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sábado, 17 de abril de 2021

"abrazó la cruz con gusto y alegría"

Beata María Ana de Jesús, virgen mercedaria. 17 de abril. 

Nació en Madrid, en 1565, hija de los nobles Luis Navarro Ladrón de Guevara y Juana Romero de Víllalpando. Fue bautizada en la parroquia de Santiago el 21 de enero de ese mismo año. desde niña María Ana, o Mariana, como también se le llama, fue una nia piadosa, obediente y alegre. Apenas supo de las vidas de santos, intentó imitarles en lo que podía y más allá, tienendo que moderar sus penitencias y tiempos de oración. Le gustaba mucho estar en la iglesia, que le explicaran las imágenes y la misa. Se embebía en la misa de tal manera que a veces esta acababa y la niña seguía en oración sin notarlo. Acompañaba a su madre en los ejercicios de caridad, que eran muy frecuentes en su casa. A los siete años recibió la primera comunión, edad desacostumbrada totalmente, y fue así por su conocimiento del misterio a recibir, y por el amor tremendo que sentía hacia la Eucaristía. Y muchas otras cosas se nos cuentan de su infancia, como comprensión de los misterios divinos, constante presencia de Dios, visiones de la Virgen y su ángel guardián, etc. 

Aún siendo María Ana adolescente murió su madre, y al año de viudedad, su padre se casó nuevamente. Su madrastra era una mujer áspera y resabiada, que trató mal a la niña desde el primer momento. Ni le mostró el más mínimo afecto, y solo se dirigía a ella cuando el padre estaba presente, para que no sospechara el hombre. El nuevo matrimonio tuvo dos hijas más, a quienes María Ana quería mucho, pero de las que su madrastra intentó apartarla siempre que pudo. A los 16 años, su padre, entendiendo lo que ocurría, pretendió casar a María, para alejarla de su madrastra y medio hermanas. Sin embargo, en su corazón María Ana no quería más Esposo que Cristo. Gran guerra le hicieron su padre y madrastra con este asunto. Le consiguieron varios pretendientes, de alcurnia todos, pero ella iba dilatando el asunto, sin atreverse a decirles su verdadera intención: consagrarse a Jesucristo como religiosa. Al tiempo, habiendo consultado con su confesor, hizo voto de perpetua virginidad en la iglesia parroquial de San Miguel de Madrid. 

Animada con esto, al saber que le iban a prometer con un joven, reveló a su padre su voto y su intención de ser monja. Esto desató una tempestad en la familia, interviniendo incluso algunos parientes lejanos. A tal punto llegó el asunto, que su padre la puso a trabajar de sirvienta para la familia, dándole palizas y hablándole duramente con frecuencia, para que deshiciera su voto y tomara matrimonio. Le dejaron de dar comida, la encerraban durante días en un cuarto sin luz, o la ataban con recias cuerdas. Pero ella no cejaba y lo sufría todo por amor de Cristo. Un buen día, sabiendo que su belleza era causa de que la pretendieran, tomó unas tijeras y se cortó su hermosa cabellera rubia. La paliza fue épica, como podéis imaginar. 

Cinco años duró esta guerra familiar, hasta que el padre, cansado del ánimo de su hija, desistió de casarla y la dejó seguir su voluntad. O, mejor dicho, la de Dios. Pero he aquí que, entonces, siendo ya libre, no hallaba en Madrid convento que la admitiese. Entonces decidió vivir en su casa como en un convento. Se enfundó en un sayal áspero, hacía ayunos, penitencias, vivía en soledad y oración, recluida en la habitación más humilde de la casa. Además, comenzó a instruir a sus hermanas en las letras y en camino de la virtud. Así llegó a los 21 años, como beata en su propia casa, siendo religiosa sin convento. En esta época comenzó a tener terribles tentaciones contra la castidad. Se le aparecía el demonio mostrándole imágenes obscenas y diciéndole palabras feas. Oración y penitencia, todo hizo por verse libre de las tentaciones. Más de 10 años duraron estas batallas interiores hasta que Dios premió su perseverancia y la libró milagrosamente de tales tentaciones, quedando su virginidad acrisolada. 

