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viernes, 12 de octubre de 2018

De Santos Reyes (XXV): San Edwin de Northumbria.

San Edwin de Northumbria, rey y mártir. 12 de octubre.

Nació en 584, en la región inglesa de Northumbria. De niño, él y su familia tuvieron que huir a Anglia del Este, perseguidos por los enemigos de su padre. Pero regresó en 617 y luego de pelear por sus derechos, ascendió al trono, para luego asesinar o hacer huir a todos su enemigos. Entre ellos a su cuñado, Ethelfried "el Devastador", padre de San Osvaldo (5 de agosto) y Santa Ebba "la Anciana" (23 de agosto).

El rey de Kent, Eadbald, hijo de San Ethelbert de Kent (24 de febrero) y Santa Bertha (1 y 4 de mayo) le dio en matrimonio a su hermana Santa Ethelburgis (5 de abril y 8 de septiembre). Pero Ethelburgis se negó a casarse con un pagano, por más rey que fuera, por lo cual, nuestro Edwin aceptó convertirse a la fe de Cristo. En 625 tuvo lugar el matrimonio, pero la promesa de Edwin tuvo poco de sincera y siguió viviendo como un pagano. Ethelburgis rezaba constantemente por su marido, y llegó a escribirle al papa Bonifacio V para pedirle consejo, oraciones y que avisara al rey sobre su compromiso con la fe cristiana, bajo el cual se había celebrado el matrimonio, dejando entrever que le abandonaría si no se convertía.

Al final la conversión le llegó luego que su consejero, favorable a traer el cristianismo al reino, le dijera: "Sobre lo que lo precede y lo que sigue a esta vida, no sabemos nada de ello. Si esta religión puede decirnos un poco más sobre eso, entonces creo que deberíamos aceptarla". Así, en la Pascua de 627, en la catedral de York, Edwin sería bautizado por San Paulino (10 de octubre), confesor de Ethelburgis. Además fueron bautizados muchísimos de sus súbditos, siendo el primer rey cristiano de Northumbria.

Edwin fue asesinado mientras guerreaba contra los príncipes paganos Cadwallon de Gales y Penda de Mercia, los cuales aprovecharon este hecho para asolar el país de Northumbria, teniendo la familia de Edwin que exiliarse de nuevo, esta vez a Kent, donde Ethelburgis fundaría un monasterio para tomar el hábito en él. Por su parte, Edwin fue tomado como un mártir de la fe y su sepulcro venerado como el de un santo. Y santo se le considera.

Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-https://www.heiligenlexikon.de/

A 12 de octubre además se celebra a:

Beato Jacobo de Ulm,
religioso dominico
Santa Sofía, y comp.
O. Praem mártires
San Panthalo,
obispo mártir
.








domingo, 24 de junio de 2018

Apóstol de la conquista.

San Anders Sunesøn de Lund, obispo. 24 de junio.


La visión de San Anders.
Nació en 1160 en Dinamarca, en una familia de alta nobleza y emparentada con la casa reinante. Estudió en las universidades de París y de Bolonia. A su regreso a Dinamarca fue nombrado Canciller del reino. Elaboró un Corpus de leyes danesas, traduciéndolo además al latín. También escribió un Hexameron, utilizado durante siglos por la Iglesia danesa para el estudio de la Biblia.

En 1201 subió al empíreo el obispo de Lund, San Absalon (21 de marzo), y nuestro Anders fue nombrado su sucesor. Enseguida se preocupó por la evangelización-conquista de los pueblos bálticos, y por ello emprendió una campaña en Roma para que el papa Inocencio III diera el carácter de Cruzada a esta empresa. En 1219, reinando Honorio III en el solio pontificio, Waldemar II de Suecia entra en guerra con los estonios y Anders le acompaña. De esta guerra hay una leyenda que cuenta que, teniendo los estonios acorralados a los daneses en Lyndanisse (la actual Tallin), gracias a las oraciones de nuestro biografiado, se vio aparecer en el cielo una lábaro rojo con una cruz blanca, lo cual animó a los daneses a seguir peleando y así ganaron la batalla y la guerra.

Anders dimitió del episcopado en 1223, retirándose a vivir como eremita en isla de Ovö. Algunos señalan que se había contagiado de lepra, pero su cuerpo reposa en la catedral, hoy luterana, de Lund. Se le llama el "Apóstol de Estonia".

Fuente:
-https://www.heiligenlexikon.de

A 24 de junio además se celebra a:


Beato Jarich,
premonstratense.
San Romboud,
ermitaño mártir.
San Thöger, presbítero.
San Juan Bautista.





sábado, 17 de febrero de 2018

San Finan de Lindisfarne.

San Finan de Lindisfarne, obispo. 17 de febrero y 9 de enero.

Fue monje en el célebre monasterio de Iona, fundado por San Columbano (9 de junio). Sucedió a San Aidan (22 de octubre) en el episcopado, siendo el primer monje de Iona en ser nombrado obispo. Finan mantuvo buenas relaciones con el inestable rey Oswy, y logró reconciliar con Cristo a a Sigebert, rey de los sajones y a Peada, rey de los ingleses de Midland, quienes una vez bautizados, permitieron la evangelización de sus territorios.

Finan se hizo acompañar para su misión apostólica de numerosos monjes, que pronto lograron numerosas conversiones. Además, ordenó obispos a Diuma, para ser obispo de Midland, y a San Cedd (7 de enero), para los sajones orientales. Construyó la catedral de Lindisfarne, la cual hizo al estilo de las iglesias celtas: de madera y con el techo de hierba. Finan fue uno de los prelados opuestos a la romanización de la liturgia impuesta por algunos reyes y prelados, especialmente San Wilfrith de York (24 de abril y 12 de octubre, traslación de las reliquias).

Finan entró a la gloria eterna sobre 661.

Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 17 de febrero además se celebra a





miércoles, 3 de enero de 2018

San Blimont.

San Blimont de St-Valéry, abad. 3 de enero.

Fue discípulo de San Walery (1 de abril) y junto a este fundó una comunidad monástica en Leuconay, donde imitaban la vida de los Padres del Desierto. Sobre 622 unas tribus germánicas se establecieron en la zona y expulsaron a los monjes por no querer adorar a sus dioses. Como el fundaodr ya había muerto, Blimont se puso al frente de la comunidad y los llevó a salvo a la costa bretona.

Vagaron algún tiempo como monjes predicadores hasta que, sabiendo del monasterio que San Columbano (23 de noviembre) había fundado en Bobbio, allá se fueron, para continuar la vida religiosa en común. Sobre 626 Blimont pidió permiso al abad, a la sazón San Attalo (10 de marzo), para regresar a Francia con sus monjes y fundar en Leuconay. Attalo les dio el permiso y los monjes francos volvieron a su tierra. Ocurrió que, según la leyenda, el mismo Jesucristo se presentó ante los paganos derribando sus ídolos, exigiendo aquel lugar para su culto. Entonces los idólatras huyeron despavoridos dejando el sitio libre. Blimont restauró el monasterio y construyó una nueva iglesia, a la cual el obispo San Berchond (1 de abril) trasladó las reliquias del fundador San Walery.

Blimont falleció sobre 660 y fue sucedido por San Raimbert (15 de septiembre).


