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sábado, 19 de junio de 2021

Fundador de una tradición fraterna.

San Deodato de St-Dié, obispo y abad. 19 de junio. 

Nació Deodato en una ilustre familia de Bretaña, a inicios del siglo VII. Se le supone introducido en ambientes clericales y palaciegos, pues en 655 sucedió como obispo a Euquerio en la sede de Nevers. En 657 participó en el Sínodo de Sens, donde trabó amistad con los santos obispos San Ouen de Rouen (24 de agosto), San Eloy (1 de diciembre), San Amando de Maastricht (6 y 13 de febrero), San Faro (28 de octubre) y otros santos prelados. 

Su tiempo en la sede fue corto, pero fructífero, pues se nos dice que evangelizó vastas regiones de su sede. En 658 se retiró al bosque de Hagenau para hacer vida eremítica. Allí tuvo su primer discípulo, San Arbogast (21 de julio), quien luego sería obispo de Strasburgo. En 661 se trasladó a isla de Ebersheim, donde fundó un monasterio, que luego sería una famosa abadía dedicada a Santos Pedro y Pablo. Pero la dignidad abacial y la compañía de otros monjes no era lo suyo, por lo menos esta vez, por lo que renunció a su cargo y se fue a las soledades de Ongiville, en la sede episcopal de Basilea. Mas esa era una zona llena de salteadores y bandidos que no le dejaban en paz, aunque no le hacían daño. Así que se fue a las montañas de Los Vosgos, y se estableció en un valle. 

Pero nada, que allí tampoco hallaba la amada soledad y pronto tuvo muchos discípulos, por lo cual construyó una abadía en el mismo valle, hoy llamado St-Dié. Allí fue amigo de San Hidulf (11 de julio), también obispo dimisiorio de Tréveris con quien se reunía una vez al año para conversar de temas espirituales y disfrutar cada uno de la compañía del otro. En memoria de esos encuentros anuales, mientras existieron los monasterios los monjes de ambos recintos conservarían la costumbre de visitarse una vez al año para tener coloquios espirituales y confraternizar. 

Cuando Deodato se hizo mayor y no podía trabajar, se retiró a una capilla de San Martín anexa a la abadía, donde vivió en soledad y oración. Allí Hidulf le dio los sacramentos y le ayudó en el último tránsito, el 19 de junio de 679. A su vez, Deodato se le apareció en 707 a Hidulf para revelarle que su partida al Padre estaba cerca. Y el santo moriría ese mismo año. 

La vida de nuestro santo fue escrita en el monasterio de Mayenne, en el siglo IX con vistas sirviera para el Oficio Litúrgico propio del santo, el cual fue aprobado por León IX en 1049. 

Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo VI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Flos Sanctorum". RP. PEDRO DE RIBADENEIRA. Tomo III. Madrid, 1876.


A 19 de junio además se celebra a:

Santos Rémy Isoré
y Modesto Andlauer
jesuitas mártires.
Beata Miguelina,
terciaria franciscana.
Santa Rivanonne,
reclusa.
Beato Odo de
Cambrai, obispo.













MI LIBRO ELECTRÓNICO

"TUS PREGUNTAS SOBRE LOS SANTOS

(SANTOS PATRONOS DE LAS ENFERMEDADES)

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jueves, 13 de mayo de 2021

Del lirio inmaculado de Poitiers.

Santa Disciola de Poitiers, virgen. 13 de mayo. 

Fue sobrina de San Salvio de Albi (10 de septiembre). Siendo niña aún entró en la comunidad de monjas de Santa Cruz, fundada por Santa Radegundis (13 de agosto y 28 de febrero). Fue una jovencita muy humilde y alegre al mismo tiempo. Laboriosa y con grandes virtudes y dotes para la costura, el bordado y el trabajo de iluminación. Su abadesa, Santa Inés de Poitiers (13 de mayo), la quería mucho.

Por ello para todas las monjas fue muy doloroso cuando en 583 la joven enfermó de muerte. La rodearon de mucho amor y atenciones. El 13 de mayo del mismo año, a las 3 de la tarde, dijo a las monjas: "Me siento mucho más ligera ahora. El dolor ha dejado mi cuerpo. Ya no tienen que cuidar de mí. Tengan la amabilidad de irse ahora, para que pueda dormir un poco”. Al poco, las monjas regresaron y la oyeron orar: "Oh, santo siervo de Dios, bendíceme, esta es la cuarta vez hoy que has tomado mi dolor sobre ti. ¿Por qué soportas tanto sufrimiento sólo por el bien de una mujer tan despreciable como yo?" Las monjas le preguntaron a quién dirigía su oración, pero su respuesta fue suspirar y luego murió dulcemente. Al momento, su cuerpo se volvió blanquísimo, cual lirio. 

