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sábado, 3 de abril de 2021

"Obedezco la santa doctrina del Dios viviente"

Santas Ágape, Chionia, Irene y compañeros mártires de Tesalónica. 3, 5, 16 de abril y 22 de diciembre. 

Santas Irene y Casia.
Ágape, Chionia e Irene, eran tres hermanas, vírgenes consagradas a Dios en Tesalónica, imperando Diocleciano. Vivía en Aquileia un anciano presbítero llamado Zoilo, quien había sepultado piadosamente al mártir San Crisógono en el sótano de su casa. Como era un hombre temeroso de Dios, el mártir Crisógono se le apareció y le anunció que en nueve días las tres jóvenes Ágape, Chionia e Irene serían capturadas y martirizadas. Además, le indicó que Santa Anastasia debía prepararlas para el tormento que les alcanzaría la gloria. Así lo hizo, llamando a Anastasia, la cual alertó a las jóvenes, les arengó a que permanecieran fieles a Cristo y luego las dejó para que se preparasen orando. 

A los 9 días exactos, las muchachas fueron apresadas y llevadas ante el emperador Diocleciano, quien se hallaba en Tesalónica de paso a Macedonia. El monarca les conminó a que abandonaran su fe y adoraran a Jesucristo. Ágape le respondió: "Tuyo es el cuidado de la nación, tuyo el cuidado de la república, tuyo el cuidado del ejército, ¿y hablas así contra el Dios vivo, sin cuya ayuda no puedes hacer nada?" El emperador se volvió hacia Chionia y le espetó: "Realmente, tu hermana está loca". "Mi hermana está en su sano juicio - contestó Chionia - y con razón rechaza tus injustas ofertas". Luego Diocleciano se dirigió a Irene, pidiéndole fuera más sabia que sus hermanas mayores. Respondió Irene: “¿Es que tiene sentido adorar un ídolo hecho por un artífice, y hecho como el artífice desea? A veces sentado, a veces de pie; si el artífice quiere, pone una sonrisa en la cara de su dios, si quiere, pone lágrimas en sus ojos; si le gusta, el dios está haciendo una travesura en un dedo del pie, o si no, está tirado en el suelo. Pues yo prefiero seguir la locura de mi hermana". 

Entonces Diocleciano las mandó a prisión y siguió su camino a Macedonia, ordenando que las enviasen a su presencia en esta ciudad. Quedaron las jóvenes al cuidado del Gobernador Dulcidio. Este, a los pocos días, las hizo comparecer ante él junto con otras tres mujeres llamadas Casia, Filipa y Eutiquia, y un hombre llamado Agatón. 

Les dijo Dulcidio: "¿Sois realmente tan rebeldes que vais contra las órdenes del César y del Emperador?" Y dijo a Agatón - “¿por qué te niegas a comer la carne de sacrificio de nuestros dioses; no es eso lo que todo el mundo hace?". "Porque soy cristiano" fue la respuesta. Inquirió Dulcidio a Ágape: “Y tú que crees de esto?". "Creo en el Dios vivo – dijo la santa - y no quisiera destruir de una sola vez todo lo que Él ha construido hasta ahora." Y luego preguntó a Chionia: "¿Y qué tienes que decir a eso?" Ella respondió "Creo en el Dios vivo, y por lo tanto no puedo obedecer al emperador". Luego preguntó a la pequeña Irene: "¿Por qué no obedeciste las órdenes de los emperadores?". Ella dijo: "Porque temo ofender a Dios". 

Se volvió Dulcidio a Casia: “¿cuál es tu respuesta?". "Quiero salvar mi vida", dijo ella. "Pero entonces –le dijo Dulcidio - deberías participar en nuestras cenas de sacrificio”. "¡Dios me salve de tal crimen!", replicó Casia. Luego se dirigió a Filipa: "Y tú, ¿piensas lo mismo que estos otros?". Ella le constestó mirándole fijamente: "De hecho, prefiero morir antes que levantar un dedo por tus sacrificios”. Y a Eutiquia le preguntó si era tan impudente como los demás, estando embarazada, a lo que ella le respondió firmemente que pensaba lo mismo y que prefería la muerte antes de hacer lo que se le pedía. Por estar embarazada fue llevada a una cárcel donde se esperó que diera a luz para martirizarla. 

