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lunes, 14 de junio de 2021

"Morir como mártir sería una gracia que no merezco." Mas la mereció.

Beato Cosme Spessotto, franciscano mártir. 14 de junio.

Nació el 8 de enero de 1923 en Treviso, Italia. A los 12 años, con una fuerte vocación franciscana y misionera entró al Seminario Menor de los franciscanos en Lonigo. Luego de estudiar el bachiller, el 17 de noviembre de 1940 hizo su profesión. Terminada la teología en 1947, fue ordenado presbítero al año siguiente, 1948. 


Quiso ser misionero en China, pero este era un país muy convulso en aquellos momentos, por lo cual fue enviado a El Salvador, a la comunidad pobre de San Juan Nonualco. Allí desarrolló una intensa actividad apostólica y de promoción humana. Construyó una escuela, una nueva iglesia, talleres de oficios. Era amigo y padre de los campesinos, siempre dispuesto para todos.  


En los años 70 la dictadura de Arturo Armando Molina se recrudeció, especialmente con los campesinos, a quienes los terratenientes, amparados por los militares, les arrebataban sus tierras constantemente. La izquierda organizó guerrillas para oponerse al gobierno. Los ataques, extorsiones, violaciones de derechos humanos y crímenes se recrudecieron de ambos bandos, y en medio los campesinos. El padre Cosme permaneció fiel a sus feligreses, sin tomar partido político, pero siempre defendió a los pobres y desplazados.  


Fue amenazado de muerte varias veces, mas él no se arrendró. Ayudó a la liberación de prisioneros, a repartir comida, medicinas y ropa a los pobres. Denunció los excesos de la dictatura y de las guerrillas. El 14 de junio de 1980, día del Inmaculado Corazón de María, los franciscanos celebraron las honras fúnebres de un estudiante asesinado por los militares, en el cual la rabia de los campesinos fue palpable. Esa misma noche el padre Cosme fue asesinado por dos desconocidos, mientras oraba en la iglesia parroquial. Días antes de su martirio había escrito: "Tengo la sensación de que, de un momento a otro, personas fanáticas me quitarán la vida. Que el Señor, en el momento oportuno, me conceda la fuerza para defender los derechos de Dios y de la Iglesia. Morir como mártir sería una gracia que no merezco. Lavar con la sangre derramada por la causa de Cristo todos mis pecados, defectos y debilidades de la vida pasada sería un don gratuito del Señor. Ya desde este momento, perdono y pido al Señor la conversión de los autores de mi muerte". Y así fue 


El gobierno intentó culpar a la guerrilla de izquierdas, pero en el proceso de canonización ha probado que no fue así. También, visto que el santo religioso no tomó partido por ideología alguna, el crimen por “odium fidei” es evidente. Su proceso de canonización como mártir de la fe se inició el 15 de junio de 2000. El 28 de mayo de 2020 se reconoció su condición de mártir. Su beatificación aún no se ha realizado. Aquí le llamo beato sin querer adelantarme al juicio de la Iglesia, sino esperando que al momento que se publique esta entrada, ya haya sido proclamado Beato. 


A 14 de junio además celebramos a


San Dogmael,
ermitaño
 
San Eliseo, Profeta.
Ss Valerio y Rufino,
 mártires
.
San Hartwig de
Saltzburg, obispo.










 





OS RECOMIENDO MI LIBRO SOBRE SANTOS PATRONOS DE ENFERMEDADES Y DOLENCIAS:


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viernes, 24 de agosto de 2018

Despreciada por pobre, amada por su pobreza.

Beata Alicia Rich de Catesby, religiosa. 24 de agosto.


Fue natural de Abingdon, y nació sobre 1195 en una familia acomodada. Su hermano fue San Edmundo Rich (16 de noviembre), quien sería arzobispo de Canterbury. Siendo niña su padre se escapó dejando a la madre y a sus 3 hijas pequeñas sin un céntimo para sobrevivir, y, además, cargadas de deudas. La madre murió de pena al poco tiempo. El hermano mayor, Edmundo, intentó colocarlas en algunos monasterios, pero al ser pobres no las admitían en ninguno, pues se rumoreaba que Edmundo solo quería hacerlas pasar por pobres, mientras él sí que tenía dinero para las dotes de todas. Solo el priorato benedictino de Catesby las admitió sin dote alguna a dos de ellas, nuestra Alicia y Margarita.

