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domingo, 4 de abril de 2021

Santos y padres de santos.

Beatos Aleydis y Tescelin, esposos. 4 de abril.

Aleydis fue hija del señor de Montbard, desde niña se inclinó por la vida religiosa, pero a los 15 años fue casada con Tescelin de Fontaine-les-Dijon. Allí nacieron sus hijos San Bernardo de Claraval (20 de agosto), Santa Humbelina (12 de febrero, 21 de agosto y 10 de julio), San Nivardo (7 de febrero), los Beatos Andrés, Bartolomé (ambos a 9 de diciembre), Gerardo (13 de junio) y Guido (11 de mayo).

A pesar de su patrimonio, la familia vivía austeramente, sin lujos innecesarios y en un ambiente piadoso. No son pocos los que señalan que más que castillo, la vivienda era un monasterio, donde las ceremonias religiosas, la oración, penitencia y caridad eran constantes en los padres y los hijos. La entrada de todos sus hijos en la vida monástica fue para ellos una gran alegría, y una vez que quedaron solos y sin tener que heredar a sus hijos, Aleydis y Tescelin se volcaron en la asistencia a los pobres.

Era Aleydis muy devota de San Ambrosiano (4 de abril), cuya fiesta mandaba celebrar con actos piadosos y de caridad. La última que celebró, sobre 1120, lo hizo con la certeza de que sería su último día de vida, según Dios le había revelado. Por ello reunió a sus hijos, se despidió de ellos con toda tranquilidad. Nada parecía darle la razón, pero el mismo día 4 de abril se sintió desfallecer, le dieron los últimos sacramentos y piadosamente entró en el cielo al momento en que hacía la señal de la cruz, quedando el cuerpo con la mano en alto. Sus reliquias se veneran en Longchamp-sur-Aujon.

Luego de enviiudar, Tescelin pidió el hábito del Císter a su hijo Bernardo. Vivió muchos años más y fue un ejemplar monje. San Bernardo le atendió en su última agonía.

A 4 de abril además se celebra a

San Tigernach,
abad y obispo
.
San Meryn,
ermitaño
.
San Emebert,
abad y mártir
.
San Zósimo, abad.










domingo, 21 de marzo de 2021

"Juan, hombre religiosísimo"

San Juan de Valence, abad cisterciense y obispo. 21 de marzo y 26 de abril (en Valence). 

Sepulcro del santo. Catedral de Valence
Fue nuestro santo natural de Léon de Francia. Fue educado piadosamente, y cuando llegó a la juventud un arzobispo pariente suyo le consiguió una canonjía y le ordenó presbítero. En aquel tiempo se fundaba la Orden del Císter y Juan, buscando una vida de más perfección prometió a Dios tomar el hábito monástico. Sin embargo, para prepararse a ello, decidió primero emprender la peregrinación a Santiago de Compostela. Así lo hizo, pero he aquí que al regreso, se enfrió en él el deseo de entrar en religión. 

Una noche soñó que veía al Señor acompañado de los apóstoles San Pedro y Santiago el Mayor. Traía San Pedro en la mano un libro en que estaban escritos con letras de oro los nombres de los elegidos a la vida eterna, y leía los nombres allí escritos. Al pronunciar el nombre de nuestro Juan habló Cristo y dijo a San Pedro: “Ese nombre bórralo, porque habiendo prometido ser mío, se ha vuelto atrás en su promesa”. Al decir esto se el apóstol Santiago suplicó a Cristo que no hiciera borrar del libro de la vida el nombre de su devoto peregrino. Cristo, aún airado replicó: “Debía ser no peregrino, sino ciudadano mío”. Por segunda vez suplicó Santiago al Señor, prometiéndole que Juan no tardaría sino 15 días en cumplir su promesa de ser religioso del Císter. Despertó Juan al momento y agradeció a Santiago Apóstol su intercesión ante él, y se determinó a tomar el hábito. 

Al día siguiente se fue al monasterio de Císter donde fue recibido el abad y fundador, San Esteban Harding (26 de enero). A los 15 días justos de su entrada tomó Juan el hábito de Císter, siendo desde entonces un monje ejemplar. Hizo su profesión al tiempo requerido y en 1118, a los cuatro años de ser religioso, Esteban le destinó para la fundación de Bonaval con el cargo de abad. De él nos dice el Beato Amadeo de Lausana (28 de enero):  

"Era superior en Bonaval Don Juan, hombre religiosísimo, primer abad de aquel monasterio, y después Obispo de Valence , cuya vida santísima ha comprobado el Señor con frecuentes milagros obrados en su sepulcro. Era entonces esta casa una planta nueva, y por lo mismo escasa de todo lo necesario a la vida humana, y aun también de habitantes, pero rica de piedad y fama sobre todos los monasterios de Delfinado. Labraban los monjes por si mismos la tierra de mucho tiempo inculta, extirpaban los terrones, podaban los árboles; y en fin se ocupaban en todos aquellos ejercicios propios del más pobre, y necesitado labrador. Después de ejercicio tan pesado, y sofocados con el calor del sol y con el ardor del fuego re retiraban al monasterio a cantar Nona, de la que se seguía la comida, que se reducía a una libra escasa de pan negro mezclado de cebada y centeno, y aun poco de vino mixturado con agua.  Concluida la comida iban todos en procesión a la Iglesia a dar gracias al Dador de todo bien. Lo restante del día lo empleaban en lección y oración hasta Vísperas y Completas, después de las cuales salían todos con sumo silencio a recogerse en sus lechos. Este modo de vida causaba tanta admiración a todos los habitantes de aquellos contornos que nadie se atrevía a abrazar un género de vida tan austera”. 

