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sábado, 29 de mayo de 2021

Padre e hijo mártires de Cristo.

Santos Conon y Conon, padre e hijo mártires. 29 de mayo y 6 de marzo.

Vivían en Iconio, allá en el siglo III. Después de la muerte de su esposa, la comunidad local pidió al obispo ordenara presbítero a Conon, mas este se negó, considerándose no digno. En cambio, entregó a su hijo Conon al servicio del Señor, y a los 12 años fue ordenado de lector y diácono. Es el santo diácono más joven que tenemos en el santoral.

En 275 llegó a Iconio Domiciano, comandante de los ejércitos del emperador Aureliano, quien ese mismo año había emitido un edicto de persecución contra los cristianos. Conon padre y Conon hijo fueron apresados y torturados extendidos en una reja sobre carbones. Como no renegaban de Cristo, les cortaron entonces manos y pies, para luego decapitarles.

Su culto es muy antiguo en la iglesia, y su martirio de respetable credibilidad. Sus reliquias, más dudosas, se veneran en Acerra, cerca de Nápoles.

A 29 de mayo además se celebra a:





sábado, 23 de noviembre de 2019

Alzó la voz para la Palabra, mas no para defenderse.

San Gregorio de Agrigento, obispo. 23 y 24 de noviembre. 

Nació sobre 520 en Preterium, un pequeño pueblo perteneciente a la ciudad de Agrigento, en Sicilia. Sus padres fueron Cariton y Teodota, nobles que se ocuparon de educarle bien. A los 12 años recitaba de memoria el Salterio, que habría aprendido con monjes cercanos a su familia. A los 16 años recibió el Lectorado, y desde entonces se dedicó a la lectura y proclamación de los salmos en la liturgia. Tenía buen ritmo, entonación y excelente voz para el canto. 

A los 18 años peregrinó a Tierra Santa con un grupo de fieles devotos. Allí conoció la vida monacal oriental y tomó el hábito en una de las lauras de Jerusalén. Su pasión por el canto y la excelencia en la celebración del culto divino le llevaron a ser ordenado diácono. A partir de entonces, además de leer la Escritura, comenzó a predicarla, y con tal elocuencia y tino que fue invitado al II Concilio de Constantinopla en 533. Allí destacó principalmente por su defensa de la doctrina sobre la Divina Persona de Cristo, denunciando los errores doctrinales en los que concurrían los monofisitas a la hora de explicar su Humanidad y Divinidad. Su exposición de la doctrina sobre Cristo le valió el mote de "Segundo Crisóstomo", en alusión a San Juan Crisóstomo (27 de enero, traslación de las reliquias a Constantinopla; 30 de enero, Synaxis de los Tres patriarcas: Juan, Gregorio y Basilio; 13 de septiembre, muerte; 13 de noviembre, Iglesia oriental; 15 de diciembre consagración episcopal). 

Después del Concilio, una lumbrera como Gregorio no podía quedar "olvidado" en una laura de Oriente, por lo cual los obispos de Sicilia le reclamaron en su tierra, donde fue ordenado presbítero y elegido obispo a la muerte del prelado Teodoro. Su elección fue confirmada gustosamente por el papa San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal). Gregorio comenzó una ingente labor evangelizadora y reformadora, ya necesaria en el siglo VI. Actualizó e hizo cumplir los cánones eclesiásticos con respecto a la vida del clero y los monjes, lo cual le acerró fuerte oposición de los prebíteros que antes le habían elegido obispo. Estos pasaron de la guerra solapada a la guerra abierta, llegando algunos a la ignominia de contratar una prostituta para que declarara que era amante de Gregorio. Esta lo hizo y el santo fue arrestado y trasladado a Roma, donde estuvo preso durante dos años, siendo inocente. Jamás se quejó ni acusó a nadie. Al cabo de este tiempo, todo salió a la luz y el papa le absolvió de toda acusación y le envió a su sede de nuevo. 

Pero mientras, su sede había sido ocupada por un obispo simoníaco y hereje, que le hacía la guerra. El pueblo quiso linchar al hereje y entronizar a nuestro santo en su cátedra, pero Gregorio no quiso entablar pelea y, por la paz de la Iglesia, se fue a Constantinopla, donde era más querido. Residió en el monasterio de los Santos Sergio y Baco (7 de octubre), que ya conocía. Allí vivió varios años como un monje más, hasta que en 598 pudo volver a su sede, luego de la muerte del obispo usurpador. 

Gregorio falleció en 603, luego de una vida dedicada a la evangelización y la defensa de la fe. Sus reliquias se veneran en la catedral de Agrigento. 


A 23 de noviembre además se celebra a:

martes, 9 de octubre de 2018

San Rahier.


San Rahier de Les Ardennes, diácono. 9 de octubre.

