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lunes, 16 de diciembre de 2019

San Irenión de Gaza, obispo.

San Irenión de Gaza, obispo. 16 de diciembre.

No se conoce mucho de este santo obispo, según la tradición, uno de los sucesores de San Filemón (22 de noviembre) como obispo de Gaza. Sucedió al célebre obispo Asclepas, evangelizador de la región y fuerte opositor a los arrianos.

Irenión participó en el Sínodo de los Obispos de Antioquía en 363, que ocurrió a la muerte de Juliano el Apóstata. Los obispos enviaron una carta al nuevo emperador Joviniano, confirmando que todos acataban la fe del Concilio de Nicea la cual invitan al emperador a acatar en aras de la paz de la Iglesia y del Imperio.

Luego del Sínodo Irenión regresó a su sede y construyó la primera catedral dentro de los muros de la ciudad, pues su antecesor lo había hecho a las afueras. Esta iglesia-palacio se llamó "la paz" (irene, en griego. Toda una alusión a su nombre). También construyó unas lauras (monasterio de cenobitas) en la región de Gaza donde el mismo se retiraba de vez en cuando. Tuvo una buena relación con San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) y en 386 recibió a Santa Paula (26 de enero) cuando esta visitó los Santos Lugares para vivir como eremita.

Murió nuestro santo obispo sobre el año 390.


A 16 de diciembre además se celebra a:

B. Guillermo de Fenol,
monje cartujo.
B. María de los Ángeles,
virgen carmelita
.






domingo, 30 de septiembre de 2018

Del cardenal que prefería lavar platos.

Beato Conrado de Urrach, obispo y cardenal cisterciense. 30 de septiembre.

Nació en 1185 en Alemania, en la ilustre familia de los Condes de Seyne y Urrach, emparentada con los Duques de Zaring. Su padre fue Egino IV de Urach y su Inés, hermana de Berthold V de Zähringen. Su primera educación estuvo a cargo de su tío abuelo, el arzobispo Rodolfo de Lieja. Con 10 años fue nombrado, cosas de la época, canónigo beneficiado de la Catedral de Lieja. Siendo niño padeció la desgracia de ser víctima de los juegos políticos de su familia, pues quedó de rehén del emperador Felipe I de Suabia durante años, hasta 1208. Durante este cautiverio el niño y joven Conrado tomó noticia de lo vano del mundo y la política, ansiando la forma de poder escapar de ello.

A los 18 años fue puesto en libertad y se encaminó al monasterio cisterciense de Villiers, siendo recibido con agrado. Una leyenda dice que un santo monje llamado Simón vio en una ocasión como el novicio Conrado era coronado simbólicamente con una corona de oro por los ángeles durante la misa conventual. Tal monje avisó al abad, de que aquel novicio traería gran gloria a la Orden, aunque antes había de padecer tentaciones y ataques del maligno. Lo avisó el abad a nuestro santo, quien se preparó para ello con grandes penitencias, oraciones y actos de humildad. Otra leyenda, más increíble aún, cuenta que, estando prohibido a los novicios el uso de alguna luz artificial, el santo usaba sus propios dedos como candelas, pues de ellos salía gran resplandor cuando oraba o estudiaba.

Sus virtudes (más sus relaciones familiares, todo sea dicho) alcanzaron que apenas profesó, fue nombrado prior de Villiers, y a los dos años fue nombrado abad, luego de la renuncia del abad Carlos. Y su ascenso no terminó aquí, pues en 1214 fue elegido nada menos que abad de Claraval, dotándole de una autoridad moral eminente dentro de la Orden Cisterciense. En todos estos cargos de autoridad Conrado se mostró como un padre celoso del bien de sus hijos. Exacto en el cumplimiento, pero caritativo, comprensivo pero sin permitir faltas. Fue especialmente cuidadoso con los ancianos monjes, a los que oía como a padres venerables. A pesar de sus ocupaciones, nunca faltaba a las Horas Canónicas, a las penitencias o los actos de comunidad. Era prudente, discreto, sabio, pronto a la defensa de la fe y la Iglesia, justo con todos. Tanta probidad, más su origen, no lo olvidemos, hicieron que el papa Honorio III supiera de él y le nombrara Legado Pontificio para hacer la paz entre los reyes Felipe de Francia y Enrique de Inglaterra. Y lo hizo con tanta prudencia y efectividad, que ambos monarcas y el papa quedaron prendados de él.

En 1216 fue elegido abad de Císter, convirtiéndose en el Abad General de toda la Orden, que estaba en su máximo esplendor. Solucionó problemas internos y externos de la Orden, acrecentó su poderío e influencia en la Iglesia, y aumentó el número de monasterios. Fue el Abad que introdujo el canto diario de la "Salve Regina" para toda la Orden. El 8 de enero de 1219 el mismo papa Honorio III le creó cardenal y le dio el obispado de Porto-Santa Rufina, una de las diócesis suburbicarias de Roma, reservadas a prelados de gran confianza del papa y que fueran eminentes políticos. En este puesto le nombró el papa como Legado para la Cruzada contra los albigenses en Francia. Para ello organizó los Sínodos de Tolosa y de París, para interesar a prelados y al brazo secular en la importancia de extirpar esta herejía que amenazaba no solo la fe, sino la estabilidad de los reinos. Su actuar fue coronado con total éxito en la conversión y represión de estos herejes. Dícese en este tiempo conoció a los dominicos, de los que quedó enamorado por su divisa de "Alabar, Bendecir y Predicar", socorriéndoles en adelante en sus necesidades, dándoles plenas potestades en su diócesis y siendo su valedor ante los gobiernos y obispos.

Casi sin tiempo para descansar, le envió Honorio a Alemania, a solucionar graves problemas con el emperador Federico II, empresa que se saldó con la excomunión del monarca por el asesinato del Arzobispo de Colonia, San Engelbert II (7 de noviembre), a quien Conrado sepultó con gran pompa, llamándole mártir de la fe. Además, trató el asunto de una nueva Cruzada a Tierra Santa, alcanzando gran consenso de los príncipes. Esta visita le sirvió para, como Visitador del Papa, denunciar ciertos abusos, corregir errores de los prelados, reformar algunos monasterios. Celebró nada menos que tres Concilios Provinciales, en los que se reguló y reformó la disciplina eclesiástica, suprimió abusos de los clérigos y atajó la simonía y el amancebamiento de los presbíteros. Visitó la tumba de la Beata María de Oignies (23 de junio), la célebre beguina, y estando venerando sus reliquias tuvo una visión en la que vio a esta santa mujer puesta de rodillas, intercediendo ante el Señor por su salud. Además, le consoló con palabras celestiales para animarle en todos sus esfuerzos. Durante esta legacía fundó un monasterio cisterciense en Besbenusen junto a su hermano Rodolfo, donde este luego tomaría el hábito, despreciando el mundo, a ejemplo de Conrado. En 1222 fundó la Universidad de Montpellier por mandato del papa.

