Santa Matilde, emperatriz. 14 de marzo.
Fue hija de Dietrich, conde de Ringelheim, descendiente de la más noble sangre sajona y de Reinhild, descendiente de los reyes daneses. Muy niña y buscando su educación, sus padres la entregaron a su abuela Eduviges, abadesa de Erfurt. A los 14 años se casó con Enrique Fowler, hijo de Otón de Sajonia. Aunque su "vita" oficial dice que Enrique la conoció y se enamoró de ella perdidamente, la verdad es diferente: Enrique ya estaba casado con Hathburg de Altstadt, a la que igualmente había sacado de un monasterio para hacerla su mujer, y con ella tuvo a Thankmar, su primogénito. Cuando conoció a Matilde y su sangre, repudió a su mujer, la envió de vuelta al monasterio y tomó a Matilde como esposa. Ambos fueron felices, tuvieron tres hijos: Otón I, Enrique, duque de Baviera y San Bruno de Colonia, obispo (11 de octubre). Juntos mejoraron la vida de sus súbditos, dictaron leyes justas, construyeron puentes, hospitales y asilos para enfermos, favorecieron a la Iglesia con donaciones, tierras y privilegios fiscales. Por su parte, Matilde hacía la caridad siempre que podía, con limosnas, la atención y visita a pobres y enfermos. Era amiga de la oración, el silencio y la liturgia. Impuso la sobriedad en comidas, vestidos y fiestas en la corte.
Después de la victoria sobre los húngaros, ambos reyes promovieron la devoción a San Miguel Arcángel (29 de septiembre; 25 de abril, aparición en Roma, y en Tlaxcala; 6 de septiembre, aparición en Honaz; 19 de septiembre, aparición en Colosas, 8 de mayo,"in Monte Gargano"; 16 de octubre, aparición en Mont Saint-Michel), a quien achacaron la victoria, por la piedad de los alemanes frente a los paganos húngaros. Enrique Fowler falleció en 936, cuando proyectaba con Matilde una visita a Roma. A su muerte, su hijo Otón fue elegido emperador por los electores, y Matilde hubo de purgar el haberse convertido en emperatriz a costa de la suerte de otra mujer: Otón, convencido de que su madre gastaba mucho dinero en obras de caridad, la apartó del trono y la envió a Ravensberg. Lo peor es que fue Enrique, el hijo segundo y favorito de Matilde, quien instigó para ello. Sin embargo, en menos de un año Enrique enfermó gravemente y todos pensando era un castigo del cielo por desterrar a su madre, la hicieron volver a la corte imperial. Ella solo los abrazó, como una madre, sin decir palabra.
Pero su calvario por haberse casado con un divorciado no terminó, sino que se acentuó y más. Thankmar, hijo mayor de su marido, inició una guerra, apoyado por los sajones, contra Otón por ocupar el trono y porque este se había apoderado de su herencia materna. Otón marchó contra él y le acorraló en la iglesia de Everburg y ante el altar le asesinó. Eberhardt, duque de Franconia, aliado de Thankmar, suplicó a Enrique que intercediera por él ante Otón. Y Enrique lo que hizo fue traicionar a su hermano, aliándose con Eberhardt para tomar para sí la corona imperial. Otón, que no sabía nada, perdonó al duque de Franconia. Apenas Otón se descuidó, Enrique y Eberhardt le atacaron en Zante, pero fueron derrotados. Otón perdonó a Enrique, que le fue fiel en adelante, aunque no por ello dejó de ser un cruel gobernante.
En medio de todo esto, Matilde hacía penitencia y oraba constantemente por sus hijo, padeciendo por sus pecados y los de su pueblo. Además, hacía obras de caridad, visitaba y consolaba a los pobres, socorría a los huérfanos a los que las guerras provocadas por sus hijos había dejado sin padres. Visitaba a los presos y lograba la libertad para los condenados de delitos menores, organizó la caridad con algunas mujeres, para visitar a los necesitados y socorrerles. Pero, según su "vita", escrita por orden de su nieto San Enrique Emperador (13 de julio), dolida por los actos de sus hijos, y buscando la paz, se retiró al monasterio de Nordhausen, que ella misma había fundado. Allí pasó sus días en penitencia y oración, y allí se le unió su nieta Matilde, que llegaría a ser abadesa. Biznieta y tataranieta suyas fueron, las Beatas Matilde y Richezza (21 de mayo), respectivamente.