Mas ciertamente esta vida rigurosa atrajo algunos bien decididos al seguimiento de Cristo. Pocos al principio, pero santos. Entre ellos a San Pedro de Tarantasia (8 de mayo), quien tomó el hábito de manos de Juan. Y pronto vendrían algunas sonadas conversiones, como la del Señor de Altaripa, el Beato Amadeo (14 de enero), quien con otros 16 caballeros tomó el hábito cisterciense. Juan fundó varios monasterios dependientes de Bonaval, en los cuales velaba se cumpliera la vida regular con exactitud. 

En 1141 el papa Inocencio II depuso al obispo Eustaquio de Valence a causa de sus numerosas ofensas a la moral y la justicia. El abad de Claraval San Bernardo (20 de agosto) propuso a nuestro Juan para suceder a Eustaquio en la sede, recomendación que fue aceptada por el papa, amigo y admirador de Bernardo. Así, Juan pasó de la tranquilidad monástica a una convulsa sede, cuyo gobierno le costó muchas amarguras. Fue consagrado obispo el 26 de abril del mismo año. El clero relajado y los vengativos parientes del anterior obispo fueron sus principales enemigos. Padeció muchas intrigas, intentos de destituirle, tentaciones e intentos de sobornos, pero todo lo venció poniendo a Cristo por delante de todo. En 10 años logró alejar a los malos consejeros, reformar al clero y los monasterios, avivar la piedad de sus fieles y organizar una extensa obra caritativa y misionera.  

A inicios de 1145 supo que le llegaban sus últimos días y lo comunicó a sus fieles, pidiéndoles sus oraciones. En la Cuaresma le acompañaban muchos clérigos y los obispos de Vienne, Die, y Viviers, quienes le dieron el viático y la absolución. El 21 de marzo pidió ser puesto en tierra y ceñido con el cilicio, y allí tendido bendijo a todos, expirando dulcemente y entrando a ser, definitivamente, ciudadano de la Patria celestial a la que Cristo le había llamado en su visión.  

Durante sus funerales se produjeron los primeros portentos. Dícese se vio a Santiago Apóstol rendirle homenaje a su cuerpo. El canónigo Bertand sanó de unas fiebres constantes al ofrecerle unas velas bendecidas para el funeral. El cuerpo fue depositado en la primera capilla de la catedral de Valence y allí los portentos continuaron. Durante la Revolución Francesa la catedral fue saqueada, pero las reliquias se salvaron. 


Fuentes:
-"Médula Histórica Cisterciense". Volumen 3. ROBERTO MUÑIZ O.Cist. Valladolid, 1780.


A 21 de marzo además se celebra a

San Serapión
el Sindonita, monje
.
San Absalon de Lund,
obispo
.
San Jacobo el Confesor,
obispo
.
San Enda de Aran,
abad
.







lunes, 18 de enero de 2021

San Albero de Montreuil, obispo.

San Albero de Montreuil, obispo. 18 de enero. 

Nació sobre 1080, en la familia de los condes de Montreuil. Estudió en las mejores escuerlas catedralicias del momento, fundgió como canónigo algunos años y en 1131 fue nombrado arzobispo de Tréveris. Fundó las abadías de Himmerod, Wadgassen y Arnstein. Fue legado papal en Alemania, y amigo personal del Beato Eugenio III (8 de julio), a quien acogió algún tiempo en Tréveris. También fue amigo de San Bernardo (20 de agosto). 

Albero murió en Koblenz, el 15 de enero de 1152. Su sepultura está en la abadía de Himmerod. 


A 18 de enero además se recuerda a:



S. Margarita de Hungría,
princesa y religiosa
San Máximo de Serbia,
déspota y obispo
Beata Regina Protmann,
virgen fundadora

jueves, 14 de enero de 2021

"Mucho pequé, mucho me penitenciaré..."

Beato Amadeo, religioso cisterciense. 14 de enero.

Nació a inicios del siglo XII, en Altaripa, en el Delfinado, territorio vasallo del Sacro Imperio Germánico. De su juventud nada conocemos, salvo que en plena juventud heredó el gobierno del Delfinado y que fue un gran aliado del emperador Conrado "el Sálico", a quien sirvió en varias contiendas y quien le recompensó con el señorío de Hauterives. Fue casado con una noble dama quien le dio dos hijos, el varón llamado también Amadeo. 

Hacia los 25 años comenzó a interesarse más profundamente en los asuntos de la religión, aumentando su piedad, confesándose frecuentemente y comulgando siempre que le permitían. Comenzó a considerar lo vacuo de la vida, lo vano del mundo, y se decía a cada momento: "¿De qué me sirven esta libertad pasajera, estas delicias, si acaso me atraen un eterno cautiverio? ¿De qué lo exquisito de los vestidos, si desnudo he de sufrir los suplicios eternos? ¿y para qué, en fin, estos largos, y suntuosos convites, si después acaso pereceré de hambre?"

