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sábado, 17 de marzo de 2018

De mitos, viajes y cálices.

San José de Arimatea, discípulo de Cristo. 17 de marzo.

No sabemos nada con seguridad sobre San José de Arimatea, fuera de lo que nos dice el Evangelio. Lo mencionan los cuatro evangelistas y sabemos por ellos que fue discípulo de Nuestro Señor, aunque "en secreto, por miedo a los judíos". Era "consejero, un hombre justo y bueno". No tomó parte en el Sanedrín en contra de Jesús "y buscaba el reino de Dios". Las escenas que vio junto a la cruz parece que le dieron fuerza y así, "fue sin temor a Pilatos a rogar le entregasen el cuerpo de Jesús". Habiendo obtenido su petición, compró lino fino y amortajó el cuerpo, y lo depositó luego en un sepulcro excavado en la roca, "en el que nunca había sido sepultado nadie". No hay sino unas pocas referencias más sobre San José, salvo las que encontramos en los libros apócrifos como el "Evangelio de Nicodemo", también conocido como los "Hechos de Pilatos", que contiene algunas otras alusiones a él, pero de tipo legendario.

Tenemos la leyenda de San Lucio (3 de diciembre), supuesto primer rey inglés cristiano, que aparece incluida en la "Historia Ecclesiastica Gentis Anglorum" de San Beda el Venerable (25 de mayo). Habla de pasada de José de Arimatea al mencionar que dicho envió a los Santos Elvan y Mydwyn (1 de enero), dos discípulos de nuestro santo, al papa reinante, San Eleuterio (26 de mayo), solicitándole ser bautizado y aceptado en la Iglesia. El papa habría respondido al rey enviándole a los dos presbíteros Santos Dyfan y Fagan (26 de mayo) para que le bautizaran y predicaran la fe de Cristo en Anglia. Según Beda, el Arimatea tenía contacto con los británicos no por ser apóstol allí, sino por poseer varias minas de hierro, y ser un sitio que visitaba frecuentemente.

Pero sin embargo, la más asombrosa de las leyendas referentes a José, es de fecha muy posterior, y es la leyenda inglesa. La obra de Guillermo de Malmesbury, "De Antiquitate Glastoniensis Ecclesiae", escrita en 1130, tenía un capítulo narrando la llegada de José a Glastonbury, pero sin embargo, ese capítulo es posterior lo menos 100 años. Este texto narra que José de Arimatea acompañó a San Felipe Apóstol (3 de mayo) cuando este predicó el Evangelio en la Galia. el Apóstol envió a José a Inglaterra junto a doce discípulos para predicaran el Evangelio en esta tierra. Se establecieron en en Yniswitrin, luego Glastonbury, donde se les apareció el Arcángel San Gabriel (24 de marzo y 29 de septiembre) y les ordenó construir una iglesia dedicada a Nuestra Señora. En esta iglesia el mismo José sería sepultado.

El hecho de que ninguno de los historiadores ingleses, como Godofredo de Monmouth, cuente esta leyenda, ya es suficiente para comprobar que nació en el siglo XIV. En el siglo XV se ampliará contando que José habría llevado a Inglaterra unas ánforas en las que conservaba sangre y sudor de Cristo. Sobre 1400 Juan de Glastonbury menciona que, además, portaba el Santo Grial, o sea, el cáliz usado por Jesús en la Última Cena. Esta leyenda se hizo popular entre los ingleses, pues servía de orgullo nacional creer que su tierra ya había sido evangelizada en el siglo I. Que tal vez lo fue, pero de otra manera. Y más aún se acrecentó este orgullo patrio, cuando los Concilios de Constanza, en 1417, y Basilea, en 1434, los prelados ingleses defendieron y nadie les protestó, que el territorio de Britania había recibido las enseñanzas del Evangelio antes que cualquier otro país de Occidente.

Es otro de los tantos mitos nacionales, como el que pretende que Santa María Magdalena (22 de julio y 5 de mayo), Santa Marta (29 de julio) y San Lázaro (17 de diciembre y 29 de julio) llegaron a Francia, o que en España predicó el Evangelio el Apóstol Santiago (25 de julio; 23 de mayo, aparición en Clavijo; 30 de diciembre, la Traslación; 26 de mayo, la Invención).


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 17 de marzo además se celebra a






martes, 23 de enero de 2018

Los Santos Desposorios.

Los Desposorios de la Santísima Virgen y San José. 23 de enero.

