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lunes, 11 de diciembre de 2017

Santos Victorio, Fusciano y Gaciano de Amiens

Santos Victorio, Fusciano y Gaciano de Amiens, mártires. 11 de diciembre.

Martirio de los tres santos.
Como mismo se lee de San Quintín (31 de octubre), Victorio y Fusciano fueron parte del primer grupo misionero enviado al norte de la Galia con San Dionisio (9 de octubre). Nuestro santos predicaron en Evangelio Thérouanne, donde no lograron convertir a muchos a la fe de Cristo. También predicaron en la actual región de Picardie, donde en aquel tiempo se asentaban tribus germánicas.
En este lugar conocieron a Gaciano, un pagano que pronto se convirtió a Cristo y pidió el bautismo. Los misioneros lo catequizaron y le bautizaron, con júbilo de Gaciano. Al saberlo el Gobernador, el conocido Rictiovaro, los apresó a los tres. Gaciano fue decapitado en el acto, pero Victorio y Fusciano fueron trasladados a Amiens, donde se les juzgó, se les sometió a numerosos tormentos y finalmente entraron al cielo luego de ser decapitados sobre el año 287.

En el siglo VII San Honorato de Amiens (16 de mayo) halló las reliquias de los tres santos. Aunque otras versiones dicen que fue un presbítero llamado Lupicinio quien guiado por ángeles, cavó donde estos seres le decían y halló las reliquias. Lupicinio se puso tan contento que entonó salmos y cánticos que fueron oídos por San Honorato a más de dos millas. El santo obispo fue allí en procesión con su clero y trasladaron las reliquias solemnemente a Amiens. Al saber del hecho, el rey Childeberto quiso llevarse las reliquias de los mártires para que fueran veneradas en París, pero ocurrió que los relicarios se volvieron tan pesados que no hubo forma de moverlos. Así que no hubo más remedio que dejar a los santos en su sitio. Actualmente se veneran sus reliquias en una iglesia dedicada a su memoria en Amiens.



Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 11 de diciembre además se celebra a
San Franco de Siena, religioso carmelita.

lunes, 31 de octubre de 2016

San Quintín, en aceite y sin cabeza.

Pregunta: En una vida de San Quintín leo que fue metido en aceite hirviendo y en otra que le cortaron la cabeza. Cual de las dos es real? Panamá.

Respuesta: Pues ambos martirios, y otros, son correctos, pues de San Quintín se lee que fue sometido a varios tormentos, incluido el de la caldera de aceite hirviendo, aunque no murió de ese:

San Quintín de Vermand, mártir. 31 de octubre.

Sus Actas, que son tardías, ficticias y de poco crédito, dicen que Quintín era compañero en la Galia de San Luciano de Beauvais (8 de enero), aunque nuestro santo predicó en Amiens, donde también predicaron y padecerían Santos Victorio, Fusciano y Gaciano (11 de diciembre). Allí estaba cuando supo de la persecución de Diocleciano y Maximiano. Era gobernador Rictovario (bajo él padecieron Santos Valerio y Rufino de Soissons (14 de junio y domingo posterior a Pentecostés, (traslación de las reliquias) y Santos Crispín y Crispiniano (25 de octubre). Apenas supo el tirano que Quintín estaba cerca, mandó apresarlo. 

Le interrogó sobre quien era y el santo le respondió: "Llevo el nombre de cristiano porque creo con el corazón y con la boca en la gloria de Cristo. Pero mis padres me dieron el nombre de Quintín". 

Rictovario: "¿De que familia eres?"

Quintín: "Soy ciudadano romano, hijo del senador Zeno."

R: "¿Cómo es que uno que proviene de una raza noble ha adoptado una superstición como la de adorar a aquel que fue crucificado por los judios?"

Q: "La más alta nobleza consiste en conocer a Dios y obedecer sus mandamientos."

R: "Quintín, sal de este engaño, y sacrifica a los dioses."

Q: "No voy a sacrificar a tus dioses, que no son sino demonios."

R: "Si no sacrificas, te haré pasar crueles tormentos."

