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martes, 14 de agosto de 2018

De un misionero pescador y maldiciente.

San Loevan de Bretaña, monje. 14 de agosto, 14 de octubre y 12 de noviembre.

Fue discípulo de San Pablo Aureliano (12 de marzo) y de San Tugdual de Bretaña (30 de noviembre), a quien acompañó en su misión evangelizadora a Bretaña junto a San Ruellin (28 de febrero), San Kirecg (17 de febrero), San Goneri (18 de julio), San Brioc (17 de diciembre), San Meryn (4 de abril), Santa Libouban (25 de mayo), madre de Goneri, y Santa Meheleu (9 de octubre), una viuda que les atendía. Al llegar a la costa vieron un barco que les esperaba, subieron y aunque no había tripulación comenzaron a navegar hasta llegar a Ker-Morvan, región de Léon. Desembarcaron y el navío despareció. El señor local de Léon, Iona I (primo lejano de Tugdual), les dio unas tierras y Tugdual construyó un pequeño monasterio, donde hoy se encuentra la iglesia de Tre-Pabu.

Su leyenda cuenta que, cuando era ermitaño, un día atrapó dos peces grandes con un solo anzuelo. Le dio pena de los animales, pues era él solo para comer y llevarse los dos peces sería matar uno en vano, por lo cual los devolvió al agua. Pero he aquí que una vez más los dos peces quedaron enganchados en el anzuelo. De nuevo al agua. Y una tercera vez, así que el santo creyó que aquello sería signo de algo. Tomó los peces y se fue a su ermita, y al llegar vio que su hermana Breage estaba de visita con sus dos hijos. Como eran pobres y pocas veces comían bien, de los dos peces no quedaron ni las espinas.

Otra leyenda popular cuenta que un día en que el santo estaba pescando (se le daría bien), una mujer llamada Juana le recriminó lo hiciera siendo domingo. Entonces el santo se vengó jurando que todas las niñas llamadas Juana que fueran bautizadas en su iglesia, ya pública, morirían. Hasta hoy las niñas para las cuales elijan este nombre, son bautizadas en la parroquia vecina, Sennes.

Y una tercera leyenda cuenta que Loevan falleció a causa de que una piedra de granito le cayó en la cabeza mientras construía una portada nueva en su ermita. Dicha piedra aún se señala y la tradición dice que el día que un caballo pase sobre ella con sus alforjas, será signo del fin del mundo.


Fuentes:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 14 de agosto además se celebra a:


Santa Atanasia de
Aegina, abadesa
.
San Eusebio de Roma,
presbítero mártir
.
San Marcelo de Apamea,
obispo y mártir
.





jueves, 14 de junio de 2018

Varias versiones, una vida para Cristo.

San Dogmael de Pembroke, ermitaño. 14 de junio y el 7 de septiembre.

Ilustración de Efrén Sarmiento.
Sobre este santo, también llamado Docmael, Dochfael, Dogfael o Tegwel, hay encontradas y contradictorias tradiciones. Al parecer vivió en el siglo V, siendo oriundo de Gales, donde desde muy joven vivió como ermitaño con gran austeridad, llegando a meterse en agua helada todas las noches para recitar el Salterio, como se lee de San Columbano de Iona (9 de junio).

Otra leyenda, desmontada por falsa, le hace el obispo número 54 de la inexistente diócesis de Lexovia, anterior a Tréguier y que habría sido fundada por Drennal, un discípulo de San José de Arimatea (17 de marzo). Esta misma leyenda le hace discípulo de San Columbano de Luxeuil (23 de noviembre) y, además, se cuenta que cuando Colombano fue expulsado por Teodorico, Dogfael lo acompañó y en Ste. Marie-en-Chanois, Columbano hizo brotar un pozo para satisfacer la sed de su amigo Dogmael. Además, tal leyenda dice que, al entrar juntos en Besançon, las cadenas se cayeron de los brazos y piernas de ambos santos. Pero vamos, es eso, una leyenda.

La tradición más firme le hace ermitaño en Pembroke, pues allí tiene muchas iglesias dedicadas a su memoria y se le invoca como patrono para ayudar a los niños a caminar. Existió una abadía de la cual quedan románticas ruinas. También hay vestigios de su presencia en Armórica, donde algunas tradiciones le hacen fundador de la abadía de Rospez, donde realmente tuvo culto como fundador, pero esta abadía no fue fundada sino en el siglo XII.

Y, por último, otras tradiciones le hacen monje de Llancarfan y otras señalan a Santos Tydchy y Tegfan (31 de diciembre) como discípulos suyos.

En resumen, fue un eremita tan importante y famoso en su momento como para que todos quisieran hacerlo santo suyo.


Fuente:
-"The Lives of the British Saints: The Saints of Wales and Cornwall". Honourable Society of Cymmrodorion. Londres, 1908.


A 14 de junio además se celebra a:


San Hartwig de
Saltzburg, obispo.
Santos Valerio y Rufino,
mártires.
San Eliseo, Profeta.





domingo, 13 de mayo de 2018

Beato Guillermo Scoto.

Beato Guillermo Scoto, III General Trinitario. 13 de mayo.

Sobre este santo de los orígenes de la ilustre Orden Trinitaria tenemos datos confusos, legendarios que hace difícil hilar su "vita". Al decir de un fraile trinitario conocido "seguramente sin esas fábulas, los trinitarios tuviéramos santos de verdad como Escoto en los altares, pero como siempre, los verdaderos santos (los que existieron) pagaron el proceso por culpa de los inventados".

En fin, que según datos o leyendas, nació Guillermo en Inglaterra, aunque se le llame "escoto". Desde niño fue piadoso y caritativo con los necesitados. Cuando llegó a la juventud, sus padres le enviaron a París, donde conoció al santo padre San Juan de Mata (17 de diciembre y 7 de mayo, traslación de las reliquias) y al Beato Juan Anglico (17 de junio) y con quienes estudió la Teología. El 28 de enero de 1193, octava de Santa Inés (14, 21 y 28 de enero; 5 de julio, Iglesias griegas) San Juan de Mata cantaba su primera misa y en ella tuvo la revelación acerca de que debía dedicarse a la redención de los cautivos, fundando una Orden religiosa. Juan se retiró a la soledad, donde según la leyenda conocería a San Félix de Valois (20 de noviembre), y Guillermo y Juan Anglico quedaron en París. La Universidad quiso otorgarles una cátedra a cada uno, para seguir disfrutando de su presencia y elocuencia.