Los Desposorios.
Cristóbal de Villalpando.
Esta festividad, hoy eliminada del Calendario Universal de la Iglesia, nació en el siglo XV cuando un canónigo de Chartres, devotísimo de San José, logró se incluyera en el propio de su iglesia local. En 1537 los franciscanos obtuvieron la facultad de celebrarla como fiesta propia y la propagaron durante los siglos XVII y XVIII, principalmente. Las iglesias locales la fueron asumiendo, aunque en diversas fechas, para no interferir en sus calendarios particulares. Por ejemplo, en Flandes era a 6 de febrero, o en Alemania a 22 de diciembre. Los carmelitas, devotos josefinos, también la tomaron como fiesta. Como no podía ser menos, cuando la devoción se extendió, aparecieron las reliquias, y en algunos sitios se veneraba "el anillo de compromiso" que San José habría dado a María. En 1725 Benedicto XIII extendió la Fiesta de los Desposorios de Nuestra Señora a toda la Iglesia. En el misal de 1962, reformado por San Juan XXIII (11 de octubre) ya no aparece.

Pero, ¿de dónde se tomó material devocional y litúrgico para establecer esta festividad? Pues de los Evangelios Apócrifos, puesto que las Sagradas Escrituras no dicen nada sobre este misterio de la vida de la Madre de Dios. Existen varias versiones del tema en libros antiquísimos que, si bien no son canónicos, esto no es óbice para conocerlos, puesto que su antigüedad los hace venerables. Y, ciertamente, muestran lo que los cristianos primitivos tomaron como tradiciones y creyeron.

Primera Versión:
La más antigua es del "Proto Evangelio de Santiago", un escrito a finales del siglo II, aunque hay que recordar que está mezclado con una obra de igual nombre mucho más tardía, de los siglos VII u VIII. Según este, cuando la Santísima Virgen llegó a los 12 años, los sacerdotes del Templo se dijeron: "María ha cumplido doce años y aún sirve en el templo del Señor. ¿Qué debemos hacer para evitar que ella contamine el Santuario del Señor?" (se referían a que aún no menstruaba, sabemos que la sangre era algo contaminante para los judíos). El Sumo Sacerdote, que era San Zacarías (5 de noviembre) en ese momento, entonces oró por ello, y estando en el Templo, se le apareció un ángel que le dijo: "Zacarías, sal fuera y llama a los viudos del pueblo, y que cada uno de ellos lleve consigo un cayado Aquel a quien el Señor dará una señal, será su marido". 

Se avisó a todos los viudos, y se acercaron todos al Templo de Jerusalén. Entre ellos estaba San José, quien también entregó su bastón a Zacarías. Entonces apareció una paloma blanca que voló sobre la cabeza de San José. Zacarías le dijo: "Tú has sido designado por el destino para tomar a la Virgen del Señor bajo tu cuidado". José protestó diciendo que era anciano y con varios hijos, mientras que María era joven. Pero Zacarías le recodó que debía obedecer a la elección divina. Entonces San José tomó a María y la desposó.

Los Desposorios. Giotto.
Se ve la paloma saliendo de la vara.
Segunda versión:
Es tomada de "Historia de José el Carpintero", una leyenda de origen egipcio, del siglo IV, relata que San José, además de carpintero, era sacerdote del Templo del Señor. Tenía varios hijos llamados Justo, Santiago y Simón, y dos hijas llamadas Asia y Lidia. Cuando enviudó, dejó el Templo para trabajar de carpintero y mantener a sus hijos. Llegó el momento antes descrito de los doce años de la Virgen, y entonces los sacerdotes echaron suertes entre los hombres viudos, uno de cada una de las tribus de Israel. Fue José, de la tribu de Judá, el elegido. Entonces los sacerdotes dijeron a María: "Únete a José y quédate con él hasta el tiempo de tu matrimonio". San José la tomó, la dejó en su casa y volvió a su taller de carpintería.

Tercera versión:
La hallamos en el "Evangelio de la Natividad de María", datado a finales del siglo V. Este texto dice que María, llegando a la pubertad, fue enviada a su casa, como las otras niñas del Templo. Pero si bien las otras tenían a sus padres para recibirlas, María no, así que dijo que no podía hacerlo, pues sus padres vivían dedicados al Señor y que, además, ella había prometido vivir eternamente como virgen del Señor. ¿Acaso quería el Sacerdote que ella rompiera un voto a Dios? El Sumo Sacerdote, ante esta novedad (el autor admite que un voto de virginidad es algo inaudito en la cultura judía), consultó a los otros sacerdotes y todos acordaron pedir un oráculo al Señor. Se postraron todos en oración y cuando el Sumo Sacerdote entró al "Sancta Sanctorum" se escuchó una voz que clamó el texto de Isaías: "Y saldrá una vara del tronco de Jessé, y un renuevo retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu del Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo, y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y de temor del Señor" (Isaías 11, 1-2).