A 3 de enero además se celebra a
Santos Theopento y Theonás, mártires.
San Gordio de Cesarea, centurión y mártir.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Caballero del mundo y Caballero de Cristo.

San Martín de Tours, obispo. (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias; 1 y 13 de diciembre, traslaciones).

El encuentro con Cristo.
Este ilustre santo nació en Sabaria, la antigua Panonia, se padres paganos. Sin embargo, Martín conoció el cristianismo siendo muy joven, y comenzó a interesarse por la vida monástica, aún sin ser bautizado. Ante esto, su padre le alistó en el ejército cuando tenía 15 años, con vistas a que la rudeza y disciplina de la vida militar, a la par de una carrera exitosa, le hicieran olvidar su interés por Cristo. Pero, sin embargo, en carrera militar fue donde el santo tuvo su "gracia fundante", o su encuentro personal con Cristo, que definiría toda su vida. Cuéntase que, estando destinado en Ambianum (la actual Amiens), un crudo día de invierno, cuando el santo atravesaba por la puerta de la ciudad, vio a un pobre mendigo casi desnudo. Martín, con gran misericordia, cortó su manto en dos y le dio la mitad al mendigo. Los que pasaban se rieron de él por el su aspecto ridículo que tenía con media capa, pero a él no le importó. Esa noche tuvo una visión en la que veía a Cristo con su media capa puesta, que decía a los ángeles: "¡Mirad, este es el manto que me dio Martín el catecúmeno!"

Aunque siempre nos lo cuentan con visos de leyenda, el suceso tiene todas las características de haber sido real, y aparece narrado en la primera "vita" del santo que escribió San Sulpicio Severo (29 de enero), en vida del mismo San Martín. La piedad popular es la que ha ido desvirtuando el suceso, sencillo en su origen, para añadir que se le apareció Cristo, o que solo dio media capa porque la otra mitad le pertenecía al emperador. Incluso le añade una segunda parte, ya obispo, cuando entonces entrega la capa completa. Y por supuesto, no falta la reliquia, falsa, de dicha capa, que se veneró en Amiens durante siglos. Ciertamente, a pesar de todo esto, el suceso de Martín viendo a Cristo en un pobre no tiene que extrañarnos, es una constante en la vida de los santos. Y tanto, que se copió para la leyenda propia de San Guillermo de Hirsau (5 de julio).

Militar y monje.
Luego de esto, en 356 Martin fue bautizado, teniendo dieciocho años. La leyenda quiere que haya huido a un monasterio enseguida, pero lo cierto es que el joven sirvió en el ejército dos años más. Llegó a ser Tribuno, durante el Imperio de Juliano el Apóstata, participando en la campaña contra los francos y los allamanni, que habían invadido tierras del Imperio Romano. Aunque la campaña duraría hasta 360, con la victoria de Juliano, en 358 Martín pidió licenciarse del ejército cuando estaba en Worms. Una leyenda, que no aparece en la "vita" primera, dice que Juliano montó en cólera por su petición, y el santo solo respondió: "Ponme al frente del ejército, sin armas ni armaduras, pero no volveré a desenvainar la espada. Me he convertido en el soldado de Cristo". Pero lo cierto es que ese año hubo cierta paz, los allamanni pidieron una tregua, y por esta razón Martín fue liberado de la carrera militar.

Luego de esto, el santo se fue a Poitiers, donde San Hilario (13 de enero) le instruyó en filosofía y teología, Biblia y Santos Padres, con vistas a ordenarle diácono, viendo su capacidad de aprendizaje y su creciente fe. Sin embargo, Martín no quiso oír hablar de ello y se fue a Sabaria, con sus padres. En el camino fue asaltado por un ladrón, al cual perdonó y habló tan bien de Cristo, que el hombre se arrepintió al tiempo y se hizo un buen cristiano. Y él mismo relató el hecho a Sulpicio. Ya Martín en su casa, logró convertir a su madre a la fe católica. Además, predicó contra los arrianos, que cada vez eran más en Panonia, y por este hecho fue azotado y expulsado de la ciudad.

Aparición de la Virgen,
Santa Inés y Santa Tecla.
Como su protector, San Hilario, había sido desterrado, Martín se fue a Milán, donde vivió como eremita, y tuvo de discípulo a San Maurilio (13 de septiembre), al cual enseñó los rudimentos de las letras, las Sagradas Escrituras, junto con la piedad y el gusto por las cosas sagradas. De cuando en cuando Martín predicaba al pueblo milanés, por lo cual fue expulsado de la ciudad por el obispo arriano, que había usurpado la sede. Entonces se fue Martín a la Isla de Albenga, donde hizo vida eremítica en oración y penitencia. Allí casi muere por comer por error una hierba venenosa. Afortunadamente vomitó pronto y el veneno no le fue mortal. La leyenda posterior cuenta que se le apareció la Santísima Virgen, acompañada por Santa Tecla (23 de septiembre) y Santa Inés (21 y 28 de enero), y le sanó.

Dos años vivió allí, hasta que Hilario regresó a Poitiers, y Martín se fue con él, para seguir aprendiendo la vida monástica. Cuando estaba ya formado, Hilario fundó un recinto monástico y Martín fue de los primeros en formar parte, siendo él quien escribió la Regla, seguida después por los Canónigos Regulares y por otros monasterios, como el fundado por San Ouen (24 y 26 de agosto) en Reouen. En este sitio realizó nuestro santo su primer milagro: resucitó a un catecúmeno fallecido de fiebres, al cual Sulpicio también conoció y le narró el hecho. La leyenda le quiere acompañando a San Maximino de Tréveris (29 de mayo, traslación de las reliquias, y 12 de septiembre) en su viaje a Roma. Ciertamente las fechas y la estancia de San Martín en la zona casan sin problemas, pero no está claro que el monje llamado Martín fuera nuestro santo.

Obispo a la fuerza.
En 371 falleció San Lidoire (13 de septiembre), obispo de Tours, y el pueblo quiso que Martín fuera su sucesor, pero como sabían que Martín se negaría, le mandaron llamar con la excusa de que visitara a una enferma, y estando de camino, le tendieron una emboscada y le llevaron a Tours a la fuerza. Los obispos convocados para la ceremonia dudaban de la idoneidad de Martín para ser obispo, sobre todo dudaba Defensor, el obispo de Angers; pero como el pueblo presionaba, no tuvieron más remedio de que ordenarle presbítero y obispo, el 4 de julio del mismo año. Martín siguió viviendo como monje aún después de haber sido nombrado obispo. Para ello se hizo construir una celda anexa a la iglesia, pero cansado del número de visitantes tenía, se fue a un lugar solitario a orillas del Loira, donde luego estaría la abadía de Marmoutier. Allí llegó a tener 80 discípulos, quienes vivían como él, vestido con ásperas pieles, comiendo solo una vez al día y teniendo todo en común. 

Entre estos discípulos estuvo San Bricio (13 de noviembre), un chico pobre y pendenciero al cual Martín había tomado bajo su protección a pesar de ser arrogante y malandrín, y aunque una y otra vez le decepcionaba, el santo obispo no cejaba en llevarle al buen camino. Llegó a suspirar San Martín que "Si Cristo debió soportar a Judas, yo tengo que soportar a mi Bricio". Le redujo al redil de Cristo y Brició tomó le hábito monástico la primera comunidad fundada por Martín, y llegó a ser ecónomo de la misma. Y luego sería su sucesor en la sede de Tours. 

