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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Pudo reinar, mas refirió la pobreza.

San Judoc de St-Josse-sur-Mer, eremita y peregrino. 13 de diciembre, 9 de enero (Invención de las reliquias), 11 de junio y 25 de julio.

Judoc (Josse, Udoz, Judec o Judgoenoc) nació sobre 591. Fue uno de los hijos del rey Hoel III de Bretaña y su mujer Pritelle, y sus hermanos fueron San Salomón III de Bretaña (4 de octubre), San Judicaël (17 de diciembre) y San Winoc (6 de noviembre). Sus hermanas fueron Santa Eurielle de Trémeur (1 de octubre) y Santa Onenne de Tréhorenteuc (30 de abril).

En 612 murió su padre, el rey Hoel y a nuestro Judoc le ofrecieron el trono, pero él prefirió la vida eremítica, por lo cual declinó la oferta y se retiró al monasterio de Maëlmon, donde pasaría veinte años en una vida oculta de oración, trabajo y penitencia. Entre tanto, y sus hermanos San Salomón y San Judicaël entraron en guerra durante tres años. Salomón ganó y Judicaël fue forzado a tomar el hábito monástico. Pero en 632 Salomón murió sin descendencia, y Judicaël abandonó la vida monástica para asumir el trono de Bretaña.

Y volvemos a nuestro Judoc. Una leyenda le quiere peregrino a Roma, junto a 11 compañeros. Al pasar por Ponthieu, el conde de Haymon le propuso predicar el Evangelio en sus dominios, y encargarse de la formación moral de su corte. - "¡Pero no soy sacerdote!", respondió Judoc. El noble replicó –"Eso puede arreglarse", y lo llevó ante San Omer (9 de septiembre), quien le ordenó presbítero sobre 640. Durante siete años fue capellán del Conde Haymon, pero siempre sin mezclarse en los ambientes cortesanos (los que tampoco hay que imaginar muy lujosos o refinados en la Galia del siglo VI), sino viviendo en estricta pobreza y austeridad. Alrededor de 650 Judoc se cansó de aquel ambiente y se estableció cerca de Brahic, en una ermita junto a un discípulo llamado Wulmar, donde vivieron algunos años en oración constante y en pobreza absoluta. 

Otra leyenda cuenta que en una ocasión ambos tenían con solo un pan para comer cuando apareció por allí un pobre mendigo. Judoc partió la pizca de pan en cuatro y dio un trozo al pobre. Al poco rato apareció otro pobre y Judoc dio a este otro pedazo. Así una vez más. Y luego apareció un cuarto menesteroso, aunque esta vez Wulmar requirió a Judoc diciéndole que ese último pedacito de pan lo debían guardar para sí mismos, pero Judoc le respondió: "Lo único que quiero es que los pobres tengan algo para comer. Dios será capaz de darnos alimento en abundancia si así lo dispone". Y dio al cuarto pobre el único pedazo de pan disponible. Y he aquí que de pronto se vieron bajar por el río cuatro barcos sin tripulación llenos de víveres, que el santo repartió entre muchos pobres.

Esta caridad, más sus milagros, le hicieron famoso en la región, llegando a su ermita muchos peregrinos y enfermos en busca de consuelo físico y espiritual, por lo que Judoc y su discípulo se marcharon cerca de Runiac. En el lugar dejado por Judoc, San Omer fundó una abadía que posteriormente llevaría el nombre de nuestro santo (Saint-Josse-au-Bois) y los monjes le harían su fundador, aunque no lo fuera propiamente. 

Judoc vivió en su nuevo recinto unos trece años, hasta que volvió a irse a un sitio más lejos aún, a un bosque inaccesible, donde construyó dos capillas dedicadas a Pedro y otra a Pablo. Allí, dice la leyenda recibió el aviso celestial sobre peregrinar a Roma, y sin pensarlo, emprendió camino. Hacia roma y de regreso, Judoc hizo numerosos milagros, entre ellos el de sanar a una niña ciega en Pontigny, cuyo padre le lavó los ojos con el agua que el santo había usado para lavarse el rostro.

En 655 Judoc volvió de Roma y halló que el Conde de Haymon había erigido una iglesia de piedra donde estaban sus ermitas, con vistas a fundar un monasterio. Pero el santo no vio aquel proyecto, pues murió entre 668 o 669.

Fue sepultado en su celdilla, y luego trasladado a la iglesia. de su cuerpo se dice que durante siglos le creció el pelo y la barba, por lo que a cada rato habían de córtaselos, siendo unas reliquias muy preciadas por los devotos. Es patrón de los peluqueros, abogado contra las tormentas y el fuego, y protector de las cosechas contra las sequías e inundaciones.


Fuente:
-"Les vies des saints de Bretagne". GUY-ALEXIS LOBINEAU. OSB. Rennes, 1874.


A 13 de diciembre además se celebra a
San Eustracio de Sebaste y comp. mártires.

viernes, 1 de julio de 2016

Abad, taumaturgo y vencedor de los enemigos.

San Lunaire (o Lèonor) de Bretaña, abad. 1 de julio, 2 de septiembre (todos los Santos Obispos de Rennes) y 30 de julio, la liberación de Trélévern).