Alrededor de 1240 Alicia fue elegida priora del monasterio. Se preocupó por llevar a la comunidad por la senda de la pobreza evangélica, la austeridad y el cumplimiento de la Regla. Fue culta y piadosa, y también procuró sus monjas lo fueran. Falleció en 1270 y fue sucedida, por poco tiempo, por su hermana la Beata Margarita.

Fuente:
http://www.stedmundschapel.co.uk/edmund.html

A 24 de agosto además se celebra a:


San Bartolomé,
apóstol
.
B. Bartolomé de Tienen,
laico fundador
.
San Ouen de
Rouen, obispo
.






viernes, 3 de agosto de 2018

"Más usó de misericordia, que de justicia"

San Waltheof de Melrose, abad cisterciense. 3 de agosto y 22 de mayo, traslación de las reliquias.

Waltheof (Walet, Walen, Walef) nació en Escocia, en 1095. Su padre fue Simón I de St. Liz y su madre Matilde de Senlis. Curiosamente, su madre se casó con este Simón que en realidad estaba destinado a casarse con Judit, madre de Matilde. Pero la condesa Judit se negó a casarse con él, desobedeciendo las órdenes de su tío el rey Guillermo el Conquistador. Este montó en cólera y expulsó a su sobrina del país, admitiendo el matrimonio de Matilde con quien debía ser su padrastro: Simón.

El matrimonio tuvo tres hijos, siendo nuestro santo el más pequeño. En 1109 falleció el padre y la madre contrajo matrimonio, cuatro años más tarde, con San David I, rey de Escocia (24 de mayo). El rey David fue un buen padre para los hijos de Matilde, y aunque no heredarían el trono, pues tendría David su propio hijo, Enrique, les dio buenos puestos en la corte y amplios territorios. Waltheof fue Ballestero del rey, un cargo honorífico relacionado con la cetrería y la caza, acompañando al monarca siempre que salía de batida. Estos momentos le servían para recrearse en la soledad y la contemplación, pues era dado al silencio y recogimiento, más que al bullicio, intrigas y devaneos de la corte. Dirigía su alma con San Aelred de Rielvaux (12 de enero), amigo y director del rey David.

Cuando llegó a la primera juventud, Waltheof era un joven bello y elegante, de finas maneras, inteligente y culto, por lo cual se convirtió en excelente partido para las damas escocesas. Se esperaba hiciera un buen matrimonio, pero el corazón del joven se inclinaba a la vida religiosa, aunque dilataba su decisión. Dice su leyenda que una dama de palacio se prendó de él y le regaló un valioso anillo, que Waltheof aceptó solo por agradecimiento, pero apenas se lo puso, se encendió en él una pasión encendida por la dama, quien parecía pronta a corresponderle. Entonces el santo tomó la prenda, la arrojó al fuego y salió huyendo del palacio, yéndose al monasterio de San Osvaldo, de Canónigos Regulares, quienes le dieron la sotana clerical sin dilaciones. Entre 1128 y 1131, a los tres años de profesión canonical, fue ordenado presbítero y nombrado prior de Kirkhean, un prestigioso y rico priorato, el cual reformó, llevando a los canónigos a mayor austeridad y observancia del Oficio Divino.

Dícese que estando celebrando la Santa Misa una día de Navidad, al elevar la Hostia vio en su lugar un hermoso Niño con vestiduras resplandecientes que le sonreía, y que desapareció luego de bendecirle. Desde entonces el santo quedó lleno de gozo constante, desarrollándose en él los dones de lágrimas, consuelos, conocimiento de espíritus y profecía. En otra ocasión estando diciendo misa un canónigo cayó en el cáliz una araña, que dio escrúpulo al celebrante. Waltheof ordenó al canónigo que consumiera el sanguis confiando en Dios y este lo hizo, tragándose el bicho. Y la virtud de la obediencia hizo el milagro: esa misma tarde, en presencia de todos, el canónigo arrojó la araña viva. Milagro parecido se lee de San Conrado de Constanza (26 de noviembre), San Norberto (6 de junio; 7 de mayo, traslación de las reliquias y 11 de julio, triunfo sobre Tanchelmus) o el Beato Francisco de Fabriano (22 de abril).

