Mostrando entradas con la etiqueta Dionisio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dionisio. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de mayo de 2021

Entre errores y la historia: el papa Félix.

San Félix I, papa. 30 de mayo y 30 de diciembre.

El “Liber Pontificalis” da algunos datos sobre este papa, pero que, a decir verdad, son imprecisos. Pero aun así, junto al “Catálogo Liberiano” o la “Crónica” de San Hipólito (22 de agosto) es la fuente más antigua para poder decir algo de él.

Según todos estos documentos, Félix nació en Roma y su padre fue un senador llamado Constancio. Fue elegido papa el 5 de enero de 269, para suceder a San Dionisio (26 de diciembre y 19 de enero). Se habría opuesto al hereje Pablo de Samosata, quien negaba la Trinidad, y escribió una carta dogmática sobre la fe católica en la unidad de las dos naturalezas de Cristo, perfectamente integradas en su única persona. Ante la deposición de este obispo de la importante sede antioquena, Félix reclamó la ayuda del emperador Aureliano, partidario de Pablo en principio, para poner paz en la iglesia antioquena. Félix recordaría que la comunión en la fe con la sede petrina era indispensable para mantener la comunión entre todas las iglesias. Pablo sería depuesto absolutamente, y requisada su posesión sobre la basílica antioquena. Curiosamente, Aureliano había perseguido a los cristianos y, en 275 desataría una nueva oleada de persecución.

El Liber igualmente le atribuye la norma litúrgica de que los sepulcros de los mártires sean utilizados como altares para la celebración eucarística. Pero en realidad esto ocurría ya desde antes. En caso de que se refiriera a que, además de las misas celebradas en las basílicas en forma pública, se continuara celebrando en las catacumbas, estaríamos hablando de una norma posterior a la paz de Constantino y que habría sido añadida en el Liber posteriormente.

Sobre la muerte del papa San Félix y el sitio de su sepultura hay igualmente algunos datos inexactos, aún no resueltos del todo. Mientras el Liber nos dice que murió mártir en 274, y que fue sepultado en una basílica edificada por él mismo en la Vía Aurelia, en el Calendario Romano, del siglo IV y de mayor venerabilidad, el papa Félix aparece en la “Depositio episcoporum” y no en la “Depositio Martyrum”. Además, nos informa que fue sepultado en las catacumbas de San Calixto (14 de octubre) en la Vía Appia en la tercera calenda de enero ("III Kal. Jan"), es decir, a 30 de diciembre. Y es que el Liber yerra, confundiéndole con el mártir San Félix, quien si fue sepultado en la Via Aurelia y a cuya memoria se le dedicaría luego una basílica.


Para más inri, el cronista del Liber cometió un error de escritura y “envió” al 30 de mayo la muerte del papa San Félix, al escribir “III Kal. Jun.” (tercera calenda de junio, o sea, 30 de mayo), en lugar de “III Kal. Jan", que, como ya vimos antes, es la tercera calenda de enero, 30 de diciembre. Estos errores persistieron hasta 1969, pues hasta este año, se mencionaba a San Félix I, papa y mártir, a 30 de mayo. Posteriormente su memoria fue sacada del Calendario Universal, y el Martirologio cambió su entrada para llamarle solamente “papa”, y ponerle a 30 de diciembre. Aún así, en los lugares donde su culto permanece, continúan celebrándole a día de hoy, 30 de mayo.

Fuente:
-Liber pontificalis.
-"Lives of Saints". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916. 

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Gelasio I. 21 de noviembre. 
San Agatón. 10 enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.
San Calixto I. 14 de octubre.

A 30 de mayo además se celebra a:







sábado, 27 de febrero de 2021

"permanecieron firmes como benditas columnas del Señor"

Santos Julián, Cronión y Besas, mártires. 27 de febrero.

El testimonio de su martirio, escueto, pero elocuente, lo hallamos en la conocida carta del obispo San Dionisio de Alejandría (17 de noviembre) sobre los mártires de Alejandria, en la cual también se nos habla de Santa Apolonia (9 de febrero). Dice Dionisio, luego de lamentar la apostasía de algunos cristianos: 

"Pero otros permanecieron firmes como benditas columnas del Señor, confirmadas por el mismo Señor. Y recibiendo de Él la fuerza adecuada a su medida de fe, resultaron ser admirables testigos de su reino. El primero de ellos era Julián, un hombre afligido por la gota, que no podía andar ni estar de pie, y que, junto con otros dos que lo llevaban, fue procesado. De éstos, uno negó inmediatamente su fe, pero el otro, llamado Cronión, conocido como Euno, y el anciano Julián mismo, después de haber confesado al Señor, fueron llevados en camellos por toda la ciudad, que es muy grande, como sabéis, y fueron azotados, y finalmente consumidos en un inmenso fuego, en medio de una multitud de espectadores. Pero un soldado, llamado Besas, que estaba cerca, oponiéndose a la insolencia de la multitud mientras estos mártires estaban en camino a la ejecución, fue atacado por ellos con gritos fuertes, y este valiente soldado de Dios, después de haber sobresalido en el gran conflicto de la piedad, fue decapitado." 

