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domingo, 30 de mayo de 2021

Entre errores y la historia: el papa Félix.

San Félix I, papa. 30 de mayo y 30 de diciembre.

El “Liber Pontificalis” da algunos datos sobre este papa, pero que, a decir verdad, son imprecisos. Pero aun así, junto al “Catálogo Liberiano” o la “Crónica” de San Hipólito (22 de agosto) es la fuente más antigua para poder decir algo de él.

Según todos estos documentos, Félix nació en Roma y su padre fue un senador llamado Constancio. Fue elegido papa el 5 de enero de 269, para suceder a San Dionisio (26 de diciembre y 19 de enero). Se habría opuesto al hereje Pablo de Samosata, quien negaba la Trinidad, y escribió una carta dogmática sobre la fe católica en la unidad de las dos naturalezas de Cristo, perfectamente integradas en su única persona. Ante la deposición de este obispo de la importante sede antioquena, Félix reclamó la ayuda del emperador Aureliano, partidario de Pablo en principio, para poner paz en la iglesia antioquena. Félix recordaría que la comunión en la fe con la sede petrina era indispensable para mantener la comunión entre todas las iglesias. Pablo sería depuesto absolutamente, y requisada su posesión sobre la basílica antioquena. Curiosamente, Aureliano había perseguido a los cristianos y, en 275 desataría una nueva oleada de persecución.

El Liber igualmente le atribuye la norma litúrgica de que los sepulcros de los mártires sean utilizados como altares para la celebración eucarística. Pero en realidad esto ocurría ya desde antes. En caso de que se refiriera a que, además de las misas celebradas en las basílicas en forma pública, se continuara celebrando en las catacumbas, estaríamos hablando de una norma posterior a la paz de Constantino y que habría sido añadida en el Liber posteriormente.

Sobre la muerte del papa San Félix y el sitio de su sepultura hay igualmente algunos datos inexactos, aún no resueltos del todo. Mientras el Liber nos dice que murió mártir en 274, y que fue sepultado en una basílica edificada por él mismo en la Vía Aurelia, en el Calendario Romano, del siglo IV y de mayor venerabilidad, el papa Félix aparece en la “Depositio episcoporum” y no en la “Depositio Martyrum”. Además, nos informa que fue sepultado en las catacumbas de San Calixto (14 de octubre) en la Vía Appia en la tercera calenda de enero ("III Kal. Jan"), es decir, a 30 de diciembre. Y es que el Liber yerra, confundiéndole con el mártir San Félix, quien si fue sepultado en la Via Aurelia y a cuya memoria se le dedicaría luego una basílica.


Para más inri, el cronista del Liber cometió un error de escritura y “envió” al 30 de mayo la muerte del papa San Félix, al escribir “III Kal. Jun.” (tercera calenda de junio, o sea, 30 de mayo), en lugar de “III Kal. Jan", que, como ya vimos antes, es la tercera calenda de enero, 30 de diciembre. Estos errores persistieron hasta 1969, pues hasta este año, se mencionaba a San Félix I, papa y mártir, a 30 de mayo. Posteriormente su memoria fue sacada del Calendario Universal, y el Martirologio cambió su entrada para llamarle solamente “papa”, y ponerle a 30 de diciembre. Aún así, en los lugares donde su culto permanece, continúan celebrándole a día de hoy, 30 de mayo.

Fuente:
-Liber pontificalis.
-"Lives of Saints". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916. 

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Gelasio I. 21 de noviembre. 
San Agatón. 10 enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.
San Calixto I. 14 de octubre.

A 30 de mayo además se celebra a:







domingo, 25 de abril de 2021

El papa asno.

Beato Benedicto XII, papa. 25 de abril.

Nació en Sabardoun, sobre 1280 y su nombre de bautismo fue Jacobo. Su padre fue Guillermo Fournier, y su madre, cuyo nombre se ignora, era sobrina del controvertido papa Juan XXII. Desde sus más tiernos años manifestó el niño Jacobo una propensa inclinación a las letras, por lo cual sus padres, a pesar de no poseer pingues recursos, se preocuparon de que estudiara en los mejores colegios. Así, se formó en Gramática y Retórica en Sabardoun. Estudió Artes y Teología en Tolosa.