Su fama de buen prelado, virtudes y milagros pronto le hicieron conocido fuera de Escocia y por ello en 1140 el pueblo y clero de York pidieron al rey Esteban de Inglaterra que se lo enviaran por obispo. Pero porque no era la voluntad ni del rey (la conexión familiar del santo con la monarquía escocesa le hacía recelar), ni de Dios, el nombramiento no se hizo efectivo, con consuelo de Waltheof, que para nada aspiraba a ser obispo. Todo lo contrario, viendo que su vida en religión no era lo suficientemente escondida y austera que deseaba, en 1143 se determinó tomar el hábito cisterciense. Lo consultó con Aelred, quien le dio su bendición y le envió a la abadía de Wardonia, donde fue recibido con tanto júbilo como pena sintieron los Canónigos Regulares con su ida.

Ruinas de la abadía de Melrose.
Este monasterio había sido fundado por Simón, hermano mayor del santo, quien no veía con buenos ojos su huida del mundo, así que apenas supo que Waltheof había tomado el hábito en "su" monasterio, descargó toda su ira contra los monjes, amenazando incluso con quemar el monasterio sino echaban fuera a su hermano. Como los monjes no temieron, entabló un juicio eclesiástico, en el cual obtuvo la razón, por miedo del arzobispo. Entonces el abad le trasladó al monasterio de Rielvaux, bajo el cayado de Aelred, y fuera del dominio de Simón, quien quedó frustrado.

Nueva guerra tuvo el santo en su nueva Orden: tentaciones contra la pobreza, la austeridad, la observancia. Todo se le hacía difícil de cumplir, y comenzó a añorar la vida cómoda del priorato, a excusarse con la salud, la complexión, etc., hasta que temiendo cosa fuera del demonio clamó a Dios: "Dios Omnipotente, Creador, y disponedor de todas las cosas, dame a entender si es de vuestro agrado el que yo persevere en esta sagrada Orden, o que me restituya al Canonicato; y líbrame de esta tentación, que tanto aflige a mi alma". Y en el acto se vio arrebatado en espíritu y trasladado desde su celda al sitial del coro que solía ocupar, teniendo el breviario en sus manos. Desde entonces no volvió a tener tentaciones de esta índole y fue un ejemplar religioso, observante de las leyes y extremadamente mortificado y orante.

Sobre 1148 Aelred destituyó a Ricardo, abad de la recién fundada abadía de Melrose (no confundir con la fundada por San Aidan en el siglo VII), y eligió a Waltheof para comandarla, con el beneplácito del rey David. Si como monje había sido un celoso religioso, como abad, además, sería un excelente padre de sus monjes. Bajo su mandato se fundaron los monasterios de Mouray y de Cumbria, célebres por su belleza y la piedad de sus monjes. Fue Waltheof misericordioso, más que justo, con las transgresiones de los monjes, a los que prefería exhortar que reprender o humillar. Hizo suya la máxima de San Hugo de Cluny "el Grande", (29 de abril): "en caso de estar en mi arbitrio, más querría usar de misericordia con el pecador, que de justicia". Y esto le bastaba para que los monjes no quisieran causarle dolor alguno incumpliendo la Regla. Pero si era suave con los demás, consigo mismo era durísimo, no perdonándose nada que le pareciera pecado o falta. Se disciplinaba diariamente por sus pecados y por los de los demás, ayunaba siempre y se confesaba regularmente, siempre con grandes lágrimas.

Además de estas virtudes, el santo destacó por su compasión y caridad para con los pobres y necesitados. Más de una vez hizo vender los rebaños del monasterio para socorrer sus necesidades y en un año en que una hambruna asoló Escocia, más de 4000 personas llegaron a rodear el monasterio pidiendo limosna. El santo mandó a los monjes que les ayudasen a levantar cabañas y cobertizos para guarecerse y al cillerero (despensero de los monasterios) que les asignase ración diaria de pan hasta las cosechas. Y por milagro, el pan que solo tenían los monjes para unas dos semanas, rindió para tal cantidad de personas por tiempo de tres meses. En una segunda ocasión de escasez, propuso nuestro santo a sus monjes dar la mitad del pan que les pertenecía de ración a los pobres. Y mientras hicieron este acto heroico de caridad, he aquí que cada día aparecía un pan blanco para cada monje en el refectorio.

