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viernes, 22 de junio de 2018

"La Defensión de Santa Clara".

La Fiesta del Voto o Defensa de Santa Clara. 22 de junio.

La fiesta del Voto es una celebración anual que se da en Asís, conmemorando la retirada del ejército de Vital de Aversa, aliado del emperador Federico II, del asedio a la ciudad de Asís, atribuido a las oraciones de Santa Clara (11 de agosto, 22 de juno y 23 de septiembre, Invención de las reliquias), que aún vivía, y sus hermanas.

El emperador Federico II estaba en guerra contra el Papa, y aunque el Papa lanzaba excomuniones para que se retracte, el díscolo gobernante contrataba mercenarios mahometanos para hacerle frente, a quienes, por supuesto, no importaban las excomuniones de la Santa Sede. Es en ese contexto que se da el asedio de Asís, ciudad que estaba a favor del Papa.

En 1240, ese terrible ejército mahometano, asoló el valle de Espoleto, y las monjas que estaban en San Damián, que se encontraba fuera de las murallas de Asís, temieron lo peor. Acudieron, cual palomas atemorizadas a alrededor de la Madre Clara, quien se encontraba postrada; ella se sumergió en oración, ante el Esposo de su alma, oyó una voz que le decía, como respuesta a sus plegarias: "Yo siempre la defenderé". Por inspiración divina se hizo llevar a las murallas del monasterio, desde donde se divisaba todo el valle y con espíritu de oración, elevó el Copón con las Hostias consagradas, que llevaba entre las manos. Lo que cuentan las monjas testigos en el proceso de canonización que aún se conserva, es que el ejército huyó ante esa visión ¿Qué contemplaron en realidad? No se sabe. Solo que el Señor sí cumplió su promesa de salvaguardar a sus esposas y a la ciudad que las acogía. Esa es la razón porque en la iconografía se representa a Clara con la custodia (estéticamente más apropiada que el Copón que en realidad llevó en ese momento), pero sobre todo, por su gran fe en Jesús Sacramentado.

Pero eso no fue todo. Un año más tarde, en 1241, el ejército de Vital de Aversa esta vez, sitia la ciudad de Asís. Fueron varios días de asedio a la pobre comuna, en medio de los calores del verano, pues era junio; la población indefensa, solo esperaba la inminencia de un ataque. Y es cuando otra vez, la Madre Clara, recordando la promesa de su Divino Esposo, pide a las hermanas ayuno severo, penitencias y oración por la ciudad. La tensión de los días, se sintió más en el monasterio de San Damián, en el que las Damas Pobres, presididas por su Madre Abadesa con cenizas, penitencias, llantos, oraciones y ayuno a pan y agua, algunas incluso no probando bocado alguno, clamando por la salvación de la ciudad de Asís, y del Monasterio mismo, ofreciéndose ellas como víctimas de expiación.

Y es así, cuando, de la noche a la mañana, sin mediar enfrentamiento alguno, el ejército asolador levantó el campamento e inició la retirada. Cuando los guardias de las murallas de Asís, dieron cuenta a la población y a las autoridades de lo que había ocurrido, no lo podían creer. Inexplicablemente terminó el asedio a Asís. Las miradas y corazones agradecidos se volvieron al monasterio de las Damas Pobres, instituyendo desde entonces la llamada "Fiesta del Voto o de la promesa", para agradecer a las hermanas y a Clara, por su intercesión. Con el paso del tiempo, la fiesta se fue olvidando, y fue el alcalde de Asís Arnaldo Fortini quien era terciario franciscano, la restauró a inicios del siglo XX. La Madre María Victoria Triviño OSC, en su artículo "Santa Clara de Asís, fiestas, devoción y arte" describe así el rito anual:
"La comitiva se inicia en la Plaza de San Rufino donde estaba la casa natal de Santa Clara y se dirige a la Plaza del Común. Allí esperan las autoridades locales con los maceros del Ayuntamiento, llevando cirios para ofrendar a la Dama Pobre. Desde allí prosigue la comitiva hasta la iglesia de Santa Clara, donde rinden homenaje y depositan flores en la cripta, junto a la urna que contiene sus restos. De allí van al convento de San Damián. Como ya declina la tarde, el trayecto está iluminado a ambos lados con 'fiaccole' o antorchas de sebo. Llegados a San Damián celebran la Misa en la placeta". (M.M° Victoria Triviño OSC. "Santa Clara de Asís, fiestas, devoción y arte" 3.4. La fiesta del Voto).
Aunque la Madre Triviño consigna como fecha de la fiesta el 26 de junio, la conmemoración se hace el 22, como los consigna Fray Contardo Miglioranza. Para terminar podemos acotar que aunque el mundo actual mira a las monjas de clausura como seres aparentemente inútiles, el ejemplo de Santa Clara y sus hermanas y muchas otras santas nos demuestra lo contrario; algún día, cuando el Señor lo permita, nos daremos cuenta de la gran lluvia de gracias que caen sobre el mundo y la infinidad de males que se evitan gracias al poder de intercesión de estas almas consagradas y de la oración en general.
 