Pero ocurrió que fallecieron los padres de cada uno, misteriosamente al mismo tiempo, sin tener nada que ver uno con el otro. Entonces ambos viajaron a Inglaterra, pues como eran los hermanos mayores, de sus respectivas familias, les tocaba repartir la herencia. Todo lo dieron a sus hermanos menores, renunciando a poseer riquezas y cuando cada uno había hecho lo suyo, se pusieron de acuerdo para volver juntos a París, para esperar a Juan de Mata. Vueltos a París, el obispo quiso ordenarles presbíteros, luego de oír alabanzas del abad de San Víctor, donde se hospedaban ambos jóvenes. Fueron ordenados juntos y juntos dieron clases en la Universidad, donde eran un gran ejemplo para los estudiantes, por sus virtudes y sabiduría. Cada día después de las clases, rezaban juntos y juntos salían luego a atender pobres y a pedir limosna para estos.

En los tiempos de vacación y fiestas, ambos iban a predicar la doctrina cristiana por los pueblos y ciudades circundantes. Y lo hicieron tan bien, que el obispo les pidió se dedicasen a ellos, como predicadores oficiales de la sede parisina. Viajaban a pie, ayunaban y se disciplinaban, para obtener frutos de sus misiones. Convirtieron a muchos e hicieron la paz entre facciones o familias enfrentadas. En este interín, regresó Juan de Mata de Roma, donde Inocencio III le había aprobado la Regla de la Orden. Ambos jóvenes, viendo en la redención de cautivos, la vocación de sus vidas, tomaron el hábito trinitario junto a otros jóvenes.

Junto al fundador y a su inseparable amigo Juan Anglico, se fue Guillermo a Roma, donde construyeron el convento junto a la iglesia de Santo Tomás "in Formis". Allí tomaría el hábito, según la leyenda, San Roberto de San Juan (13 de abril), quien sería el primer mártir trinitario. Inocencio III encomendó a nuestro Beato y a Juan Anglico, la que sería la primera misión redentora de los trinitarios en Marruecos. Allí llegaron el 22 de agosto de 1200 y comenzaron su labor misionera y la "compra" de los cautivos gracias a las limosnas que el papa les había dado para ello. Aunque no tenían permiso para ello, predicaban a los moros, convirtiendo a algunos, por lo cual fueron castigados varias veces, y no les quitaron las vidas por el respeto que el rey de Marruecos tenía hacia el papa Inocencio, en cuyo nombre iban los santos, cual legados. Pero al cabo de cinco meses no pudo soportar más el éxito que iban teniendo y les mandó volvieran al mundo cristiano. Regresaron Juan y Guillermo con 186 cristianos libres, que llevaron a Marsella, luego de una escala en Almería. De allí ambos fueron a Roma, a hacer vida conventual, de asperísima penitencia, ayunos y oraciones.

San Juan de Mata se llevó consigo a Guillermo a una redencion en Túnez, en la cual faltó el dinero para pagar los cautivos que ya se habían concertados. Entonces los musulmanes tomaron al santo fundador y le azotaron cruelmente, dejándole por muerto. Entonces Juan clamó a la Santísima Virgen y esta se le apareció con una bolsa de dinero para que pudiera salvar a los cautivos cristianos, curándole de sus heridas además. La leyenda dice que esta visión la tuvo también Guillermo, quien mandaría a pintar un cuadro sobre el tema y, siendo ya General, mandaría que fuera invocada la Madre de Dios bajo el título de Nuestra Señora del Buen Remedio (8 de octubre).

Un tiempo después quiso San Juan de Mata les acompañasen a España, donde pensaba fundar algunos conventos. A pie, como mandaba la Regla, emprendieron el viaje, lleno de penurias, hasta entrar por Aragón y llegar a Castilla. Fundado el convento de Segovia, fue nuestro Guillermo su primer prior o ministro, y Juan Anglico fue enviado a Roma de prior. En España Guillermo fue, además, visitador de los conventos y dícese que conoció y fue admirado por San Julián de Cuenca (28 de enero) y por San Francisco de Asís (4 de octubre, 25 de mayo, Dedicación y traslación de las reliquias; 17 de septiembre, estigmatización, 12 de diciembre, Invención de las reliquias) a quien conoció en Lérida. La tradición quiere que también fundara el convento y santuario de Nuestra Señora de Tejeda, en 1204.

En 1212, cuando murió San Félix de Valois, Juan Anglico le reemplazó frente al convento de Cerfroid y nuestro Guillermo fue llamado a Roma para ser prior de Santo Tomás "in Formis". Allí estuvo hasta la muerte del santo Padre, el 17 de diciembre de 1213. Entonces, fue nombrado General el Beato Anglico, con gran gozo de Guillermo, quien pasó al convento de Cerfroid. De esta época se cuenta que hubo cierta oposición por parte de algunos a que los religiosos usaran el nombre de "trinitarios", pareciéndole era herético. Guillermo habría escrito la obra "De Dignitate sui Ordinis" defendiendo el uso del nombre y ofreciéndose a ser quemado vivo como hereje si la Iglesia y la Universidad de París hallaban algo erróneo. No solo no lo hallaron, dícese, sino que fueron los otros quienes fueron hallados herejes en sus proposiciones. Intentaron estos herejes asesinarle a él y a un religioso, pero Dios les libró dándoles un profundo sueño y haciéndoles invisibles para que los asesinos no les encontraran aunque pasaron a su lado por el camino. En otra ocasión le acusaron de frecuentar prostíbulos y bares y vivir amancebado. Pero nada pudieron contra él, sino que él defendió tan bien su causa, que logró el rey Felipe Augusto mandara perseguir a los herejes llamados "trinitarios" y fueran quemados 300 de ellos en París. Nada, leyendas.