Sobre este santo poco podemo decir, salvo que su culto consta en una capilla campestre en Juzaine, Bélgica, donde se le ve vestido como diácono. Su memoria se ha perdido en los siglos aunque su culto continúa y se veneran sus reliquias en dicha capilla. Allí se le invoca para prevenir o encaminar a los niños perezosos. Tal cual.








A 9 de octubre además se celebra a:

Santa Publia,
abadesa.
San Luis Bertrán,
presbítero dominico
.
S. Andrónico y Atanasia,
esposos y monjes
.

lunes, 24 de septiembre de 2018

De los Santos Apóstoles de Saulieu.

Santos Andoche, presbítero, Tirso, diácono, y Félix, laico, mártires. 24 de septiembre.

Su leyenda se relaciona con la de San Benigno de Dijon (1 de noviembre), haciéndoles contemporáneos y compañeros. Según estas tradiciones Benigno y Andoche eran de Esmirna y fueron discípulos de San Policarpo (23 de febrero), quien a su vez había sido discípulo de San Juan Evangelista (27 de diciembre). Una vez estuvieron formados en la fe y la predicación Policarpo les envió junto al diácono Tirso y el subdiácono Andeol (1 de mayo) a la Galia. Andeol (o Anatolio) predicó en Carpentras y en Viviers donde fue martirizado por su fe. Benigno se nos dice fue a Autun, donde convirtió al senador Fausto y a su hijo, el ínclito mártir San Sinforiano (22 de agosto). Fausto pidió a los apóstoles que predicaran en Langrés y que convirtiera a los hermanos trillizos Santos Espeusipo, Eleusipo y Meleusipo, quienes también serían mártires junto a su abuela Santa Leonila (todos a 17 de enero).

Luego de esto Andoche y Tirso se fueron a Saulieu, donde les acogió un rico mercader llamado Félix. Allí predicaron y convirtieron a muchos paganos, con portentos y su palabra encendida. Allí también les alcanzó la persecución del emperador Septimio Severo, y fueron arrestados. Como se negaron a sacrificar a los dioses, los tres santos fueron flagelados, luego colgados por los pies, arrojados a una hoguera que sobrevivieron, pues una terrible tormenta apagó el fuego al acto de ser encendido. Como último tormento, les golpearon con mazas hasta matarles.

La leyenda dice que Fausto y Sinforiano les enterraron, pero la "vita" de Sinforiano, bastante creíble, no menciona a estos santos y, para más inri, deja claro que Sinforiano había padecido el martirio en 178, 24 años antes de 202, año del martirio de Andoche y compañeros. Lo más probable es que se les haya unido a todos en una sola leyenda para darles relevancia a unos a costa de los otros. Suele pasar en leyendas de santos, contemporáneos o no. También puede ser que Andoche, Tirso y Félix hayan sido mártires de Autún y luego de una traslación de sus reliquias a Saulieu se les haya hecho mártires locales. Como digo siempre, en el cielo lo sabremos.

Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.

A 24 de septiembre además se celebra a:

San Hermann
el Paralítico, monje
Beato Marcos Criado,
trinitario mártir
.
San Gerardo Sagredo,
obispo y mártir.


domingo, 12 de agosto de 2018

"me regocijaré de morir por Jesucristo".

San Euplio de Catania, diácono y mártir. 12 de agosto.

Euplio era diácono de Catania, Sicilia. El 12 de agosto de 304, imperando Diocleciano y Maximiano, fue arrestado por su fe cristiana y llevado ante el gobernador Calvisiano. Antes de entrar a los interrogatorios pertinentes, Euplio gritó para ser oído por todos: "Soy cristiano, y me regocijaré de morir por el nombre de Jesucristo". Entonces Calvisiano mandó fuera traído a su presencia antes que todos los demás cristianos que allí había. Euplio entró con los Santos Evangelios en la mano, aunque uno de los amigos de Calvisiano, llamado Máximo, le advirtió: "No deberías guardar tales escritos, pues eso contraría los edictos de los emperadores".

Calvisiano tuvo curiosidad y le pidió que leyera algo. Euplio abrió el Evangelio de San Mateo y leyó: "Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mt 5, 10). Y luego: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". (Mt 16, 24). Al oír estas palabras el juez preguntó a Euplio que significaban. "Es la ley de mi Señor, que me sido entregada", respondió Euplio. Calvisiano le preguntó: "¿Entregada por quién?" Contestó Euplio: "Por Jesucristo, el Hijo del Dios viviente".