Paz y Bien. 
 
Prof. Germán Yactayo Andrade. OFS.

Fuentes:
-"Santa Clara de Asís. Vida y escritos". BAC 2014
-"Santa Clara de Asís". Fray Contardo Miglioranza Edic. Misiones Franciscanas Conventuales 1985.
-"Santa Clara de Asís, fiestas, devoción y arte". M. María Victoria Triviño. Artículo 2008.

A 22 de junio además se celebra a:

San Albano de Verulam,
protomártir de Inglaterra.
San Acacio de Armenia
y comp. mártires.
Santa Cristina de
Bretaña, virgen.

jueves, 10 de agosto de 2017

El que "ama a Deus".

Beato Amadeo de Portugal, franciscano fundador. 10 de agosto.

Su nombre de pila fue Juan, y nació sobre 1420 en Portugal, y fue hijo de Pedro Meneses de Silva, y su hermana fue Santa Beatriz de Silva (16 de agosto), la fundadora de las Madres Concepcionistas. Sirvió de paje algunos años a la emperatriz Leonor de Portugal, y en la corte portuguesa contrajo matrimonio, aunque su esposa murió muy pronto, sin dejarle descendencia. Este revés se tradujo en la búsqueda de la santidad y la perfección por parte del joven. Acompañó a la emperatriz a Italia, y luego de este viaje, entró a la Orden Jerónima en el monasterio de Guadalupe. Profesó y fue un monje ejemplar, y pronto fue versado en las Escrituras. Sin embargo, buscando una vida más penitente y perfecta, en 1452 pasó a la Orden Franciscana, tomando el hábito en Úbeda, con el nombre de Amadeo. Allí también fue ordenado presbítero en 1459. Al parecer vivió un tiempo en Asís.

La Orden de San Francisco, como otras Órdenes en el siglo XV, necesitaba de una reforma y actualización. La peste se había cebado con muchos conventos y la disciplina religiosa había mermado en aras de la supervivencia. Entonces Amadeo se trasladó a Milán, donde fundó un convento franciscano en su primitivo fervor, pobreza y sencillez. Serían llamados los "amadeos", es evidente por qué. Sixto IV aprobó las normas de vida, y además, conociendo personalmente a Amadeo, quiso que fuera su confesor, pues admiraba muchísimo su santidad y ciencia. También lo tuvieron de confesor o consejero los reyes Fernando de Aragón y Luis XI de Francia, por lo que su vida transcurrió entre estos dos países, además de Italia y Portugal, predicando, exhortando y moviendo a muchos a conversión por su palabra y ejemplo. Además, fue escritor místico y teológico.

En 1480 regresó a Milán, a su amado convento primitivo, donde falleció santamente el 10 de agosto de 1482. Fue sepultado en la iglesia conventual, donde pronto comenzó su veneración. Es tradición que una fuente que hay en el convento fue bendecida por el Beato Amadeo, y de ella usan el agua los enfermos de fiebres. Su rama franciscana fue absorbida finalmente por los Frailes Menores en 1568, dejando de existir como frailes independientes, por obra de la reforma de San Pío V (30 de abril).