Las reliquias de estos santos se veneran en Autun, Francia. 


A 27 de febrero además se recuerda a:

San Baldomero,
archidiácono
.
San Gelasio, mártir.
Santa Honorina,
virgen y mártir
.








lunes, 11 de diciembre de 2017

Santos Victorio, Fusciano y Gaciano de Amiens

Santos Victorio, Fusciano y Gaciano de Amiens, mártires. 11 de diciembre.

Martirio de los tres santos.
Como mismo se lee de San Quintín (31 de octubre), Victorio y Fusciano fueron parte del primer grupo misionero enviado al norte de la Galia con San Dionisio (9 de octubre). Nuestro santos predicaron en Evangelio Thérouanne, donde no lograron convertir a muchos a la fe de Cristo. También predicaron en la actual región de Picardie, donde en aquel tiempo se asentaban tribus germánicas.
En este lugar conocieron a Gaciano, un pagano que pronto se convirtió a Cristo y pidió el bautismo. Los misioneros lo catequizaron y le bautizaron, con júbilo de Gaciano. Al saberlo el Gobernador, el conocido Rictiovaro, los apresó a los tres. Gaciano fue decapitado en el acto, pero Victorio y Fusciano fueron trasladados a Amiens, donde se les juzgó, se les sometió a numerosos tormentos y finalmente entraron al cielo luego de ser decapitados sobre el año 287.

En el siglo VII San Honorato de Amiens (16 de mayo) halló las reliquias de los tres santos. Aunque otras versiones dicen que fue un presbítero llamado Lupicinio quien guiado por ángeles, cavó donde estos seres le decían y halló las reliquias. Lupicinio se puso tan contento que entonó salmos y cánticos que fueron oídos por San Honorato a más de dos millas. El santo obispo fue allí en procesión con su clero y trasladaron las reliquias solemnemente a Amiens. Al saber del hecho, el rey Childeberto quiso llevarse las reliquias de los mártires para que fueran veneradas en París, pero ocurrió que los relicarios se volvieron tan pesados que no hubo forma de moverlos. Así que no hubo más remedio que dejar a los santos en su sitio. Actualmente se veneran sus reliquias en una iglesia dedicada a su memoria en Amiens.



Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 11 de diciembre además se celebra a
San Franco de Siena, religioso carmelita.

jueves, 2 de noviembre de 2017

De perros, venganzas y maniqueísmos.

Santos Dionisio, obispo, y Pelagia, mártir; esposos. 2 de noviembre.

Sobre estos santos, extraños a Occidente, solo sabemos lo que nos cuenta una leyenda sobre Santo Tomás Apóstol (3 de julio, traslación de la India a Edesa; 21 de diciembre; 21 de mayo, Iglesia Copta; 20 de junio, traslación de las reliquias a la basílica de los Santos Apóstoles de Constantinopla, y 6 de octubre, Iglesia griega).

Permanecía Santo Tomás en Cesarea aún, cuando se le apareció el Señor y le dijo: "El rey Gondofer de la India ha enviado aquí a su comandante Abban para encontrar un buen arquitecto. Preséntate a él como el que busca. Y ve en paz, que yo te protegeré. Convertirás a la India y volverás a mí con palmas en las manos". Apenas entró al centro de la ciudad Tomás, cuando topó con Abban y le preguntó que buscaba. Abban respondió: "Mi amo me ha enviado a contratar buenos arquitectos, porque quiere que se construya un palacio como los romanos". Entonces Tomás se presentó a sí mismo como arquitecto, y Abban le pidió fuera con él a la India.

Viajaron largo tiempo y desembarcaron en una ciudad, cuyo rey celebraba el compromiso nupcial de su hija, Pelagia, con un joven llamado Dionisio. Tomás y Abban fueron al banquete del desposorio, pero Tomás no probó nada, manteniendo los ojos en el cielo. Cuando el mayordomo notó que el santo apóstol no ingería ni bebía nada, pensó que despreciaba al rey, y para congraciarse, le abofeteó. Entonces Tomás dijo: "Justo sería que ahora recibáis un castigo temporal, para que vuestra acción sea perdonada antes de que entréis en el más allá". Y como nadie reprendía al mayordomo por su fea acción, Tomás sentenció: "Antes de que me levante de esta mesa, la mano que me ha golpeado será arrastrada por los perros". Y así ocurrió, cuando el mayordomo salió un momento a beber agua, fue asaltado por un león que le devoró. Y luego, los perros royeron sus huesos, y uno de ellos apareció en el salón de fiestas con la mano derecha del mayordomo en la boca. 

