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domingo, 30 de mayo de 2021

Entre errores y la historia: el papa Félix.

San Félix I, papa. 30 de mayo y 30 de diciembre.

El “Liber Pontificalis” da algunos datos sobre este papa, pero que, a decir verdad, son imprecisos. Pero aun así, junto al “Catálogo Liberiano” o la “Crónica” de San Hipólito (22 de agosto) es la fuente más antigua para poder decir algo de él.

Según todos estos documentos, Félix nació en Roma y su padre fue un senador llamado Constancio. Fue elegido papa el 5 de enero de 269, para suceder a San Dionisio (26 de diciembre y 19 de enero). Se habría opuesto al hereje Pablo de Samosata, quien negaba la Trinidad, y escribió una carta dogmática sobre la fe católica en la unidad de las dos naturalezas de Cristo, perfectamente integradas en su única persona. Ante la deposición de este obispo de la importante sede antioquena, Félix reclamó la ayuda del emperador Aureliano, partidario de Pablo en principio, para poner paz en la iglesia antioquena. Félix recordaría que la comunión en la fe con la sede petrina era indispensable para mantener la comunión entre todas las iglesias. Pablo sería depuesto absolutamente, y requisada su posesión sobre la basílica antioquena. Curiosamente, Aureliano había perseguido a los cristianos y, en 275 desataría una nueva oleada de persecución.

El Liber igualmente le atribuye la norma litúrgica de que los sepulcros de los mártires sean utilizados como altares para la celebración eucarística. Pero en realidad esto ocurría ya desde antes. En caso de que se refiriera a que, además de las misas celebradas en las basílicas en forma pública, se continuara celebrando en las catacumbas, estaríamos hablando de una norma posterior a la paz de Constantino y que habría sido añadida en el Liber posteriormente.

Sobre la muerte del papa San Félix y el sitio de su sepultura hay igualmente algunos datos inexactos, aún no resueltos del todo. Mientras el Liber nos dice que murió mártir en 274, y que fue sepultado en una basílica edificada por él mismo en la Vía Aurelia, en el Calendario Romano, del siglo IV y de mayor venerabilidad, el papa Félix aparece en la “Depositio episcoporum” y no en la “Depositio Martyrum”. Además, nos informa que fue sepultado en las catacumbas de San Calixto (14 de octubre) en la Vía Appia en la tercera calenda de enero ("III Kal. Jan"), es decir, a 30 de diciembre. Y es que el Liber yerra, confundiéndole con el mártir San Félix, quien si fue sepultado en la Via Aurelia y a cuya memoria se le dedicaría luego una basílica.


Para más inri, el cronista del Liber cometió un error de escritura y “envió” al 30 de mayo la muerte del papa San Félix, al escribir “III Kal. Jun.” (tercera calenda de junio, o sea, 30 de mayo), en lugar de “III Kal. Jan", que, como ya vimos antes, es la tercera calenda de enero, 30 de diciembre. Estos errores persistieron hasta 1969, pues hasta este año, se mencionaba a San Félix I, papa y mártir, a 30 de mayo. Posteriormente su memoria fue sacada del Calendario Universal, y el Martirologio cambió su entrada para llamarle solamente “papa”, y ponerle a 30 de diciembre. Aún así, en los lugares donde su culto permanece, continúan celebrándole a día de hoy, 30 de mayo.

Fuente:
-Liber pontificalis.
-"Lives of Saints". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916. 

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Gelasio I. 21 de noviembre. 
San Agatón. 10 enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.
San Calixto I. 14 de octubre.

A 30 de mayo además se celebra a:







lunes, 16 de julio de 2018

Feo por vocación.

San Thenevan de Léon, obispo. 16 de julio.

Tiene este santo una leyenda muy florida y extensa, que extracto por necesidad. Al parecer en realidad su leyenda versa sobres tres santos dferentes del mismo nombre que vivieron entre los siglos V y XI, pero a los cuales la tradición, el culto y la ignorancia convirtieron en uno solo, que recoge las "vitae" de los tres. Siguiendo esta leyenda, podemos decir que Thenevan nació en Gales, en el siglo VI, de una familia cristiana.

Al llegar a la juventud, Thenevan era hermoso de cuerpo y más aún de alma. Toda su afición estaba puesta en la oración y la vida contemplativa, pero siempre tenía enfrente a la indecorosa duquesa de Arondel, quien constantemente le pretendía llevar a su lecho con promesas, regalos y hasta amenazas. Entonces Thenevan pidió a Dios perder su belleza exterior para que la mujer lo dejara en paz, y Dios le envió la enfermedad de la lepra, desfigurándose su rostro. Debido a esto, la duquesa lo despreció y su familia lo repudió, echándole del castillo familiar.