Tenía la intención de proseguir estudiando en la Universidad de París, mas otra cosa llamó la atención: en un viaje que realizó a su ciudad natal para visitar a sus padres, pasó la noche en la hospedería del monasterio cisterciense de Boulbonne. le bastó esa noche de conversación con los monjes y participar con ellos en la oración coral, para enamorarse de la vida monástica. Y sin ir a su casa a ver a sus padres, pidió el hábito y lo obtuvo ese mismo día. fue un monje ejemplar, lo cual, sumado a sus luces naturales y por el estudio, hizo que su abad le enviara a formarse al Colegio de San Bernardo de París, para que pudiera estudiar en dicha Universidad, como era su primer deseo. En París obtuvo el doctorado en Teología.

Una vez terminado sus estudios, fue nombrado Inquisidor para el Languedoc, donde los cátaros extendían cada vez más su herejía. Al mismo tiempo era nombrado abad del monasterio de Fontfroid, de Narbona. Su acción apostólica en la conversión y represión de los herejes, más su labor como abad, llevando al monasterio a altas cotas de santidad y erudición, hicieron que el papa Clemente V le nombrara obispo de Pamiers. En esta nueva labor apostólica, nuestro beato brilló por su acción pastoral y diplomática. Eran los tiempos del papado de Avignon, convulsos y de confusión, al hallarse el papa fuera de la Ciudad Eterna, y sucederse continuamente las intrigas y males que, años más tarde desembocarían en el Cisma de Occidente. El 18 de diciembre de 1327 Juan XXII le creó cardenal y le dio la misión de escribir contra las herejías que pululaban por la cristiandad. Era llamado "el cardenal blanco", pues siempre vestía su hábito del Císter.

Jacobo se dio a su tarea apologética, escribiendo varios opúsculos contra los "Fraticelli", un conjunto de sectas que reinterpretaban el Evangelio, llevaban la pobreza a extremos y que terminaron en la impureza y enemigos del papado. También escribió sobre la doctrina de la visión beatífica de las almas. Una corriente, de la que sería partidario el papa Juan XXII, enseñaba que las almas no gozarían de Dios sino hasta después del juicio final. Algunos han acusado al papa Juan XXII de ser hereje por tal creencia, pero en su favor hay que decir que no sería sino después de su muerte cuando se definiría la doctrina católica para siempre, la cual veremos enseguida.

Con esta trayectoria no es de extrañar que a la muerte del papa Juan XXII, el 4 de diciembre de 1334, fuera Jacobo el elegido para sucederle. Fue coronado en la iglesia de los dominicos de Avignon, el 8 de enero de 1335, tomando el nombre de Benedicto XII. Dícese que, al saber la noticia de su elección, dijo: "Han elegido a un asno". Apenas fue entronizado en la cátedra de San Pedro, se dedicó a una labor reformadora de la Iglesia, saneó cuentas, retiró prebendas, consolidó la autonomía de los monasterios, restauró varias basílicas de Roma y persiguió la simonía. Para zanjar el asunto teológico de la visión beatífica, en 1336 declaró ex-cathedra la doctrina católica sobre este punto: las almas de los fieles cristianos que mueren en gracia de Dios y los ya purgados, como también los infantes reengendrados por el Bautismo, al momento que expiran ven intuitivamente a Dios, y le gozan después del juicio particular. Esta doctrina sería confirmada por el Concilio de Trento. También escribió algunos tratados espirituales, dispuso cánones y escribió un "Comentario" al Evangelio de San Mateo.