Todas estas consideraciones le llevaron a separarse de su familia, renunciar a todo derecho de gobierno y, con su propio hijo y junto a 16 de sus caballeros a los que había convencido, irse al monasterio cisterciense de Bonaval que el mismo había permitido que San Juan de Valence (21 de marzo) fundara en el Delfinado. Fueron recibidos por el abad Juan, quien les recibió escéptico, dudando que aquellos hombres acostumbrados a la buena vida se adaptaran a la austeridad del Císter. Así se los expuso, a la par que les contaba lo duro de la observancia monñastica. "No queráis Padre Venerable" – dijo Amadeo – "atemorizar de ese modo a vuestros siervos. Mucho hemos pecado, y por lo mismo necesitamos de mucha penitencia. Para cumplirla pedimos vuestra compañía postrados a vuestros pies. Hemos dejado los deleites, ¿Cómo volveremos segunda vez a ellos? Con la ayuda de Dios, y la de vuestras oraciones cumpliremos con todo cuanto nos habéis insinuado".

Y con esa disposición fueron admitidos, salvo el pequeño hijo de Amadeo, quien fue destinado a la escuela del monasterio, por ser muy pequeño para tomar el hábito. El abad les dejó claro que no haría concesiones con ellos por más caballeros que fueran, y que su primer oficio sería el de la labranza del campo, el cuidado de las ovejas y la limpieza de los establos. Fue Amadeo un feliz monje desde el inicio. Pronto se hizo al trabajo y a la oración constante. Cumplía exactamente sus obligaciones, era el primero en asistir a sus hermanos enfermos y era ejemplo para todos de mansedumbre y penitencia.Algunos de los mancebos flaquearon un momento, pues el trabajo duro nunca había sido lo suyo. Viéndolo Amadeo, les arengó con inspiradas palabras y los débiles se animaron enseguida. 

Hay un episodio en su "vita" no muy claro, y es que durante un año Amadeo pasó a la Orden Cluniacense. El motivo más repetido en las leyendas es que, buscando que su hijo recibiera una completa educación, digna de su nacimiento, se fue con él a Cluny. A saber. Como sea, de nuevo le hallamos en Bonaval, luego de haber llorado su inconstancia. Quedó en la portería, como Hermano externo, no considerándose digno de estar con los demás monjes ni con sus antiguos compañeros. A los dos días el abad le permitió volver a la regularidad monástica, pero Amadeo le suplicó: "No permita Dios que yo, perversísimo pecador me una tan breve a mis hermanos. Aquí será mi morada hasta que mi penitencia se haga tan patente a toda esta comarca, como lo fue mi delito. Aquí perseveraré llamando y pidiendo perdón de mis excesos. Solo os suplico me permitáis alimentarme de las limosnas que a la portería se distribuyen entre los pobres, y esto será también exceso para mí, indigno de tanta caridad".

Y allí quedó, sirviendo a los peregrinos y disciplinándose en público durante dos semanas, hasta cuando la caridad le obligó a volver a la vida regular. Sucedió que el abad Juan, viendo que no podía vencer su humildad, le dijo que él mismo permanecería allí con él en la portería hasta que entraran juntos. Ver a su abad durmiendo en el suelo, comiendo sobras y sin ir al coro, venció a Amadeo, quien resolvió hacer caso a su padre Abad y entrar al monasterio. Una vez dentro Amadeo se desempeñó en los trabajos más serviles y repugnantes, como el de extraer la grasa de la piel de cerdo, usada en el monasterio para ablandar zapatos y pergaminos. Se encargó de la lavandería, donde besaba los paños manchados o que habían envuelto las llagas de los enfermos.

Fue comisionado por el Abad Juan para la edificación del monasterio de Mansiad, en Biviers. También trabajó en la fundación de Montperoux y Lincél, siendo de admirar su tesón, capacidad de organizar y enseñar los oficios. En alguno de estos monasterios quisieron que se quedara a vivir, pero temiendo le eligieran prior o le llamaran fundador, nunca accedió.

Siendo anciano ya, supo que su hijo Amadeo había sido nombrado abad de Altacumba por el gran San Bernardo (20 de agosto), quien le había educado (por esto no se entiende la anterior versión de su huida a Cluny). Le visitó Amadeo allí, y padre e hijo vivieron días de gran felicidad junto, aunque nuestro Amadeo no dejó de reverenciar a su hijo en público como a un Abad, dando ejemplo a los demás monjes. Comprobó Amadeo que su hijo había sido bien instruido y tenía una sólida virtud, siendo ello de gran consuelo para su alma. Llegaría el buen Amadeo hijo, a ser obispo de Lausana, en 1131, con gran gozo de su padre, que le acompañaría en su consagración episcopal. le veneramos en el santoral como San Amadeo de Lausana (31 de marzo y 30 de agosto)

El Beato Amadeo falleció santamente el 14 de enero de 1144, siendo sepultado en el cementerio de Bonaval. En el siglo XV su memoria litúrgica entró al martirologio de la Orden del Císter.


Fuente:
-"Médula Histórica Cisterciense". Volumen 3. ROBERTO MUÑIZ O.Cist. Valladolid, 1780.

A 14 de enero además se recuerda a:


Santa Macrina,
viuda
.
Beato Odón,
monje cartujo
.
San Engelmar,
eremita mártir
.










domingo, 15 de julio de 2018

"compañero inseparable y consuelo del corazón"

San Balduino de Rieti, abad cisterciense. 15 de julio y 2 de agosto.