Entonces Calvisiano dijo a los asistentes:"Ya que su confesión hace que su desobediencia manifiesto, que sea entregado a los verdugos, y sometido al potro de tortura." Mientras atormentaban al santo, Calvisiano le preguntó si insistía en su anterior declaración y Euplio, por toda respuesta hizo la señal de la cruz en su frente diciendo: "Lo que dije antes, ahora lo declaro otra vez. Soy cristiano y leo las Sagradas Escrituras". Calvisiano ordenó que doblaran las torturas, y Euplio respondió a ello clamando a Cristo: "Te doy gracias, Señor Jesucristo, de sufrir por tu causa: sálvame, te lo suplico."

Luego de esto, hicieron una pausa en el tormento. Y le dijo Calvisiano: "Deja a un lado tu locura; adora a nuestros dioses, y serás puesto en libertad." "Yo adoro a Jesucristo; detesto a los demonios. Haz lo que quiera; añade nuevos tormentos; porque yo soy cristiano. Hace mucho que deseo estar en la condición en la que estoy ahora." "Desdichado" – insisitió el gobernador – "adora a los dioses; a Marte, Apolo y Esculapio." Mas Euplio respondió: "Adoro al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Adoro a la Trinidad, junto a la cual no hay Dios". Calvisiano apuntó: "Sacrifica si quieres ser liberado". Y le replicó Euplio: "Me sacrifico ahora a Jesucristo, mi Dios. Todos tus esfuerzos por moverme no tienen ningún propósito. Soy cristiano." Entonces Calvisiano dio órdenes de aumentar, una vez más el sufrimiento del santo diácono.

Mientras le martirizaban con peines de hierro Euplio oró así varias veces: "Te doy gracias, Dios mío; Jesucristo, socórreme. Es por tu nombre que soporto estas agonías". Cuando le faltaron las fuerzas para hablar, continuó moviendo sus labios, musitando la misma oración. Entonces Calvisiano, cansado de aquello, dictó la sentencia de muerte, que fue leída al público: "Euplio, cristiano, despreciando los edictos de los emperadores, blasfemando a los dioses y no arrepintiéndose, es condenado a muerte a espada". Le colgaron los Evangelios al cuello, como signo visible de su condena. Entretanto lo llevaban a las afueras, un heraldo iba delante suyo clamando: "Euplio, cristiano, enemigo de los dioses y de los emperadores". Mas el santo anunciaba a los demás: "Gracias a Cristo, Dios mío". Llegado al lugar del suplicio, inclinó la cabeza con determinación y fue decapitado. Los cristianos tomaron su cuerpo, lo enterraron piadosamente y veneraron su sepulcro.

Se conservan las Actas en griego, en una versión muy antigua, siendo una de las Actas martiriales más confiables que poseemos. Su nombre aparece en el martirologio pseudo-jeronimiano. En 645 se le dedicó una iglesia en Roma, homónima de la que ya existía en Catania en el siglo V para venerar sus reliquias.

Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.

A 12 de agosto además se celebra a:

Beato Isidoro Bankaja,
laico mártir
.
Santos Aniceto y Focio
de Bitinia, mártires
.
San Alejandro
"el Carbonero", obispo
.







viernes, 10 de agosto de 2018

San Herlé de Ploaré.

San Herlé de Ploaré, diácono y mártir. 10 de agosto.

Según la leyenda local, Herlé era diácono romano y evangelizó Ploaré en el siglo III. Los paganos le persiguieron hasta darle muerte. Su culto creció a partir del siglo VIII. Probablemente sea un mártir desconocido al que se dio una leyenda. Algunos apuntan a que se trata de una duplicidad del culto a San Lorenzo, diácono y mártir, que, como sabemos, también es a 10 de agosto.








A 10 de agosto además se celebra a:


Santa Plectrude
de Colonia, reina.
San Erick de
Dinamarca, rey.
B. Amadeo de Portugal,
franciscano fundador.








miércoles, 27 de junio de 2018

De un glorioso mártir y su vergonzoso martirio.

San Arialdo de Milán, diácono y mártir. 27 de junio.

Nació en Como, sobre el año 1000, al parecer en una familia acomodada. De su infancia y primera juventud sabemos que estudió en Milán y París, y que fue ordenado diácono en Varese a mediados del siglo XI.

Fue Arialdo una figura eminente en la iglesia milanesa de su tiempo por su denuncia de la inmoralidad del clero y los fieles. Fue decidido defensor del celibato sacerdotal, manifestando el concubinato extendido en el que vivían los presbíteros, sin vergüenza alguna. Para acabar con ello propugnaba por que los curas vivieran en comunidades pequeñas donde unos a otros se guardaran para no caer en pecado. El mismo organizó una comunidad canonical de presbíteros pobres, entregados a Cristo y célibes que hacían vida común, inspirados en las comunidades de la Iglesia primitiva para las cuales San Agustín (28 de agosto; 24 de abril, bautismo; 29 de febrero, traslación de las reliquias a Pavía; 5 de mayo, conversión; 15 de junio, en la Iglesia oriental) había escrito una Regla.

