María Auxiliadora. Santuario del Tibidabo, Barcelona. |
El 24 de mayo celebran la familia salesiana y algunas iglesias locales, la memoria de María Auxiliadora de los Cristianos. Es esta una enseñanza católica antigua, aunque no como título propio o advocación. Ya San Juan Crisóstomo (27 de enero, traslación de las reliquias a Constantinopla; 30 de enero, Synaxis de los Tres patriarcas: Juan, Gregorio y Basilio; 13 de septiembre, muerte; 13 de noviembre, Iglesia oriental; 15 de diciembre consagración episcopal), en el siglo IV, dirá “Tú, María, eres Auxilio poderoso de Dios". San Juan Damasceno (4 de diciembre), amante de María dice: “Auxilium promptum et paratum christianorum erípiens nos a periculis”. Se dice que es este santo quien acuña la jaculatoria “María Auxiliadora, ruega por nosotros”.
La primera institución del título y festividad litúrgica, la hallamos en Ucrania, en el siglo XI, luego de la victoria contra los paganos invasores. El príncipe Metislao y la Iglesia celebraron a María Auxiliadora de los Cristianos, y así hasta hoy, cada 1 de octubre. Pero la oficialización para toda la Iglesia llegaría en 1542, luego de la batalla de Lepanto, en que comenzó a decidirse la expulsión de los musulmanes de Europa, y que sería definitiva en la batalla de Viena. San Pío V (30 de abril), que había pedido a la cristiandad orase por el triunfo, mandó añadir en la Letanía Lauretana, la súplica “Auxilium Christianorum, ora pro nobis”. Y así aparece en una edición de 1558, atribuida a San Pedro Canisio (21 de diciembre) de esta Letanía, por primera vez como título o alabanza mariana.
En 1624, con el recuerdo de Lepanto y del auxilio potente de María, los católicos de Baviera se alzan contra los protestantes invasores y la imagen de Lucas Cranah se convierte en estandarte de lucha. Tanto es así, que luego de esto, muchas imágenes del autor, o parecidas, se comienzan a llamar así: María Auxiliadora y no por gusto es Alemania el país con más templos y altares dedicados a María, Auxilium Christianorum, en diversas imágenes que no se corresponden con la acuñada por la imaginería dulzona de molde y que conocemos de sobra.
La primera institución del título y festividad litúrgica, la hallamos en Ucrania, en el siglo XI, luego de la victoria contra los paganos invasores. El príncipe Metislao y la Iglesia celebraron a María Auxiliadora de los Cristianos, y así hasta hoy, cada 1 de octubre. Pero la oficialización para toda la Iglesia llegaría en 1542, luego de la batalla de Lepanto, en que comenzó a decidirse la expulsión de los musulmanes de Europa, y que sería definitiva en la batalla de Viena. San Pío V (30 de abril), que había pedido a la cristiandad orase por el triunfo, mandó añadir en la Letanía Lauretana, la súplica “Auxilium Christianorum, ora pro nobis”. Y así aparece en una edición de 1558, atribuida a San Pedro Canisio (21 de diciembre) de esta Letanía, por primera vez como título o alabanza mariana.
En 1624, con el recuerdo de Lepanto y del auxilio potente de María, los católicos de Baviera se alzan contra los protestantes invasores y la imagen de Lucas Cranah se convierte en estandarte de lucha. Tanto es así, que luego de esto, muchas imágenes del autor, o parecidas, se comienzan a llamar así: María Auxiliadora y no por gusto es Alemania el país con más templos y altares dedicados a María, Auxilium Christianorum, en diversas imágenes que no se corresponden con la acuñada por la imaginería dulzona de molde y que conocemos de sobra.
María Auxiliadora. Manacor. |
Otro hito definitivo en la advocación es la liberación de Pío VII de manos de Napoleón, en 1814. El papa, agradecido a María, declara que el 24 de mayo, día de su entrada a Roma, será la festividad de María, Auxilio de los Cristianos 1, aunque nunca fue inscrita como festividad mariana en el calendario oficial de la Iglesia. Es este espíritu de devoción y agradecimiento lo que recogerá San Juan Bosco (31 de enero) para nombrarla Madre y Patrona de su obra a favor de los niños y jóvenes pobres. El santo vive estas experiencias de los destierros de Pío VII y Pío IX, como verdaderos peligros de la Iglesia y la sociedad, la repetición de los tiempos aciagos de Lepanto o Viena. Dirá el santo que la protección mariana concierne a “las naciones, los ejércitos y príncipes católicos, cada uno de los fieles y de los infieles, en lo que atañe al alma y a los bienes sobrenaturales, y también al cuerpo y a los bienes materiales”. Es decir, de la Iglesia y las naciones representadas en sus individuos y sus asociaciones, intereses y necesidades particulares. La advocación no solo recuerda la protección mariana sobre la Iglesia Universal y la cristiandad (en cuanto esta hoy ha de ser asumida no ya como conjunto de países confesionalmente católicos, sino en cuanto a la humanidad en la que aún subyacen valores cristianos), sino de las personas por separado, y sobre la individualidad de cada cristiano. Lo cual hay que agradecérselo, pues María Auxiliadora deja de ser una belicosa advocación ligada a guerras y peleas, para aparecer como Madre bondadosa de todos. Juan Bosco le edifica un bello santuario en Turín, diseñando el mismo la imagen harto conocida y que no siempre es reproducida con acierto estético, como apunté antes.