Ya con 30 años le vino otra contradicción. Su padre, creyendo que tanta vida espiritual y penitencia sería cosa del demonio y su hija fuera una alumbrada (tan frecuentes en aquella España del siglo XVI), comenzó a prohibirle sus ejercicios de piedad y penitencias, al tiempo que le buscaba otro director espiritual. Este, docto, pero poco espiritual, no se vio capaz de dirigir tal alma y luego de la primera confesión, la dejó. María Ana, desolada, salió a la calle y pasando por la iglesia de la Merced, encontró al padre Juan Bautista del Santísimo Sacramento. Este la confesó y siendo iluminado por Dios, comprendió la excelencia de aquella alma que tenía ante sí. Aceptó ser su director espiritual y en sus manos María Ana enderezó su espíritu a una recta devoción, llegando en breve a una perfecta santidad. 

Al poco tiempo tuvo su primera gracia mística (descontando las de la infancia, poco probables). Estando en oración considerando si ella podría sentir algo de los dolores de la Pasión de Cristo, se le apareció el Salvador tal como lo presentan de Ecce Homo, ella se le acercó y, quitandole la corona de la fente, se la puso ella misma. Desde entonces sintió para siempre los dolores punzantes de tal corona en sus sienes. Y así se le representa iconográficamente. Al poco tiempo, igual estando orando, se le apareció Cristo glorioso diciéndole: “Hija mía, ¿querrías estar en mi cruz?", a lo que ella contestó: “¡¿Cuándo, amorosísimo Señor, dulce Esposo y único dueño de mi corazón, merecí yo favor tan grande?! Pero, aunque me reconozco indigna de tanta dicha, abrazo la cruz con todo gusto y alegría, si así es vuestra voluntad”. Y en ese instante recibió los estigmas de la Pasión de Cristo de forma espiritual, es decir, sin que fueran visibles para los demás, pero teniendo todos sus efectos y dolores, y quedó llena del Espíritu Santo. 

Tras un breve tiempo en el cual tuvo que irse a Valladolid con su familia, María Ana regresó sola a Madrid, y es en esta ocasión en la cual se le atribuye la frase “de Madrid al cielo”, señalando que solo volvería a dejar la ciudad para irse a la gloria. Pero es solo una versión más de dicha frase. En 1606 se estableció en una pequeña casita cerca donde hoy está la iglesia de Santa Bárbara (o las Salesas Reales). Allí vivía pobremente, trabajando para mantenerse y para hacer caridad. Oraba gran parte del día, asistía a misa y a las devociones. Durante un tiempo la acompañó una devota mujer llamada Catalina de Cristo, que puso a prueba su paciencia pues era una mujer gruñona y su fervor no estaba moderado. La santa la sufrió hasta que la misma Catalina, creyéndola poco rigorista, la dejó. En ocasiones la visitaban damas (la reina Margarita, por ejemplo) o prelados de Madrid u otras partes de España, para pedir consejo o instruirse en el camino del cielo. Su fama de santa llegó al papa Pablo V, quien le autorizó gustosamente a convertir parte de su humilde casa en oratorio donde pudiera cantarse misa y reservar el Sacramento. En 1613 una terrible sequía azotó Madrid y varios prelados le pidieron redoblase sus súplicas para alcanzar lluvia a los campos. Así lo hizo y en breve el milagro ocurrió.

Pero esta vida de beata no era el culmen de sus aspiraciones, por ello, el 20 de mayo de 1614, miércoles de la Octava de Pentecostés tomó el hábito mercedario e hizo profesión al año siguiente. No parecía sino que María Ana había nacido en el convento. Era tan humilde que la obediencia no le costó a pesar de haber vivido sola durante mucho tiempo. No tenía resabios de mandar, ni creía que nadie debía guiarla. Todo lo contrario, se dejaba guiar por la priora y sus superiores como si de vida religiosa no supiera. Su caridad para con las hermanas era proverbial, siempre desviviéndose por los demás. Su vida en el convento fue mucho más escondida que mientras vivía en el mundo. Dejó de recibir, se escondió en Cristo y en estar ante el Sacramento  considerando la Pasión de Cristo gastó sus 10 años de monja.

Rostro incorrupto
de la Beata.
El 11 de abril de 1624 sintió un terrible dolor en el costado, teniendo que guardar cama, por obediencia. Allí recibió la Extremaunción, la bendición apostólica, y los parabienes de los reyes y el papa. Las monjas se enfervorizaron todas viendo tanta dulzura en su rostro a pesar de los dolores que sentía. El 17 de abril arrimó a su pecho un crucifijo y entró en éxtasis, y apenas salió de él para entrar a la Vida Eterna. Tenía 59 años. Al punto, su piel se volvió tersa, el rostro apareció sonrosado y relajado, y, sobre todo, un suave olor como de manzanas se esparció por todo el convento y por la iglesia, y fue sentido por la multitud que allí esperaba despedir a su querida monja mercedaria.