Volvió el santo a Roma a inicios de 1227, y al poco tiempo murió el papa Honorio. Temiendo los cardenales que la dilación de un cónclave atrajera las intromisiones imperiales, decidieron los cardenales que Conrado y dos cardenales más decidieran quien sería el papa. Esto hoy es ilegal, por cierto. Los dos cardenales eligieron a nuestro Conrado, pero él se negó aduciendo: "No permita Dios el que se diga que yo me he elegido a mí mismo por Pontífice". Y entonces fue elegido el cardenal Hugolino, llamado Gregorio IX.

Ese mismo día el santo prelado sintió que su muerte estaba próxima y sus últimos meses de su vida los dedicó a prepararse para el encuentro con el Amado. Vivió pobremente y pobremente murió en Bari, camino de la Cruzada, el 30 de septiembre de 1227. Poco antes de expirar dijo: "que dicha que hubiera perseverado hasta esta hora en el monasterio de Villiers bajo la disciplina regular, y que mi única ocupación hubiera sido el lavar las escudillas con los demás en la cocina". El cuerpo fue trasladado a Claraval y sepultado en el presbiterio de la iglesia abacial. Aún se puede leer su lápida:


"HIC IACET DOMINVS
CONRADVS QVI PRIMO VILLARIENSIS DEINDE CLARAVALLENSIS,
POSTEA CISTERCIENSIS EXTITIT ABBAS
ET DEMVM PORTVENSIS EPISCOPVS CARDINALIS.
HIC CVM IN TRANSMARINIS PARTIBVS MORARETUR INSTANTISSIME
PRAECEPIT VT CLARAM-VALLEM VBI IAM DVDVM
SVAM ELEGERAT SEPULTVRAM OSSA SVA
DEFERRENTVR ET IBIDEM SEPELIRENTVR,OBIIT AVTEM ANNO DOMINI M. CC. XXVII. PRIDIE KAL. OCTOBRIS".


Fuentes:
-"Médula Histórica Cisterciense". Volumen 3. ROBERTO MUÑIZ O.Cist. Valladolid, 1780.
-https://webdept.fiu.edu

A 30 de septiembre además se celebra a:

S. Jerónimo, Padre y
Doctor de la Iglesia.
San Winegrial,
monje mártir
.
San Léry, abad.



domingo, 5 de agosto de 2018

"Maria Salus Populi Romani"

La Dedicación de Santa María la Mayor. 5 de agosto.

Basílica de Santa María.
En la liturgia de la Iglesia, la Dedicación de una iglesia es una ocasión festiva y solemne, cuya liturgia está plagada de un fuerte simbolismo que remite a la Jerusalén celeste, al paraíso, definitivo templo de Dios y del hombre. El templo cristiano es anticipo del paraíso, es lugar donde mora Dios y donde ocurre el encuentro del alma con Dios por medio del sacrificio eucarístico. Por ello, y muchas otras razones, la dedicación de la propia iglesia, al menos la iglesia catedral, siempre debería ser celebrada anualmente. En la liturgia de toda la Iglesia tenemos varias dedicaciones, la de las Basílicas de San Pedro y San Pablo, a 18 de noviembre, la del Salvador, a 9 de noviembre y a 5 de agosto, la de Santa María. Todas basílicas romanas y de todos los cristianos.

El origen de esta basílica quiere ser milagroso. Una leyenda, ampliamente conocida y por ello no me entretengo en contarla exhaustivamente, dice que fue edificada gracias a la generosidad de un matrimonio romano, y que el papa Liberio soñó con una colina nevada donde debía levantarse una iglesia dedicada a la Madre de Dios. Se dirigió el papa al monte Esquilino, donde efectivamente, la cima aparecía cubierta de nieve (en pleno agosto romano), por lo cual se decidió construirla allí mismo. Pero esta leyenda no aparece sino hasta muy tardíamente, y ningún escritor antiguo que habla de la basílica la menciona.


Leyenda de la nieve.
Fue dedicada solemnemente por el papa Liberio el 5 de agosto de 363, con la asistencia del emperador Constancio, el clero y varios obispos. Este dato nos da una pista importante: el culto mariano ya era fuerte en la iglesia como para que se le dedicara una basílica a la Santísima Virgen. Ciertamente hay otros indicadores más antiguos, pero este es uno irrefutable y perfectamente documentado. En 437, casi a punto de celebrarse su centenario y con ocasión de agradecer la proclamación dogmática de la Maternidad Divina en el Concilio de Éfeso, en 431, el papa San Sixto III (19 de agosto y 28 de marzo) reparó la basílica y la dotó con un ajuar de plata (altar, pila bautismal, cálices, etc.) del que San Jerónimo daría testimonio, admirado por tanta belleza, al visitarla unos 40 años después. También puso Sixto, según escribe el papa Adriano en una carta a Carlomagno, "muchas imágenes y pinturas de gran valor".

Fue llamada basílica liberiana, basílica sixtina, basílica de Santa María, quedando como definitivo Santa María “la Mayor”, para identificarla de las otras muchas basílicas marianas en Roma y, por supuesto "de las Nieves", por la leyenda someramente referida antes. También se le conoce como "del Pesebre", por hallarse allí una supuesta reliquia del pesebre en el que habría sido puesto Nuestro Señor al nacer. Pero en realidad se trata de un pesebre que formaba parte de un antiquísima representación plástica de la Natividad en la misma basílica.

