viernes, 1 de junio de 2012

De María, Auxiliadora y de la Salud


Cúpula de la iglesia
María Auxiliadora, Madrid
Pregunta: ¿Quien fue primero? ¿María Auxiliadora o Nuestra Señora de la Salud? Es como lo del huevo y la gallina…

Respuesta: Esta vez (¡el mundo al revés!) Ramón no es el que responde sino el que pregunta; Tras el artículo que escribió sobre María Auxiliadora el pasado 24 de mayo, día en que se celebra su fiesta, y en el que recordaba en una nota el parecido entre algunas de sus imágenes y otras de Nuestra Señora de la Salud, patrona de las Siervas de María, me hizo coloquialmente esta pregunta a través de facebook; aunque parcialmente le contesté “a vuelapluma” por medio de varios comentarios en el mismo artículo, ahora presentamos esos datos refundidos, retocados y completados.


Aunque ejerzo el ministerio sacerdotal en la Diócesis de Cuenca, España, soy natural de Madrid; en mi barrio de Estrecho está muy extendida la devoción a María Auxiliadora; siempre me he considerado (aunque no lo sea estrictamente) feligrés de la Parroquia de los Salesianos de la Calle Francos Rodríguez; Allí celebré mi Primera Misa solemne en 1994 y el funeral por mi padre en 2000. La procesión del 24 de mayo, que había dejado de celebrarse por los años 60, se recuperó hacia principios de los 90, con bastante asistencia y siempre que puedo participo en ella. También las Salesianas (Hijas de María Auxiliadora) tienen dos colegios en la zona, el de la Calle Villaamil (del que es Antigua Alumna mi madre) y el de la Dehesa de la Villa. Por todo ello, la advocación de María Auxiliadora es muy entrañable para mí [1]. Con este interés desarrollo el tema, hablando por separado de los orígenes de estas dos advocaciones marianas y estableciendo al final una conclusión.  
 

San Juan Bosco y María Auxiliadora.
Ya Ramón desarrolló bastante en el artículo anterior el tema de los orígenes de la invocación en la Iglesia a María como Auxilio de los Cristianos, recordando cómo San Juan Bosco (31 de enero) hizo suyo este título; ahora insistiremos en la espiritualidad mariana de este Santo.

Juan Bosco nació en I Becci, caserío cercano a Turín el 16 de agosto de 1815; pronto muere su padre y es su madre, “Mamá Margarita” la mujer fuerte que ha de sacar adelante la familia y la que transmite a Juan unos sólidos valores humanos y una profunda religiosidad en la que tiene un lugar importante la devoción a la Señora. A los 9 años tiene un “sueño” misterioso, el primero de una larga serie, en el que de alguna forma ya se le anuncia su futura misión de educador de niños y jóvenes y en el que está presente la Virgen. Contempla la posibilidad de hacerse franciscano, pero ve que se ajusta más a su vocación el Seminario diocesano, en el que logra ingresar a pesar de su pobreza y de la falta de comprensión de su hermanastro mayor. 


En 1841 recibe con fervor la ordenación sacerdotal. Aunque la mayoría de los biógrafos del Santo dividen su vida ministerial en dos partes, no falta algún autor que separa un periodo previo en su devoción y apostolado, al que, recordando aquél primer sueño –varias veces repetido- titula: “En los orígenes de la vocación y misión de Don Bosco, la Auxiliadora se revela como Pastora compasiva de los jóvenes” [2]. Resulta determinante en su misión la fecha del 8 de diciembre de 1841 en que encuentra en la sacristía a un joven de 16 años al que el sacristán quiere echar; él lo atrae con paciencia y dulzura y se compromete a catequizarle junto con otros de su edad; para Don Bosco este encuentro fue determinante para su vocación de educador y por ello se conserva el nombre de ese joven: Bartolomé Garelli. Aparte de esta referencia a María como Pastora, todos los biógrafos de San Juan Bosco insisten en que es el título de Inmaculada el que marca su piedad mariana en un amplio periodo de su vida: “Durante los veinte primeros años de su ministerio sacerdotal, Don Bosco expresó su devoción mariana, comprensiva y total, dando un puesto de privilegio a la singular gracia de María de ser Inmaculada” [3]. Recordemos que este período coincide con los años de la Definición Dogmática de la Inmaculada Concepción (1854) y las Apariciones de Lourdes (1858). 