Busto relicario.
Fue hijo de Bernardo, Conde de Marsal, y su hermano fue abad de Montecassino. Desde niño tuvo inclinación a la vida recogida, la oración y la penitencia. Por eso apenas supo de la obra cisterciense llevada a cabo por San Bernardo de Claraval (20 de agosto) allá se fue, a Claraval, a ser parte de sus discípulos.

Pronto aprendió el santo del otro santo, siendo un monje ejemplar en poco tiempo. Por ello San Bernardo le eligió para fundar un monasterio del Císter en Rieti. Se conserva una carta que Bernardo le escribió, la cual nos dice bien el alto concepto que de Balduino tenía Bernardo. En una parte dice así:
"Así como la madre ama al único hijo de sus entrañas, así yo me complacía en ti, que eras compañero inseparable, y el consuelo de mi corazón. Amárete aunque ausente, y de ese modo subsistiirá aun en mi esta delicia. No puedo negar de que me eras muy útil y necesario, y así no es mucho el que tan de corazón te estime. No obstante vivo en el seguro que si llegase el caso de valerme de ti, en el día te hallaría. En medio de esto no ignoras, que despreciando mis propias conveniencias, solo he consultado a las tuyas colocándote en el sitio en te hallas".

Diez años gobernó Bualduino el monasterio de Reati, con gran caridad y rectitud. Falleció sobre 1140. Sus reliquias se veneran en la catedral de Reati, que lo celebra como patrón a 2 de agosto. En 1710 su memoria litúrgica fue confirmada a la Orden del Císter por gracia de Clemente XI, respetando el culto que la Congregación Cisterciense de Castilla hacía del santo.

El cardenal Baronio dice que nuestro Balduino fue creado cardenal en 1138 por el papa Inocencio II, pero es un error, confundiéndole con otro.

Fuente:
-"Medula Histórica Cisterciense". Volumen 3. R.P.F Roberto Muñiz O.CIST. Valladolid, 1784.


A 15 de julio además se celebra a:


B. Ignacio de Acevedo
y compañeros mártires.
Santa Apronia
de Toul, virgen.
San Plechelm de
Oldenzaal, obispo.







martes, 26 de junio de 2018

Slencio, peleas, mitra y más peleas.

San Antelmo de Belley, obispo cartujo. 26 de junio.


Nació en 1107, en la noble familia de los Cignino de Saboya. Fue muy estudioso y piadoso desde niño, y su aplicación a los estudios le valió para recibirse universitario muy joven. Por las influencias de su familia logró una canonjía en Belley y otra en Ginebra. Ambas le reportaban pingües ganancias que Antelmo usaba para vivir holgadamente, cumpliendo de vez en cuando sus funciones como canónigo seglar.

En ocasiones su espíritu le atenazaba para que emprendiera una vida cristiana más perfecta, pero siempre dejaba pasar tan santas inspiraciones. Gustaba visitar a su hermano Boso a la Cartuja de las Puertas, quien siempre le conminaba a oír la voz de Dios. Así, ya determinado, Antelmo abandonó el mundo en 1131 y pidió el hábito cartujo allí mismo. Fue admitido y pronto ya era ejemplo para los otros monjes, aún siendo nuevo en la vida cartujana. En 1132 hubo una avalancha de nieve que mató a 7 monjes en la Gran Cartuja, por lo cual Dom Guigo, prior de esta, pidió a Hugo II, cartujo y obispo de Grenoble, le permitiera llevar algunos monjes, entre ellos a Antelmo, para que profesara sus votos en la Gran Cartuja.

En el santo monasterio de la Gran Cartuja también destacó Antelmo como un monje cumplidor, devoto, erutito y obediente. En 1136 murió Dom Guigo y el nuevo prior, Dom Hugo, nombró Procurador a Antelmo, siendo este su mano derecha en el gobierno de la Casa. Trabajó tan bien que en 1139, cuando Hugo renunció a su cargo, los monjes eligieron por unanimidad a Antelmo para sucederle. La principal obra material de Antelmo fue la edficación de un nuevo monasterio en un mejor emplazamiento que el original, construyendo, además un acueducto. A la par, se preocupó también por el "edificio" moral, o sea, la santidad de sus monjes. Siempre paterno, cercano, velando por todos y por cada uno de ellos. Era severo consigo mismo, pero manso y paciente con los demás. Atendía por sí mismo a los enfermos, visitándoles, curándoles y entreteniéndoles.

Organizó y presidió el primer Capítulo General en 1142, donde se determinó dotar al prior de la Gran Cartuja de la potestad de General de la Orden, al cual debían obediencia los priores de todas las cartujas, que hasta el momento debían obediencia al obispo del lugar, con todos los problemas que esto solía traer. Así, por ello fue Antelmo el primer General de los cartujos, aunque esta no era una figura jurídica prevista por San Bruno (6 de octubre). Como General fue el gran impulsor de la Orden Cartuja, admitiendo a varios monasterios a la observancia cartujana. También admitió a las mujeres, para las cuales mandó al Beato Juan el Hispano (25 de junio) que hiciera una adaptación de las "Costumbres".

