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miércoles, 6 de enero de 2016

Gertrudis, la mística de la Encarnación.

Si hace poco veíamos de una mística flamenca de la que poco se sabe, la Beata Hadewych de Flandes (15 de diciembre), hoy estamos en el mismo caso. Gertrudis debe haber nacido en sobre 1320. Un juego de palabras entre su ciudad de origen, Oostburg (ciudad de Oriente) y un conocido himno llamado "Het daghet in den Ooste" (“Albores en Oriente”), que se le atribuía, es conocida como:. 

Beata Gertrudis “la Oriental”, beguina y mística. 6 de enero. 

Nació en una familia muy pobre, pero piadosa, y aún niña fue colocada como empleada doméstica para una familia rica, donde conoció a otras chicas empleadas, de nombre Lielta y Dievera. Con ellas comenzó a alejarse de la religión y se dio a una vida mundana, de fiestas, juergas en las tabernas. Cantaban en las esquinas para beberse y comerse lo recaudado, frecuentaban hombres y casas de mala reputación. Y aún en medio de aquellos desenfrenos, según contó a un director espiritual luego, en su interior bullía Dios. En estos peligros del mundo, Gertrudis conoció a un joven que le prometió matrimonio y luego la abandonó para casarse con otra. Gertudis supo que su rival estaba embarazada y juró vengarse de ella. En el momento del nacimiento del niño, supo Gertrudis que  la joven estaba en peligro de muerte, y su primer impulso fue orar por ella. Sin cuestionamientos ni preguntas, solo oró por su curación y obtuvo la gracia. Ambos, madre y criatura se salvaron. Para nuestra beata aquello significó un punto y aparte, una gracia fundante que llaman los místicos a ese momento y ocasión en que Dios ilumina al alma de tal manera que ya no hay paso atrás en el camino de la conversión.

Así que Gertrudis, imbuida en el movimiento de la Devotio Moderna, iniciada por el Beato Gerardo el Grande (20 de agosto), comenzó una vida espiritual intensa, a la que atrajo a sus amigas Lielta y Dievera. Comunión, confesión frecuente, ejercicios devotos, penitencia y una estricta dirección espiritual la llevaron a pedir la admisión en un convento de beguinas de Delft. Y sus amigas harían lo mismo años más tarde. Allí pudo entregarse al estudio y la vida de oración, aspectos de la vida interior que el beguinato mimaba muchísimo. Gertrudis se lanzó a la misericordia de Dios, y teniendo presente el amor de Cristo por los pobres, que le llevó a hacerse uno de ellos, también se dedicó a la caridad activa con los necesitados. Y esta asimilación con la caridad de Cristo, la llevó a la asimilación con la Encarnación y Pasión de Cristo, que recibió el curioso fenómeno (místico para sus contemporáneos) en el cual todos los años sus pechos se llenaban de leche en Adviento y Navidad. Además, durante Cuaresma y Pascua recibía los estigmas de la Pasión. En 1351 tuvo una serie de visiones de la Santísima Virgen que dieron pie a la construcción de la iglesia de Santa María la Nueva en Delft.
Gertrudis falleció el 6 de enero de 1358 y fue sepultada en el cementerio de lo pobres, el de las Hermanas del Espíritu Santo. A inicios del siglo XX una asociación de mujeres para el servicio doméstico la eligió como patrona.

Para terminar, en el siguiente vídeo podéis escuchar una interpretación al órgano del himno "Het daghet in den Ooste".




Fuentes:
-“Prophets in Their Own Country: Living Saints and the Making of Sainthood in later Middle Age”. AVIAD M. KLEINBERG. Chicago, 1992.
-“La mirada interior: Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media”. VICTORIA CIRLOT y BLANCA GARÍ. Ediciones Siruela. Madrid, 2008.
-Grosses vollständiges Universal Lexicon” Volumen 10. Leipzig, 1735.


A 6 de enero además se celebra a
San Peran de Landevennec, eremita.
San Erminold de Prüfening, abad.
Los Santos Reyes Magos.

martes, 15 de diciembre de 2015

Hadewych, o el furor de Amor.

Beata Hadewych de Flandes, mística. 15 de diciembre.

Hadewych nació en el siglo XIII, en un lugar indeterminado de Flandes entre Bélgica y Holanda, y por su cultura y piedad temprana puede afirmarse que creció en una familia acomodada, culta y cristiana de veras. Unos dicen que en Amberes, pero no se puede demostrar. Pocos datos fiables de su vida se conocen, a lo mucho, de su época. Y, claro, de su obra escrita. Se sabe fue una escritora prolífica, aunque no se conserven muchas de sus obras, y casi ninguna original, sino a través de copistas que las distribuían. Conocía latín, griego, francés, música, teología, Escrituras, Santos Padres, etc. Entre las posturas extremas del racionalismo en Pedro Abelardo y la intuición empírica de San Bernardo (20 de agosto), Hadewych se sitúa en medio, reuniendo razón y amor en un punto: la caridad efectiva, la práctica del amor de Cristo, que sana al alma propia y la ajena. Esta caridad galopante a la par manifiesta al mundo ese amor en obras reales, que elevan a la persona que ama y al que recibe el amor:
...mi razón iluminada me ha hecho ver, desde que Dios se manifestó en ella, todo lo que faltaba a mi perfección y también a la de los demás, y en cuanto se despertó su mirada, ella me indicó y guió al lugar donde yo gozaría de mi amado y alcanzaría la unidad, después de una superación digna de él. Este lugar del amor que mi razón iluminada me enseñaba estaba tan lejos y por encima del humano sentir que - de eso tuve la certeza - ya no debía alegrarme o sentir pena por cosa alguna, grande o pequeña. Mi única satidfacción sería pensar que siendo yo humana experimentaba el amor en un corazón amante y que, siendo Dios tan grande, yo con abstenerme de toda satisfacción podía con mi humanidad alcanzar la divinidad. (...) He convivido, sin embargo, con los hombres en toda clase de servicios y obras. En todas sus necesidades me encontraron a su lado y comprobaron mi disponibilidad".