Fuente:
-"Diccionario de los Santos". JOHN J. DELANEY.  2005.


A 10 de agosto además se celebra a
San Erick de Dinamarca, "el peniques", rey.
Santa Plectrude de Colonia, reina.

viernes, 18 de septiembre de 2015

San José de Cupertino.

Pregunta: Me gustaría saber cuál fue el sitio exacto en el cual San José de Cupertino situó la famosa y pesada cruz tras un vuelo milagroso, así como cualquier noticia que tenga que ver con este lugar en la actualidad (si hay alguna fiesta litúrgica especial, si es lugar de peregrinación...) He intentado todo, pero sin éxito, sé que fue en las cercanías del convento de Santa María de Grotella, pero todas las informaciones hacen referencia al pasado, no al presente. Con la esperanza de encontrar algo de luz sobre el tema, un saludo de N... España.

Respuesta: Hola. Al referirte al “sitio exacto” de la cruz, he de decirte que existe el lugar, claro, pero no la cruz. En su lugar está una escultura del portento, en la que se ve al santo volando y llevando la cruz en el aire. Está en la explanada del santuario de Santa María della Grottella y junto a este. No existe fiesta litúrgica dedicada a este milagro, sino que la festividad de Santa María y la de San José de Cupertino son las fiestas principales del santuario. Y visto esto, ahondo un poco más: 


San José de Cupertino, presbítero OFM.Conv. 18 de septiembre.

"Vero volto" de San José de Cupertino.
El pobre inútil.
Nació el 17 de junio de 1603, en un establo, mientras sus padres Felice y Franceschina, se escondían de los acreedores que les buscaban. Fue el menor de seis hermanos. Entre el hambre, las enfermedades (padeció sarna de pequeño) y la poca atención de la madre, José creció con deficiencias intelectuales y físicas. Un poco tonto, vamos. Donde no tenía deficiencias era en la fe, la piedad y la alegría. Siempre sonreía, a pesar de las burlas y el desprecio de sus convecinos. Ni siquiera le quisieron los franciscanos, los capuchinos le aceptaron por misericordia, para despedirle antes del año por torpe, olvidadizo y poco dado a los oficios. De vuelta al mundo, se colocó en casa de un pariente, que le echó por inútil. Su madre al verle aparecer de nuevo en casa, se deshizo de él, mandándoselo a su tío Donato, franciscano conventual, para que le emplearan como recadero al menos. Y llegó a Santa María della Grottella, que estaba en plena construcción. A esta imagen le tuvo mucha devoción el santo, pues consideraba ella había permitido le aceptasen en el convento, luego de suplicarle toda una noche con lágrimas.

El santuario.
El primer punto de devoción fue una pequeña gruta, en la que en 1453 se halló un icono oriental de Nuestra Señora. Siempre se ha creído que aquella gruta debió ser un sitio de retiro de los monjes basilianos que del siglo VIII al XI habitaron en un monasterio de las cercanías, huyendo de los iconoclastas. Debieron poner allí a Nuestra Señora, dejándola al marcharse. El pastor que la halló, mientras buscaba un ternero perdido, puso junto a ella dos luces y llamó al clero. El obispo mandó construir una pequeña capilla, donde pronto se desarrolló el culto mariano principal de la región. En 1579 se construyó el actual santuario y en 1618 los frailes conventuales comienzan la edificación del convento. En 1884 el santuario y el convento fue expropiado y expoliado (esta es la razón por la cual no existe la cruz elevada por el santo). En 1890 la iglesia fue cerrada al culto para ser reabierta en 1932, por los frailes, que acudían a celebrar las festividades religiosas, aunque sin habitar en el convento. En 1949 el convento y el santuario en ruinas fueron subastados por su dueño. Lo compraron los frailes por medio de un seglar, para que no se supiera su intención de regresar. A pesar que la venta fue legal, les pusieron muchas trabas y solo en 1954 pudieron retomar posesión del convento, impulsando la devoción a la Santísima Virgen y a San José de Cupertino. Allí se veneran la celda del santo, sobre el altar mayor, la celda “de la sangre” y la capilla de Santa Bárbara, cercana al monasterio, que data del siglo VI y donde el santo se retiraba a orar y hacer penitencia.