Luego el rey pidió a Santo Tomás que bendijera a los jóvenes que al otro día se casarían. Entonces Tomás tuvo una visión, en la que veía al novio con una palmera cargada de dátiles en su mano derecha. Luego les bendijo y les besó en la frente. Cuando esa noche la pareja fue a dormir, ambos tuvieron el mismo sueño: vieron un rey poderoso el cual les dijo: "Mi apóstol les ha bendecido para que participen en la vida eterna". Cuando Pelagia y Dionisio despertaron quedaron desconcertados al saber que habían tenido el mismo sueño. Entonces se presentó Tomás y les dijo: "Mi rey acaba de estar con vosotros, y es él quien me ha hecho entrar aquí, a pesar de estar cerradas las puertas. Mi rey quiere que, en virtud de mi bendición, vuestro cuerpo sea custodiado en la pureza, que es la reina de todas las virtudes. Ella os guiará a la salvación eterna. La virginidad es hermana de los ángeles, posesión de todo bien, es victoria de todas las pasiones y es el signo de la victoria de la fe. La virginidad es la derrota de los espíritus malignos y la cima de la alegría eterna. Mientras, la perdición viene de la lujuria, y la decadencia viene de la putrefacción y la inmoralidad".

Y entretanto, mientras el apóstol les hablaba, dos ángeles aparecieron y dijeron a los jóvenes: "Dios nos envía a para que os protejamos. Si cumplís sus palabras, llevaremos vuestra alma ante Dios". Entonces ambos fueron bautizados por el apóstol, el cual además ordenó a Dionisio obispo. Por su parte, Pelagia fue martirizada.

Esta leyenda sin pies ni cabeza fue cuestionada por San Agustín en su libro "Contra Fausto": 
"Los maniqueos leen obras apócrifas, escritas por no sé qué tejedores de fábulas, bajo el nombre de los apóstoles. Obras que hubiesen merecido ser recibidas en tiempo de sus autores dentro de la autoridad de la santa Iglesia, si los hombres santos y sabios, aún en vida entonces y que podían examinarlas, hubiesen visto que decían verdad. Allí leen que el apóstol Tomás, estando de paso y sin que nadie le reconociera en cierto banquete de bodas, cuando cierto camarero le abofeteó, pidió a Dios una venganza duradera y cruel para aquel hombre. En efecto, cuando salió a la fuente para servir agua a los invitados, se abalanzó sobre él un león y le mató. Y un perro introdujo en la mesa en que estaba sentado el apóstol la mano, arrancada del cuerpo, con la que había golpeado ligeramente su cabeza, conforme a la palabra del mismo apóstol, que lo había deseado y suplicado a Dios. ¿Puede verse mayor crueldad que ésta? Mas como, si no me engaño, allí está escrito también que pidió perdón para él en el mundo futuro, lo ha compensado con un beneficio mayor a fin de recomendar a los desconocidos, por medio de esta acción temible, cuán grato era a Dios dicho apóstol y mirar por el bien eterno de aquel después de esta vida que alguna vez ha de terminar.

Santo Tomás.
Ahora no me afecta que dicho relato sea verídico o inventado. Los maniqueos que aceptan como verdaderos y auténticos esos escritos que ha rechazado el canon de la Iglesia, al menos aquí se ven forzados a reconocer que la virtud de la paciencia, enseñada por el Señor al decir: Si alguien te abofetea en la mejilla derecha, ponle también la otra, puede darse en la disposición del corazón, aunque no se traduzca en gesto corporal o expresión verbal. En efecto, el apóstol, abofeteado, advirtió que era preferible rogar a Dios que perdonase en la vida futura a quien le había ofendido, no dejándola sin venganza en la presente, antes que ofrecer la otra mejilla a quien la había golpeado o devolverle el golpe. Con seguridad tenía en su interior el sentimiento del amor, pero reclamaba el ejemplo exterior de la corrección". (Contra Fausto. XXII, 79)

Esta crítica de agustiniana evidencia lo antigua que es esta leyenda, pero no tanto como para creernos que sea un hecho real. De hecho el elogio de la virginidad que aparece en boca del apóstol Santo Tomás es de tintes maniqueos y heréticos y no concuerda con la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio. Esta, si bien reconoce lo excelso de la virginidad, no ha llamado nunca "putrefacción" al matrimonio.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-www.agustinus.it


A 2 de noviembre además se celebra a
Santas Baya y Maura, vírgenes.
San Maeoc de Bretaña, abad y eremita.

martes, 28 de febrero de 2017

De los primeros mártires no mártires.