La imagen de la Madre de Dios venerada en la basílica, un icono oriental del siglo VI, con una leyenda de haber sido pintado por San Lucas (como tantos) fue colocada en el altar mayor por San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal), y a ella la invocó en en 593, en una magna procesión para clamar a Dios contra una epidemia de peste que asolaba la península itálica. A ella se encomendó el papa San Martín I (13 de abril) en 653, y ante ella celebraba la misa cuando un asesino pagado por el exarca de Rávena entró para asesinarle, quedando cegado por milagro de la Señora. En 1571 San Pío V (30 de abril) le encomendó la victoria de las tropas cristianas en la Batalla de Lepanto. No hubo santo que visitara Roma que no se encomendara a Nuestra Señora. Entre ellos San Ignacio de Loyola (31 de julio y 20 de mayo, Conversión), quien ante ella agradecería la aprobación de la Compañía de Jesús, y ante la cual los primeros religiosos ofrecieron sus vidas y las intenciones de profesar sus votos. La Compañía siempre tuvo especial devoción a esta imagen de la Madre de Dios, y que incluso propagó por parte de Europa y América.

Imagen de la Virgen
venerada en la Basílica.
En el siglo XIX, sería tanta su devoción, que sería llamada "Maria Salus Populi Romani". Gregorio XVI ordenó la coronación canónica el 15 de agosto de 1838 y el papa Pío XII la coronó, personalmente, en el Año Mariano de 1954. En 2000 Juan Pablo II la declaró Patrona de las Jornadas Mundiales de la Juventud. En 2013 y en 2016 fue llevada procesionalmente a la plaza de San Pedro para presidir sendas celebraciones pontificias. Este año de 2018 ha sido restaurada.


Fuentes:
-https://www.heiligenlexikon.de/
-http://heiligen-3s.nl/
-"Dos Mil años de Santos". Tomo II, Agosto-Diciembre. FRANCISCO PEREZ GONZALEZ. Ediciones Palabra, 2001.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Agosto. P. Jean CROISSET . S.J. Barcelona, 1863.

A 5 de agosto además se celebra a:


San Abel de Reims,
obispo.
Santa Afra de
Ausburg, mártir.
B. Guillermo Horne,
cartujo mártir.











miércoles, 31 de enero de 2018

Amante del saber y la virtud.

Santa Marcela, viuda y religiosa. 31 de enero.

Fue hija de Santa Balbina (2 de mayo) y de un noble romano cuyo nombre se ignora. Su hermana fue Santa Asela (6 de diciembre). Sobre la infancia de Marcela nada sabemos, así que saltamos hasta su juventud, durante la cual fue casada con patricio romano como ella. El matrimonio no llegó ni al año, pues el marido murió, quedando Marcela viuda y sin hijos. Esta pérdida hizo que la joven comenzase a plantearse una vida entregada del todo a Cristo, alejada del mundo y de sus vanidades. Así vivía ya su hermana Asela desde niña. 

Sobre 372 llegó a Roma San Pedro II de Alejandría (14 de febrero), desterrado por segunda vez de su sede. Le conoció Marcela y Pedro le confirmó en su deseo de tomar el velo monástico, poniéndole de ejemplo la vida de los solitarios de la Tebaida, como San Antonio (17 de enero) y San Pablo (15 de enero). Comenzó entonces la santa viuda una vida de recogimiento, austeridad y caridad. En 377 fue solicitada en matrimonio por Cereal, un noble ya entrado en años. Aunque su madre le insistió, Marcela se negó a aceptarlo en aras de continuar su vida recogida.

La posibilidad de adoptar la vida monástica, extraña a Roma en aquel momento, le llegó en 382, cuando San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) llegó a Roma. Ella quiso ponerse bajo su dirección, y tanto insistió, que el santo así lo hizo, comenzando a llevarla por los caminos de la penitencia y la disciplina monásticas. Ayunaba continuamente, no comía carne, y solo se permitía beber vino por consejo de los médicos. Fue versada en las Escrituras, cosa que San Jerónimo alababa.
Fue Marcela la primera dama romana en profesar los votos de pobreza, obediencia y castidad. Pronto otras mujeres siguieron su ejemplo, como Santa Paula (26 de enero), Santa Lea (22 de marzo), Santa Melania la Joven (31 de diciembre), Santa Principia (3 de septiembre) o Santa Fabiola (27 de diciembre). Su vida era muy discreta y callada. Para vivir mejor en soledad, Marcela se retiró con sus compañeras a una quinta que poseía fuera de la ciudad, en el Monte Aventino. Escribirá San Jerónimo acerca de aquel lugar: 
"La quinta suburbana os sirvió de monasterio, y la campiña elegida, de yermo: y allí vivisteis mucho tiempo, de tal suerte, que a imitación vuestra, y por conversión de muchos, nos alegrábamos de ver a Roma hecha una Jerusalén. Ya son muchísimos los monasterios, innumerable la multitud de monjes (…) en este monástico retiro, a más del ejercicio sólido de las virtudes, que es el medio por donde Dios enriquece nuestras almas con sus soberanos dones, se dio toda Marcela al estudio Sagrado, y cuanto mas crecían en ella las luces del entendimiento, iba aumentándosele el ansia y deseo de saber, no por curiosidad vana, sino para progresar más en la virtud". 

Marcela y Alarico.
En 410 el godo Alarico invadió y saqueó Roma los habitantes de la ciudad huyeron intentando salvar sus vidas, otros no lo consiguieron. Marcela y sus monjas permanecieron en su quinta, y allí llegaron los godos, quienes, por milagro, las respetaron. Sin embargo, el sufrimiento por la situación le provocó la enfermedad y finalmente falleció en septiembre del mismo año. San Jerónimo le dedicó un sentido panegírico. Su memoria litúrgica no entró en la Iglesia sino hasta el siglo XVI, cuando Baronio la incluyó a 31 de enero, día de la traslación de sus reliquias.


Fuente:
-"Memorias venerables de los más insignes profesores del Instituto que plantó en la Iglesia su Doctor Máximo, el Gran Padre San Jerónimo". FR. FRANCISCO PI. O.S.H. Barcelona, 1776.


A 31 de enero además se celebra a
Santa Ulpia de Amiens, virgen.
San Vero de Leembek, confesor.

viernes, 26 de enero de 2018

"deseé siempre la hermosura de tu Casa"

Santa Paula Romana, viuda. 26 de enero.

Fue esta gran mujer de aquellas que tuvieron la entereza de soportar el carácter de San Jerónimo (30 de enero y 9 de mayo, traslación de las reliquias) y seguir sus directrices en aras de alcanzar la vida perfecta. Ya eso tiene que haberle ganado el cielo.