Lienzo que preside la Basílica de María Auxiliadora de Turín. |
La maternidad espiritual de María sobre la Iglesia, su mediación universal, y figura de la nueva Eva, hacen que su misión en la Iglesia sea esa precisamente: Ser auxilio constante de sus hijos. Pío XII dirá:
“No sólo la doctrina encerrada en el título, sino el mismo título “Auxilium Christianorum” se encuentra con frecuencia en los labios y en los escritos del supremo Pastor, como si fuera entre los títulos marianos tradicionales el más apto y apropiado para expresar la verdad de la mediación social de María hacia la Iglesia católica”.
En 1965, con el Concilio Vaticano II, el Beato Juan XXIII (11 de octubre) llama a María “Auxiliadora, Medianera, Socorro y Abogada”. Si alguna advocación mariana pudiera resumir todas las apariciones de la Virgen a lo largo de la historia, siempre alentando, protegiendo y comunicándose a los pueblos sería esta: Auxilio de los Cristianos.
Y termino, como no, con una cita de Don Bosco:
Y termino, como no, con una cita de Don Bosco:
“María (…) llegando a ser madre en el Calvario, no sólo obtuvo el título de Ayuda de los Cristianos, sino también el oficio, el magisterio y el deber de tal. Nosotros tenemos, pues, un sagrado derecho de acudir a la ayuda de María. Este derecho está consagrado por la palabra de Jesús y garantizado por la ternura maternal de María”.
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1 Curiosamente, el 24 de mayo se celebran tres advocaciones marianas relacionadas con auxilios en momentos difíciles: Nuestra Señora la Blanca, en Plontevoy (tormentas) y Nuestra Señora de la Strada (epidemias) y Nuestra Señora de Wollfahrtshofen, Alsacia (conversión de protestantes
El 24 de mayo, además se celebra a:
El 24 de mayo, además se celebra a:
Santa Afra de Brescia, virgen y mártir. |
San Vicente de Lérins, monje. |
San Juan Estilita. |
La Traslación de Santo Domingo. |
Para mí, la advocación de María Auxiliadora es muy entrañable. (Ya he colocado en mi muro de Facebook dos imágenes suyas y un enlace a su himno en Youtube). Mi madre es Antigua Alumna de las Salesianas de Madrid - Calle Villaamil y yo siempre me he considerado (aunque no lo sea estrictamente) feligrés de la Parroquia de los Salesianos de Madrid - Estrecho (Calle Francos Rodríguez)(Allí celebré mi Primera Misa solemne en 1994 y el funeral por mi padre en 2000). La devoción está muy extendida por el barrio y la procesión, que había dejado de celebrarse por los años 60, se recuperó hacia principios de los 90, con bastante asistencia.
ResponderEliminarCuando San Juan Bosco inició la Basílica de Turín no tenía más que 40 céntimos y decía que se había construido a base de milagros. Todavía los salesianos contiinuan recordando frases de Don Bosco como "Ella lo ha hecho todo" o "Tened verdadera devoción a María Auxiliadora y sabréis lo que son milagros".
En Cuenca, se venera una imagen de María Auxiliadora en la Catedral, en la llamada Capilla Honda o del Sagrado Corazón (que en invierno se utiliza como Capilla del Santísimo). La imagen precedió a la presencia salesiana, pues fue un canónigo gran admirador de la obra de Don Bosco el que a principios del siglo XX la encargó a las Escuelas Profesionales salesianas de Barcelona (La progresiva despoblación del Casco Antiguo de la ciudad ha hecho que la vida de la cofradía, en otro tiempo pujante, haya decaído bastante). Desgraciadamente, el que los Salesianos dejaran Cuenca, también influyó en que haya disminuido esta devoción en la ciudad; la iglesia salesiana, de líneas modernas, fue desacralizada y actualmente la imagen de María Auxiliadora que allí se veneraba (que se aparta de los modelos tradicionales) se encuentra en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Paz.
ResponderEliminarMe preguntaba Ramón mi opinión sobre el tema al que alude en la nota 2, esto es, en la posible relación de las advocaciones de María Auxiliadora y Nuestra Señora de la Salud. Aunque desarrolle un poco el tema (¡no todo lo que den de sí los 7 u 8 libros que tengo ahora sobre la mesa, todos ellos de algún modo relativos a la cuestión!), prefiero empezar contando mi versión del final de la "película".
ResponderEliminarLa verdad es que creo que no existe ninguna relación entre ambas advocaciones, fuera de que ambas son expresión de la devoción mariana en un mismo momento histórico; recordemos que ambos santos, Soledad Torres Acosta y Juan Bosco, fallecieron con apenas tres meses de diferencia.
