lunes, 17 de diciembre de 2012

Antífonas Mayores de Adviento. Día 17: O Sapientia

Hace poco, Ramón me animaba a presentar a los lectores del Blog las “Antífonas O”, cuando casualmente (1) acababa de llegar a mis manos una antigua edición francesa del “Año Litúrgico” del insigne abad benedictino Dom Próspero Guéranger (2), con lo que consideré que unas palabras mías serían algo muy pobre en comparación con los pensamientos del docto a la vez que piadoso restaurador del monacato en Francia, así que preferí limitarme a presentar sus textos y todo lo más introducir alguna pincelada.

Dom Próspero Guéranguer
Antes, nos limitamos a presentar muy brevemente a este autor. Próspero Guéranger (1805-1875), siendo un joven sacerdote, decidió con unos compañeros adquirir el antiguo monasterio de Solesmes, reducido a ruinas tras la Revolución, para restaurar allí la vida benedictina; tras una estancia en el monasterio romano de San Pablo Extramuros, donde emitió su profesión solemne, obtuvo del papa Gregorio XVI en 1837 la concesión a Solesmes de la categoría de Abadía y la creación de la Congregación Francesa de la Orden de San Benito, como heredera de las congregaciones benedictinas antiguamente existentes en dicha nación, de la que Solesmes sería la cabeza y nuestro monje su primer Abad y superior general de la Congregación. Se le considera el iniciador del movimiento litúrgico y destaca por su fidelidad a la Sede Apostólica frente a los restos del galicanismo y el jansenismo. Recientemente se ha iniciado su proceso de beatificación (3).

Tengamos presente que a pesar de las reformas litúrgicas operadas en la Iglesia con posterioridad a su tiempo, éstas prácticamente no han afectado a lo que se dice sobre la materia que nos ocupa, pues dichas reformas, como no podía ser menos, han respetado estos textos venerables, con lo que las Antífonas "O" continúan siendo las mismas que se rezan o cantan estos días en las Vísperas, oración oficial vespertina de la Iglesia, en concreto para el Cántico evangélico del Magníficat, que aunque lo suponemos sabido por la casi totalidad de nuestros lectores, no está de mas recordar que es el cántico de acción de gracias que entonó la Santísima Virgen en su Visitación a su prima Isabel y que recoge el Evangelio de San Lucas (4). Así comienza nuestro Abad la presentación general de dichas Antífonas Mayores:

COMIENZO DE LAS ANTIFONAS "O"
La Iglesia abre hoy el septenario que precede a la Vigilia de Navidad, días celebrados en la Liturgia con el nombre de Ferias mayores. El Oficio ordinario de Adviento se vuelve más solemne; en Laudes y en las Horas del día las Antífonas son propias del tiempo y tienen una relación directa con el gran Advenimiento. En Vísperas, se canta todos los días una solemne Antífona que es un suspiro por el Mesías, en la cual se le da diariamente uno de los títulos que le atribuye la sagrada Escritura. En la Iglesia Romana, estas Antífonas, a las que vulgarmente se les da el nombre de Antífonas O, porque así comienzan, son siete, una para cada día de las Ferias mayores, y se dirigen todas a Jesucristo”.


Nos muestra seguidamente el autor del Año Litúrgico su erudición histórica al recordarnos otras antífonas que antiguamente acompañaban a las que nos ocupan y a las que nos referiremos nuevamente cuando corresponda:
En la Edad Media, algunas Iglesias añadieron otras dos, una a la Santísima Virgen, O Virgo Virginum! y otra al Arcángel Gabriel, O Gabriel! o también a Santo Tomás, cuya fiesta cae durante estas Ferias mayores, y que comienza así: ¡O Thomas Didyme (5). Hubo Iglesias que tuvieron hasta doce grandes Antífonas, añadiendo otras tres a las ya mencionadas, es decir: una a Cristo, O Rex pacifice!, otra a la Santísima Virgen, O mundi Domina!, y finalmente la última, dirigida, a modo de apóstrofe, a Jerusalén, O Jerusalem!”.