Como monje que era, Benedicto XII fue muy celoso del restablecimiento de la observancia monástica, especialmente entre benedictinos y cistercienses. escribió cartas, firmó sentencias y exhortaciones. Recibió a varios abades y los conminó a la reforma. fue muy atento a las necesidades de los romanos, aunque vivía en Francia, Roma era su casa. En una ocasión en que Roma padeció una terrible hambruna envió a la ciudad 9000 florines de oro para socorro de los necesitados. Fue enemigo de la simonía y el nepotismo, manteniendo a sus parientes lejos, y vigilando no recibieran privilegios o cargos eclesiásticos algunos sin merecerlos. A una sobrina suya algunos príncipes quisieron casarla, o algunos prelados la quisieron para forja alianzas, más el papa no lo permitió, sino que bendijo su matrimonio con un desconocido mercader tolosano. Y un sobrino suyo que llegó a cardenal, no lo fue sino después de su muerte. A otra pariente que fue a visitarle para pedirle algún beneficio, le respondió: "Como Jacobo te conozco, pero como Benedicto no tengo parientes"; y así les despidió, dándoles algo de dinero para el camino de regreso.

En los temas de política, su principal conflicto lo tuvo con Luis IV de Baviera, quien ya estaba enfrentado a su antecesor Juan XXII. A Benedicto le costaba la reconciliación, por su temor a las represalias de los poderosos Roberto de Nápoles y Felipe VI de Francia. Los obispos alemanes apoyaban al emperador, así como los príncipes electores, y ante la indecisión del papa a hacer la paz y confirmar a Luis, proclamaron en 1338 que el emperador dejaba de pedir la confirmación papal para ser legítimo. Benedicto pasó esto por alto, mas no la ofensa que en 1342 le dispensó el emperador: usó su poder civil sobre la Iglesia, para decretar la disolución del matrimonio de la condesa de Tirol para casarla con su hijo Luis. Benedicto se limitó a que hubiera paz, a que el emperador no persiguiera a la Iglesia.

Además, en el ámbito político, reconcilió a los reyes de Castilla y Navarra. hizo paz entre Castilla y Portugal, y entre Nápoles y Sicilia. Apoyó económicamente la reconquista española, y además, otorgó el perdón de los pecados a todos aquellos cristianos que murieran en aquella cruzada. Luego de la batalla de Tarifa, mandó cantar un solemne “Te Deum” en la catedral de Avignon, reconstruida por él mismo. En 1342 fue inflexible con los franceses, entre ellos algunos de la corte papal, quienes secuestraron y pusieron en peligro a unos embajadores del rey Eduardo de Inglaterra. Benedicto mandó apresar a los culpables y una vez liberados los ingleses, mandó ahorcaran a los culpables delante del palacio papal.

Benedicto entró a la paz del Señor el 25 de abril de 1342, tendido sobre el suelo y vestido solamente con su querido hábito del Císter, el cual nunca había dejado de usar debajo de sus ropajes papales. Fue sepultado en la Catedral de Avignon, donde aún se veneran sus reliquias. Curiosamente, en el siglo XVII el P. Pedro Lucio, carmelita, le incluyó entre sus santos, creyendo que en Avignon el epitafio del papa decía: "Hic iacet Benedictus, quem Carmelus protulit, Cassinus aluit, Vaticanus coronavit". En realidad este epitafio, sacado de "Epitafios Heroicos", de Claude de la Ville, no se refiere al papa Benedicto, sino a otra persona. Para colmo, también se le confundió con Benedicto V, a quien la Orden del Carmen tuvo también como santo propio.


Fuente:
-"Médula Histórica Cisterciense". Volumen 2. ROBERTO MUÑIZ O.Cist. Valladolid, 1780.

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.

San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
  
San Calixto I. 14 de octubre.    
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.

San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Agatón. 10 de enero.
San Celestino I. 6 de abril


A 25 de abril además se celebra a








martes, 6 de abril de 2021

Se preocupó por la ortodoxia de la fe.

San Celestino I, papa. 6 de abril y 27 de julio.

