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jueves, 13 de mayo de 2021

Del lirio inmaculado de Poitiers.

Santa Disciola de Poitiers, virgen. 13 de mayo. 

Fue sobrina de San Salvio de Albi (10 de septiembre). Siendo niña aún entró en la comunidad de monjas de Santa Cruz, fundada por Santa Radegundis (13 de agosto y 28 de febrero). Fue una jovencita muy humilde y alegre al mismo tiempo. Laboriosa y con grandes virtudes y dotes para la costura, el bordado y el trabajo de iluminación. Su abadesa, Santa Inés de Poitiers (13 de mayo), la quería mucho.

Por ello para todas las monjas fue muy doloroso cuando en 583 la joven enfermó de muerte. La rodearon de mucho amor y atenciones. El 13 de mayo del mismo año, a las 3 de la tarde, dijo a las monjas: "Me siento mucho más ligera ahora. El dolor ha dejado mi cuerpo. Ya no tienen que cuidar de mí. Tengan la amabilidad de irse ahora, para que pueda dormir un poco”. Al poco, las monjas regresaron y la oyeron orar: "Oh, santo siervo de Dios, bendíceme, esta es la cuarta vez hoy que has tomado mi dolor sobre ti. ¿Por qué soportas tanto sufrimiento sólo por el bien de una mujer tan despreciable como yo?" Las monjas le preguntaron a quién dirigía su oración, pero su respuesta fue suspirar y luego murió dulcemente. Al momento, su cuerpo se volvió blanquísimo, cual lirio. 

Fue sepultada entre cánticos en la cripta de la iglesia. Aún se venera allí su sepulcro, el de Santa Radegundis y el de la abadesa Inés, quien murió el mismo día y a la misma hora, en el año 588. 

Fuente:
-Heiligen Welkom


A 13 de mayo además se celebra a:

B. Guillermo Scoto,
trinitario.
Santa Rolendis, virgen.
San Juan Silenciario,
abad y obispo.
Santa Gliceria,
virgen y mártir.






martes, 2 de marzo de 2021

"abrázate a Cristo pobre como virgen pobre"

Santa Inés de Bohemia, virgen clarisa. 2, 6 de marzo y 12 de agosto. 

Nació en Praga en 1211, hija del rey de Bohemia Otokar I y de Constanza, princesa de Hungría. A los 3 años fue prometida a un príncipe bohemio, pero este compromiso se rompió al poco tiempo. Y no sería el último. A esta misma edad la enviaron al monasterio de cisterciense de Trebnitz, regido por su pariente lejana, la gran Santa Eduviges (16 de octubre y 25 de agosto, traslación de las reliquias). Ella misma le formó y a los 6 años de edad, cuando dejó este recinto, Inés ya sabía leer y escribir, rezar el salterio latino, conocía rudimentos de matemáticas, música y bordado. La real niña continuaría su educación en las premonstratenses de Doksany, donde desarrolló sus habilidades de forma espectacular, y no pararía de hacerlo en toda su vida, ni siquiera de religiosa, llegando a ser una de las mujeres más instruidas de su momento. 

A los 9 años de edad le prometieron en matrimonio con Enrique VII, hijo del emperador Federico II Barbarroja y la trasladaron, según se usaba, a la corte de su futuro esposo para formarse en las costumbres austríacas. Cinco años vivió allí dando ejemplo de piedad, discreción y lucidez, aún con su corta edad. El compromiso se rompió en 1225 e Inés regresó a su tierra en espera de otro compromiso, según la idea de sus padres. 

Pero Inés a sus 14 años lo tenía claro: quería ser solo de Cristo. Para ello comenzó a preparar su alma por medio de una intensa vida piadosa de oración, penitencia oculta y caridad. Visitaba y asistía a los pobres y enfermos, rezaba todas las Horas Canónicas, promovía ejercicios piadosos para todos los cortesanos y vestía y comía todo lo austeramente que podía. Luego de consultar con su confesor hizo un voto de virginidad perpetua, aunque realmente le costó convencerlo, y no logró el permiso hasta que este presbítero lo consultó bajo secreto con el arzobispo de Praga. Hay que entender que era un asunto de Estado. Y pronto surgió el conflicto. A los 16 años fue prometida a Enrique III de Inglaterra, pero pronto se deshizo el compromiso. Luego le intentaron prometer con Barbarroja en 1228 y en 1231, pero en estos dos casos Inés hizo público su voto de virginidad, el cual logró fuera refrendado por el papa Gregorio IX. Este apoyo papal dio a Inés la libertad para consagrarse a Dios según su voluntad. O así debió ser, pero no, pues los monarcas y obispos intentaron influir para que o fundase algún monasterio para nobles o tomara el hábito en alguno ya establecido, de donde sería nombrada abadesa. 

Mas ya Inés tenía elegida su vocación. Hacía poco habían llegado a Praga los religiosos “estrella” del momento: los franciscanos. Estos atraían como nadie por su vida austera, cercana, alegre y netamente evangélica. La princesa entró en contacto con ellos y supo con alegría que allá en Italia había unas monjas, con la Madre Santa Clara (11 de agosto; 22 de junio, La Defensión; 23 de septiembre, Invención de las reliquias; 3 de octubre, Traslación de las reliquias) a la cabeza, quienes vivían en plenitud el estilo franciscano. Comenzó una relación epistolar con la santa de Asís, quien le escribió varias veces confirmándole su vocación:  

...si alguien te dijera algo o te sugiriera algo que impida tu perfección, o que parezca contrario a tu vocación divina, aunque debas respetarle, no sigas por ello su consejo, sino abrázate a Cristo pobre como virgen pobre. Míralo hecho despreciable por ti, y síguelo, hecha tú despreciable por él en este mundo. Reina nobilísima, mira atentamente, considera, contempla, con el anhelo de imitarle, a tu Esposo, ‘el más bello de los hombres’, hecho para tu salvación el más vil de los varones, despreciado, golpeado, y azotado de mil formas en todo su cuerpo, y muriendo entre las angustias de la cruz”. 

Entretanto Inés fundó un hospital y una Orden de religiosas para atender a los enfermos, a los que ella misma se consagró. También fundó el monasterio para “las damianitas”, como se conocía a las Hermanas Pobres de San Damián, hoy llamadas clarisas. Una vez fundado el monasterio, la misma princesa abandonó el mundo y tomó el hábito el Domingo de Pentecostés de 1234, 11 de junio. Sus virtudes e intensa vida espiritual hicieron que a los pocos años de ser monja fuera elegida abadesa perpetua del monasterio. Su vida de oración y penitencia no le hizo olvidarse del prójimo, antes bien, fue el acicate para desempeñar una extensa vida caritativa. Construyó otro hospital para pobres, intentó pacificar el país, promovió la dignidad del culto y la educación de las niñas. 

De ella se dijo “la llama viva del amor divino que ardía continuamente en el altar del corazón de Inés, que la empujaba tan alto, a través de la fe inagotable, que buscaba incesantemente a su Amado (…) se expresaba de modo particular en el fervor con el que adoraba los misterios de la Eucaristía y de la Cruz del Señor, así como en la devoción filial a la Virgen contemplada en el misterio de la Anunciación”. 

