Beato Godofredo de Kappenberg, conde y religioso premonstratense. 13 de enero.
Fue este buen hombre hijo de noble familia, y nació en 1097. Heredó de su padre el poderoso condado de Kappenberg, y durante años vivió enfrentado con otros nobles locales por derechos sobre tierras y propiedades. Sin embargo, nunca se dejó llevar por la codicia ni la injusticia formó parte de su gobierno. Cuéntase en que en una ocasión en que sus mercenarios se enfrentaron a la ciudad de Munster, los suyos ganaron y arramblaron con todo el ganado que pudieron. Cuando se los llevaron, nuestro beato les dijo: "Devolved todos estos animales a sus dueños; mi lucha es con los prohombres de la ciudad; no es justo que los campesinos inocentes e indefensos pierdan todo a causa de una contienda de la que no saben nada".
Un buen día conoció a San Norberto (6 de junio), quien atravesó toda Westfalia predicando la paz y la conversión. Su vida cambió para siempre, despreció todos los bienes del mundo y decidió convertir su castillo en un monasterio de la Orden de Premontré, para él mismo servir a Dios en él. Y fue un religioso tan humilde que, habiéndole dejado el prior, que eligiera en que oficio quería servir al monasterio, eligió la limpieza de las letrinas. Su gran alegría era servir a quienes antes habían sido sus sirvientes y que, como su familia, habían tomado el hábito o trabajaban en el monasterio.
Su familia intentó disuadirle por muchos medios, menos su hermano el Beato Otto de Kappenberg (23 de febrero), quien le siguió en el mismo empeño desde el primer momento. La segunda persona en dejarse convencer fue su propia mujer, la Beata Jutta (17 de agosto), quien accedió a tomar el velo monástico de las premonstratenses en su castillo. Además, junto a Jutta profesaron Gerberga y Beatriz, hermanas de Godofredo, y otra pariente, la Beata Eduviges (30 de septiembre), quien fue la primera priora. Ambos esposos fundaron, además, los monasterios de Varlar y Elstadt.
El abandono del mundo de su mujer fue definitivo, como para que el padre de esta, el conde Federico de Arnsberg, le jurara una muerte segura a Godofredo y a San Norberto, a quien veía como el verdadero culpable de la "locura" de su yerno e hija. Amenazó públicamente con colgar a Norberto y junto a él al asno en el que viajaba, como escarnio público (al parecer había una costumbre de ahorcar junto a un ajusticiado, a algún animal con cuyos "defectos" quería compararse al ejecutado). Godofredo avisó a Norberto de que debía huir de Westfalia, pero este respondió sencillamente: "Tengan buen ánimo, Cristo venció al mundo. Y en cuanto a mí y a mi asno, ciertamente hemos venido a Westfalia para que nos sopesen uno con el otro y se vea quien vale más". Y continuó su predicación itinerante. Y como prueba de su fe en Dios, la víspera de la llegada a la ciudad de Arnsberg, dominios de su enemigo, este murió de repente.
Godofredo vivió solo cuatro años más, como humilde canónigo, y visitó en una ocasión la cuna de la Orden Premonstratense. Falleció santamente en la Octava de la Epifanía de 1127, siendo sepultado en la iglesia del monasterio, hoy iglesia parroquial, donde se veneran sus reliquias. otras se veneran en la iglesia de Ilbenstadt. Su "vita" fue escrita por un premonstratense monje de Kappenberg, que, aunque no lo conoció personalmente, sí que conoció a varios de sus familiares y monjes que le conocieron.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.
A 13 de enero además se recuerda a:
Fue este buen hombre hijo de noble familia, y nació en 1097. Heredó de su padre el poderoso condado de Kappenberg, y durante años vivió enfrentado con otros nobles locales por derechos sobre tierras y propiedades. Sin embargo, nunca se dejó llevar por la codicia ni la injusticia formó parte de su gobierno. Cuéntase en que en una ocasión en que sus mercenarios se enfrentaron a la ciudad de Munster, los suyos ganaron y arramblaron con todo el ganado que pudieron. Cuando se los llevaron, nuestro beato les dijo: "Devolved todos estos animales a sus dueños; mi lucha es con los prohombres de la ciudad; no es justo que los campesinos inocentes e indefensos pierdan todo a causa de una contienda de la que no saben nada".
Un buen día conoció a San Norberto (6 de junio), quien atravesó toda Westfalia predicando la paz y la conversión. Su vida cambió para siempre, despreció todos los bienes del mundo y decidió convertir su castillo en un monasterio de la Orden de Premontré, para él mismo servir a Dios en él. Y fue un religioso tan humilde que, habiéndole dejado el prior, que eligiera en que oficio quería servir al monasterio, eligió la limpieza de las letrinas. Su gran alegría era servir a quienes antes habían sido sus sirvientes y que, como su familia, habían tomado el hábito o trabajaban en el monasterio.
Su familia intentó disuadirle por muchos medios, menos su hermano el Beato Otto de Kappenberg (23 de febrero), quien le siguió en el mismo empeño desde el primer momento. La segunda persona en dejarse convencer fue su propia mujer, la Beata Jutta (17 de agosto), quien accedió a tomar el velo monástico de las premonstratenses en su castillo. Además, junto a Jutta profesaron Gerberga y Beatriz, hermanas de Godofredo, y otra pariente, la Beata Eduviges (30 de septiembre), quien fue la primera priora. Ambos esposos fundaron, además, los monasterios de Varlar y Elstadt.
El abandono del mundo de su mujer fue definitivo, como para que el padre de esta, el conde Federico de Arnsberg, le jurara una muerte segura a Godofredo y a San Norberto, a quien veía como el verdadero culpable de la "locura" de su yerno e hija. Amenazó públicamente con colgar a Norberto y junto a él al asno en el que viajaba, como escarnio público (al parecer había una costumbre de ahorcar junto a un ajusticiado, a algún animal con cuyos "defectos" quería compararse al ejecutado). Godofredo avisó a Norberto de que debía huir de Westfalia, pero este respondió sencillamente: "Tengan buen ánimo, Cristo venció al mundo. Y en cuanto a mí y a mi asno, ciertamente hemos venido a Westfalia para que nos sopesen uno con el otro y se vea quien vale más". Y continuó su predicación itinerante. Y como prueba de su fe en Dios, la víspera de la llegada a la ciudad de Arnsberg, dominios de su enemigo, este murió de repente.
Sepulcro del Beato en Kappenberg |
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.
A 13 de enero además se recuerda a:
Beata Jutta de Huy, reclusa. |
Ss Hermilo y Estratónico, mártires. |
San Kentigern, obispo. |
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