viernes, 22 de marzo de 2013

El Viernes de Dolor en México

Altar de Dolores.
Nótese el dosel de papel picado
La devoción a Nuestra Señora de los Dolores se difundió especialmente a las visiones de Santa Brígida de Suecia (23 de julio y 7 de octubre) y posteriormente gracias a la Orden de los Siervos de María fundados en el siglo XIII, pero no es hasta 1413 que el Sínodo de Obispos reunidos en Colonia, Alemania, deciden dedicar el sexto viernes de cuaresma a recordar los dolores de la Virgen María. Durante el siglo XVII la Compañía de Jesús y en especial el padre José Vidal promueven la devoción a los Dolores de la Virgen María. Hacia 1960 con S.S. Pablo VI se suprime esta fiesta del sexto viernes de cuaresma y se traslada la conmemoración de la Virgen Dolorosa para el 15 de septiembre, fecha cercana a la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), a pesar de este traslado se permite en los lugares que la conmemoración del Viernes de Dolores sigue teniendo mucha devoción se realice una única misa con la liturgia de la Virgen de los Dolores del 15 de septiembre.

Los siete dolores de la Virgen que tradicionalmente se recuerdan se relacionan con episodios de la vida de Cristo y son:


1.- La profecía de Simeón en el Templo
2.-La huída a Egipto
3.-El niño Jesús perdido y hallado en el templo
4.-El encuentro de María y Jesús en el camino del Calvario
5.-María al pie de la Cruz de Cristo en el Calvario
6.-María recibe a Cristo muerto en su regazo
7.- La sepultura de Cristo.


Es común ver que iconográficamente a la Virgen de los Dolores se le represente con uno o con siete puñales o espadas atravesando su pecho en recuerdo de estos siete dolores.


Durante la época colonial mexicana se popularizó la costumbre de poner en los templos y posteriormente en las casas un altar dedicado a la Virgen de los Dolores; para el siglo XIX nos narra García Cubas que el Viernes de Dolor era un gran acontecimiento que comenzaba en las primeras horas del día con el toque de diana a lo que la gente se levantaba para ir a diversos mercados a comprar las flores que utilizarían en la elaboración y adorno del altar a la Virgen las festividades de la Dolorosa se difundieron especialmente en esta época por considerarla patrona del hogar, abogada de las aflicciones domésticas y defensora de la honra familiar.

La festividad del Viernes de Dolor se comienza a preparar mucho antes de que inicie la cuaresma, pues el día 2 de febrero, festividad de la Presentación del Señor y la Purificación de la Virgen se llevan a bendecir al templo junto con las imágenes del Niño Jesús diversas semillas recordando la profecía de Simeón en el Templo a María, las cuales se pondrán en macetas o recipientes de barro con diversas formas en especial de pino con hendiduras que servirán de adorno en el altar y se cuidaran durante el tiempo que dura la cuaresma hasta el Viernes de Dolor a que retoñen las semillas, algunas serán guardadas en la oscuridad para que las plantas por la ausencia del sol se tornen de un color amarillo y al ser expuestas en el altar y reciban los rayos del sol poco a poco tomen su color verde haciendo alusión a la resurrección de Cristo, los recipientes como ya mencione eran en forma de pino para que al retoñar las semillas tomaran una forma de un ciprés que es un símbolo de la Virgen María.