Por tantas virtudes y prodigios lo quisieron por arzobispo primado los escoceses, pero ni la orden del rey David ni la autoridad de San Aelred le movió a aceptar la dignidad episcopal. A Aelred contestó: "Despojéme de mi túnica, ¿cómo es posible, que la vuelva a vestir? He lavado mis pies, no permita Dios, que yo los vuelva a manchar con el lodo de los negocios del siglo". Y luego en secreto le reveló que si se le obligaba a aceptar aquel cargo en el que Dios no le quería, moriría pronto. A los que le presentaban la embajada de parte del clero replicó: "Creedme, que elegiréis, y tendréis por prelado a otro que a mí". Luego, señalando con la mano el lugar donde más tarde estaría su sepultura, añadió: "Veis aquí mi descanso: aquí habitaré para consuelo de mis hijos todo el tiempo que fuese del agrado del Señor".

Dibujo del sepulcro del santo
según se veía en el siglo XX
En 1159 ya estaba Waltheof cansado, y su cuerpo se hacía notar todos sus ayunos y penitencias. A mediados de año le llegó el primer signo de su pronta partida: unas fiebres primaverales que ya no le abandonarían. Poco a poco se fue consumiendo, aunque desde su lecho de la enfermería continuo asistiendo y sirviendo a sus monjes. Diariamente tenía largos ratos de contemplación que le iban acercando al definitivo encuentro con el Amado. A finales de junio dejó de comer, permaneciendo más de un mes alimentándose solo un par de veces de la comunión. A finales de julio se le administraron los Santos Sacramentos, que recibió con mucha devoción. Perseveró dos días sufriendo pacientemente los dolores sin quejarse. El día 1 de agosto tuvo un éxtasis elevadísimo y al salir de este, dijo: "Oh, si yo pudiera daros a entender las muchas y prodigiosas cosas que he visto". Y exhaló su espíritu.

Sus funerales fueron muy solemnes y concurridos. Se le sepultó en la Sala del Capítulo, en un sencillo sepulcro que aún en el siglo XX podía verse, a pesar de la destrucción a la que fue sometida tan bella abadía. Su sucesor, el abad William se negó a que Waltheof recibiera culto alguno como santo, pero su sucesor, el abad Joscelin, promovió el culto al santo más allá de los muros del monasterio, y para ello el 22 de mayo de 1171 trasladó el cuerpo incorrupto a un bello sepulcro de mármol situado en la iglesia abacial, abierta a los devotos. También fue Joscelin quien escribió la "vita" del santo. En 1207 se volvió a hacer una traslación e igualmente se certificó la incorrupción del cuerpo. Su memoria litúrgica, propia de Melrose, pasó a toda la Iglesia escocesa en el siglo XV.


Fuente:
-"Medula Histórica Cisterciense". Volumen 3. R.P.F Roberto Muñiz O.CIST. Valladolid, 1784.
-"Saint Waltheof". REV. JAMES B. P. BULLOCH, B.D. SCOTTISH CHURCH HISTORY SOCIETY. 1955.

A 3 de agosto además se celebra a:


La Invención
de San Esteban.
Santas Marana y
Cira de Berea, reclusas.
Beato Pedro de Cesis,
General Carmelita.






domingo, 9 de julio de 2017

"Confiad en Dios y en María Inmaculada"

Santa Paulina del Corazón Agonizante de Jesús, virgen fundadora. 9 de julio.

Nació el 16 de diciembre de 1865, en Vígolo Vattaro, y fue llamada Amabile Lucia. Al sufrir la dominación austríaca, muchos tridentinos emigraron rumbo a Brasil. La familia de nuestra santa lo hizo en 1875, fundando la ciudad de Nueva Trento, en el estado de Santa Catarina. Amabile recibió la primera comunión a los doce años, y desde entonces comenzó a participar en su parroquia impartiendo el catecismo, visitando enfermos, ayudando en la caridad o limpiando la capilla, lo que le pidieran. Según crecía en edad, crecía en gracia y su caridad se iba haciendo más heroica. 