En 1216 murió el querido Juan Anglico y al año siguiente nuestro Guillermo fue elegido General de la Orden de la Santísima Trinidad. Como General, Guillermo envió religiosos a Tierra Santa, fundó en Portugal en 1218. Ese mismo año fundó en Kaneresburg y al siguiente, también en Inglaterra se fundaría el Colegio de Jerusalén, para preparar misioneros trinitarios a Tierra Santa. En 1220 acompañó a los cruzados franceses en la V Cruzada, destacando por su caridad, celo apostólico y abnegación redimiendo cautivos. Sabemos que esta Cruzada fue un fracaso, por la mala estrategia de los cristianos, que fueron derrotados al intentar atacar Cairo. Aún así dice la leyenda que Guilermo fue tan estimado de todos, que el rey San Luis de Francia (25 de agosto) le propuso al papa que nombrara a Guillermo arzobispo de Reims, pero el santo renunció a ello, y Honorio III no quiso gravarle con la dignidad episcopal, sabiendo que Guillermo prefería, ante todo, la redención de cautivos.

Vuelto a Roma, al poco tiempo se fue a España, donde le necesitaban los religiosos y los cautivos cristianos. Se fue a Baeza, donde aún padecían los cristianos a causa de los desmanes de los moros. Le exigieron los musulmanes tanto dinero, que solo pudo redimir a 40 cautivos. Guillermo respondió severamente a los captores, y estos le apresaron, flagelaron y golpearon varias veces. De allí, mal herido, con los religiosos y los rescatados, salió Guillermo a Castilla. Atravesando Sierra Morena, el santo trinitario desfalleció y se sintió morir. Se apartó para hacer oración, y los demás vieron como emanaba luz de su rostro divinizado. Acabada la oración, dijo a sus religiosos: "Hijos, y hermanos míos: pedid a Dios por mí; y en mi nombre, encargad a todos los religiosos, que encomienden a la Santísima Trinidad, el alma de este pobre pecador. Yo me muero. Sepultad mi cuerpo en alguna parte escondida, dejando en ella señal, para que después sean trasladados mis huesos. Antes de sucederme tres Ministros Mayores: en el tiempo del ministerio del tercero, se ganará la Ciudad de Córdoba y habrá fundación de un convento de nuestra Orden. Allí serán sepultados mis huesos. Decid lo que yo os digo unos a otros, para que la memoria no lo pierda". Luego tomó un Cristo en sus manos y ecomendándole su alma, expiró, el 13 de mayo de 1222.

El primer milagro que realizó Guillermo fue aparecerse a sus religiosos y sacarlos de las intrincadas sierras, aunque los frailes y rescatados solo veían una linterna delante de ellos que les guiaba. La profecía del santo se cumplió, pues en 1246, gobernando la Orden el Beato Nicolás, se conquistó Córdoba y se fundó un convento trinitario en la ciudad. Fueron religiosos a la Sierra a buscar las reliquias del beato, pero las señales externas dejadas por los pasados frailes se habían borrado. Pero entonces notaron unas azucenas que brotaban de la tierra, sin ser tiempo para ello, y cavaron allí, encontrando los huesos de Guillermo. Los trasladaron con solemnidad al convento y allí los sepultaron, rindiéndole culto. Nunca ha sido beatificado ni canonizado formalmente, pero algún culto tuvo, hoy inexistente, en la Orden.


Fuente:
-"Noticias históricas de las tres florentísimas provincias de la Gran Bretaña, Inglaterra, Escocia, e Hibernia, del Celestial Orden de la Ss. Trinidad, de Redención de cautivos cristianos". P. FR. DOMINGO LÓPEZ. Madrid, 1714.


A 13 de mayo además se celebra a:


Santa Gliceria,
virgen y mártir.
San Juan Silenciario,
abad y obispo.
Santa Rolendis, virgen.





viernes, 11 de mayo de 2018

Engañado, paciente y martirizado.

San Gengulf de Varennes, mártir. 11, 13 de mayo, y 12 de octubre, la traslación de las reliquias.

Su "vita" está repleta de fábulas y adiciones que hacen casi irreconocible al personaje real que hay detrás: un noble borgoñón amigo de Pipino "el Breve", quien se hacía acompañar de él en sus campañas para aconsejarse de su sabiduría y aprovecharse de sus ejemplos virtuosos.

Una de las leyendas estrafalarias que se cuentan dice que, no teniendo agua corriente en Varennes, Gengulf (Gangolf, Gandulf) compró el derecho a las aguas de un manantial en Bassigny. Al llegar a su castillo en Varennes, golpeó con su bastón contra el suelo e inmediatamente una fuente brotó allí, secándose el de Bassigny. Sobre esta fuente, que ciertamente pudo haber mandado el santo a construir, en el siglo XIII se construyó una capilla que sería expropiada y anexada a un palacete, cuyos dueños drenaron la fuente, que era tenida por sanadora.

Gengulf era casado con una mala mujer, que le era infiel con un presbítero cada vez que el santo estaba de viaje. A tan escandalosa llegó la situación, que Gengulf se enteró y cuestionó a su mujer. Esta lo negó todo, pero Gengulf no le creyó y la sometió a una versión de la prueba del fuego: si decías la verdad y tocabas brasas no te quemabas, pero si mentías sí. En este caso, para hacerla aún más difícil, Gengulf llevó a su mujer junto a la mencionada fuente y le dijo: "Si eres inocente no te hará daño, pero si eres culpable, Dios te juzgará". Esta metió la mano y la sacó escaldada, aullando de dolor como si de agua hirviendo se tratara.

Entonces Gengulf se separó de ella, pero no le aplicó las severas leyes establecidas para los adúlteros, sino que más bien esperaba recuperarla, buscando su arrepentimiento. Le dio una de sus haciendas y le asignó rentas, en espera de que ella hiciera penitencia y volviera a amarle y respetarle. Por su parte, él se dedicó a las obras de caridad, la oración y la vida mística. Pero su mujer no cambiaba, sino que, al contrario, previendo que la caridad de Gengulf la dejara sin capital, junto con su amante planeó la muerte del piadoso esposo, con vistas a casarse posteriormente.