El interrogatorio tercero ocurrió así: fueron convocadas las hermanas mayores y Dulcidio preguntó a Ágape: "¿Estás segura de que no quieres seguir el ejemplo de todos los ciudadanos y obedecer a los emperadores?” "Yo no obedecería al diablo, así como estoy segura de que tú lo haces.", dijo la joven Se volvió el tirano a la segunda hermana: "Y tú, Chionia, ¿cuál es tu respuesta?" Y ella respondió: "Me atengo a mis sentimientos de antes". Insistió Dulcidio, "Pero tienes estos malvados libros y escritos cristianos, ¿no es así?" "No, no los tenemos – fue la respuesta - porque por orden de los emperadores nos los quitaron a todos". Dulcidio persitió con Chionia: "Dime, ¿qué es lo que te ha llevado a rendirte a estos sueños?". Chionia contestó: “Es la santa doctrina del Dios viviente y su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, y tenemos que obedecerla." 

Entonces Dulcidio proclamó la sentencia: "En vista de la persistencia con que Ágape y Chionia se aferran a la religión de los cristianos, que sin embargo está expresamente prohibida por los funcionarios religiosos del Estado, y en vista del desprecio de las órdenes divinas de nuestros emperadores y césares, las condenamos a padecer la incineración. Agatón, Casia, Filipa e Irene tendrán que permanecer en prisión hasta nuevo aviso". Y así, quemadas vivas, alcanzaron la corona y la palma de la victoria las dos invictas muchachas. 

Algún tiempo después, Dulcidio Irene se presentó ante ella y le dijo: "Tu locura ha sido probada de manera concluyente. Se le ha confiscado toda una pila de libros, escritos y panfletos que tratan de la doctrina de los cristianos, ese ser humano más bajo que se pueda imaginar. Cuando se enfrentó a ellos, todo lo que pudo hacer fue admitir, aunque aún negó haberlos mantenido en custodia. Es sorprendente que no te hayas vuelto más impulsiva después del castigo que tuvieron que soportar tus hermanas; seguramente ese será tu destino... ¿Tanto deseas morir? Pero tengo clemencia contigo. Todo lo que tienes que hacer es adorar a nuestros dioses; con eso, todo lo demás será perdonado y olvidado. Así que por última vez, ¿estás preparado para hacer lo que ordenan los emperadores y los césares? ¿Estás dispuesto a sacrificar?

Irene respondió: "Por supuesto que no. ¿Seguramente no querrás que sufra el castigo del fuego único? Ese es el castigo para aquellos que niegan al Hijo de Dios". 

D: "¿Quién te convenció para que escondieras esos libros durante tanto tiempo?

I: "Dios Todopoderoso, quien también es el que nos dice que lo amemos más que a nuestras vidas. Ahora entiendes por qué preferimos ser quemados antes sus escritos, porque estaríamos traicionando su causa". 

D: "Así, debe haber habido otros que sabían de estos escritos secretos

I: "Nadie lo sabía. Sólo Dios, pues nada permanece oculto para Él. Ni siquiera se lo habíamos dicho a nuestros esclavos, porque temíamos que nos traicionaran". 

D: "Y cuando se emitió la orden del Emperador el año pasado, ¿dónde te escondiste?

I: "Donde Dios nos llevó, en las montañas." 

D: "¿De dónde has sacado la comida?” 

I: "El Padre Celestial sabe lo que necesitamos". 

D: "¿Sabía tu padre natural sobre esto?

I: "No, él no sabía nada." 

D: "Pero seguramente debe haber habido conocidos o amigos que lo sabían." 

I: "Si quieres, puedes investigarlo." 