Los funerales fueron muy sentidos, entre el llanto y el júbilo de numerosos milagros que ocurrieron entre los que tocaron su santo cuerpo.  En 1627 se abrió el sepulcro, hallándosele incorrupta, y se expuso para los devotos. Nuevamente el suave olor se dejó sentir. Lo mismo se certifica en 1731, 1815, 1924 y 1965. Fue beatificada el 18 de enero de 1782 el papa Pío VI. Su proceso de canonización se reabrió luego de un posible milagro ocurrido en 1997. Cada 17 de abril su cuerpo incorrupto es expuesto para la devoción de los fieles, y el olor a manzanas vuelve a sentirse. Es copatrona de Madrid. 


Fuentes:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Diciembre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.
-"Glorias de la Beata Maria Ana de Jesús. FR PEDRO DEL CORAZÓN DE JESUS. OM. Salamanca 1783. 


A 17 de abril además se celebra a

Bto Bautista Mantuano,
carmelita
.
San Aniceto, papa.
Beato Roberto de
Chase Dieu, abad
.
San Rodolfo de Berna,
niño mártir
.










   

viernes, 12 de junio de 2015

San Odulf, el apóstol de los frisones.

San Odulf de Utrech, presbítero. 12 de junio.

Nació este santo presbítero en Oorschot, Brabante, en el siglo IX. Desde niño destacó por su piedad y su amor a las letras. Sus padres le enviaron a la colegiata de Utrecht para cultivar las inclinaciones intelectuales que veían en el niño. La leyenda dice que habría querido ser monje en este mismo monasterio, de Regla benedictina, pero sus padres prefirieron no separarse de él y se las arreglaron para que fuera párroco en una iglesia de su propiedad, en su ciudad natal, pero a la muerte de estos distribuyó sus bienes entre los pobres, renunció al beneficio eclesiástico y volvió al monasterio. Pero el hecho de hacerle benedictino es una confusión, pues nunca profesó esta Regla y los bollandistas lo dejan claro, pues ni siquiera hubo benedictinos en dicha colegiata hasta mucho después.

El obispo, San Federico de Utrecht (18 de julio) le envió a misionar a los frisones, tierra de gente áspera, donde se mezclaban el antiguo paganismo y algunas herejías que renacían. Asentó su “sede” en Stavoren, desde donde les convirtió poco a poco, a base de una incansable predicación y especialmente los buenos ejemplos de caridad (se le suele representar con un tazón de comida; la que daba a los pobres) y algunos milagros. El más conocido y que se suele representar en su iconografía, cuenta que en una ocasión mientras predicaba, una enorme piedra que había junto a la iglesia de Stavoren se dejó llevar por el mar, como si fuera una piedrecilla. Entonces, predijo a los frisones que su fe cristiana sería desterrada, pero al igual que aquella piedra un día volvería a su sitio, la fe regresaría. Efectivamente, con la invasión normanda la fe quedó en mínimos, para florecer siglos después. Y allí está la piedra, que subió del mar, nuevamente junto a la iglesia. Aquí fundó un monasterio de canónigos regulares de San Agustín, que también le tienen como santo propio.  

Odulf regresó a Utrecht ya anciano, en 855 (865 según Ruinart), para descansar y morir, ese mismo año. Se le atribuye una perturbadora obra sobre los tipos de demonios (íncubos, súcubos, etc.) y sus efectos en las almas, que en realidad es un apócrifo posterior, con tintes esotéricos.


El ángel le conmina ir a Utrecht.
Vidriera del siglo XX.
Iglesia de San Odulf, Borgloon.
De su relación con San Federico se cuenta que un día de Pascua un ángel se le apareció y le conminó a viajar a Utrecht, donde el santo obispo se preparaba para celebrar los oficios a pesar de estar en pecado mortal. Tomó un barco que atravesó el mar a gran velocidad, llegando a tiempo a la catedral para reprender al obispo, confesarle y celebrar el culto en su lugar. Mientras Federico se retiró a hacer penitencia durante 10 años, tiempo en que Odulf le sucedió como obispo, para regresar a Stavoren cuando el obispo volvió a su sede. Absurdo, no en balde los bollandistas fueron muy críticos con su leyenda.