Q: "Prometo por mi Señor y mi Dios que no cumpliré tus órdenes. En cuanto a tus amenazas, yo no les temo. Haz tu voluntad para con mi cuerpo, pues encomiendo mi alma a Cristo".

Y Rictiovario ordenó que fuera azotado. Hasta aquí, tenemos un interrogatorio y un relato formal, como tantísimos que habría, en los que los cristianos se identificaban como tales. Algunos permanecerían firmes y otros flaquearían. Pero las supuestas actas de Quintín incurren en diversos milagros y algunos para nada históricos tormentos. Mientras que la flagelación era llevada a cabo, algunos soldados quedaron paralíticos y otros eran incapaces de coordinar los movimientos, como si borrachos estuvieran. Rictiovario, sorprendido, mandó que Quintín fuera echado en la prisión, pero allí le liberó un ángel y Quintín se fue a la plaza central de Amiens, donde comenzó a predicar a Cristo, como siempre hacía. Los guardias que le custodiaban, viendo aquello, se convirtieron a la fe.

Mano de San Quintín, Vermand.
Rictiovario lo detuvo y mandó le metieran en un caldero de aceite hirviendo, de donde salió ileso, como San Juan Ante Portam Latinam (6 de mayo). Luego mandó el gobernador le llenaran la boca de cal, hiel y vinagre para que no pudiera seguir predicando, pero en esto también salió invicto el santo mártir. Luego le llevó encadenado a Augusta Vermanduorum, la actual Vermand. Allí le puso en un potro lleno de clavos manos, rodillas y dedos, pero el santo ante este doloroso tormento solo redobló su fe y valentía, y oró ante todos, logrando numerosas conversiones. Como vieron que no lograban reducirle, ordenó Rictiovario que fuera decapitado, y aún con tanto dolor en su cuerpo, caminó alegremente hacia el sitio de su martirio. En el momento de serle cortada la cabeza, una paloma blanca salió de su garganta y voló al cielo, convirtiendo a otros muchos. 

El cuerpo fue arrojado al río Somme y según la historia de las reliquias, estuvo 55 años en el río hasta que un ángel reveló a una viuda llamada Eusebia donde estaba el cuerpo del mártir. Ella lo recuperó y construyó una iglesia para guardarlo. Sería el origen de la posterior y bella iglesia de San Quintín. Allí en Vermand se hallan la mayoría de las reliquias del santo: cabeza, mandíbula, una mano, dientes y otros huesos. Otros se hallan dispersos por medio mundo. 


Fuentes:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Octubre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.

-"Vidas de los Santos". Tomo XII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 31 de octubre además se celebra a  
Santa Lucilla de Roma, mártir.   
Santos Estaquis, Amplias, y compañeros.

martes, 14 de junio de 2016

"No nos avergonzamos de Aquel que nos dio la vida"

Santos Valerio y Rufino de Soissons, mártires. 14 de junio y domingo posterior a Pentecostés, (traslación de las reliquias).


San Valerio.
Iglesia de Treignes.
Valerio y Rufino eran soldados romanos de una legión, que estaba acampada en Bazoches, a los que se les encomendó supervisar las existencias de cereal destinado a la corte imperial. Eran cristianos y poco a poco comenzaron a hablar de Cristo a los lugareños, llegando a convertir y bautizar algunos, y además, a socorrer a los pobres con el trigo del emperador. Ambas acciones, predicación y caridad, les delataron como cristianos y fueron conminados por el cruel gobernador Rictiovaro (bajo él padecieron también los santos Crispín y Crispiniano). Avisados los dos amigos, huyeron a los bosques donde estuvieron por un tiempo hasta esperar que el peligro pasara, pero fueron capturados y encadenados llevados ante el malvado.