La santa reina murió el 14 de marzo de 968 y fue enterrada en la iglesia de Quedlinburg, en la misma tumba de su marido.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
A 14 de marzo además se celebra a
Fue hija de Dietrich, conde de Ringelheim, descendiente de la más noble sangre sajona y de Reinhild, descendiente de los reyes daneses. Muy niña y buscando su educación, sus padres la entregaron a su abuela Eduviges, abadesa de Erfurt. A los 14 años se casó con Enrique Fowler, hijo de Otón de Sajonia. Aunque su "vita" oficial dice que Enrique la conoció y se enamoró de ella perdidamente, la verdad es diferente: Enrique ya estaba casado con Hathburg de Altstadt, a la que igualmente había sacado de un monasterio para hacerla su mujer, y con ella tuvo a Thankmar, su primogénito. Cuando conoció a Matilde y su sangre, repudió a su mujer, la envió de vuelta al monasterio y tomó a Matilde como esposa. Ambos fueron felices, tuvieron tres hijos: Otón I, Enrique, duque de Baviera y San Bruno de Colonia, obispo (11 de octubre). Juntos mejoraron la vida de sus súbditos, dictaron leyes justas, construyeron puentes, hospitales y asilos para enfermos, favorecieron a la Iglesia con donaciones, tierras y privilegios fiscales. Por su parte, Matilde hacía la caridad siempre que podía, con limosnas, la atención y visita a pobres y enfermos. Era amiga de la oración, el silencio y la liturgia. Impuso la sobriedad en comidas, vestidos y fiestas en la corte.
Después de la victoria sobre los húngaros, ambos reyes promovieron la devoción a San Miguel Arcángel (29 de septiembre; 25 de abril, aparición en Roma, y en Tlaxcala; 6 de septiembre, aparición en Honaz; 19 de septiembre, aparición en Colosas, 8 de mayo,"in Monte Gargano"; 16 de octubre, aparición en Mont Saint-Michel), a quien achacaron la victoria, por la piedad de los alemanes frente a los paganos húngaros. Enrique Fowler falleció en 936, cuando proyectaba con Matilde una visita a Roma. A su muerte, su hijo Otón fue elegido emperador por los electores, y Matilde hubo de purgar el haberse convertido en emperatriz a costa de la suerte de otra mujer: Otón, convencido de que su madre gastaba mucho dinero en obras de caridad, la apartó del trono y la envió a Ravensberg. Lo peor es que fue Enrique, el hijo segundo y favorito de Matilde, quien instigó para ello. Sin embargo, en menos de un año Enrique enfermó gravemente y todos pensando era un castigo del cielo por desterrar a su madre, la hicieron volver a la corte imperial. Ella solo los abrazó, como una madre, sin decir palabra.
Pero su calvario por haberse casado con un divorciado no terminó, sino que se acentuó y más. Thankmar, hijo mayor de su marido, inició una guerra, apoyado por los sajones, contra Otón por ocupar el trono y porque este se había apoderado de su herencia materna. Otón marchó contra él y le acorraló en la iglesia de Everburg y ante el altar le asesinó. Eberhardt, duque de Franconia, aliado de Thankmar, suplicó a Enrique que intercediera por él ante Otón. Y Enrique lo que hizo fue traicionar a su hermano, aliándose con Eberhardt para tomar para sí la corona imperial. Otón, que no sabía nada, perdonó al duque de Franconia. Apenas Otón se descuidó, Enrique y Eberhardt le atacaron en Zante, pero fueron derrotados. Otón perdonó a Enrique, que le fue fiel en adelante, aunque no por ello dejó de ser un cruel gobernante.
En medio de todo esto, Matilde hacía penitencia y oraba constantemente por sus hijo, padeciendo por sus pecados y los de su pueblo. Además, hacía obras de caridad, visitaba y consolaba a los pobres, socorría a los huérfanos a los que las guerras provocadas por sus hijos había dejado sin padres. Visitaba a los presos y lograba la libertad para los condenados de delitos menores, organizó la caridad con algunas mujeres, para visitar a los necesitados y socorrerles. Pero, según su "vita", escrita por orden de su nieto San Enrique Emperador (13 de julio), dolida por los actos de sus hijos, y buscando la paz, se retiró al monasterio de Nordhausen, que ella misma había fundado. Allí pasó sus días en penitencia y oración, y allí se le unió su nieta Matilde, que llegaría a ser abadesa. Biznieta y tataranieta suyas fueron, las Beatas Matilde y Richezza (21 de mayo), respectivamente.
La santa reina murió el 14 de marzo de 968 y fue enterrada en la iglesia de Quedlinburg, en la misma tumba de su marido.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
A 14 de marzo además se celebra a
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