En 1890 junto a su amiga, Virginia Rosa Nicolodi acoge a una enferma terminal y desahuciada, iniciando su obra fundacional de la Congregación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción. En 1895, luego de tener la aprobación diocesana, ella y dos amigas más reciben el hábito y pronuncian sus votos, tomando el nombre con el que la conocemos: Paulina del Corazón Agonizante de Jesús. Pronto tuvieron muchas vocaciones para consagrarse a la obra de los pobres y los enfermos. En 1903 funda en Ipiranga, Sao Paulo, donde las religiosas comienzan a ocuparse de los huérfanos y de los ex-esclavos que nadie atendía y habían quedado sin protección alguna, siendo muy mayores para trabajar. Aunque había sido nombrada Superiora para siempre, en 1909 el arzobispo de San Pablo, Don Duarte Leopoldo e Silva la destituye de su cargo, por incomprensiones y calumnias, tan típicas de la vida religiosa. La Madre, se va a Bragança Paulista, donde atiende a los enfermos y ancianos del asilo San Vicente de Paul, como una religiosa más, sin hablar más de cargos o puestos. Ora, trabaja y sacrifica por todos, siendo su divisa "que Nuestro Señor sea conocido, amado y adorado por todos en todo el mundo".

En 1918 fue llamada por la superiora general, la Madre Vicencia Teodora, a la Casa Madre en Ipiranga, encomendándosele la asistencia de las Hermanas enfermas. Allí continúa una vida de piedad y penitencia, teniendo grandes ratos de oración sin descuidar sus labores. En 1933 el Vaticano conceció a la Congregación un "Decreto de Honor", por los 30 años de la fundación de su Casa Madre en Ipiranga. Ese decreto la llama "Veneranda Madre Fundadora". En 1938 su salud se resiente muchísimo a causa de la diabetes aguda que padece. Hubo de sufrir la amputación de un dedo, luego un brazo, para finalmente terminar sus días ciega. En 1940 la Madre Paulina redacta el testamento espiritual que quiere legar a sus hijas, en el que escribe: "Sed muy humildes. Confiad siempre y mucho en la Divina Providencia; nunca, jamás, os desaniméis, aunque vengan vientos contrarios. Nuevamente os digo: Confiad en Dios y en María Inmaculada; manteneos firmes y !adelante!".

 Entró al cielo la santa fundadora el 9 de julio de 1942, luego de exclamar "Hágase la voluntad de Dios". fue beatificada por el papa Juan Pablo II en 1991. La canonizó el mismo papa en mayo de 2002.


A 9 de julio además se celebra a
San Juan de Colonia, dominico mártir.
Santos Patermucio, Copretes y Alejandro, mártires.

miércoles, 7 de junio de 2017

Contra la sordera ¡un campanazo!

San Mériadec de Vannes, obispo. 7 de junio.

Fue este uno de los santos más venerados de la Bretaña rural durante siglos. Numerosos milagros, bendiciones y devociones estaban ligados a su persona. Después de la Revolución Francesa, el racionalismo del siglo XIX y la creciente descristianización de los siglos XX y XXI, su culto ha ido en picado, aunque aún se conserva fuerte en diversos puntos. Sus orígenes son oscuros y legendarios. La mayoría de hagiógrafos y estudiosos le hace oriundo de Gales, aunque leyendas bretonas le hacen descendiente de Conan Mériadec, el primer rey de la Armórica. Los que defienden su nacimiento en Gales, le relacionan con los testimonios de Cornualles, que le hacen compañero de San Guigner (14 de diciembre), aunque este santo habría muerto en 455 y nuestro Meriádec en 666, más de 100 años después. 

Fue educado, según la leyenda, en la casa real (de Gales o Armórica), y luego abandonó todo para ser eremita en una celda cerca de Pontivy, donde por su predicación y estupendos milagros, logró tener discípulos y convertir a muchos a Cristo. Entre ellos a una feroz banda de asaltantes, que dejaron a la gente en paz, y no solo ello, sino que en adelante les ganó para asistir a los pobres. Mériadec vivía pobremente, en constante ayuno, oración y penitencia, y lo poco que recibía como limosna, lo daba a los pobres, no queriendo tener más que aquello que sus manos produjeran.