Entonces los sacerdotes convocaron a todos los hombres solteros de la Casa de David a que trajeran una rama seca para ponerla en el altar del Señor. Aquel cuya vara floreciera sería el elegido. Entre ellos estaba San José, un anciano viudo, quien dejó que todos los otros pusieran su propia vara en el altar. Al no haber portento, José fue conminado a poner su propio bastón en el altar. Así lo hizo y enseguida floreció, con lo que todos supieron era el elegido. Además, aquí también se repite la presencia de la paloma. Después del Desposorio, José regresó a su casa para preparar todo para la próxima boda. La Virgen del Señor, María, volvió a la casa de sus padres en Galilea, acompañada por otras siete vírgenes a esperar el matrimonio. 

Esta es la versión que más ha influido en la iconografía josefina en Occidente, pues la vara florecida ha pasado a ser el atributo típico de San José.

Los Desposorios. Fra Angelico.
Se ve a un pretendiente disgustado romper su vara.


Cuarta versión:
La hallamos en el "Evangelio de Pseudo-Mateo", igualmente tardío y nacido entre cristianos provenientes de ambientes judíos. Llegada María a los 12 años, el sacerdote Abiatar quiso casarla con su hijo. Pero María objetó: "No puede ser que un hombre me posea". Pero los sumos sacerdotes y la familia de la Virgen le replicaron: "Dios es servido por los hijos y honrado por los descendientes; así ha sido siempre entre los hijos de Israel". A esto María contestó: "Dios es sobre todo servido y alabado por la castidad. Mirad si no a Abel. Antes de él no había justos entre los hombres. Complacía a Dios a través de los sacrificios y fue asesinado despiadadamente por el hombre que no agradaba a Dios. Recibió así dos coronas al mismo tiempo: la corona del sacrificio y la corona de la virginidad, porque hasta entonces todavía no había manchado su carne. Como Elías está vivo y en carne del cielo, pues hasta ser arrebatado había logrado conservar su carne en estado virgen. Desde temprana edad aprendí en el templo de Dios que la virginidad agrada a Dios en particular. Precisamente por esta razón quiero ofrecer a Dios lo que le agrada particularmente, por eso estoy decidida a no ofrecerme nunca a un hombre".

Entonces Abiatar convocó a todo el pueblo y clamó: "Hijos de Israel, escuchadme y abrid bien los oídos. Desde el momento en que Salomón construyó este templo, vivieron allí vírgenes, hijas de reyes, profetas, y sacerdotes. Pero cuando alcanzaban la mayoría de edad, se les daba a un hombre en matrimonio para que siguiera nuestro estilo de vida habitual. Así agradaban a Dios. Pero María ha inventado una nueva forma de vida. Ella ha prometido a Dios que siempre querrá permanecer virgen. Es por eso que ahora debemos pedir consejo a Dios y Él tendrá que responder a nuestra pregunta, sobre a quién podremos confiársela de manera segura".

Entonces, como en las anteriores versiones, se convocó a los varones de Israel, quienes pusieron sus bastones junto al altar. Pero el Sumo Sacerdote olvidó el de San José fuera, por lo cual, ninguna vara floreció. Entonces apareció un ángel y le avisó que no había tomado la vara de José. El sacerdote salió fuera, tomó la vara y la entregó a San José, y en ese momento, una paloma salió del bastón y se perdió en el cielo. Todo el pueblo felicitó a San José, aunque este protestó por ser viejo y tener hijos, incluso mayores que la esposa que se le daba. José admitió llevarla consigo, pero "hasta que Dios me aclare con quién de mis hijos debe casarse". El sacerdote dio a María 5 vírgenes para que la acompañaran hasta el matrimonio, advirtiendo a José que María sólo se casaría con él.

Los Desposorios.
Grabado flamenco.
Como vemos, las versiones del hecho varían en numerosos detalles, como nombres o diálogos, pero coinciden en el aspecto fundamental: Aquella que Dios había elegido como Madre del Redentor debía ser protegida y casada con un hombre excepcional. Siendo María el Arca de la Nueva Alianza, correspondía que un Nuevo Patriarca la custodiase.

