandó tal cosa y fue dividida en varios pedazos, uno quedo en Huatulco, otro en la catedral de Oaxaca, uno más para Puebla y el último como obsequio para el Papa. Cabe destacar que aún los cronistas más antiguos de esta leyenda sobre la Santa Cruz de Huatulco, ponen en duda que la identidad de aquel hombre que llevó la cruz sea Santo Tomás, muchos de los contemporáneos mencionan que es muy probable que quien llevara el signo a tierras oaxaqueñas, no fuera otro que el franciscano fray Martín de Valencia uno de los primeros frailes que evangelizaron en la Nueva España, que recorrió gran parte del territorio y en especial porque la descripción que de él dan los indios se parece también mucho a este religioso. Sin embargo a pesar de los detractores a estas pruebas sobre la presencia de Santo Tomás en tierras americanas, cronistas de la talla de fray Bartolomé de las Casas y fray Juan de Torquemada apoyaron la idea de que el apóstol había pisado el Nuevo Mundo.
Tanto llegó esta idea a profundizarse en las mentes, en especial de los religiosos novohispanos que para finales del siglo XVIII, un religioso dominico quien posteriormente se convertiría en héroe de la Independencia de México, fray Servando Teresa de Mier en un sermón que se le pidió diera con motivo de la festividad de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre), dijo que era sabido por muchos que la tilma de Juan Diego no era tal, sino que la tela en la que estaba pintada la Virgen de Guadalupe no era otra que la túnica de Santo Tomás que había sido convertida en lienzo por San Lucas (18 de octubre, 13 de febrero, Cátedra en Antioquía; 22 de abril, Iglesia Oriental; 9 de mayo, traslación de las reliquias Constantinopla; 20 de junio, otra traslación a la basílica de los Santos Apóstoles de Constantinopla) y que al llegar el apóstol a predicar al Nuevo Mundo la entregó a los indios, pero cuando estos cayeron nuevamente en el paganismo la imagen quedó oculta hasta aquella fecha de 1531 cuando la Virgen se le apareció a Juan Diego y le dijo donde debía buscar su imagen y fue la que presentó ante el obispo fray Juan de Zumárraga. Una teoría bastante curiosa para el caso que referimos, pues se deduce que se afirmaba con rotundidad que el apóstol Tomás había estado en América y no sólo eso, sino que la patrona de Nueva España había sido pintada en su túnica; el mismo padre Mier refiere que días antes al darle a leer a sus otros hermanos de orden su sermón ninguno encontró cosa que fuera contra la fe en el mismo. De todos modos este sermón le valió a fray Servando ser exiliado por orden del arzobispo en un convento en Cádiz, España.
Huellas de Santo Tomás |
Varios cronistas entre los que destacan los padres Vasconcellos y Evreux, así como el capitán Simón Eustacio de Silveira compartían la creencia de que además el apóstol fue quien le enseñó a los indios a cultivar la mandioca y una especie de plátano que lleva su nombre. Del mismo modo como sucede en la leyenda novohispana se dice que cuando Santo Tomás partió de Brasil prometió regresar, y tal parece que posteriormente según la creencia se dirigió a los actuales territorios de Paraguay y Perú al grado de que en Arequipa se conservan una sandalias que se dicen pertenecieron al Santo. Los escritores religiosos además dicen que fue después de visitar las tierras de Sudamérica que se dirigió a la Nueva España y que de ahí fue a la India a predicar donde moriría mártir.
Cabe decir que muchos escritores y religiosos por mucho tiempo han creído y siguen creyendo que la visita de Santo Tomás en América es cierta, muchos la explican aludiendo a que los apóstoles tenían los dones de bilocación, baste decir que en muchos sitios de América, se recuerdan estas visitas como en el caso de Huatulco, a pesar de esto en el caso novohispano la veneración a Santo Tomás siempre fue muy poca, lo que hace pensar que aunque existían muchos frailes de acuerdo en la teoría de la visita del apóstol, había también un gran número que no estaba de acuerdo con estas ideas y que en la misma feligresía no logró calar la devoción al santo.
Por: Lic. André Efrén Ordóñez
Muchas gracias, André por tan interesante artículo sobre la Cruz y Santo Tomás, tema del que no tenía idea. Es muy interesante y algún trasfondo habrá en este interés de hacer aparecer al apóstol en sitios tan lejanos como la India, Brasil o México. Y solo apuntar que en Cuba también se venera una Cruz milagrosa, igualmente hallada por los españoles al llegar, sin hallar explicación. Le llaman la Cruz de la Parra, por haberla hallado entre las ramas de un árbol confundido normalmente con la vid. Esta cruz actualmente está forrada en plata, por la manía de arrancarle trozos como reliquia.
Ramón.
En Paraguay existe una leyenda muy fuerte acerca de Pa ´i Sumé, que es como decir en guaraní Padre Tomás.
ResponderEliminarMuy interesante, sin dudas, lo que nos dices. Conoces algun libro o web donde pueda leer de ello? Gracias.
EliminarPues precisamente la foto de la huella que aparece en el artículo, es una que se encuentra en Paraguay
EliminarExcelente artículo
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