Además, junto a otros presbíteros y monjes honestos denunció el terrible pecado de la simonía, denunciando con nombres a aquellos prelados que habían caído en ella, comprando o vendiendo cargos eclesiásticos, obispados y beneficios espirituales. Sobre 1056 Arialdo fundó, además, un partido político-religioso para oponerse a tales desmanes, en el cual militaban clérigos y seglares, principalmente de clase media y comerciantes. Llegaron a sacar a la fuerza de las iglesias a los sacerdotes y sus concubinas, castigándoles públicamente. El papa Víctor II convocó un sínodo en Novara, donde se condenó los métodos extremos de Arialdo y sus seguidores, aunque se alabó su celo por una vida recta. Esto hizo más fuerte el movimiento reformador de Arialdo, ganando adeptos en todas las clases sociales. En 1057 el papa Esteban IX le dio su apoyo y además, le pidió que continuara su denuncia profética.

El gran enemigo de Arialdo fue Guido de Velate, el arzobispo de Milán, quien había comprado su episcopado y quien en principio no hizo caso alguno a aquel movimiento popular, conocido como La Pataria. Sin embargo, Arialdo predicaba incansablemente contra el pecado y el delito, atrayendo cada vez más adeptos que querían una reforma de la Iglesia.

Cuando Guido reaccionó, lo primero que hizo fue excomulgar a Arialdo, quien abogó ante el papa Nicolás II, quien se interesó en su causa y le levantó la excomunión. Eran tiempos de grandes papas desde San León IX (19 de abril), que buscarían incansablemente la reforma de la Iglesia. En 1059 el papa envió a San Pedro Damiani (21 de febrero), a Anselmo da Baggio (futuro papa Alejandro II) y al monje Hildebrando, futuro San Gregorio VII (25 de mayo) para deponer a Guido. Estos tres pilares de la reforma pusieron las cosas en su sitio, deponiendo al obispo y llevando el levantamiento de la excomunión. Guido y sus parientes y defensores habían huido de la ciudad para evitar a los legados pontificios. Lo que sí no lograron fue preveer el atroz martirio que padecería Arialdo. Pero aún falta para ello, lo veremos más adelante.

Apenas los legados se fueron, Guido tomó la sede de nuevo, enfrentándose abiertamente al papa, aunque ante las presiones de los demás obispos de Lombardía, que se proponen enmendar sus vidas públicamente, Guido declara hacer lo mismo y renunciar. Pero era solo para tomar tiempo, pues en breve sus desmanes y pecados públicos regresan. Arialdo y los suyos vuelven a denunciarle ante el papa y Guido reacciona sobornando a los nobles de Milán para que le apoyen y repriman al movimiento popular del santo diácono que iba en aumento y sobrepasando los límites de la denuncia espiritual para convertirse en una fuerte oposición a los nobles y al mismo emperador Enrique, también enfrentado a la reforma. En 1066 estalló una revuelta ciudadana que Guido aprovechó para traer de su lado, clamando contra Roma por interferir en el gobierno de Milán. Excomulgó a Arialdo nuevamente y los seguidores de este asaltaron el palacio episcopal. Arialdo siguió el consejo de un clérigo de un pueblo cercano, quien le ofreció su casa para estar lejos de la ciudad un tiempo y huir del implacable Guido. Pero este presbítero lo traiciona y lo entrega a los clérigos mercenarios de Guido. Estos le cortaron los genitales, le amputaron manos y pies y le arrojaron al lago Maggiore el 27 de junio de 1066.


Altar relicario de San Arialdo.
El cuerpo del santo apareció en mayo de 1067 y trasladado triunfalmente por sus seguidores a Milán. Los funerales, político-religiosos, se celebraron en la iglesia de San Ambrosio y fueron multitudinarios. El papa Alejandro II, su defensor desde hacía años, le declaró mártir y permitió su culto en la iglesia de San Celso. En 1075 se escribió la primera "vita", por Andrea da Strumi. Desde el siglo XVI las reliquias se veneran en la catedral de Milán. En 1904 San Pío X (21 de agosto) confirmó la canonización informal hecha por Alejandro II y ese mismo año se aprobó el Oficio Litúrgico propio. En 1940 el Beato Ildefonso Schuster (30 de agosto) elevó las reliquias a un nuevo altar.

Fuentes:
-"Passione del santo martire milanese Arialdo". ANDREA DA STRUMI. Sant Ambrogio Editoriale, 1786.
-https://www.heiligenlexikon.de

A 27 de junio además se celebra a:


San Zoilo de Córdoba
y comp. mártires.
San Sansón,
confesor.
San Cirilo de Alejandría,
Doctor de la Iglesia.





jueves, 29 de marzo de 2018

San Cirilo de Heliópolis.