Seguidamente se nos recuerda el lugar del Oficio Divino o Liturgia de las Horas en que se entonan estas antífonas, que anticipábamos nosotros más arriba:
El momento escogido para dirigir esta sublime llamada a la caridad del Hijo de Dios, son las Vísperas, porque fue al atardecer del mundo, vergente mundi vespere, cuando vino el Mesías. Son cantadas antes del Magníficat, para indicar que el Salvador esperado nos ha de llegar por María. Se las repite dos veces, una antes y otra después del Cántico, para mayor solemnidad, lo mismo que en las fiestas Dobles; algunas antiguas Iglesias las cantaban incluso tres veces, a saber: antes del Cántico, antes del Gloria Patri, y después del Sicut erat. Finalmente, estas admirables Antífonas, que contienen toda la medula de la Liturgia de Adviento, llevan un canto armonioso y solemne; y todas las Iglesias las acompañaron de particular pompa, cuyas demostraciones, siempre expresivas, variaron según los lugares”.
Hagamos nuestros los sentimientos que nos pide Dom Próspero antes de presentarnos la primera de estas antífonas:
Entremos en el espíritu de la Iglesia, y recojámonos a fin de unirnos a ella con todo nuestro corazón, cuando dirija a su Esposo esas últimas y tiernas invitaciones a las que habrá de ceder finalmente”.
PRIMERA ANTÍFONA (6) 

“Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, 
abarcando del uno al otro confín 
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, 
ven y muéstranos el camino de la salvación”.


Todos los días os dejaremos la partitura y la música, esperando que para el año próximo podáis aprenderlas y cantarlas en la liturgia, en sintonía con toda la Iglesia


En YouTube podemos encontrar diversas grabaciones donde escucharla cantada en su original latino; en el siguiente enlace oiremos una versión a la que corresponde la partitura anterior:



Otra versión, que podemos escuchar mientras contemplamos unas hermosas fotografías del Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca), y que incluye el cántico del Magníficat, es esta: http://www.youtube.com/watch?v=9u24KlSmSow

 
Finalmente, el piadoso benedictino nos presenta su meditación, explayándose en el texto de dicha antífona:
¡Oh Sabiduría increada, que pronto te vas a hacer visible al mundo, cuán bien aparece en estos momentos que todo lo gobiernas! Por tu permisión divina va a salir un Edicto del emperador Augusto, para ordenar el empadronamiento del mundo entero. Cada uno de los ciudadanos del Imperio deberá acudir a registrarse en su ciudad de origen. En su orgullo, creerá el emperador haber conmovido en su favor a todo el género humano. Se agitan los hombres por todas partes a millones, y atraviesan en todas direcciones el inmenso mundo romano; piensan que obedecen a un hombre y es a Dios a quien obedecen. Todo ese gran movimiento no tiene más que una finalidad: la de llevar a Belén a un hombre y a una mujer que tienen su humilde morada en Nazaret de Galilea; y ello para que esta mujer desconocida de los hombres y amada del cielo, habiendo concluido el mes noveno desde la concepción de su hijo, le diese a luz en Belén, según lo anunciado por el Profeta: "Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial (7)".
¡Oh Sabiduría divina!, ¡cuán fuerte eres para conseguir tus fines de manera infalible aunque oculta a la mirada de los hombres!, ¡pero cuán suave para no forzar su libertad! ¡y cuán paternal previendo nuestras necesidades! Escogiste Belén, para nacer en ella, porque Belén significa Casa del Pan. Con esto nos quieres mostrar que eres nuestro Pan, nuestro manjar, nuestro alimento de vida. Nutridos por un Dios, no podremos ya morir. ¡Oh Sabiduría del Padre, Pan vivo bajado del cielo! ven pronto a nosotros, para que nos acerquemos a ti, y seamos iluminados por tu claridad; concédenos esa prudencia que conduce a la salvación”.
Dom Géranguer terminaba el texto de cada día presentando un texto tomado de las distintas liturgias (orientales, mozárabe, galicana…) que ayudara a la meditación cotidiana. Los traductores silenses han optado por trasladar a un “Florilegio”, al final del tomo, muchos de estos textos. Sin embargo, no hemos encontrado en dicha edición española el texto, tomado del Breviario Mozárabe y propuesto para este día 17, por lo que lo traducimos de la edición francesa, teniendo también a la vista el texto latino que ésta incluye. Tal vez nos sorprenda el lenguaje un tanto apocalíptico de esta antigua oración, pero recordemos que en el Adviento no sólo recordamos la primera venida de Jesús, sino que también nos preparamos para su última venida en poder y majestad:
Oh Cristo, Hijo de Dios, nacido a este mundo de una Virgen, que conmocionas los reinos por el terror de tu Natividad y apremias a los reyes a la admiración: Danos tu temor, que es el principio de la sabiduría, para que podamos fructificar en él y presentarte como homenaje un fruto de paz. Tú que, para llamar a las naciones, has llegado con la rapidez de un río, viniendo a nacer en la tierra para la conversión de los pecadores, muéstranos el don de tu gracia, a fin de que, siendo desterrado todo pavor, te sigamos siempre en el casto amor de una íntima caridad. Amén”. (Del Breviario Mozárabe, IV Domingo de Adviento, Oración)
Año Litúrgico de Dom Próspero.
Perteneció a la familia de Santa Teresita.
Les Buissonets.
Y por si no tuviéramos con los textos anteriores tema suficiente de meditación en estos días de Adviento, me atrevo a añadir un nuevo comentario de otro autor piadoso sobre la misma Antífona a la que ya nos hemos referido. En este caso lo tomamos de la obra del religioso mínimo francés Juan Bautista Elías Avrillon titulada “Conducta para pasar santamente el Adviento” (8), que en estas Ferias Mayores incluye cada día una paráfrasis a estas antífonas:
¡Oh Sabiduría divina! ¡Sabiduría eterna! ¡Sabiduría increada, que has salido del espíritu, corazón y boca del Altísimo! De su espíritu, para conocer y prever las cosas más remotas, y efectuar las que menos se esperaban; de su corazón para hacerse gustar, y para hacer que los hombres amen los medios de los que te sirves para verificar tus adorables designios; de tu boca, para significar tus voluntades a los hombres y hacerte oír con respeto. Sabiduría que sabes alcanzar de uno al otro término con fortaleza para superar todos los obstáculos, y que lo dispones todo con una dulzura inefable, que gana los corazones más feroces y rebeldes, ven a instruirnos; ven a enseñarnos los caminos de la prudencia, para conducirnos con seguridad en el camino de nuestra salvación”.
 