Sus últimos años estuvieron marcados por una profunda pasión interna y externa. Sequedad en la oración, enfermedades, hambrunas y revueltas en el país que tocaban directamente a su familia y al monasterio. Mas ella solo quería a Cristo, al que alcanzó el 2 de marzo de 1282. Su sepulcro venerado fue fuente de milagros durante siglos, mas las diferentes situaciones políticas y religiosas de Bohemia impidieron su canonización durante siglos. El 28 de noviembre de 1874 Pío IX permitió la apertura del proceso, mas no se le canonizó hasta el 12 de noviembre de 1989, por Juan Pablo II. 


Fuente:
-https://www.franciscanos.org/


A 2 de marzo además se recuerda a:

San Chad de Lichfield,
obispo
.
San Jaoua de Bretaña,
obispo
.
B. Carlos "el Bueno",
conde y mártir
.

 

jueves, 21 de enero de 2021

De palomas, leones y lanzas.

San Neófito de Nicea, niño mártir. 21 de enero.

Sus Actas están mezcladas con relatos legendarios y, claro está posteriores. Su leyenda cuenta que desde su nacimiento en 286 Neótifo estuvo dotado de dones sobrenaturales, de hecho, revivió a su difunta madre, muerta del parto. Con 5 años una paloma sobrenatural le condujo al Monte Olimpo, donde un león le dejó su cueva para que se instalara allí a hacer vida eremítica.

A los 15 años supo de la persecución feroz hacia los cristianos desatada por el emperador Diocleciano, y sin esperar ni un minuto, se presentó en su natal Nicea para acompañar a los cristianos en su suplicio. Fue rápidamente apresado y sometido a la flagelación. Le arrojaron al fuego, pero salió ileso, y luego le soltaron un león para que lo devorara, pero el animal se acercó sin hacerle daño alguno. Vio Neófito que era el mismo león que le había cedido su cueva y, sabiendo que ya solo le quedaba el cielo, autorizó a la criatura que volviera a su guarida. Y la bestia escapó del circo. Finalmente, Neófito subió al cielo luego de ser atravesado su corazón con una lanza, el 22 de enero de 302. 

El Concilio de Nicea hace referencia somera a su martirio, aunque sin mencionar los aspectos legendarios, solo referenciando su martirio.

Fuente: 
https://heiligen-3s.nl


A 21 de enero además se recuerda a:



domingo, 21 de enero de 2018

De palomas, leones y neobautizados.

San Neófito de Nicea, adolescente mártir. 21 de enero.

Su leyenda dice que nació en 286, en Nicea. Siendo ya un niño el poder de Dios se manifestó sobre él: hizo brotar agua de las rocas y resucitó a su difunta madre. Cuando tenía 11 años, sintió vocación eremítica y fue guiado por una paloma a un lugar solitario en el Olimpo. Allí sacó a un león de su caverna para vivir en ella. En 302 se enteró de que el emperador Diocleciano había decretado la persecución contra los cristianos, por lo cual dejó su retiro y regresó a Nicea para consolar y animar a los cristianos.

Fue rápidamente arrestado, golpeado y arrojado en una prisión. Largos interrogatorios intentaron hacerle apostatar, pero nada le hizo doblegar. Le arrojaron al fuego, pero salió ileso. Entonces le arrojado a un león hambriento como alimento, pero el animal se mantuvo a su lado sin dañarle Y sí, era el mismo león al que el santo había arrojado de su guarida, se disculpó y le permitió volver a ella. Finalmente, Neófito ganó la corona del martirio siendo alanceado en el corazón, el 21 de enero de 302, teniendo 15 años de edad. 

Esta leyenda estrafalaria es tardía y al parecer intenta dar una "vita" a un santo mártir desconocido que se menciona a 21 de enero en otro grupo de mártires, y del que solo se reseña que era un "neófito", o sea, un recién bautizado.


A 21 de enero además se celebra a
Santa Inés de Roma, virgen y mártir.
San Patroclo de Troyes, mártir.

domingo, 13 de agosto de 2017

No temáis a reyes, sino al Rey de reyes.

Santa Radegundis de Poitiers, reina y abadesa. 13 de agosto y 28 de febrero (el milagro del grano).

Radegundis reniega de todo lujo.
Fue hija del rey Berthar de Turingia y nació alrededor de 518. Cuando Radegundis tenía 18 años su padre su asesinado por su hermano Hemfred, al servicio de los francos. Ella y su hermano pequeño fueron llevados a Francia, y Radegundis quedó bajo la protección de Ingunda, mujer de Clotario. Cuando Radegundis tenía 24 años, Ingundis murió y el rey Clotario I la obligó a casarse con él, bajo pretexto de la paz, pero en realidad lo que resultó fue un constante peligro para su vida y la de su hermano. Intentó escapar, pero fue atrapada y finalmente los casó San Medardo (8 de mayo) en Soissons. Radegundis se consolaba en la oración y la caridad. Su marido le reprochaba constantemente su austeridad y su escaso cuidado en el vestido y arreglos, pero ella prefería vivir pobremente, sin halajas ni vestidos costosos.

Y un buen día se fue a Saix, donde se estableció junto a la iglesia, dedicándose a orar, atender enfermos y a trabajar para ganar su sustento. No hay que extrañar que Radegundis dejase a Clotario, que fue capaz de quemar vivos a sus hijos y nietos. Clotario la reclamaba una y otra vez junto a sí. En una ocasión, fue a tomarla por si mismo, y Radegundis al saberlo, huyó a Poitiers. La leyenda cuenta que al pasar por un campo vio a un agricultor trabajando y le dijo "Si alguien te pregunta si has visto pasar a la reina, le dirás que no has visto a nadie desde sembraste el campo", y se metió en el campo. Inmediatamente el avena comenzó a crecer y de tal modo que la cubrió completamente. Al poco tiempo llegó Clotario y preguntó al campesino si había visto pasar a Radegundis, y este respondió lo acordado. Entonces Clotario, viendo la plantación crecida, pensó que por lo menos no había pasado por allí sino hacía tres o cuatro meses, y se dio la vuelta, resignado. En este campo se construyó una iglesia y monasterio que celebran este milagro a 28 de febrero.

Radegundis se estableció en Poitiers, viviendo una vida recogida. En 555 cuando Clotario asesinó a su hermano, ella se fue a Noyon donde pidió el velo y la consagración como diaconisa a San Medardo. Este no quiso hacerlo, pues él mismo la había casado con el terrible rey Clotario. Y por otro lado, esta consagración ya solo había quedado para las mujeres de los presbíteros cuando estos eran nombrados obispos. Pero la reina espetó "temes más a un rey, que al Rey de reyes", amenazándole con que tendría que dar cuentas a Dios por ello. Eso y la influencia de San Germán de París (28 de mayo) hicieron que Medardo se decidiera a consagrarla diaconisa. Radegundis entonces entró en la comunidad monástica de Santa Cesárea (11 y 12 de enero), un monasterio muy avanzado para su tiempo: La Regla establecía que las religiosas debían trabajar en costura o lavado, o en la transcripción de libros, y con ello mantenerse. Debían estudiar al menos dos horas al día. La carne y otros alimentos caros estaban terminantemente prohibidos, salvo para las enfermas. El baño diario era obligatorio. Las vestiduras de la iglesia debían ser sin bordados ni trabajo fino alguno, así como los hábitos. No estaban sujetas a superior ni obispo alguno, salvo a la abadesa.