En la iconografía, el tema de los Desposorios ha sido recurrente desde el siglo XVI en adelante, normalmente en deliciosos anacronismos. Suelen aparecer ambos contrayentes entregándose anillos. Los símbolos de la vara florecida y la paloma igualmente son frecuentes. Como detalle curioso, en el siglo XVII los carmelitas recrearon la leyenda de San Agabo (13 de febrero), un supuesto pretendiente de María, que habría roto su vara al no ser elegido para esposo de la Virgen Santísima. Ante esto, para consolarse, subió al Carmelo, donde levantó un templo para venerar a la Madre del Mesías.


Fuentes:
-E-book "Evangelios Apócrifos". VARIOS.
-"Evangelios Apócrifos". EDMUNDO GONZÁLEZ BLANCO, Ed. Valladolid, 2015.
-"Los Evangelios Apócrifos". Tomo 2. JUAN BAUTISTA BERGUA. 1934.


A 23 de enero además se celebra a
Santa Mariana de Molokai, virgen.
Santa Eusebia-Hospedes de Milasa, virgen.

jueves, 1 de octubre de 2015

Santa Sidonia y la Túnica Inconsútil.


Santa Sidonia de Georgia, virgen. 1 de octubre.

La leyenda de esta santa está relacionada con las fábulas evangélicas y la reliquia de la Túnica Inconsútil de Cristo. El origen de todo está en el Evangelio de San Juan: “Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo. Por eso se dijeron: ‘No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca’. Para que se cumpliera la Escritura: ‘Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica’” (Jn 19,23-24). El Evangelio no da más detalles de ese vestido, y algunos escritores espirituales le han dado un sentido simbólico, generalmente referido a la falta de costuras como la falta de divisiones entre los cristianos. Pero bien, vamos a la leyenda:

Según esta, vivían en Mtskheta, Georgia, una familia formada por una viuda y sus hijos Elías y Sidonia. Elías era soldado del Imperio Romano y estaba destinado a Jerusalén en tiempos de Cristo. La madre había oído hablar de Jesús y creía en su Palabra, por lo que hizo jurar a Elías que jamás haría nada contra el Mesías. Llegó el tiempo de la Pasión y Muerte del Señor y Elías fue uno de los soldados encargados de llevar a Cristo al Calvario. Estando allí, vio como algunos de sus compañeros tomaron la túnica y fue quien dijo, esperando ganarla, que la echaran a suertes. Y quiso la providencia así fuera, aunque otra versión dice que la compró al ganador. Entretanto, su madre, allá en Mtskheta, oyó los golpes de los martillazos sobre los clavos mientras crucificaban a Cristo, y rota de dolor lloró junto a Sidonia. Esta se encaminó hacia Jerusalén, y cuando llegó halló a su hermano en posesión de la preciada reliquia, se la pidió y Elías se la dio. Sidonia regresó a Georgia, donde llevó una vida piadosa, entregada a Cristo y a la veneración de la Santa Túnica, por medio de la cual obró algunos prodigios. Aún joven enfermó y falleció con el objeto de sus amores entre las manos, siendo enterrada así mismo. Otra versión dice que al momento de recibirla, falleció en el acto, y fue imposible arrancar la Túnica Sagrada de sus manos.

Tres siglos pasarían para que la memoria de aquel vestigio material del Señor volviera a ser venerado. Habitaban en Mtskheta el judío Abiatar y su hija, también de nombre Sidonia, a los cuales convirtió Santa Nino de Georgia (14 de enero), la apóstol de los georgianos. Estos guardaban la memoria de su antepasada Sidonia y la tradición que allí estaba la Túnica de Cristo. A Santa Nino se le reveló mediante una columna de fuego, la tumba de Santa Sidonia, sobre la cual había crecido un hermoso cedro, del que Nino recibió el mensaje que habría de servir para levantar un maravilloso templo en honor de la Túnica Inconsútil allí enterrada. Efectivamente, fueron halladas y elevadas las reliquias de Santa Sidonia y la Túnica, y junto a ella dos clavos de la Cruz de Cristo (uno de ellos sería trasladado a la catedral de Sioni, Tbilisi). Ocurrió otro portento: de las siete columnas de madera sacadas del cedro, una de ellas resultó milagrosa, pues de ella manaba un aceite curativo, y además, se sostenía en lo alto sin apoyo alguno, levitando. Así estuvo todo un día y una noche, hasta que Sana Nino hizo una vigilia de oración.