Pbro. Ángel Luis Estecha González. 

LAS DEMÁS ANTÍFONAS:


Día 18: O Adonai.
Día 19: O Radix Iesse.
Día 20: O Clavis David.
Día 21: O Oriens.
Día 22: O Rex Gentium.
Día 23: O Emmanuel.

 



(1) En ocasiones se ha dicho que Casualidad es el nombre que los no creyentes dan a la Providencia divina.
(2) “L'Année Liturgique” Par le R. P. Dom Prosper Guéranger, Abbé de Solesmes. Citamos el tomo primero: “L´Avent” (Dix-septième édition. Libraire Religieuse H. Oudin. Paris-Poitiers, 1907). Aunque he recurrido a una edición digital de la traducción española publicada por los Benedictinos de Silos, lo hago contrastándola con la citada edición francesa, según la cual en ocasiones introduzco algunos cambios.
(3) Sobre Dom Próspero Guéranger: http://ec.aciprensa.com/wiki/Prosper_Louis_Pascal_Gu%C3%A9ranger
(4) Lc 1, 46-55.

(5) Es ésta más moderna, pero desde el siglo XIII substituyó en casi todas partes a la anterior. (n. del
a.) [Ya recordaremos en su momento que la fiesta del Apóstol Santo Tomás ha sido actualmente
trasladada].
(6) Tanto hoy como en los días sucesivos presentamos el texto castellano de las antífonas según la versión
oficial de la edición española de la Liturgia de las Horas.

(7) Miq 5, 1. Citamos según la traducción litúrgica; actualmente esta lectura se lee en el ciclo C en la Misa
del cuarto domingo de Adviento.

(8) Utilizamos la edición española publicada en Madrid (Librería Religiosa; Pontejos, 8) en 1905. El autor aparece citado en la “Historia General de la Iglesia…” de Berault-Bercastell, donde se nos dice que nació en París en 1652 y murió en 1729, tras ejercer fructíferamente durante más de medio siglo el ministerio de la predicación. Entre otras obras, además de la que nos ocupa, es autor de la titulada: “Sentimientos sobre el amor de Dios”.

5 comentarios:

  1. Como siempre, ¡ Gracias, Ramon Rabre, por tus atenciones !. Me pareció curioso el dato de que Santa Teresita y su familia eran asiduos lectores del Año Litúrgico y por ello he querido mandarte la fotografía. Por cierto, ¡ a ver quién se dejó boca abajo dos de los tomos !

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  2. Siendo benedictino las conocía, ya se olvidaron un poco... són preciosas... sugeriría siempre a ña hora de mostrar partitura de gregoriano, que sean las originales, pasado a música normal pierden mucho....

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    1. Ya supongo, Pascual, que las melodías gregorianas pierden algo al pasarlas de la notación gregoriana a la moderna, pero la única edición del Liber Usualis que tengo es ésta (Ed. Desclée, 1947) y por ello es de donde saqué la partitura que mandé al Blog.

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  3. Ese año liturgico me lo estudié... Dom Geranger era el P. Fundador de la congregación benedictina a la que pertenecia mi monasterio

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    1. No quise alargar más de la cuenta el artículo con demasiados datos sobre Dom Próspero Guéranger, aunque sí puse un enlace en la Nota 3 donde poder profundizar; de todas formas, Pascual, si quieres puedes ampliar todo lo que quieras los datos sobre él.

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