Sus obras se suscriben a sus experiencias místicas, las cuales explica descriptivamente, o pone en canciones o poemas. También se conservan treinta y una cartas, casi todas dirigidas a otras mujeres espirituales que buscaban la perfección en Cristo, a las que, sin embargo, no nombra y que han pasado al olvido. Da consejos para la vida espiritual, anima, reprocha, pero sobre todo se nota que ama a sus destinatarias, y todos los textos rezuman a Jesucristo. Algunas de estas cartas son también rimadas, las más íntimas. Esquematizan la doctrina, consejos, experiencias místicas en estrofas sencillas. Es un trabajo didáctico, pues la intención es que el destinatario se quede con el verso que resume la carta. Algunos tal vez ni podrían leer, otros podrían memorizar y copiar. Es un método muy personal y seguido por místicos de gran valía, como San Juan de la Cruz (14 de diciembre y 24 de noviembre), por ejemplo, el cual compone canciones llenas de símbolos, imágenes y de fácil memorización, que apoyan su enseñanza espiritual.

Por otro lado, sus poemas tienen una tendencia igualmente seguida por almas espirituales y pedagogas de lo divino: asimilar los versos espirituales con melodías populares y muy conocidas de la época. Es un medio sencillo y efectivo de que lleguen a calar en los destinatarios. Lo harían también, entre otros, Santa Teresa (15 de octubre y 26 de agosto, la Trasverberación) y Santa Teresita (1 de octubre). En el caso de nuestra beata incluso han sido interpretados en épocas actuales actualmente con instrumentos musicales semejantes a los medievales. Además, Hadewych se sirve de representaciones del amor “mundano”, la naturaleza, la alegría del amor esponsal, siempre referidos a Cristo. Y un tema es recurrente: Cristo languidece por amor y anhela al alma, mientras que el alma, que suspira por el Amado, no le halla hasta que se purga de otros afectos y distracciones, aunque esta espera es ya amor, según Hadewych. Una vez unidos, nada los separa ya. Sus visiones igualmente están cargadas de símbolos e imágenes impactantes, que recuerdan al Apocalipsis, el bíblico y otros semejantes. Algunas aluden a la gloria de los santos, locuciones de estos y sobre todo de Jesús.

Esta obra mística está principalmente dirigidas a religiosas, por lo que en cierta época se pensó había sido monja, incluso abadesa de alguno de los prestigiosos monasterios de Brabante. Pero los mejores historiadores concluyen que, si acaso, fue una beguina en Bruselas. Su espíritu libre, forma de escribir y trato íntimo con Cristo, sugieren más la espiritualidad beguina, más propia y femenina que las de los monasterios, donde los prelados metían de vez en cuando las narices. Sus vivencias, datos, comparaciones y alusiones místicas sugieren que viajaba y que no vivía en un sitio fijo y encerrado como un monasterio. Además, su papel defensor del beguinato frente a la Inquisición, que las consideraba herejes, la revela como defensora de este movimiento que, si bien no profesó (no sabemos), al menos sí lo conoció y protegió con sus escritos. Incluso si no hubiera sido una de ellas, fue una de sus líderes en cuanto a la defensa de tan peculiar status en la Iglesia. Con respecto a su vida, en una carta dice:
"Yo por mi parte he compartido muy poco del modo de los hombres en el comer, el beber y el dormir. No he querido ataviarme con sus vestidos, sus colores y sus adornos. Tampoco he buscado para satisfacción mía cosa alguna de las que alegran el corazón humano, ni de ellas recibí contento; solamente en cortos momentos, ha sido mi felicidad la experiencia del amor que todo lo supera”.

No se sabe cuando entró en la gloria, pero los más, señalan el 1 de junio de 1248. Nunca fue beatificada ni canonizada, pero la iglesia holandesa la veneraba y la incluyó en su martirologio, a 15 de diciembre. Y cosa curiosa, a causa de la persecución protestante, a pesar de ser una mística tan interesante no fue hasta el siglo XX en que fue redescubierta y puesta en valor su figura y obra. En la iglesia de San Bavón de Haarlem aparece en una curiosa iconografía: con un árbol del revés, simbolizando su alma, que tiene sus raíces (punto de nutrición de los árboles) vueltas hacia Dios. Es en Él donde se halla todo el origen y sentido de su vida.

Y para terminar, un fragmento de su “Poema estrófico” número 28.


Detalle de su lápida sepulcral.
"El furor de amor
es rico feudo;
el que lo reconoce
no pedirá nada más a Amor:
puede unir opuestos,
invertir el sentido.
Estoy diciendo la verdad
El furor de amor hace amargo lo dulce,
extraño al pariente,
y del menor hace el mayor.

El furor de amor hace lo fuerte débil
y sana al enfermo,
hace de cojear al firme
y cura al que está herido,
instruye al ignorante.
Acerca del ancho camino
en el que muchos se pierden.
Enseña todo
cuando puede aprenderse
en la alta escuela de Amor.

En la alta escuela de Amor
se aprende el furor de amor."


Fuente:
-"La mirada interior: Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media". VICTORIA CIRLOT y BLANCA GARÍ. Ediciones Siruela. Madrid, 2008.


A 15 de diciembre además se celebra a
San Mesmin de Micy, abad

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Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...