Venerado sepulcro de la santa.
Poitiers.
Allí vivió unos años más hasta que pudo fundar, ayudada por el obispo San Pient de Poitiers (13 de marzo), su propio monasterio en el que se viviría la misma Regla de Santa Cesárea, luego que el rey Justino II le regalara una reliquia de la Vera Cruz. Fue amiga y dirigida de San Venancio Fortunato (14 de diciembre) y de San Gregorio de Tours (17 de noviembre). Fue la abadesa durante años, hasta que renunció en manos de su amiga e hija espiritual la Beata Inés (13 de mayo). Al parecer coincidió en el tiempo en el monasterio con Santa Disciola (13 de mayo), sobrina de San Salvio de Albi (10 de septiembre).

Radegundis falleció el 13 de agosto de 587. La leyenda dice que había pactado con San Junien (13 de agosto), que cada uno enviaría al otro un mensajero cuando muriera. Ambos fallecieron el mismo día, y los mensajeros se encontraron en Troussais, a mitad del camino. En el sitio se levantó una pequeña capilla que recuerda el hecho.

De su monasterio solo quedan hoy bellas ruinas. Es patrona de Poitiers y de Cambridge. Es abogada de los presos, los tejedores y alfareros, y los mudos. Se le invoca contra las erupciones de la piel, las úlceras y eczemas y la sarna.


Fuentes:

-"Historia general de la Iglesia. Tomo II". ANTOINE-HENRI BERAULT-BERCASTEL. Madrid, 1852.
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.


A 13 de agosto además se celebra a:
Beata Gertrudis de Altemberg, abadesa premonstratense.
Santas Centola y Elena de Burgos, mártires.

sábado, 21 de enero de 2017

Tengo a mi Dios desde mi juventud...

San Patroclo (Parres, Trockel) de Troyes, mártir. 21 de enero, 3 de julio (traslación de las reliquias a Colonia), 24 de junio (otra traslación) y 17 de agosto (Iglesias Ortodoxas).

Imagen venerada en Soest.
La leyenda de este santo está contenida en un documento del que luego hablaremos. Según esta, imperando Aureliano (entre 270-275) vivía en las afueras de Troyes un noble llamado Patroclo. Se había convertido a Cristo y desde ese momento llevaba una intensa vida de oración y ayuno. Un día le ocurrió como a San Antonio Abad (17 de enero), y las Escrituras le interpelaron con su evangélico "Da todo lo que tiene a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Luego regresa y sígueme". (Mt 19, 21). Así que, movido por esta exigencia, vendió sus propiedades heredadas en favor de los pobres, viudas y huérfanos para servir a Cristo. Pasaba por aquellos días el emperador Aureliano por Troyes, camino de Sens, cuando le contaron lo ocurrido con Patroclo. Quiso conocerle y le mandó traer a su presencia y le interrogó:

Aureliano: "¿Cuál es tu nombre?"
Patroclo: "Mi nombre es Patroclo".
A: "¿Qué religión sigues, a que dios adoras?".
P: "Adoro al Dios vivo y verdadero, que habita en el cielo y nos mira con gracia mira. Aquel que sabe todo antes de que suceda".
A: "Deja ese sin sentido y adorar a nuestros dioses. Yo puedo darte una vida digna y próspera, y hacer prestigioso tu nombre".
P: "No conozco ningún otro dios que el que ha hecho los cielos y la tierra, y el mar y todo lo que hay en él. Él ha hecho todo visible y lo invisible".
A: "Demuestra que es cierto lo que dices".
P: "Lo que digo es verdadero y creíble, pero también sé que la mentira odia a la verdad".
A: "Te pondré en el fuego hasta que hayas sacrificado a nuestros dioses".
P: "Me ofreceré como sacrificio vivo de alabanza al Dios que me ha elegido para sufrir el martirio por la causa de su nombre".

Entonces Aureliano mandó que fuera encadenado con grilletes y que aplicaran hierros al rojo vivo a su espalda para que apostatase. Como el santo permaneció firme a pesar del tormento, Aureliano mandó le encerraran aislado para darle tiempo a reconsiderar su actitud. Y encadenado lo entregaron a un ciudadano llamado Eloy para que lo custodiara durante tres días. Las Actas dicen que Patroclo oraba con los salmos de la Escrituras, que conocía de memoria. A los tres días Patroclo fue llamado ante Aureliano, que le preguntó:

A: "Vamos, deja tu arrogancia y sacrifica a los dioses".
P: "Sólo el Señor salvará la vida de sus siervos, y quién confía en él no se avergonzará. Si quieres puedo darte un pedazo de mi riqueza, porque eres pobre y yo soy rico".
A: "¿Cómo puedes llamarme pobre, siendo que soy realmente muy rico?".
P: "Hablas de las riquezas terrenas, que son nada comparadas con la fe en nuestro Señor Jesucristo. Tus riquezas te causarán la ruina, porque están en manos de tu padre el diablo".
A: "¿Me abrumas con reproches cuando tengo más que simpatía por ti?".
P: "Tengo a mi Dios desde mi juventud, pero los falsos y supersticiosos nos detestan, mas su esplendor profano tarde o temprano, no les servirá más que de desgracia. Al final padecerán con el diablo y sus tormentos: verán lo que es el dolor para siempre".
A: "Eso que dices nunca se ha visto u oído, pero en mis manos sí que está el aplicarte muchos tormentos".
P: "Tienes poder para hacer daño a mi cuerpo, pero mi alma no la puedes dañar porque está en las manos de Dios solo. Nuestro Señor mismo ha dicho. ‘No temáis a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; temed más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno".
A: "¿Quién tiene ese poder sino nuestros dioses?".
P: "¿Quiénes son tus dioses?".
A: "Apolo es el mejor y verdadero dios, y Diana es la madre de todos los dioses".
P: "Apolo, a quien llamas un dios, era, de acuerdo con nuestros antepasados, pastor de los rebaños del rey Admeto. Tus dioses son totalmente inútiles, adúlteros, lascivos y depredadores; cómplices de toda maldad. Y Diana, a la que mencionas como la madre celestial es el demonio. ¡Oh, qué falta de fe en las personas que adoran lo que es falso, y caen en un culto vano por algo que no conocen, y por lo que está escrito: Al igual que los ídolos deberían ser todos los que los fabrican y los que en ellos confían!".
A: "Realmente no tengo paciencia para seguir escuchando tus palabras sobre Apolo, Júpiter y la madre de todos los dioses. Si no les das culto te condenaré a muerte".

Y como el santo no terció en ello, dijo Aureliano: "Patroclo es un terrible criminal que nos ha traído desequilibrio y ha ridiculizado a nuestros dioses. Será muertos con la espada para que su boca sea para siempre silenciada. Llevadlo a la orilla del río y allí decapitadlo, y aseguraos de que su cuerpo no se queda en tierra firme". Entonces le llevaron a la orilla del Sena, donde el santo se puso de rodillas y oró: "Señor Jesucristo, no permitas que mi cuerpo descanse en este lugar. Haz triunfar tu Nombre de modo que todos los pueblos te alaben. No permitas que triunfen los que dicen '¿dónde está tu dios?'. Señor, escucha mi oración como escuchaste la de Moisés y Aarón, y líbrame de mis enemigos". Y he aquí que después de su oración, los soldados quedaron ciegos de repente, el río se abrió en dos y Patroclo pudo cruzar rápidamente el río, con el agua a las rodillas. Entonces subió a un cerro donde adoraban a un ídolo y allí oró agradeciendo a Dios por su liberación. 