Poco tiempo le duró la paz al buen hombre. En 1149, un monje de Las Puertas fue elegido obispo de Grenoble y, cosa no esperada, entabló un pleito con su antiguo monasterio. Unos cuantos monjes salieron del monasterio sin permiso para dirimir el asunto ante los tribunales de Roma. Habiéndolo sabido Antelmo, que era muy observante, castigó a los monjes por haber salido al mundo sin permiso expreso. Eugenio III resolvió en favor de los monjes y, además, les restituyó a su monasterio sin más. Antelmo, viendo socavada su autoridad, dimitió de su cargo de Abad General en surgieron amargos conflictos y algunos monjes cartujos abandonaron el monasterio para apoyar sus razones ante los tribunales. Antelmo, muy entristecido por esta grave infracción, después de que el Papa Eugenio III hubiera resuelto la disputa, impuso una penitencia a los monjes cartujos: pero el Papa reintegró a los monjes en la Orden sin ninguna formalidad. Por esta razón Antelmo, sin oponerse a las decisiones del Papa, dimitió en 1151.

En 1154 el prior de Las Puertas logró que Antelmo fuera designado como su sucesor, cargo que asumió muy pronto, luego de la muerte del anterior. Como había hecho en la Gran Cartuja, Antelmo administró muy bien su monasterio. Renovó algunos edificios, embelleció la iglesia y dotó de nuevas obras la biblioteca. Dos años estuvo en dicha cartuja hasta que el papa Alejandro III le nombró obispo de Belley. Antelmo había defendido enérgicamente a este papa frente al antipapa Víctor IV, y por ello el papa legítimo confiaba en Antelmo y le quiso en esta importante diócesis. 

Antelmo, se dice, se negó firmemente e incluso huyó a una ermita en el monte, donde fue hallado y llevado de nuevo a la cartuja. No contento con esto, se fue a Avignon (era el comienzo del cisma de Occidente), a pedir misercordia al papa para poder negarse a su deseo. Pero Alejandro III le confirmó su elección y no le permitió negarse. Antelmo fue consagrado obispo en la catedral de Bourges en diciembre de 1163.


San Bernardo visita a San Antelmo.
Junto a San Bernardo (20 de agosto), San Antelmo destacó en el Concilio de Tolosa defendiendo al verdadero papa e intentando poner fin al Cisma de Occidente. Intentando, porque ya sabemos que duraría hasta el siglo XV.

Antelmo ejerció una ejemplar labor pastoral, sobre todo entre los pobres. Fue muy caritativo, construyó hospitales, visitaba a los enfermos, asistía a los peregrinos y siempre estaba disponible para recibir a quien le buscaba. A la par, hallaba tiempo para retirarse algunos días a su cartuja amada, para gozar del silencio y la oración. Sin embargo, la misión del obispado no era nada fácil. Para empezar tenía como enemigo al emperador Federico Barbarroja, partidario del antipapa Víctor. Por esta razón el monarca le impidió la salida de Belley cuando el santo se dirigía a Inglaterra como Legado Pontificio para hacer la paz entre Enrique II y Santo Tomás Becket (29 de diciembre). 

Visto Barbarroja que no podía reducir a Antelmo por las malas, intentó ganarle para su causa, dándole soberanía secular sobre Belley y creándole príncipe del Sacro Imperio Romano en 1175. Esto podría haber agradado a algún prelado ambicioso y corrupto, pero no al santo, quien enseguida hubo de enfrentarse a Humberto III de Maurienne, quien pretendía el dominio exclusivo sobre Belley. Este noble asesinó a un presbítero y Antelmo lo exmulgó, pero Humberto logró (compró, señalan algunos), la anulación de la excomunión por parte del papa Alejandro III. Antelmo, que no soportaba la injusticia, entonces abandonó la sede y se retiró a la Gran Cartuja. Y allí se habría quedado si el clero y el pueblo no hubieran protestado por él al papa, y este le ordenara volver a su sede, mandando a Humberto de Maurienne que hiciera penitencia por su crimen. Pero este solo fingió arrepentimiento e incluso llegó a planear el asesinato de Antelmo, pero no se llegó a realizar, pues el santo se enteró y el mismo llamó a su perseguidor, poniéndose en sus manos. Humberto, ante este gesto, se arrepintió sinceramente de su mala conducta y aceptó la multa que Antelmo le impuso.

Así, cargado de méritos, Antelmo llegó a los 70 años y entró en la gloria el 27 de junio de 1180. Su muerte fue tan sentida, por lo amado que era, que durante tiempo la ciudad de Belley se llamaría Antelmopoli. Su culto comenzó pronto, y sus reliquias eran veneradas constantemente. En 1607 su memoria litúrgica pasó de la iglesia local de Belley a todos los monasterios cartujos. En 1630 se trasladó su cuerpo a una capilla dedicada a su memoria en la catedral. En 1791 el sepulcro fue profanado por la Revolución Francesa, pero antes se habían escondido las reliquias, las cuales volvieron al culto en 1829.

Fuente:
-"Santos y Beatos de la Cartuja". JUAN MAYO ESCUDERO. Puerto de Santa María, 2000.

A 26 de junio además se celebra a:


San José María Robles,
presbítero mártir.
San Virgilio de Trento,
obispo y mártir.
San Salvio de Amiens,
obispo y mártir.







jueves, 7 de junio de 2018

Con un pan, y no entero, le bastó.

San Roberto de York, abad cisterciense. 7 de junio.


