Mostrando entradas con la etiqueta archidiácono. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta archidiácono. Mostrar todas las entradas

miércoles, 10 de enero de 2018

Del único papa "Taumaturgo".

San Agatón, papa. 10 de enero.

Agatón con el hábito benedictino.
Abadía de Montecassino.
Sus padres eran de origen griego, aunque él nació en Sicilia a inicios del siglo VII. Era de carácter dócil, amante del saber y de la oración, por lo cual muy pronto se inclinó a la vida religiosa, tomando el hábito benedictino en el monasterio de San Juan, en Palermo, que había sido fundado por San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, ordenación episcopal). La leyenda dice que durante tres años llevó una piedra en la boca para obligarse a guardar el silencio y recogimiento monásticos. Fue ordenado diácono, luego fue elegido abad y el papa Dono le nombró tesorero de la iglesia de Roma. 

En 678, cuando este papa falleció, Agatón fue elegido para sucederle, a pesar de tener más de 100 años. Fue enérgico en su condena del monotelismo, para lo cual convocó el Sínodo Lateranense y en 681 envió una delegación al III Concilio de Constantinopla, donde igualmente se condenó esta herejía. En ambos eventos se sirvió de la inestimable ayuda de San Barbato de Benevento (19 de febrero). De Agatón conocemos estas palabras, escritas al emperador Constantino IV: "Todo el mundo cristiano considera a la iglesia de Roma como la madre y maestra de todas los demás. Ella obtiene su posición de San Pedro, el príncipe de los apóstoles; Jesucristo le confió la guarda del rebaño con la promesa de que su fe nunca sería revocada". Fue también el primer papa que se negó a pagar el "tributo" que la Iglesia debía pagar al emperador por su confirmación del papa.

Fue Agatón un gran defensor de San Wilfrith de York (24 de abril y 12 de octubre, traslación de las reliquias) cuando este fue despojado de su sede por el rey Alhfrith de acuerdo con San Teodoro de Canterbury (19 de septiembre), poniendo a San Bosa (9 de marzo) en su lugar. Agatón le acogió y confirmó en su sede. Y cuando Wilfrith regresó a Inglaterra, Agatón le apoyó en la romanización de la liturgia, enviando numerosos monjes para que difundieran el canto gregoriano y celebrasen la liturgia al estilo de Roma. Sobre este asunto también tuvo Agatón encuentros con San Benito Biscop (12 de enero) y San Ceolfrid (25 de septiembre). Esto trajo numerosos enfrentamientos entre la iglesia de Roma y las locales de los que ya hemos leído en otras vidas de santos prelados anglos.

Agatón subió al empíreo entre 681 y 683. Fue sucedido por San León II (3 de julio). Curiosamente, es el único papa al que se le ha dado el apelativo de "Taumaturgo", o sea obrador de maravillas, o milagroso.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.

San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
  
San Calixto I. 14 de octubre.    
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.

San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.


A 10 de enero además se celebra a
San Gonzalo de Amarante, religioso dominico.
Beato Gregorio X, papa.



martes, 10 de enero de 2017

Gregorio X, de diácono a papa.

Beato Gregorio X, papa. 10 de enero.

Beato Gregorio X.
Tebaldo Visconti nació en 1210 en Piacenza. Siendo archidiácono en Lieja predicó la que sería la última Cruzada, en la cual se enroló. Permaneció en Palestina hasta el 1 de septiembre de 1271, cuando fue elegido papa en el tumultuoso cónclave celebrado en Viterbo, a pesar de que aún no era sacerdote. Llegó a Roma y le ordenaron presbítero en marzo de 1272, coronándole papa el 27 del mismo mes. Una vez nombrado papa, una de sus primeras acciones diplomáticas fue nombrar enviado especial a Marco Polo, a quien conocía de antes, y le envió al Lejano Oriente.

En 1273 apoyó la coronación de Rodolfo I de Habsburgo, cesando la situación de trono vacío que sufría el Sacro Imperio Romano Germánico desde 1257. En 1274 convocó el Concilio de Lyon, encomendando su organización a San Buenaventura (15 de julio). En este Concilio hubo una histórica reconciliación entre las Iglesias oriental y occidental, pero duró menos que un caramelo en la puerta de un colegio. Teniendo la experiencia de su curiosa elección (su predecesor Clemente IV había muerto y durante tres años no se había elegido sucesor, por lo que el pueblo presionó a los cardenales, dejándolos a la intemperie) publicó el decreto "Ubi periculum", estableciendo las reglas para las elecciones papales.

Falleció el 10 de enero de 1276, a su regreso del Concilio, sin dejar de insistir en la necesidad de una nueva Cruzada. Le sucedió en el solio pontificio el Beato Inocencio V (22 de junio). En 1713 fue beatificado por Clemente XI.

Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Volumen I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
San Calixto I. 14 de octubre.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
 
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 de enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.


A 10 de enero además se celebra a  
San Gonzalo de Amarante, religioso dominico.
San Agatón, papa.

lunes, 5 de octubre de 2015

San Meinulf, el gran diácono.