Por esta vida virtuosa fue ordenado presbítero por San Guenganton (10 de mayo y 27 de septiembre), obispo de Vannes. A la muerte de este santo obispo, en 659, Mériadec fue elegido para sucederle, pero se negó, por lo que cuatro canónigos fueron a su ermita y le llevaron a la fuerza a la catedral, donde fue consagrado obispo. Esto dice la leyenda, pero al parecer Mériadec fue un obispo de los itinerantes, nada extraño en la iglesia celta y bretona. Eran monjes evangelizadores que, para que su labor fuera más fructífera y organizada, eran ordenados obispos, con lo cual podían establecer normas, disciplina, ordenar presbíteros y organizar las iglesias locales con más autoridad. Una vez que la iglesia local andaba, el obispo itinerante continuaba su labor evangelizadora donde se le llamara o le enviara el papa o algún arzobispo. Mériadec aparece como itinerante, por ello tantos lugares reclaman su presencia mediante milagros y capillas dedicadas a su memoria. Pero ciertamente, la diócesis de Vannes fue la que más gozó de su presencia. Voló al cielo en 666, luego de decir las palabras de Cristo "Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu". Fue sepultado en la catedral y pronto su tumba fue fuente de milagros a los devotos.

San Mériadec sana a una sorda.
En Pontivy, en su antigua ermita, es donde su culto es más fuerte aún. Se le invoca contra los dolores de oídos y la pérdida de la audición. Aún se usa un reloj que fue del santo para bendecir a los peregrinos. Igualmente se hace pasar a los devotos bajo una campana, la del santo, que se hace sonar, invocando la intercesión de Mériadec, contra la sordera. Una fuente de aguas milagrosas mana junto a la ermita e igualmente forma parte de su culto, pues de sus aguas se beben para hallar la salud.


Fuentes:
-"Les Petits Bollandistes". Tomo VI. MGR PAUL GUÉRIN.
-"Les vies des saints de Bretagne". DOM GUI LOBINEAU. Rennes, 1725.
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 7 de junio además se celebra a
Beata Ana de San Bartolomé, virgen carmelita.
San Deochar de Herrieden, abad.

jueves, 30 de marzo de 2017

Los pobres me defienden ante Dios.

Beato Amadeo IX de Saboya, duque. 30 de Marzo y 27 de abril (en Saboya).

Nació el 1 de febrero de 1435 en Thonon-les-Bains, y fue hijo de Luis I de Saboya y Ana de Lusignan, y su abuelo fue el antipapa Félix V. Fue un niño enfermizo, que padecía de convulsiones frecuentes a causa de la epilepsia, pero a pesar de ello, era un niño alegre, despierto y muy inteligente, sin dejarse vencer por el mal. Por ello fue apodado "el feliz". La casa de Saboya, férrea, tradicional y apegada a lo sencillo, formó su carácter y su piedad, como había formado la de sus antepasados, el Beato Humberto III (4 de marzo) y el Beato Bonifacio (14 de julio).

En 1452 casó con Iolante, hija del rey Carlos VII de Francia, con la que tuvo 10 hijos, entre ellos la Beata Luisa de Saboya (24 de julio). Amadeo fue un hombre recto y piadoso, amante de los pobres y dado a la oración y a la caridad. Vivía con austeridad, sin lujos superfluos. Nunca faltaba a la oración litúrgica, a la santa misa y comulgaba con frecuencia, teniendo licencia para ello de su obispo. Cuando en 1462 accedió a la corona ducal, promovió leyes justas, reparó iglesias y hospitales, los que visitaba por sí mismo para socorrer a los pobres, mendigos y enfermos. Incluso en ello hallaba su placer y solaz, en socorrer a otros. A un embajador que le cuestionó su caridad, puesto que no miraba si eran verdaderos pobres, el santo duque respondió: "No quiera el cielo que yo entre a averiguar con demasiada curiosidad la condición cada pobre que acude a mi puerta; porque si el Señor mirase de igual manera nuestras acciones, nos hallaría con mucha frecuencia faltos de rectitud". Y para terminar, zanjó: "Mis soldados me defienden de los hombres; pero los pobres me defienden ante Dios".

Se esforzaba por desterrar el mal y la corrupción, pero era débil para el gobierno, y muchas de sus acciones eran solapadas o no tenidas en cuenta por los poderosos. Tuvo constantes luchas con sus hermanos, que pretendían revelarle, así como con los Sforza, deseosos de dominar Saboya. Pero él siempre perdonaba y trataba bien a sus enemigos, buscando la paz ante todo.