El "pilar viviente" sobre la sepultura de Sidonia.
Levantado el templo llamado Svetitskhoveli (“pilar dador de vida”), enterrada en él Santa Sidonia y colocada la Túnica del Señor en un relicario visible, pasaron siglos de devoción. En el siglo XI se levantó una hermosa catedral que aún hoy es uno de los lugares de culto más importantes de Georgia, y la sede del “Katholikós”, Patriarca de toda Georgia. En el siglo XIX estaba en mal estado de conservación, sobre todo los frescos, así que, ante una inminente visita del Zar Nicolás I ¡encalaron todos los frescos!. Al final el zar no fue, pero el mal estaba hecho. Hubo de hacerse una pormenorizada restauración, para volverlos a sacar a la luz. En 1617 el Sha de Persia invadió Georgia, saqueó el complejo catedralicio y se llevó la Túnica, reteniéndola hasta 1625, en que la donó a Miguel I zar de Rusia, de la dinastía Romanov, el 10 de julio de 1625 (la Iglesia Rusa celebra litúrgicamente esta traslación). Alexei I la trasladó a la catedral de San Elías de Iaroslav en 1650. Allí estuvo hasta que se perdió, para aparecer nuevamente un fragmento en el Museo de Arquitectura Histórica de Iaroslav, dentro de su relicario, aunque ya solo un fragmento de la Túnica Inconsútil.

Está claro que las evidencias históricas de esta reliquia son pocas y la leyenda de Elías y Sidonia, hasta la de Santa Nino son simplemente recreaciones para dar una secuencia "histórica" sobre la Túnica de Cristo, pero que no se sustenta más allá del siglo XI, con la elevación de la catedral del "pilar viviente".


A 1 de octubre además se celebra a  
San Suliau de Bretaña, abad
San Remigio de Reims, obispo.

lunes, 25 de marzo de 2013

San Dimas, el Ladrón del cielo

Pregunta: Cual fue la historia de San Dimas. Argentina

Respuesta: Supongo me preguntas por:


San Dimas, el "Buen Ladrón". 24 y 25 de marzo.

San Dimas.
Se venera en la iglesia de Aránzazu,
San Luis Potosí, México.
Sobre este santo solo sabemos un par de cosas: Había recibido justo castigo por sus pecados e iniquidades, y que en el final de su vida confió en Cristo y manifestó su fe en Él, lo cual no es poco. Ni siquiera el nombre de Dimas es real (ni el del otro ladrón, Gestas), sólo parten de una leyenda apócrifa, que buscó darle orígenes a este peculiar personaje que aparece en unos momentos cruciales de su vida, de la vida de Cristo y de la nuestra, en tanto que su conversión se realiza en el momento en que se efectúa la salvación del mundo. Con respecto a su infancia, la deliciosa leyenda de San Dimas cuenta que cuando la Sagrada Familia huía a Egipto, perseguida por los soldados de Herodes, San José y la Virgen María hallaron una cueva donde fácilmente se podrían esconder, si les dejaban entrar. La cueva estaba habitada por unos ladrones, que les dejan entrar. San José les agradece, diciéndoles que su acto no quedará sin recompensa, y le anuncia que será su propio hijo (Cristo) quien ayudará al suyo (Dimas) en un futuro. Pero hay más, estaba el niño Dimas enfermo de lepra, y al preparar la Santísima Virgen el baño del Niño Jesús, pidió a la madre de Dimas que metiera a su niño en la artesa. Esta se negó, diciendo que Jesús se contagiaría, pero la Virgen le dijo que confiara. Accedió la mujer y los niños se bañaron juntos, y al salir, Dimas estaba limpio y sano de su enfermedad. 