Nació Paula el 5 de mayo de 347. Fueron sus padres Rogato, y Blesilla, cristianos y descendientes de las más nobles familias romanas. Paula creció en medio del auge del cristianismo como religión oficial, asistiendo a las celebraciones y tomando parte con su madre en las numerosas obras de caridad de la Iglesia romana. En 364, teniendo 17 años Paula se casó con Toxocio, un patricio convertido a la fe de cristo, virtuoso e igualmente de ascendencia noble. Tuvieron cinco hijos: Santa Blesilla (22 de enero), Santa Eustoquio (21 de septiembre), Santa Paulina (30 de agosto), Rufina y Toxocio. Fue un matrimonio feliz, muy dado a la piedad y las obras de caridad, en las que gastaban ingentes cantidades de dinero.

En 380 Paula quedó viuda y a la par del marido, perdió todo interés en la vida social que antes llevaba por razón de su estado. Se desprendió de sus galas y vestidos lujosos, para enfundarse en túnicas austeras y oscuras. Dejó de salir y solo se la veía para ir a las celebraciones religiosas, visitar enfermos o hacer obras de caridad. La oración y el trabajo manual se convirtieron en sus únicas aficiones permitidas. Comenzó a frecuentar a damas piadosas, como Santa Furia, Santa Balbina (2 de mayo) y sus hijas Santa Marcela (31 de enero) y Santa Asela (6 de diciembre). También fue amiga de Santa Lea (22 de marzo), Santa Melania la Joven (31 de diciembre), y Santa Fabiola (27 de diciembre). Todas eran mujeres que vivían piadosamente, y con ellas comenzó a interesarse en la vida monástica, ajena a Roma en ese momento.

También tuvo Paula relación estrecha con el papa San Dámaso (11 de diciembre), y con varios prelados que visitaban al papa. En su casa se hospedó el gran San Epifanio (12 de mayo). Por medio del mismo papa conoció a San Jerónimo, con quien entabló una fuerte amistad y a quien encomendó su alma y su vocación de vida retirada. Mientras no pudo seguir esta vocación, Paula se dedicó a la educación de sus hijos, haciéndoles buenos cristianos. Les consiguió buenos matrimonios, salvo a Eustoquio, quien siguió los pasos de su madre, consagrando su virginidad a Cristo. Así, Besilla se casó con Leto, un noble romano, Paulina se casó con San Pamaquio (30 de agosto) y Rufina casó con Alejo, caballero romano.

Embarque de Santa Paula.
Vio Paula morir jóvenes a sus hijas Blesilla y Rufina, lo cual la llenó de dolor y, además, de amargura, pues tuvo que soportar la murmuración de los romanos, que acusaban a su estilo de educación austera y penitente el ser la causa de la enfermedad y muerte de las muchachas. Y no solo estas calumnias tuvo que soportar, sino además, se le infamó diciendo que bajo la apariencia de santidad, tenía relaciones con Jerónimo, a quien acusaban de enajenar a mujeres casadas o solteras para dominarlas y ganar favores de todo tipo, sexuales, políticos y económicos. Este ambiente desagradable hizo que Jerónimo decidiera marcharse de la ciudad y llevarse consigo a sus dirigidas, para establecerlas en monasterios lejos de aquella urbe maliciosa. Así, en 385 se marcharían. Sobre esto escribirá San Jerónimo: "Dejémosle a Roma sus multitudes; le dejaremos sus arenas ensangrentadas, sus circos enloquecidos, sus teatros empapados en sensualidad y, para no olvidar a nuestros amigos, le dejaremos también el cortejo de damas que reciben sus diarias visitas".

En unos meses desembarcaron en Tierra Santa, donde fueron recibidas por el obispo San Irenión (16 de diciembre) luego de pasar por Salamina y Antioquía. Paula y sus amigas visitaron los Santos Lugares y entablaron amistad con monjes de aquellos desiertos. Visitaron Jerusalén y finalmente llegaron a Belén, donde vivía San Jerónimo. Leyendas tardías la hacen dar un gran viaje por toda Tierra Santa, llegando hasta Egipto y entablando amistad con San Arsenio (19 de enero) y otros famosos anacoretas, pero los antiguos testimonios no dicen nada de eso. Así que dejémosla en Belén tranquilamente. En esta ciudad levantaron un monasterio junto a la Gruta de la Natividad y conectado con la Basílica edificada por Santa Helena (13 y 18 de agosto). En 389 el monasterio estuvo terminado y todas hicieron sus votos monásticos, tomando el velo. Una de ellas, según leyendas colaterales, sería Santa Zoé (13 de febrero), una pecadora convertida por San Martiniano de Cesarea (13 de febrero).

El monacato oriental establecía una serie de oraciones a lo largo del día y de la noche, que Paula y las suyas tomaron y adaptaron para las mujeres. Leían o escuchaban la Escritura, se les predicaba, trabajaban para mantenerse y oraban constantemente. Dícese que Paula aprendió griego, siríaco y hebreo, llegando a ser una gran conocedora de las Escrituras, sobre las cuales versaba y enseñaba a sus monjas. Ciertamente, en los "Comentarios" que San Jerónimo hace sobre algunos libros bíblicos y los cuales dedica a Paula, se nota por el lenguaje que usa el santo Doctor, que ella debía conocerlos bien y que no le eran ajenos.

En 394 tuvo que padecer la expulsión de su monasterio por parte de Juan, patriarca de Jerusalén, y la causa no fue otra que el enconamiento contra San Jerónimo, cuyos métodos y palabras para defender la ortodoxia de la fe, le ganaban enemigos aún entre los católicos. Ese mismo año, ya de vuelta en su monasterio, Paula enfermó de gravedad y estuvo a punto de la muerte. Epifanio y Jerónimo le suplicaron moderara sus austeridades y se permitiera un vaso de vino de vez en cuando, para reconfortar la salud, pero fue ella tan vehemente en defender la austeridad y la penitencia, que fue Epifanio quien prometió nunca más beberlo.