Fue sepultada entre cánticos en la cripta de la iglesia. Aún se venera allí su sepulcro, el de Santa Radegundis y el de la abadesa Inés, quien murió el mismo día y a la misma hora, en el año 588. 

Fuente:
-Heiligen Welkom


A 13 de mayo además se celebra a:

B. Guillermo Scoto,
trinitario.
Santa Rolendis, virgen.
San Juan Silenciario,
abad y obispo.
Santa Gliceria,
virgen y mártir.






lunes, 10 de mayo de 2021

San Guenganton de Vannes, obispo.

San Guenganton de Vannes, obispo. 10 de mayo y 27 de septiembre (Todos los Santos Obispos de Vannes) 

No se sabe mucho de este santo, también llamado Higentin. Fue elegido obispo de Vannes en 657, y murió dos años después, por lo que de su labor pastoral nada podemos decir. Sólo se conoce un hecho de él: fue quien ordenó presbítero a San Mériadec (7 de junio). Este le sucedería a su muerte en 659. 

La abadía de San Magloire de Léhon dice tener reliquias suyas. Además, se le venera en su propia iglesia de St-Ganton, Francia.


A 10 de mayo además se recuerda a:

Santa Solange,
virgen y mártir.
San Comgall, abad.
San Job, Patriarca.
San Calepodio, mártir.









sábado, 20 de marzo de 2021

San Eberhard de Berg, abad

San Eberhard de Berg, abad . 20 de marzo y 22 de julio.

Nació en el castillo de Berg, en Turingia, y fue hijo del conde de Hilpoldstein. Sus hermanos fueron el conde Adolfo II de Berg y la Beata Bertha de Biburg (6 de agosto). En 1129 tomó el hábito cisterciense en el monasterio de Morimond. En 1133 sus hermanos le cedieron el castillo familiar para convertirlo en un monasterio del Císter.

Su cuñado, Sizzo III de Käfernburg había fundado tres años antes la fortaleza-monasterio de San Jorge en Altemberg, cerca de Gotha, el cual servía como baluarte defensivo a la familia frente a los turingios y lo entregó a Eberhard para que también lo poblara con monjes del Císter, siendo él mismo su abad. 

Sería un célebre edificio durante siglos, en el cual se forjarían alianzas políticas y comerciales, al mismo tiempo que varias comunidades religiosas lo habitarían. Fue de monjas premonstratenses, y entre ellas brilló la Beata Gertrudis de Altemberg (13 de agosto), hija del Beato Luis IV de Turingia (11 de septiembre) y Santa Isabel de Hungría (17 de noviembre y 2 de mayo, traslación de las reliquias).

Eberhard falleció entre 1145 y 1152 en Asolveroth.



A 20 de marzo además se celebra a

 




sábado, 6 de marzo de 2021

Peleó por el papa, peleó por reliquias.

San Crodegand de Metz, obispo. 6 de marzo. 

San Crodegand defiende al papa
Nació en Brabante a inicios del siglo VIII, en una familia noble, emparentada con el rey Pipino III. Fue educado desde niño en la abadía de San Trudo, con vistas a prepararse para ser un buen cortesano. Y así, fue canciller Pipino III y en 737, pasó a ser Primer Ministro de Carlos Martel. 

En 741 murió el obispo de Metz, San Sigebald (26 de octubre), y nuestro santo fue nombrado sucesor al año siguiente, al mismo tiempo que cumplía sus funciones políticas. Fue apóstol y diplomático al mismo tiempo, logrando excelentes resultados en ambas funciones. Entre los lombardos llevó a cabo la liberación del papa Eugenio II quien, en gratitud, elevó a Metz a la categoría de arquidiócesis y confirmando a Crodegand como primer arzobispo. Además, le dio el privilegio de poder ordenar obispos en cualquier diócesis de Francia.  