Santos mártires de la caridad de Alejandría. 28 de febrero.

Entre los años 261 y 263 se desató una plaga de peste en Alejandría, durante la cual muchos cristianos se volcaron con los habitantes de la ciudad, para socorrerles, fueran cristianos o paganos. Incluso a costa de su libertad y vida, pues podrían ser denunciados. 

Es San Dionisio (17 de noviembre), obispo de Alejandría, el mismo que relataría el martirio de Santa Apolonia (9 de febrero), quien en una carta a los obispos de Oriente habla del testimonio cristiano de los alejandrinos. Cuando la peste comenzó, la ciudad cambió de la fiesta al luto. Dionisio resalta que si bien para los paganos la peste es una calamidad y un mal augurio, para los cristianos está siendo una "escuela para probarnos". Y es que en la adversidad se prueba la fe. Los cristianos comenzaron una ingente obra de caridad para con los enfermos, los muertos, las viudas y los huérfanos. Por el contrario, los paganos huían, abandonando a sus familiares enfermos, que eran atendidos por los católicos. Todos colaboraron, sacerdotes, diáconos y seglares. Y muchos de los cristianos perdieron, o mejor dicho, ganaron la vida. Dionisio narra que los cristianos sobrevivientes tomaron los cuerpos de los mártires de la caridad y les lavaban, cerraban sus heridas y los enterraban entre cánticos. 

Es posiblemente este el primer testimonio de culto a santos no mártires que conocemos. No mártires estrictamente de sangre, como se suele entender el martirio, porque mártires de la caridad fueron.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.


A 28 de febrero además se celebra a la 





martes, 20 de diciembre de 2016

De una milicia, a la otra del cielo.

Santos Ammon y compañeros mártires. 20 de diciembre.


San Zenon.
Sobre estos santos conocemos poco, pero al menos es veraz. El único testimonio sobre ellos lo da el obispo San Dionisio de Alejandría (17 de noviembre) en una carta al obispo Fabio de Antioquía. En esta misiva cuenta lo sucedido en el motín que causó la muerte a varios cristianos, entre ellos la célebre Santa Apolonia (9 de febrero).

Según Dionisio, presentes en el tormento de un cristiano que dio muestras de flaqueza y renegó de su fe, había algunos de los soldados cristianos, los cuales al ver que el atormentado flaqueaba, le hicieron señas para que soportase por Cristo. Se llamaban Ammon, Zenon, Ingenio y Ptolomeo. El juez les preguntó a que se debía aquello y los cuatro se declararon cristianos, dejando sus armas y saltando al medio del tribunal. El juez intentó intimidarles para que se retractasen, pero ellos volvieron a confesar a Cristo y alcanzaron el premio de la gloria eterna.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Volumen XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.


El 20 de diciembre además se celebra a  
San Filogonio, obispo.
Beata Margarita del Espíritu Santo, virgen dominica.


Y se canta la cuarta de las Antífonas Mayores de Adviento: O Clavis David.



sábado, 3 de octubre de 2015

Santa Romana de Beauvais

Santa Romana de Beauvais, virgen y mártir. 3 de octubre.

La leyenda de Romana surge para dar historia a la única memoria que de ella se conoce, que es una mención en antiguos martirologios de la diócesis de Beauvais, en que aparece mencionada junto a San Luciano o San Justo. Pero es eso, una leyenda. Según esta, Romana era de origen noble, convertida al cristianismo muy joven y que había realizado un voto de castidad esperando Dios le revelara su misión. Y esta le llegó al conocer a San Dionisio (9 de octubre) en Roma, mientras este visitaba al papa San Clemente (23 de noviembre). Una vez enviado Dionisio a la Galia, Romana le siguió junto con 11 vírgenes, para ayudar a Dionisio y sus compañeros (Rústico, Luciano, Eleuterio, etc.) en su misión apostólica. Algunas quedaron con misioneros, otras fundaron monasterios, las últimas fueron Santas Leoberia y Benedicta (8 de octubre), martirizada la primera en Laon y la segunda en en Origny.

Romana se unió a los misioneros Santos Luciano, Maximiano y Julián (8 de enero). Su celo y entusiasmo por la fe les daba gran apoyo a los apóstoles. Oraba, hacía la caridad, cuidaba de las jóvenes y las instruía para que recibieran el bautismo. Después del martirio de los tres presbíteros ella siguió misionando y convirtiendo a los paganos. Organizó el culto en torno a la tumba de los tres mártires, hasta ser detenida por cristiana y martirizada. El tribunal pensó sería fácil doblegarla, pero nada, fue una invicta mártir de Jesucristo. El cuerpo fue abandonado, pero los cristianos lo recogieron y lo enterraron, haciendo de su sepulcro un sitio de reunión y oración. En el siglo VII un monasterio se fundó en el monte Mille, dedicado a su memoria y a la de San Maximiano. En el siglo XI se trasladaron las reliquias a la catedral de Beauvais.