En 1034 el obispo de Londres compró en un mercado un relicario con unas supuestas reliquias de San Odulf, que vendió al abad de Evesham, en cuya abadía se colocaron solemnemente después de “haber sido rescatadas luego de la invasión normanda a Stavoren en el año 1000, cuando fueron robadas”, lo cual es solo una leyenda inventada, porque consta que Odulf fue enterrado en la hoy desaparecida iglesia del Salvador de Utrecht. Las peregrinaciones comenzaron, y la devoción al santo alcanzó cotas altísimas, convirtiéndose en uno de los santos holandeses más populares. Su memoria era fiesta nacional, y día de mercado y ferias. Algunos de sus atributos iconográficos, además del tazón antes dicho, es la manzana, pues la leyenda dice que los profesores le compensaban sus esfuerzos con una de estas frutas, y que él regalaba a los más pobres. Este atributo le ha hecho patrono de las huertas y cosechas de manzanas.

Fuentes:
-“Colección de Santos Mártires, confesores, y varones venerables del clero”. Tomo II. FERNANDO RAMÍREZ DE LUQUE. Madrid, 1805.
-“Acta Sanctorum. Junio. Tomo III".


A 12 de junio además se celebra a
San Onofre, eremita.
Beata Brígida de Holanda, dominica
Santa Cunera de Rehen, virgen y mártir

miércoles, 6 de febrero de 2013

Santa mártir a la jardinera

Santa Dorotea.
Siglo XVII
Pregunta: Hola, ¿que me puedes decir de Santa Dorotea?. España.

Respuesta: Pues algo podría decirte, y suponiendo que sea algo de la Dorotea más conocida, la mártir, aprovecho para responderte por su fiesta, aquí te va: 

Santa Dorotea de Cesarea, virgen y mártir. 6 de febrero y 28 de marzo (traslación de las reliquias a Arlés)
Su nombre aparece ya en el martirologio pseudo-jeroniminiano a 6 de febrero y así mismo la recogen los demás. Lo que se sabe está en actas poco confiables, llenas de frases bíblicas y reminiscencias evangélicas que pretenden comparar al mártir con Cristo, así es que: responden ingeniosamente a “los malos”, arrojan demonios, se sobreponen a todo dolor, etc. La principal intención de este tipo de escritura era recordar que Cristo permanecía en su Iglesia. En el siglo VIII, San Adelelmo de Canterbury (25 de mayo) escribe “Elogio de la virginidad”, escribe de varias vírgenes y mártires, como Santa Águeda, y dedica un trozo a hablar de Dorotea, y aumenta la leyenda, haciéndola más popular. En el siglo XV la leyenda ya estaba bastante aumentada y sólida:

Santas Dorotea,
Crista y Calixta

Según estos documentos de variada fiabilidad, Dorotea, natural de Cesarea de Capadocia, nació en 290, era hija de Thorus y Thea (otras versiones dicen que se llamaban Teodoro y Teodora), cristianos romanos y nobles. Cuando estalló la persecución de Diocleciano, vendió todo lo que tenía y con su esposa e hijas mayores, Crista y Calixta, se fue a Capadocia, donde al poco tiempo nació Dorotea (1). Las actas dicen, textualmente, la niña “crecía en sabiduría y en gracia ante Dios y los hombres”, un clarísimo parangón con Jesús (Lucas 2, 52). Destacaba por su belleza, piedad y caridad (como siempre), y había consagrado su virginidad a Dios. Tuvo pretendientes, pero los rechazó a todos hasta que uno de ellos, el gobernador Apricio o Sapricio se interesó en ella, a lo que Dorotea respondió: "Yo no quiero un marido, se me ha dado por Esposo a Jesucristo, el más grande de todos los hombres".

Llamada a sacrificar a los dioses, se negó. Aquí hay una serie de tormentos típicos, como el aceite hirviendo (que no la quemó), la garrucha, ect., y nueve días en la cárcel sin comer ni beber (aunque un ángel la alimentaba) para hacerla apostatar, cosa que no logró. Sacada de allí, arrojó a los diablos que moraban en unos ídolos, convirtió a varios paganos, etc.

Insistente, Apricio la envió a casa con Crista y Calixta que previamente habían apostatado por miedo a los tormentos, para que convencieran a Dorotea. Y pasó lo contrario, Dorotea las convenció de los premios del cielo y les hizo ver su error. Enterado el gobernador quemó vivas a las hermanas (2) y mandó de nuevo al martirio a Dorotea. De nuevo el fuego, los estiramientos y descoyuntamientos. Y Dorotea, alababa a Dios, cosa que llamó la atención de Teófilo, ayudante del gobernador. Ella le dijo, al ver su interés: "Este mundo es frío. Mi gozo está en ir pronto a los jardines de mi Celestial Esposo (3), donde siempre es primavera y abundan las rosas y manzanas"(4). Teófilo se burló de ella, y, al enterarse de la sentencia de decapitación, le dijo con sorna: "Dorotea, si vas con tu Esposo a su jardín, envíame algunas de esas manzanas y rosas". Justo antes de morir, Dorotea ve un hermoso niño rubio, descalzo, vestido de púrpura y estrellas, que porta una canasta con tres rosas y tres manzanas y le dice: "Me gustaría pedirte que dieras esta canasta a Teófilo", y fue decapitada (5)