También fueron discípulos suyos, en estos casos según leyendas, San Florencio (22 de septiembre) y San Romano de Garona (24 de noviembre), o San Ibar de Berggeri (23 de abril). Y además, se le relaciona con otros santos como Santa Natalina de Pamiers (10 y 12 de noviembre), a la que habría bautizado, o San Corentin de Quimper (12 de diciembre), al que habría ordenado de obispo. Y no podemos olvidar al estilita San Walfroy (21 de octubre), que se inspiró en nuestro santo para llevar una vida ascética.

Ordenación episcopal.
En las cercanías de su recinto había una aldea donde la gente adoraba a un pino, y se resistían a dejar de hacerlo. Martín, viendo que cortar el árbol sería peligroso, ofreció a los paganos que cortasen el árbol, sentándose él en el sitio donde debía caer, para demostrarles que los dioses nada podían frente a Cristo. Así lo hizo y cuando estaba para caer, inexplicablemente, el árbol cayó justo al lado opuesto, derribando un templo de un ídolo. Esto provocó la conversión de los paganos, que levantaron una iglesia en sitio del templo. En otros lugares no tuvo tantas contemplaciones el otrora militar, pues por su propia mano destruía los santuarios paganos los ídolos, edificando iglesias sobre ellos. Por supuesto que no le salía gratis, en Levroux y en Autun le dieron de palos y si no llega a ser por los soldados del Imperio, le habrían matado. 

Otros paganos, por su parte, intentaron atemorizarle vistiéndose de dioses o demonios, y si bien no lograron atemorizarle, sí que lograron que el santo viera diablos por todas partes. Y en una ocasión se le apareció el mismo demonio, coronado de oro y piedras preciosas, con magníficas vestiduras, y le dijo: - "Ha llegado el juicio, adórame". - "¿Dónde están las marcas de los clavos?" – replicó Martín – "¿Dónde está la marca de la lanza, o dónde está la corona de espinas? Cuando vea las marcas de la Pasión adoraré a mi Señor". Y entonces el diablo desapareció.

Martín contra la violencia.
Estuvo el santo presente en el Concilio de Tréveris, en 384, donde se trató el asunto del hereje Prisciliano y sus seguidores. Los errores doctrinales de este grupo eran varios, desde el Panteísmo, el Sabelianismo o el Docetismo, predicando la preexistencia de almas, la condena del matrimonio y la no resurrección de los muertos. El emperador Máximo quería la cabeza de Prisciliano y los obispos aduladores no osaron negarse. Solo San Martín clamó contra intervención del poder secular en causas eclesiásticas y contra el castigo de Prisciliano y sus discípulos, alentado desde España por los obispos ibéricos. Martín insistió en que la excomunión pronunciada contra los herejes era más que suficiente castigo, y arengó con tal maestría que al irse de Tréveris creía que había logrado salvar a Prisciliano y los otros. Sin embargo, apenas se fue, los obispos lograron que el emperador Máximo ejecutara a Prisciliano y a sus principales discípulos, y además enviara órdenes a España para que se persiguiera y ejecutara a los priscilianos. La tortura le arrancó a Prisciliano una confesión, probablemente falsa, de prácticas impuras; y sobre esta base fue decapitado junto a otros seis. Otros fueron desterrados. 

En 385 Martín regresó a Tréveris y junto a San Ambrosio (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal) intentó salvar a los sobrevivientes, negando la autoridad de los obispos perseguidores. Al mismo tiempo intentó salvar a algunos seguidores del difunto emperador Graciano, a quienes el emperador Máximo pretendía condenar a muerte. El emperador entonces le dijo que si perdonaba a estos, tendría que permitir la persecución, confiscación de bienes y muerte de los priscilianos en España. Tuvo que ceder Martín, a regañadientes, y renunciar a su defensa de los priscilianos. Este chantaje pesó tanto sobre él que nunca más participó en Concilio, Sinodo o reunión con gobernante alguno, hastiado de los contubernios Iglesia-Imperio. Llegaría a decir el santo: "¡Ay de los tiempos en que la fe divina necesita poder terrenal, cuando el nombre de Cristo, despojado de su virtud, se reduce a servir de pretexto y reproche a la ambición, cuando la Iglesia amenaza a sus adversarios con el exilio y la prisión, con los cuales los obliga a creer, cuando se apoya en la grandeza!"

Traslado del cuerpo del santo.
Muerte y sepultura.
Martín murió en Candes el 9 de noviembre de 401, a los 84 años de edad. San Severino de Colonia (23 de octubre) y San Evergislo (24 de octubre), aún niño en aquel momento, vieron su alma subir al cielo.
Su cuerpo fue llevado a Tours, dice la leyenda que por un barco "sin velas ni remos, que río arriba subió sin tropiezo, mientras los árboles florecían a su paso". Pero lo cierto es que sus reliquias fueron trasladadas con toda solemnidad, nada menos que por 2000 monjes, que formaron cortejo fúnebre entonando salmos.


Fue sepultado en día 11 en un cementerio a las afueras de la ciudad. En 412 San Bricio construyó allí una iglesia dedicada a San Esteban (en aquella época las iglesias sólo estaban dedicadas a los mártires) para custodiar el sepulcro. El 4 de julio de 473 San Perpetuo de Tours (8 de abril) trasladó las reliquias a una nueva iglesia, bellísima según cuenta San Gregorio de Tours (17 de noviembre), y que sería la primera del orbe cristiano en estar dedicada a un santo no mártir. Fueron las reliquias depositadas en un sepulcro de mármol, que fue veneradísimo durante siglos, a pesar de los desastres y renovaciones de la iglesia. Lo visitaron numerosos santos, prelados y reyes. Santa Monegundis (2 de julio) fue reclusa en una celda cercana a él. La leyenda de San Eloy (1 de diciembre) dice que este santo fabricó un bello relicario para contener reliquias de San Martín. 

En el siglo IX, debido a las invasiones normandas, las reliquias de San Martín fueron trasladadas a Auxerre, junto a la tumba de San Germán (31 de julio). Así que se tenían los dos cultos y cada uno sus seguidores. Estos entraron en pelea (esas tontas peleas de los que no tienen nada que hacer) sobre que santo sería el causante de los milagros que ocurrían allí, y cual, en definitiva, sería más "poderoso". No se les ocurrió otra cosa que ir al hospital cercano, agarrar a uno que acababa de morir y tenderlo sobre las tumbas. En primer lugar fue puesto en la tumba de San Germán, pero no pasó nada. Luego lo pusieron en la de San Martín y de inmediato resucitó el hombre. Los devotos de San Martín quedaron muy contentos, riéndose de los otros. Pero estos, que no querían perder, les dijeron que habría sido una grosería de San Germán hacer el milagro, en lugar de mostrarse hospitalario y "ceder" el milagro a su invitado.

las reliquias volvieron a Tours en el siglo XII y continuaron siendo veneradas. Sin embargo, en 1562 los herejes calvinistas incendiaron el templo y, en su odio anticatólico, profanaron las reliquias del santo, solo salvándose un hueso y parte del cráneo, que se veneran en la catedral de Tours. Durante la Revolución Francesa la bella iglesia fue destruida en parte, y en 1802 demolida totalmente. Pero el culto a San Martín no decayó. El célebre P. Delahaye intentó reconstruir una basílica copiando la anterior, pero las nuevas calles y casas emplazadas donde había estado el sepulcro del santo lo impedían. En 1857 Morlot, arzobispo de Tours, compró las casas y comenzó la excavación del terreno. En 1860 se descubrió el sitio donde habría estado la tumba, pero era propiedad ajena. Compraron esas casas también y finalmente, siete días después, se halló el venerado sepulcro. 

