En la tradición cristiana es común desde tiempo inmemorial representar a Jesús con corona y otros atributos regios, pues “El mundo fue hecho por medio de él”(1); esto culminará con la institución de la fiesta de Jesucristo, Rey del Universo (2). Aquél que nace humildemente en Belén es el mismo al que reconocemos como Soberano de toda la creación. La Antífona Mayor de hoy nos lo recuerda.
Y Dom Próspero Gueranguer nos dice en su Año Litúrgico:
Nuevamente encontramos en dicho Año Litúrgico una Antífona que en la antigüedad acompañaba a la de la O, en este caso la O Rex Pacifice!, dirigida a Nuestro Señor:
Y por hoy el punto final lo pone la reflexión piadosa del religioso Mínimo Padre Avrillon en su “Conducta para pasar santamente el Adviento”:
LAS DEMÁS ANTÍFONAS:
(1) Cf Jn 1, 10.
(2) Por el papa Pio XI en 1925. Actualmente se celebra el último Domingo antes del Adviento.
SEXTA ANTÍFONA
Oh Rey de las naciones
y Deseado de los pueblos,
Piedra angular de la Iglesia,que haces de dos pueblos uno solo,
ven y salva al hombre
Oh Rey de las naciones
y Deseado de los pueblos,
Piedra angular de la Iglesia,que haces de dos pueblos uno solo,
ven y salva al hombre
que formaste del barro de la tierra.
Rex Gentium |
"¡Oh Rey de las naciones! cada día te vas aproximando más a Belén, donde habrás de nacer. El viaje se acerca a su fin, y tu augusta Madre, animada y fortalecida con tal dulce carga, camina en constante coloquio contigo. Adora ella tu divina majestad y da gracias por tu misericordia; se alegra de haber sido elegida para la sublime misión de servir de Madre a todo un Dios. Desea y goza ya del momento en que te contemplará con sus propios ojos. ¿Cómo podrá servir dignamente a tu soberana grandeza, la que se considera como la última de las criaturas? ¿Osará levantarte en sus brazos, estrecharte contra su corazón, amamantarte en su humano regazo? Y con todo eso, al pensar que se avecina la hora en que, sin dejar de ser su hijo, vas a salir de ella y reclamar todos los cuidados de su ternura, su corazón desfallece, y al unirse su amor materno con el amor que tiene a su Dios, está a punto de expirar en aquella desigual lucha de la débil naturaleza humana con los más fuertes y poderosos afectos reunidos en un mismo corazón. Pero tú la sostienes ¡oh Deseado de las naciones! porque quieres que llegue a ese momento feliz en que dé a la tierra su Salvador, y a los hombres la Piedra angular que los ha de unir en una sola familia. ¡Bendito seas, oh Rey divino, por las maravillas de tu poder y de tu bondad! Ven cuanto antes a salvarnos, acordándote del amor que tienes al hombre por haber salido de tus manos. Ven, pues tu obra ha degenerado; ha caído en la perdición y la muerte la ha invadido: tómala de nuevo en tus poderosas manos y rehazla; sálvala; pues la continúas amando y no te avergüenzas de lo que has hecho".
Nuevamente encontramos en dicho Año Litúrgico una Antífona que en la antigüedad acompañaba a la de la O, en este caso la O Rex Pacifice!, dirigida a Nuestro Señor:
SOLEMNE ANTÍFONA EN HONOR DE CRISTO
Oh Rey Pacífico,
que naciste antes de los siglos,
date prisa a salir por la puerta de oro:
visita a los que vas a rescatar
y haz que suban al lugar
Oh Rey Pacífico,
que naciste antes de los siglos,
date prisa a salir por la puerta de oro:
visita a los que vas a rescatar
y haz que suban al lugar
de donde les arrojó el pecado.
Rey del mundo y piedra angular de la Iglesia. |
“¡Oh Rey de las naciones!, Rey de los reyes, soberano Señor del cielo y de la tierra, Rey querido de todos los pueblos que tienen la felicidad de vivir bajo tus leyes y de quienes haces toda la dicha, la gloria y las delicias. Piedra angular, sobre la cual va a fundarse todo el edificio de la Iglesia, y contra la cual nunca prevalecerán las puertas del infierno. Señor omnipotente, que sólo tú tienes la fortaleza de poner en el centro de la unidad las cosas más contrarias, y que de los diferentes pueblos de las dos alianzas vas a hacer uno solo, para vivir de la misma fe y de la misma caridad, para hacerle heredero de tu reino eterno. Date prisa, ven a obrar este gran prodigio; ven a salvar al hombre que has formado del cieno de la tierra, pero que le has honrado haciéndole a tu imagen, para establecer un perfecto amor en una perfecta semejanza”.
Pbro. Ángel Luis Estecha González.
(1) Cf Jn 1, 10.
(2) Por el papa Pio XI en 1925. Actualmente se celebra el último Domingo antes del Adviento.
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