Era natural de Campania. De su vida anterior al papado se sabe poco, pero se supone haya sido un presbítero lo suficientemente conocido para que en el año 422, fuera elegido Papa como sucesor de San Bonifacio I (25 de octubre). Vivió en época de expansión de varias herejías, como la de Pelagio, y la peor de todas, la de Nestorio, patriarca de Constantinopla. Fue Celestino ferviente defensor de San Agustín (24 de abril y 28 de agosto), medió entre Nestorio y San Cirilo de Alejandría (27 de junio), condenando finalmente la herejía del primero en el concilio de Éfeso "con lágrimas en los ojos y el corazón contrito", al ver como Nestorio se excluía a si mismo de la fe católica.

No le fue fácil a Celestino el papado, y no por causas ajenas a la Iglesia, sino internas. Divisiones, distensiones y falta de autoridad, habían creado un clima de relajación en la Iglesia. Obispos que se tomaban libertades litúrgicas y pastorales, clérigos que se enriquecían sin escrúpulos, abandono del ardor apostólico. Preocupado por esta situación de la Iglesia, organizó misiones y envió prelados a diversos sitios, para que metieran en cintura a las iglesias locales. En 430 acogió a San Bricio de Tours (13 de noviembre), cuando este fue calumniado en su sede y ese mismo año ordenó obispo a San Petronio de Bolonia (4 de octubre). En 431 envió a San Germán de Auxerre (31 de julio) a Inglaterra y a San Paladio (7 de julio) a Escocia. En 432 envió a San Patricio (17 de marzo) a Irlanda a predicar el evangelio.

Murió a 27 de julio de 432, luego de una vida santa y preocupada por la ortodoxia de la fe y la santidad de la Iglesia. Fue sepultado en el cementerio de San Silvestre, Roma. Le sucedió San Sixto III (28 de marzo).


Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.

San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
  
San Calixto I. 14 de octubre.    
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.

San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.

San Agatón. 10 de enero.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.


A 6 de abril además se celebra a






 

sábado, 6 de marzo de 2021

Peleó por el papa, peleó por reliquias.

San Crodegand de Metz, obispo. 6 de marzo. 

San Crodegand defiende al papa
Nació en Brabante a inicios del siglo VIII, en una familia noble, emparentada con el rey Pipino III. Fue educado desde niño en la abadía de San Trudo, con vistas a prepararse para ser un buen cortesano. Y así, fue canciller Pipino III y en 737, pasó a ser Primer Ministro de Carlos Martel. 

En 741 murió el obispo de Metz, San Sigebald (26 de octubre), y nuestro santo fue nombrado sucesor al año siguiente, al mismo tiempo que cumplía sus funciones políticas. Fue apóstol y diplomático al mismo tiempo, logrando excelentes resultados en ambas funciones. Entre los lombardos llevó a cabo la liberación del papa Eugenio II quien, en gratitud, elevó a Metz a la categoría de arquidiócesis y confirmando a Crodegand como primer arzobispo. Además, le dio el privilegio de poder ordenar obispos en cualquier diócesis de Francia.  

En Metz comenzó una intensa labor reformadora, regulando la vida de los canónigos, introduciendo la liturgia romana para dar uniformidad litúrgica y reformando los monasterios. Ademñas, fundó el monasterio de San Pedro y dos abadías más en Lorsch y Gorze. Sobre esta fundación hay un suceso muy curioso: para esta abadía el santo hizo trasladar desde Roma las reliquias de San Gorgonio (9 de septiembre). Al pasar por el monasterio de St. Moritz con las preciadas reliquias (también llevaba las de Santos Nabor y Félix, 12 de julio), los monjes de este monasterio le dijeron que “de eso nada, estas reliquias se quedan aquí”. Así mismo, los monjes escondieron las reliquias y se negaron a dejar que se las llevaran. Crodegand pidió ayuda al rey, el cual amenazó con entrar por la fuerza al monasterio, pero nada. Viendo que no había solución pacífica, el mismo San Mauricio (22 de septiembre) se animó, salió del sepulcro y comenzó a golpear el relicario para demostrar que las reliquias debían compartirse. Ante este portento, los monjes le devolvieron a Crodegand las reliquias de San Gorgonio, Nabor y Félix (las de estos dos fueron a los monasterios de Avold y Lorsch). El monasterio de Gorze se convertiría en el centro neurálgico de la devoción a San Gorgonio. 