Culto y veneración.
Como dije antes, Sulpicio Severo escribió la "vita" del santo estando este vivo aún, y la completó luego con el relato de la muerte y la sepultura del santo. Este Vita ha servido para el sostén del culto durante siglos, y es que San Martín es uno de los santos más venerados durante siglos, aunque fuese por aspectos culturales o agrícolas. Su día era de fiesta en todos los reinos cristianos, se aprovechaba para la matanza de los cerdos, y hacer fiesta por la cosecha. 

Es abogado de soldados, jinetes, herreros y armeros; de tejedores, sastres, fabricantes de cinturones y guantes, sombrereros, pastores, molineros, viticultores, bodegueros, fundidores y propietarios de hoteles. Se le invoca contra enfermedades oculares, los envenenamientos, las mordeduras de serpiente y la caspa.
Francia por supuesto, es el país donde más se le venera, llegando a tener casi 4000 iglesias dedicadas a su memoria. Pero también hallamos su devoción en toda América, especialmente en México, y para esto transcribo el aporte del Lic. André Efrén Ordóñez Capetillo:
San Martín de Huixquilucan, México.
"San Martín obispo de Tours, mejor conocido entre el pueblo como san Martín Caballero es un santo de gran tradición y devoción en México, su culto llego con los españoles en el siglo XVI y perdura hasta nuestros días. Es venerado en México san Martín caballero como patrón de los comerciantes y para que nunca falte el dinero y el trabajo, alrededor de estos patrocinios existen muchos ritos que los devotos del santo realizan ya que es muy común ver la imagen de san Martín en muchos negocios en todo México. Una de las tradiciones que hay para que san Martín “ayude en el negocio” es ponerle tres monedas de la primera venta del día que sean de la misma denominación y nombrando a cada una de las Divinas Personas de la Santísima Trinidad al momento de ofrecérselas al santo. Muchos fieles van juntan estas monedas que le ofrecen a diario al santo y con las mismas posteriormente compran veladoras o flores para el mismo altar del santo.
Otra tradición es ponerle albahaca, alfalfa o algún tipo de hierba verde para el caballo de San Martín para que pueda seguir cabalgando haciendo el bien. También el caso particular de ofrecerle albahaca al santo se da mucho en el sureste mexicano que tiene fuerte influencia maya los cuales pensaban que la albahaca era una hierba sagrada por su aroma y que el olor de la albahaca era agradable a la divinidad y subía hasta el cielo llevando las peticiones, por eso es que se considera de especial gusto para san Martín para pedirle de forma más eficaz que interceda por el bienestar de los negocios y comercios.
También existe la situación un tanto supersticiosa que muchos piensan que la imagen de san Martín debe tener un caballo blanco porque ese es el que más ayuda a los negocios y el del caballo marrón no es tan “bueno” para los negocios, como sabemos la intercesión de los santos es igual este pintado como sea su imagen siempre que uno les pida con fe verdadera.

Es también destacable que san Martín Caballero es el patrón secundario de la Asociación de Charros de México, compartiendo este patrocinio con san Hipólito y con el Beato Sebastián de Aparicio (25 de febrero). Y este patrocinio en especial es más evidente en la imagen que de san Martín se venera en la población de san Martín Huixquilucan, Estado de México la cual tiene por patrón a este santo desde el siglo XVIII a la cual cada año desde hace varios años la Asociación de Charros le regala un traje de charro a san Martín y los charros que pertenecen a la asociación le rinden sus respetos cada año con una peregrinación al santo, cuya fiesta en este lugar se celebra el último fin de semana del mes de enero. Hay registros que ya desde el siglo XIX a san Martín se le vestía de chinaco (el antecedente del charro mexicano) y que fue cuando la asociación de Charros le elige por patrón en los años 20 que se le viste definitivamente como charro".


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 11 de noviembre además se celebra a
San Berthuin de Malonne, abad y obispo.
San Menas de Cute, soldado mártir.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

San Willehad, el casi mártir.

San Willehad de Bremen, obispo. 8 de noviembre.

Su "vita" la escribió un sucesor suyo en la sede de Bremen, San Óscar (3 de febrero y 9 de septiembre, traslación de las reliquias), y nos cuenta que Willehad nació alrededor de 745 en Northumbria. Estudió en un monasterio británico, tal vez en York, porque algunos testimonios quedan acerca de que fue amigo de San Alcuin (19 de mayo), y tal vez fue ordenado presbítero por el mismo obispo, sobre 765, siendo muy joven. 

Luego de su ordenación, Willehad cruzó el continente y se estableció en Dokkum, un sitio santificado por la predicación y la sangre martirial de San Bonifacio (5 de junio). Allí hizo una gran labor predicando y bautizando a muchísimos paganos, además de animar a otros que eran cristianos cuyos antepasados habían sido convertidos por Bonifacio y sus compañeros. Luego pasó a Humarcha, cerca de Groningen, donde nuevamente llevó a muchos a creer en Cristo y a renunciar a los antiguos dioses. Esta actividad apostólica le ganó la enemistad de los que seguían siendo paganos, por predicarles sobre otro dios distinto de los suyos. El Concejo estaba dividido, unos querían ahorcarle por ofender a los dioses, y otros alegaban que Willehad no había hecho nada malo. Finalmente decidieron lanzar las suertes y que los espíritus decidieran; así lo hicieron, obteniendo como respuesta que el santo debía ser liberado y dejado en paz para predicar donde quisiera. Así lo hicieron los paganos y Willehad quedó libre.

Por si las moscas, Willehad se fue a Drente a predicar acompañado de algunos monjes presbíteros. Allí también tuvo problemas con los paganos, que no querían saber de más dioses que los suyos, sobre todo después que, todo sea dicho, uno de los colaboradores del santo destruyera un ídolo al que los paganos temían, por representar a un dios vengativo. Un día que estaban predicando, un pagano se acercó y golpeó fuertemente con una espada a Willehald en el pecho, donde el santo llevaba colgando una caja de reliquias. La espada golpeó la correa de cuero que sostenía dicha arca y se partió como si fuera mantequilla. Al ver los paganos el arma partida, creyeron que el santo realmente estaba protegido por una divinidad fortísima, por lo que oyeron sus palabras y muchos creyeron en Cristo y se bautizaron. (Sobre la importancia de las reliquias podéis leer este artículo)

En 780 Willehad pasó a predicar en Weser, Sajonia, luego que San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias) hubiera completado la conquista de estas tierras.
Allí estuvo dos años trabajando por Cristo, fundando monasterios, iglesias y escuelas para la educación de los sajones. Y lo hizo tan bien, que en dos años ya no había paganos en aquel territorio. Pero en 782 el sajón Widukind se rebeló contra Carlomagno y retomó el paganismo como muestra de ruptura con el futuro emperador. Esto desató una persecución contra los cristianos, la destrucción de iglesias, reliquias, libros y objetos sagrados, y por supuesto, el martirio de muchos. Entre los martirizados estuvieron los compañeros de Willehad, Santos Atreban, Benjamin, Emming, Folkard y Gerwald (30 de noviembre y 27 de enero). Willehad se libró porque días antes había partido a Roma en una peregrinación. 