Thenevan se dirigió al monasterio de San Karanteg (16 de mayo), para pedir misericordia y vivir de las sobras de los monjes mientras vivía alejado. Pero he aquí que al llegar al monasterio, el chico quedó curado de la lepra y recuperó su lozanía y belleza. Fue admitido como monje, para su gran alegría y en poco tiempo ya era religioso ejemplar. Allí vivió varios años, pero su deseo de soledad le llevó a pedir la autorización para ser eremita lejos. Cruzó el canal hacia el continente y se estableció en la Bretaña, esa tierra rica en santos eremitas y apóstoles. Allí se retiró a un bosque cercano al río Elorn. Pero su vida santa, sus milagros y sabias palabras pronto le sacaron del anonimato y se hizo muy conocido y querido en la región. Y más que luego de sus piadosas oraciones librara a la ciudad de Plabennec del asedio de los bárbaros.

En 616 murió San Goulven (1 de julio), el obispo de Léon y Thenevan fue elegido para sucederle. El santo se negó, pero luego de pedir consejo a santos prelados, estos le convencieron de que el mismo Espíritu Santo era quien le elegía. Siendo obispo construyó dos iglesias, una donde había vivido como ermitaño y otra en Plabennec. En esta iglesia ocurrió un portento que tuvo al santo como protagonista: ocurrió que el presbítero de este templo llevó la Eucaristía a una persona enferma. Llovía y hacía viento, por eso el cura no se dio cuenta de que en el camino había perdido la hostia sino cuando llegó a casa del enfermo. Regresó inmediatamente rebuscando por el camino, pero no logró hallar la Sagrada Forma. Entonces fue adonde su obispo, nuestro Thenevan, para confesarle su descuido y pedirle consejo. Entonces Thenevan se puso en oración pidiendo a Dios solucionara aquello.


Thenevan libra a la ciudad
de los invasores.
A la tarde se dirigió el santo a la catedral para las vísperas y al tomar asiento en su sitial una hermosa paloma blanca entró volando con una rama de roble en su pico, poniéndola ante el santo. Cuando este se fijó bien, vio que había un enjambre de abejas, las cuales se apartaron y dejaron ver un pequeño tabernáculo de cera que habían hecho. Lo abrió Thenevan y allí dentro estaba la hostia purísima. El santo la colocó en un ciborio y todos cantaron un solemne Te Deum.

Thenevan falleció sobre 635 y fue sepultado en la misma Plabennec, donde se veneraron sus reliquias hasta el siglo IX, cuando fueron trasladadas a Meloüet por miedo a los vikingos. Luego volvieron a Plabennec. Se le invoca contra la lepra, calambres y dolores de pecho.

Fuentes:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-http://heiligen-3s.nl

A 16 de julio además se celebra a:


B. Claudio y Lázaro,
cartujos mártires.
San Heller, mártir.
Nuestra Señora
del Monte Carmelo
S. M. Magdalena Postel,
virgen fundadora.



domingo, 1 de julio de 2018

De un santo taumaturgo.

San Goulven de Léon, obispo. 1, 3, 4 de julio y 24 de noviembre (Todos los Santos Obispos de Léon).

Según su leyenda, sus padres eran británicos y se llamaban Glaudan y Gologuen. Sobre 540 cruzaron el mar y llegaron a Bringurust, en Bretaña. Allí le llegó a Gologuen el tiempo de dar a luz y nació nuestro santo, Goulven (también llamado Golchuenn, Gouzlien, Gulvain o Wolflin). Su padre fue en busca de agua a las casas de los lugareños para lavar al niño, pero todos se negaron a ofrecerle sus pozos, por lo cual el buen hombre hizo una oración y allí, junto a la recién parida brotó un manantial de aguas milagrosas.

Este portento hizo que el señor local, llamado Godian, se interesara en el niño y fuera su padrino en el bautismo. Luego se preocuparía de dar trabajo a sus padres y tener a Goulven cerca suyo. A los 10 años lo envió al monasterio de San Hervé (17 de junio) para que se formara en las letras y la religión, con la esperanza de hacerle un hombre de bien y nombrarle su heredero, ya que no tenía hijos. Pero, sin embargo, Goulven mostró inclinación por la vida religiosa y cuando se hizo un joven tomó el hábito monástico.