Muchos de los que habían visto el portento se preguntaban si realmente no tendría razón con respecto a Dios o si sería cosa de hechicería lo visto. Entonces una mujer avisó a los soldados y a Eloy sobre donde se escondía Patroclo. Y a la montaña se fueron en su busca. Eloy tomó la delantera y le dijo al santo: "Aunque hayas escapado te encuentras de nuevo en nuestras manos, y nos aseguraremos de que no saldrás de ellas hasta que estés muerto o sacrifiques a nuestros dioses". Patroclo respondió: "Yo no adoro demonios impuros, sino sólo al único Dios verdadero". "Y el Dios del que hablas" – replicó Eloy – "¿de dónde ha nacido o quien lo ha creado?". Patroclo le dijo a su vez: "No hay tiempo suficiente para decir algo acerca del Dios Todopoderoso, creador de todo lo que existe en el cielo o en la tierra. Más tarde envió a su Hijo, Jesucristo, que por nosotros derramó su sangre para salvarnos de la ruina, fue enterrado, pero resucitó después de tres días de entre los muertos, y ascendió a la gloria al cielo. Envió al Espíritu Santo, del que esta llena toda la tierra y al que necesitamos creer. Pero los supersticiosos se aferran a su error impuro y ponen su falso amor en los demonios. Pero así está escrito: 'El que sacrifica a los demonios, va a bajar con ellos en el fuego eterno'". A esto Eloy llamó a los soldados y les dijo airado: "Él pone en ridículo a nuestros dioses, rodead sus pies con grilletes, encadenad sus manos y matadlo a espada". 

Al oír la orden, Patroclo puso una rodilla en el suelo y mirando al cielo dijo: "En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu y mi alma. Sé que sufro este dolor por ti". Y fue decapitado el 12 de las calendas de febrero (21 de enero) de 274. Arrojaron la cabeza lejos y el cuerpo fue abandonado, pero dos ancianos a los que Patroclo socorría con limosnas lo custodiaron hasta que el obispo Eusebio y su diácono Liberio lo tomaron, lo envolvieron en lienzos y lo depositaron en una tumba, sobre la que dedicó un altar el mismo obispo. Eusebio, que también sería mártir en la persecución siguiente, quiso ser enterrado en el mismo sepulcro de Patroclo.

Passio, culto y reliquias.
Busto relicario en Troyes.
La noticia más antigua que poseemos sobre el culto de San Patroclo proviene de San Gregorio de Tours (17 de noviembre), el cual en su obra "La Gloria de los Mártires" narra que el sepulcro y capilla del santo son fuente constante de portentos, lo cual muestra que allí está enterrado "un amigo de Dios". Pero dice bien claro que aunque se tenía devoción por él, no había ni una historia escrita sobre su vida y martirio. Según Gregorio, un buen día apareció un forastero que traía unas Actas del martirio del santo (mucho más extensas que lo que he resumido aquí). El presbítero que cuidaba la capilla lo transcribió en una noche y le gustó tanto que lo llevó al obispo, el cual tuvo sus recelos sobre aquello, y aunque no halló nada malo en el escrito, no quiso fiarse. Pero he aquí que algunos años más tarde tropas galas invadieron Italia, y de allí se trajeron un documento ¡que era literalmente el mismo que el obispo poseía! Entonces no tuvo recelo alguno y difundieron la "vita" de su santo local.

No hay que ser muy versado en estas lides para comprender que la "passio" no es auténtica y que, es de al menos el siglo VI, escrita, como el mismo Gregorio deja ver, para satisfacer la curiosidad de los fieles y darles un ejemplo a seguir, amén de catequizarles. El argumento, la cantidad de citas bíblicas (que he omitido), los largos sermones y sobre todo, la constante condena de la idolatría, habla de una intencionalidad para con el paganismo que aún pululaba por el mundo franco. Además, hay alguna imprecisión histórica: ni los emperadores hacían de jueces, ni un romano llamaría a Diana "madre de los dioses", pues este papel pertenecía a Juno en la mitología romana. 

El 3 de julio de 960 el obispo San Bruno de Colonia (11 de octubre) trasladó solemnemente algunas reliquias del santo a su ciudad episcopal. En 964 otras reliquias se trasladaron a Soest, donde en el siglo XIII se construyó una iglesia dedicada a la memoria del santo. Es patrono de la ciudad de Troyes y su iconografía curiosamente le presenta casi siempre vestido de soldado, aunque no lo fue.


Fuentes:
-"Saint Patroklus" JOSEPH SMITH. Soest, 1964.
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 21 de enero además se celebra a Santa Inés, virgen y mártir.

martes, 15 de noviembre de 2016

San Leopoldo III, marqués de Austria.

San Leopoldo III de Austria, “el Piadoso”, confesor. 15 de noviembre.

Fue hijo de Leopoldo II, y de Ida de Formbach-Ratelnberg. Nació sobre 1075 y desde niño era piadoso y le gustaban el culto, las iglesias y socorrer a los pobres. Apenas llegó a la adolescencia comenzó a disciplinarse, a orar y meditar más asiduamente, a aplicarse al estudio de las Escrituras y la teología bajo la tutela del obispo San Altmann de Passau (8 de agosto), y por supuesto, a ejercitar una caridad constante. En el año 1096 murió su padre y Leopoldo, con 21 años tomó las riendas del gobierno. Era Austria en aquellos momentos una nación de gente indómita, valerosa y leal, pero sumida en el paganismo, la superstición y la casi absoluta indiferencia religiosa hacia la fe de Cristo. Leopoldo emprendió una labor evangelizadora y a la par cultural, para mejorar a su pueblo. Comenzó cambiando leyes arcaicas y brutales, iluminándolas con el Derecho Romano y la misericordia cristiana. Bajó impuestos, fijó precios, dotó a las iglesias de partidas para que se instruyese a los niños, persiguió la impunidad de nobles y alguaciles, promovió la construcción de puentes, acueductos, hospitales y hospicios. Cuando una epidemia de peste negra asoló sus dominios organizó la caridad para con los enfermos y los huérfanos de tal modo, que le llamaron "padre de los pobres". Embelleció iglesias y procuró el establecimiento de muchos monasterios, como veremos. 

En 1077 fue excomulgado emperador Enrique IV por el papa San Gregorio VII (25 de mayo), a causa de las investiduras, o sea, el poder que el emperador se arrogó a sí mismo para poner y deponer obispos, un asunto que quedaría zanjado tiempo después entre Enrique V y Calixto II. Pues a causa de esta excomunión y de la desastrosa política del emperador, Enrique, hijo de Enrique IV se levantó en armas contra su padre. Leopoldo y Austria tomaron parte en aquella guerra civil, que terminó en 1105, con la deposición de Enrique IV por parte de la Dieta de Maguncia. 

En 1104 Leopoldo se casó con una dama de la que no se tiene conocimiento cuál era su nombre y familia, por lo que muchos han puesto en duda tal matrimonio y no falta quien hable de una amante. De este matrimonio (o no), nació Adalberto, que falleció a los pocos meses. En 1106 se concertó su matrimonio con la princesa Inés, hija del Enrique IV que había enviudado de Federico de Suabia, y que tenía dos hijos: Conrado, y Federico. Con ella tuvo Leopoldo nada menos que 18 hijos, de los cuales siete no sobrepasaron la infancia. Entre los que sobrevivieron estuvieron Leopoldo IV, su sucesor y los que serían eminentes obispos, el Beato Otón de Freising (22 de septiembre) y San Conrado II de Salzburg (28 de septiembre). Ambos, Leopoldo e Inés vivieron una intensa vida de piedad: leían las Escrituras, oraban con los sacerdotes de su castillo, cuidaron del recato y comedimiento en las fiestas, hacían que toda su corte participara de los actos piadosos, etc. 