Una noche el amante se las ingenió para entrar en el castillo de Avallón, donde estaba el santo durmiendo, tomó una espada y le atacó. Sin embargo, Gengulf despertó y se defendió con el brazo, de modo que la espada se desvió y lo hirió en el muslo. El asesino tiró el arma y escapó antes de que Gengulf pudiera dar la alarma, pero este no les denunció. La herida causada fue muy grave y el santo se desangró casi en el acto, y nada pudieron hacer los médicos. Gengulf murió el 11 de mayo de 760. 

La leyenda cuenta que al asesino y la esposa de Gengulf le sobrevinieron terribles castigos del cielo, como perder las posesiones y numerosas enfermedades. A ella, por ejemplo, le tocó padecer que cada vez que hablaba, expelía ventosidades. Y el presbítero murió podrido de una enfermedad maligna que le corrompió el cuerpo, cayéndosele los miembros, el primero de ellos, el miembro viril.


Busto relicario.
El cuerpo del santo fue reclamado por las tías del santo, las monjas Wiltrudis y Wilgisa, quienes lo sepultaron piadosamente en la capilla del castillo, rindiéndole culto enseguida. En 915 se escribió la primera “vita”, que tuvo gran repercusión, haciendo que la célebre poetisa, la Beata Roswytha (5 de septiembre) redactara otra "vita" en verso. En Harsefeld se fundó en 969 una iglesia dedicada al santo, administrada por Canónigos Regulares, sustituidos en 1104 por monjes benedictinos que continuaron el culto al santo. En 1648, tras la Guerra de los Treinta Años, los monjes fueron expulsados y el edificio destruido. En el siglo XIII las reliquias se trasladaron a Langres, donde fueron profanadas por los revolucionarios en la Revolución Francesa. Algunas pocas se salvaron, que aún se veneran. Otras se veneran en Bamberg. 

Es patrono del arte de la cetrería, que se dice practicaba. Por ello su atributo característico es un halcón.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.

A 11 de mayo además se celebra a


Santa Eustelle,
virgen y mártir.
Todos los Santos
Abades de Cluny
.
San Mamerto de Vienne,
obispo.


martes, 23 de enero de 2018

Los Santos Desposorios.

Los Desposorios de la Santísima Virgen y San José. 23 de enero.

Los Desposorios.
Cristóbal de Villalpando.
Esta festividad, hoy eliminada del Calendario Universal de la Iglesia, nació en el siglo XV cuando un canónigo de Chartres, devotísimo de San José, logró se incluyera en el propio de su iglesia local. En 1537 los franciscanos obtuvieron la facultad de celebrarla como fiesta propia y la propagaron durante los siglos XVII y XVIII, principalmente. Las iglesias locales la fueron asumiendo, aunque en diversas fechas, para no interferir en sus calendarios particulares. Por ejemplo, en Flandes era a 6 de febrero, o en Alemania a 22 de diciembre. Los carmelitas, devotos josefinos, también la tomaron como fiesta. Como no podía ser menos, cuando la devoción se extendió, aparecieron las reliquias, y en algunos sitios se veneraba "el anillo de compromiso" que San José habría dado a María. En 1725 Benedicto XIII extendió la Fiesta de los Desposorios de Nuestra Señora a toda la Iglesia. En el misal de 1962, reformado por San Juan XXIII (11 de octubre) ya no aparece.

Pero, ¿de dónde se tomó material devocional y litúrgico para establecer esta festividad? Pues de los Evangelios Apócrifos, puesto que las Sagradas Escrituras no dicen nada sobre este misterio de la vida de la Madre de Dios. Existen varias versiones del tema en libros antiquísimos que, si bien no son canónicos, esto no es óbice para conocerlos, puesto que su antigüedad los hace venerables. Y, ciertamente, muestran lo que los cristianos primitivos tomaron como tradiciones y creyeron.

Primera Versión:
La más antigua es del "Proto Evangelio de Santiago", un escrito a finales del siglo II, aunque hay que recordar que está mezclado con una obra de igual nombre mucho más tardía, de los siglos VII u VIII. Según este, cuando la Santísima Virgen llegó a los 12 años, los sacerdotes del Templo se dijeron: "María ha cumplido doce años y aún sirve en el templo del Señor. ¿Qué debemos hacer para evitar que ella contamine el Santuario del Señor?" (se referían a que aún no menstruaba, sabemos que la sangre era algo contaminante para los judíos). El Sumo Sacerdote, que era San Zacarías (5 de noviembre) en ese momento, entonces oró por ello, y estando en el Templo, se le apareció un ángel que le dijo: "Zacarías, sal fuera y llama a los viudos del pueblo, y que cada uno de ellos lleve consigo un cayado Aquel a quien el Señor dará una señal, será su marido". 

Se avisó a todos los viudos, y se acercaron todos al Templo de Jerusalén. Entre ellos estaba San José, quien también entregó su bastón a Zacarías. Entonces apareció una paloma blanca que voló sobre la cabeza de San José. Zacarías le dijo: "Tú has sido designado por el destino para tomar a la Virgen del Señor bajo tu cuidado". José protestó diciendo que era anciano y con varios hijos, mientras que María era joven. Pero Zacarías le recodó que debía obedecer a la elección divina. Entonces San José tomó a María y la desposó.

Los Desposorios. Giotto.
Se ve la paloma saliendo de la vara.
Segunda versión:
Es tomada de "Historia de José el Carpintero", una leyenda de origen egipcio, del siglo IV, relata que San José, además de carpintero, era sacerdote del Templo del Señor. Tenía varios hijos llamados Justo, Santiago y Simón, y dos hijas llamadas Asia y Lidia. Cuando enviudó, dejó el Templo para trabajar de carpintero y mantener a sus hijos. Llegó el momento antes descrito de los doce años de la Virgen, y entonces los sacerdotes echaron suertes entre los hombres viudos, uno de cada una de las tribus de Israel. Fue José, de la tribu de Judá, el elegido. Entonces los sacerdotes dijeron a María: "Únete a José y quédate con él hasta el tiempo de tu matrimonio". San José la tomó, la dejó en su casa y volvió a su taller de carpintería.