Siendo ya monje y presbítero, Goulven vivió como eremita cerca de la costa bretona junto a su amigo San Maden (19 de julio). Se disciplinaba y oraba constantemente, trabajaba y leía. Era muy parco en su comer y procuraba siempre estar en soledad y aunque valló su ermita, los lugareños siempre hallaban como acercarse a él en busca de una palabra de consejo, oraciones o algún milagro, pues sanó a más de uno de sus dolencias. Incluso, como San Moisés (4 de septiembre), oró con los brazos abiertos cuando la población decidió enfrentar a los piratas que asolaban las costas. Obtuvieron la victoria y, además, los piratas devolvieron pacíficamente todo lo robado. Nadie dudó a quien debían aquella victoria portentosa. En agradecimiento, le regalaron un terreno fértil para que el santo fundara monasterio allí. Este recinto sería el origen de la ciudad de Goulven.

Nacimiento de
San Goulven.
Otros milagros se cuentan, como que convirtió terrones de tierra en oro puro para fundir campanas, cálices y cruces. Y otro más extravagante aún: dos amigos habían planeado ir a Roma en peregrinación, pero uno de ellos murió. El otro fue adonde Goulven para pedirle consejo y este le dijo: "Si habíais planeado ir juntos a Roma, no hay nada más que hacer que llevarte el cuerpo de tu amigo en una bolsa". El joven obedeció y halló que la bolsa no pesaba más que una pluma, por lo que no le molestó para nada en el viaje. Y por si fuera poco, al llegar a la Ciudad Eterna, al abrir la bolsa, el muerto revivió.

En 570 murió San Pol de Léon (12 de marzo, 13 de marzo; Todos sus Santos Compañeros, y tercer domingo de julio, en Léon) y el pueblo eligió a nuestro santo como sucesor. Para huir del episcopado Goulven huyó a Roma, donde suplicó al papa que le eximiera de aceptar la elección, pero he aquí que los de Léon habían enviado una comitiva más rápida para convencer al papa de que le obligara a aceptar la sede. Y así lo hizo. La leyenda dice que fue San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal), pero faltarían al menos 20 años para que Gregorio fuera elegido papa.

San Goulven
ante el papa.
Goulven fue obispo nada menos que 35 años, durante los cuales evangelizó toda la región, convirtiendo a muchos, fundando monasterios y haciendo muchos milagros. Al cabo de ese tiempo abandonó la sede y, junto a Maden, regresó a la vida eremítica. Varios lugares reclaman ser donde ambos santos se establecieron, y realmente pudo ser en todos o en algunos de ellos, pues los eremitas y predicadores itinerantes fueron comunes en aquellas épocas. Donde ciertamente sí que vivió fue en Châteaubourg, donde expiró dulcemente el 1 de julio de 616. Fue sucedido por San Thenevan (16 de julio).

Sus reliquias se veneran en Rennes, en la catedral y en la abadía de San Melanio. Se le invoca contra las enfermedades del ganado, las fiebres y para la buena cosecha de las cerezas.

Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.

A 1 de julio además se celebra a:


San Cybar de
Angoulême, abad.
San Lunaire de
Bretaña, abad.
La Preciosísima
Sangre de Cristo
.
San Simeón el Salo,
loco por Cristo.







sábado, 15 de abril de 2017

San Paterno, contra la sequía.

San Paterno de Vannes, obispo. 15 de abril y 21 de mayo (traslación de las reliquias).

Fue hijo del presbítero San Peran (6 de enero), y nació antes de mediados del siglo V. En ocasiones se le confunde con otro San Paterno que habría sido discípulo de San Patricio (17 de marzo), pero en realidad es anterior al nuestro. Sobre el año 465 seis obispos galos se reunieron en Tours bajo la presidencia del obispo de esta ciudad, San Perpetuo (8 de abril), para crear la sede de Vannes, de la que fue elegido obispo nuestro santo. Una de sus primeras tareas fue reunir a eremitas dispersos que había por los bosques, examinarles de la fe, las virtudes y sus intenciones, y congregarlos en un monasterio. Además, puso orden en la iglesia local, promovió la misión y la caridad.

Sobre el año 496, cansado del gobierno que se le hacía difícil, Paterno renunció y se retiró a Franconia. Pasaron tres años, cuando una terrible sequía asolaba Vannes, los habitantes de la ciudad, temiendo Dios les castigaba por su mal proceder con el obispo, fueron a buscarle. Pero hallaron que había fallecido, sobre el año 500, por lo que solo pudieron trasladar sus reliquias, luego de prometer construir una iglesia digna para acogerlas si terminaba la sequía.