San Cirilo de Heliópolis, diácono mártir. 29 de marzo.


Es Teodoreto en su "Historia Eclesiástica" quien da razón de estos mártires. Fue Cirilo un diácono de esta ciudad quien destacó en su predicación evangélica y por su celo contra la idolatría. Derribó varios altares de los ídolos y destrozó por su propia mano algunos de estos. En 361 subió al trono Juliano el Apóstata y ya sabemos cómo se dedicó a instaurar el antiguo culto a los dioses y al emperador, atrayendo la persecución para los cristianos que se le oponían. Ejemplo claro lo vemos en los Santos Juventino y Maximino (5 de septiembre, 25 y 29 de enero). 

Pues ocurrió que, sintiéndose protegidos los paganos de Heliópolis, capturaron a Cirilo, le apuñalaron varias veces, le abrieron y le arrancaron el hígado, el cual comieron como bestias. Dice Teodoreto que todos quedaron castigados, pues en menos de un día perdieron sus dientes, se les pudrió la lengua y finalmente terminaron todos ciegos y enloquecidos.


Fuente:
-"Las Verdaderas actas de los Martires". Tomo III. Teodorico Ruinart. OSB. Madrid, 1776.


A 29 de marzo además se celebra a

miércoles, 1 de noviembre de 2017

San Cesáreo, el "aguafiestas".

Santos Cesáreo, diácono, y Julián, presbítero; mártires. 1 de noviembre.

San Cesáreo.
Cuenta su leyenda que, imperando Claudio, a mediados el siglo I, Cesáreo, diácono africano, llegó a Campania para predicar el Evangelio. Llegó a Terracina en plenas fiestas de Apolo, durante las cuales los devotos del dios tenían la costumbre de despeñar a un joven, al que previamente habían alimentado copiosamente durante 9 meses, y al que luego quemaban (vivo o muerto, como estuviera) como un sacrificio en honor al dios para obtener prosperidad para el pueblo y larga vida para el emperador. Apenas Cesáreo supo de aquella abominación, les "aguó la fiesta" clamando contra aquella maldad, al tiempo que predicaba a Jesucristo. Entonces fue arrestado por orden de Luxorio, gobernador de Terracina, quien lo entregó a Leoncio, procónsul de Campania.

Este mandó que desnudaran al santo, y así le llevaran al templo de Apolo. Estando ante el templo, Cesáreo hizo oración y el edificio se destruyó por sí solo, matando a Firmino, un sacerdote pagano que era conocido por denunciar cristianos y pedir tormentos para ellos. Ante semejante portento, comenzó una protesta popular, pues muchos querían que asesinaran de una vez a Cesáreo, mientras que otros clamaban por que le dejaran libre, no fuera que tuviera razón en sus palabras. Leoncio buscó el punto medio y envió a Cesáreo a la prisión, donde el santo padeció hambre, castigos y frío casi dos años. Pero Dios le confortaba, y además, hizo crecer sobre su cuerpo un espeso pelaje para que no tuviera frío. A los dos años fue sacado de la prisión para ser condenado a muerte. En el momento de su sentencia una luz milagrosa descendió sobre él, lo cual provocó la conversión de Leoncio. Este renunció a asesinar a Cesáreo, que fue devuelto a la cárcel. Leoncio abandonó su cargo, se hizo bautizar por el presbítero Julián y al poco tiempo fue martirizado. Su memoria es a 30 de octubre. 

Luxorio tomó el cargo de procónsul y mandó detener al presbítero Julián. Cuando lo tuvo ante él, lo metió en un saco junto a Cesáreo y los arrojó al mar, donde murieron ahogados. Un cristiano llamado Eusebio sacó los cuerpos del mar, y los enterró piadosa y secretamente. A los pocos días Luxorio murió mordido por una serpiente.

Hay que decir que las Actas de estos santos no son originales, pero son antiguas y parecen basarse en tradiciones conocidas por los cristianos. Sus nombres aparecen ya en martirologios del siglo IV y, además, Cesáreo está mencionado en el Sacramentario de San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal), lo cual es evidencia de un culto al santo ya establecido. Ciertamente, todo sea dicho, hay algunos errores, pues muchos hagiógrafos los hacen padecer en el año 300, bajo Diocleciano, lo cual sería imposible, pues los sacrificios humanos habían sido prohibidos en el año 97, y esta condena fue ratificada sucesivamente por los demás emperadores hasta que ya no hizo falta hacerlo, pues era algo del pasado. Debieron padecer antes del 97, y bien pudo ser durante Claudio.   