Tercera versión:
La hallamos en el "Evangelio de la Natividad de María", datado a finales del siglo V. Este texto dice que María, llegando a la pubertad, fue enviada a su casa, como las otras niñas del Templo. Pero si bien las otras tenían a sus padres para recibirlas, María no, así que dijo que no podía hacerlo, pues sus padres vivían dedicados al Señor y que, además, ella había prometido vivir eternamente como virgen del Señor. ¿Acaso quería el Sacerdote que ella rompiera un voto a Dios? El Sumo Sacerdote, ante esta novedad (el autor admite que un voto de virginidad es algo inaudito en la cultura judía), consultó a los otros sacerdotes y todos acordaron pedir un oráculo al Señor. Se postraron todos en oración y cuando el Sumo Sacerdote entró al "Sancta Sanctorum" se escuchó una voz que clamó el texto de Isaías: "Y saldrá una vara del tronco de Jessé, y un renuevo retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu del Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo, y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y de temor del Señor" (Isaías 11, 1-2).

Entonces los sacerdotes convocaron a todos los hombres solteros de la Casa de David a que trajeran una rama seca para ponerla en el altar del Señor. Aquel cuya vara floreciera sería el elegido. Entre ellos estaba San José, un anciano viudo, quien dejó que todos los otros pusieran su propia vara en el altar. Al no haber portento, José fue conminado a poner su propio bastón en el altar. Así lo hizo y enseguida floreció, con lo que todos supieron era el elegido. Además, aquí también se repite la presencia de la paloma. Después del Desposorio, José regresó a su casa para preparar todo para la próxima boda. La Virgen del Señor, María, volvió a la casa de sus padres en Galilea, acompañada por otras siete vírgenes a esperar el matrimonio. 

Esta es la versión que más ha influido en la iconografía josefina en Occidente, pues la vara florecida ha pasado a ser el atributo típico de San José.

Los Desposorios. Fra Angelico.
Se ve a un pretendiente disgustado romper su vara.


Cuarta versión:
La hallamos en el "Evangelio de Pseudo-Mateo", igualmente tardío y nacido entre cristianos provenientes de ambientes judíos. Llegada María a los 12 años, el sacerdote Abiatar quiso casarla con su hijo. Pero María objetó: "No puede ser que un hombre me posea". Pero los sumos sacerdotes y la familia de la Virgen le replicaron: "Dios es servido por los hijos y honrado por los descendientes; así ha sido siempre entre los hijos de Israel". A esto María contestó: "Dios es sobre todo servido y alabado por la castidad. Mirad si no a Abel. Antes de él no había justos entre los hombres. Complacía a Dios a través de los sacrificios y fue asesinado despiadadamente por el hombre que no agradaba a Dios. Recibió así dos coronas al mismo tiempo: la corona del sacrificio y la corona de la virginidad, porque hasta entonces todavía no había manchado su carne. Como Elías está vivo y en carne del cielo, pues hasta ser arrebatado había logrado conservar su carne en estado virgen. Desde temprana edad aprendí en el templo de Dios que la virginidad agrada a Dios en particular. Precisamente por esta razón quiero ofrecer a Dios lo que le agrada particularmente, por eso estoy decidida a no ofrecerme nunca a un hombre".

Entonces Abiatar convocó a todo el pueblo y clamó: "Hijos de Israel, escuchadme y abrid bien los oídos. Desde el momento en que Salomón construyó este templo, vivieron allí vírgenes, hijas de reyes, profetas, y sacerdotes. Pero cuando alcanzaban la mayoría de edad, se les daba a un hombre en matrimonio para que siguiera nuestro estilo de vida habitual. Así agradaban a Dios. Pero María ha inventado una nueva forma de vida. Ella ha prometido a Dios que siempre querrá permanecer virgen. Es por eso que ahora debemos pedir consejo a Dios y Él tendrá que responder a nuestra pregunta, sobre a quién podremos confiársela de manera segura".

Entonces, como en las anteriores versiones, se convocó a los varones de Israel, quienes pusieron sus bastones junto al altar. Pero el Sumo Sacerdote olvidó el de San José fuera, por lo cual, ninguna vara floreció. Entonces apareció un ángel y le avisó que no había tomado la vara de José. El sacerdote salió fuera, tomó la vara y la entregó a San José, y en ese momento, una paloma salió del bastón y se perdió en el cielo. Todo el pueblo felicitó a San José, aunque este protestó por ser viejo y tener hijos, incluso mayores que la esposa que se le daba. José admitió llevarla consigo, pero "hasta que Dios me aclare con quién de mis hijos debe casarse". El sacerdote dio a María 5 vírgenes para que la acompañaran hasta el matrimonio, advirtiendo a José que María sólo se casaría con él.

Los Desposorios.
Grabado flamenco.
Como vemos, las versiones del hecho varían en numerosos detalles, como nombres o diálogos, pero coinciden en el aspecto fundamental: Aquella que Dios había elegido como Madre del Redentor debía ser protegida y casada con un hombre excepcional. Siendo María el Arca de la Nueva Alianza, correspondía que un Nuevo Patriarca la custodiase.

En la iconografía, el tema de los Desposorios ha sido recurrente desde el siglo XVI en adelante, normalmente en deliciosos anacronismos. Suelen aparecer ambos contrayentes entregándose anillos. Los símbolos de la vara florecida y la paloma igualmente son frecuentes. Como detalle curioso, en el siglo XVII los carmelitas recrearon la leyenda de San Agabo (13 de febrero), un supuesto pretendiente de María, que habría roto su vara al no ser elegido para esposo de la Virgen Santísima. Ante esto, para consolarse, subió al Carmelo, donde levantó un templo para venerar a la Madre del Mesías.


Fuentes:
-E-book "Evangelios Apócrifos". VARIOS.
-"Evangelios Apócrifos". EDMUNDO GONZÁLEZ BLANCO, Ed. Valladolid, 2015.
-"Los Evangelios Apócrifos". Tomo 2. JUAN BAUTISTA BERGUA. 1934.


A 23 de enero además se celebra a
Santa Mariana de Molokai, virgen.
Santa Eusebia-Hospedes de Milasa, virgen.

lunes, 1 de enero de 2018

El Taumaturgo de Condat.

San Oyend de Condat, abad. 1 de enero.