Sus reliquias, las pocas que quedaban, desaparecieron con la Revolución Francesa. Es considerado uno de los fundadores de la iglesia bretona, junto a San Samson de Dol (28 de julio), San Corentin (12 de diciembre), San Pol de Léon (12 de marzo), San Tugdual (30 de noviembre), San Brieuc (1 de mayo) y San Malo (22 de octubre y 15 de noviembre). Su intercesión es invocada contra la sequía en parte de la campiña francesa. En 1968 Pablo VI lo proclamó patrón de Vannes.


Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 15 de abril además se celebra a






jueves, 2 de marzo de 2017

San Jaoua de Bretaña.

San Jaoua de Bretaña, obispo. 2 de marzo; 5 de septiembre, traslación de las reliquias, y primer domingo de mayo.

Muy poco se sabe de este santo antiguo, cuya leyenda le hace nacido en el año 500, y sobrino y discípulo de San Pol de Léon (12, 13 de marzo y tercer domingo de julio) y uno de sus compañeros evangelizadores desde Irlanda hasta las tierras de Bretaña. Allí Jaoua se retiró un tiempo como eremita y luego entró a la abadía de Landevennec, donde al cabo de un tiempo, el abad San Judol (18 de diciembre) le ordenó evangelizar la regiones de Brasparts y Ploudalmézeau. Para ello fue ordenado presbítero por su tío. En Brasparts la gente era reacia al Evangelio, siendo fieros y poco dados a la cultura y la educación, pero con mucha paciencia, Jaoua logró convertir a muchísimos paganos.

Con sus ejemplos de caridad, penitencia y oración, Jaoua convirtió a muchos paganos a la fe de Cristo. Cuando el señor de Faou, asesinó a los abades San Judol y San Tadec (2 de diciembre), un monstruo terrible hizo presencia en la región, asolando los campos y matando a las personas. Todos, incluso Faoud lo vieron como un castigo del verdadero Dios por asesinar a sus siervos. Entonces llamaron a San Pol de Léon, el cual ahuyentó a la bestia. Cuando el pueblo vio esto, todos se convirtieron a Cristo, incluido el asesino, que donó tierras para la fundación de la abadía de Daoulas, fundada por nuestro Jaoua, siendo su primer abad. De allí pasó a Tusrenaus, Batz y Plouguerneau, cuyos monasterios encaminó. Sobre 550 retornó a Brasparts, por una hambruna y peste que asolaban la región. Les predicó, les hizo romper los ídolos que quedaban y luego que los habitantes de la comarca confesaron a Cristo, la enfermedad desapareció milagrosamente.

La "vita" de San Pol pone a San Jaoua como su sucesor en la sede de Léon, aunque la leyenda de San Tugen (26 de enero, 1 de febrero, y domingo anterior al 24 de junio) dice que Pol eligió a Tugen, recomendándole que eligiera a Jaoua, pero es una invención tardía y forzada, pues hay bastante diferencia de tiempo entre ambos. Cuando Jaoua falleció el 2 de marzo de 554, antes había mandado que su cuerpo fuera puesto en un carro tirado por bueyes y que estos libremente eligieran su lugar de sepultura. Los animales fueron a parar a Plouvien, donde fue sepultado y aún luego de 1400 años se le venera. En 1856 la tumba fue abierta y las reliquias reconocidas. El 5 de septiembre de 1897 una reliquia insigne fue trasladada a la catedral de Léon.

Es abogado contra el cáncer, los tumores y las infecciones. El primer domingo de mayo se celebra en Plouvien una procesión en su honor, venerándose sus reliquias. 


Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"Les vies des saints de la Bretagne armorique". SAN ALBERTO MAGNO. Quimper, 1901.


A 2 de marzo además se celebra a 






sábado, 21 de enero de 2017

Tengo a mi Dios desde mi juventud...

San Patroclo (Parres, Trockel) de Troyes, mártir. 21 de enero, 3 de julio (traslación de las reliquias a Colonia), 24 de junio (otra traslación) y 17 de agosto (Iglesias Ortodoxas).