En 395, muerto San Teodosio I (17 de enero), arreciaron por todos lados las incursiones de los bárbaros enemigos del Imperio. Numerosas ciudades importantes fueron saqueadas por los barbaros, por lo cual, Paula tomó a sus vírgenes consagradas y todas se fueron hasta Acre, junto al mar, teniendo siempre un barco listo para zarpar en caso de que los enemigos llegasen a ellas. Allí estuvieron en paz un tiempo, hasta que los hunos fueron derrotados y todas pudieron volver a Belén.

Paula, Eustoquio y Jerónimo.
Zurbarán.
En el año 403 la enfermedad la volvió a atacar, viéndose que sería la última. Rezaba Paula: "Señor, con ansia deseé siempre la hermosura de tu Casa, y el lugar donde continuamente resplandece tu gloria. Esta he siempre procurado y esta ha sido el único blanco del espíritu mío, por esto elegí vivir humilde, y despreciada en la Casa de mi Dios, antes que morar rica, y apreciada en los palacios suntuosos de los pecadores". Pasada la Navidad y la Epifanía empeoró. A sus monjas que lloraban por ella les dijo: "ningún género de pena siento, ni desasosiego, porque todo lo que ven mis ojos es el lugar de la paz y el descanso". Luego quedó en profundo silencio durante días, hasta que oyendo las oraciones de los moribundos, abrió los ojos y exclamó: "Flores se han visto en nuestra tierra, ha llegado el tiempo de coger las mieses", y expiró dulcemente, el martes 26 de enero del año fie 404, teniendo 56 de vida. Sus funerales se celebraron el día 28 y fueron muy sentidos, siendo celebrados por varios obispos y con la asistencia de muchos monjes. El día 31 de enero se le sepultó en un sepulcro excavado en la Gruta de la Natividad. San Jerónimo escribió su epitafio:

"Aquí en su fruto, flor yace la rama
de Agamenones, Gracos y Escipiones:
Paula es su nombre, a quien el Orbe aclama
Primiceria de Roma en los Blasones
Madre digna de Eustochio (virgen llama
que a sacras teas muchos dio blandones)
siguió en Belén à Cristo en gran pobreza,
reduciendo a un establo su grandeza".

Las reliquias de Santa Paula sufrieron el olvido del tiempo y la furia de las persecuciones, aunque Campania dice poseerlas. En Belén se conserva su sepulcro vacío.


Fuentes:
-"Memorias venerables de los más insignes profesores del Instituto que plantó en la Iglesia su Doctor Máximo, el Gran Padre San Jerónimo". FR. FRANCISCO PI. O.S.H. Barcelona, 1776.
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 26 de enero además se celebra a
San Tito, obispo.
San Tujen de Daoulas, abad.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Limpia se presentó en el Eterno Consistorio.

Pregunta: Me gustaria saber si el nombre de mi hija (MELINA) de donde proviene y cuando seria el dia de su santo, porque voy a bautizarla y el cura me ha puesto en un aprieto diciendome que si el nombre sobre el que hablamos es cristiano o no, si no lo es me ha dicho que le ponga a la hora de bautizarla el nombre MARIA MELINA y como supondrás me gustaria bautizarla con el nombre que le hemos puesto su madre y su padre que soy yo (claro, es lo lógico). Un saludo y espero ansioso su respuesta si es que la hay. España.

Respuesta: Lo primero, el sacerdote no puede imponerte que le pongas un nombre a tu hija, sea o no que él considere que es cristiano. ¿Acaso Jesús, María, José, Pedro... no son nombres judíos? Además, ¿qué es lo que hace "cristiano" a un nombre? ¿Que lo lleve un santo? Pues el cielo está lleno de personas que no conocemos, santos anónimos de los que no conocemos su nombre. Eso de poner un nombre "cristiano" era un hábito antiguo, que creía ya no se acostumbraba. Pero en fin, para que estés tranquilo y el sacerdote no pueda objetar nada, te informo que Melina proviene del nombre Melania, que significa "morena", y sí existe Santa Melania, y no una, sino dos.

Santa Melania "la Joven", religiosa. 31 de diciembre.

Nació en Roma en 383. Se le llama "la joven" para distinguirla de su abuela paterna, Santa Melania "la Anciana" (26 de enero). Sus padres, Publinico y Albina era de noble ascencencia, y estaban emparentados con Santa Paula Romana (26 de enero). A los 14 años se casó con Valerio Piniano, de 18 años y de noble familia. La boda fue el 6 de diciembre de 378. Tuvieron dos hijos, que murieron siendo pequeños, lo cual sumió a ambos esposo en la tristeza. Como eran piadosos, destinaron su fortuna, y también la que heredó Melania de sus padres, a construir hospitales, monasterios e iglesias. Juntos se adentraron en la oración y la penitencia guiados por San Pamaquio (30 de agosto).

Fueron conocidos y queridos por todo el clero y fieles romanos. De hecho se codearon con los ilustres prelados de su tiempo. En 406 visitaron a San Paulino de Nola (22 de junio), en 410 en Hipona conocieron a San Agustín (28 de agosto; 24 de abril, bautismo; 29 de febrero, traslación de las reliquias a Pavía; 5 de mayo, conversión; 15 de junio, en la Iglesia oriental) y a San Alipio (16 de mayo) en Tagaste. A esta ciudad se mudaron luego del saqueo de Roma por parte del vándalo Alarico y allí fundaron dos monasterios. En 415 viajaron a Alejandría, donde conocieron a San Cirilo (27 de junio). En 417 se trasladaron a Jerusalén, donde ambos comenzaron una vida de intensa piedad, meditación y oración, que les llevó a separarse y desear ingresar en la vida monástica. En 419 Melania se unió a las eremitas que dirigía San Jerónimo (30 de septiembre) y Valerio se unió a una comunidad monástica, alcanzando el cielo en 431.

En 432 Melania fundó su propio monasterio en el Monte de los Olivos, donde se vivía en estricta pobreza y oración constante, al estilo acemeta, y en el cual entraron muchas mujeres de mala vida, arrepentidas de su pecado. Solo abandonó su recinto Melania para viajar a Constantinopla en aras de atraer a la fe cristiana a Volusiano, su tío materno. Además, convirtió a muchos católicos que habían abrazado la herejía nestoriana, y encaminó por las sendas de la perfección a muchos ricos y nobles que vivían alejados de Cristo, entre lujos y vicios. Sobre 441 volvió la santa a Jerusalén, donde acompañó a la emperatriz Eudoxia por los Santos Lugares.