José, religioso y sacerdote.
Pues admitido el santo como sirviente, los frailes le tomaron estima porque aunque era lento y despistado, era muy piadoso, humilde y siempre tenía buen trato para con todos. Y tanto aprecio le tomaron, que en 1625 le admitieron como religioso lego. Torpe era, pero suerte tenía un montón, pues cuando le propusieron estudiar para ser ordenado sacerdote, lo hizo por obediencia, aunque sabía que no iba a aprobar ni un examen. Sólo podía hablar con cierta soltura y explicar la frase evangélica “Bendito el fruto de tu vientre” ¡y fue la que le pidieron explicara, abriendo el sacerdote examinador, el Evangelio por una página al azar. El examen final, para aceptarle o no a la ordenación, era realizado por el obispo en persona. Y este, luego de examinar a varios candidatos estaba cansado y dijo “¿Para qué examinar a todos los que quedan, si se ve están muy bien preparados?” Y se salvó Cupertino de ser examinado.  El 18 de marzo de 1628 fue ordenado y ya que la predicación se le daba fatal, optó por salvar almas mediante la oración y la penitencia. Y fue un campeón en esta: Ayunaba siempre, jamás comió carne ni bebió licor alguno. Se flagelaba casi diariamente, y con tal fervor, que la sangre salpicaba las paredes y el techo del minúsculo rincón donde lo hacía, llamado actualmente la “capilla de la sangre”. A pesar de ser sacerdote continuó trabajando como un lego más, ocupándose de las tareas más duras sin protestar ni pedir alivio.

Escultura conmemorativa
del traslado de la Cruz.
El santo volador.
Pero por lo que ha pasado a la fama José de Cupertino es por su profunda vida mística y unión con Dios. Sus éxtasis (unión profundísima del alma con lo sobrenatural) comenzaron el 4 de octubre de 1630, fiesta de San Francisco, y eran tan frecuentes y elevados, que le prohibieron celebrar misa en público, o asistir a cualquier otra devoción, por el asombro que causaba en los fieles. La sola mención de Dios, o un misterio de la fe, lo transportaba y le hacía perder los sentidos. Y la cosa fue a más cuando comenzó a elevarse por los aires. Más de 70 éxtasis y elevaciones están perfectamente registrados por los religiosos u otras personas que fueron testigos. Como buen místico era humilde y obediente, al punto que bastaba la palabra del superior para que volviese de los éxtasis, a los que él llamaba “mareos” y retomara sus oficios.

Hay tres casos que merecen relatarse, pues han pasado a la iconografía del santo: el primero es el de la cruz pesadísima que iba destinada a situarse junto al santuario de la Virgen, situado en lo alto de un monte. Ni diez obreros podían con ella, ante lo cual, el santo hizo una breve oración, tomó la cruz y elevándose por el aire, la depositó tranquilamente en el sitio elegido. El segundo, ocurrió frente al embajador de España y su mujer. Estos dos personajes quisieron conocerle, pues dudaban de lo que se contaba del fraile “volador”. José salió de la clausura y al entrar a la iglesia, miró la imagen de Nuestra Señora e inmediatamente entró en éxtasis y se elevó hasta la imagen, quedando su rostro a unos centímetros del de la Virgen. Luego de unos instantes de profunda oración, descendió al suelo. Y avergonzado, el humilde santito. Y el último caso, hay que traerlo a colación pues ocurrió ante el mismo papa Urbano VIII, al que le llegaron acusaciones de falsedad, hechicería y falacias de los frailes y de José de Cupertino. Hablando con el papa, sin defenderse, quedó absorto y comenzó a elevarse. El duque de Hannover, fue testigo del hecho y al ver aquello, abandonó la herejía protestante y se convirtió. Años después también convertiría al príncipe luterano John Frederick mientras celebraba la misa.