D: "Cuando volviste de las montañas, ¿quién estaba allí cuando leíste esos libros?". 

I: "Teníamos que mantenerlos cuidadosamente escondidos. Ni siquiera nos atrevimos a llevarlos de un lugar a otro. Así que puedes imaginar lo tristes que estábamos, que no veíamos la posibilidad de leer una línea de nuestros libros durante el día o la noche. Porque siempre lo habíamos hecho hasta la desastrosa decisión del emperador". 

D: "Tus hermanas han recibido su castigo. En realidad, te merecías el mismo castigo, pero he pensado en otra cosa. Estarás expuesta en un burdel completamente desnuda; no recibirás más comida que la que te traigan del palacio; estarás constantemente vigilada por soldados que se encargarán de que no huyas de tu lugar ni un momento". 

Durante este castigo Dios no permitió que nadie la tocara con un dedo. Podía mantener su pureza intacta. Por tercera vez, el gobernador la hizo gritar: "¿Sigues persistiendo en tu terquedad y desobediencia?" "Lo que tú llamas terquedad - respondió Irene - yo lo llamo reverencia a Dios. Así que me atengo a mis sentimientos". Y respondió Dulcidio, "entonces debes sufrir el castigo que mereces." Luego obtuvo una tablilla y escribió: "Como Irene se negó a obedecer a los emperadores y a sacrificar a los dioses, y como sigue aferrada a la secta de los cristianos, ordenamos que sea quemada viva, como sus hermanas". 

Y así terminó Irene, aunque otras versiones nos dicen que murió asaeteada, el 25 de marzo del mismo año. Reliquias suyas hay en la iglesia de San Martino ai Monti, Roma. 


Fuentes:
-Vidas de los Santos. Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-”Las Catacumbas, o, Los mártires: historia de los tres primeros siglos del cristianismo”. JOSÉ MUÑOZ MALDONADO. México, 1850 


A 3 de abril además se celebra a 

Santa Fara,
abadesa
.
San Ricardo ,
obispo
.
San Pancracio,
obispo y mártir
.
Beata Alejandrina,
virgen clarisa
.






miércoles, 7 de octubre de 2015

Santos Sergio y Baco, amantes, ¿y qué?

Pregunta: Gracias por tu trabajo y lo que nos aportas como iglesia. Tengo una duda curiosa y un poco controversial para algunos. ¿Verdaderamente san Segio y Baco fueron pareja? Nicaragua.

Respuesta: Gracias por tu lectura y seguimiento, de veras. A tu primera pregunta sobre si fueron pareja, pues te digo claramente que no, y luego lo aclaro. Primero veamos un poco de su historia y culto.

Santos Sergio y Baco, soldados mártires. 1 (Sergio) y 7 de octubre (ambos, en la Iglesia romana), y 20 de octubre (ambos), 9 de diciembre y 21 de agosto (Iglesia Siria).

Vida, martirio y culto.
Pues según unas actas griegas, tardías y que vienen a responder esta interrogante que el mismo culto motivaría, estos santos eran dos oficiales de alto rango del emperador Maximiano. Dicen las actas que en una ocasión el emperador fue al templo de Júpiter a sacrificar al dios con todo sus oficiales y guardia personal, y vio como dos de sus oficiales, Sergio y Baco, se quedaban fuera del templo. Mandándoles a adorar a Júpiter pero los dos santos se negaron. Entonces Maximiano mandó les degradasen, los vistiesen de mujer y los exhibiesen por las calles de la ciudad para escarnecerlos públicamente. Fueron enviados a Antíoco,  gobernador de Augusta Euphratorum. Ante el gobernador fueron azotados cruelmente para que renegaran de Cristo. Baco murió producto de los azotes, y su cuerpo fue abandonado, pero unos cristianos piadosos lo recogieron y lo enterraron cristianamente en una cueva cercana. Sergio le sobrevivió a otro tormento: ponerse botas de hierro con clavos en las suelas que le atravesaron los pies, y de esta manera ir andando hasta Rasafa. Luego de esto fue decapitado e igualmente enterrado en el mismo lugar. Llegada la paz para la Iglesia, se levantó un oratorio en su memoria, que posteriormente se convertiría en una gran basílica.