Las fechas del martirio no son exactas, pues aunque la hacen seguidora de San Dionisio (siglo I), el martirio de San Luciano no fue hasta el 290, mientras que algunas de sus compañeras en otras actas aparecen martirizadas bajo Juliano el Apóstata, a principios del siglo IV.


A 3 de octubre además se celebra a  
San Gerardo de Brogne, abad.
San Menna, eremita.

lunes, 30 de marzo de 2015

San Rieul, otro santo en la máquina del tiempo.

San Rieul (Régulo o Raúl) de Senlis, obispo. 30 de marzo, 10 de mayo (traslación de las reliquias), 13 de julio y domingo posterior al 23 de abril.

La falta de datos sobre este santo obispo, le dotó de una leyenda algo estrafalaria. Mientras que hay constancia de su existencia en el siglo III, la tradición le hizo regresar al siglo I, ser discípulo de los apóstoles y apóstol en Francia. Un fenómeno que ya tocamos en el artículo "Santos en la Máquina del Tiempo". 

Leyenda.
Según esta, Rieul era griego de nación, convertido por San Juan Evangelista (27 de diciembre y 6 de mayo) en Éfeso. Este, admirado por su virtud y ciencia, le bautizó y le ordenó presbítero. Posteriormente sería discípulo de San Dionisio, obispo de París (9 de octubre), identificado con el Dionisio aeropagita mencionado en los Hechos de los Apóstoles en Hch 17, 34. Hay que decir que esta identificación es solo en occidente, pues oriente separa a ambos, santos del mismo nombre con leyendas diferentes. Pero volvamos a Rieul. Envió San Clemente (23 de noviembre) a Dionisio y sus discípulos Rústico, diácono; Eleuterio, subdiácono; Luciano, Eugenio y otros, a la Galia. Llegados allí, Dionisio consagró a Rieul como obispo de Arlés, sucediendo a San Trófimo (29 de diciembre), también discípulo de los apóstoles, encomendándole la evangelización de esta región.

Martirio de San Dionisio.
Visión de las tres palomas.
Un día, celebrando el sacrificio de la misa, al llegar al canon, luego de mencionar los nombres de San Pedro y San Pablo, añadió sin darse cuenta los "los mártires, Dionisio, Rústico, y Eleuterio", mientras tres palomas ensangrentadas bajaban al altar. Entendió Rieul que Dionisio y sus compañeros habían sido martirizados por Cristo. Ordenó a San Felicísimo (28 de diciembre) como obispo y sucesor, se fue a Chaton, donde vivía una viuda pagana, de nombre Catulla, que habría escondido los cuerpos de los tres mártires. Rieul bautizó a Catulla, celebró un grandioso funeral por los tres mártires y les construyó un santuario, que siglos más tarde completaría Santa Genoveva de París (3 de enero). Luego se fue a Senlis, donde comenzó una nueva andadura como obispo de esta ciudad. Aquí construyó una iglesia a Santa María y otra a Santos Pedro y Pablo, evangelizó a los paganos, llegando a convertir incluso a Quintiliano, gobernador de la ciudad. Predicó en Rully, donde mandó callar a las ranas de un pantano, que no le dejaban hablar. Evangelizó en Valois y Creil, y camino de Beauvais a ordenar de obispo a su compañero San Luciano (8 de enero), le llegó la noticia de su martirio, así que solo llegó a enterrarle y construir una capilla en su honor en Canneville.

Bosques y campos fueron testigos de su predicación y milagros. Porque milagros nos narra varios la la leyenda: un niño resucitado, agua que brota de las piedras, prisioneros liberados, ídolos paganos convertidos en polvo con solo tocarlos. Exorcizó a un niño, y el demonio quiso meterse en el burro en el que el santo se trasladaba, pero el burro hizo la señal de la cruz en el suelo con una pata y el diablo tuvo que huir. 

Murió en el año 140, luego de casi 40 años de labor pastoral. Sus reliquias se depositaron en la iglesia de los Santos Pedro y Pablo hasta que fueron trasladadas por Clodoveo I a una nueva iglesia dedicada a su memoria, donde cada año se veían ciervos y otros animales inclinarse ante sus reliquias cada día de su memoria, a 30 de marzo. Quiso Clodoveo una reliquia del santo, pero el clero de la ciudad no se decidía a desmembrar el cuerpo, por lo que un oficial arrancó un diente al santo, manando sangre al momento. Todos iban contentos con este milagro, pero llegados a París, Clodoveo y su comitiva quedaron paralizados hasta que reconociendo su error, se dieron la vuelta y devolvieron el diente a su sitio. Sus reliquias también obraban grandes portentos, muchos se acogían al patrocinio del santo junto a su tumba, ocurriendo grandes conversiones y curaciones. 