Este les preguntó: "Rufino y Valerio, que dios adoráis?" "Un solo Dios adoramos” – contestó Rufino – "Él es omnipotente, inmutable, eterno, creador de todas las cosas visibles. Él llena todo y lo gobierna todo en Jesucristo, restaurador de todo lo que hay en cielos y tierras. Y en lo que se refiere a otros dioses, creemos que son creados por humanos, hechos de materias que caduca. Nosotros adoramos a nuestro Dios, que existe antes de todas las edades, que no pasa y no caduca. Él permanece eternamente el mismo en su plenitud, siempre es simple, uniforme y duradero, perfecto a través de su Palabra. A Él sacrificamos todas las mañanas con alabanzas y corazón contrito". Rictiovaro replicó: "En nombre de nuestros príncipes invictos recomiendo que dejéis esa superstición que os pide adorar a un dios crucificado en su lugar. Avergonzaos de ello e inclinaos ante los dioses del Imperio, pues es un crimen dejar la religión de nuestros padres, pues esa misma religión ha hecho grande nuestro Imperio, le sirve de guía y protección. Por tanto, es un crimen cambiar nuestra religión por delirios infantiles". Tomó la palabra Valerio y dijo: "No nos avergonzamos de la cruz de Cristo, que ha traído la salvación al mundo. No nos avergonzamos de Aquel que ha dado nueva vida al mundo con su muerte".

Y ambos predicaron a los presentes sobre la fe cristiana y sus bienes. Predicaron la muerte y resurrección de Cristo, su pureza, santidad y dulzura frente a los viciosos y crueles dioses paganos. Irritado exclamó el gobernador: "Si no sacrificáis me veré obligado a someteros a torturas", amenaza a los que ambos mártires respondieron que era una gloria padecer por Cristo. Y les golpearon con varas hasta agotarles y les enviaron a la cárcel para que reflexionaran y cambiaran de parecer. Pero allí hallaron a otros cristianos y todos se daban ánimo mutuamente.


San Rufino.
Iglesia de Treignes.
Al otro día fueron llevados nuevamente ante a Rictiovaro, que intentó ganarles con promesas: "Realmente, Valerio y Rufino, tan pronto como sacrifiquéis a nuestros dioses Júpiter y Mercurio, Venus y Diana, os cargaré de oro y plata, y os conseguiré altos puestos en el Imperio". Rieron los atletas de Cristo y le dijeron: "Que tu plata y oro con vayan contigo al infierno, donde los necesitan fundidos para que en ellos ardas con tu padre el diablo. Sabe que nadie nos separará de Cristo y su gracia". Mandó entonces Rictiovaro atarlos al potro y se les azotase con perdigones de plomo. Cantaban mientras los dos mártires: "Muchas son las aflicciones del justo, pero el Señor los salvará". Y cuanto más firmes permanecían, más fuerte mandaba el gobernador les azotasen, y tanto que rotas las carnes, llegaron a verse los huesos. Cuando apenas respiraban, mandó les arrojasen de nuevo al calabozo. Allí alabaron a Dios, y se les apareció un ángel que les consoló diciendo: "Continuad valientemente, nuestro Señor os llevará al coro de los mártires y tiene dispuesta la corona para vosotros". Y acto seguido, puso sobre sus cabezas hermosas y brillantes coronas, y les sanó todas las heridas. A la mañana siguiente al verles Rictiovaro totalmente recuperados y sonrientes mandó les decapitasen. Les ataron las manos y les llevaron a las afueras, a un sitio llamado Quincampoix donde entregaron las cabezas al verdugo y las almas a Cristo, el 14 de junio de 287.

Fueron sepultados allí mismo y, como otros mártires, luego de la paz de Constantino, en Soissons se construyó una iglesia a su memoria, adonde se trasladaron las reliquias. En el siglo IX los huesos fueron trasladados a Reims por el miedo a las invasiones vikingas, para volver en el siglo XII. El domingo posterior a Pentecostés de 1617 se trasladadon a la catedral de la misma ciudad. Se les invoca contra la carestía de grano, la sequía y las malas cosechas.


Fuente:
-"Vies des pères, martyrs et autres principaux saints". Volumen 8. JEAN- FRANÇOIS GODESCARD.
-"Histoire de Soissons". Volumen 2. HENRY MARTIN y PAUL L. JACOB. París, 1837.


A 14 de junio además celebramos a San Eliseo, Profeta.


 
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