San Conogan de Quimper, abad y obispo. 15, 21 (diócesis de Quimper) y 26 de octubre.
Como de otros santos, de Conogan se cuenta que era originario de Gales, e hijo de príncipe, que en algún momento cruzó el mar para entrar a Bretaña. Se formó en el célebre monasterio de Landevennec y de ahí salió a servir al señor feudal de Lèon.
Unos años más tarde, cansado del mundo, entró en religión y fundó un monasterio cerca de Landerneau, viviendo la regla de San Columbano (23 de noviembre). Antes de 460 sucedió a San Corentin (12 de diciembre) como obispo en Quimper, y como tal asistió al Concilio de Tours en dicho año. En 468 aparece en el Concilio de Vannes. Como buen santo bretón, no le falta su leyenda: cuéntase que estando celebrando misa, entró en la catedral un pobre ciego que con insistencia pidió al acólito el agua del lavabo en la que el santo obispo se había lavado las manos. El asistente lo hizo y el hombre se lavó el rostro, recuperando la visión en el momento.
Falleció sobre 470 y fue sucedido en la sede por San Alour (26 de octubre). En 878 sus reliquias y las de Corentin fueron trasladadas a Montreuil-sur-Mer, por las amenazas de los fieron normandos. Allí quedaron menos su cabeza, que regresó a Quimper, venerándose en la capilla de la Virgen de la Victoria de la catedral. Los cuerpos de ambos santos "sobrevivieron" a la Revolución, aunque se mezclaron y hoy aunque se veneran, se desconoce cuál es cual. Se le conoce también como Cenôgan, Albino, Guénégan o Venerando. Y se le invoca contra la ceguera.
Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
A 15 de octubre además se celebra a
Santa Aurelia de Regensburg, virgen.
Santa Aurelia de Strasburgo, virgen.
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| Catedral de Quimper. |
Unos años más tarde, cansado del mundo, entró en religión y fundó un monasterio cerca de Landerneau, viviendo la regla de San Columbano (23 de noviembre). Antes de 460 sucedió a San Corentin (12 de diciembre) como obispo en Quimper, y como tal asistió al Concilio de Tours en dicho año. En 468 aparece en el Concilio de Vannes. Como buen santo bretón, no le falta su leyenda: cuéntase que estando celebrando misa, entró en la catedral un pobre ciego que con insistencia pidió al acólito el agua del lavabo en la que el santo obispo se había lavado las manos. El asistente lo hizo y el hombre se lavó el rostro, recuperando la visión en el momento.
Falleció sobre 470 y fue sucedido en la sede por San Alour (26 de octubre). En 878 sus reliquias y las de Corentin fueron trasladadas a Montreuil-sur-Mer, por las amenazas de los fieron normandos. Allí quedaron menos su cabeza, que regresó a Quimper, venerándose en la capilla de la Virgen de la Victoria de la catedral. Los cuerpos de ambos santos "sobrevivieron" a la Revolución, aunque se mezclaron y hoy aunque se veneran, se desconoce cuál es cual. Se le conoce también como Cenôgan, Albino, Guénégan o Venerando. Y se le invoca contra la ceguera.
Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
A 15 de octubre además se celebra a
Santa Aurelia de Regensburg, virgen.
Santa Aurelia de Strasburgo, virgen.
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