Altar de Dolores.
Iglesia del Carmen.
Con algunos días de anticipo también se comienzan a preparar diversas aguas de sabores con colores muy distintivos también preparados algunos con semillas como la chía o con flor de Jamaica, también de horchata, el agua de limón. Estas aguas se pondrán en el altar recordando las lágrimas de la Virgen y se endulzan porque, aun siendo lágrimas de dolor, son dulces por venir de la Virgen María. Se ponen en siete vasos recordando sus siete dolores y los diversos colores evocan varios significados de este modo: 
El rojo, recuerda la sangre de Cristo; el purpura, la cuaresma y la penitencia; la blanca horchata, la pureza de la Virgen; el agua de tamarindo de color café, recordaba el vinagre que le dieron a beber a Cristo en la cruz. También había otros colores que se lograban con algunas reacciones químicas, como el azul que recuerda a la Inmaculada Concepción de María; o el verde, que recuerda la esperanza. Estas aguas preparadas también se ofrecerán a los invitados que visiten el altar de la Virgen en este día. Al llegar un visitante este debe preguntar “¿Ya lloró la Virgen?” para que le den un vaso de agua y al momento de entregárselo el anfitrión debe decirle “Aquí lloró la Virgen”.

Para montar el altar se utilizan mesas y cajones, pues tradicionalmente se debe elaborar en tres niveles recordando las tres caídas de Cristo en el Vía Crucis, aunque esto puede variar dependiendo la región o la posibilidad de la familia pueden ser menos escalones o más: en algunos lugares los ponen de siete niveles recordando los dolores de María. Se pone una cortina blanca, o de algún otro color en referencia con la cuaresma, el luto, la sangre de Cristo, o la pureza de María. 


En el nivel más alto del altar se pone el cuadro o la imagen de la Virgen de los Dolores y sobre ella un crucifijo. 

En los diversos niveles del altar se ponen siete naranjas agrias recordando el dolor de la Virgen por la muerte de Cristo y en estas naranjas se ponen banderitas en oro o plata que simbolizan al sol y la luna: Cristo y María respectivamente. 

En algunos lugares se acostumbra que sean 14 banderas haciendo alusión a las estaciones del Vía Crucis.

También se suele poner algunas otras frutas como recuerdo de los frutos de la redención. 

Como ya se mencionó se ponen semillas y los sembrados que se han cuidado durante todo este tiempo, y esto es en relación a cierta costumbre prehispánica hacia la fertilidad de la tierra de ofrecer los frutos de estas a sus antiguos dioses queriendo con esto pedirle buenas cosechas a Dios por intercesión de María. 

Se ponen semillas o espigas de trigo recordando a la Eucaristía y doce velas o cirios al pie del altar o dispersos en el altar recordando a los doce apóstoles. 

Se ponen lámparas de aceite que se encienden recordando que Cristo es la luz. Estas lámparas se suelen poner detrás de las aguas de colores para que al encenderse creen un bello efecto de luz de colores. Esta iluminación le ganó a los altares de dolores ser conocidos en el siglo XIX como “incendios” por la luminosidad que despedían. 


En algunos hogares se acostumbraba exhibir en el altar toda la vajilla o cubiertos de plata como símbolo de que María es tan pura como la plata fina, y en las familias de escasos recursos y que no tenían objetos de plata se comenzó a acostumbrar poner, simbolizando lo mismo, esferas de azogue de enorme tamaño en diversos colores sobre jarrones muy similares a la esferas que se cuelgan en el árbol navideño.

En la parte de abajo del altar se acostumbra hacer un tapeque con semillas y serrín pintado, por lo general con el monograma de la Virgen, o con el corazón traspasado con los siete puñales, o algún dibujo en alusión a la pasión.
Se acostumbra poner diversas flores como las rosas, por ser María la rosa mística; las azucenas o flores blancas por la pureza de la Virgen; flores rojas que recuerdan la sangre de Cristo; flores moradas que recuerdan la cuaresma y el luto de la Virgen. 

En algunos lugares también se pone un espejo, símbolo de María, Espejo de Justicia. Del mismo modo se ponen otros elementos de acuerdo a la imaginación recordando los símbolos de la pasión, de la redención o de la Virgen María, como manzanas, o las figuras de Adán y Eva por el pecado original y por la redención que vino por María; la Santa Faz recordando el calvario; la lanza, etc. 

Es común ver adornados los altares con papel picado en diversas formas, en especial simbolizando los Dolores de María, y por lo general el papel es de color blanco, morado o negro por el luto de la Virgen. 