San Meinulf (Magenolfus o Majolfus) de Paderborn, archidiácono. 5 de octubre.

La primera “vita” que se conoce fue escrita en 1222, a partir de alguna anterior. Esta sería escrita probablemente cuando el culto del santo tuvo el tamaño proporcionado para necesitar responder a los devotos y curiosos sobre la infancia, vida y milagros de Meinulf. En el siglo XIV su nombre ya está inscrito en todos los calendarios del norte de Europa y lo citan los hagiógrafos. Los Bollandistas reproducen su “vita” aunque con recelo, por considerarla legendaria en gran parte, aunque no ponen en duda su existencia:

Nació Meinulf sobre 795, de la noble familia Buren, de la Alta Sajonia. Su padre murió estando encinta su madre, la cual tuvo que huir de la casa familiar en Fürstenberg por las proposiciones indecorosas de su cuñado, hermano del difunto. La leyenda dice que su madre se dirigió a Stadberg, donde el emperador San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias) tenía temporalmente su corte, para pedir su auxilio. Pero llegando a Alt-Bodeken, tuvo que echarse bajo un tilo y allí dar a luz. Al palacio del emperador llegó con el niño, del que Carlomagno quiso ser su padrino, tomándolo bajo su protección. Le educó en la escuela catedralicia de Padeborn, donde se mostró como alumno aventajado en las letras y la piedad, digno ahijado de su valedor. Un día, oyó una lección del obispo sobre las palabras de Cristo “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza", del evangelio de San Mateo. Inmediatamente la gracia de la conversión tocó su corazón y decidió ser hombre de Iglesia. 

Iniciado en la carrera eclesiástica, muy joven fue ordenado diácono y nombrado canónigo de la catedral de Paderborn, de donde luego fue nombrado arcediano. Bajo su mandato se trasladaron las reliquias de San Liborio de Le Mans (23 de julio) a Paderborn y nombrado el mismo patrón de la diócesis. La canonjía asignada tenía numerosos beneficios eclesiásticos, y el título de arcediano era poseedor de numerosas tierras, bosques y algunas granjas con sus siervos. Deseaba el santo hacer alguna obra piadosa a la que destinar sus pingües rentas, para lo cual se decidió a fundar un monasterio de vírgenes que dieran continuo culto a Dios. Recorría un día sus dominios en Bodeken, cuando se perdió y se hizo de noche. De pronto se vio en un claro del bosque, y le llamó la atención un hermoso roble, de cuyas raíces salía un agua límpida como no había visto nunca. En un momento vio salir de la espesura a unos cuantos cervatillos que bebían de aquel manantial, mientras una luz celestial les iluminaba. Este hecho le fue decisivo: este sería el lugar elegido para fundar su cenobio. Otra leyenda dice que buscando el sitio para fundar, llegó a un claro y vio un gran ciervo con una cruz entre las astas que le indicaba con una pata donde debía fundar. 

Construido el monasterio, Meinulf lo entregó a las canonesas de Aix-la-Chapelle, reservándose para si mismo una casita junto al monasterio, para servir a las religiosas. La leyenda cuenta que una noche, una de las religiosas sintió frío y se sentó junto al fuego. En un momento tuvo una debilidad y se quitó el velo para peinarse vanidosamente. En un descuido, el velo se le incendió, quedando solo una franja de tela. Lloraba la monja por temor a ser regañada por la abadesa, y arrepentida pedía socorro a Dios. Oyó su llanto Meinulf, se acercó a ella y soplando sobre las cenizas del velo, lo restauró completamente como si nada hubiera pasado. Allí, junto a las monjas transcurrió su vida de presbítero piadoso, y allí murió, sobre 859, cuidado por sus queridas hijas. El cuerpo fue trasladado a la iglesia del monasterio para oficiar los funerales y al punto de ser enterrado, se sentó en el ataúd, abrió los ojos  y pidió se eligiera libremente a su sucesor como arcediano en la catedral (este añadido tal vez aluda a problemas o manipulaciones para elegir cargos eclesiásticos). Luego cerró los ojos, volvió a acostarse en su féretro, quedando rígido. Fue sepultado en el monasterio y las velas que se pusieron sobre su sepulcro ardían día y noche sin consumirse. Las monjas hacían oración por su alma constantemente, y una noche que la correspondiente se durmió, una vela cayó sobre su hábito y no la quemó para nada, a pesar de mantenerse encendida. 

Pronto florecieron los milagros en torno a su sepultura, entre ellos el de un olor suavísimo que se extendía sobre todos. En 887 estando celebrando misa, la lápida de la tumba estalló en trozos. El obispo pensando que era producto de una helada, mandó poner otra, que igualmente estalló en pedazos. Se apareció Meinulf a un sacerdote para reprender al obispo, por considerar algo natural lo que era un prodigio, y explicó la causa: no debía estar en una sepultura, sino ser venerado pública y notoriamente, con lo cual se elevaron las reliquias y se le dedicó altar, lo que corresponde a una canonización en toda regla. En 1803 las reliquias fueron trasladadas al monasterio de Busdorf, en Paderborn, donde se veneran en una arqueta. Durante mucho tiempo algunas órdenes de canónigos regulares le tuvieron como propio, pero lo cierto es que los canónigos de Padeburn no profesaban regla alguna, incluso los había seglares o diáconos, como nuestro santo, que conservaban todos sus bienes sin ponerlos en común.