Crodegand murió el 6 de marzo de 766. Fue enterrado en su querida abadía de Gorze. 


A 6 de marzo además se celebra a 

S. Cirilo de Constantinopla,
obispo carmelita
.
Los 42 Mártires
de Ammoria
San Olegario
de Tarragona, obispo
.








miércoles, 20 de enero de 2021

"Es digno"

San Fabián, papa y mártir. 20 de enero. 

Sobre este santo papa, el "Liber Pontificalis", libro apócrifo y que hay que tomar con cuidado, nos cuenta algunos detalles, pero los más importantes los podemos obtener de Eusebio, de San Cipriano (16 de septiembre) o San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias). Según estos textos Fabián no era romano, pero estando visitando la ciudad, ocurrió la muerte del papa San Antero (3 de enero). Los diáconos trataban de elegir a un obispo para Roma cuando apareció entre ellos Fabián, y sobre él se posó una blanca paloma. Entonces el clero exclamó "Es digno", y le entronizaron en la cátedra. 

Gobernó 16 años la iglesia de Roma, ordenó a algunos diáconos, entre ellos a quien sería el papa San Lucio I (4 de marzo). Durante su pontificado la Iglesia se expande muchísimo por la Galia e Inglaterra. Aparece como quien envió a numerosos apóstoles, entre ellos a San Gaciano de Tours (18 de diciembre), San Pablo de Narbona (22 de marzo), San Dionisio de París (9 de octubre), San Saturnino de Tolosa (29 de noviembre), San Trófimo de Arlés (29 de diciembre, 14 y 15 de abril, Iglesias Griegas, 29 de junio, 31 de julio y 29 de octubre), San Marcial de Limoges (30 de junio), y a los presbíteros Santos Nectario y Auditor (9 de diciembre). Aunque ya sabemos que la leyenda hace retroceder en el tiempo a todos estos santos, haciéndoles personajes del Evangelio y discípulos directos de los apóstoles Pedro y Pablo. 

Fue Fabián un protector de los pobres y viudas. cuidó de las catacumbas y preservó de la persecución las reliquias de los mártires Poncio e Hipólito. Eusebio dice que Fabián habría bautizado al emperador Felipe, quien fue sucedido por Decio, un feroz perseguidor de la Iglesia y quien llevaría a nuestro Fabián al martirio. Fue sepultado en las catacumbas de San Calixto (14 de octubre). Algunas reliquias del santo se veneran en las iglesias romanas de San Martín al Monte, Santa Práxedes y, la más venerada, su brazo, en la iglesia de San Sebastián, dedicada, además, a la memoria de San Fabián luego de esta traslación. Por esta causa es que su memoria coincide con la del mártir Sebastián, por compartir patronato sobre esta iglesia romana. Fue sucedido en el papado por San Cornelio (16 de septiembre). 

Es San Fabián patrono de los alfareros y los fabricantes de vasijas de peltre. 

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Calixto I. 14 de octubre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 de enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.

jueves, 28 de junio de 2018

Vivir por Cristo y morir por el calor.

San Pablo I, papa. 28 de junio.

Los principales datos de su vida los da Anastasio, el Bibliotecario, quien parece los recoge de alguna fuente contemporánea al mismo santo.

Nació en Roma, a inicios del siglo VIII en una familia noble. Muy joven fue ordenado diácono por el papa San Zacarías (3, 15 y 22 de marzo). En 752 su hermano Esteban subió al solio pontificio con el nombre de Esteban III. Esteban gobernó la iglesia romana durante cinco años, durante los cuales Pablo fue su fiel colaborador, por lo cual fue designado por los partisanos como sucesor aún en vida de Esteban. Sin embargo, otra facción, apoyada por el clero, no veía con buenos ojos esta sucesión como si de un título familiar se tratara. A la muerte de Esteban en 757 intentaron entronizar a Teofilacto, archidiácono de la Iglesia de Roma, pero finalmente los partisanos se impusieron y proclamaron papa a Pablo el 29 de mayo del mismo año.