Su "vita" fue escrita por un monje de Condat en el siglo VI, y aunque el autor casi fue contemporáneo del santo, tiene más de leyenda que de historia. Gran parte de esta "vita" pretende explicar los ritos del "Óleo de San Oyend", un aceite bendecido que el monasterio ofertó durante siglos a los devotos del santo. Igualmente explica la presencia de algunas reliquias en el monasterio, para darles autenticidad.

Según este escrito, Oyend (Eugend, Agend, Yan, Eugendo) nació en Franconia, a finales del siglo V y fue hijo de un presbítero. Siendo aún un niño pequeño tuvo una visión en la cual veía a dos religiosos que le tomaban y le llevaban consigo a una alta montaña, desde la cual oyó una voz, como el Patriarca Abraham, que le decía "Tu descendencia será tanta como estas estrellas". Y aparecían cientos, miles de monjes que confirmaban aquellas palabras. Además, se vio el niño Oyend en el cielo, donde los ángeles entonaban salmos y cánticos ante el trono del Altísimo. Cuando terminó la visión, la refirió a su padre, el cual lo confió a los Santos abades Román y Lupicinio (28 y 29 de febrero), que recién habían fundado un monasterio en Condat.

Así, a los siete años entró al monasterio. Pronto aprendió a leer, escribir y cantar. Apenas tuvo la edad requerida, tomó el hábito monástico allí mismo. Fue penitente y orante como pocos, y se dice siempre llevó una áspera camisa de pelo bajo el hábito y unos zapatos de madera, toscos y sin refinar por dentro. Dormía sobre un saco de paja, sumamente incómodo. Su oración era prolongada, y salía de ella transfigurado, con una luz sobrenatural emanando de su rostro. No comía sino una sola vez al día, a la hora de Sexta, y solo comía otra vez si la obediencia se lo imponía.

Estudió las Escrituras y los Padres de la Iglesia, destacando por su recta comprensión de la doctrina católica. Su obispo quiso ordenarle presbítero para que pudiera predicar el Evangelio, pero Oyend nunca quiso, sino que prefería ser un simple monje sin honores. Fue un gran auxilio para su abad, el cual descargaba con confianza numerosos encargos y acciones de gobierno, teniéndole por vicario fiel. Destacó sobre todo como director de la escuela del monasterio, en la que él mismo se había formado. Poco tiempo después tuvo una visión en la cual los santos fundadores Román y Lupicinio le cedían su cayado y su cíngulo, en signo de que le elegían para que fuera abad del monasterio cuando los monjes lo decidieran.

Y efectivamente, al poco tiempo, en 490, murió su abad y Oyend fue elegido por unanimidad como abad de Condat. Fue prelado piadoso, noble y recto al mismo tiempo. Aun así, a veces recibía críticas de sus monjes, a las cuales respondía con humildad y redoblando sus penitencias para ser mejor. Tuvo el don de milagros, y los dones de conciencias y de sanación. Incluso por medio de sus cartas hacía milagros, lo cual fue aprovechado, según la leyenda, por varios prelados y presbíteros, para escribirle y obtener respuesta suya, y así, por medio de estas cartas "milagrosas", aliviar las penas de los enfermos. Otro sacramental muy usado por el santo fue el aceite bendito, que sus visitantes se llevaban del monasterio para ungir a enfermos, obrándose portentos.

También eran efectivas su acción y oración contra el demonio. Cuéntase que una joven de Secundiac cayó bajo el dominio de un demonio, que llegó a enloquecerla hasta el punto de tener que ser atada con cadenas. Conjurado el demonio a que dejara a la muchacha en paz, el diablo dijo que sólo podría contra él sino el Oyend, el abad de Condat. Fueron a rogarle al santo que viajara a exorcizar a la joven, mas Oyend se negó a salir del monasterio, aunque firmó una nota en la cual ordenaba al diablo, en el Nombre de Cristo, a salir de la joven. Todavía no habían llegado a la mitad del camino cuando el diablo, sintiendo cerca la presencia del santo abad, salió del cuerpo de la poseída.

Nuestro santo tuvo, por iluminación divina, el conocimiento previo de las cosas, como la pronta muerte de algunos de sus monjes, a los cuales avisaba para que se prepararan para el encuentro definitivo con Cristo. También predecía la llegada de los prelados o personajes ilustres, esmerándose en que todo estuviera listo. También tuvo el especial don de conocer las virtudes o vicios de los que rodeaban sintiendo un agradable perfume o espantoso hedor, según el caso. Algo que también leemos de Santa Cristina la Admirable (24 de julio).

Uno de los "hechos" más conocidos y representados en la iconografía de San Oyend es una visión que tuvo: Se le aparecieron los apóstoles San Pedro, San Pablo y San Andrés un día que descansaba bajo un árbol. Luego de saludarles y preguntarles de donde venían, los tres santos le revelaron quienes eran. Oyend, luego de besar sus pies inquirió que hacían los santos por aquellos parajes, siendo que sus cuerpos se veneraban en Roma y de Patras. Entonces San Pedro le contestó: – "Eso es verdad, nosotros estamos donde tú aseguras, mas hemos venido aquí, que es donde debemos habitar ahora". Y desaparecieron. En ese momento vio el santo abad se acercaban dos monjes que años atrás habían salido en peregrinación, quienes traían un arca con reliquias los santos Pedro, Pablo y Andrés. Las reliquias fueron llevadas al monasterio solemnemente y veneradas durante siglos en el altar.

También gozó nuestro santo de la protección del gran San Martín de Tours (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias; 1 y 13 de diciembre, traslaciones), el cual socorrió a varios de sus monjes en una ocasión en que Oyend les había enviado a comerciar con sal. Sucedió que a los dos meses aún no habían regresado los monjes y Oyend entristeció sobremanera, pensando no les habría enviado a la muerte. Entonces, estando en oración en su lecho, se le apareció San Martín, quien le aseguró que estaba a salvo por su protección, aunciándole el día y hora en que llegarían al monasterio. Oyend lo comunicó a sus monjes al día siguiente, y así mismo ocurrió, pues el día y hora anunciados aparecieron los monjes. Además experimentó la protección de San Martín cuando el monasterio de Condat sufrió un incendio y milagrosamente se salvaron numerosos bienes, pudiendo reconstruirse el monasterio en poco tiempo. Además, el aceite bendito, siendo lo más inflamable, quedó intacto en medio de las cenizas el recinto.