Uno de sus mayores anhelos era ir en una Cruzada a Tierra Santa, pero el peligro de los húngaros era demasiado real como para ausentarse y dejar a su pueblo sin gobernante. Y la razón estaba de su parte, pues Austria fue invadida por Esteban II de Hungría, pero Leopoldo y su pueblo le recharazon con valentía. Luego los húngaros lo intentaron de nuevo, pero Leopoldo igualmente les repelió y no les exterminó del todo porque ordenó que se tuviera misericordia y les dejasen huir sin perseguirles ni matarles. En 1125 murió el emperador Enrique V y al no haber descendencia, varios de los reyes y nobles electores se decantaron por elegir emperador a nuestro santo, pero finalmente prevaleció la elección de Lotario II, duque de Sajonia, pues Leopoldo se negó a llevar la corona imperial. Conrado y Federico, los hijos de Inés, que también habían sido candidatos por ser sobrinos, por línea materna, de Enrique V, levantaron disturbios en el imperio intentando poner a Leopoldo de su parte, pero este se mantuvo fiel a Lotario II como había jurado. Total, finalmente Conrado y Federico serían emperadores, y el último, además, padre de Federico Barbaroja.

En 1133 fundó Leopoldo el monasterio de Santa Cruz y lo entregó al Císter, a unas 12 millas de su castillo, y ambos iban allí diariamente a participar del culto. Y más habrían asistido si no se lo impidiese el gobierno, por lo cual fundaron una comunidad de canónigos regulares que se tornara en el culto divino, al modo de los acemetas, para que siempre hubiera alguien orando en sus dominios. Y para poder asistir con más frecuencia fundaron el santuario y monasterio de Clausterberg, a 2 millas de Viena. La leyenda dice que en una ocasión en que caminaba con su mujer Inés, un vientecillo le arrebató a esta su velo de la cabeza, perdiéndose en el bosque. Nueve años más tarde, estando de cacería, Leopoldo halló el velo como nuevo, y en ese momento se le apareció la Santísima Virgen, pidiéndole la construcción de una iglesia y monasterio en su honor. La tradición dice que San Leopoldo manifestó su humildad cuando se negó a poner la primera piedra, rechazando la pompa de la circunstancia, y rogando a un joven sacerdote que la pusiese en su nombre. La iglesia, dedicada a Nuestra Señora fue dedicada en 1138 por el arzobispo de Saltzburg.

Después de un buen reinado San Leopoldo llegó al final de su vida lleno de piedad, fe y obras de caridad: estando cazando en las inmediaciones de Clausterberg resultó herido. Recibió los sacramentos y con gran paz subió al cielo el 15 de noviembre de 1136. Fue enterrado en su querido monasterio de New-Clausterberg, para el que había dejado una dotación con vistas a que en el aniversario de su muerte y en el de la muerte de Inés (cuando ocurriera) se diesen abundates limosnas a los pobres. El sepulcro de San Leopoldo pronto se convirtió en fuente de muchos milagros, y los austríacos le veneran desde entonces. Fue canonizado por Inocencio VIII en 1485. En 1663 fue nombrado patrono de Austria junto a San Colomán (13 de octubre), y con motivo de este hecho se trasladó su cabeza a un relicario aparte, puesto a la veneración pública.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año: Noviembre". JEAN CROISSET. Barcelona, 1863.


A 15 de noviembre además se celebra a  
Santos Gurias, Samonas y Habib de Edesa, mártires
San Malo de Aleth, obispo.

jueves, 21 de enero de 2016

De la Inocente Cordera del cielo.

Pregunta: Estimado, agradecería información  histórica  de  Santa Inés mártir. ¿Cómo se hizo  Santa?  Hay versiones, ¿cuál creer?

Respuesta: Hola. Como dices, varias versiones hay, y curiosamente, las más modernas son más estrafalarias, y aunque las discrepancias son antiguas, a la mayoría le llegaba una “passio” legendaria del siglo V, que resumo aquí:

Santa Inés, virgen y mártir. 14, 21 y 28 de enero; 5 de julio (Iglesias griegas).

Leyenda.
Era Inés una niña de la familia Clodia. Al llegar a los trece años, edad apropiada para contraer matrimonio, fue pretendida por un hijo del prefecto Sofronio. Era Inés cristiana, y más aún, había hecho un voto de virginidad para ser solamente esposa de Cristo, por lo que respondió al joven: "Ya estoy comprometida a uno, y a él solo mantengo mi fidelidad. Él ya me ha desposado con un anillo y me ha adornado con joyas. Él ha puesto una señal en mi frente. Él me ha mostrado tesoros incomparables, que ha prometido darme si persevero en su amor. La miel y la leche de sus labios me atraen, y he comido de su cuerpo, y con su sangre tiñe mis mejillas. Su madre es una virgen, y su Padre no conoció mujer. A Él los ángeles le sirven, su belleza sol y la luna admiran; por su fragancia resucitan los muertos, por su toque a los enfermos cura. Su riqueza nunca falta, y su abundancia nunca decrece. Sólo en él me sostengo, sólo en él confío. Para quien yo amo soy casta, para quien me toca estoy limpia, para quien me recibe soy virgen". El joven comunicó aquellas raras palabras a los padres de Inés, los cuales le preguntaron a quien había dado su corazón, y ella les respondió que era cristiana y Cristo era su amor. Sofronio la reclamó a sus padres y estos, por miedo, le instaron a que se casara con el hijo de este, pero Inés prefirió comparecer ante el prefecto y confesar su fe cristiana. Ante este defendió su deseo de virginidad por Cristo, a lo cual Sofronio respondió que la llevaría al templo de las vestales, para que consagrara su castidad a la diosa Vesta. "¿Crees" – replicó Inés – "que si me he negado a tu hijo, de carne y hueso, ¿voy a dedicarme a dioses de piedra que no sienten?"

Entonces Sofronio la envió a una casa de prostitución para que allí le arrancaran su virginidad, y por ello acudieron muchos hombres lujuriosos. Al ser desnudada, su cabellera creció milagrosamente y la cubrió por completo. Y además, bajó un ángel del cielo que le puso una vestidura blanca. El hijo del gobernador irrumpió en el burdel y el ángel le cegó, pero Inés le sanó milagrosamente. Viendo aquello, Inés fue acusada de brujería. Aspasio Paterno, diputado, ordenó que debía ser ejecutada inmediatamente, y la multitud "¡Fuera con la bruja, lejos con ella!". La condenaron a morir a fuego, pero al ponerla en la pira, Inés exclamó: "Oh, Padre Todopoderoso, que solo Tú has de ser temido y adorado, te doy gracias porque por  de tu santo Hijo, he escapado de las amenazas del tirano profano, y con Él he pasado sin mancha por encima del pantano abominable de la lujuria. Ahora yo acudo a Ti, a quien he amado, he buscado, y siempre he anhelado. Tu nombre bendigo y glorifico sin fin. Ahora con el Espíritu te digo: Enfría este fuego que hay bajo de mí, corta la llama y deshaz benignamente su calor. ¡Oh, Padre de mi Señor Jesucristo, te confieso con mis labios, y con mi corazón, todo lo espero de ti. Clamo a ti, único y verdadero Dios, que con nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén." Apenas terminó de orar, el fuego se apagó milagrosamente. 