Estampa piadosa
En 1846 se traslada al lugar de Valdocco (que significa “valle de los matados”, pues ahí habían recibido el martirio tres soldados de las legiones romanas llamados Solutor, Adventor y Octavio, 20 de noviembre y 22 de septiembre). Allí funda el Oratorio, donde intensifica su tarea de apostolado y formación, insistiendo en la piedad eucarística, la confesión frecuente y la devoción mariana; la primitiva capilla que construye en la llamada “Casa Pinardi” es sustituida, al quedarse pequeña, por una Iglesia dedicada a San Francisco de Sales en 1852. El 26 de enero de 1854 se le juntan cuatro jóvenes; son los comienzos de la futura Congregación. En 1858 el fundador es recibido por el Papa, Beato Pio IX (7 de febrero), que le anima a seguir adelante. Al año siguiente se constituye la Congregación Salesiana, con 17 miembros.

Algunos de los hitos que influyen en Don Bosco para que vaya resonando en él cada vez con más fuerza el título de María como Auxilio de los Cristianos, ya se han recogido en el artículo anterior. Recordemos que hacia 1860 la situación político-religiosa de Italia, en pleno proceso de unificación, era delicada y por ello los obispos de Umbría invitaron en una carta a todos los cristianos de Italia a rogar a Dios “por la Intercesión del Corazón Inmaculado de María, Madre de Dios, Auxiliadora de los cristianos” [4]. También en Spoleto, en 1862, tras un milagro, se reedificó la Iglesia de la Virgen de la Estrella, dándole el título oficial de Auxilio de los Cristianos. Ese mismo año tiene Don Bosco el llamado “sueño de las dos columnas”, en el que ve a la Iglesia como una nave sometida a los embates de las olas hasta que encuentra refugio entre dos columnas: La Eucaristía, “Salus credentium” (Salvación de los creyentes) y la Virgen, “Auxilium Christianorum” (Auxilio de los Cristianos). 

"Desde 1862 (fecha del sueño de las dos columnas) hasta 1868 (año de la consagración del Santuario de Turín) Don Bosco no separa, casi nunca, los nombres de Auxiliadora e Inmaculada" [5].
 "¡Año 1862! 'Hasta ahora hemos celebrado con solemnidad y esplendor la fiesta de la Inmaculada… -habla Don Bosco a Don Cagliero-, desde ahora la Virgen quiere que la honremos bajo el título de María Auxiliadora'. ¡Ella lo quiere!" [6].
Don Bosco y María Auxiliadora
Cuando la Iglesia de San Francisco de Sales (29 de enero) se quedó pequeña para los 800 muchachos hospedados en la obra de los Salesianos, quiso comenzar la gran Iglesia de María Auxiliadora. El 25 de Abril de 1865 se colocó solemnemente la primera piedra y se recuerda la anécdota de que el Santo adelantó al constructor todo el dinero que tenía: ¡40 céntimos! Cuando se consagró el templo, el 9 de junio de 1868.
“Don Bosco pudo afirmar: `La Virgen se ha edificado su casa´ y `cada ladrillo de esta iglesia es una gracia concedida por la Virgen´” [7].

En 1865 había encargado el cuadro del altar mayor al pintor Tomás Lorenzone; la idea del Santo es que María Auxiliadora apareciese rodeada de numerosos santos y con una representación de los pueblos del mundo, suplicantes a sus pies, pero el pintor le convenció de que resultaba de excesiva grandiosidad, limitando a los apóstoles y evangelistas los santos que rodean a la Virgen.

San Juan Bosco continuó difundiendo por todo el mundo la devoción a María como Auxilio de los Cristianos; repartió a miles estampas y medallas y consiguió la aprobación de la Bendición de María Auxiliadora; Recordemos que cuando cayó en la cuenta de la necesidad de alguien que realizara entre las chicas una misión similar a la que él y sus salesianos realizaban con los muchachos, aceptó dirigir a unas jóvenes que, encabezadas por la que sería Santa María Dominica Mazzarello (13 y 14 de mayo), en un principio se llamaron “Hijas de la Inmaculada” pero pronto pasaron a ser la Congregación de “Hijas de María Auxiliadora”, fundada en 1872, y que son conocidas como Salesianas. También forman parte de la familia salesiana los Cooperadores Salesianos, fundados en 1876, que son seglares que participan del apostolado y espiritualidad salesianos.