Luego de la Navidad de 509, Oyend se sintió desfallecer y pidió le fuera impartido el sacramento de la Extremaunción, pues sabía no le quedaban sino pocos días de vida. Consoló a sus monjes, que estaban tristes por perderle, y les animó a elegir un abad mejor que él mismo. Tuvo una visión en la cual los santos Román y Lupicinio entraban con un ataúd y alegres le mostraban el cielo. Pidió a sus monjes no retrasaran su muerte con oraciones, sino que pidieran mejor para que alcanzara pronto el cielo. Y así, el primer día de año de 510, teniendo 60 años, el santo abad entró a la gloria eterna. 

Fuentes: 
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"Les vies de tous les Saints de France". Tomo V. M. CH. BARTHELEMY. Versalles 1864.

A 1 de enero además se celebra a
San Demet de Plozevet, eremita.
San Concordio, presbítero y mártir.

viernes, 17 de noviembre de 2017

De un hagiógrafo al que admiro.

San Gregorio de Tours, obispo. 17 de noviembre. 

Nuestro santo nació en una noble familia, ilustre en el Imperio y en la Iglesia. Su bisabuelo materno fue San Gregorio de Langrés (4 de enero), y tíos abuelos fueron los obispos San Nicecio de Lyon (2 de abril), San Tetric (18 de marzo) y San Gallo de Clermont (3 de julio). Al nacer, el 30 de noviembre de 539, le llamaron Jorge Florencio, en honor a sus antepasados, pero ya se cambiaría el nombre luego. Muy pronto quedó huérfano de padre y su madre le educó con gran amor y rectitud. Cuando tenía 6 años comenzó a estudiar con San Avito de Clermont (21 de agosto) cuando este era aún arcediano, quien que le preparó para ordenarse presbítero. Era un joven piadoso y amante del saber, pero un poco creído y necesitó una “conversión”, según cuenta él mismo: en un viaje que realizaba a Chalons-sur-Saone, donde vivía su madre, una tormenta comenzó a amenazar con caer. Gregorio, que llevaba una arqueta con reliquias en el pecho, la sacó y la sostuvo en alto apuntando hacia las nubes. Y en ese momento las nubes se separaron y el cielo se despejó. Pero Gregorio no pudo evitar decir a sus compañeros que era muy posible que las nubes hubieran sido desvanecidas tanto por las virtudes de las reliquias sus virtudes como por las suyas propias. Y en ese momento, su caballo dio un mal paso y Gregorio cayó al barro, provocando la risa de sus compañeros. Este hecho le hizo más humilde y le acercó más a Cristo.

En 573 murió el obispo de Tours, San Eufronio (4 de agosto), y Gregorio fue elegido para sustituirle. Su prestigio como presbítero sumado a sus conexiones familiares hicieron posible esta elección. Apenas fue elegido, casi muere de una enfermedad intestinal de la que se sanó gracias a la intercesión de San Martín de Tours (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias; 1 y 13 de diciembre, traslaciones).

Uno de sus principales problemas en el episcopado fue a causa del poder civil. Al igual que le había pasado a su tío abuelo San Tetric tuvo que mediar entre un rey y su hijo rebelde: Meroveo, hijo de Chilperico, se había casado con su tía Brunehildis, viuda de Sigeberto, para poder heredar el reino de Austrasia. Fue obligado a separarse de ella y conminado a retirarse en la abadía de Anisole. Pero Meroveo, sospechando que su madrastra Fredegundis planeaba matarlo, se refugió en Tours pidiendo asilo. Gregorio le ofreció protección por caridad, aunque le recordó que no estaba bien que un hijo se rebelara contra su padre, por mal que este le hiciera. Meroveo entonces le pidió le leyera los oráculos de la Escritura. Esta costumbre, que estuvo bastante extendida, consistía en abrir al azar la Biblia en tres ocasiones y sacar una enseñanza de los textos leídos. En ocasiones se hacía ante grandes calamidades públicas, con cierto ceremonial, hoy olvidado. En fin, que Gregorio accedió y, luego de invocar al Espíritu Santo, abrió las Escrituras y leyó: "Al ojo que se burla de su padre, y desprecia obedecer a su madre, los cuervos del valle lo recogerán, y las jóvenes águilas se lo comerán" (Prov. 30, 17). 


Gregorio y Pretextato
ante Chilperico.
Meroveo no quedó contento y Gregorio tuvo paciencia y, luego de tres días de ayuno y oración, tomo las Escrituras, que antes había puesto sobre la tumba de San Martín, y leyó: "Porque abandonaron al Señor su Dios, que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y tomaron otros dioses... por tanto, el Señor trajo sobre ellos todo este mal" (1 Reyes 9, 9). Luego abrió la Escritura por otro sitio y leyó: "Tú los colocaste en lugares resbaladizos, y los derribaste, y los destruiste. O cuán repentinamente consumen, perecen y llegan a un fin temeroso" (Salmo 22, 18-19). Y luego, al abrir los Evangelios leyó Gregorio solemnemente: "Sabéis que después de dos días es la fiesta de la Pascua, y el Hijo del Hombre será traicionado para ser crucificado". (Mateo 26, 2). Con estos textos todo parecía estar claro, pero igualmente el joven no pudo escapar de la maldad de su madrastra y murió asesinado por ella, aunque la versión "oficial" contó que se había suicidado.

Luego de esto, en 575 el rey convocó un Concilio en París para juzgar a San Pretextato de Rouen (24 de febrero) por haber casado a Meroveo y su tía. El rey hizo presión para que el santo fuera excomulgado por violar los cánones, pero Gregorio le defendió, junto a Aecio de París, alegando que los contrayentes no eran consanguíneos, pues Brunehildis era tía política de Meroveo. Tanto Chilperico como su mujer Fredegundis intentaron sobornar a Gregorio, pero este rechazó toda componenda encaminada a condenar a un obispo inocente.

