Pregunta: Alguna santa lleva el nombre de Ermione o es nada más un nombre de ciencia ficción. Gracias. Cuba.
Respuesta: Hola coterránea. Sí que existe una, o más, a saber, santa de ese nombre, y desde bastante tiempo, además:
Santa Hermione de Efeso, virgen y mártir. 4 de septiembre.
Fue Hermione una médico cristiana de Éfeso, de la que testimonios antiguos hablan. Era prudente, conocía ampliamente su profesión y destacaba sobre todo por la gratuidad de sus servicios. Además, siempre atendía solícitamente y predicaba a Cristo a sus pacientes. Ante esto, los otros médicos comenzaron a perder clientes y la denunciaron por cristiana y fue martirizada. Y con esto podríamos darnos por satisfechos, pero la leyenda siempre desea un poco más. Según esta, era Hermione hija de San Felipe el Diácono (6 de junio, 11 y 14 de octubre; 1 de mayo, Iglesia Griega; 27 de octubre, Iglesia Etíope), el cual, según Hch. 21, 8, tenía cuatro hijas que profetisas. La leyenda griega pone nombre a estas hijas: Son Santa Caritina, Santa Eutiquia, Santa Iris, predicadora en Gerápolis, y nuestra Hermione, la cual es llamada "la rosa de Éfeso" (todas se conmemoran a 4 de septiembre). Ciertamente, San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) dice haber conocido la casa de Felipe y sus hijas, convertida en iglesia, lo cual nos confirma que el culto está ya establecido en el siglo IV.
Siguiendo con la leyenda, sucedió que Hermione y Eutiquia se fueron a Éfeso a conocer a San Juan Evangelista (27 de diciembre y 6 de mayo, Ante Portam Latinam), pero este ya había fallecido, por lo que solo pudieron venerar su sepulcro. Entonces ambas se hicieron discípulas de un tal Petronio, discípulo de San Pablo, del que no se habla nunca salvo en esta "historia". San Jerónimo le identifica con un obispo llamado Petronio, mártir en Asia Menor, junto a 12 discípulos, en fecha incierta. Entonces Hermione, bajo el auspicio de Petronio se adentró en la medicina, que practicaba sin cobrar y, además de por la ciencia, realizaba curaciones milagrosas, al invocar el Nombre de Cristo. Su fama llegó a oídos del emperador Trajano, que llegó a Éfeso de paso a su campaña contra los persas, y quiso conocerla. La interrogó y no halló en ella nada reprensible, e intentó hacerla apostatar de la fe cristiana, pero nada pudo hacer. Hermione tuvo una visión de Cristo, que le animó a permanecer firme en su fe. Trajano insistió, pero igualmente Hermione confesó a Cristo, y el emperador no tuvo otra que dejarla en paz, temeroso de la reacción del pueblo, que amaba a su sanadora. Así que Hermione regresó a su oficio doblemente aureolada: por médico eficaz y por haber confesado a Cristo valientemente.
Pero en 117 falleció Trajano y subió al trono su sobrino Adriano, al que igualmente interesó la persona de Hermione, por lo que fue a conocerla. Le interrogó: "Dime, anciana, cuantos años tienes y de dónde vienes". "Cristo sabe la edad que tengo y de donde vengo", replicó Hermione. Y Adriano mandó le derramaran plomo líquido sobre la cabeza, diciéndole: "Eso te enseñará a hablarle con respeto al emperador". Calentaron el metal y mientras, Hermione cantaban himnos y salmos de alabanza a Dios. Le vertieron el plomo, que no le causó daño alguno, más bien le hizo bien, pues Hermione dijo a sus verdugos: "¡Qué delicioso baño a la temperatura perfecta!". El emperador se sorprendió, incluso tocó el caldero de plomo, perdiendo la piel de las manos en el intento. Rugió Adriano de dolor e ira y mandó la llevaran al templo de Hércules para que sacrificara al dios, pero ni siquiera llegó Hermione a entrar, pues tan solo se detuvo frente al templo, clamó al verdaderos Dios y todos los ídolos cayeron de sus pedestales. Entonces Adriano mandó a dos oficiales, Teodulo y Timoteo, que la llevaran a las afueras de la ciudad y la decapitaran. Al llegar a un sitio apartado, Hermione se puso de rodillas para recibir el golpe mortal, pero los soldados no fueron capaces de mover los brazos. Ella les preguntó si es que acaso creían en Cristo, ellos confesaron que sí, y los tres fueron martirizados. Fueron sepultados por algunos cristianos en la misma Éfeso.
No hay que ser muy avezado en estos asuntos de santos, para entender que lo anterior es una leyenda sin mucha consistencia: emperadores que interrogan, plomo que no quema, etc. Para colmo, el menologio del emperador Basilio, confunde a San Felipe el Diácono, con San Felipe Apóstol (3 de mayo). Clemente de Alejandría nos dice expresamente en su Stromateis, que las cuatro hijas de San Felipe eran casadas. Y otras versiones de la "passio", dice que Hermione rezó a Dios y murió de rodillas, antes de que la espada la tocara.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo X. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 4 de septiembre además se celebra a
Santa Iris de Gerápolis, virgen.