Milagro del diente
Historia y culto.
¿Que puede haber de real en esta leyenda? Pues lo primero, es el testimonio y afán por llevar a las almas a Cristo de un evangelizador. O dos, pues los historiadores hallan factible que haya habido dos obispos de este nombre, uno en Arlés y otro en Senlis en tiempos diferentes, a quienes la leyenda medieval fundió en uno y dotó de una leyenda para llenar la laguna de conocimientos. La catedral de Senlis se incendió en el siglo IX, y todos sus archivos se perdieron, pero documentos contemporáneos a ese siglo, apuntan a la existencia de Rieul o Régulo, obispo de Senlis en el siglo III, en la incipiente comunidad cristiana. Por otro lado, sabido es que los enviados a las Galias lo fueron sobre 250, y por el papa San Fabián (20 de enero).

San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre) y San Luis de Francia (25 de agosto) visitaron varias veces y enriquecieron notablemente el santuario. En 1484 las reliquias se trasladaron a un bellísimo relicario de oro. En 1791 las reliquias fueron trasladadas a la iglesia de Santa María, donde, en 1793 fue profanado para robar las joyas y el oro. Los huesos fueron metidos en un saco y enterrados en el cementerio de la ciudad. En 1795 fueron rescatados en secreto por dos sacerdotes, que los devolvieron en 1799 al obispo. En 1811 el obispo Malezieux mandó hacer el bello relicario de plata y oro que actualmente conserva las santas reliquias.

Se le invoca contra la sequía y los dolores de muelas. Es abogado de los animales domésticos y de los criadores de palomas.

Fuentes:

-"Vidas de los Santos". Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"France historique et monumentale". ABEL HUGO. 1837.



A 30 de marzo además se celebra a





viernes, 23 de mayo de 2014

De Cefalóforos y dolores de cabeza

San Vítores de Cerezo.
Pregunta: Sabrás, claro, de ese grupo de santos que han dado lugar a la aparición de un neologismo: la "cefaloforia". (...) La pregunta es: ¿sabes de algún sitio al que pueda recurrir para conocer la opinión "oficial" de la Iglesia sobre este punto, o conoces tú esa opinión? (anduve por www.vatican.va, pero allí no logré encontrar nada). En concreto: a estos episodios de cefaloforia, ¿la Iglesia los incorpora al santoral considerándolos como leyendas o fábulaciones de los compiladores que no agregan nada real a la vida del santo -parte de la mitología cristiana, por decirlo de algún modo-, o, por el contrario, los tiene como milagros que deben ser tomados como verdaderamente sucedidos? Espero haber sido claro con el sentido de la pregunta, y, desde ya, vuelvo a agradecer tu atención. Cordial saludo. Argentina.

Respuesta: Gracias por tan educada pregunta, que he abreviado en el post para no repetir conceptos. Siempre es un placer responder a quien cuidadosamente redacta y clarifica su pregunta. Vamos por partes.

Los cefalórofos: Como ya casi todos conocen, son esos santos (y copio lo que antes abrevié en tu pregunta) "mártires del santoral que, habiendo sido decapitados, no sólo no murieron enseguida sino que, tomando en sus manos su propia cabeza continuaron caminando, o hablando, o ejecutando otras acciones". Tú lo has descrito perfectamente. 

La posición oficial de la Iglesia: Pues no existe. La Iglesia en temas de hagiografías, leyendas y tradiciones no suele pronunciarse en conjunto. Algún o culto en particular pueden vigilarse, para permitirse o prohibirse (el perro San Guinefort, por ejemplo), y siempre, como corresponde, a nivel local y por la autoridad del obispo diocesano. Rarísima vez el papa prohíbe directamente un culto, mucho menos una leyenda, por estrafalaria que sea. Para entender esto, hay que recordar que la formación de una leyenda no es algo de un día para otro, sino un proceso en el que generalmente se da un culto previo al que se le intenta dar bases con una historia, siempre al gusto de la época. Las leyendas suelen tener varias versiones, con más o menos personajes o sucesos, y varían en el tiempo, igualmente, según la necesidad catequética, la piedad o la mentalidad del momento. Por ejemplo, en actas de mártires ficticias, escritas en la Edad Media, habrán largos discursos simbólicos, y portentos asombrosos; mientras, en actas antiguas y verdaderas, las palabras son pocas y claras.