En Metz comenzó una intensa labor reformadora, regulando la vida de los canónigos, introduciendo la liturgia romana para dar uniformidad litúrgica y reformando los monasterios. Ademñas, fundó el monasterio de San Pedro y dos abadías más en Lorsch y Gorze. Sobre esta fundación hay un suceso muy curioso: para esta abadía el santo hizo trasladar desde Roma las reliquias de San Gorgonio (9 de septiembre). Al pasar por el monasterio de St. Moritz con las preciadas reliquias (también llevaba las de Santos Nabor y Félix, 12 de julio), los monjes de este monasterio le dijeron que “de eso nada, estas reliquias se quedan aquí”. Así mismo, los monjes escondieron las reliquias y se negaron a dejar que se las llevaran. Crodegand pidió ayuda al rey, el cual amenazó con entrar por la fuerza al monasterio, pero nada. Viendo que no había solución pacífica, el mismo San Mauricio (22 de septiembre) se animó, salió del sepulcro y comenzó a golpear el relicario para demostrar que las reliquias debían compartirse. Ante este portento, los monjes le devolvieron a Crodegand las reliquias de San Gorgonio, Nabor y Félix (las de estos dos fueron a los monasterios de Avold y Lorsch). El monasterio de Gorze se convertiría en el centro neurálgico de la devoción a San Gorgonio. 

Crodegand murió el 6 de marzo de 766. Fue enterrado en su querida abadía de Gorze. 


A 6 de marzo además se celebra a 

S. Cirilo de Constantinopla,
obispo carmelita
.
Los 42 Mártires
de Ammoria
San Olegario
de Tarragona, obispo
.








miércoles, 17 de febrero de 2021

Padre de los presos, enfermos y leprosos.

San Silvino de Thérouanne, obispo. 17 de febrero. 

Nació hacia el año 650 y fue pariente de la reina Santa Plectrude (10 de agosto), esposa de Pipino de Herstal. Sirvió como funcionario en la corte al servicio del rey Childerico II. En un viaje a Roma el papa San Agatón (10 de enero), lo ordenó obispo, dándole la encomienda de evangelizar la zona de Thérouanne. Como no se le menciona en el episcopologio de Thérouanne, del siglo XI, se cree en realidad fue uno de los tantos obispos misioneros itinerantes, sin sede fija. 

Fue el santo un gran apóstol en la región, convirtiendo a muchos del paganismo, liberando esclavos y construyendo numerosas iglesias. Fue un gran protector de los pobres y desamparados. Peregrinó a Tierra Santa en una ocasión, trayendo muchas reliquias para su iglesia local. Tuvo muchas manifestaciones de su ángel de la guarda, quien le libró en varias ocasiones de los peligros. 

Su "vita" dice: "Consiguió liberar a prisioneros de todo el mundo: los hacía aceptar el amor de Cristo y les dejaba a donde quisieran, después de haberlos impregnado con la verdadera doctrina y firmado con una cruz santa en la frente. Cuando los enfermos llegaban a él con alguna enfermedad, primero comenzaba a pedir la inconmensurable gracia de Dios en su corazón; luego su cuidado se dirigía primero al alma del necesitado; luego los bañaba o los untaba con aceite y les daba la gracia de la Sagrada Comunión. Si no estaban impedidos por otra enfermedad, los mandaba ir a casa con excelente salud (…) Cuidó a los leprosos, sanó a los cojos, volvió a poner las extremidades en sus pies e hizo que los ciegos vieran. Quienquiera que acudiera a él, con cualquier enfermedad o incomodidad, lo devolvía a la Santa Iglesia, sano y salvo”. 

Después de años de misión fundó un monasterio bajo la Regla benedictina en Auchy-lès-Hesdin, al norte de Amiens, y allí se retiró como un simple monje. Así vivió muchos años, alimentándose solamente de la Sagrada Comunión, hasta que subió al cielo el 17 de febrero de 720. 

La "vita" antes mencionada fue escrita en el siglo IX, más o menos 100 años luego de su muerte, cuando la abadía ya había pasado a ser femenina. La monja que la escribió dice remitirse a las declaraciones de un obispo que conoció a Silvino.


A 17 de febrero además se celebra a:

lunes, 18 de enero de 2021

San Albero de Montreuil, obispo.

San Albero de Montreuil, obispo. 18 de enero. 

Nació sobre 1080, en la familia de los condes de Montreuil. Estudió en las mejores escuerlas catedralicias del momento, fundgió como canónigo algunos años y en 1131 fue nombrado arzobispo de Tréveris. Fundó las abadías de Himmerod, Wadgassen y Arnstein. Fue legado papal en Alemania, y amigo personal del Beato Eugenio III (8 de julio), a quien acogió algún tiempo en Tréveris. También fue amigo de San Bernardo (20 de agosto). 

Albero murió en Koblenz, el 15 de enero de 1152. Su sepultura está en la abadía de Himmerod. 