Aspasio tomó una espada para atravesarla en su garganta, pero antes ordenó fuera esposada. Le pusieron unas esposas pequeñas, pero al ser tan niña, estas también caían de sus muñecas. Pero Inés no las necesitaba. Dando ejemplo de entereza cristiana, se arrodilló, apartó su cabello para exponer limpiamente el cuello, cruzó sus brazos sobre el pecho e inclinó la cabeza. El verdugo, temblando de emoción, la decapitó. Sus padres tomaron el cuerpo y lo enterraron en las catacumbas de la Vía Nomentana, donde los cristianos lo veneraron durante días. Los paganos y los soldados intentaban impedir la veneración, tomando a algunos presos. A la hermana de leche de Inés, Santa Emerenciana (23 de enero), le apedrearon hasta la muerte, por permanecer inmóvil junto a la sepultura, para defenderla.

Cráneo de Santa Inés.
Culto y testimonios.
Las reliquias de Santa Inés, las auténticas, se veneran en la misma Roma. El cuerpo en su iglesia extramuros y gran parte de la cabeza en Santa Inés “In Agone”. Este cráneo se halló en la tesorería de la Basílica de Letrán en 1903, cuando León XIII mandó quitar los sellos que la habían tenido intacta durante siglos. Ciertamente en la basílica de Santa Inés conservaba el cuerpo, pero no la cabeza. Los estudios sobre los dientes del cráneo demostraron que se trataba de una niña entre 12 y 15 años. Añadir que esta basílica de Santa Inés habría sido levantada por Santa Constanza (19 de febrero), la hija de San Constantino (21 de mayo), sanada milagrosamente por Santa Inés. Allí, según la leyenda, vivió Constanza como virgen consagrada a Dios.

El testimonio más antiguo sobre el culto a Santa Inés es la “Depositio Martyrum”, obra del siglo IV, que la menciona enterrada en la Vía Nomentana (que luego sería llamada precisamente, de Santa Inés). El papa San Dámaso (11 de diciembre) dedicó versos a su memoria, y además, escribió el epitafio de su tumba, lo que evidencia una sólida devoción. Este epitafio dice:
Fama refert sanctos dudum retulisse parentes Agnen cum lugubres cantus tuba concrepuisset nutricis gremium subito liquisse puellam sponte trucis calcasse minas rabiemque tyranni urere cum flammis voluisset nobile corpus viribus inmensum parvis superasse timorem nudaque profusum crinem per membra dedisse ne domini templum facies peritura videret o veneranda mihi sanctum decus alma pudoris ut Damasi precibus faveas precor inclyta martyr”.

según cuenta la tradición que sus devotos padres narraron de cuando las trompetas con su triste melodía llamaron a su hija Inés ella de pronto dejó el regazo de su nodriza [y] voluntariamente despreció la furia y amenazas del cruel tirano cuando él decidió consumir su cuerpo en las llamas [.] Aunque ella siendo débil él fracasó en inspirarle un fuerte temor ella por su parte dejó caer su larga cabellera para cubrir su desnudo cuerpo para que ninguna mirada mortal mirase aquel templo del Señor [.] A ti a quien venero, gentil y santo ornamento de virginidad vuelve tu mirada oh ilustre mártir a las plegarias de Dámaso. Te lo ruego.

Es de notar que Dámaso no menciona la proposición de matrimonio, ni el final de la vida terrenal de Inés mediante la decapitación ni arma alguna, pero sí menciona el tormento del fuego y hace hincapié en la virginidad. Tampoco habla de que su cabellera creciera milagrosamente, sino que ella misma se soltó el pelo para cubrirse, en el momento del fuego, parece.

Prudencio, el poeta cristiano, la llama “fortis puellae, martyris inclytae”, en el poema XIV de su “Liber Peristephanon”, que versa sobre la “Passio Agnetis”. Es él quien añade que fue expuesta a la vergüenza pública y llevada a un lupanar, en el que se veneraba a Minerva: “hanc in lupanar trudere publicum certum est, ad aram ni caput applicat ac de Minerva iam veniam rogat, quam virgo pergit temnere virginem". La leyenda recrea esto, ya vimos, con una primera intención de Sofronio de encerrarla con las vestales. El himno “Agnes beatae virginis”, que tal vez sí que sea de San Ambrosio (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal), no habla de decapitación, sino de “golpe de espada”, y que luego de este, la joven se cubrió la herida con modestia y se cubrió el rostro con las manos, por lo que parece se refiere a una herida de garganta o pecho, mortal, pero no instantánea.

Epitafio de San Dámaso papa.

Testimonio antiguo de su veneración por parte de todo el mundo cristiano de entonces lo da también San Agustín (28 de agosto; 24 de abril, bautismo; 29 de febrero, traslación de las reliquias a Pavía; 5 de mayo, conversión; 15 de junio, en la Iglesia oriental), que es el primero en darle significado al nombre, uniendo su sacrificio al Sacrificio de Cristo, Cordero Inmaculado. El 21 de enero de 396 en un sermón dice: 
Dichosa Santa Inés, que sufrió su pasión en el día de hoy. Esta virgen era lo que indicaba su nombre. Inés, Agnes, en latín significa 'cordera', y en griego, 'casta'. Era lo expresado por el nombre. Con razón pues, fue coronada”. 

San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) en una carta a Demetríade dice que la "vita" de Santa Inés es un ejemplo de constancia en la virginidad:
la vida de Santa Inés, virgen, ha sido loada con las letras y lenguas de todas las gentes, especialmente en las iglesias

San Máximo (25 de junio) dirá: 
"Oh, Virgen Gloriosa, ¡qué ejemplo de vuestro amor habéis dejado a las vírgenes para que te imiten! (...) Allegaos, doncellas, y en los tiernos años de su niñez aprended a amar a Cristo con vivas llamas de amor (...) Aprended, vírgenes, de Inés, que así está abrasada del amor divino y tiene por basura todos los tesoros y delicias de la tierra".

San Ambrosio en su obra “De Virginibus”, (libro I, capítulo 2) escribe:
 “mi tarea comienza favorablemente, y pues hoy es el aniversario de una virgen, tengo que hablar a las vírgenes (…) Es el aniversario de Santa Inés: que los hombres la admiren, que los niños tomen coraje, que los casados se asombren, que los solteros tomen ejemplo. Pero ¿qué puedo decir que sea digno de ella, cuyo a cuyo nombre no faltan las alabanzas brillante? En la devoción excedió a su edad, en la virtud estuvo por encima de la naturaleza, que me parece que no le han dado un nombre humano, sino un símbolo del martirio, por el que mostró lo que sería. (…) El nombre de esta virgen es un título de modestia. Voy nombrarla mártir, la proclamaré virgen. (…) ¿Qué amenazas utilizaría el verdugo para hacerla temer, qué tentaciones para persuadirla, cuántos deseos de atraerla al matrimonio? Pero ella respondió: 'Sería una afrenta a mi Esposo buscar cualquier posibilidad de complacerme. El que me eligió primero para Sí, me recibirá. ¿Por qué te retrasas, verdugo? Que perezca este cuerpo que puede ser amado por los ojos que no quiero'. Se levantó, oró, e inclinó su cuello. Se podía ver temblar el verdugo, como si él mismo hubiera sido el condenado, y su mano derecha se estremecía, su rostro palideció, temiendo el peligro de otro, mientras que la doncella no temía por ella misma. He aquí una víctima de un doble martirio: de modestia y de la fe. En ellas permaneció virgen y en ellas obtuvo el martirio”.