San Juan Bosco falleció piadosamente el 31 de enero de 1888. Fue beatificado por Pío XI el 15 de enero de 1929 y canonizado por el mismo Papa en la Pascua de 1934. Actualmente, los salesianos son unos 17000 y las Hijas de María Auxiliadora, unas 16000.

Así invocaba San Juan Bosco a María Auxiliadora: “Oh María, Virgen poderosa: Tú, grande e ilustre defensora de la Iglesia; Tú Auxilio maravilloso de los Cristianos; Tú, terrible como un ejército en orden de batalla; Tú que sola alcanzaste la victoria sobre todas las herejías en todo el mundo; Tú en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestras dificultades, defiéndenos del enemigo; y, en la hora de la muerte, lleva nuestra alma al Paraíso. Amén[8].
Santa Soledad Torres Acosta

Santa Soledad Torres Acosta y Nuestra Señora de la Salud.

El 2 de diciembre de 1826 nace en la madrileña calle de la Flor Baja (posteriormente absorbida por la Gran Vía) una niña que será bautizada en la Parroquia de San Martín (hoy, Templo Eucarístico Diocesano) con los nombres de Bibiana-Antonia-Manuela, aunque será conocida únicamente por el último de ellos. Sus apellidos serán Torres Acosta y se trata de una familia modesta de honrados y cristianos artesanos.

Tras mostrarse en su infancia y juventud piadosa y caritativa, y deseando consagrarse a Dios, a los 25 años tiene noticias de que un piadoso sacerdote del madrileño barrio de Chamberí, don Miguel Martínez Sanz, deseaba fundar una Congregación religiosa dedicada a atender a los enfermos, especialmente en sus propios domicilios. Esta Congregación estaría consagrada a la Virgen dolorosa y por devoción a los siete santos fundadores de los Servitas, deseaba iniciarla con siete señoritas; Manuela, que fue la séptima y la más joven de todas, ingresó con el nombre de Soledad y junto con sus compañeras emitió los votos religiosos el 15 de Agosto de 1851. 

Pronto surgieron las dificultades e incomprensiones y algunas de las fundadoras se retiraron; así, Soledad llegó a ser el alma de ese pequeño grupo que no terminaba de consolidarse; la pobreza rayaba en la miseria y de las escasas vocaciones que llamaban a sus puertas, pocas eran las que perseveraban. Para colmo, el iniciador de la Congregación, viendo el poco éxito, tal vez pensando que fuera por culpa suya y no deseando asistir a la desaparición de la obra, decide retirarse y dedicarse a otras tareas apostólicas (en concreto, organizar una expedición misionera a los territorios españoles del Golfo de Guinea, empresa que tampoco obtuvo el éxito deseado).

Soledad es la Superiora y con su perseverancia, oración y paciencia logrará que poco a poco la situación cambie, multiplicándose las vocaciones y abriendo nuevas Casas desde las que realizar su misión caritativa. Así se ha resumido su labor: “En su gobierno demostró sus dotes de exquisita prudencia y de una caridad sin límites y al mismo tiempo una humildad y mansedumbre avasalladoras con lo que supo captarse el amor sincero y la correspondencia voluntariosa de sus hijas. Dios le envió abundantes vocaciones y la Santa se consagró a formarlas espiritualmente, infundiéndoles su ardiente caridad a Dios y al prójimo, y a darles una capacitación técnica como exigía su delicada tarea” [9]. 