A 18 de enero además se recuerda a:



S. Margarita de Hungría,
princesa y religiosa
San Máximo de Serbia,
déspota y obispo
Beata Regina Protmann,
virgen fundadora

jueves, 14 de enero de 2021

"Mucho pequé, mucho me penitenciaré..."

Beato Amadeo, religioso cisterciense. 14 de enero.

Nació a inicios del siglo XII, en Altaripa, en el Delfinado, territorio vasallo del Sacro Imperio Germánico. De su juventud nada conocemos, salvo que en plena juventud heredó el gobierno del Delfinado y que fue un gran aliado del emperador Conrado "el Sálico", a quien sirvió en varias contiendas y quien le recompensó con el señorío de Hauterives. Fue casado con una noble dama quien le dio dos hijos, el varón llamado también Amadeo. 

Hacia los 25 años comenzó a interesarse más profundamente en los asuntos de la religión, aumentando su piedad, confesándose frecuentemente y comulgando siempre que le permitían. Comenzó a considerar lo vacuo de la vida, lo vano del mundo, y se decía a cada momento: "¿De qué me sirven esta libertad pasajera, estas delicias, si acaso me atraen un eterno cautiverio? ¿De qué lo exquisito de los vestidos, si desnudo he de sufrir los suplicios eternos? ¿y para qué, en fin, estos largos, y suntuosos convites, si después acaso pereceré de hambre?"

Todas estas consideraciones le llevaron a separarse de su familia, renunciar a todo derecho de gobierno y, con su propio hijo y junto a 16 de sus caballeros a los que había convencido, irse al monasterio cisterciense de Bonaval que el mismo había permitido que San Juan de Valence (21 de marzo) fundara en el Delfinado. Fueron recibidos por el abad Juan, quien les recibió escéptico, dudando que aquellos hombres acostumbrados a la buena vida se adaptaran a la austeridad del Císter. Así se los expuso, a la par que les contaba lo duro de la observancia monñastica. "No queráis Padre Venerable" – dijo Amadeo – "atemorizar de ese modo a vuestros siervos. Mucho hemos pecado, y por lo mismo necesitamos de mucha penitencia. Para cumplirla pedimos vuestra compañía postrados a vuestros pies. Hemos dejado los deleites, ¿Cómo volveremos segunda vez a ellos? Con la ayuda de Dios, y la de vuestras oraciones cumpliremos con todo cuanto nos habéis insinuado".

Y con esa disposición fueron admitidos, salvo el pequeño hijo de Amadeo, quien fue destinado a la escuela del monasterio, por ser muy pequeño para tomar el hábito. El abad les dejó claro que no haría concesiones con ellos por más caballeros que fueran, y que su primer oficio sería el de la labranza del campo, el cuidado de las ovejas y la limpieza de los establos. Fue Amadeo un feliz monje desde el inicio. Pronto se hizo al trabajo y a la oración constante. Cumplía exactamente sus obligaciones, era el primero en asistir a sus hermanos enfermos y era ejemplo para todos de mansedumbre y penitencia.Algunos de los mancebos flaquearon un momento, pues el trabajo duro nunca había sido lo suyo. Viéndolo Amadeo, les arengó con inspiradas palabras y los débiles se animaron enseguida. 

Hay un episodio en su "vita" no muy claro, y es que durante un año Amadeo pasó a la Orden Cluniacense. El motivo más repetido en las leyendas es que, buscando que su hijo recibiera una completa educación, digna de su nacimiento, se fue con él a Cluny. A saber. Como sea, de nuevo le hallamos en Bonaval, luego de haber llorado su inconstancia. Quedó en la portería, como Hermano externo, no considerándose digno de estar con los demás monjes ni con sus antiguos compañeros. A los dos días el abad le permitió volver a la regularidad monástica, pero Amadeo le suplicó: "No permita Dios que yo, perversísimo pecador me una tan breve a mis hermanos. Aquí será mi morada hasta que mi penitencia se haga tan patente a toda esta comarca, como lo fue mi delito. Aquí perseveraré llamando y pidiendo perdón de mis excesos. Solo os suplico me permitáis alimentarme de las limosnas que a la portería se distribuyen entre los pobres, y esto será también exceso para mí, indigno de tanta caridad".