Imagen venerada en Soest.
La leyenda de este santo está contenida en un documento del que luego hablaremos. Según esta, imperando Aureliano (entre 270-275) vivía en las afueras de Troyes un noble llamado Patroclo. Se había convertido a Cristo y desde ese momento llevaba una intensa vida de oración y ayuno. Un día le ocurrió como a San Antonio Abad (17 de enero), y las Escrituras le interpelaron con su evangélico "Da todo lo que tiene a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Luego regresa y sígueme". (Mt 19, 21). Así que, movido por esta exigencia, vendió sus propiedades heredadas en favor de los pobres, viudas y huérfanos para servir a Cristo. Pasaba por aquellos días el emperador Aureliano por Troyes, camino de Sens, cuando le contaron lo ocurrido con Patroclo. Quiso conocerle y le mandó traer a su presencia y le interrogó:

Aureliano: "¿Cuál es tu nombre?"
Patroclo: "Mi nombre es Patroclo".
A: "¿Qué religión sigues, a que dios adoras?".
P: "Adoro al Dios vivo y verdadero, que habita en el cielo y nos mira con gracia mira. Aquel que sabe todo antes de que suceda".
A: "Deja ese sin sentido y adorar a nuestros dioses. Yo puedo darte una vida digna y próspera, y hacer prestigioso tu nombre".
P: "No conozco ningún otro dios que el que ha hecho los cielos y la tierra, y el mar y todo lo que hay en él. Él ha hecho todo visible y lo invisible".
A: "Demuestra que es cierto lo que dices".
P: "Lo que digo es verdadero y creíble, pero también sé que la mentira odia a la verdad".
A: "Te pondré en el fuego hasta que hayas sacrificado a nuestros dioses".
P: "Me ofreceré como sacrificio vivo de alabanza al Dios que me ha elegido para sufrir el martirio por la causa de su nombre".

Entonces Aureliano mandó que fuera encadenado con grilletes y que aplicaran hierros al rojo vivo a su espalda para que apostatase. Como el santo permaneció firme a pesar del tormento, Aureliano mandó le encerraran aislado para darle tiempo a reconsiderar su actitud. Y encadenado lo entregaron a un ciudadano llamado Eloy para que lo custodiara durante tres días. Las Actas dicen que Patroclo oraba con los salmos de la Escrituras, que conocía de memoria. A los tres días Patroclo fue llamado ante Aureliano, que le preguntó:

A: "Vamos, deja tu arrogancia y sacrifica a los dioses".
P: "Sólo el Señor salvará la vida de sus siervos, y quién confía en él no se avergonzará. Si quieres puedo darte un pedazo de mi riqueza, porque eres pobre y yo soy rico".
A: "¿Cómo puedes llamarme pobre, siendo que soy realmente muy rico?".
P: "Hablas de las riquezas terrenas, que son nada comparadas con la fe en nuestro Señor Jesucristo. Tus riquezas te causarán la ruina, porque están en manos de tu padre el diablo".
A: "¿Me abrumas con reproches cuando tengo más que simpatía por ti?".
P: "Tengo a mi Dios desde mi juventud, pero los falsos y supersticiosos nos detestan, mas su esplendor profano tarde o temprano, no les servirá más que de desgracia. Al final padecerán con el diablo y sus tormentos: verán lo que es el dolor para siempre".
A: "Eso que dices nunca se ha visto u oído, pero en mis manos sí que está el aplicarte muchos tormentos".
P: "Tienes poder para hacer daño a mi cuerpo, pero mi alma no la puedes dañar porque está en las manos de Dios solo. Nuestro Señor mismo ha dicho. ‘No temáis a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; temed más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno".
A: "¿Quién tiene ese poder sino nuestros dioses?".
P: "¿Quiénes son tus dioses?".
A: "Apolo es el mejor y verdadero dios, y Diana es la madre de todos los dioses".
P: "Apolo, a quien llamas un dios, era, de acuerdo con nuestros antepasados, pastor de los rebaños del rey Admeto. Tus dioses son totalmente inútiles, adúlteros, lascivos y depredadores; cómplices de toda maldad. Y Diana, a la que mencionas como la madre celestial es el demonio. ¡Oh, qué falta de fe en las personas que adoran lo que es falso, y caen en un culto vano por algo que no conocen, y por lo que está escrito: Al igual que los ídolos deberían ser todos los que los fabrican y los que en ellos confían!".
A: "Realmente no tengo paciencia para seguir escuchando tus palabras sobre Apolo, Júpiter y la madre de todos los dioses. Si no les das culto te condenaré a muerte".