La epilepsia, arreciada luego de los 30 años, le apartó del gobierno en 1472, quedando su mujer como regente en su nombre. Pero sus súbditos no quisieron esta regencia y le secuestraron en Vercelli, donde se había retirado. Luis XI de Francia, cuñado suyo, lo rescató y le liberó de todo gobierno. volvió a Vercelli, donde vivió como un monje, entre austeridades, caridad y oración. El 30 de marzo del mismo 1472, falleció a sus 37 años de edad. En su testamento dejó escrito a su mujer e hijos: "Mucho os recomiendo a los pobres, derramad sobre ellos liberalmente vuestras limosnas, y el Señor derramará abundantemente sobre vosotros sus bendiciones. Haced justicia a todos sin acepción de personas, aplicad todos vuestros esfuerzos para que florezca la religión y para que Dios sea servido".

Fue beatificado por Clemente IX en 1677.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.


A 30 de marzo además se celebra a






lunes, 30 de enero de 2017

Sebastián Valfré, predicador y apóstol.

Pregunta: Me gustaría recibir alguna info sobre el beato o santo Sebastián Valfré.

Respuesta: Gracias por preguntar, aquí te va:

Beato Sebastián Valfré, presbítero oratoriano. 30 de enero.

Sebastián nació en Verduno, el Piamonte, el 9 de marzo de 1629, y fue hijo de Juan Bautista Valfré y Argentina Mansona, cristianos piadosos. Fue un niño tranquilo y virtuoso, amante de la oración y los estudios. Se formó en Alba, donde nació en él la vocación al sacerdocio. Luego estudió en Bra, donde en 1633, con solo 14 años, recibió las órdenes menores, con beneplácito de sus padres.
Estudió la filosofía y la teología en Turín, donde fue la admiración de profesores y estudiantes por su aplicación, piedad y memoria para aprender. Así, en 1679, con 20 años recibió el subdiaconado de manos del arzobispo turinense, Julio César Bergera. El 26 de mayo de 1681, teniendo un futuro prometedor, Sebastián entró a la casa del Oratorio de San Felipe Neri (26 de mayo), para dedicarse a los pobres y a los jóvenes. En 1683 fue ordenado presbítero y cantó su primera misa en su natal Verduno. Sus superiores, viendo sus dotes para el estudio, le mandaron a doctorarse en teología en Turín, y aunque en principio se negó por humildad, pudo más la obediencia. Apenas terminó sus estudios se le nombró director de un grupo de seglares para darles formación cristiana, ejercitarles en la caridad y la piedad.

El ministerio del confesionario y las visitas a los enfermos y moribundos fueron el apostolado preferido del beato. Los penitentes iban a raudales hacia él en la iglesia del Oratorio, y además, asistía adonde se le pidiese confesiones, ejercicios espirituales, predicaciones, etc. Para ello le dio Dios el don de conciencias, para recordar a los penitentes aquello que olvidaban o callaban por vergüenza en una confesión. Era confesor justo y misericordioso, exigente con los pecadores, pero comprensivo como Cristo con ellos. También a más de uno profetizó algún suceso que le ocurriría si no dejaba tal o cual vicio o costumbre. Predicaba como había enseñado San Felipe Neri a sus clérigos: sencillez, Evangelio y Santos Padres. Predicaba para que los más sencillos le entendieran, con ejemplos y pocas palabras doctas. Y eso siempre, aunque predicara para sacerdotes, nobles o doctores. Predicaba siempre que podía, y ya fueran monjas, presos, colegios, palacios, campesinos, familia real, moribundos, lo hacía con sencillez, hablando constantemente de la misericordia y la justicia divina, del arrepentimiento y la conversión. Durante 40 años impartió el catecismo a los niños pobres, y jamás se excusó ni se quejó de aquellos niños ruidosos, poco educados y hambrientos. A todos los quería y a todos los esperaba con agrado, y para ellos escribió un catecismo. Se preocupó por la conversión de los judíos y los cismáticos, logrando la entrada de algunos a la Iglesia católica. Gracias a su tesón se creó en Roma la Pontificia Academia Eclesiástica para la formación de los prelados en diplomacia. Atendía a los mendigos, a los que junto a la limosna les daba algún consejo, alguna máxima evangélica, o algún ejercicio de piedad. Hasta en las calles llegó a improvisar sermones cuando se veía rodeado de pobres. Y no solo en las calles, sino en burdeles, a los que ningún sacerdote se acercaba, llegó a predicar a Cristo. Allí se presentaba de improviso, echando a los clientes y predicando a las mujeres que allí trabajaban. Las confesaba y a más de una sacó de aquella vida, ayudando a sostenerse con honestidad, alcanzando algunas el matrimonio. Más de 200 prostitutas conversas fueron salvadas de aquella vida, según consta en los procesos de canonización. 