La venganza de Carlomagno fue brutal, y a sangre y espada hizo rendirse a los sajones, luego de asesinar lo menos a 4.500 personas. En 783 los sajones perdieron definitivamente aquella guerra y tuvieron que someterse a Carlomagno. Widukind retomó la fe cristiana como religión de sus reinos y la fe católica pudo predicarse libremente La leyenda le quiere convertido por un milagro, pues habría visto a un hermoso Niño en la hostia que el celebrante elevaba al celebrar la misa en la iglesia de Wolmirstadt, pero lo cierto es que su "conversión" fue para poder mantener su poder y probablemente la vida. Y como son las cosas de la fe y la historia: hoy se le venera como San Widukind (7 de enero).

Durante todo este tiempo convulso, Willehad estuvo en Roma y en la Corte del rey Pipino. Luego se fue a Echternach, en cuya abadía se retiró tres años, junto a algunos de sus antiguos colaboradores, que habían huido de Sajonia por la persecusión y la guerra. Hecha la paz, nuestro santo pudo regresar a Sajonia, donde fue activísimo en la reconstrucción de la fe y la moral cristianas. Ordenó sacerdotes, restauró las iglesias y centros educativos destruidos.

Relieve de la muerte del santo.
Ihlienworth.
En 787 Carlomagno organizó la celebración de la Dieta de Worms, en la cual se creó la sede de Bremen, siendo Willehad elegido para ser su primer obispo. Fue consagrado el 13 de julio de 787. El 1 de noviembre de 789 bendijo la catedral, sencilla, de madera, pero bellísima, según San Óscar. Ese mismo año, el 8 de noviembre, el santo obispo falleció a causa de una repentina enfermedad mientras hacía una visita pastoral en Blexem. Fue sepultado en su iglesia querida, que ni siquiera disfrutó. Le sucedió San Willerik (4 de mayo). El 16 de noviembre de 860 San Óscar trasladó sus reliquias a la nueva catedral, esta de piedra, donde se veneraron hasta 1564, cuando los herejes profanaron la iglesia y las reliquias, que se perdieron para siempre.



Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 8 de noviembre además se celebra a
Santa Isabel de la Trinidad, virgen carmelita.
Los Cinco Santos Escultores, mártires.

martes, 29 de agosto de 2017

De Santos Reyes (XVIII): San Sebbi de Essex.

San Sebbi, rey. 29 de agosto.

Sebbi vivió en el siglo VII, y gobernó a los sajones del Este junto al rey Sighere, en una diarquía. Ambos se habían convertido al cristianismo, pero en una ocasión en que la peste asoló sus reinados, Sighere tuvo miedo de haber ofendido a los dioses antiguos, y con sus súbditos, retornó al paganismo, reparando los templos derribados y ofreciendo sacrificios. Sebbi, por su parte, no solo confirmó a los suyos en la fe de Cristo, sino que reunió a varios presbíteros sabios y santos para que convencieran a Sighere de su error.

Sebbi, según San Beda el Venerable (25 de mayo), era amante del culto y la oración. Vivía como un monje, hacía grandes obras de caridad e incluso pretendió abandonar a su esposa para tomar el hábito monástico, pero no le fue permitido por la estabilidad del reino. En 686 expulsó a un invasor y se coronó como rey de Kent occidental, acto seguido, fundó la célebre abadía de Westminster. A los 31 años de reinado cayó gravemente enfermo, ante lo cual, volvió a insistir a su mujer que le dejara libre para al menos morir como monje. El obispo de Londres le dio el hábito monástico, pero solo para que lo llevara en la agonía y la muerte. Quiso Sebbi morir en paz, por lo cual ordenó que nadie supiera de su muerte cuando esta llegara, para que no le molestaran en su agonía y poder tener funerales sencillos. 

Falleció al poco tiempo, el 29 de agosto de 694. Fue sepultado en la primitiva catedral de San Pablo de Londres. Según la leyenda, que recoge Beda, al ir a meter su cuerpo en el ataúd de mármol, vieron que el cuerpo no cabía, entonces, quitaron la parte de los pies, y lo alargaron un poco más. Pero aun así el cuerpo del santo rey no cabía. Ya hablaban de doblarle las rodillas o cortarle los pies, cuando en presencia del príncipe Sighard, que era monje, del obispo y otras personas, el mismo ataúd se extendió por sí solo, pudiendo incluso poner una almohada bajo la cabeza del rey. En el siglo XII sus reliquias se trasladaron a un nuevo sepulcro.



Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 29 de agosto además se celebra a
La Invención de la cabeza del Bautista.
Beata Beatriz de Nazaret, virgen cisterciense, mística.

lunes, 14 de agosto de 2017

Asaeteado, y bien asaeteado.

San Marcelo de Apamea, obispo y mártir. 14 de agosto.

Restos de un templo romano en Apamea.
Su historia nos es dada por Teodoreto y Sozomeno, en sus adiciones a la "Historia Eclesiástica". Se enmarca en el reinado de San Teodosio I (17 de enero), el cual publicó un edicto según el cual todos los templos paganos debían ser destruidos. El Edicto además prohibía todos los sacrificios paganos y así establecía una multa para todos aquellos funcionarios públicos que entraran a los templos que aún estuvieran en pie. Y la cosa llegaría a más, pues en 392 se implementaría la pena de muerte y la confiscación de los bienes para todos aquellos que practicaran la idolatría y los sacrificios de animales. Lamentablemente, el tiempo de persecución había hecho mucha mella en los cristianos como para que se abstuvieran de destruir los templos paganos, vestigio de la época de tormentos y persecusiones. El amor por el arte, y la belleza como parte del culto cristiano tardarían en llegar, lamentablemente. Por todo el imperio se comenzó una progresiva destrucción de edificios sagrados, algunos espectaculares y otros mediocres.

Cuando Teodosio publicó su edicto contra la idolatría, el obispo de Apamea de Siria, era nuestro Marcelo. El prefecto imperial de Oriente se dirigió a Apamea, para hacer cumplir las órdenes del emperador, llevando consigo un cuerpo de soldados. El prefecto estaba decidido a demoler el gran templo de Júpiter, cuyas ruinas aún dejan ver su singular belleza. Pero le fue imposible hacerlo, debido a la firmeza y la solidez de la estructura. Los arietes y las bolas de plomo no podían contra el edificio. Casi desistía, cuando al día siguiente apareció un hombre que se comprometía a demoler él solo el templo, pero debían pagarle el doble, como si fueran dos trabajadores. El obispo Marcelo se comprometió a pagar la suma. Según Zosomeno, que lamenta la destrucción, el hombre cavó alrededor de 3 de las 16 columnas del templo, e incendió la estructura de madera que rodeaba la argamasa que sostenía los pilares. La argamasa recalentada se desmoronó y con ello cayeron las 3 columnas, arrastrando tras de sí otras partes del templo.