Ramón alude en el artículo a que estas imágenes no siempre son reproducidas con acierto artístico, aludiendo a una iconografía "acuñada por la imaginería dulzona de molde y que conocemos de sobra"; creo que todos hemos visto imágenes idénticas que cambiando su atributo igual pueden ser san Blas que san Nicolas o cualquier otro santo obispo; lo mismo sucede con algunas imágenes marianas; como ejemplo diré que mi madre, antigua alumna de las salesianas y feligresa de una parroquia de los salesianos, más de una vez ha exclamado ¡es María Auxiliadora! ante imágenes de la Virgen del Rosario o de otras advocaciones, ciertamente de un molde idéntico a las de la Virgen salesiana.
Tengo ahora mismo ante mí una estampa de la Virgen de la Salud (creo que la cojí en la capilla de Santa Soledad de la Catedral de la Almudena de Madrid) que efectivamente es muy similar por no decir idéntica a María Auxiliadora (no pone en la estampa donde se venera esta imagen), pero sostengo que esta imagen difiere bastante de la original venerada por Santa Soledad.
Aunque el tema no es el origen de las Siervas de María, hay que decir algo al respecto. Hacia 1851, un piadoso sacerdote del madrileño barrio de Chamberí, don Miguel Martínez, deseaba fundar una congregación religiosa en honor de la Virgen dolorosa y por devoción a los siete santos fundadores de los Servitas, deseaba hacerlo con siete señoritas; Soledad (mejor dicho, Manuela, que este era su nombre de pila) fue la septima. Pronto surgieron las dificultades y algunas de las fundadoras se retiraron y así Soledad llegó a ser el alma de ese pequeño grupo que no terminaba de consolidarse; para colmo, el iniciador de la fundación, viendo el poco éxito, decide retirarse y dedicarse a otras tareas apostólicas (en concreto, organizar una expedición misionera a los territorios españoles del Golfo de Guinea, empresa que tampoco obtuvo el éxito deseado).
ResponderEliminarAntes de esto, las religiosas pidieron a don Miguel que les consiguiera una imagen de la Virgen (hasta entonces solamente tenían un cuadro o lámina) y éste consiguió que algún compañero les cediera una imagen retirada del culto; por el apostolado de las Siervas con los enfermos en sus domicilios es por lo que fue llamada Virgen de la Salud; la marcha de don Miguel tuvo lugar en 1856, por lo que ya antes de esa fecha contaban con ella. Sabemos que cuando en 1883 se inaugura la actual Casa Madre en la plaza de Chamberí la Virgen es llevada allí en procesión por las religiosas, suponemos que a una capilla provisional, pues la Iglesia no fue inaugurada hasta 1885 (dos años antes de la muerte de la Fundadora). También sabemos que en 1889 la Congregación contaba con 43 casas, 4 de ellas en Ultramar (o sea, Ramón, en tu tierra) y 468 religiosas, incluyendo las novicias. Puesto que en esa época no tenían ninguna Casa en Italia es poco probable que San Juan Bosco llegara a tener conocimiento de esta Fundación, y menos aún de la advocación mariana a la que tenían por Patrona.
Por otra parte, quería referirme a la imagen original venerada en la Casa Madre de la plaza de Chamberí; en algún lado he leído que la original fue destruida en la persecución religiosa de 1936, pero existe una copia de la misma que es la que se venera en un altar de la Iglesia de la Casa Madre; parece que hay una segunda imagen similar (aunque probablemente más pequeña) que se venera en un oratorio interno del mismo convento; tengo fotografías de estas imágenes (incluida una en un libro de 1935, anterior por tanto a la guerra) y estas imágenes difieren no poco de la que aludía antes; solo tiene en común con la iconografía de Mría Auxiliadora que lleva el cetro real en la mano derecha y el Niño en la izquierda, pero se trata de una imagen de vestir; mientras que normalmente María Auxiliadora se representa con túnica rosa y manto azul, en esta imagen ambas prendas son blancas y cubre su cabeza con un velo tipo mantilla tambien blanco, mientras que la Auxiliadora no suele llevar el pelo cubierto. Tampoco la corona es como la que habitualmente lleva la Virgen Salesiana. Así pues, en el caso de esta imagen original de la Virgen de la Salud creo que las diferencias son lo suficientemente notables con las de la Virgen de Don Bosco, a la que me referiré mañana o cuando pueda, pues hoy ya es un poco tarde.
Antes de irme a dormir, voy a citar un párrafo de Santa Soledad Torres Acosta en una de sus cartas:
ResponderEliminar"Espero concluyamos este mes de mayo con la grande victoria de presentar a nuestra querida Madre de la Salud un excelente ramo de preciosas flores de virtudes; y, entre todas, que sobresalgan las de la humildad y obediencia, y después vienen, como excelentes adornos, las demás virtudes, que nos dan fuerzas para continuar tejiendo nuestra inmortal corona, si somos fieles Siervas de María".
(Germán Prado, OSB: "Madre Soledad"; Siervas de María; Madrid, 1953; p. 419).