Cuando la Iglesia sanciona el culto a un santo, no está sancionando su leyenda, sino que esta devoción no contiene nada contra la fe y la moral cristianas. Incluso cuando daba el "nihil obstat" a santorales, años cristianos, o libros hagiográficos en general, no es apoyando estas leyendas poniéndolas como verdades a creerse, sino en virtud de lo dicho: lo descrito no contiene nada contra la fe o moral. Lo mismo puede decirse de su introducción en breviarios monásticos antiguos, y la lectura de semejantes leyendas en el Oficio Divino.

Santa Haude de Landunvez
De estos santos tan antiguos, esta confirmación de culto ni siquiera ocurrió en su tiempo, ni luego. La labor más depuradora que ha acometido la Iglesia ha sido la encargada a los Bolandistas, y ni siquiera fue vinculante, pues aunque estos estudiosos (loados sean) hicieron añicos muchas leyendas de santos, en la práctica el culto a estos continuó, incluso los cultos con reliquias más que dudosas. Y si decayó alguno no fue por esta labor de los Bolandistas, sino por lo mismo que se hicieron populares: la devoción de la gente, que fue de más a menos.

Si tomamos el martirologio romano, por ejemplo, leemos el 9 de octubre: 
San Dionisio, obispo, y compañeros, mártires, de los cuales la tradición quiere que el primero, enviado por el Romano Pontífice a la Galia, fuese el primer obispo de París, y que junto con el presbítero Rústico y el diácono Eleuterio, padeciesen en las afueras de la ciudad (s. III)
Como vemos, no se hace referencia a tipo de martirio, ni mucho menos a que se levantase con la cabeza en las manos. Se limita a mencionar su martirio y nada más. Es esto lo que interesa.

Por último, hay que recordar que más que la enseñanza oficial de la Iglesia, lo que importaba y llegaba a las gentes, aún hoy, eran las representaciones artísticas, que a falta de otra cosa, se nutrían de leyendas, al mismo tiempo que las promocionaban y creaban nuevas, a partir de lecturas erróneas de lo contemplado(1). Pierre Saintyves, el magistral florclorista francés, sostiene que en origen, estas representaciones de santos cefalóforos (que él lleva a 132) primitivamente pretendían mostrar solamente el tipo de martirio: la decapitación, y no dotar de aspecto maravilloso este martirio. Fue la ingenuidad, la fe popular quien vio santos vivos luego de muertos, con un denominador común: caminan hasta su sitio de entierro. Y esta creencia se hunde en una realidad: cementerios merovingios y celtas en los que, efectivamente, la mayoría de los cadáveres tienen las cabezas separadas de los cuerpos. No en vano, los cefalóforos son santos fundamentalmente franceses, en menor grado, y de otras regiones de Europa (2).

Ahora soy yo quien espero haber sido claro con la respuesta, y no haberme perdido por los cerros de Úbeda. Ya entonces solo me queda ponerte una lista de los cefalóforos, hasta donde sé, pues no poseo el libro de Saintyves para enumerar los 132, lástima:
 
Santa Protasia de Senlis.
San Adalbald de Périgord. 2 de febrero.
San Afrodisio de Breziers. 22 de marzo.
San Ausone de Angoulême. 22 de mayo.
 

San Albano de Verulam. 22 de junio
San Aventin de Luchon. 13 de junio.
San Balsème de Ormes. 29 de junio.
San Basilio de Bayeux. 29 de agosto.
San Basilio de Gironde. 14 de febrero.
San Céran de París. 26 de septiembre.
San Chéron de Chartres. 28 de mayo.
San Chrisol de Comines. 7 de febrero, 8 en Tournai.
 

San Clair de Le Vexin. 4 de noviembre y 18 de julio (diócesis de Coutances y Avranches).
San Demetrio de Gap. 26 de octubre.
San Didier de Langrés. 11 de febrero; 19 de enero, traslación de las reliquias, y 23 de mayo, por error.
San Dionisio de París. 9 de octubre.
San Domnino. 9 de octubre.
San Elophe de Toul. 16 de octubre.
San Espain de Beauvais. 15 de enero.
San Eucario de Liverdun. 22 y 27 de octubre.
San Eusebio de Rankweil. 31 de enero.
San Fermín de Amiens o de Pamplona. 25 de septiembre y 7 de julio.
San Frejoux de Limousin. 12 de enero.
San Gaudencio de Haute. 25 de octubre.

San Genitore de Le Blanc.
San Ginés de Arlés. 25 de agosto.
San Gohard de Nantes. 24 de junio.