Su culto consta desde el siglo V, aunque sería anterior, pues en 431 la iglesia sobre la tumba de Sergio, en Rasafa hubo de ser restaurada, así que ya tendría tiempo de elevada y por tanto el culto sólido. El historiador sirio Evagrio, que vivió en la segunda mitad del siglo VI describe la tumba y altar de esta iglesia como una maravilla realizada en plata. Tal vez serían relieves o placas de este metal que cubrían la primitiva tumba. En estas mismas fechas, Justiniano y Teodora donarían a la iglesia una cruz de oro, en honor a los mártires. Cruz que sería robada por los persas y recuperada pronto. Son estos pocos detalles, pero suficientes para intuir un culto conocido y profundo lo menos desde el siglo IV. En Roma igualmente tuvieron su iglesia desde muy pronto, embellecida por Gregorio III.

En el sitio de la sepultura de Baco igualmente se construiría una bella basílica en el siglo V, construida por San Alejandro de Gerápolis (7 de mayo), y que daría lugar a la ciudad nominada Sergiópolis por Justiniano. Testimonio da San Gregorio de Tours (17 de noviembre). Reliquias de ambos santos fueron donadas (o inventadas) durante siglos, sobre todo a Grecia e Italia. Algunas se concentraron después de las Cruzadas, robadas o compradas a vendedores inescrupulosos.


Los erastai, evolución del término. 
En cuanto a lo segundo, si fueron pareja, la cosa es de risa, pues los que así lo proclaman no aportan ni una sola prueba, ni dicen de donde lo sacan. Dicen “las actas” una y otra vez, sin decir a que Actas se refieren. ¿A las primitivas? A las de Simeón Metafrastre, que son las más antiguas y conocidas, retomadas por La Vorágine, no se refieren, porque los Bollandistas la traen en su “Analecta”, y no aparece ese término, ni en latín ni en griego. Nadie aporta nada, por lo cual fácilmente puede ser una invención. Pero vamos a suponer que efectivamente, en algunas Actas se emplee el término “ερασταί” (erastai). Palabra que los defensores de la fornicación “sergibaquiana” traducen como amantes, simplemente. Pero yerran por malicia y, los más, por ignorancia, por repetirse unos a otros.

El término ερασταί (erastai), es el plural de εραστές (amante), pero este es un término utilizado en el griego antiguo para referirse a la relación pedófila de un adulto con un jovencito, teniendo que darse en dicha relación un εραστές (erastes) y un ερωμένο (eromenos). Es cierto que son palabras referidas a un contexto de relación homosexual, pero el caso es que nunca podría usarse el plural ερασταί (erastai) para definir una relación de pareja, de amantes o esposos. Los εραστές-ερωμένο (erastes)-(eromenos) no son ερασταί (erastai) entre sí, porque este plural alude a una igualdad entre las dos personas en la relación que mantengan. Pero entonces, ¿a qué se refiere que dos santos sean llamados ερασταί (erastai)?, (suponiendo siempre que sea verdad que Santos Sergio y Baco son llamados así). Pues es sencillo, si traducimos el término al latín ερασταί (erastai) = amatores (amadores o amantes). Resulta que la palabra sí se refiere a amar, pero no necesariamente a gente que se ama entre sí, sino que aman. Por ejemplo: “Juan y Miguel son ερασταί (erastai, amatores), amantes del senderismo” ¿Son amantes Juan y Miguel? Sí, claro, pero no entre ellos, sino que tienen un amor común a algo.