El "Evangelio árabe de la Infancia
", uno de los Evangelios Apócrifos, cuenta este pasaje, pero no dice que sean ladrones ni hace coincidir al niño enfermo con el ladrón de la cruz. Sin embargo, narra un encuentro de la Sagrada Familia con los dos ladrones, hombres ya, mientras que Jesús es un niño. Curiosamente, les pone otros nombres:
"Partidos de allí [de una aldea no nombrada], llegaron a una tierra desierta, y oyeron decir que no era segura, porque había en ella bandidos. Sin embargo, María y José se decidieron a atravesar aquel país durante la noche. Y, mientras marchaban, advirtieron que, al borde del camino, comparecían dos bandidos, apostados y destacados por sus compañeros, que dormían un poco más allá, para guardar el camino. Estos dos bandidos que acababan de encontrar se llamaban Tito y Dumaco. Y el primero dijo al segundo: 'Déjales el camino libre, para que pasen, y que nuestros compañeros no lo noten'. Dumaco no consintió en ello. Entonces Tito le dijo: 'Te daré mi parte de cuarenta dracmas si me complaces'. Y le presentó su cinturón como garantía, para decidirlo a callarse. Y, cuando María vio la noble conducta de aquel bandido hacia ellos, le dijo: 'El Señor Dios te protegerá con su diestra, y te concederá el perdón de tus pecados'. Y Jesús tomó la palabra, y dijo a María: '¡Oh madre mía, dentro de treinta años, los judíos me crucificarán en la ciudad de Jerusalén, y, conmigo, crucificarán a estos dos bandidos, Tito a mi derecha, y Dumaco a mi izquierda! Y, en el día aquel, Tito me precederá en el paraíso'. Y María repuso: '¡Esto os sea recompensado, hijo mío!'"

El "Evangelio de José de Arimatea
", que es una recreación de una supuesta declaración de San José de Arimatea (17 de marzo), dice:
"El primero [de los ladrones], llamado Gestas, solía dar muerte de espada a algunos viandantes, mientras que a otros les dejaba desnudos. Colgaba a las mujeres de los tobillos, cabeza abajo, para cortarles después los pechos. Tenía predilección por beber la sangre de los miembros infantiles. Nunca conoció a Dios, no obedecía las leyes y venía ejecutando tales acciones, violento como era, desde el principio de su vida. El segundo, por su parte, estaba encartado de la siguiente forma. Se llamaba Dimas; era de origen galileo y poseía una posada. Atracaba a los ricos, pero a los pobres les favorecía. Aun siendo ladrón, se parecía a Tobit, pues solía dar sepultura a los muertos. Se dedicaba a saquear los judíos, robó los libros de la ley en Jerusalén, y dejó desnuda a la hija de Caifás y substrajo incluso el depósito secreto colocado por Salomón. Tales eran sus fechorías".

Por su parte, el "Evangelio de Nicodemo", tardío y con detalles heréticos, cuenta el encuentro de San Dimas con San Enoch (22 de enero y primer jueves después de Pascua, en Siria) y San Elías (20 de julio, Iglesia romana; 12 de enero, Iglesia Oriental, la ascensión al Paraíso; y 20 de junio, traslación de reliquias a la iglesia de los Santos Apóstoles en Constantinopla) en el mundo de los muertos, luego de la muerte de Dimas, poniéndole como mensajero de Cristo a los santos pasados, que aguardaban la redención en el
"limbo de los muertos":
"...he aquí que sobrevino un hombre muy miserable, que llevaba sobre sus espaldas el signo de la cruz. Y, al verlo, todos los santos [del Seno de Abraham] le preguntaron: '¿Quién eres? Tu aspecto es el de un ladrón. ¿De dónde vienes, que llevas el signo de la cruz sobre tus espaldas?' Y él, respondiéndoles, dijo: 'Con verdad habláis, porque yo he sido un ladrón, y he cometido crímenes en la tierra. Y los judíos me crucificaron con Jesús, y vi las maravillas que se realizaron por la cruz de mi compañero, y creí que es el Creador de todas las criaturas, y el rey todopoderoso, y le rogué, exclamando: Señor, acuérdate de mí, cuando estés en tu reino'. Y, acto seguido, accediendo a mi súplica, contestó: 'En verdad te digo que hoy serás conmigo en el Paraíso'. Y me dio este signo de la cruz, advirtiéndome: 'Entra en el Paraíso llevando esto, y si su ángel guardián no quiere dejarte entrar muéstrale el signo de la cruz, y dile: Es Jesucristo, el hijo de Dios, que está crucificado ahora, quien me ha enviado a ti'. Y repetí estas cosas al ángel guardián, que, al oírmelas, me abrió presto, me hizo entrar, y me colocó a la derecha del Paraíso, diciendo: 'Espera un poco, que pronto Adán, el padre de todo el género humano, entrará con todos sus hijos, los santos y los justos del Cristo, el Señor crucificado'".