Contradicciones.
A las diferencias entre las versiones, de Dámaso, Prudencio y Ambrosio antes leídas, se suma que el diputado Aspasio Paterno fue prefecto en 264 y 265, por lo que si era diputado, el martirio habría tenido que ocurrir antes de esta fecha, y bastante, pues aún le hallamos como procónsul de África en 260. Lo más probable es que el sobrenombre Paterno haya confundido al escritor de la passio a hacer padecer a Inés bajo este Aspasio, y no bajo Ovidio Paterno, que era prefecto de Roma sobre 281, existiendo un senador de nombre Sofronio en esta misma época. Por esta razón, los hagiógrafos han datado el martirio imperando Valeriano, entre 258 y 260, o bajo Diocleciano, en 304.

"Desposorios" de Santa Inés.
La “passio” se atribuyó, durante siglos, a San Ambrosio, el cual, ciertamente en la obra antes mencionada, da detalles como el nerviosismo del verdugo, hecho romántico que también recogerá la “passio”. Está claro que en tiempos de San Ambrosio, mediados del siglo IV, existía una, o varias, redacción del martirio de Santa Inés, y San Jerónimo lo confirma cuando dice que su “vita” se lee en las iglesias. De aquí se nutriría la passio. Y mucho que se leyó, aunque más la versión de la "Leyenda Aurea" del Beato Santiago La Vorágine (13 de julio), que se recreó ampliamente, y tomando por literales las palabras "me ha desposado con un anillo y me ha adornado con joyas"e inventándose un episodio del matrimonio entre Inés y Jesús en forma de Niño, como se lee de otras santas.

Afirman algunos (yo mismo lo creía) que el nombre de Inés es solamente un símbolo, pues significa “cordero” en latín, que evoca a la inocencia, la víctima y en último caso a Cristo. Este símbolo lo habrían recreado Agustín y la “passio”, pasando al culto popular. Pero hay que recordar que antes que esta se escribiera, en 337 Inés aparece mencionada así en la Depositio, y también en el epitafio de Dámaso y lo mismo en el sermón de Agustín, todo esto antes que la “passio” fuese escrita. En todo caso, la leyenda toma el nombre de la historia, y no es ella quien recrea un nombre simbólico. 

Iconografía y devociones.
Sin embargo, esta asimilación con el cordero ha configurado su iconografía, a base de símiles entre el nombre y el animal. El medievo consagra su imagen con el cordero hasta hoy, lo que daría pie a leyendas estrafalarias sobre que poseía un cordero que la siguió hasta el martirio y otras que ni vale la pena mencionar. Y tanto se asimiló el corderito con el nombre, que otras santas del mismo nombre, Santa Inés de Montepulciani (20 de abril) y Santa Inés de Praga (2 de septiembre), igualmente portan el cordero en brazos. Y más allá, el día de su fiesta se bendicen dos corderitos cuya lana se usa para tejer los palios que usarán los obispos.

Santa Inés de trinitaria.
Monasterio de las M.M
Trinitarias. Madrid
Otra devoción a Santa Inés, hoy casi olvidada la “commemoratione S. Agnetis secundo” o sea, su octava, que duró hasta la reforma litúrgica de 1969. Solamente la conserva la Orden Trinitaria, que en Santa Inés tiene su patrona y en su octava su conmemoración solemne. El origen de esta particularidad está en que según la tradición, la primera misa de San Juan de Mata (17 de diciembre y 8 de febrero, traslación de las reliquias) fue el día de la octava de Santa Inés de 1193. Durante esta misa tuvo la revelación en la que Cristo se presentaba con dos cautivos, llamándole a la redención de estos. Según la tradición trinitaria, el 28 de enero de 1198, el papa Inocencio III tendría otra revelación igualmente relacionada con la redención de los cautivos y la Orden Trinitaria. Esta relación de los orígenes fundacionales con la octava de Santa Inés la llevaron, como dije, a ser nombrada patrona de la Orden y a ser incluso representada en ocasiones con el hábito trinitario, sobre todo en ambientes monjiles.

Es Santa Inés patrona de las vírgenes, los niños y niñas, las adolescentes, las novias y solteras en general. Es patrona de diversas asociaciones juveniles, como las "Hijas de María", por ser especial abogada para la salvaguarda de la castidad, y esto ya vimos que desde los testimonios de los más preclaros Padres de la Iglesia. Además, es protectora de horticultores y jardineros.


Fuentes:
-“Epístolas del glorioso doctor de la Iglesia, San Jerónimo”. R. P. FRANCISCO LOPEZ CUESTA. Madrid, 1613.
-“A comparison of the treatment of the figure of Saint Agnes in two medieval poems”. MARCIA MAE HINCKLEY. Universidad de Wisconsin, 1972.
-“Los santos del nuevo misal hispano-mozárabe”. Toledo, 1995.
-“Iconografía de los santos”. JUAN CARMONA MUELA. Madrid, 2003.
-“Prudentius”. Volume II. HARVARD UNIVERSITY, 1953.
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914
-http://www.documentacatholicaomnia.eu/03d/0339-0397,_Ambrosius_De_Virginibus_Ad_Marcellinam_Sororem_Sua_Libri_Tres_%5BSchaff%5D,_EN.pdf
-“Sancta Agnese, nella tradizione e nella legenda. P. FRANCHI DE CAVALIERI. Roma, 1899.
- http://meditacionestrinitarias.blogspot.com.es/2013/01/santa-ines-segundo-dia-de-la.html


A 21 de enero además se celebra a San Patroclo de Troyes, mártir.

lunes, 15 de octubre de 2012

De santos y de estrellas

Pregunta: sabes Ramón deberías empezar una serie de artículos de los santos y las estrellas hay varios que las llevan y que luego se ignora la razón. Mexico.

Respuesta: Si tu lo pides, amigo, pues me pongo a rebuscar en mi base de datos y te digo de los santos en cuya iconografía hay o puede haber una estrella, aunque no como para varios artículos, pues generalmente la intervención de la estrella no da para más, alguna mención y ya está:

La estrella como símbolo:
En muchas culturas la estrella es símbolo de la presencia divina, de la eternidad, del triunfo del bien sobre el mal, de la esperanza y los buenos augurios. Desde los antiguos, que coronaban a sus diosas con estrellas, como Venus o Isis, hoy los cristianos coronamos a María y los santos con estrellas. La estrella polar, además de una evidente ayuda en las noches, era considerada como la luz salvadora, símbolo de la protección de los dioses. El cristianismo adoptó estos símbolos de la estrella, y los asimiló a Cristo, luz que guía al alma y, por asociación, a María, la "Stella Maris". Desde la infancia de Cristo, hasta los símbolos del apocalipsis, está presente la estrella, por lo cual no es extraño que en las leyendas de santos sea un elemento iconográfico que, igualmente, signifique predestinación o señal de bendición o presencia divina.