Nuestra Señora de la Salud
Antes de su marcha, las religiosas pidieron a don Miguel que les consiguiera una imagen de la Virgen (hasta entonces solamente tenían un cuadro o lámina) y éste consiguió que algún otro sacerdote les cediera una imagen retirada del culto; por el apostolado de las Siervas con los enfermos en sus domicilios es por lo que fue llamada Virgen de la Salud. La marcha de don Miguel tuvo lugar en 1856, por lo que ya antes de esa fecha contaban con ella. Sabemos que cuando en 1883 se inaugura la actual Casa Madre en la plaza de Chamberí la Virgen es llevada allí en procesión por las religiosas, suponemos que a una capilla provisional, pues la Iglesia no fue inaugurada hasta 1885. Santa Soledad murió santamente el 11 de Octubre de 1887. Fue beatificada por Pio XII el 5 de Febrero de 1950 y canonizada por Pablo VI el 25 de enero de 1970. Su memoria se celebra el 11 de octubre.

En 1889 la Congregación, cuyo nombre completo es Siervas de María, Ministras de los Enfermos [10], contaba con 43 casas, 4 de ellas en Ultramar, y 468 religiosas, incluyendo las novicias. (En 1970 las casas eran 123 y las religiosas 2550). Puesto que a la muerte de la Fundadora no tenían ninguna Casa en Italia es poco probable que San Juan Bosco llegara a tener conocimiento de esta Fundación, y menos aún de la advocación mariana a la que tenían por Patrona. Por otra parte, aunque los Salesianos ya contaban por esa época con alguna presencia en España (su primera fundación entre nosotros tuvo lugar en 1881; se trata de la de Utrera, Sevilla), tampoco creemos que Santa Soledad llegara a relacionarse con la familia salesiana, por lo que parece totalmente improbable ningún contacto en esa época entre ambos Institutos religiosos ni por consiguiente ninguna influencia en su respectiva espiritualidad.

En este final del Mes de las Flores terminemos la referencia a Santa Soledad Torres Acosta citando un párrafo de una de sus cartas:

"Espero concluyamos este mes de mayo con la grande victoria de presentar a nuestra querida Madre de la Salud un excelente ramo de preciosas flores de virtudes; y, entre todas, que sobresalgan las de la humildad y obediencia, y después vienen, como excelentes adornos, las demás virtudes, que nos dan fuerzas para continuar tejiendo nuestra inmortal corona, si somos fieles Siervas de María"[11].
Conclusión:
La verdad es que creo que no existe ninguna relación entre ambas advocaciones, fuera de que ambas son expresión de la devoción mariana en un mismo momento histórico; resaltemos que ambos santos, Soledad Torres Acosta y Juan Bosco, fallecieron con apenas tres meses de diferencia. 



Ramón alude en el artículo anterior a que la imagen de María Auxiliadora “no siempre es reproducida con acierto estético”, aludiendo a una iconografía "acuñada por la imaginería dulzona de molde y que conocemos de sobra"; creo que todos hemos visto imágenes idénticas que cambiando su atributo igual pueden ser san Blas que san Nicolás o cualquier otro santo obispo; lo mismo sucede con algunas imágenes marianas; como ejemplo diré que mi madre, Antigua Alumna salesiana, más de una vez ha exclamado: “¡es María Auxiliadora!” ante imágenes de la Virgen del Rosario o de otras advocaciones, ciertamente de un molde idéntico a las de la Virgen salesiana. 


La estampa que a la derecha reproducimos de la Virgen de la Salud (la cogí en la capilla de Santa Soledad de la Catedral de la Almudena de Madrid y no indica donde se venera la imagen que reproduce) es efectivamente muy similar, por no decir idéntica, a otras de María Auxiliadora, pero esta imagen difiere bastante de la venerada por Santa Soledad y que hemos reproducido más arriba. Dicha imagen original de la Casa Madre de la plaza de Chamberí fue destruida en la persecución religiosa de 1936, pero posteriormente se realizó una copia de la misma que es la que se venera en un altar de la Iglesia de dicha Casa Madre; parece que hay una segunda imagen muy similar (aunque probablemente más pequeña) que se venera en un oratorio interno del mismo convento. 