Y estando Teófilo ya en palacio, se le acercó el niño y le dijo "recibe estas rosas y estas manzanas del paraíso, con un saludo de la hermana Dorotea". Teófilo, cual Centurión, gritó "Cristo es verdaderamente el Hijo de Dios y en él no hay engaño. Bienaventurados los que sufren por su causa". Sus amigos se rieron de él, pero él les contó lo sucedido. ¡en pleno febrero, rosas y manzanas! Apricio le mandó a llamar y al verlo cristiano, le mandó a torturar para que apostatase. Y Teófilo dijo: "con mucho gusto moriré por la fe cristiana. Dame sólo un poco de tiempo". Se bautizó, tomó el Cuerpo de Cristo, y luego se presentó al gobernador. Fue mandado a ser despedazado por las fieras. Su memoria es también a 6 de febrero.

Culto, iconografía y patronatos de Dorotea:
No es Dorotea una de las vírgenes mártires más veneradas, incluso en Oriente no es muy conocida, ni representada, aunque esté en los diversos calendarios. El culto se afianza entre los siglos XIV y XVI, y bajó del norte de Europa, hacia el sur, y no al revés. Se escriben varias obras líricas de la pasión de la santa, ya desde el siglo XIII, hasta el XVII encontramos algunas, siempre localizadas al norte. Colonia, Nuremberg, y Arlés, le profesan devoción y es, en general en Alemania y Francia donde más culto recibe, aunque no hay que olvidar su iglesia de Roma, en el Trastévere, donde
se celebra su fiesta y reposan sus supuestas reliquias expuestas en una imagen yacente, de dudoso gusto estético, desde el XVII. Mientras, la cabeza reposa en otra iglesia romana. Otras reliquias muy veneradas están en Arlés, Francia, donde se celebra el 28 de marzo la traslación de dichas reliquias. Una supuesta cabeza está en Praga y otra en la iglesia de San Gereón de Colonia.

En el medioevo y el barroco fue bastante representada, siempre con sus atributos típicos, la palma, la espada y la canasta de frutos (no solo manzanas) y flores, o la lleva ella misma, o el niño-ángel. Es patrona de floristas, jardineros, protectora de las cosechas, para pedir buen tiempo. Invocada contra las tormentas, los incendios y auxilio en caso de muerte súbita.


A 6 de febrero además se celebra a






(1) Los nombres, en todas las versiones, están llenos de simbolismo. Teodoro y Teodora; Crista, que sería "como Cristo" o "cristiana"; Calixta, que significa "limpia"; y, finalmente, Dorotea, que es "regalo de Dios".

(2) En las versiones más difundidas, Crista y Calixta no son hermanas carnales de Dorotea, sino que aparecen en esta escena como instrumento de persuasión del gobernador. En la iconografía, suelen aparecer dentro de un caldero de pez hirviente, aunque no queda claro a que tipo de tormento fueron sometidas. 

(3) El jardín del Esposo se refiere al Paraíso. Es una imagen alegórica muy rica y antigua en la Iglesia. Desde las primeras representaciones cristianas, el jardín florido, el “hortus conclusus” forma parte del arte cristiano. En la Edad Media fue más frecuente aún, para mostrar al hombre rural un paraíso donde la naturaleza es la forma para mostrar el gozo y la felicidad. No deja de ser una imagen primitiva, a la que continúan atados los protestantes o Testigos de Jehová (ver algunos de sus folletos sobre la vida eterna) y no pocos católicos, que no acabamos de entender que la gloria, exhuberancia y gozo del paraíso es sola y únicamente Dios. 

(4) La manzana tiene aquí una connotación simbólica riquísima, es reminiscencia del paraíso perdido, de la restitución de la supuesta condición preternatural del hombre y, en definitiva, de la Redención de Cristo. 

(5) Algunas leyendas añaden aquí que Dorotea prometió que cada persona o familia en la que se contara su historia, sería protegida por ella en las tormentas, incendios o muerte súbita. Buen marketing que hace el escritor para lograr que su historia se difunda.



Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...