Fredegundis no podía perdonar a San Gregorio por oponerse a sus ambiciones con tanta valentía, por lo cual agitó a Leudast, conde de Tours, para incordiar constantemente al santo obispo, aunque sin mostrarle abierta violencia, pues Gregorio era un personaje muy prestigioso. Este Leudast había estado implicado en el asesinato de Sigebert y era enemigo de Meroveo, así que consideraba a Gregorio como enemigo suyo. Hizo correr la voz de que el santo había hablado irrespetuosamente de Fredegundis, diciendo que era una mala mujer. Cuando el rumor se hizo público, él mismo avisó a Chilperico de ello. Este, sin embargo no creyó el rumor, e incluso pretendió destituir a Leudast. Pero este mal hombre rápidamente se inventó otra calumnia sobre Gregorio, al decir que nuestro biografiado había acusado a la reina de vivir en adulterio con el obispo Bertrand de Burdeos. Ante este chisme, Chilperico le dio una buena tunda de palos a Leudast, echándolo de su presencia. Sin embargo, su amigo Riculf, subdiácono de Tours, le apoyó, diciendo que efectivamente Gregorio difamaba de la reina. Entonces, sobre 580 el rey convocó un Concilio en Berni, cerca de Soissons, para escuchar los cargos contra el obispo de Tours. Bertrand de Burdeos acusó a Gregorio de haber declarado lo del adulterio con la reina, pero al no presentar prueba alguna, ningún obispo se atrevió a acusar a Gregorio de tal calumnia. Todos se contentaron con un juramento solemne que el santo hizo acerca de que nunca había difamado de la reina ni de nadie. Y quien salió mal fue Leudast, quien fue excomulgado y castigado por difundir rumores falsos sobre un prelado.


Escultura en El Louvre.
Por si todo esto fuera poco, Chilperico se las daba de teólogo y compositor religioso. Sin embargo, sus himnos eran malísimos, y Gregorio no se calló para decírselo. Su teología era de tercera y su lenguaje tosco e impreciso. O se perdía en detalles innecesarios o aventurados. También se aventuró a escribir un tratado sobre la Santísima Trinidad con herejías manifiestas, más por ignorancia que por creerlas. Gregorio lo leyó y alarmado le dijo: - "Renuncia a esta doctrina que Hilario y Eusebio no han enseñado". Chilperico, que era un burro con aspiraciones, no sabía quiénes eran San Hilario de Poitiers (13 de enero) y San Eusebio de Vercelli (2 de agosto), replicó: – "Este Hilario y este Eusebio son mis enemigos entonces, no debo tener que ver nada con ellos". "Son santos" – dijo Gregory – "y no puedes luchar contra ellos. Confiesa que hay en verdad tres Personas, no corporalmente, sino espiritualmente, en una gloria, una eternidad y un poder". El rey, furioso, dijo: – "Someteré mi tratado a hombres más sabios que tú, y ellos lo aprobarán". "No lo aprobará ningún un hombre sabio, sino solo un necio lo aprobaría", respondió Gregorio audazmente. El rey enfureció, y mostró su panfleto herético a San Salvio de Albi (10 de septiembre), que lo leyó, lo rechazó y quiso despedazarlo. Afortunadamente, Chilperico reconoció que para Teología estaba la Iglesia y se centró en asuntos de gobierno.

San Gregorio escribió la "Historia Eclesiástica de los Francos", que es la más precisa que existe de su tiempo. Por ella ha sido nombrado "Padre de la Historiografía Francesa", y el título de patrono de los historiadores. El santo falleció en 594 y fue sepultado en Tours.

Es este un santo al que los hagiógrafos debemos mucho, pues escribió sendas obras dedicadas a las vidas, leyendas y culto de los santos. "La Gloria de los Confesores", "La Gloria de los Mártires" y "Las vidas de las Padres" son las principales, y han sido durante siglos fuente para escribir sobre santos. Ciertamente, aunque se le ha llamado historiador, que lo fue, con respecto al tema de los santos, Gregorio más bien fue hagiógrafo, pues no fue al fondo de las cuestiones históricas y da por bueno cuanto milagro le llegaba a oídos. Pero a los que escribimos sobre santos eso no nos importa demasiado y le agradecemos su trabajo, pues lo que queremos de él es precisamente lo que hizo: escribir sobre santos y ser un referente a la hora de datar algunos hechos. Particularmente escribió de 

San Gregorio de Langrés. (4 de enero).
Santa Monegundis de Tours. (2 de julio).
San Martín de Tours. (11 de noviembre).
San Romano de Garona. (24 de noviembre).
La Aparición de San Miguel en Roma. (25 de abril).
Santas Maura y Brígida de Beauvais. (13 de julio).
San Mariano de Bourges. (19 de agosto).
San Patroclo de Troyes. (21 de enero).
Santa Pelagia de Limoges. (26 de agosto).
San Maximino de Tréveris. (29 de mayo).
San Evergislo de Colonia. (24 de octubre).
Santos Sergio y Baco. (7 de octubre).
San Hipólito. (22 de agosto).
San Eutropio de Saintes. (30 de abril).
San Hermenegildo. (13 de abril).
San Melanio de Rennes. (6 de noviembre).
San Víctor de Xanten. (10 de octubre).
San Laudomer de Chalons. (2 de octubre).
San Remigio de Reims. (1 de octubre).
San Salvio de Albi. (10 de septiembre).
San Ginés de Arlés. (25 de agosto).
Santa Radegundis de Poitiers. (13 de agosto).
San Cybar de Angouleme. (1 de julio).
San Pient de Poitiers. (13 de marzo).
San Sabaulin. (1 de noviembre).
San Baldiri. 20 de mayo. 
San Esteban Protomártir. (26 de diciembre).
San Verand de Cabaillon. (19 de octubre).
Las Santas Doncellas de Tolosa. (17 de octubre).
San Walfroy Estilita. (21 de octubre).
Santa Cesárea de Arlés. (11 de enero).
Santos Crispín y Crispiniano. (15 de octubre).
San Víctor de Marsella. (21 de julio).


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 17 de noviembre además se celebra a
San Florin de Ramosch, presbítero.
San Hugo de Lincoln, obispo.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...