Un mejor ejemplo, situado en contexto, lo hallamos en los “Diálogos” de Platón, en boca de Sócrates: En este diálogo, los ερασταί (erastai) son dos jóvenes que discuten por sus aficiones; uno el deporte y otro la poesía y filosofía. O sea, que nada de fornicación. Y es que en este diálogo, estos jóvenes son llamados ερασταί (erastai) porque defienden con pasión su actividad, física uno, intelectual el otro. La defienden con ἔρως ‎(érōs). Y para entenderlo, explico brevemente lo que es el “eros” y su evolución del paganismo al cristianismo.


La filosofía distingue cuatro amores:

1. ἔρως ‎(érōs), un amor que incluye el cuerpo y sus sentidos e instintos. Es natural y físico. El eros es un amor que comprende a toda la persona, incluido su cuerpo y sexualidad en tanto que esta es parte integral de todo ser humano. Somos seres sexuados. Incluye, pero no es exclusiva, las relaciones sexuales entre hombre y mujer. Esto último es importante resaltarlo, pues no se consideraban las relaciones homosexuales verdadero “eros”.

2. Ετοργη (estorgé), cariño, es un amor entre amigos, o los miembros de la familia.

3. Φιλíα (philia), filia, un amor desinteresado por la humanidad, y por sujetos u objetos.

4. Αγα´πη (ágape), es el amor incondicional, el cristiano por excelencia: la caridad.

Estas cuatro formas de amor se integran entre sí, no son entes separados. Quien vive el Αγα´πη (ágape), esa caridad que impele a darse del todo, lo hace con su ἔρως ‎(érōs), su forma de ser y sentir, con su sexualidad masculina o femenina. No hay, o no debe haber una disociación. Por eso la caridad conlleva la compasión, la sensibilidad, la delicadeza, la dulzura, los movimientos del corazón. Comprendo que es algo difícil de entender en una sociedad tan sexualizada donde el término ἔρως ‎(érōs) enseguida lleva a pensar en la genitalidad y las relaciones sexuales. Algo erótico hoy se entiende exclusivamente como algo que sirve para la fornicación, así, tal cual, sin más matiz. Pero en origen este término no se reduce a la mera cuestión sexual, aunque la incluye.

Benedicto XVI en su magnífica “Deus Caritas est” nos dice sobre el ἔρως ‎(érōs): 

Los antiguos griegos dieron el nombre de eros al amor entre hombre y mujer, que no nace del pensamiento o la voluntad, sino que en cierto sentido se impone al ser humano. 

(…) Los griegos —sin duda análogamente a otras culturas— consideraban el eros ante todo como un arrebato, una “locura divina” que prevalece sobre la razón, que arranca a hombre de la limitación de su existencia y, en este quedar estremecido por una potencia divina, le hace experimentar la dicha más alta. De este modo, todas las demás potencias entre cielo y tierra parecen de segunda importancia: “Omnia vincit amor”, dice Virgilio en las Bucólicas —el amor todo lo vence—, y añade: “et nos cedamus amori”, rindámonos también nosotros al amor. En el campo de las religiones, esta actitud se ha plasmado en los cultos de la fertilidad, entre los que se encuentra la prostitución “sagrada” que se daba en muchos templos. El eros se celebraba, pues, como fuerza divina, como comunión con la divinidad.

A esta forma de religión que, como una fuerte tentación, contrasta con la fe en el único Dios, el Antiguo Testamento se opuso con máxima firmeza, combatiéndola como perversión de la religiosidad. No obstante, en modo alguno rechazó con ello el eros como tal, sino que declaró guerra a su desviación destructora, puesto que la falsa divinización del eros que se produce en esos casos lo priva de su dignidad divina y lo deshumaniza.

el eros ebrio e indisciplinado no es elevación, “éxtasis” hacia lo divino, sino caída, degradación del hombre. Resulta así evidente que el eros necesita disciplina y purificación para dar al hombre, no el placer de un instante, sino un modo de hacerle pregustar en cierta manera lo más alto de su existencia, esa felicidad a la que tiende todo nuestro ser.