La conversión de Dimas y la aseveración de Cristo, de otorgarle su reino, ese mismo día, junto con Él es señal de esperanza para todos los cristianos. Indudablemente, en el relato hay sentido alegórico y cierta liturgia (el "uno a su derecha y otro a su izquierda" hace clara referencia a las palabras de Cristo que "acercará a los de su derecha y alejará a los de su izquierda"), lo cual le da solemnidad y, por tanto realza la importancia que tiene en el momento en que sucede. ¿Que llevó a Dimas (o como se llamase) a creer en Cristo. La opinión de casi todos los escrituristas ha sido siempre que el ver la paciencia, la mansedumbre de Cristo durante toda su Pasión y Cruz, fue lo que le cambió el corazón.
Calvario. Siglo XVI

Un detalle muy interesante, es la fecha de celebración de San Dimas, aunque la Iglesia Romana no lo celebra: el 25 de marzo. El motivo, sin duda, es la creencia antigua (no bíblica) de que los profetas morían el mismo día en que habían sido concebidos, por tanto, si Jesucristo había muerto un 25 de marzo, debía haber sido concebido un 25 de marzo. Se asocia la entrada de Dimas en el cielo con la entrada y salida de Cristo de este mundo. 

Su iconografía es bastante repetitiva, siempre a la derecha del Señor, mirándole o mirando hacia arriba, en contraposición a “Gestas”, que siempre aparta la vista del Señor. En la iconografía oriental, sin embargo, es frecuente ver el pasaje de su anuncio a los santos del Antiguo Testamento que esperan en el limbo. Y más aún, la típica cruz ortodoxa, que bajo los pies de Cristo tiene un travesaño inclinado, representa una balanza de justicia, y son precisamente Dimas y Gestas. Pesadas las acciones de ambos, cada uno tiene su destino: El brazo hacia arriba, a la derecha de Cristo es Dimas que gana el paraíso, y el otro, que mira hacia abajo es Gestas, que mira a la condenación. Y para finalizar, añadir dos detalles: San Dimas es patrono de relojeros (¿por su conversión "a tiempo"?); atracadores y ladrones, para hallar las cosas perdidas. En algunos sitios hay costumbre de "atar a San Dimas" (atando un trozo de tela) hasta que lo perdido aparezca, reminiscencias del pasado que tienen su encanto. 

En Guatemala, en la Iglesia del Calvario ocurre algo muy curioso: Es una zona muy conflictiva y peligrosa, y dicha iglesia es el santuario de los delincuentes. Acuden los ladrones y maleantes a dar gracias de sus robos, pero a Gestas, el "mal ladrón" que se halla en el retablo principal en una típica escena de Calvario. Suelen llevarle parte del botín, dinero o, para no levantar muchas sospechas, flores, pero que han de ser compradas con el beneficio de algun hurto o maldad. Sobre la cruz en la que murió, supuestamente se venera en Chipre; mientras que el travesaño está en Roma, en la iglesia de la Santa Cruz. 

Y con esta entrada, llegamos a 200 entradas publicadas en la nueva plataforma del blog. Ya no tan nueva, vamos.


 

 

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A 25 de marzo además se celebra a





  

martes, 19 de marzo de 2013

De San José, recopilación.

Beto Cubas me envía este interesante extracto sobre la antiguedad de la devoción a San José en Oriente, fiestas, títulos, prerrogativas, leyendas, fabulaciones, que confirma que acerca de San José, Occidente llegó tarde. Cuando recién se incluía en el misal romano, ya muy lejos su devoción estaba plenamente integrada:

Helì y Jacob (...) son hermanos de madre e hijos de Estha , lo sostiene Julio africano, y tal vez lo sean pero la Beata Ana Catalina Emerich (4 de febrero) dice (como lo dijo San Agustín): "el Heli de la Biblia de San Lucas era el padre de María , al que algunos llaman Joaquín, y este Helì se caso con Ana. Ademas los apócrifos llaman al padre de José con el nombre de Jacob, o sea Santiago". El libro "Caverna de los Tesoros" es el único apócrifo que conserva el nombre de la mamá de San José, la llama "Abdit"... pero en muchos textos la llaman con el nombre de Abigaíl, algunos la llaman Betsabeth y otros la llaman Juana.