Ilustración de Efrén Sarmiento.
Nació en York, Inglaterra sobre 1100. Fue muy aplicado al estudio en un monasterio, y con solo 20 años le otorgaron una canonjía y una parroquia en su condado, con pingües beneficios, y siendo ordenado presbítero. Algunos años sirvió en aquella parroquia hasta que, queriendo encaminar su alma a la perfección, tomó el hábito benedictino en el célebre monasterio de Whitby.

Sin embargo, al poco tiempo de la emisión de sus votos Roberto pasó al recién fundado monasterio cisterciense de York, fundado desde Claraval. Fue un monje ejemplar, cumplidor y observante, piadoso y austero, como pedía la nueva Regla. Fue elegido por su abad para dirigir la fundación del monasterio de Northumberland (llamado Newminster), del cual quedó elegido abad una vez establecida la comunidad.

Como buen superior, era duro consigo mismo y suave con los demás. Siempre do ejemplo de austeridad, penitencia, paciencia y caridad. Vivía a pan y agua y se disciplinaba frecuentemente. En una ocasión le insistieron sus monjes en que comiera algo más, temerosos de perderle, y el santo abad accedió por complacerles. Permitió le trajeran un pan de trigo rociado con aceite, pero apenas lo probó, mandó lo llevaran a alguno de los pobres que estaban a la puerta del monasterio esperando limosna. Su oración era elevadísima y cada día rezaba entero el salterio. Tuvo el don de profecía y varios consuelos místcos, uno de ellos el de la confirmación de que él y sus monjes se salvarían.

Tantos querían vivir bajo su paterna influencia, que se vio urgido a fundar los monasterios de Stanley, Rupe y Pipinell, los que visitaba frecuentemente. Fue gran amigo del gran San Bernardo (20 de agosto), quien le apoyó y defendió cuando nuestro Roberto fue acusado por unos monjes envidiosos de tener trato carnal con una joven. Bernado le abrazó en público y confirmó que todo lo que de Roberto decían era falso. Durante siglos se veneró un cinturón que San Bernardo habría regalado a nuestro santo en esta ocasión, y mediante el cual se producían estupendos milagros.

Roberto entregó su alma a Dios el 7 de junio de 1159, luego de una vida virtuosa. Fue conducido al cielo por la Santísima Virgen y tres ángeles, como testimonió un monje luego. Numerosos milagros se obtuvieron por medio de sus reliquias, muy veneradas al parecer. Dícese que a un mudo que suplicaba la sanación en el sepulcro del célebre Santo Tomás Becket (29 de diciembre) se le apareció el santo obispo y le encomendó rezara ante las reliquias de San Roberto. Así lo hizo el hombre y al punto recuperó el habla. En 13 de agosto de 1701 la Sagrada Congregación de Ritos autorizó a la Orden del Císter el culto inmemorial de San Roberto.


Fuente:
-"Medula Histórica Cisterciense". Volumen 3. R.P.F Roberto Muñiz O.CIST. Valladolid, 1784.


A 7 de junio además se celebra a:


San Mériadec de
Vannes, obispo.
B. Ana de S. Bartolomé,
virgen carmelita.
San Deochar de
Herrieden, abad.




viernes, 20 de abril de 2018

Abad sin Regla y con ejemplos.

Beato Giraud de Salles, fundador. 20 de abril, 9 de agosto y 23 de octubre.

Fuente de San Giraud.
Nació en Salles hacia 1070. Sus padres optaron por la vida monástica cuando Giraud era aún pequeño, quedando el niño a cargo de su hermano Grimoald, un capellán del Tustonium, que llegaría a ser obispo de Poitiers. Este hermano le "consiguió" una canonjía en St-Avit-Sénieur, Bergerac, pero Giraud la abandonó para ser discípulo del Beato Roberto de Arbrissel (24 y 25 de febrero), quien le formó para las misiones itinerantes, propias de su carisma. Durante un tiempo le siguió, junto a otros santos discípulos, como el Beato Alleaume (27 de abril), el Beato Bernardo de Thiron (14 de abril), y el Beato Rieul de la Futaie (16 de agosto).

Luego de unos años de intensa vida misionera, Giraud se retiró a los bosques del Périgord, donde vivió en soledad y oración. Cuando tuvo algunos discípulos fundó la abadía de Cadouin. Y no sería su única fundación, sino que fundaría una decena más, masculinos y femeninos, entre ellos el de Grande-Sauve, donde conoció al gran San Bernardo (20 de agosto). Buenaventura de St-Amable dirá de Giraud: "gobernaba maravillosamente a sus religiosos, con sus palabras y sus ejemplos. No tenían ninguna regla escrita, pero la vida santa y admirable de Giraud era su regla viva y animada". Con el tiempo esos recintos tomarían la regla Benedictina, pasando a ser de esta Orden o de la Orden Cisterciense. Por eso nuestro Beato aparece lo mismo vestido como benedictino que como cisterciense, aunque no haya pertenecido a dichas órdenes.

Giraud falleció entre 1120 y 1127 en la abadía de Châtelliers, y fue sepultado en la iglesia abacial, actualmente parroquial del pueblo Saint Girault Deux-Sèvres. Durante sus funerales se vieron tres cruces luminosas en el cielo y actualmente una fuente señala el sitio.


Fuentes:
-https://nominis.cef.fr
-https://www.ph-michaud.com/AbbayedesChatelliersGirauddeSalles.htm


A 20 de abril además se celebra a:

Santa Hildegundis
virgen cisterciense.
San Servan,
obispo.
San Teodoro Trichinas,
ermitaño.
San Wiho, obispo.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Del Protomártir Cisterciense.