San Heller de Jersey. 16 de julio.
San Hilarian de Spalion. Tercer domingo de junio.
San Honorato de Thénezay o de Buzançais. 9 de enero.
San Indalecio. 15 de mayo
 

San Andeol de Vivarais.
San Justo de Auxerre. 18 de octubre.
San Justo de Beauvais. 18 de octubre.
San Lamberto de Zaragoza. 16 de abril y 19 de junio, en Zaragoza.
San Laureano de Sevilla. 4 de julio.
San León de Bayona. 1 de marzo.
San Leopardino. 7 de octubre.
San Lié de Pithiviers. 8 de junio.
San Livier de Metz. 17 de julio y 25 de noviembre.
San Lucain de París o de Loigny. 30 de octubre.
San Luciano de Beauvais. 8 de enero.
San Lupien o Louvent de Gévaudan. Este tiene la particularidad de que es un águila quien traslada la cabeza delante del santo que camina. 22 de octubre.
San Maurin de Lectoure o de Agen. 25 de noviembre.
San Miliau de Bretaña. 24 julio, 26 de octubre y 5 de noviembre.
San Miniato. 25 de octubre.
San Mitre de Aix. 23 de octubre, traslación de las reliquias.
San Nectan de Hartland. 17 de junio.
San Nicasio de Reims. 14 de diciembre.
San Nicasio de Vexin. 11 de octubre.
San Oricles de Senuc. 18 de noviembre.
San Papoul de Castelnaudary. 3 de noviembre.
San Parrès o Patroclo de Champagne. 21 de enero, 22 en Troyes.
San Piatón de Tournai. 1 de octubre.

San Plácido de Disentis. 11 de julio.
San Quinto de Montrésor. 4 de octubre.
San Principin de Yvrai
. 4 de enero.

San Reveriano de Nièvre. 7 de marzo.
San Sabiniano de Dauphiné. 8 de mayo.
San Severo de Novempopulanie o de Gascuña. 3 de noviembre.
San Sinforiano de Autun. 22 de agosto.
San Tropez de Var. 29 de abril.
San Valeriano de Tournus. 15 de septiembre.
San Venerando de Troyes. 25 de mayo.
San Vítores de Cerezo. 26 de agosto.
San Yon de Chartres. 5 de agosto y 22 de septiembre.
Santa Noyale
de Pontivy
Santa Esperia de Saint-Céré. 12 de octubre
Santa Germana de Bar-sur-Aube. 19 de enero
Santa Haude de Landunvez. 18 de noviembre.
Santa Hélidie o Elodia de Auvernia. 13 de septiembre.
Santa Juthwara de Dorset. 18 de noviembre y 13 de julio, traslación de las reliquias.
Santa Libaire o Liboria de Grand. 8 de octubre.
Santa Maxence de Beauvais. 30 de abril. 

Santa Maxence de Senlis. 20 de noviembre.

Santa Noyale o Nolwenn de Pontivy. 4 de julio.
Santa Orosia o Eurosia de Jaca. 25 de junio.
Santa Osita. 7 de octubre.
Santa Prócula de Gannat. 9 de julio.
Santa Protasia de Senlis. 19 de diciembre.
Santa Quiteria. 22 de mayo.
Santa Saturnina de Arras. 4 de junio.
Santa Solange de Bourges. 10 de mayo
Santa Tanche de Troyes. 10 de octubre.
Santa Valeria de Limoges. 9 de diciembre.
Santa Virgen de Thouars. 7 de enero.
Santas Proba y Grimonia de Laon. 28 de abril.
Santos Ache y Acheul de Amiens. 6 de mayo.
Santos Emeterio y Celedonio de Calahorra. 3 de marzo.
Santos Ferreol y Ferrucio de Besançon. 16 de junio y 5 de septiembre.
Santos Fuscien y Victorio de Amiens. 11 de diciembre.
Santos Máximo y Venerando de Acquigny. 15 de mayo.
Santos Régula, Félix y Exuperancio. 11 de septiembre
Santos Silano, Severino, Severiano y Frontasio de Périgord. 17 de junio.
San Tremeur de Bretaña. 21 de julio.
Santa Trifina, madre del anterior. 29 de enero.
Santos Víctor y Urso. 30 de septiembre.


Y para terminar, recordar que los cefalóforos, allí donde son venerados, suelen ser patronos contra los dolores de cabeza. Es evidente el por qué.



RECUERDA:

PUEDES DESCARGAR MI LIBRO ELECTRÓNICO

"TUS PREGUNTAS SOBRE LOS SANTOS

(SANTOS PATRONOS DE LAS ENFERMEDADES)



(1) ¿Cuantas veces no leemos de leyendas de santos que se han originado de la mala interpretación de un atributo? Pienso en la que dice que "Santa Lucía se arrancó los ojos, por eso los lleva en una bandeja", o la de "a Santa Apolonia le arrancaron los dientes con una pinza".
(2) Manuel Alvar. Decapitaciones, cefaloforías y otros relatos más o menos hagiográficos. Biblioteca virtual Miguel de Cervantes.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...