Luego de este templo, Marcelo la emprendió contra un templo que había en Aulone, un distrito de Apamea. Pero los habitantes del lugar, fueran paganos o simplemente no querían se destruyera el edificio, se enfrentaron con flechas con los soldados que llevaba el obispo. Este se hallaba en una zona apartada, fuera de la refriega, pero fue visto por los defensores del templo, que se precipitaron sobre él y, luego de asaetearlo, le quemaron vivo. Los agresores fueron aprendidos y los hijos de Marcelo pretendían vengarse, pero el prefecto lo impidió, alegando que era un mártir y como tal sus parientes debían alegrarse a causa de su muerte y victoria.

El martirologio romano no recoge su memoria, y me alegro, pues destruir arte sacro, sea de quien sea, es un horror y una barbaridad. La Iglesia Copta y la Griega celebran su memoria a día de hoy.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.


A 14 de agosto además se celebra a
Santa Atanasia de Aegina, abadesa.
San Eusebio de Roma, presbítero mártir.

miércoles, 26 de julio de 2017

Cristiana, de fe y de nombre.

Santa Cristiana de Dendermonde, virgen. 26 de julio y 7 de septiembre, traslación de las reliquias).

Vivió en el siglo VII, y la referencia más antigua a ella aparece en el "Libro de los Santos" de los monjes de Ramsgate. Fue hija de los reyes escoceses Migram y Marona y era pagana como sus padres. Un día, siendo ya una joven, pasó un mendigo por el castillo de sus padres y le pidió a la muchacha una limosna "por amor de Cristo". Ella, intrigada, le preguntó al pobre "Cristo, ¿quién es ese?", y este entonces le explicó la doctrina cristiana, la redención de Cristo y otros misterios de la fe. Además, le envió a preguntar a un presbítero que vivía como ermitaño en el bosque, para que este la instruyera. Luego de esto, el mendigo despareció, pues era un ángel.

La princesa fue al bosque, recibió instrucción cristiana y luego fue bautizada, tomando el nombre de Cristiana. Luego de esto, quiso consagrarse a Cristo y sus padres, aunque permanecieron en el paganismo, le dieron su permiso. Entonces Cristiana cruzó el mar y se instaló en la antigua Ticlivinnum, actualmente la belga Dikkelvenne. No consta cuantos años vivió como ermitaña, pero a su muerte, fue sepultada en su misma ermita y sus restos venerados por los lugareños. Como suele pasar, pronto los milagros se hicieron presentes y el culto fue a más. Sobre la ermita se construyó una bella iglesia. En el siglo IX las reliquias fueron trasladadas a la Colegiata de Nuestra Señora, en Dendermonde, donde su culto continúa hoy en día.


A 26 de julio además se celebra a
Santa Ana, madre de la Virgen María.
Santa Pompeia (Alma), viuda y eremita.
Beata Camilla Gentili, mártir.

viernes, 30 de junio de 2017

De Reyes Santos (XVII): San Ladislao I de Hungría.

San Ladislao I de Hungría, rey. 30 de junio y 29 de julio.

Fue hijo de Bela, hijo de Vazul, un príncipe opuesto al rey de Hungría, San Esteban I (16 de agosto y 2 de septiembre), y que fue mandado a cegar por la reina, la Beata Gisela (7 de mayo). Ante esto, los hijos de Vazul, Andrés, Bela y Leven, huyeron. Bela casó Riquilda, con la que tuvo varios hijos: entre ellos nuestro santo, que nació sobre 1045 en Polonia. En 1038 murió San Esteban, luego de largas luchas por defender el trono, como sus hijos Otón y San Emeric (4 de noviembre) habían fallecido, subió al trono Pedro Orseólo, sobrino de Esteban, que fue depuesto por su mal gobierno. Los hijos de Vazul entonces quedaron como herederos al trono, por lo cual, la mayoría de obispos y nobles quisieron que Andrés, hijo mayor de Vazul fuera coronado. Andrés subió al trono, prometiendo a su hermano Bela que a su muerte, el heredaría el trono, pues solo tenía hijas mujeres. Pero, sin embargo, en 1053 Andrés tuvo un hijo varón, llamado Salomón, al que Andrés mandó coronar como sucesor, obviando la promesa.

A la muerte de Andrés, no se permitió reinar a Salomón, muy joven aún, y el trono fue ocupado por Bela, como hermano siguiente a Andrés. El joven Salomón hubo de ser exiliado a Alemania, de donde volvió en 1063 con tropas para reclamar su reino. Así, Ladislao y sus hermanos Geza y Lampert tuvieron que salir de Hungría. El santo se fue a donde su primo el duque Boleslao II "el Temerario", que les ayudó a reclamar el reino frente a Salomón. Este, viéndose con poca posibilidad de hacer frente a los tres hijos de Bela, llegó a un acuerdo y les cedió parte del reino. Con altibajos, la relación entre todos fue buena en aras de mantener la estabilidad y la fuerza del reino húngaro, que tenía muchos enemigos, así que más de una vez se unieron Ladislao y Salomón para luchar contra cumanos, bizantinos o búlgaros. Sobre esta época una leyenda, ampliamente recogida por la iconografía y los romances, narra que, estando los húngaros persiguiendo a los cumanos, estos comenzaron a soltar monedas de oro del botín que tenían, para que los húngaros, entretenidos con el oro, no les persiguieran. Y así pasó, y por más que el santo rey les arengase, los húngaros preferían buscar las monedas entre las hierbas. Entonces Ladislao hizo oración y las monedas se convirtieron en piedras, y viendo este portento, los húngaros volvieron a perseguir a los cumanos, hasta que los echaron.

Una vez que pasó el tiempo, los recelos aumentaron, Salomón se hizo partidario del emperador Enrique IV, mientras que Geza y Ladislao eran partidarios del papa San Gregorio VII (25 de mayo) el asunto de las Investiduras. Este dilema, sumado al vasallaje de Salomón al Imperio, de poco gusto a los húngaros, dinamitó el reinado de Salomón, que llegó a su fin en 1074, cuando este intentó asesinar a Geza, pero fue vencido por los hermanos. Los húngaros, cansados de él, le despojaron del trono y lo entregaron a Geza, que reinó hasta 1077, muriendo en paz. Ladislao ascendió al trono y entonces Hungría volvió a tener un monarca santo: era Ladislao muy piadoso, justo y caritativo, incluso con Salomón, que más de una vez conspiró contra él. Aunque podía condenarle a muerte, solo mandó le apresaran una y otra vez. Implementó una política de paz interna y externa, pactando y no teniendo injerencias en asuntos de otros reinos. Su piedad quedó evidenciada por sus ayunos, sus horas de oración y su asistencia diaria a misa y oficios litúrgicos. De su oración una leyenda cuenta que un soldado le vio levitando mientras oraba en la catedral de Nagyvárad. Revisó el código penal, actualizándolo, suprimiendo o añadiendo nuevas leyes justas, persiguiendo especialmente el robo, la usura y el asesinato. Condenó el amancebamiento y la simonía por parte de eclesiásticos, siguiendo la reforma eclesiástica del papa Gregorio. Fundó las diócesis de Zagreb y Várad. Fundó muchos monasterios, escuelas y hospitales para pobres. Cuéntase que en una ocasión en que había una gran sequía, el santo levantó una roca por inspiración divina, y bajo ella brotó un manantial.