Aunque era inocente de las acusaciones de estafador, y así lo declaró el Santo Oficio luego de tres años de investigaciones, los superiores le enviaron a varios conventos lejanos (Asís, Fossombrone, y finalmente Ossimo en 1656) para alejarle de las multitudes y poner paz en Cupertino, pero daba igual, la gente ávida de portentos y milagros (más que del Evangelio), le seguían adónde iba. También padeció las noches oscuras de la fe, donde la sequedad espiritual es grande y Dios parece haberse escondido. Es un estado espiritual del alma en la que aunque no se perciben los consuelos de Dios, la fe actúa y es lo que sostiene al alma. Tal vez por ello siempre aconsejaba a todos: "Orad, no cansaros nunca de orar. Dios no es sordo ni el cielo es de bronce. Todo el que pide, recibe".

Imagen del santo que se venera
en Santa María della Grotella.
Otros dones místicos.
También destacó José por su poder con los demonios, a los que conminaba en el nombre de Cristo. Llegó a liberar a varios posesos que le llevaban a su convento. Aunque no se sentía con fuerza para esto, lo hacía por obediencia a sus superiores. Era un buen confesor, tenía don de conciencias y sin que le dijeran nada, podía saber lo que pesaba a las almas. Y si le ocultaban un pecado, igualmente lo sabía, haciendo que el pecador lo reconociese. Igualmente tuvo el don de la bilocación, que se hizo evidente cuando pudo estar junto a su madre moribunda, mientras estaba en su celda de Asís. Y más de una vez se le vio multiplicar panes, miel. Más de un enfermo y moribundo salió de su presencia totalmente curado. A veces con solo besar su crucifijo, sin que el santo hablase o hiciese algo especial. Y con respecto a la profecía, conocidas son aquellas en las que anunció las muertes de Urbano VIII e Inocencio X.

Al cielo.
El 15 de agosto de 1663 se le permitió decir misa en público, por ser día de la Asunción. Y fue su última misa, pues luego del éxtasis que vivió, cayó enfermo. Su estómago se negaba a recibir alimento alguno, arrojándolos al instante. Solamente podía recibir la comunión, que se le dio como viático el 8 de septiembre. Murió el 18 de septiembre siguiente, con solo 60 años. Fue enterrado el día 20, en la capilla de la Inmaculada, a la izquierda del altar mayor. Las peregrinaciones y los portentos no demoraron en aparecer, siendo un flujo constante de devoción. En En 1688 se inició el proceso apostólico de canonización, que será aprobado en 1690. En 1735 fue declarado “Venerable”, fue beatificado el 24 de febrero de 1753, por Benedicto XIV y canonizado el 16 de julio de 1767 por Clemente XIII. En 1767, el ministro General de los Conventuales, Domenico Andrea Rossi manda publicar su “Vida y Milagros”. 

Su cuerpo incorrupto se venera en Ossimo. Es abogado de los aviadores, del Ejército del Aire italiano y de los astronautas. También es patrono de los estudiantes con dificultades.


A 18 de septiembre además se celebra a 
San Ferreol de Vienne, mártir.
San Lantpert de Friesing, obispo.

miércoles, 13 de junio de 2012

Cronología de San Antonio de Padua

San Antonio como capuchino.
Hoy, fiesta de San Antonio de Padua, patrono de este blog (junto a Santa Catalina de Alejandría y San Francisco de Asís) retomo una cronología que publiqué hace tiempo porque sí, porque me cae bien y le considero un santo milagroso, que siempre ha estado atento para ayudarme. Sirvan estos artículos de agradecimiento, como el agradecimiento que expreso a la web http://www.franciscanos.org, de donde extraigo y condenso la información.

Vida y cronología de San Antonio de Padua:


1195: Nace en Lisboa y en el bautismo recibe el nombre de Fernando Martín. No se conoce que día, ni quienes eran sus padres.