Fuente: 
-“Colección de Santos Mártires, confesores, y varones venerables del clero”. Tomo IV. FERNANDO RAMÍREZ DE LUQUE. Madrid, 1805.


A 5 de octubre además se celebra a:

San Palmacio y
comp. mártires.
San Plácido y
comp. mártires
San Mauricio
de Carnoët, abad
.




lunes, 4 de febrero de 2013

San Teófilo: del diablo a Dios.

Relieves de N. D. de París.
Siglo XIII.
Pregunta: Otra duda Ramón: ¿Cómo es eso de que San Teófilo Hizo un pacto con el demonio?, Como Pudo ser santo luego de su pacto satánico??? cuéntanos la historia :) Bolivia.

Repuesta: Hola querido amigo. Allá vamos:

San Teófilo, archidiácono y penitente. 4 de febrero.
Según el Lives of Saints, (Tomo II), la primera referencia a esta historia es un manuscrito griego del siglo VI, escrito por Eutiquiano (no falta quien diga que en realidad es escrito por los herejes eutiquianos, no por alguien de ese nombre. Es probable, muchas actas de mártires están escritas por otros herejes cristianos de la época), que dice haber oído la historia del mismo Teófilo. San Simeón Metafrastes (27 de septiembre), la incluye en su gran colección de vidas de santos y mártires.

Sin embargo, la historia se desarrolla, amplía y adorna en el siglo IX, en una obra llamada “Milagros de Santa María”, donde se cuece el germen del libelo de sangre, poniendo al mago como judío. En el siglo X, la canonesa Hroswitha de Gandersheim, escribe una gran narración poética, teológica y mística de la historia, reflexionando sobre el bien y el mal, el pecado y la redención. En el siglo XIII se escribe un auto de fe sobre el tema, que es, en definitiva, el que le da expansión a la historia y la hace conocida por las masas. Bueno, eso y que fue muy representada en vidrieras y retablos (la catedral de Notre Dame cuenta con unas secuencias esculpidas en piedra) como historia aleccionadora de lo que podía pasar por jugar con el diablo, del poder intercesor de María y de la maldad judía.

Englobando todas las versiones, la “historia” cuenta esto:
Teofilo era un archidiácono de Adana, Cilicia, con ganas de ascender en la carrera eclesiástica, pero las cosas no le iban bien. Era un hombre bueno, estricto en la observancia religiosa, caritativo con los pobres, cercano a los enfermos y afligidos, elocuente en el púlpito, orante y penitente. A la muerte del obispo, fue llamado a suceder a este por aclamación popular, pero su humildad le llevó a rechazar el cargo. Otro fue hecho obispo y Teófilo siguió en su cargo de tesorero cabalmente, pero comenzó a extenderse la calumnia de que había rechazado el obispado por orgullo y para seguir manejando los tesoros de la Iglesia a su antojo. El obispo, sin averiguar mucho, lo echó de su cargo. Teófilo trató por todos los medios disponibles de desenmascarar las calumnias y exponer la falsedad de las acusaciones formuladas contra él, pero fue incapaz de ello y, cegado, hizo lo siguiente:

Visitó a un mago (al que el medioevo pondrá como judío), que le llevó a medianoche a una encrucijada e invocó a Satanás, quien se comprometió a reintegrar a Teófilo todos sus oficios, y buena fama. Teófilo debía abjurar para siempre de Jesucristo y su Madre, firmando el contrato con su propia sangre en un papel. Al día siguiente, el obispo reconoció públicamente su error, pidió perdón a Teoófilo, le devolvió a su oficio de tesorero y la población reconoció su santidad, honrando su mansedumbre por no protestar.

Durante un tiempo todo fue bien, pero la conciencia de Teófilo comenzó su trabajo y no le dejaba tranquilo. Enfermó y no hallaba sosiego en la oración. Comenzó un ayuno de 40 días y pasaba orando todas las noches en la iglesia, del anochecer al alba. En la noche del ultimo día, la Virgen se le apareció y le reprendió por su pecado. El imploró el perdón y su intercesión, prometiendo pedir perdón públicamente. A la noche siguiente María volvió a aparecérsele en un sueño y le aseguró que Cristo le había perdonado por su oración. Teófilo despertó y vio sobre su pecho el papel que había dado al demonio. Como era domingo, corrió al templo y se arrojó a los pies del obispo, haciendo su confesión en público. Relató la verdad y mostró a la multitud reunida el contrato firmado con su sangre. Destrozó el contrato y lo quemó ante el pueblo. Recibió el Santísimo Sacramento, regresó a su casa y al cabo de tres días murió de unas fiebres.

Hay que decir que aunque es reconocido como santo por la Iglesia oriental, no es así por la Iglesia Romana, aunque su historia haya servido de narración ejemplarizante, sobre todo mediante la literatura y el teatro. 


A 4 de febrero además se celebra a  





Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...