Y vamos a ellos:

Stos. Melchor, Gaspar y Baltazar
Estampa francesa.
Santos Melchor, Gaspar y Baltazar, Reyes Magos: Una estrella les mostró el camino a Belén. 1, 6, 11 (Baltazar) y 12 de enero, y 23 de julio, traslación de las reliquias a Colonia.

Santa Zita de Lucca, virgen: Cuando murió, una estrella resplandeció sobre Lucca. 27 de abril y 26 de agosto. 

San Nicolás de Tolentino, religioso agustino: Se le representa con una estrella en el pecho; estrella que aparecía sobre el altar cuando decía misa. Es muy habitual verlo con el hábito sembrado de estrellas. 10 de septiembre. 

San Servacio de Maastricht, obispo: En su viaje desde Metz a Roma, una estrella le guiaba día y noche hasta llegar a Roma, donde desapareció. 13; 15, todos los santos obispos de Maastricht, y 16, en Bretaña, de mayo. 

Santiago Apóstol: La leyenda dice que San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias) vio un camino de estrellas en el cielo, que indicaban la ruta hacia donde se hallaban las reliquias del santo. 4 de enero, Synaxis de los apóstoles, Iglesia Oriental; 12, Iglesia Copta; 30 de abril, Iglesia Oriental; 23 de mayo, aparición en Clavijo, 24 de mayo, traslación de las reliquias a Verona; 30 de junio; 25 de julio, 15 de noviembre, Iglesia Griega; 28 de diciembre, Iglesia Armena y 30 de diciembre, desembarco de las reliquias en Galicia. 

Santa Isabel de Hungría, reina, terciaria franciscana: Estando elrey de Hungría visitando al emperador del Sacro Imperio, el astrólogo de este le dijo al rey húngaro: "Veo una hermosa estrella, que brilla sobre Hungría, especialmente sobre Marburg en este momento. Alégrate por esta buena noticia, porque significa que la reina de Hungría ha cncebido una niña. Será grande ante Dios, será famosa por su santidad. Desde tu tierra, hasta los confines del mundo". 17 y 19, en Alemania, de noviembre.

Nuestra Señora, Santa María de Pontmain: En esta aparición, la Virgen vestía una túnica de estrellas y sobre ella se veían tres brillantísimas estrellas formando un triángulo. 17 de enero.

San Juan Nepomuceno, pesbítero y mártir: Le rodea una aureola con 5 estrellas que recuerdan las 5 estrellas que lucía la noche de Praga, cuando fue arrojado al río. 16 de mayo.

San Virgilio de Arlés, obispo: Una noche, mientras paseaba por Lèrins se acercó un extraño barco con extraños marinos que querían llevarlo consigo a predicar por su gran santidad y predicamento. Una estrella les iluminó y pudo ver el santo que eran demonios que le tentaban con la vanidad y la soberbia. 5 de marzo y 10 de octubre. 

San Sadoc y compañeros, dominicos mártires: La noche de su martirio se pudieron contemplar cuarenta y nueve estrellas posarse sobre su iglesia y el convento quemados. 2 de junio.

San Switbert de Kaiserswerth.
San Switbert de Kaiserswerth, obispo: Estando encinta, su madre soñó con una estrella cuyas puntas llevaban iluminaban la zona de Alemania y Francia. La estrella cayó sobre su cama y la despertó asustada. Su obispo le confirmó que tendría un hijo santo, que iluminaría esa parte del mundo. 1 de marzo y 4 de septiembre.


Santa Solange de Bourges, virgen y mártir: Era tan piadosa que una estrella brillaba encima de su cabeza cuando oraba. 10 de mayo.


Santos Taraco y compañeros, mártires: Sus cuerpos fueron juntados con los de gladiadores muertos, para que no fuesen venerados por los cristianos, pero al ir de noche tres discípulos a buscarlos, una estrella fue posandose sobre cada uno de los cuerpos y, una vez recuperados, indicó el sitio donde debían ser sepultados. 11 de octubre.

San Juan el Enano: Paesia, una benefactora de sus monjes comenzó una vida de pecados y vicios y se alejó de él, por lo que fue a buscarla para que se arrepintiera. Ambos, pensando que ella debía hacer mucha penitencia, se fueron al desierto. De noche se acostaron sobre la arena, y en sueños Juan vio como sobre ella se posaba una estrella que la iluminaba, y oyó una voz: "El fervor por hacer penitencia de Paesia la ha perfeccionado en un instante". Y al otro día, amaneció muerta. 9 de noviembre. 

San Aidan de Lindsfarne, abad: Cuando estaba en el vientre de su madre, sus padres soñaron que una estrella caía del cielo y penetraba por la boca de su madre. 31 de enero y 7 de septiembre.

San Anastasio, carmelita mártir: Una estrella estuvo sobre su sepultura durante mucho tiempo. 22 de enero.

Santo Domingo de Guzmán.
Santo Domingo de Guzmán, presbítero fundador: La leyenda dice que su niñera una vez vio una que brillaba sobre su cabeza mientras dormía en su cuna. 8 de agosto; 24 de mayo, traslación de las reliquias; 15 de septiembre,"in Soriano".

Beato Juan de Altamura, dominico: Cuando nació una estrella se posó sobre su casa. 15 de octubre.


Beata Dorotea Perinati, viuda, religiosa dominica: una estrella aparecía sobre su sepulcro cuando se obraba algún milagro. 16 de diciembre.


Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia: Estando en Nápoles enfermó y mientras estaba padeciendo, una estrella entró por la ventana y se posó sobre su cabeza, para salir después. Y se recuperó. 28 de enero, traslación de las reliquias y 7 de marzo.

Beato Bentivoglio de Bonís, religioso mínimo: En una ocasión que predicaba ardorosamente, una estrella apareció sobre su rostro. 25 de diciembre.

Santa Ángela de Bohemia, carmelita: escapó una noche de su casa, guiada por una estrella, para dirigirse al monasterio carmelita donde profesó. 6 de julio.


Beato Juan Schio de Vicencia, dominico: Varias veces se vio una estrella sobre su cabeza mientras predicaba. 2 de julio.

Santa Inés de Montepulciani, virgen dominica: Suele ponerse con el hábito tachonado de estrellas, pues la leyenda dice que cuando oraba, un maná en forma de cruces bajaba del cielo y le llenaba el hábito. Deberían ser crucecitas, pero la iconografía la quiere de estrellas. 20 de abril.

San Bruno, fundador: 6 de octubre.

Santa Beatriz de Silva, virgen fundadora: Al momento de morir, al descubrir su rostro para darle la extremaunción, apareció en su frente una estrella de gran resplandor. 16 de agosto.

Beato Luis de Madalona, dominico: Ansiaba devolver la disciplina regular a los conventos y una noche mientras oraba con esa intención, apareció una estrella sobre él, confirmando su deseo. Fundó la congregación de san Marcos, dentro de la Orden. 14 de septiembre.

Santa Eusebia-Hospedes, virgen "carmelita": al morir, los monjes del vecino monasterio "carmelita" vieron en el cielo una cruz rodeada de estrellas brillantísimas. 23 de enero.

Santa Juana de Portugal, virgen dominica: Habiendo convencido a su padre el rey la llevase al monasterio dominico de Aveiro, una estrella guió su camino. 12 de mayo.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...