Las Fiestas de San José:

1. Concepción: 19 de junio.
2. Natividad: 19 de marzo.
3. Santo Nombre y Circunsición: 26 de marzo.
4. Presentaciòn al Templo: 27 de abril.
5. Desposorios: el 26 de noviembre en algunos calendarios, otros la sitúan el 24 de marzo, en consonancia con la Encarnación. El 23 de enero es el día más conocido, celebrándose hasta la Reforma Conciliar.
6. Muerte y Asunción: 20 de julio. Es la fiesta más antigua, celebrada en Oriente, aún la celebran los coptos.
7. San José Obrero: 1 de mayo. La última instituida, a raíz de la toma de conciencia de los derechos de los trabajadores.
8. Patrocinio sobre la Iglesia: Tercer Domingo de Pascua. Es de origen carmelita, que lo celebraban como patrono de la Orden, luego se extendió a toda la Iglesia. Ambas, Iglesia y Orden la celebraron hasta la Reforma Conciliar.
9. Sus santos padres: 11 de junio.


San José.
Santuario de la Bien
Aparecida, Cantabria.
Pregunta: En la gran mayoria de pinturas observo que a San José lo pintan muy mayor, pelado, con barba muy larga y blanca como de 60 o 70 años, a lado de La Virgen y de Jesús, será que era tan mayor? o es cosas de los Artistas? Paraguay

Respuesta: En el arte no ha sido afortunado el buen José: mientras que en el Románico es el gran ausente, en el Gótico no pasa de ser un abuelito "cocinasopas" en las representaciones de Belén. En el Renacimiento es un abuelo presente, pero secundario; en el Barroco se convierte en un joven hermoso, fuerte, presente y, a veces, protagonista y centro de retablos, santuarios y monasterios. El siglo XIX y XX ampliarían la devoción, pero lo harían acaramelado, rodeado de palomitas, lirios e impolutas virutas de serrín dorado. El motivo de estas representaciones (del pasado) de un San José anciano, tiene principalmente dos causas:

La primera y principal es que sobre José, los datos que se tienen, provienen de una leyenda, del Evangelio apócrifo "Historia de José el Carpintero", que nos cuenta algunas lindezas como que "era un hombre mayor y viudo que tenía ya 6 hijos de un anterior matrimonio". José sería elegido milagrosamente a pesar de su avanzada edad, para custodiar a María y luego casarse con ella. Según estas historias, su muerte se produjo cuando tenía 111 años, algo difícil de creer.


San Epifanio de Salamina (12 de mayo), en el siglo IV, es de los primeros en determinar que San José era era octogenario:
"Quod in primis homo senex supra 80 annos natus Virginem ad usum corporis non acceperit, sed divina providentia ad illam custodiendam est appositus" [1]
Conocida lámina de
San José como un abuelete.
Y con él San Nicéforo de Constantinopla (2 de junio), y ambos beben de los Evangelios Apócrifos. Aunque Baronio intenta justificarle, diciendo que Epifanio no lo afirma, sino que solo da una buena razón. 

La segunda razón es por el recelo machista de los teólogos a presentar un matrimonio virginal, donde el esposo fuera joven y vigoroso, zanjando la facilidad de dicho matrimonio en la imposibilidad de San José de tener deseos y actos propios del matrimonio. Y esto precisamente es lo que critica Juan Gerson, ferviente defensor de San José, e impulsor de la festividad de los Desposorios:
"Quizá objete alguien: ¿por qué entonces se le pinta viejo? Se le representa viejo en las pinturas por la virtud de la castidad, ya que dice el sabio que la edad de la senectud es una vida inmaculada. En contra de lo cual dice el profeta que maldito el niño de cien años. Y por tanto se le pintaba viejo desde el comienzo de la Iglesia naciente, cuando aún no había echado sus raíces en el corazón de los fieles la perpetua virginidad de María, para alejar cualquier amago de sospecha de trato carnal entre María y José. Aquí radica también que no se haya celebrado solemnemente este gozoso desposorio. Y como dice Horacio: 'A los pintores y a los poetas les está permitida cualquier audacia'". [2]
Una bobería, en mi opinión. Hoy, por el contrario, nos encontramos con un José hermoso, joven y apuesto. Ambas representaciones son todas figurativas y no tienen base histórica alguna. Sería un hombre normal, lo más creíble es que fuera joven y punto.


A 19 de marzo además se celebra a:

Beato Isnardo,
presbítero dominico
.
San Landoald,
presbítero
.
San Juan de Panaca,
abad
.
San Alkmund,
pr
íncipe y mártir. 
B. Andrés Gallerani,
laico fundador
.









[1] "Vida del Señor San Josef" Pbro. José Ignacio Vallejo. 

[2] Juan Gerson: Sermón sobre Jacob.


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