Busto relicario.
Terracina.
Otros hagiógrafos hablan de dos santos diferentes, uno el martirizado en Terracina y otro romano, con una iglesia dedicada a su memoria en la Vía Appia, donde habría reliquias suyas, llevadas allí por el monje San Eusebio (5 de noviembre). Esta coincidencia con el nombre del protador de las reliquias es lo que les hace pensar que las Actas, tardías sin duda, se basarían en el culto del Cesáreo romano.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los dias del año". P. JEAN CROISSET. S.I. Barcelona, 1863.


A 1 de noviembre además se celebra a
San Harold Bluetooth de Dinamarca, rey mártir.
San Sabaulin de Bretaña, abad. 
San Austremonio de Clermont, obispo.

viernes, 6 de octubre de 2017

Subió a bordo y Dios le guió.

San Ywi, monje diácono. 6 y 23 de octubre.
 


Ywi (Ywig, Iwi) fue hijo de un jefe británico llamado Bran, y su madre se llamó. Fue educado en el monasterio de Lindisfarne y cuando llegó a la juventud, su padre quiso que siguiera la carrera de las armas, pero, como dice su "vita", Iwi "buscando batallas más altas, se alistó en el ejército del Señor". En 684 fue ordenado diácono por su mentor San Cuthbert (20 de marzo y 4 de septiembre, traslación de las reliquias). En una ocasión, cuando San Cuthbert estaba cantando misa, Ywi, que fungía como diácono, notó que un hombre enfermo asistía con devoción a la misa. Sintiendo pena por él, Ywi bajó del altar, lo agarró de la mano y lo llevó al altar, y apenas puso la mano del enfermo en él, el hombre sanó instantáneamente. Otras versiones dicen que el enfermo besó el anillo del santo abad.

Fue un monje muy caritativo, excediendo sus deberes como limosnero, daba todo lo que podía a los pobres, atendía a los enfermos y necesitados. Su caridad y milagros le hicieron admirado y venerado por las gentes, por lo que decidió irse de allí adonde no le conocieran. Llegó al puerto y al primer marino que vio le pidió le llevase con él. El marino le preguntó que adonde quería ir e Ywi le respondió: - "Donde Dios quiera. Así que si estás pronto a navegar, ten la bondad de llevarme contigo". - "Si no hubiéramos tenido un mal viento estaríamos en Bretaña" – respondió el marino – "pero cada vez que partimos, el viento no nos es propicio. Ahora partiremos de nuevo, así que si quieres unirte a nosotros, sube a bordo y que Dios nos guíe". Y partieron. Según la leyenda, tan pronto salieron a mar abierto, una fuerte tormenta se desató, ante lo cual, los marinos pidieron a Ywi que implorara misericordia a Dios. Este lo hizo y apenas empezó su oración, los cielos se despejaron y la travesía fue feliz.

Al llegar a Bretaña se instaló en una ermita de Quimper, donde vivió retirado hasta fallecer, a finales del siglo VII. Algunas reliquias suyas se veneran en Wilton desde el siglo IX, pues según la leyenda, unos monjes británicos las llevaban de vuelta a Inglaterra se detuvieron a descansar en la abadía, pero al emprender camino, las reliquias se volvieron tan pesadas que no podían levantarlas, por lo que interpretaron el santo quería quedarse allí. A nuestro Ywi en ocasiones se le confunde con San Ivi de Pontivy, que vivió en la misma época e igualmente se celebra a 6 de octubre.

Es abogado contra la parálisis, las enfermedades reumáticas y contra las tormentas y los naufragios.


Fuentes:
-"Lives of the British Saints". VLADIMIR MOSS. 2009.
-"Lives of Saints". Tomo XI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 6 de octubre además se celebra a
Santa María Francisca de las Cinco Llagas, virgen.
Santa Fe de Agen, virgen y mártir.
San Bruno, fundador.

domingo, 6 de agosto de 2017

Anatema, sí o sí.

San Hormisdas, papa. 6 de agosto.

Hormisdas fue natural de Campania y fue diácono del papa San Símaco (19 de julio). Fue padre del futuro papa San Silverio (20 de junio y 2 de diciembre). En 514 sucedió Símaco en la silla apostólica. Como su antecesor, tuvo una política de unión con las iglesias de Oriente, aunque advirtiendo que aunque igualmente eran sedes apostólicas, todas debían honor a la sede romana como sede de San Pedro. Además, fue inflexible en el caso de Acacio, Patriarca de Constantinopla, que había abrazado abiertamente la herejía eutiquiana, condenada por el Concilio de Calcedonia. Hormisdas envió a sus legados a Oriente, ante el emperador Anastasio, pidiéndole que por amor a la verdad, aceptara las Verdades definidas en dicho Concilio. El emperador Anastasio dio su asentimiento al Concilio y se comprometió a enviar cartas imperiales obligando a la unión de todas las Iglesias con la Iglesia de Roma. Sin embargo, se negó a tachar a Acacio como hereje. Acacio había sido muy querido y “anatematizarlo formalmente después de muerto levantaría un motín popular que no conviene ni al Imperio ni a la Iglesia”, fue la respuesta del monarca.