San Gerardo de Claraval, protomártir del Císter. 7 de diciembre y 8 de marzo.

Fue Gerardo natural de Lombardía y siendo muy joven tomó el hábito cisterciense en Claraval bajo el mandato del gran San Bernardo (20 de agosto). Y el mismo santo le envió a la fundación de Altacumba, en el condado de Saboya. En esta casa brilló con grandes virtudes, especialmente la obediencia, la humildad y el amor a la pobreza. Por ello, sobre 1135, fue elegido para ser fundador y abad de la célebre abadía de Fossanova, Italia. Durante su mandato, que duró 39 años, el monasterio se hizo célebre por su fervor, riquezas y cultivo del saber y el conocimiento. Fue un abad riguroso, pero comprensivo y paciente, nunca castigaba en demasía, era pronto en perdonar y olvidar. Ayunaba y oraba constantemente, y siempre que podía se disciplinaba. 

En 1174 murió el Beato Poncio (3 de septiembre), abad de Claraval, y los monjes de este monasterio eligieron unánimemente a Gerardo por abad. sus primeras acciones fueron luchar por la canonización de San Bernardo, cosa que logró en un año, y la culminación de la iglesia abacial, comenzada por Bernardo. En Claraval Gerardo continuó su plan de vida de ayuno, oración, penitencia y estudio, y aunque las exigencias del gobierno eran aún mayores y estaba obligado a tratar demasiado con el mundo, nunca perdía la presencia de Dios ni la gravedad monástica. Los monjes comprobaron su valía, su celo por la observancia y su delicadeza para corregir y encaminar a sus hijos por el buen camino.

Todos menos uno, cuya escandalosa forma de vivir en el monasterio traía al santo abad por la calle de la amargura. Ni reconvenciones, ni exhortaciones, ni castigos, nada doblegaba al monje rebelde, por lo que Gerardo le envió al monasterio de Igny, gobernado entonces por San Pedro Monóculo (29 de octubre), para que fuera enmendado allí. Y ya veremos luego que pasó.

Comenzó Gerardo una visita a todos los monasterios "hijos" de Claraval, comenzando por Alemania, país donde más fundaciones había que procedían de su abadía. En Tréveris se hospedó en el sitio más humilde de la abadía cisterciense de la ciudad, y allí veneró las reliquias de Santos Eucario, Valerio y Materno (8 de diciembre), conservadas en dicha abadía. Estando en la cripta, frente a las reliquias, comenzó a considerar si no debía abandonar el cayado abacial en manos de otro, y retirarse a la soledad y la oración. Entonces se le aparecieron dichos santos mártires y le consolaron, diciéndole que en breve abandonaría la vida terrenal, pero que debía terminarla gobernando. Esta visión le llenó de gozo y desde ese momento comenzó a prepararse para el "dulce encuentro" redoblando su fervor, penitencias y ayunos.

Continuó su visita pastoral hasta llegar al monasterio de Igny, donde estaba recluido el mal monje. Algunos monjes que le acompañaban le comentaron si no sería más prudente hacer la visita sin dormir allí, y sin alterar mucho con los monjes, no fuera que el monje rebelde le hubiera ganado algunos enemigos. Pero Gerardo no quiso oír hablar de ello, pues supondría faltar a sus obligaciones. Estando para llegar, un monje le suplicó no entrara a Igny, pues presentía que algo terrible pasaría, pero Gerardo le replicó – "Hijo mío, yo no estimo en más la vida temporal que a mí mismo, ni por miedo a la muerte debo dejar de cumplir con los cargos de mi oficio. ¿Quién sabe si esto no será acaso tentación? ¿Y quién duda que Dios es Omnipotente y si quiere me podrá liberar de la muerte que, según tú, me amenaza?" Y sin mediar más palabras, entró al monasterio.

Allí fue recibido con gran alegría por Pedro Monóculo y los monjes. Gerardo les exhortó al cumplimiento de la Regla y a la Observancia Religiosa. Sobre todo les recordó la gran virtud de la caridad, y para dar ejemplo, mandó llamar a su presencia al monje relapso. Cuando lo tuvo enfrente, Gerardo le abrazó y con dulces palabras le recordó que le quería y que el castigo impuesto le dolía tantísimo, pero que su deber era enmendarle y dar buen ejemplo a los demás. El monje no habló ni una palabra, permaneció todo el tiempo con la mirada baja, pero no por verdadera humildad, sino por aparentarla, pues había concebido otros planes.

Al otro día, San Gerardo salió del coro y se encaminó a la iglesia para cantar la Santa Misa. Al doblar por el claustro, salió a su encuentro el monje, que sin mediar palabra, le atravesó el vientre varias veces con una espada, hasta derramarse las entrañas por el suelo. Gerardo le dijo con voz queda: – "Hermano, ya déjalo, pues igual ya de ningún modo podré vivir". El agresor soltó el alfanje y huyó, mientras nuestro santo aún se levantaba de entre la sangre. Logró caminar, bajar las escaleras a la iglesia, pero llegando a la puerta de esta, cayó extenuado. El monje sacristán le vio y socorrió, y recibió sus palabras acerca de que no se persiguiese a su asesino.