Leyenda del sepulcro de San Esteban.
En 1079 Ladislao se casó por segunda vez, con Adelaida, hija de Rodolfo de Rheinfeld, con el que forjó una fuerte alianza con el papa y frente al emperador. Fruto de este matrimonio nació la princesa Piroska, apóstata para los romanos y santa para la Iglesia Ortodoxa, que la venera como Santa Irene (13 de agosto), pues adoptó esa religión al convertirse en emperatriz de Constantinopla por su matrimonio con Juan II Conmeno. En 1083 Ladislao pidió la canonización de San Esteban. El 15 de julio quiso hacerse un reconocimiento de las reliquias, pero no pudo hacerse, porque la piedra del sepulcro no se movía. Una leyenda cuenta que una monja tuvo una revelación acerca de que Ladislao antes debía perdonar del todo a su enemigo Salomón y dejarle libre, antes de canonizar al santo rey Esteban. Salomón fue liberado y devueltas sus propiedades, y entonces, el sepulcro pudo abrirse. El cuerpo estaba incorrupto. Igualmente logró que se canonizara a San Emeric, hijo de Esteban, y al obispo mártir San Gerardo Sagredo (24 de septiembre). Ese mismo año ordenó la traslación del ermitaño San Andrés Zoerard (17 de julio).

Su reinado también se caracterizó por la expansión territorial y cultural de los húngaros, estos ya cristianos, llevaron la cultura romanista y la evangelización a los territorios conquistados, como Moldavia y Valaquia. Croacia le llegó a las manos luego que su cuñado (casado con su hermana Helena), el rey Dmitar de Croacia muriera. Al no haber herederos y muchos pretendientes, Helena pidió ayuda a Ladislao y este tomó Croacia bajo su poder en 1091. El papa Gregorio VII le reprendió por ello en una misiva, pues el reino croata era vasallo papal, y no de Hungría. Ese mismo año logró la rendición de los cumanos que amenazaban Hungría, logrando que no fueran asesinados, sino que en contrapartida aceptaran el cristianismo y se dejaran evangelizar.

En 1093 Ladislao estuvo a punto de partir a luchar contra los sarracenos, pero la enfermedad se lo impidió. En 1095 quiso unirse a la I Cruzada, convocada por el papa Urbano II, pero no llegó a alistarse, pues falleció enfermo el 29 de julio del mismo año, mientras estaba en una guerra con los checos cerca de Nitra, Eslovaquia. Como no tenía hijos varones, había educado a su sobrino Colomán, hijo de Geza, para que fuera su heredero al trono húngaro. Una leyenda cuenta que cuando el santo cuerpo era llevado a enterrar a Somogyvár, los bueyes torcieron el camino sin que nadie pudiera deternerlos. Así, llegaron al monasterio de Nagyvárad, fundado por el mismo santo, donde fue sepultado y se veneran sus reliquias.

Busto relicario con
la cabeza del santo.
A finales del siglo XII, reinando Bela III, el culto a San Ladislao patriótico-religioso creció fuertemente en Hungría, escribiéndose la primera "vita" en 1192, año en que fue canonizado por Celestino III. El romanticismo de la época caballeresca de los siglos XIII y XIV lo acrecentarían más aún, creando piadosas leyendas de corte militar y religioso, que sirvieran de ejemplo a los caballeros. Sus virtudes, que las tenía, se adornan mucho más. En el siglo XIV, con la peste en auge, surge la leyenda del Ungüento de San Ladislao, que dice que habiendo peste en Hungría, Dios habló al rey Ladislao y le dijo que disparase una flecha con su arco, sin apuntar a ningún sitio, y allí donde cayera la flecha, estaría el remedio a la epidemia. Lo hizo el santo y al buscar la saeta, la halló atravesando una flor de gentiana (un tipo de violeta), de la cual se fabrica tal ungüento.


Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo VII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 30 de junio además se celebra a
San Adolfo de Osnabrück, obispo.
San León de Patara, mártir.

domingo, 21 de mayo de 2017

De Santos Reyes (XV): San Constantino el Grande.

Pregunta: Querido Ramón, desde hace un tiempo tengo una duda que quiero preguntarte. Por qué para los Católicos Constantino I, el Grande es considerado solamente un gran benefactor y para los ortodoxos es un Santo. Es decir por qué para nosotros no lo es también? Sobretodo que su mami si es Santa para la Iglesia Católica, Por que él no? Me podrás explicar?

San Constantino y
Santa Helena.
Respuesta: Luego de pasar un tiempo y leer un poco, aprovecho para responderte. Pero primero me gustaría hacer una breve reseña de la vida de Constantino:

San Constantino I, emperador. 21 de mayo. 
Constantino nació en Naissus, el 27 de febrero de 272 y su padre fue el emperador Constancio Cloro y su madre, como dices, Santa Helena (13 y 18 de agosto). Los orígenes de Helena han quedado en la oscuridad y aunque la leyenda le hace descendiente de un posadero, no hay nada claro en ello. Bueno sí, que precisamente por esos orígenes su marido la repudió en 292 para casarse con Teodora, hija del emperador Maximiano. El Imperio romano estaba dividido en varios gobiernos de emperadores entre Occidente y Oriente, con relativa paz entre ellos. Constantino entró a servir al emperador Diocleciano en Oriente luego que su padre fuera nombrado César.

En 306 Constancio murió mientras Constantino estaba en Britania, por lo cual fue nombrado Augusto por sus tropas, y el nombramiento fue aceptado por varias regiones. Por su parte, otras aceptaron el nombramiento de Severo II, y al mismo tiempo Roma proclamaba a Majencio, hijo del emperador Maximiano. No voy a detallar todo lo que pasó durante los largos 20 años que duró la pugna por el control del Imperio, pero solo decir que a los cuatro años del conflicto, ya eran siete los Augustos que reclamaban el Imperio. En 312 se dio un paso importantísimo: el 28 de octubre de ese año Constantino derrotó a Majencio en el Puente Milvio, Roma. Al año siguiente venció a Maximino, quien se suicidó al ser derrotado. Constantino hizo la paz con el único pretendiente que quedaba en Occidente, Licinio, y en 317 firmaron la paz. Pero en 324 Constantino le derrotó finalmente, inaugurando un período de gobierno en solitario. Sienta las bases de la dinastía como requisito para gobernar. La obra constantiniana de reforma del imperio fue grandiosa. Las leyes, las infraestructuras, el funcionariado, las religiones, el ejército… todos los ámbitos sociales y políticos se vieron controlados e influenciados por la figura del emperador. Habría que escribir, y leer, muchos libros para saberlo todo. Pero no es el objetivo de este simple blog. 

En 324 Constantino construyó la primitiva Basílica de San Pedro en Roma, y en 326, construyó la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. Murió el 22 de mayo de 337, a los 65 años, luego de haber entrado formalmente a la Iglesia mediante el bautismo. Sus reliquias se veneran en la iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla.