entre el amor y lo divino existe una cierta relación: el amor promete infinidad, eternidad, una realidad más grande y completamente distinta de nuestra existencia cotidiana. Pero, al mismo tiempo, se constata que el camino para lograr esta meta no consiste simplemente en dejarse dominar por el instinto. Hace falta una purificación y maduración, que incluyen también la renuncia. Esto no es rechazar el eros ni “envenenarlo”, sino sanearlo para que alcance su verdadera grandeza.

el modo de exaltar el cuerpo que hoy constatamos resulta engañoso. El eros, degradado a puro “sexo”, se convierte en mercancía, en simple “objeto” que se puede comprar y vender; más aún, el hombre mismo se transforma en mercancía. En realidad, éste no es propiamente el gran sí del hombre a su cuerpo. Por el contrario, de este modo considera el cuerpo y la sexualidad solamente como la parte material de su ser, para emplearla y explotarla de modo calculador. Una parte, además, que no aprecia como ámbito de su libertad, sino como algo que, a su manera, intenta convertir en agradable e inocuo a la vez. En realidad, nos encontramos ante una degradación del cuerpo humano, que ya no está integrado en el conjunto de la libertad de nuestra existencia, ni es expresión viva de la totalidad de nuestro ser, sino que es relegado a lo puramente biológico. La aparente exaltación del cuerpo puede convertirse muy pronto en odio a la corporeidad. La fe cristiana, por el contrario, ha considerado siempre al hombre como uno en cuerpo y alma, en el cual espíritu y materia se compenetran recíprocamente, adquiriendo ambos, precisamente así, una nueva nobleza. Ciertamente, el eros quiere remontarnos “en éxtasis” hacia lo divino, llevarnos más allá de nosotros mismos, pero precisamente por eso necesita seguir un camino de ascesis, renuncia, purificación y recuperación.(DCE. I, 3, 4, 5)

En este link podéis leer y descargar esta excepcional carta: http://www.vicariadepastoral.org.mx/3_magisterio_pontificio/deus_caritas_est/deus_caritas_est.pdf 

¿Por qué he traído a colación toda esta argumentación de lo que es el eros y su visión cristiana? Pues para remarcar la equivocación de los que tienen a Sergio y Baco por amantes entre sí a partir de dos errores:

1. Un error gramatical, que es emplear el término ερασταί (erastai) “amantes” como plural literal de εραστές (erastes) “amante”, pensando que significan lo mismo, cuando tienen diferente connotación. No estamos hablando en castellano.
2. Valorar el término ἔρως ‎(érōs) y su significado con juicios del siglo XXI, olvidando el contexto original de la palabra y el significado que en el cristianismo, especialmente en Oriente, se le da al el ἔρως ‎(érōs).

Cristo, el primer "erastai".
El monaquismo, y luego la vida religiosa han tenido un perenne lucha entre el ἔρως ‎(érōs) y Αγα´πη (ágape). La lucha del espíritu contra el cuerpo, la visión terrible de lo corpóreo y sexual frente a la superioridad del espíritu ha lastrado siglos y siglos de espiritualidad. Y, paradójicamente, aquellos que más han gozado de la presencia de Dios, de la elevación del espíritu, que son los místicos, son los que más han integrado el cuerpo en su relación con Dios. Han sido verdaderos ερασταί (erastai), porque han amado con alma, cuerpo, espíritu: con toda su persona. Desde los tiempos bíblicos y su “Cantar de los cantares”, escandaloso para sabios, y riquísimo para espirituales, pasando por místicos de grandeza probada, como San Bernardo, Santa Teresa o San Juan de la Cruz. Ninguno de estos “amatores” han separado el eros de su relación con Dios. Usan imágenes perturbadoras (para algunos) como caricias, besos, reclinarse, adentrarse en lo escondido, etc. Por ejemplo, en estos versos de San Juan de la Cruz:
Entrádose ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobre los dulces brazos deI Amado.

Las imágenes son de un ἔρως ‎(érōs) integrado perfectamente en la relación entre dos, donde la Esposa es el alma, y el Amado es Cristo. 