Pablo era un hombre de carácter manso, amante de paz y muy humilde. Visitaba las iglesias, a los pobres, socorría por si mismo a los enfermos y los peregrinos. Mandó excavar en las catacumbas de Domitila y trasladó las reliquias de Santa Petronila (31 de mayo) a la primitiva basílica de San Pedro.


Su obra siempre estuvo encaminada a que la Iglesia fuera independiente y mantuviera la paz con los reyes del mundo, pero no siempre pudo. Tuvo que sufrir a Desiderio, rey de los lombardos, quien pretendía recuperar el dominio sobre Rávena, territorio que Pipino, rey de los francos, había entregado a la Sede de San Pedro, en tiempos del papa Zacarías. La cosa no llegó a más pues, apenas Desidero amenazó gravemente al papa con invadir Rávena y la misma Roma, los francos amenazaron a su vez con ir contra él.

Pablo murió luego de 10 años de pontificado, el 28 de junio de 767, al parecer a causa del calor de aquel verano.

Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Calixto I. 14 de octubre.
San Marcos. 7 de octubre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 de enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.

San Zacarías 15 de marzo.
San Celestino I. 6 de abril.

viernes, 25 de mayo de 2018

De un papa valiente y reformador.

San Gregorio VII, papa. 25 de mayo.

Es este uno de los papas más grandes de la historia civil y eclesiástica. Reformador y gran apástol. Nació sobre 1020 en la Toscana, en una familia humilde, y se llamaba Hildebrando Aldobrandeschi. Fue educado por su tío, abad de Santa María del Aventino, y desde niño mostró una admirable capacidad de estudio, gran inteligencia y sólida piedad. Tomó el hábito monástico en el mismo monasterio y pronto fue conocido fuera de los claustros por su rectitud y valía. En 1045 el papa Gregorio VI le mandó llamar junto a sí como secretario. Al año siguiente, siendo desterrado el papa a causa de su deposición (el Concilio de Sutri determinó que había sido elegido simoníacamente), Hildebrando lo siguió a Colonia y le asistió en su muerte ese mismo año.

Luego, Hildebrando se fue al más célebre monasterio del momento: Cluny, donde era abad San Odilón (1 de enero y 11 de mayo, Todos los Santos Abades de Cluny). El espíritu reformador de Cluny inundaría a Hildebrando, quien se convertiría en la mano derecha del nuevo abad, San Hugo de Cluny, "el Grande", (29 de abril; 11 de mayo, Todos los Santos Abades de Cluny, y 13 de mayo, traslación de las reliquias). Este abad le promocionaría aún más y lograría que en 1049 el papa San León IX (19 de abril) nombrara al joven Hildebrando, de 29 años de edad, abad de San Pablo Extramuros y su Legado Pontificio ante el emperador del Sacro Imperio Germánico y los reyes europeos. También de este papa fue gran apoyo en toda la labor reformadora de la Iglesia. Fue igualmente Legado del papa Víctor II y de Esteban IX. Se opuso enérgicamente a la elección simoníaca de Benedicto X, al que se consideró antipapa, e influyó en la elección de Nicolás II.

Este último pontífice le nombró Archidiácono de Roma, un puesto codiciadísimo por los prelados, pues quien lo ostentaba tenía a su cargo el administrar los bienes materiales de la Iglesia. Era un puesto que se prestaba a todo tipo de corruptelas, vicios y pecados, pero Hildebrando lo ejerció con gran temor de Dios, honestidad y transparencia, llegando incluso a recortar gastos poco que le parecieron poco lícitos del mismo papa. Separó el dinero de la caridad exclusivamente para eso y no permitió ni que una sola moneda fuera usada para sobornos o compra de beneficios espirituales.