Como se puede comprobar, esta imagen difiere no poco de la que acabamos de presentar; solo tiene en común con la iconografía de María Auxiliadora que lleva el cetro real (muy frecuente en diversas advocaciones marianas) en la mano derecha y el Niño Jesús en la izquierda, pero la original Virgen de la Salud es una imagen de vestir, con ropas todas ellas de color blanco, mientras que normalmente María Auxiliadora se representa con túnica rosa y manto azul; La Patrona de las Siervas de María cubre su cabeza con un velo tipo mantilla también blanco, mientras que la Virgen Salesiana no suele llevar el pelo cubierto. Tampoco la corona real de la Salud es como la más baja que habitualmente lleva la Auxiliadora. Así pues, la imagen original de la Virgen de Santa Soledad creo que se diferencia de forma notable de la Virgen de Don Bosco. Ello no quita para que éste (con absoluta independencia de la imagen madrileña) invoque en alguna ocasión a María como Salud de los enfermos:

“Nosotros tenemos necesidad de una medicina que nos preserve de todo mal. Ahora bien, ¿qué medicina mejor y más eficaz que la Reina del Cielo, llamada por la Iglesia `Salud de los Enfermos´? Nosotros tenemos necesidad de una buena mediadora, de una abogada poderosa, de una madre piadosa, que con su oración eficaz, con la suavidad de su amor aplaque la cólera, desarme la mano y nos alcance misericordia y perdón. María es precisamente esta abogada, esta madre: 'Abogada nuestra, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra'” [12].

Ángel Luis Estecha González, pbro.




 

Bibliografía:
 

Sobre María Auxiliadora:
1. Las numerosas biografías de San Juan Bosco (Fierro, Egaña, Teresio Bosco, Sheppard, Vivar…)
2. Rico, SDB, José A.: “Don Bosco y la Santísima Virgen”; Asociación de María Auxiliadora; Madrid, 2003.
3. Casanovas, R: “¡Comprometidos! María y los Cristianos”; Delegación Nacional de Cooperadores Salesianos; Madrid, 1979.
4. Varios: “III Congreso Nacional de María Auxiliadora (…) Barcelona, 1986”; Instituto Politécnico Salesianos Atocha; Madrid, 1986. (En especial el artículo de: Borrego, SDB, Jesús: “La Presencia de María Auxiliadora en la misión de Don Bosco”).

Sobre Nuestra Señora de la Salud y Santa Soledad Torres Acosta:
1. Prado, OSB, Germán: “Madre Soledad”; Siervas de María; Madrid, 1953.
2. Javierre, J.M.: “Soledad de los enfermos”; BAC; Madrid, 1970.
3. Panellas Galindo, OAR, Pablo: “Con María junto a la Cruz”; BAC Minor; Madrid, 1984.




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[1] Sobre las dos imágenes de María Auxiliadora veneradas en la capital de mi diócesis conquense, véase mi comentario al anterior artículo sobre el tema.
[2]
Borrego, SDB, Jesús: “La presencia de María Auxiliadora en la Misión de Don Bosco”, en “III Congreso Nacional de María Auxiliadora…”, p. 20.
[3]
Casanovas, R.: “¡Comprometidos! María y los Cristianos”, p. 139.
[4]
Citado en: Rico, SDB, José A.: “Don Bosco y la Santísima Virgen”, p. 31.
[5]
Casanovas, R.: “¡Comprometidos! María y los Cristianos”, p. 144-145.
[6]
Borrego, SDB, Jesús: “La presencia de María Auxiliadora en la Misión de Don Bosco”, en “III Congreso Nacional de María Auxiliadora…”, p. 24. (Don Juan Cagliero fue uno de los primeros compañeros del Santo, misionero en América y primer Obispo y Cardenal de la Congregación).
[7]
Rico, SDB, José A.: “Don Bosco y la Santísima Virgen”, p. 35.
[8]
Rico, SDB, José A.: “Don Bosco y la Santísima Virgen”, p. 69.
[9]
“Datos biográficos” tomados de una estampa publicada con ocasión de su canonización (1970).
[10]
Recordemos que Ministras significa Servidoras.
[11]
Prado, OSB, Germán: “Madre Soledad”, p. 419.
[12]
Rico, SDB, José A.: “Don Bosco y la Santísima Virgen”, p. 26.

1 comentario:

  1. Ángel Luis Estecha González, pbro.1 de junio de 2012, 3:15

    Gracias, Ramón, por tu acogida en el Blog. Celebro que, cuando desde hace tiempo tengo a medias otros artículos, mi primera participación (aparte de los comentarios) haya sido finalmente sobre un tema relacionado con la Santísima Virgen.

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