La Víspera de Navidad de 441 Melania avisó a las monjas que esa sería la última Natividad del Señor que pasaría con ellas. El día de San Esteban visitó la iglesia extramuros del santo diácono, donde elevó esta oración: "Señor, y Dios mío, a quien yo desde mi niñez elegí, y antepuse al matrimonio, a las riquezas, delicias, y fausto del mundo; a quien desde las primeras luces de la razón, hice único Dueño de todo mi ser; por cuyo respetoso filial temor, los huesos se pegaron a mi carne; que tuviste mi mano diestra, y me guiaste en los rumbos de tu Voluntad Santísima; oye ahora mi voz, y estas mis amorosas lágrimas muevan los raudales de tu Misericordia. Limpia las manchas de todos mis pecados, enséñame el camino para llegar a ti sin estorbo alguno. No me impida tanto bien el común enemigo. O Immortal, ¡bien sabes nuestra mortalidad frágil! ¡O Amador de los Hombres!, sabes que nadie está libre de culpas, y que todo hombre es tributario a la común mancha, aunque no tenga sino un día de vida, pero tú, borrando mis defectos, preséntame limpia en tu consistorio".

Regresó Melania a su monasterio ya enferma, y se fue debilitando poco a poco, hasta fallecer el 31 de diciembre de 446. Algunas fuentes citan como año el 439.


Fuentes:
-"La leyenda de oro para cada día del año". Volumen 3. PEDRO DE RIBADANEIRA. Barcelona, 1866.
-"Memorias venerables de los más insignes profesores del Instituto que plantó en la Iglesia su Doctor Máximo, el Gran Padre San Jerónimo". FR. FRANCISCO PI. O.S.H. Barcelona, 1776.


A 31 de diciembre además se celebra a
Santo Domingo Jáñez, mártir.
San Silvestre, papa.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Buscando lo oculto, se hizo popular.

San Léry de Bretaña, abad. 30 de septiembre.

Busto relicario.
Abadía de San Léry.
Según su leyenda nació en el siglo VII, en Britania, donde llevó una vida virtuosa hasta tal punto que se hizo muy famoso. Para huir de ello cruzó el mar para vivir como un ermitaño solitario en Bretaña. Fue discípulo de San Elouan (28 de agosto) y luego de la muerte de este ocupó su ermita, con el beneplácito del obispo San Bili (24 de noviembre) y del rey San Judicaël (16 de diciembre).

Además de vivir como eremita, Léry predicó el Evangelio en la región, siendo maestro de muchos jóvenes que quisieron vivir su estilo de vida. Por ello obtuvo el permiso de construir un recinto monástico, en el que se vivía pobremente, en oración y trabajo constantes. A su muerte fue sepultado en la capilla del monasterio y su sepulcro es aún venerado. 

En el siglo IX, San Winegrial (30 de septiembre), un monje de dicho monasterio fue degollado por unos parientes para robarle un dinero que guardaba el santo para edificar una basílica a San Léry. Cuando fue descubierto el crimen, hubo gran dolor en todos los que le conocían y durante los funerales, imploraban a San Lèry que desvelase a los autores del crimen. Y he aquí que de pronto el santo fundador hizo aparecer manchas de sangre en las ropas de los asesinos.


A 30 de septiembre además se celebra a
San Jerónimo, Padre de la Iglesia.
San Winegrial de St-Lèry, monje y mártir.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

El liante de Hechos de los Apóstoles.

San Juan Marcos, obispo. 27 de septiembre y 27 de abril.

Lo primero que sabemos de este personaje aparece en Hch 12, 12. Según la Sagrada Escritura, cuando San Pedro fue liberado milagrosamente de la cárcel se fue a la casa de una tal María, madre de Juan Marcos. Juan sería probablemente el nombre hebreo y Marcos su nombre romano. En Col. 4, 10 se nos dice que era pariente de San Bernabé (11 de junio). A Bernabé y a San Pablo acompañó Marcos en sus predicaciones apostólicas y según Hch. 13, Marcos abandonó la misión cuando esta se pudo complicada. Por ello San Pablo no lo quiso como compañero en su segundo viaje misionero, pero Bernabé sí, lo cual creó enemistad entre Bernabé y Pablo. Sin embargo, la cosa no fue a mayores, pues años más tarde, según Flm. 24, Marcos es compañero del Santo en la misión, junto a otros.

Tradiciones posteriores le hacen obispo de Biblos, siendo ilustre en milagros, tanto que su sombra sanaba a los enfermos. Otras tradiciones le hacen ser el mismo que el evangelista San Marcos, pero en realidad es una corriente que sólo sigue San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) y, curiosamente, algunas iglesias herejes.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo X. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 27 de septiembre además se celebra a
Santos Adolfo y Juan de Córdoba, mártires.
San Simeón Metafrastes, confesor y hagiógrafo.

jueves, 21 de septiembre de 2017

De dos a los que hicieron uno.

Pregunta: Estaba leyendo que el 27 de mayo es dia de San Cuadrado mártir. ¿sabes si es verdad? También leí en el mismo link que el 26 de mayo es día de San Cuadrado Apologista. México.

Respuesta: Sí, San Cuadrato, el mártir, es a 27 de mayo, y también tenemos a:

San Cuadrato de Atenas "el Apologista", obispo y mártir. 21 de septiembre y 26 de mayo.

Según Eusebio en su "Historia Eclesiástica", Cuadrato fue discípulo de San Juan Evangelista (27 de diciembre, 6 de mayo, "Ante Portam Latinam"; 8 de mayo y 26 de septiembre, Iglesias Orientales), y sobre el año 125 sucedió a San Publio (21 de enero y 31 de marzo), luego del martirio de este. Cuadrato unió a los fieles que le habían encomendado, que se hallaban divididos en varias facciones. Tuvo don de milagros y profecía. Fue martirizado por fuego en el año 129. 

Durante siglos se le confundió con un apologista cristiano llamado Cuadrato que vivió en Asia Menor en el mismo tiempo. Sobre mediados del siglo II escribió varios escritos al emperador Adriano, recriminándole por su persecución a los cristianos que, en fin de cuentas, si bien no le adoraban, sí que reconocían su autoridad imperial. Cuadrato le reclama un status parecido al que tenían los judíos, que estaban exentos de tributar tal adoración. Igualmente denuncia la injusticia del Imperio y de muchos gobernadores de culpar a los cristianos de calamidades y tragedias solo por no adorar al emperador, recordándole, además, que, cuando hay una calamidad pública, son los cristianos los primeros que corren a socorrer al pueblo.