Y allí quedó, sirviendo a los peregrinos y disciplinándose en público durante dos semanas, hasta cuando la caridad le obligó a volver a la vida regular. Sucedió que el abad Juan, viendo que no podía vencer su humildad, le dijo que él mismo permanecería allí con él en la portería hasta que entraran juntos. Ver a su abad durmiendo en el suelo, comiendo sobras y sin ir al coro, venció a Amadeo, quien resolvió hacer caso a su padre Abad y entrar al monasterio. Una vez dentro Amadeo se desempeñó en los trabajos más serviles y repugnantes, como el de extraer la grasa de la piel de cerdo, usada en el monasterio para ablandar zapatos y pergaminos. Se encargó de la lavandería, donde besaba los paños manchados o que habían envuelto las llagas de los enfermos.

Fue comisionado por el Abad Juan para la edificación del monasterio de Mansiad, en Biviers. También trabajó en la fundación de Montperoux y Lincél, siendo de admirar su tesón, capacidad de organizar y enseñar los oficios. En alguno de estos monasterios quisieron que se quedara a vivir, pero temiendo le eligieran prior o le llamaran fundador, nunca accedió.

Siendo anciano ya, supo que su hijo Amadeo había sido nombrado abad de Altacumba por el gran San Bernardo (20 de agosto), quien le había educado (por esto no se entiende la anterior versión de su huida a Cluny). Le visitó Amadeo allí, y padre e hijo vivieron días de gran felicidad junto, aunque nuestro Amadeo no dejó de reverenciar a su hijo en público como a un Abad, dando ejemplo a los demás monjes. Comprobó Amadeo que su hijo había sido bien instruido y tenía una sólida virtud, siendo ello de gran consuelo para su alma. Llegaría el buen Amadeo hijo, a ser obispo de Lausana, en 1131, con gran gozo de su padre, que le acompañaría en su consagración episcopal. le veneramos en el santoral como San Amadeo de Lausana (31 de marzo y 30 de agosto)

El Beato Amadeo falleció santamente el 14 de enero de 1144, siendo sepultado en el cementerio de Bonaval. En el siglo XV su memoria litúrgica entró al martirologio de la Orden del Císter.


Fuente:
-"Médula Histórica Cisterciense". Volumen 3. ROBERTO MUÑIZ O.Cist. Valladolid, 1780.

A 14 de enero además se recuerda a:


Santa Macrina,
viuda
.
Beato Odón,
monje cartujo
.
San Engelmar,
eremita mártir
.










viernes, 3 de agosto de 2018

"Más usó de misericordia, que de justicia"

San Waltheof de Melrose, abad cisterciense. 3 de agosto y 22 de mayo, traslación de las reliquias.

Waltheof (Walet, Walen, Walef) nació en Escocia, en 1095. Su padre fue Simón I de St. Liz y su madre Matilde de Senlis. Curiosamente, su madre se casó con este Simón que en realidad estaba destinado a casarse con Judit, madre de Matilde. Pero la condesa Judit se negó a casarse con él, desobedeciendo las órdenes de su tío el rey Guillermo el Conquistador. Este montó en cólera y expulsó a su sobrina del país, admitiendo el matrimonio de Matilde con quien debía ser su padrastro: Simón.

El matrimonio tuvo tres hijos, siendo nuestro santo el más pequeño. En 1109 falleció el padre y la madre contrajo matrimonio, cuatro años más tarde, con San David I, rey de Escocia (24 de mayo). El rey David fue un buen padre para los hijos de Matilde, y aunque no heredarían el trono, pues tendría David su propio hijo, Enrique, les dio buenos puestos en la corte y amplios territorios. Waltheof fue Ballestero del rey, un cargo honorífico relacionado con la cetrería y la caza, acompañando al monarca siempre que salía de batida. Estos momentos le servían para recrearse en la soledad y la contemplación, pues era dado al silencio y recogimiento, más que al bullicio, intrigas y devaneos de la corte. Dirigía su alma con San Aelred de Rielvaux (12 de enero), amigo y director del rey David.

Cuando llegó a la primera juventud, Waltheof era un joven bello y elegante, de finas maneras, inteligente y culto, por lo cual se convirtió en excelente partido para las damas escocesas. Se esperaba hiciera un buen matrimonio, pero el corazón del joven se inclinaba a la vida religiosa, aunque dilataba su decisión. Dice su leyenda que una dama de palacio se prendó de él y le regaló un valioso anillo, que Waltheof aceptó solo por agradecimiento, pero apenas se lo puso, se encendió en él una pasión encendida por la dama, quien parecía pronta a corresponderle. Entonces el santo tomó la prenda, la arrojó al fuego y salió huyendo del palacio, yéndose al monasterio de San Osvaldo, de Canónigos Regulares, quienes le dieron la sotana clerical sin dilaciones. Entre 1128 y 1131, a los tres años de profesión canonical, fue ordenado presbítero y nombrado prior de Kirkhean, un prestigioso y rico priorato, el cual reformó, llevando a los canónigos a mayor austeridad y observancia del Oficio Divino.