Otro ejemplo, tomado del monaquismo oriental:
“Το μαρτύριο της κόλασης θα είναι η αδυναμία να αναγνωρίσουμε τον Χριστό στο Πρόσωπο του Νυμφίου και Εραστή των ψυχών μας”. Esta frase dice literalmente “El tormento del infierno es la imposibilidad de reconocer a Cristo en la persona del Esposo y Amante de nuestras almas”. Utiliza el ἔρως ‎(érōs) de la humanidad de Cristo, que ama y se entrega como Dios y hombre.

Resumen.
Para terminar esta parte, resumo: aunque las actas (que recordemos no lo sabemos) les llamasen ερασταί (erastai) no hay que entender que sea el plural de amante sexual, pues no es un simple plural, sino una categoría diferente. Que todo lo que hoy sea erótico sea genitosexual, no implica que en la antigüedad significara lo mismo. Es verdad que es una expresión que tiende a confundir, pero es solo eso. Y si ya entramos en el campo de la hagiografía, lo más probable es que Sergio y Baco ni siquiera se hayan conocido jamás, puesto que sus lugares de culto están diferenciados, los días de martirio y celebración son distintos y es en Occidente donde se les une a 7 de octubre.

Por otro lado, ¿de verdad alguien puede creer que siendo el cristianismo contundente con el tema de la homosexualidad iban a escribirse unas actas tardías y laudatorias donde se dijera que dos hombres eran una pareja homosexual? Los defensores de esta tesis pretenden decir que sería una prueba de que la Iglesia primitiva aprobaría las relaciones y aún los matrimonios homosexuales, pero sin embargo, no pueden aportar otra prueba ni documento, eclesiástico o no. Tendría gracia que la misma Iglesia que reprueba los actos homosexuales redacte unas actas en las que dos santos son tratados como homosexuales.

Los santos con Cristo, falsamente identificado como
"padrino" de la boda.

Iconografía y errores.
Luego está el asunto del conocido icono anterior, en el cual aparecen los dos santos y en medio de ellos, Cristo. Según los defensores del fornicio de ambos santos esto evidenciaría que Cristo avala su amor, ya que aparece en la función de padrino de bodas. Por tanto, concluyen, la Iglesia primitiva casaba hombres entre sí. Podríamos reírnos de semejante tontería, y lo haremos. A este “argumento” baste responder que:

1. la figura del padrino-madrina en las bodas no cumple función sacramental ni legal alguna. Es una mera costumbre, cuya función es asignada al padre de la novia y la madre del novio.
2. no es una figura antigua en la celebración cristiana, ni mucho menos. No se conoce antes del siglo XVI.
3. en la iconografía de los santos no es nada extraño ver a Cristo en medio.


Y aquí lo dejamos. Sin juzgar lo que cada quien haga en su vida, pero refutando la creencia de los matrimonios homosexuales cristianos y su supuesta prueba, que sería la “pareja” de Sergio y Baco.


Fuentes:
-http://isagiastriados.com.
-"Plato. De philosophia, vel dialogus qui inscribitur Erastai sive Amatores". D. JOANN JOS. STUTZMANN. 1806.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Santa Sofía... brrr, que frío.

Pregunta: Hola, buenos días, Me gustaría mucho, que me informarais de la historia de SANTA SOFÍA, yo celebro mi santo el 18 de Septiembre. La paz de Cristo resucitado y manifestado en todos los santos y santas de la Iglesia, este con todo vuestro equipo.

Respuesta: Hola. Que el Señor multiplique esas bendiciones para ti y los tuyos. De Santa Sofía “historia” hay muy poco, casi nada, y es más con referencia a su culto que a su persona, de la que hay solo piadosas leyendas: 

Santa Sofía de Roma, madre y mártir. 15 de mayo (traslación de las reliquias a Eschau), 30 de septiembre (martirologio romano), 1 de agosto (con sus tres hijas) y 17 y 18 de septiembre (Iglesia oriental). 