Por las tardes durante el siglo XIX era común tener invitados con los cuales hacer el rezo del rosario y posteriormente las familias de más dinero realizaban una misa en sus casas a la cual asistían hombres y mujeres de riguroso negro y se entonaban cantos dedicados a la dolorosa, las familias de menos recursos acostumbraban ir a los diversos templos donde se montaba el altar a escuchar la misa del día dedicada a la Virgen de los Dolores, también se acostumbraban devociones como el rezo de la coronilla de los siete dolores o la meditación de estos.

"Tendida" de un Cristo.
En algunos estados del país se acostumbra después del Viernes de Dolor no se quita el altar y se realiza otra curiosa tradición conocida como “la tendida o acostada de los Cristos” la cual consiste que en una mesa en la que se uso para el altar de dolor muchas veces, sobre flores y otras hierbas se recuesta un crucifijo recordando el Santo Entierro y simulando una especie de velorio a Cristo muerto esperando su resurrección con esto se repite la tradición de la gente que pasa a venerar la imagen del Cristo muerto como antes lo hicieran con la Virgen Dolorosa.

Tanto los elementos del altar, como el significado de los mismos pueden variar, esta tradición del altar de dolor actualmente en México se celebra únicamente en el centro del país y en algunos estados del norte y desgraciadamente cada vez son menos los hogares y templos que los instalan, esta disminución en la tradición puede deberse en primer lugar a la supresión hecha de la memoria del Viernes de Dolor para darle más énfasis a la del 15 de septiembre lo que propició que en muchos templos esta tradición quedara en el olvido y que ya no se hable en absoluto de ella, así como el aumento de religiones protestantes y la misma antipatía de los creyentes, sumado a que además la devoción a la Virgen Dolorosa siempre tuvo más devotos en estas regiones del país donde existen diversos templos y santuarios dedicados a ella, a diferencia del sureste mexicano donde es una advocación poco venerada.

Por: Lic. André Efrén Ordóñez Capetillo.

6 comentarios:

  1. Estimado amigo gracias por este blog, desde venezuela quisiera saber sobre una santa martir
    que se llama cornelia, y quisiera saber más sobre
    ella . Su vida, obra y para que nos ayuda para interceder ante el trono celestial por nosotros.
    Muchas gracias, desde venezuela un grato saludo.
    atte,
    felix malpica

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  2. Hola. Gracias por compartir este artículo. Quisiera saber si como parte de la liturgia de la Virgen de los Dolores, que se realiza como bien dicen en ciertos lugares el día de mañana, se usan ornamentos blancos y se dice Gloria o sólo se celebra como una conmemoración con ornamentos morados. Saludos y gracias.

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  3. Trato de responder al último consultante. Si se celebra la Misa de la Virgen de los Dolores (utilizando los textos propuestos para el 15 de Septiembre), lo propio es usar ornamentos de color blanco, como en todas las fiestas de la Virgen. Y si se celebra es porque se considera que tiene en el lugar más categoría litúrgica que una feria de Cuaresma y, por tanto, la consideración de Fiesta, con lo que se diría el Gloria (e incluso, si se considerase Solemnidad, el Credo). En la ciudad de Cuenca (España) se celebra en este día a la Virgen de las Angustias; muchos van a su Ermita a besar su manto y la Misa mayor (efectivamente, de blanco)la celebra el sr. Obispo; en cambio, la fiesta "oficial" del 15 de septiembre pasa desapercibida.

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  4. Deseando en el inicio de la Semana Santa, sean días de Reflexión para el régimen que tanto daño ha causado a nuestro País, días de Meditación ... y nosotros noble pueblo Venezolano, mucha Oración de Fe y Esperanza para que Dios fije su mirada con ojos de Piedad para éste pueblo que sufre de Mengua sin merecerlo. AMÉN...

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