Y como el santo no terció en ello, dijo Aureliano: "Patroclo es un terrible criminal que nos ha traído desequilibrio y ha ridiculizado a nuestros dioses. Será muertos con la espada para que su boca sea para siempre silenciada. Llevadlo a la orilla del río y allí decapitadlo, y aseguraos de que su cuerpo no se queda en tierra firme". Entonces le llevaron a la orilla del Sena, donde el santo se puso de rodillas y oró: "Señor Jesucristo, no permitas que mi cuerpo descanse en este lugar. Haz triunfar tu Nombre de modo que todos los pueblos te alaben. No permitas que triunfen los que dicen '¿dónde está tu dios?'. Señor, escucha mi oración como escuchaste la de Moisés y Aarón, y líbrame de mis enemigos". Y he aquí que después de su oración, los soldados quedaron ciegos de repente, el río se abrió en dos y Patroclo pudo cruzar rápidamente el río, con el agua a las rodillas. Entonces subió a un cerro donde adoraban a un ídolo y allí oró agradeciendo a Dios por su liberación. 

Muchos de los que habían visto el portento se preguntaban si realmente no tendría razón con respecto a Dios o si sería cosa de hechicería lo visto. Entonces una mujer avisó a los soldados y a Eloy sobre donde se escondía Patroclo. Y a la montaña se fueron en su busca. Eloy tomó la delantera y le dijo al santo: "Aunque hayas escapado te encuentras de nuevo en nuestras manos, y nos aseguraremos de que no saldrás de ellas hasta que estés muerto o sacrifiques a nuestros dioses". Patroclo respondió: "Yo no adoro demonios impuros, sino sólo al único Dios verdadero". "Y el Dios del que hablas" – replicó Eloy – "¿de dónde ha nacido o quien lo ha creado?". Patroclo le dijo a su vez: "No hay tiempo suficiente para decir algo acerca del Dios Todopoderoso, creador de todo lo que existe en el cielo o en la tierra. Más tarde envió a su Hijo, Jesucristo, que por nosotros derramó su sangre para salvarnos de la ruina, fue enterrado, pero resucitó después de tres días de entre los muertos, y ascendió a la gloria al cielo. Envió al Espíritu Santo, del que esta llena toda la tierra y al que necesitamos creer. Pero los supersticiosos se aferran a su error impuro y ponen su falso amor en los demonios. Pero así está escrito: 'El que sacrifica a los demonios, va a bajar con ellos en el fuego eterno'". A esto Eloy llamó a los soldados y les dijo airado: "Él pone en ridículo a nuestros dioses, rodead sus pies con grilletes, encadenad sus manos y matadlo a espada". 

Al oír la orden, Patroclo puso una rodilla en el suelo y mirando al cielo dijo: "En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu y mi alma. Sé que sufro este dolor por ti". Y fue decapitado el 12 de las calendas de febrero (21 de enero) de 274. Arrojaron la cabeza lejos y el cuerpo fue abandonado, pero dos ancianos a los que Patroclo socorría con limosnas lo custodiaron hasta que el obispo Eusebio y su diácono Liberio lo tomaron, lo envolvieron en lienzos y lo depositaron en una tumba, sobre la que dedicó un altar el mismo obispo. Eusebio, que también sería mártir en la persecución siguiente, quiso ser enterrado en el mismo sepulcro de Patroclo.

Passio, culto y reliquias.
Busto relicario en Troyes.
La noticia más antigua que poseemos sobre el culto de San Patroclo proviene de San Gregorio de Tours (17 de noviembre), el cual en su obra "La Gloria de los Mártires" narra que el sepulcro y capilla del santo son fuente constante de portentos, lo cual muestra que allí está enterrado "un amigo de Dios". Pero dice bien claro que aunque se tenía devoción por él, no había ni una historia escrita sobre su vida y martirio. Según Gregorio, un buen día apareció un forastero que traía unas Actas del martirio del santo (mucho más extensas que lo que he resumido aquí). El presbítero que cuidaba la capilla lo transcribió en una noche y le gustó tanto que lo llevó al obispo, el cual tuvo sus recelos sobre aquello, y aunque no halló nada malo en el escrito, no quiso fiarse. Pero he aquí que algunos años más tarde tropas galas invadieron Italia, y de allí se trajeron un documento ¡que era literalmente el mismo que el obispo poseía! Entonces no tuvo recelo alguno y difundieron la "vita" de su santo local.

No hay que ser muy versado en estas lides para comprender que la "passio" no es auténtica y que, es de al menos el siglo VI, escrita, como el mismo Gregorio deja ver, para satisfacer la curiosidad de los fieles y darles un ejemplo a seguir, amén de catequizarles. El argumento, la cantidad de citas bíblicas (que he omitido), los largos sermones y sobre todo, la constante condena de la idolatría, habla de una intencionalidad para con el paganismo que aún pululaba por el mundo franco. Además, hay alguna imprecisión histórica: ni los emperadores hacían de jueces, ni un romano llamaría a Diana "madre de los dioses", pues este papel pertenecía a Juno en la mitología romana. 