Dícese que estando celebrando la Santa Misa una día de Navidad, al elevar la Hostia vio en su lugar un hermoso Niño con vestiduras resplandecientes que le sonreía, y que desapareció luego de bendecirle. Desde entonces el santo quedó lleno de gozo constante, desarrollándose en él los dones de lágrimas, consuelos, conocimiento de espíritus y profecía. En otra ocasión estando diciendo misa un canónigo cayó en el cáliz una araña, que dio escrúpulo al celebrante. Waltheof ordenó al canónigo que consumiera el sanguis confiando en Dios y este lo hizo, tragándose el bicho. Y la virtud de la obediencia hizo el milagro: esa misma tarde, en presencia de todos, el canónigo arrojó la araña viva. Milagro parecido se lee de San Conrado de Constanza (26 de noviembre), San Norberto (6 de junio; 7 de mayo, traslación de las reliquias y 11 de julio, triunfo sobre Tanchelmus) o el Beato Francisco de Fabriano (22 de abril).

Su fama de buen prelado, virtudes y milagros pronto le hicieron conocido fuera de Escocia y por ello en 1140 el pueblo y clero de York pidieron al rey Esteban de Inglaterra que se lo enviaran por obispo. Pero porque no era la voluntad ni del rey (la conexión familiar del santo con la monarquía escocesa le hacía recelar), ni de Dios, el nombramiento no se hizo efectivo, con consuelo de Waltheof, que para nada aspiraba a ser obispo. Todo lo contrario, viendo que su vida en religión no era lo suficientemente escondida y austera que deseaba, en 1143 se determinó tomar el hábito cisterciense. Lo consultó con Aelred, quien le dio su bendición y le envió a la abadía de Wardonia, donde fue recibido con tanto júbilo como pena sintieron los Canónigos Regulares con su ida.

Ruinas de la abadía de Melrose.
Este monasterio había sido fundado por Simón, hermano mayor del santo, quien no veía con buenos ojos su huida del mundo, así que apenas supo que Waltheof había tomado el hábito en "su" monasterio, descargó toda su ira contra los monjes, amenazando incluso con quemar el monasterio sino echaban fuera a su hermano. Como los monjes no temieron, entabló un juicio eclesiástico, en el cual obtuvo la razón, por miedo del arzobispo. Entonces el abad le trasladó al monasterio de Rielvaux, bajo el cayado de Aelred, y fuera del dominio de Simón, quien quedó frustrado.

Nueva guerra tuvo el santo en su nueva Orden: tentaciones contra la pobreza, la austeridad, la observancia. Todo se le hacía difícil de cumplir, y comenzó a añorar la vida cómoda del priorato, a excusarse con la salud, la complexión, etc., hasta que temiendo cosa fuera del demonio clamó a Dios: "Dios Omnipotente, Creador, y disponedor de todas las cosas, dame a entender si es de vuestro agrado el que yo persevere en esta sagrada Orden, o que me restituya al Canonicato; y líbrame de esta tentación, que tanto aflige a mi alma". Y en el acto se vio arrebatado en espíritu y trasladado desde su celda al sitial del coro que solía ocupar, teniendo el breviario en sus manos. Desde entonces no volvió a tener tentaciones de esta índole y fue un ejemplar religioso, observante de las leyes y extremadamente mortificado y orante.

Sobre 1148 Aelred destituyó a Ricardo, abad de la recién fundada abadía de Melrose (no confundir con la fundada por San Aidan en el siglo VII), y eligió a Waltheof para comandarla, con el beneplácito del rey David. Si como monje había sido un celoso religioso, como abad, además, sería un excelente padre de sus monjes. Bajo su mandato se fundaron los monasterios de Mouray y de Cumbria, célebres por su belleza y la piedad de sus monjes. Fue Waltheof misericordioso, más que justo, con las transgresiones de los monjes, a los que prefería exhortar que reprender o humillar. Hizo suya la máxima de San Hugo de Cluny "el Grande", (29 de abril): "en caso de estar en mi arbitrio, más querría usar de misericordia con el pecador, que de justicia". Y esto le bastaba para que los monjes no quisieran causarle dolor alguno incumpliendo la Regla. Pero si era suave con los demás, consigo mismo era durísimo, no perdonándose nada que le pareciera pecado o falta. Se disciplinaba diariamente por sus pecados y por los de los demás, ayunaba siempre y se confesaba regularmente, siempre con grandes lágrimas.