Junto a su antiguo amigo San Pedro Damiani (21 de febrero) y el futuro papa Alejandro II, en 1059 estuvo presente en el Sínodo de Milán, para deponer al arzobispo Guido de Velate, quien había comprado el nombramiento, siendo denunciado por el diácono San Arialdo (27 de junio), y a quien el obispo había excomulgado. Hildebrando y sus compañeros pusieron las cosas en su sitio, deponiendo al obispo y llevando el levantamiento de la excomunión. Lo que sí no lograron fue preveer el atroz martirio que padecería Arialdo por órdenes del obispo, siendo castrado, mutilado y ahogado.

Todas estas acciones enérgicas, reformadoras y su vida austera y piadosa, hicieron que a la muerte de Alejandro II, Hildebrando fue elegido papa por aclamación popular el 22 de abril de 1073. Aunque Esteban II había prescrito que solo los cardenales podrían elegir al papa, esa norma se saltó por alto, sabiendo del gran bien que suponía tener a Hildebrando en el trono de San Pedro. Fue consagrado obispo y coronado papa el 30 de junio de 1073, tomando el nombre de Gregorio VII.

San Gregorio continuó la reforma de la Iglesia que tanto había impulsado León IX. Afianzó el poder papal por encima de todos los obispos, centralizando aún más el poder. Esto, sinceramente, le alejó de la Iglesia Oriental, más sinodal, e hizo más difícil la posible unión luego del cisma de Oriente. Además, propuso al papado como el supremo gobernante del mundo, al cual el mismo emperador debía sumisión, aun suponiendo la diferencia entre los dos poderes, civil y eclesiástico. Todo esto no fue de balde, por supuesto, sino a causa de una batalla que hubieron de librar Iglesia e Imperio a causa de "las Investiduras". A grandes rasgos, el problema, que se arrastraba desde el siglo IX y duró casi 100 años, se trató acerca de la prohibición por parte de la Iglesia, de que los monarcas invistieran obispos por su cuenta, como si de un cargo civil se tratara. El emperador y los príncipes elegían obispos solo por conveniencia política, para premiar a sus parientes o simplemente vendían el obispado a quien lo comprara mejor.

Un ejemplo de todo esto lo vemos en la historia de San Federico de Lieja (27 de mayo), quien era Deán de la catedral de Lieja cuando murió el obispo, en 1119. Antes que pudieran elegir un nuevo obispo, Alejandro, uno de los canónigos de la catedral y su tesorero, apoyado por Godofredo, conde de Lovaina, compró al emperador Enrique V su nombramiento como obispo de la sede vacante. Enrique V le entregó el anillo y el báculo y le envió a Lieja. Pero Federico reunió al Capítulo catedralicio y a todo el clero de la ciudad para hacer frente al obispo simoníaco e impedirle tomar la sede. A tal punto llegó la cosa que hubo hasta una batalla. También el caso del Beato Odo de Cambrai (19 de junio), a quien no le dejaron tomar posesión de su sede por haber sido elegido obispo por el papa Pascual II. También padeció por ello San Anselmo de Canterbury (21 de abril) allá en Inglaterra, pues el problema no solo era con el Sacro Imperio Germánico. Los prelados estaban divididos entre lo que mandaba la Iglesia y la obediencia al emperador. Así, por ejemplo, en el siglo X veremos a San Lantpert de Freising (18 de septiembre) del lado de Otón II frente al papa.

El emperador Enrique
y el papa Gregorio.
En el Sínodo de Roma de 1075 Gregorio renovó la absoluta prohibición por parte de los laicos de nombrar obispos en sus territorios. Esa prerrogativa pasaría a ser exclusiva del papa, en detrimento de los capítulos canonicales y presbíteros locales, los cuales, hasta entonces habían tenido voz y voto para elegir a sus obispos. Es por ello que, cuando el emperador Enrique IV se negó a aceptar la prohibición no pocos clérigos le apoyaron aún contra el papa: porque eso era contrario a la costumbre de muchas sedes donde los abades y los presbíteros elegían a sus obispos. El santo papa fue apoyado por otros prelados, como el obispo San Altmann de Passau (8 de agosto), y los abades San Guillermo de Hirsau (5 de julio) y San Erminold de Prüfening (6 de enero), quien llegaría a impedir el acceso a Enrique, a la sazón excomulgado, a su monasterio. Y no solo a este, sino a los obispos Ratisbona y Bamberg que le acompañaban y que apoyaban al monarca.