Esta serie de cartas se convirtieron, en la tradición oral, un discurso que Cuadrato habría dicho ante Adriano mientras este visitaba Atenas entre los años 124 y 125, y que, según Eusebio, habría arrancado del emperador un Edicto favorable al cristianismo. Pero tal Edicto no existió nunca, ni consta que el aposlogista Cuadrato sea el mismo que el obispo de Atenas. No aportan nada ni San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias), ni los demás martirologios, porque solo repiten a Eusebio, haciendo un solo personaje de dos. 

Las Iglesias Ortodoxas conservan su memoria a 21 de septiembre, y la memoria del 26 de mayo parece ser una confusión con el mártir llamado Cuadrato que, como apuntas, se venera a 27 del mismo mes.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo X. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 21 de septiembre además se celebra a
Santa Efigenia de Etiopía, virgen carmelita.
Beato José Vila Barri, presbítero y mártir.

martes, 9 de mayo de 2017

San Tudy, contra el reuma

San Tudy de Bretaña, abad. 9 de mayo y tercer domingo de julio.

Vivió en el siglo VI y se sabe muy poco acerca de él. Unas leyendas le hacen originario de Gales y misionero en Bretaña, luego que huyera de los terribles pictos. Otras transcripciones le hacen discípulo de San Guénolé (3 de marzo), y otras, discípulo de San Maudez (18 de noviembre). Fue el fundador del monasterio en Ile Tudy, que luego sería trasladado a Loctudy, en el Finisterre. Actualmente se conserva solo la iglesia románica.

Su culto se conserva en varias regiones, probablemente llevado por monjes que salieron de su primitivo monasterio. En Cornwall también se le venera como originario de allí, además. Algunas reliquias se veneran en Groix, con una procesión el tercer domingo de julio, invocándolo contra los dolores reumáticos.


Fuentes:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 9 de mayo además se celebra a
Santa Catalina de Bolonia, mística clarisa.
San Mumbol de Lagny, eremita y abad.
San Beato de Thun, eremita.




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sábado, 7 de enero de 2017

Yo el altar, vosotros el templo.

San Luciano de Antioquía, presbítero y mártir. 7 de enero y 15 de octubre (Iglesias Griegas).

Nació Luciano nació en Samosata de Siria, en una familia cristiana que le enseñó la fe y el amor a las letras. A los 12 años quedó huérfano y Luciano dejó sus bienes a los pobres y se unió al presbítero Macario, en Edesa. Este presbítero continuó formándole en la fe y la Sagrada Escritura. A una fecha incierta, pero cerca de los 15 años fue ordenado presbítero. Uno de los aportes principales de Luciano fue la apertura de su escuela antioquena para la traducción, estudio y predicación de las Escrituras. Él tradujo las copias existentes en hebreo al griego. Y con tanta erudición y acierto, que fueron las usadas posteriormente por San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) en su famosa traducción de "La Vulgata".

La polémica rodea su figura por alguna tendencia subordinacionista en su teología trinitaria. El subordinacionismo planteaba que Cristo, aunque Dios, en algún grado tenía una realidad algo inferior y subordinada al Padre. Y el Espíritu Santo, lo mismo en cuanto a Cristo. Es una postura herética y en consonancia con el arrianismo, pero que él en realidad no compartió, sino que permaneció católico. El problema fue posterior, porque fue Arrio uno de sus discípulos, y muchos de sus otros alumnos tomaron partido por el arrianismo. Por ello San Alejandro de Alejandría (26 de febrero) y San Epifanio (12 de mayo) considerarían a Luciano el verdadero padre del arrianismo, movidos por lo que los mismos arrianos decían, que en Luciano hallaban su maestro. Pero el gran martillo de los arrianos, San Atanasio (2 de mayo), le exonera de semejante "paternidad" y nunca le llama hereje, ni le cita como autor de tal herejía. Tampoco lo hará San Juan Crisóstomo, sino todo lo contrario, como más adelante leeréis. Ciertamente estuvo Luciano excluido de la comunión con la Iglesia, pero por la condena y deposición del herético Patriarca de Antioquía Pablo de Samosata, cuyos seguidores le condenaron a su vez a Luciano. Pero hecha la paz, en 285 volvió a la comunión eclesial.

En la persecusión de Maximiano, Luciano fue escondido por algunos de sus discípulos, pero un presbítero hereje sabeliano delató su escondite y el santo fue arrestado y llevado a Nicomedia, donde fue sometido a la tortura del potro, dislocándole los huesos para que renunciase a Cristo. Al mismo tiempo le laceraban la espalda y los costados. Al ver que no se lograba nada con el tormento, le arrojaron a una celda, colmado de dolores. Estuvo allí 14 días padeciendo de hambre, aunque para tentarle le pusieron comida de la ofrecida a los dioses, que ni osó mirar. Al acercarse la solemne fiesta de la Epifanía del Señor manifestó a sus hermanos de cautiverio cuanto le gustaría celebrar y recibir la Eucaristía. Era difícil, pues ni siquiera podía ponerse en pie, ni había altar. Pero Luciano les dijo: "Mi pecho será la mesa, que creo que no será menos estimado de Dios que uno de material inanimado. Y vosotros seréis el templo santo, estando a mi alrededor". Y allí, sobre el pecho del mártir de Cristo, se celebró la Eucaristía, con los símbolos sagrados de pan y vino. Pronunciaron la acción de gracias y fueron fortificados con el Pan de los Ángeles.

Martirio de San Luciano.
El 7 de enero fueron los soldados enviados por Maximiano, para ver si todavía vivía y arrancarle una confesión de apostasía. Pero Luciano les dijo varias veces "yo soy cristiano", y murió dulcemente, en el año 312. El cuerpo fue arrojado al mar, pero 15 días después algunos discípulos suyos le hallaron en la playa. Por un error con una leyenda parecida, se forjó su propia leyenda de que un delfín había sacado el cuerpo del agua, pero en las versiones antiguas no hallamos semejante dato, sino hasta la versión de San Simeón Metafrastes (27 de septiembre y 28 de noviembre, Iglesias Griegas).