San Lunaire. Trélévern.
Según su incierta leyenda, fue hijo del rey Hoël I de Bretaña y de Santa Pompeia (26 de julio), y por tanto, hermano del legendario San Tugdual de Bretaña (30 de noviembre) y Santa Sève (23 de julio). Lunaire nació cuando sus padres se hallaban en Gales, y allí pasó su infancia. Junto a Tugdual, y con solo cinco años, sus padres lo dieron como discípulo a San Iltut (6 de noviembre) y de San Dubricio (14 de noviembre). Era tan despierto, que el primer día de clase aprendió el alfabeto, el segundo día fue capaz de escribir cualquier palabra y al tercer día era un consumado caligrafista.

Cuando tenía quince años fue ordenado presbítero, y aún obispo, según algunas versiones. Cuando la Gran Bretaña cayó bajo el dominio de los sajones, cruzó al continente junto a 72 monjes y se fue al norte de su tierra natal. En un sitio solitario, restauraron una capilla en ruinas, y evangelizaron la región, aún sumida parcialmente en el paganismo. Al cabo del tiempo comenzaron a construir un monasterio. Como era tarea ardua apartar los árboles cortados, Dios le ayudó haciendo salir del bosque doce ciervos que les ayudaban en esta tarea. Es un bonito símbolo de los doce seguidores, apóstoles, que colaboran en la extensión del reino, al que hay que unir el símbolo, también evangélico de los 72 discípulos. El origen puede estar en la similitud de las palabras francesas "cerf" (venado) y "serf" (sirviente). Una vez terminada la nueva iglesia, faltaba labrar el altar de piedra, pero aparecieron dos palomas blancas que con sus patitas sostenían un bello altar labrado en piedra y que habían sacado del fondo del mar. Ciertamente, el altar de la iglesia monástica, de entre los siglos XII-XIII, es de un tipo de roca oceánica y de alta salinidad. Otro portento ocurrió cuando labraron la tierra hallaron que no tenían grano para sembrar, y en ese momento un petirrojo depositó ante el santo un grano de trigo de oro. Confiando en la Providencia, Lunaire lo sembró y al otro día tenía un campo de trigo listo para cosechar.

La leyenda cuenta que cuando subió al trono de Bretaña su hermano, Hoel II, un noble llamado Conao asesinó al rey y tomó por la fuerza a su viuda como esposa. El hijo de Hoelse refugió con Lunaire, temiendo por su vida. Conan fue a por él, queriendo borrar cualquier descendencia del legítimo rey. Llegó al monasterio e intentó llevarse al joven, pero Lunaire se interpuso, a lo que Conao respondió pegándole con su látigo en el rostro. El santo entonces obró el milagro de paralizar al malvado sobre su caballo y hacer que la tierra se abriera y se los tragara hasta el cuello, rompiéndose todos los huesos el usurpador. Al arrepentirse, el santo le dejó libre, y al poco tiempo murió lleno de dolores por las fracturas. Sin embargo, esto es difícil de casar con la historia: Bretaña como tal no sería reino sino hasta dos siglos más tarde. Otra leyenda local, le hace obispo de Rennes, sucediendo a San Plácido de Rennes (8 de marzo y 2 de septiembre, todos los Santos Obispos de Rennes) como noveno obispo de esta sede, pero igualmente no hay dato alguno que corrobore esta leyenda, aunque igualmente en el martirologio de Rennes del siglo XV aparece como santo propio.

Murió Lunaire sobre 650 y fue sepultado en la iglesia del monasterio donde su culto permaneció durante siglos. Unas reliquias (la cabeza y dos huesos) se trasladaron a la abadía de San Maglorio de París en 966, y de allí fueron trasladadas, en 1185, a Beaumont-sur-Oise, a una bella capilla gótica dedicada a su memoria, que estaba adosada al castillo de la localidad. En un momento indeterminado, estas reliquias volvieron a Bretaña, pero desaparecieron en la Revolución Francesa.

Estandarte conmemorativo
del 30 de julio de 1944.
Trélévern.
Algunas ciudades francesas le tienen por santo patrón, especialmente Trélévern, ciudad que le guarda una memoria especial luego que en la II Guerra Mundial el santo les librara de la muerte segura: el 28 de julio de 1944 dos soldados alemanes fueron apaleados en un bar de Trélévern. Cinco hombres y la secretaria del ayuntamiento fueron apresados, a pesar de ser inocentes, por estar en el sitio. Fueron interrogados y la secretaria se negó a dar los nombres de los habitantes del pueblo que integraban la resistencia. Los alemanes decidieron fusilarles a todos el 30 de julio siguiente. El sacerdote de la población se ofreció para intercambiarse con la mujer, que tenía hijos, pero no fue aceptado por los alemanes. Estos, además, ese mismo día, incendian la ciudad. El cura y los ciudadanos comienzan a implorar la intercesión de su santos patronos, San Lunaire y Santa Ana (26 de julio). El 30 de julio, rusos y franceses toman el puesto de mando alemán de Penvénan, y los prisioneros huyen. Los estadounidenses entran en Trélévern, haciendo escapar a los alemanes, con gran júbilo del pueblo, que se vio libre del fusilamiento que les esperaba a algunos de sus habitantes.

 
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Volumen VII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 1 de julio además se celebra a  
La Preciosísima Sangre de Cristo.
San Simeón "el Salo", loco por Cristo.
San Cybar, abad

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...