Sería Usuardo quien la introdujo en el martirologio romano, y no porque se sepa de ella, sino por la antiguedad del culto. Toda la devoción y la leyenda de Santa Sofía nace de unas reliquias enterradas en la iglesia de San Pancracio de Roma, con el nombre de “Sofia”, y que también menciona a sus tres hijas mártires (aunque sin darles nombre). Allí estuvieron hasta que Pablo I las trasladó a San Silvestre de Roma, dando una parte a Remigio, obispo de Strasburgo que las llevó al monasterio de Eschau, en Alsacia. Allí llegaron el 15 de mayo, día en el que se le celebra en Alemania. En este país se le conoce como la “Sofía fría”, siendo de los llamados “santos de hielo” que son los que van del 11 al 14 de mayo, días en los que el invierno parece volver, en medio de la primavera [1]. Otras reliquias las hay en San Pedro de Roma, en el Escorial y en Santa Julia de Brescia, trasladadas en 1600. Para colmo, en Viganne se veneraban ¡los cuatro cuerpos! hasta la Revolución Francesa. En Padeborn se venera una cabeza tenida como la de Esperanza.

Como te decía, los nombres de las hijas no eran conocidos, pero la piedad popular, en el transcurso del tiempo, las nombró Fe, Esperanza y Caridad, en una clara representación personal de las virtudes teologales provenientes de la “Sabiduría Divina”, que en fin de cuentas es lo que significa Sofía: sabiduría. Así surgió el mito de Sofía y sus hijas Pistis, Elpis, y Ágape, nombres griegos. La famosa basílica de Santa Sofía de Constantinopla, hoy mezquita, que se dice fue dedicada a su memoria, en realidad lo fue a la “santa sabiduría” [1].

La segunda parte de la leyenda, escrita en el siglo VIII, fue hacerlas vírgenes y mártires y hacerlas coincidir con las reliquias de la desconocida Sofía y sus hijas depositadas en San Pancracio. Esta leyenda dice que Sofía era una noble milanesa y junto a su marido y sus hijas, dieron sus posesiones a los pobres, para irse a Roma, a padecer por Cristo. 

Las tres niñas fueron las primeras en ser martirizadas con diversos tormentos (Fe en una parrilla, Esperanza colgada y flagelada, y Caridad en un caldero hirviente). Sofía, al visitar su tumba tres días más tarde quedó muerta allí mismo, hecho que no importó para considerarla mártir. Se le suele representar con sus tres hijas, con palma de mártir y espada, instrumento típico de los mártires, decapitados o no, y un libro. Sus hijas, al ser representadas las tres juntas, en ocasiones son confundidas con Bárbara, Catalina y Margarita, santas de gran devoción en el mundo católico; o con las misteriosas santas Aubette, Warbede y Wilbede (26 de septiembre y 21 de octubre). Los rusos veneran a las niñas con los nombres de Vera, Nadia y Liubov.

Con el nombre de Sofía tenemos también:
Santa Magdalena Sofía Barat, virgen fundadora. 25 de mayo.
Santa Sofía de Fermo, virgen, martirizada con Santa Visia. 12 de abril.
Santa Sofía, médico y mártir. 22 de mayo.
Beata Ángela (Sofía Camila) Truszkowska, virgen fundadora. 10 de octubre.
Beata María Sofía Watteyne, religiosa. 16 de octubre.
Beata Sofía Ximénez de Benicalap, madre mártir con sus hijas María Purificación de San José y María Josefa del Río. 23 de septiembre



A 15 de mayo también se celebra:
Santa Dympna de Gheel, virgen y mártir.
Santa Juana de Lestonnac, viuda fundadora.


[1] Estos santos "fríos" son San Mamerto de Vienne (11), San Pancracio de Roma (12), San Servacio de Tongres (13) y San Bonifacio de Persia (14) y por último, Sofía el 15 de mayo.
[2] Según algunos estudiosos, la Basílica de Constantinopla sí habría sido dedicada a una santa real: Sofía de Fermo, pero esto tema es para desarrollar aparte. 


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Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...