San Jerónimo le menciona con emoción y San Juan Crisóstomo le dedicó un bello panegírico celebrando su memoria el 7 de enero de 387, del que extraigo unos fragmentos:
"Quien recibe a un profeta en nombre del profeta recibirá el premio del profeta; y el que recibe al justo en nombre del justo, recibirá el pago del justo, así el que recibe al mártir en nombre del mártir, recibirá el premio del mártir. Y recibir al mártir es acudir a la conmemoración del mártir, es participar en la narración de sus combates, es alabar sus hechos, imitar sus virtudes, comunicar con otros la valentía de él. Estos son los regalos de huéspedes que hacen los mártires: ¡eso es recibir a estos santos, como vosotros lo habéis hecho en este día! 

Ayer nuestro Señor fue bautizado con agua, hoy su siervo es bautizado con sangre; ayer se abrieron las. puertas de los cielos, hoy las puertas del infierno han sido conculcadas. Y no os admiréis de que yo haya llamado bautismo al martirio, porque también aquí revolotea el Espíritu Santo con grande abundancia, y hay perdón de los pecados, y se obra una purificación admirable e increíble en el alma. A la manera que los bautizados se lavan con el agua, así los mártires con su propia sangre. Como sucedió también en este mártir. (…)

Cuando el demonio malvado observó que el mártir no se entregaba, ni a pesar de tan grande apretura y estrechez, llevó la prueba a un mayor extremo. Porque, habiendo tomado de las carnes ofrecidas a los ídolos, y habiendo colmado de ellas una mesa, procuró que la pusieran delante de los ojos del mártir, a fin de que la facilidad del manjar ya preparado y a la mano, disipara la firmeza de su fervor. Porque no se nos coge de la misma manera cuando no están a la vista los alicientes, como cuando están delante de los ojos. Del mismo modo que cualquiera sin duda vencería con mayor facilidad la concupiscencia de las mujeres no mirando a una mujer de bellas formas, que fijando constantemente en ella sus miradas. Pero aquel varón justo venció también en esta emboscada; y aquello que el demonio había creído que vencería su varonil firmeza, eso precisamente la acució más y la urgió para la batalla. Porque no solamente no recibió daño alguno de la vista de las carnes ofrecidas a los ídolos, sino que con mayor fuerza aún las apartó y las aborreció.

Una vez que el malvado demonio vio que nada adelantaba, lleva de nuevo al mártir al tribunal y lo sujeta a tormento y lo acosa con preguntas continuadas. Pero él, a cada una de sus persuasiones respondía solamente: '¡Soy cristiano!' Y como el verdugo le instara: '¿De qué patria eres?', respondió: '¡Soy cristiano'. Le preguntó de nuevo: '¿Qué arte ejerces?' Y él le contestó: '¡Soy cristiano!' '¿Cuáles son tus antepasados?' Y a todo respondía: '¡Soy cristiano!' Y con solas estas sencillas palabras quebrantaba la cabeza del demonio y le causaba heridas que se sucedían unas a otras. Y eso que el mártir había sido educado en las disciplinas seculares. Pero sabía perfectamente que en semejantes certámenes, no es útil la retórica, sino que lo necesario es la fe. No hay necesidad de agudos argumentos sino de un alma amante de Dios. ¡'Basta - decía - con una sola palabra, para poner en fuga a toda una falange de demonios!'

A quienes no examinan cuidadosamente, les parecerá esta contestación algo inconsecuente. Pero si alguno clava en ella su pensamiento, por ella misma conocerá la prudencia del mártir. Porque quien dice: '¡Soy cristiano!', con eso ha manifestado ya su patria, su linaje, su profesión y todo. ¿Cómo? ¡Yo lo voy a declarar! Porque el cristiano no tiene ciudad sobre la tierra, sino que su ciudad es la Jerusalén de allá arriba. Porque aquella Jerusalén que está allá arriba, dice el apóstol, es libre y ella es nuestra madre. El cristiano no tiene profesión de arte alguna terrena, sino que pertenece a la conversación de allá arriba, porque nuestra conversación, dice el apóstol, está en los cielos. El cristiano tiene por parientes y conciudadanos a todos los santos. Porque somos, dice el mismo apóstol, conciudadanos y domésticos de Dios. Así pues, el mártir con sola aquella palabra declaró quién era y de dónde y de quiénes y qué solía practicar, con toda exactitud. Y con esa palabra en los labios terminó su vida, y se marchó llevando a salvo el depósito de la fe en Cristo, y dejó a los postreros una exhortación con sus sufrimientos, a fin de que se mantengan firmes, y nada teman sino el ir a negar a Cristo y caer en pecado.
Por nuestra parte, una vez que hemos conocido tales cosas, en el tiempo de la paz preparémonos para la guerra; a fin de que cuando sobrevenga la guerra también nosotros levantemos un brillante trofeo. Despreció aquél el hambre, despreciemos nosotros el placer y destruyamos la tiranía del vientre, a fin de que si acaso sobreviene alguna ocasión que exija de nosotros firmeza, aparezcamos resplandecientes en el momento de la lucha, por habernos ejercitado previamente en las cosas pequeñas. Delante de los reyes y príncipes usó aquél de toda franqueza, hagámoslo también ahora nosotros; y si acaso nos encontráremos sentados en las reuniones de los varones ilustres y de los helenos abundantes en riquezas, confesemos ahí con toda franqueza nuestra fe y despreciemos los errores de ellos. Y si intentaren engrandecer y ponderarnos sus cosas y empequeñecer y deshacer las nuestras, no callemos, no llevemos el apocamiento hasta eso, sino que, descubriendo con grande sabiduría y franqueza de palabra sus prácticas vergonzosas, alabemos las de los cristianos. Y a la manera que el emperador ostenta en la cabeza su corona, así nosotros llevemos por todas partes la confesión de nuestra fe. Porque no le adorna tanto a él su corona en la cabeza, como a nosotros la confesión de nuestra fe".



Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Volumen I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916 
-http://full-of-grace-and-truth.blogspot.com/2010/04/st-loukianos-lucian-hieromartyr-of.html
-http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/pt/ffa.htm#b4



A 7 de enero además se celebra a Santa Sigrid de Thouars, virgen.

Santa Almedha, virgen y mártir.

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