Además de estas virtudes, el santo destacó por su compasión y caridad para con los pobres y necesitados. Más de una vez hizo vender los rebaños del monasterio para socorrer sus necesidades y en un año en que una hambruna asoló Escocia, más de 4000 personas llegaron a rodear el monasterio pidiendo limosna. El santo mandó a los monjes que les ayudasen a levantar cabañas y cobertizos para guarecerse y al cillerero (despensero de los monasterios) que les asignase ración diaria de pan hasta las cosechas. Y por milagro, el pan que solo tenían los monjes para unas dos semanas, rindió para tal cantidad de personas por tiempo de tres meses. En una segunda ocasión de escasez, propuso nuestro santo a sus monjes dar la mitad del pan que les pertenecía de ración a los pobres. Y mientras hicieron este acto heroico de caridad, he aquí que cada día aparecía un pan blanco para cada monje en el refectorio.

Por tantas virtudes y prodigios lo quisieron por arzobispo primado los escoceses, pero ni la orden del rey David ni la autoridad de San Aelred le movió a aceptar la dignidad episcopal. A Aelred contestó: "Despojéme de mi túnica, ¿cómo es posible, que la vuelva a vestir? He lavado mis pies, no permita Dios, que yo los vuelva a manchar con el lodo de los negocios del siglo". Y luego en secreto le reveló que si se le obligaba a aceptar aquel cargo en el que Dios no le quería, moriría pronto. A los que le presentaban la embajada de parte del clero replicó: "Creedme, que elegiréis, y tendréis por prelado a otro que a mí". Luego, señalando con la mano el lugar donde más tarde estaría su sepultura, añadió: "Veis aquí mi descanso: aquí habitaré para consuelo de mis hijos todo el tiempo que fuese del agrado del Señor".

Dibujo del sepulcro del santo
según se veía en el siglo XX
En 1159 ya estaba Waltheof cansado, y su cuerpo se hacía notar todos sus ayunos y penitencias. A mediados de año le llegó el primer signo de su pronta partida: unas fiebres primaverales que ya no le abandonarían. Poco a poco se fue consumiendo, aunque desde su lecho de la enfermería continuo asistiendo y sirviendo a sus monjes. Diariamente tenía largos ratos de contemplación que le iban acercando al definitivo encuentro con el Amado. A finales de junio dejó de comer, permaneciendo más de un mes alimentándose solo un par de veces de la comunión. A finales de julio se le administraron los Santos Sacramentos, que recibió con mucha devoción. Perseveró dos días sufriendo pacientemente los dolores sin quejarse. El día 1 de agosto tuvo un éxtasis elevadísimo y al salir de este, dijo: "Oh, si yo pudiera daros a entender las muchas y prodigiosas cosas que he visto". Y exhaló su espíritu.

Sus funerales fueron muy solemnes y concurridos. Se le sepultó en la Sala del Capítulo, en un sencillo sepulcro que aún en el siglo XX podía verse, a pesar de la destrucción a la que fue sometida tan bella abadía. Su sucesor, el abad William se negó a que Waltheof recibiera culto alguno como santo, pero su sucesor, el abad Joscelin, promovió el culto al santo más allá de los muros del monasterio, y para ello el 22 de mayo de 1171 trasladó el cuerpo incorrupto a un bello sepulcro de mármol situado en la iglesia abacial, abierta a los devotos. También fue Joscelin quien escribió la "vita" del santo. En 1207 se volvió a hacer una traslación e igualmente se certificó la incorrupción del cuerpo. Su memoria litúrgica, propia de Melrose, pasó a toda la Iglesia escocesa en el siglo XV.


Fuente:
-"Medula Histórica Cisterciense". Volumen 3. R.P.F Roberto Muñiz O.CIST. Valladolid, 1784.
-"Saint Waltheof". REV. JAMES B. P. BULLOCH, B.D. SCOTTISH CHURCH HISTORY SOCIETY. 1955.

A 3 de agosto además se celebra a:


La Invención
de San Esteban.
Santas Marana y
Cira de Berea, reclusas.
Beato Pedro de Cesis,
General Carmelita.






lunes, 25 de junio de 2018

Del fundador no fundador.

Beato Juan "el Hispano", monje cartujo. 25 de junio.