Santa Ida de Herzfeld, viuda.
Respuesta: Hola coterránea. Sí que existe una, o más, a saber, santa de ese nombre, y desde bastante tiempo, además:
Santa Hermione de Efeso, virgen y mártir. 4 de septiembre.
Fue Hermione una médico cristiana de Éfeso, de la que testimonios antiguos hablan. Era prudente, conocía ampliamente su profesión y destacaba sobre todo por la gratuidad de sus servicios. Además, siempre atendía solícitamente y predicaba a Cristo a sus pacientes. Ante esto, los otros médicos comenzaron a perder clientes y la denunciaron por cristiana y fue martirizada. Y con esto podríamos darnos por satisfechos, pero la leyenda siempre desea un poco más. Según esta, era Hermione hija de San Felipe el Diácono (6 de junio, 11 y 14 de octubre; 1 de mayo, Iglesia Griega; 27 de octubre, Iglesia Etíope), el cual, según Hch. 21, 8, tenía cuatro hijas que profetisas. La leyenda griega pone nombre a estas hijas: Son Santa Caritina, Santa Eutiquia, Santa Iris, predicadora en Gerápolis, y nuestra Hermione, la cual es llamada "la rosa de Éfeso" (todas se conmemoran a 4 de septiembre). Ciertamente, San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) dice haber conocido la casa de Felipe y sus hijas, convertida en iglesia, lo cual nos confirma que el culto está ya establecido en el siglo IV.
Siguiendo con la leyenda, sucedió que Hermione y Eutiquia se fueron a Éfeso a conocer a San Juan Evangelista (27 de diciembre y 6 de mayo, Ante Portam Latinam), pero este ya había fallecido, por lo que solo pudieron venerar su sepulcro. Entonces ambas se hicieron discípulas de un tal Petronio, discípulo de San Pablo, del que no se habla nunca salvo en esta "historia". San Jerónimo le identifica con un obispo llamado Petronio, mártir en Asia Menor, junto a 12 discípulos, en fecha incierta. Entonces Hermione, bajo el auspicio de Petronio se adentró en la medicina, que practicaba sin cobrar y, además de por la ciencia, realizaba curaciones milagrosas, al invocar el Nombre de Cristo. Su fama llegó a oídos del emperador Trajano, que llegó a Éfeso de paso a su campaña contra los persas, y quiso conocerla. La interrogó y no halló en ella nada reprensible, e intentó hacerla apostatar de la fe cristiana, pero nada pudo hacer. Hermione tuvo una visión de Cristo, que le animó a permanecer firme en su fe. Trajano insistió, pero igualmente Hermione confesó a Cristo, y el emperador no tuvo otra que dejarla en paz, temeroso de la reacción del pueblo, que amaba a su sanadora. Así que Hermione regresó a su oficio doblemente aureolada: por médico eficaz y por haber confesado a Cristo valientemente.
Pero en 117 falleció Trajano y subió al trono su sobrino Adriano, al que igualmente interesó la persona de Hermione, por lo que fue a conocerla. Le interrogó: "Dime, anciana, cuantos años tienes y de dónde vienes". "Cristo sabe la edad que tengo y de donde vengo", replicó Hermione. Y Adriano mandó le derramaran plomo líquido sobre la cabeza, diciéndole: "Eso te enseñará a hablarle con respeto al emperador". Calentaron el metal y mientras, Hermione cantaban himnos y salmos de alabanza a Dios. Le vertieron el plomo, que no le causó daño alguno, más bien le hizo bien, pues Hermione dijo a sus verdugos: "¡Qué delicioso baño a la temperatura perfecta!". El emperador se sorprendió, incluso tocó el caldero de plomo, perdiendo la piel de las manos en el intento. Rugió Adriano de dolor e ira y mandó la llevaran al templo de Hércules para que sacrificara al dios, pero ni siquiera llegó Hermione a entrar, pues tan solo se detuvo frente al templo, clamó al verdaderos Dios y todos los ídolos cayeron de sus pedestales. Entonces Adriano mandó a dos oficiales, Teodulo y Timoteo, que la llevaran a las afueras de la ciudad y la decapitaran. Al llegar a un sitio apartado, Hermione se puso de rodillas para recibir el golpe mortal, pero los soldados no fueron capaces de mover los brazos. Ella les preguntó si es que acaso creían en Cristo, ellos confesaron que sí, y los tres fueron martirizados. Fueron sepultados por algunos cristianos en la misma Éfeso.
No hay que ser muy avezado en estos asuntos de santos, para entender que lo anterior es una leyenda sin mucha consistencia: emperadores que interrogan, plomo que no quema, etc. Para colmo, el menologio del emperador Basilio, confunde a San Felipe el Diácono, con San Felipe Apóstol (3 de mayo). Clemente de Alejandría nos dice expresamente en su Stromateis, que las cuatro hijas de San Felipe eran casadas. Y otras versiones de la "passio", dice que Hermione rezó a Dios y murió de rodillas, antes de que la espada la tocara.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo X. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 4 de septiembre además se celebra a
Santa Iris de Gerápolis, virgen.
Santa Ida de Herzfeld, viuda.
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