La embajada volvió a Roma, y tiempo después, Hormisdas volvería a enviar mensajeros a Anastasio, con una carta sobre el mismo tema: La memoria de Acacio como prelado legítimo era una ofensa a los obispos fieles a la verdad católica y un obstáculo para la unidad plena. El emperador respondió que "de eso nada". Ya podía Hormisdas hacer lo que quisiera, pero que si quería una repulsa imperial al fallecido Acacio, que esperara a que el próximo emperador la ejecutara. 

Y ese momento llegó en 518, cuando murió Anastasio y subió al trono Justino, un basto personaje, cuya mujer era una ex-esclava y concubina, que tomó el nombre de Eufemia. El día de la coronación al entrar a la catedral, el pueblo le exigió que proclamara su fe católica y la adhesión firme al Concilio de Calcedonia. Además, le exigieron que desenterrara y quemara los huesos del difunto Emperador y de todos los que él había favorecido. El patriarca Juan, eutiquiano protegido por Anastasio, viendo peligrar su estadía en la sede, subió al púlpito e inmediatamente proclamó la fe católica, sin fisuras, y lanzó anatemas contra todos los herejes, como le pedían los católicos. Además, en pocos días organizó un Sínodo donde confirmó la fe de Calcedonia y anunció la vuelta de todos los obispos fieles a la fe, que habían sido expulsados de sus sedes por los eutiquianos. El emperador, por su parte, emitió un edicto en el que prohibía a los herejes de ocupar cargos civiles o militares. Y por supuesto, el nombre de Acacio fue borrado de entre los obispos católicos y Hormisdas tuvo el gusto de lograr su objetivo.

Además, fue Hormisdas el papa que ordenó a Dionisio el Exiguo la reforma del Calendario, eligiendo el año del nacimiento de Jesús como año 0. Ya sabemos que hubo un error de 6 años, pues Dionisio confundió los años del reinado de Herodes el Grande. También logró la expulsión de los herejes maniqueos de Roma. Fue muy solícito con las iglesias de Jerusalén, a las que dotó generosamente varias veces. Accedió a los deseos San Remigio (1 de octubre) y del rey Clodoveo para que San Medardo (8 de mayo) asumiera la sede de Tournay sin dejar la de Noyon. Era imposible por no permitirlo los cánones, que no admitían los traslados ni las dobles sedes en manos de un solo obispo, pero Hormisdas por complacerlos, colocó a Medardo como administrador apostólico de Tournay, sin dejar su sede.

Hormisdas murió en 523, luego de lograr la unión, al menos formalmente, con las Iglesias Orientales. Su nombre nunca fue introducido en los martirologios, ni recibió culto. Sería Baronio en el siglo XVI quien lo introduciría en el Martirologio Romano.


Fuentes:

-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.


Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Calixto I. 14 de octubre.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
 
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 de enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.

sábado, 8 de julio de 2017

De tres evangelizadores mártires.

Santos Kilian, obispo; Colman, presbítero, y Totnan, diácono; mártires. 8 de julio.

Su leyenda, que es lo que nos ha llegado, dice que Kilian nació en Irlanda, sobre 640. Allí era monje y de allí partió junto con 12 compañeros monjes a evangelizar el continente, entre ellos estaban Colman y Totnan. La apostólica comitiva desembarcó en tierras germanas, donde aún no se había oído el Evangelio de Cristo. Kilian plantó una cruz en un cerro, que aún hoy se llama Kreuzberg. Su trabajo apostólico, siempre según la leyenda, habría traído numerosas conversiones, y el pueblo con gran presteza abandonó sus ídolos, tomando la fe cristiana con júbilo. No solo predicaban, sino que trabajaban con los campesinos, llevando técnicas de agricultura, tan propio de los monjes. En 686 partieron a pie hacia Roma, evangelizando a su paso, para pedir la bendición del papa Conon, el cual les envió a predicar a lo que hoy es Turingia, Franconia y Baviera. Para que lo hicieran mejor, consagró obispo a Kilian, presbítero a Colman y diácono a Totnan. Los 12 compañeros se separaron, tomando diversos caminos y nuestros tres santos se establecieron en Würzburg.