El 3 de julio de 960 el obispo San Bruno de Colonia (11 de octubre) trasladó solemnemente algunas reliquias del santo a su ciudad episcopal. En 964 otras reliquias se trasladaron a Soest, donde en el siglo XIII se construyó una iglesia dedicada a la memoria del santo. Es patrono de la ciudad de Troyes y su iconografía curiosamente le presenta casi siempre vestido de soldado, aunque no lo fue.


Fuentes:
-"Saint Patroklus" JOSEPH SMITH. Soest, 1964.
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 21 de enero además se celebra a Santa Inés, virgen y mártir.

domingo, 18 de diciembre de 2016

San Judol, abad y mártir.

San Judol de Landevennec, abad y mártir. 18 de diciembre.

Viven Bretaña a finales del siglo V y muy joven entró al monasterio de Landevennec, de donde fue elegido abad. En estos tiempo el paganismo aún campeaba por sus anchas entre los fieros bretones, y muchos se resistían a convertirse a Cristo. Los monasterios eran focos de fe, cultura y caridad que poco a poco iban sembrando el Evangelio entre los fieles. Su lejanía de las ciudades les acercaba a las gentes rudas del campo, que a cuenta gotas se convertía. 

Estando de visita en el monasterio de Cornualles, y presente en una de las catequesis que allí se celebraban, ocurrió que el señor de Faou, dueño de las tierras cercanas al monasterio, se lanzó en tromba con una escuadra de caballería contra la iglesia donde estaban reunidos los monjes y muchos fieles. Subió al altar, donde el abad San Tadec (2 de diciembre) recién comenzaba la misa y decía las primeras palabras del “Confiteor, siendo martirizado. El pueblo huyó, pero los monjes que estaban en el coro fueron todos masacrados, y nuestro santo logró salir corriendo pero el noble le persiguió e igualmente le dio muerte.

La leyenda cuenta que al poco tiempo de este crimen, un monstruo terrible hizo presencia en la región, asolando los campos y matando a las personas. Todos, incluso el asesino lo vieron como un castigo del verdadero Dios por asesinar a sus siervos. Entonces llamaron a San Pol de Léon (12 de marzo, 13 de marzo, Todos sus Santos Compañeros, y tercer domingo de julio, en Léon) el cual ahuyentó a la bestia (no hay que confundir esta leyenda con la del dragón que dominó en la isla de Batz). Cuando el pueblo vio esto, todos se convirtieron a Cristo, incluido el criminal, que donó tierras para la fundación de la abadía de Daoulas, que sería fundada por San Jaoua (2 de marzo). Una vez más se demostró que "sanguinis martyrum, semen christianorum".  


Fuente:-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.

 A 18 de diciembre además se celebra a  
San Winibald de Heidemheim, abad
Santos Bodegisel, Digno y Ulto de St-Avold, monjes.

Y se canta la segunda Antífona Mayor de Adviento: O Adonai.

viernes, 2 de diciembre de 2016

San Tadec, el de la muerte fructífera.

San Tadec de Bretaña, abad y mártir. 2 de diciembre.

Martirio de San Tadec.
Floreció en Bretaña a finales del siglo V y durante algunos años fue ermitaño en la Baja Bretaña. Sobre los 40 años pasó a un monasterio de Cornualles, de donde fue elegido abad al poco tiempo. En estos tiempo el paganismo aún campeaba por sus anchas entre los fieros bretones, y muchos se resistían a convertirse a Cristo. Los monasterios eran focos de fe, cultura y caridad que poco a poco iban sembrando el Evangelio entre los fieles. Su lejanía de las ciudades les acercaba a las gentes rudas del campo, que a cuenta gotas se convertía. 

Un día, el señor de Faou, dueño de las tierras cercanas al monasterio de Tadec, sabiendo que había una catequesis para el pueblo, se lanzó en tromba con una escuadra de caballería contra la iglesia donde estaba reunido el santo y muchos fieles que le escuchaban. Y no se detuvo ante nadie, hasta que llegó al altar, donde el santo abad recién comenzaba la misa y decía las primeras palabras del “Confiteor”. El hombre se lanzó contra él y le enterró su sable en la cabeza, y el santo cayó desangrándose. Antes de morir pudo expresar palabras de perdón para su asesino. El pueblo huyó, pero los monjes que estaban en el coro fueron todos masacrados, y el abad San Judol de Landevennec (18 de diciembre), que se hallaba de visita, logró salir corriendo pero el noble le persiguió e igualmente le dio muerte.