Los monjes llevaron al mártir a la enfermería, donde el santo abad aún vivió tres días más para pedir perdón a Dios y a todos por sus pecados, a insistir en el perdón. Murió con una sonrisa en el rostro, a pesar del desangramiento y el dolor. Era el 8 de marzo de 1177. Poco después se le apareció a San Pedro Monóculo, quien estaba agobiado por aquel crimen que se había cometido en su monasterio. San Gerardo le consoló y le dijo que no sufriera por aquello que a él le había logrado el cielo. El cuerpo fue trasladado a Claraval, donde el Monóculo ofició los solemnes funerales, y donde tuvo otra visión del mártir acompañado de San Bernardo. El santo cuerpo fue sepultado en la primera capilla de la iglesia, recibiendo el cariño y devoción de los monjes desde entonces.

En cuanto al agresor, fue excomulgado por el papa Alejandro III, quien sentía un gran afecto por Gerardo. A los pocos años el asesino salió de donde estaba escondido y lleno de arrepentimiento, peregrinó a Roma, para pedir el perdón al Santo Padre. Pero cuando llegó a su presencia, en una Audiencia, y dijo quién era, el papa le empujó de un puntapié y le espetó: "Vete de aquí, hijo de perdición". Algunos cardenales abogaron por el hombre, pues creían que no se le debía negar la misericordia, y que, además, convenía al papa dar ejemplo de magnanimidad. El papa accedió y mandó a buscarle, pero no le hallaron y nunca más se supo de él.

Clemente XI autorizó su culto en 1702 y el 25 de septiembre de 1710 se concedió a la Orden Cisterciense el Oficio Litúrgico de San Gerardo, cuya fiesta se celebraba a 8 de marzo, luego a 7 de diciembre, y hoy ha quedado en el olvido. No hay que confundirle con el Beato Gerardo de Claraval (13 de junio)



Fuente:
-"Medula Histórica Cisterciense". Volumen 3. R.P.F Roberto Muñiz O.CIST. Valladolid, 1784.


A 7 de diciembre además se celebra a
Santa María Josefa Roselló, virgen fundadora.
Santa Azenor de Brest, duquesa y eremita.

martes, 22 de agosto de 2017

Tres veces flagelado.

San Timoteo, mártir. 22 de agosto.

Cristo corona a Sixto y a Timoteo.
Poco es lo que se sabe de este santo antiguo, pero su culto está perfectamente fundamentado ya en el siglo IV. Timoteo fue un hombre noble, versado en las Escrituras que era originario de Antioquía, llegó a Roma gobernando el papa San Melquíades (10 de diciembre) y se hospedó en casa de San Silvestre (31 de diciembre), quien luego sería papa. Timoteo predicó el Evangelio públicamente durante un año, y por esa causa fue apresado por orden del prefecto Tarquino. Aunque con Melquíades comenzó el cristianismo a tener paz, aún hubo algunos mártires, aunque no persecuciones como tal, y ese fue el caso de nuestro santo.

Tarquino le interrogó e intentó que apostatara, pero como no lo logró, mandó fuera azotado públicamente. Así por tres veces: interrogatorio y flagelación. También fue puesto Timoteo en el ecúleo, pero no pudieron separarlo de Cristo. Para terminar con él, fue decapitado, el 22 de agosto de 311. La leyenda dice que Silvestre llevó el cuerpo a ser enterrado en un huerto en la Vía Ostiense, muy cerca del sepulcro de San Pablo. Este huerto pertenecía a una noble viuda llamada Teodora. Con la paz de San Constantino (21 de mayo), el mismo Silvestre trasladaría el cuerpo de San Timoteo a la primitiva basílica de San Pablo, en 324. Esta traslación, documentada, y un antiguo relieve del siglo IV en el que aparece siendo coronado por Cristo, junto a San Sixto II (7 de agosto), avala su existencia.


Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Agosto. JEAN CROISSET. S.I. Barcelona, 1863.


A 22 de agosto además se celebra a
San Hipólito, obispo y mártir.
Beato Bernardo de Offida, religioso capuchino.

viernes, 14 de abril de 2017

Bernardo, el amansa lobos.

Beato Bernardo de Thiron, abad. 14 de abril.

Nació en 1046, en Abbeville, y fue discípulo del Beato Roberto de Arbrisselle (24 y 25 de febrero), junto aBeato Alleaume (27 de abril), el Beato Giraud de Salles (20 de abril), y el Beato Rieul de la Futaie (16 de agosto)Primero fue benedictino en Saint-Cyprien de Poitiers, de donde salió para vivir como ermitaño, siempre vinculado al monasterio. Sin embargo, a los pocos años fue elegido abad y tuvo que regresar. Sirvió como abad al monasterio hasta que, cansado del gobierno, lo abandonó y se retiró al bosque de Thiron, a vivir como ermitaño. En unos años junto a algunos discípulos fundó un cenobio donde se conjugaba el trabajo pesado con la oración.

Una leyenda cuenta que, siendo su hermano el monje encargado de las ovejas, apareció un lobo que se llevó una de las ovejas. Bernardo hizo oración y la fiera salió del bosque, poniendo a los pies de Bernardo a la oveja viva. El tránsito de Bernardo fue en 1117, y aunque su culto tuvo más éxito que el del Beato Roberto, no fue autorizado formalmente hasta 1861. Es patrón de los torneros.


A 14 de abril además se celebra a

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...