Constantino y la Iglesia.
Es un problema complejo este, sobre si Constantino se convirtió o se sirvió de la fe cristiana. Hoy la mayoría de historiadores se decanta por la versión política del hecho: En el siglo IV era evidente que la política de persecución contra los cristianos por parte de los emperadores precedentes había sido un error, pues los cristianos crecían, se hacían más fuertes y ya tenían estructura. Para colmo, el paganismo ya era ridículo y los dioses no satisfacían la espiritualidad del pueblo indolente y arreligioso en general. Y una prueba de ello es que en 311 Galerio publicaba el derecho de los cristianos de profesar su fe, como los demás ciudadanos, siempre que no alteraran el orden. La Iglesia obtenía personalidad jurídica, y podía levantar y recuperar basílicas expropiadas o destruidas por emperadores anteriores. En 313 Constantino y Licinio emiten su "Edicto de Milán", en el cual consagran la libertad de culto, impidiendo la persecución de los cristianos y, no declarando religión alguna como oficial (Licinio lo rompería en 320, persiguiendo a los cristianos). Todo un paso de modernidad en su tiempo, pero no partían de cero, pues había el precedente de Galerio. Una leyenda que relata Eusebio en su "Vita Constantinii" habla de conversión: Según este relato, la víspera de la batalla en el Puente Milvio Constantino habría visto una cruz ante el sol. Luego soñó que se le mandaba poner este símbolo en su estandarte, con las palabras "In hoc signo vinces". Así, al otro día, hizo pintar cruces en todos los lábaros y escudos. Y triunfó. Inmediatamente se convirtió al "dios de la cruz", o sea, al cristianismo. Pero tal no fue así, y, por mencionar solo una, una prueba arquitectónica nos queda: luego de su victoria se erigió el llamado Arco de Constantino, en el cual hay alegorías e imágenes de dioses paganos, y por el contrario no hay cruces u otro símbolo cristiano. Otra leyenda dice que luego de su triunfo Constantino entregó al papa San Silvestre I (31 de diciembre) un palacio en el Laterano para que se edificara una basílica: la actual Basílica de San Juan de Letrán. Pero en realidad este palacio había sido dado al papa San Melquíades (10 de diciembre) por Galerio en 312. Y una tercera leyenda hace a Santa Constanza de Roma (19 de febrero) hija suya, aunque no hay certezas sobre ello.

"In hoc signo vinces".
No hay que olvidar que Constantino era hijo de Helena, y que esta probablemente procedía de familia cristiana. Su interés por los Santos Lugares y su piedad así lo testifican, aunque la leyenda de la Invención de la Cruz (3 de mayo) sea solo leyenda, es cierto que levantó varios santuarios en Tierra Santa, era piadosa y caritativa. Por ello, no hay que obviar este detalle para considerar que Constantino ciertamente podría haberse convertido de corazón, aunque no fuera de un día para otro, y más allá de sus intenciones políticas. Algunos niegan la conversión porque se sabe que es legendaria su curación de lepra por milagro de San Silvestre. Este le llevó a una fuente milagrosa y, a cambio de desterrar el paganismo y convertirse, le bañó y le bautizó. Pero sabido es que Constantino no fue bautizado hasta 337, y Silvestre murió en 335, dos años antes. La historia nos dice que Constantino no se bautizó solemnemente, sino en privado y al final de su vida, a punto de morir. Pero si vemos un poco de historia y de liturgia, veremos que esto era habitual en los tiempos de Constantino: pecadores públicos, conversos de la idolatría, asesinos o adúlteros no eran admitidos al bautismo sino luego de años de penitencia y catecumenado. Si bien el bautismo era el paso previo para entrar a formar parte de la Iglesia, no era dado sin más, y menos si había una vida pública de idolatría y pecados públicos, como la de Constantino (asesinó a Licinio, al hijo mayor de este, y a su propia segunda esposa, Fausta). Ciertamente, su bautismo por parte de un obispo arriano, Eusebio de Nicomedia, no le deja muy bien parado frente a la fe católica y su propia ortodoxia.

Por su parte la Iglesia, ahora libre, comienza una expansión no siempre exenta de contradicciones. Los prelados pueden acceder al funcionariado del imperio, tener propiedades religiosas, etc. A la par que la Iglesia ataca al culto pagano, condenando la idolatría una y otra vez, y fomentando la destrucción de los ídolos y sus templos, los problemas entre católicos y herejes, antes propios de la Iglesia, pasan al ámbito público, se convierten en problema para la paz y la estabilidad de las ciudades. Estos problemas inmiscuyen al poder civil, y Constantino, ni tarde ni perezoso convoca el Concilio de Nicea, en 325. San Atanasio (2 de mayo), diácono aún destacó entre los demás padres conciliares, exponiendo la herejía arriana y desarmando sus argumentos. Para evitar cualquier confusión en el futuro, se añade al Credo la palabra "homomisios", o sea, que se define a Cristo como Dios y consustancial al Padre. Constantino se cela de Atanasio, del poder que tiene y elude ayudarle siempre que puede cuando el santo es desterrado.

Hay que decir que esta influencia del emperador en el Concilio y en la Iglesia ha sido exagerada por algunos historiadores protestantes para introducir la idea de que él es el fundador de la "iglesia católica", frente a la "iglesia cristiana", y es una teoría que numerosos herejes modernos arguyen sin tener ni idea de lo que dicen. La Iglesia tenía prelados sumamente formados en Escrituras y Teología como para permitir que un emperador escasamente formado influenciara en ella, teológicamente hablando. Todo lo contrario, la Iglesia se separa aún más del paganismo, aunque asuma aspectos de la filosofía y del lenguaje paganos. No por el paganismo en sí, sino por la cultura reinante. 

Busto de Constantino.
Culto y veneración.
Respondiéndote, la Iglesia Católica Romana no incluye a Constantino entre sus santos, principalmente porque le veía demasiado "oriental" (recordar que estableció su capital en Constantinopla, no en Roma), y prefirió canonizar a santos reyes francos o ingleses. Eso sin hablar de su bautismo por un arriano, que es muy sospechoso. Sin embargo, las Iglesias Católicas Orientales en comunión con Roma sí que lo veneran. Las Iglesias Ortodoxas tienen otro sistema de canonización y veneración a los santos, menos complicado que el nuestro y más libérrimo a la hora de rendir culto a un santo. Si que veneramos a Santa Helena, aunque tampoco formó parte del Calendario Universal. Yo creo que ella ha pasado a Occidente y al santoral romano por su relación con la Invención de la Santa Cruz. Curiosamente Constantino sí que es venerado junto a Helena el 21 de mayo en el Calendario Luterano.


Fuentes:
-"Historia verdadera del emperador Constantino el Magno". MANUEL JOSÉ MARTÍN. Madrid, 1879.
-"Constantino, ¿el primer emperador cristiano? Religión y política en el siglo IV". JOSEP VILELLA MASANA.


A 21 de mayo además se celebra a:

Beata Richezza
de Polonia.

La Traslación de
San Juan de la Cruz.
San Eugenio de Mazenod,
obispo fundador.










Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...