Tenía largas horas de oración y celebraba la misa con tanta unción, que muchas veces derramaba lágrimas, pues este don tuvo también. Particularmente en los Oficios de Semana Santa se le veía celebrar con emoción y gran piedad. Era exactísimo celebrando la misa, no permitiendo ni un solo gesto fuera de la liturgia. Examinaba por sí mismo la limpieza de los altares y paños litúrgicos, para que estuvieran perfectos. Fue, por supuesto, devotísimo de Nuestra Señora, a la que reconocía por Madre y Fundadora del Oratorio. A todos recomendaba su devoción y la invocación de su Dulce Nombre. Igualmente fue devoto de su padre San Felipe, San Sebastián (20 de enero), San Francisco de Sales (24 de enero) San Carlos Borromeo (4 de noviembre), de su Ángel de la Guarda (2 de octubre) y de las ánimas del purgatorio. Por su humildad padeció mucho cuando el rey de Cerdeña, Víctor Amadeo II, le eligió como confesor, y más aún cuando el mismo monarca pretendió hacerle arzobispo de Turín. A lo primero asintió por obediencia, pero a lo segundo se resistió hasta llorar, por lo que el rey los superiores desistieron de tal cosa. Y aún muchas veces pidió dejar de ser el confesor real porque le parecía incorrecto recibir salario por ello, aun cuando lo daba íntegramente a los pobres. Esta humildad y su piedad eran fruto sobre todo de cómo dominaba sus pasiones y se disciplinaba. Desde ordenarse usó un cilicio que jamás se quitó, y no faltó nunca a disciplinarse diariamente. 

Sebastián Valfré cose la Síndone junto
a los reyes Victor Amadeo II y Ana.
Viviendo en Turín, es normal que el santo conociera y amara a la Santa Síndone. Sobre ella escribió una "Disertación Histórica" en 1693 para las hijas de Víctor Amadeo II, en la que dice: "[es] Reina de las Imágenes que se encuentran en el mundo, impresa con colores de Sangre del Cuerpo de nuestro amabilísimo Redentor en la Santísima Sábana (…) puede dar algún impulso a una mayor devoción (…) para llegar allá arriba en el cielo a ver la original y el autor". A su persistencia se debió la culminación de una capilla propia para la reliquia. Entre 1661 y 1702 se hicieron varias ostensiones y veneraciones públicas en las que siempre estuvo Valfré como testigo, predicador y confesor de los peregrinos. Incluso en 1694 él mismo realizó algunas reparaciones sobre las que ya habían realizado las clarisas. Lágrimas de devoción cayeron en la reliquia, haciéndola aún más sagrada, si es posible. 

Fue amigo de la carmelita Beata María de los Ángeles (16 de diciembre), a la que ayudó a fundar el monasterio de Moncalien, cuya iglesia bendijo en 1703 y luego celebró la misa.

Así, luego de una vida desbordada de celo apostólico, Sebastián entró al cielo el 30 de enero de 1710, a sus 80 años, como había predicho meses antes. Numerosos milagros ocurrieron posteriormente por su intercesión, por lo cual Gregorio XVI le beatificó el 15 de julio de 1834.


Fuentes:
-"Vida del Beato Sebastián Valfré, de la Congregación del Oratorio". México, 1865.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año. Enero". RP. Jean Croisset. S.I. Madrid, 1862.
-https://sjsm.wordpress.com/2010/03/26/onda-26-el-beato-sebastian-valfre-y-la-sabana-santa/


A 30 de enero además se celebra a  

Santa Martina de Roma, virgen y mártir.
Santa Haberilla de Mehrerau, virgen.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...