Enrique IV, lo dicho, continuó nombrando obispos en sus territorios, de tal modo que las sedes aledañas a los Estados Pontificios, como Milán y otras, tenían obispos más fieles al Imperio que a la Iglesia. Gregorio amenazó al emperador con excomulgarle y además, deponerle del trono imperial. Esta amenaza logró que Enrique depusiera a algunos de sus obispos, pero solo para tomar tiempo. En 1075 se expuso a la excomunión, celebrando una Dieta en Worms, en la cual depuso al papa Gregorio. La excomunión papal se hizo efectiva, lo cual fue aprovechado por algunos príncipes para, bajo supuesto celo por la fe católica, no prestar vasallaje al emperador. Al mismo tiempo, se planeó una reunión de los príncipes con el papa en Ausburg, en la cual nada bueno Sus consejeros pronto le advirtieron del desastre que esto podía suponer para el Imperio mientras Gregorio mantuviera la excomunión, por lo cual decidió fingir, que eso fue, un fingimiento, una reconciliación.

Se reunieron en el castillo de Matilde de Canossa. Enrique se presentó como un penitente, descalzo y suplicando el perdón del papa. Gregorio lo absolvió, abrazándole como un padre a su hijo. Enrique obtuvo a cambio el compromiso de celebrar una Dieta en la que se debatiría con más calma el asunto de las Investiduras. Enrique comenzó a dilatar la Dieta, por lo cual Gregorio lanzó una la excomunión y proclamó su deposición, al tiempo que proponía a Rodolfo, duque de Suabia, como emperador, en una alianza con San Ladislao I de Hungría (30 de junio y 29 de julio) y San Leopoldo III de Austria (15 de noviembre). Como agradecimiento a este apoyo, el papa concedió a los húngaros en 1083 la canonización de San Esteban de Hungría (16 de agosto y 2 de septiembre) la de su hijo San Emeric (4 de noviembre) y la del obispo mártir San Gerardo Sagredo (24 de septiembre), y ordenó la traslación de las reliquias del ermitaño San Andrés Zoerard (17 de julio).

Pero, aún con esas alianzas, Gregorio no logró su objetvo. No tuvo en cuenta que los prelados de Alemania y Lombardía se rebelaron y reclamaron a Enrique como verdadero emperador, apoyando la elección del antipapa Clemente III en 1080. Enrique tomó sin dificultad la ciudad de Roma en 1084, celebrando un forzado sínodo que depuso y excomulgó al santo papa Gregorio. Para rematar el acto sacrílego, el antipapa Clemente III coronó emperadores a Enrique y a su mujer.

Reliquias del papa San Gregorio VII.
Catedral de Salerno.
Gregorio hubo de huir a Salerno, donde vivió pobremente. Para colmo, los normandos, protestando fidelidad a Gregorio (más bien por oposición a Enrique) tomaron Roma y la saquearon, dejando numerosos muertos y edificios destruidos. Enrique hubo de abandonar Roma y Gregorio tuvo que huir a Salerno, pues los romanos lo culparon del saqueo y muertes, injustamente. En esta ciudad Gregorio moriría, abandonado de todos, el 25 de mayo de 1085.

El problema de las Investiduras no se solucionaría finalmente hasta 1122, imperando Enrique V y siendo papa Calixto II.

Gregorio VII fue canonizado en 1726 por el papa Benedicto XIII. Sus reliquias se veneran en la catedral de Salerno.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Calixto I. 14 de octubre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 de enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Julio I. 12 de abril.

San Alejandro I. 3 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.

A 25 de mayo además se celebra a:


San Dunchladh de Iona,
abad.

Santa María M. de Pazzi,
virgen carmelita
.
San Urbano I,
papa y mártir.
La Tercera Invención
de la Cabeza
de San Juan Bautista.























Santa Almedha, virgen y mártir.

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