La leyenda cuenta que al poco tiempo de este crimen, un monstruo terrible hizo presencia en la región, asolando los campos y matando a las personas. Todos, incluso el sesino, lo vieron como un castigo del verdadero Dios por asesinar a sus siervos. Entonces llamaron a San Pol de Léon (12 de marzo, 13 de marzo, Todos sus Santos Compañeros, y tercer domingo de julio, en Léon) el cual ahuyentó a la bestia (no hay que confundir esta leyenda con la del dragón que dominó en la isla de Batz). Cuando el pueblo vio esto, todos se convirtieron a Cristo, incluido el criminal, que donó tierras para la fundación de la abadía de Daoulas, que sería fundada por San Jaoua (2 de marzo). Una vez más se demostró que "sanguinis martyrum, semen christianorum".

Algunas reliquias y vestigios de la devoción a San Tadec quedan aún en la antigua y campestre Bretaña. 


Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 2 de diciembre además se celebra a 
Santa Bibiana de Roma, virgen y mártir
Beata Blanca de Castilla, reina.

jueves, 16 de junio de 2016

San Aureliano.

San Aureliano de Arlés, obispo. 16 de junio.

De San Aureliano se sabe fue hijo de San Sacerdos (9 de mayo), arzobispo de Lyon, que fue pariente y sucesor de San Niceto (9 de julio). Su primer hecho conocido data de 546, año en que con 23 años fue elegido obispo de Arlés, siendo segundo sucesor del célebre San Cesáreo (27 de agosto). El papa Virgilio confirmó su elección nombrándole arzobispo metropolitano y además, le nombró Vicario de la Sede de San Pedro para el reino franco, reinando Childeberto. Armado con esta autoridad en 549 celebró un Concilio en Orleáns en el que se dieron normas disciplinares sobre la vida monástica y de los sacerdotes, el culto y el tratamiento de los bienes eclesiásticos. Durante su episcopado edificó varias iglesias y dos monasterios en Arlés, para los cuales dotó de Regla, y aunque durante siglos se creyó obra suya, en realidad solo es una corrección de la de Cesáreo. No hay que confundir este monasterio femenino con el de Santa Cesárea (11 y 12 de enero), que es anterior.

Es la época de "los tres Capítulos", es decir, las obras de los tres obispos y teólogos Teodoro de Mopsuestia, Ibas de Edesa y Teodoreto de Ciro. El tema candente era la unión de las Iglesias siria y copta con la Iglesia de Calcedonia. Los Concilios de Éfeso y Calcedonia plantearon la ortodoxia de las obras de estos tres prelados, con diferencias teológicas entre sí y con la Ortodoxia de la Iglesia, encabezada por San Cirilo de Alejandría (27 de junio). El Concilio de Calcedonia no condenó a ninguno, pero luego, con las tensiones entre Cirilo con los nestorianos y los monofisitas (se acercaba a ambos, despertando recelos en cada uno). En Occidente los obispos no forzaron la situación, permaneciendo pendientes, pero sin intervenir.

En 553 el II Concilio de Constantinopla finalmente ratificó la condena de "Los Tres Capítulos" impelido por el deseo del emperador Justiniano, que publicó la "Homología", trece cánones que condenaban a los tres obispos. El papa Vigilio había recordado antes al emperador que si bien Teodoro había sido condenado, Teodoreto e Ibas no lo habían sido. Pero Justiniano amenazó al papa con el destierro si no aceptaba su decisión, por lo que Vigilio, cuya polémica elección no le ayudaba en nada, transigió y en 554 publicaba el "Segundo Constitutum", que complacía al Concilio y al emperador. Por supuesto que la Iglesias etíope y la siríaca se negaron a aceptar semejante condena. Aureliano escribió al papa Vigilio sobre el escándalo que provocado en algunos obispos su condescendencia con el Emperador y las consecuencias que esto podría traer para Occidente. Pero Vigilio le aseguró que su fe católica era completa y que no negaría punto alguno de los grandes Concilios de Nicea, Éfeso, Constantinopla I y Calcedonia. Además, le mandó mediara ante el rey Childeberto para que impidiese con su poder que Totila el Godo, de fe arriana y que había tomado Roma, no hiciera padecer a los católicos.

Falleció Aureliano el 16 de junio de 551 en Lyon. En 1308 se hallaron su sepulcro y lápida en la iglesia de San Niceto de Lyon, que daban memoria de su vida y labor por la Iglesia.



Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Junio. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1862.


A 16 de junio además se celebra a Santos Julita y Quirico, mártires.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...