El noble local, el conde Gosbert, también abrazó la fe cristiana, y como estaba casado con Geilana, la esposa de su hermano fallecido, Kilian les amonestó por aquel matrimonio ilegal (lo era en su momento) logrando que, por coherencia con la fe que había profesado, el conde repudiara a su mujer. Esta juró venganza y a la primera que pudo, cuando Gosbert partió a un viaje, contrató a dos sicarios para que asesinaran a Kilian y a sus colaboradores. Fueron atravesados con la espada y, al igual que se lee de San Bonifacio (5 de junio), uno de los golpes atravesó una Biblia que, sería la misma que se muestra en la Biblioteca de la Universidad de Würzburg, pero no hay pruebas de ello. Luego de martirizar a los tres santos, los asesinos los metieron en un establo. Cuando Gosbert regresó, uno de los asesinos confesó el crimen, y terminó suicidándose. Hallaron el sitio del enterramiento en el establo, y al excavar, aparecieron los tres cuerpos incorruptos. Por su parte la malvada Geilana enloqueció (en la iconografía aparece muchas veces sostenida por el demonio). El martirio habría ocurrido en 688.

Aunque, salvo esta leyenda, no hay registros históricos de esta misión evangelizadora, el culto a los tres santos se puede documentar a inicios del siglo VIII. En 708 consta una iglesia en el castillo de Gosbert, en la que se guardaba la memoria de los tres santos evangelizadores. En 740 ya figura la veneración de sus reliquias en el sitio de su muerte. El 8 de julio de 750 San Burkhard de Würzburg (14 de octubre) elevó las reliquias de Kilian, Colman y Totnan, canonizándolos; y este día quedó como el de su festividad. San Kilian es patrono de toneleros, tejedores y cultivadores, y se le invoca contra la gota, las enfermedades de los ojos y el reumatismo.


Fuente:
-https://www.heiligenlexikon.de


A 8 de julio además se celebra a
Santa Sunniva de Noruega, virgen, y ocho compañeros mártires.
Santa Morwenna de Cornwall, virgen.

jueves, 1 de junio de 2017

San Simeón, carmelita.

San Simeón de Treveris, ermitaño carmelita. 1 de junio.

Su leyenda, algo confusa, le hace nacer a finales del siglo X y oriundo de Siracusa. Fue educado en Constantinopla y luego vivió como ermitaño en la Tierra Santa, primero junto al Jordán, y luego con los "carmelitas" de Belén, donde tomó el hábito. A continuación, en una comunidad monástica de Belén. También formó parte del monasterio eliano junto al Mar Rojo, y finalmente fue religioso del monasterio de los carmelitas del Monte Sinaí, donde fue ordenado diácono. En todos estos conventos dejaba un sabor a oración, penitencia, obediencia y humildad. Era muy piadoso y devotísimo de la Virgen María. En el Sinaí conoció al Duque de Normandía, que le eligió como consejero mientras estaba duraba la Primera Cruzada. Cuando el Duque regresó a Normandía, Simeón recibió un aviso del cielo que debía acompañarle. Así que entró en Europa.

Las leyendas son muy confusas, y le hacen ser compañero de peregrinaje por Tierra Santa del legendario arzobispo San Poppo de Bamberg (16 de junio). Según la leyenda, el santo obispo pidió a una monja del monasterio fundado por Santa Severa (20 de julio) que le hiciera unos zapatos. La monja, que amaba al santo, los hizo y los hechizó para que Poppo no pudiera negarse a cohabitar con ella. Ambos pecaron, y el santo para olvidarla regaló los zapatos a su vicario, que los aceptó sin saber eran embrujados. También pecó el vicario con la monja, y así, según la leyenda, todos los frailes y presbíteros de la región, se probaron los zapatos, y pecaron. En fin, que se supo lo ocurrido, los zapatos fueron exorcizados, la monja echada del monasterio y los presbíteros fueron castigados. Por este pecado, San Poppo peregrinó descalzo a Tierra Santa, y a este viaje llevó consigo a nuestro Simeón.

Celda del santo.
Porta Nigra.
Una vez que regresaron a Europa, Simeón se encerró en una celda en la torre de la Porta Nigra, en Tréveris. El abad del monasterio de San Maximino (29 de mayo) quedó a cargo de ser su superior. Allí vivió el santo una vida de oración y penitencia hasta 1035, cuando voló al cielo. En 1042 fue canonizado por el papa Benedicto IX, siendo el segundo varón en serlo, el primero fue San Ulric de Ausburg (4 de julio). Una capilla dedicada a su memoria fue construida en el sitio donde estuvo su celda, y allí estuvieron sus reliquias hasta 1400, cuando fueron trasladadas a la iglesia de San Gervasio. En 1802 esta iglesia fue demolida por orden de Napoleón, y a finales del XIX fue construida una iglesia dedicada a San Simeón, y allí se veneran sus reliquias.


Fuente:
https://www.heiligenlexikon.de


A 1 de junio además se celebra a
San Ronan de Bretaña, obispo.
San Elías y compañeros mártires.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...