Nació Juan en Almansa, León, sobre 1123. A los 13 años se fue a Francia con un amigo en busca de conocimiento y aventura. Estudió en Arlés, donde le conoció una noble familia que prendada de él por su actitud hacia el estudio, le ayudó económicamente a continuar estudiando cuando el joven Juan quedó casi en la miseria.
A los 16 años ya era Lector de Filosofía y antes de volver a su tierra quiso determinar su camino en la vida tomando unos días de retiro en el monasterio basiliano de la ciudad. Allí un monje muy santo y sabio le dijo que el Señor le llamaba a la vida monástica. 

Sin más, Juan dejó el mundo y en una celdilla anexa al recinto se puso bajo las órdenes del monje, quien le formó para la vida religiosa. Se aplicó tanto el joven en la oración, el ayuno y la penitencia que cayó enfermo, siendo sanado milagrosamente. Templó su austera vida y pronto progresó en la virtud. A los 20 años era tan avezado en la vida ascética que los basilianos querían hacerle prior, pero el santo Juan ya tenía otros planes, y Dios también.

Quería el joven una vida de mayor recogimiento y por ello se fue a la Cartuja de Montrieux, célebre por la santidad de sus monjes. Terminado el Noviciado fue ordenado presbítero antes de terminar la Teología. Su primer oficio, ya sacerdote, fue ocuparse de la sacristía. Su piedad, erudición y caridad para con todos eran tan ejemplares que antes de los 30 años le eligieron los monjes prior de la comunidad. Emprendió la restauración del monasterio y la iglesia, la ampliación de la biblioteca y del mejoramiento de las técnicas de trabajo de los monjes. Y tanto prosperó el monasterio que un vecino poderoso, envidioso de ello, intentó usurpar las tierras de labranza. El beato Juan se le enfrentó, y el noble cambió de táctica: comenzó a influir desde dentro, sembrando insidias en algunos monjes para que eligieran otro prior. Esta guerra sucia también la perdió el malvado, quien amenazó directamente con arruinar el monasterio.

Entonces Juan y los monjes fieles se retiraron a la Gran Cartuja, donde el Prior San Antelmo de Belley (26 de junio) les recibió paternalmente. Allí estuvieron poco tiempo, pues providencialmente el señor de Faucigny pidió a la Gran Cartuja le mandasen monjes para fundar una cartuja en el valle de Béol, Saboya. Juan y sus monjes la fundaron, luego de muchas estrecheces, el 22 de enero de 1151. Había habido allí un monasterio antes, pero la fundación había fracasado. En 1152 asistió al Tercer Capítulo General presidido por San Antelmo. Llamó la atención de los otros capitulares por su semblante austero y penitente, su entrega al estudio y la oración, y su capacidad práctica, como buen místico.

Se le considera fundador de las monjas cartujas por esta razón: las monjas benedictinas de Prebayón, que le conocían bien, le pidieron que les escribiera una versión de las "Costumbres" de de Dom Guigo, para ellas así formar parte de la Orden Cartuja. San Antelmo dio el visto bueno, iniciándose así la vida cartujana femenina.


Abadía de Montrieux.
El 25 de junio de 1160, con solo 37 años de edad, el prior Juan entregaba su espíritu al Creador. Su sepultura fue signo de su humildad hasta el extremo: había ocurrido años antes que dos sirvientes habían fallecido en una avalancha y Juan, siendo prior, les había mandado a enterrar en pésimo sitio. Los superiores le reprendieron por ello y Juan, siempre que podía decía a sus religiosos que, en expiación por aquel error, él debía ser enterrado fuera de la clausura, junto las víctimas de su de error. Así lo hicieron los monjes, lo cual provocó que muy pronto su sepulcro estuviera rodeado de la atención de los devotos, cosa extraña a los cartujos.

Numerosos milagros ocurrieron allí durante siglos, hasta que en 1659 el obispo de Ginebra trasladó los huesos a la iglesia monástica, reconociendo, al menos localmente, su culto. En 1791 dos piadosos montañeses salvaron los huesos de la furia revolucionaria y lo smantuvieron ocultos hasta 1800, cuando los devolvieron a los monjes, ya restaurada la Cartuja. Pio IX, confirmó el culto del Beato Juan el 14 de julio de 1864.

Fuente:
-"Santos y Beatos de la Cartuja". JUAN MAYO ESCUDERO. Puerto de Santa María, 2000.

A 25 de junio además se celebra a:


Santa Febronia,
carmelita mártir.
B. Daniel de Almaark
y compañeros mártires.
S. Pazanne, Macrina
y Columba, vírgenes.





Santa Almedha, virgen y mártir.

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