1201-1210: Frecuenta la escuela catedralicia.

1210:
A los 15 años sufre una grave crisis de pubertad. Ingresa en San Vicente de Fiora, Lisboa, comunidad de los Canónigos Regulares de San Agustín.

1212: Se traslada al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, para librarse de la importunidad de los amigos lisboetas que lo visitaban, turbando su paz interior. Aquí se forja su formación intelectual con grandes maestros y una rica biblioteca; aunque el la disciplina y espiritualidad de esta comunidad no eran tan elevadas como las de San Vicente.

1220: El 16 de enero ocurre el martirio de los protomártires franciscanos, Santos Berardo y compañeros (16 de enero), quienes habían pasado meses antes por Coimbra. Sus restos mortales fueron llevados por el Infante Don Pedro hasta Coimbra, y allí colocados en la iglesia de Santa Cruz, donde todavía son venerados y le mismo Antonio pudo hacerlo. Este testimonio de fe cala profundamente en Antonio, que decide conocer más a los hijos de Francisco de Asís. Este año recibe la ordenación sacerdotal, sin que se sepa la fecha

1220: Pasa a formar parte de la familia franciscana, con el deseo de ir a tierra de musulmanes para merecer compartir la corona de los santos mártires. Al obtener el permiso de los superiores, pasó de los Canónigos Regulares de San Agustín a los Hermanos Menores y cambió el nombre por el de Antonio. Hizo un breve noviciado, porque ya tenía formación y experiencia de vida comunitaria

1220-1221: Entre finales del otoño de 1220 y marzo de 1221, Antonio fue misionero en Marruecos, sin que se sepa en que ciudades y tampoco se conoce quien le acompañó, pues según la costumbre franciscana tenía que llevar consigo un compañero. Allí pasó gravemente enfermo todo el invierno hasta febrero de 1221; lo que le obligó a regresar sin haber alcanzado el deseado martirio. La nave sufre una tempestad y va a parar a Sicilia (las cosas de la providencia), donde le informaron de la celebración del Capítulo General en Asís, al que podían asistir los hermanos de toda la Orden e incluso los novicios. Allí conoció a San Francisco (4 de octubre y 17 de septiembre) y, al terminar el Capítulo, lo destinan al eremitorio de Monte Paolo en la Romaña.

1222: El 24 de septiembre acude a Forlí una multitud de frailes, entre ellos Antonio, para asistir a una ordenación sacerdotal. Antes de que los ordenandos se trasladaran a la catedral, se les debía dirigir una exhortación espiritual, y resultó que ninguno de los sacerdotes presentes se había preparado, por lo que rehusaron improvisar. El superior franciscano ordenó a Antonio que, para salir del paso, dijera dos palabras de edificación, y el santo, sin pretenderlo, puso de manifiesto su gran cultura bíblico-teológica, así como su profunda espiritualidad, para asombro y alegría de los asistentes. Esto le valió el oficio de predicador itinerante.

1222-1224: Predica a sus propios hermanos de hábito, a grupos de estudiantes, a confraternidades, pronuncia discursos en sínodos, en capítulos canonicales o reuniones monásticas, e incluso ante la curia pontificia. A su predicación moral y penitencial hay que asociar su acción pacificadora, su enseñanza de la Escritura a sus hermanos, su enfrentamiento con los herejes, etc.

El milagro Eucarístico
1223: Predica en Rímini, único de los lugares evangelizados por Antonio al que se refieren las fuentes históricas. Era una ciudad saturada de herejes, a los que Antonio se enfrentó con el Evangelio vivido coherentemente, las discusiones públicas, las exhortaciones al pueblo y los consejos personales. Cabe destacar la conversión de Bononillo, veterano dirigente cátaro. Aquí ocurren los milagros de la predicación a los peces, y el de la borrica que adora la Eucaristía (este último otros lo sitúan en Toulouse, dos años más tarde).

1223/24: Nombrado primer maestro de teología en Bolonia, con la aprobación de San Francisco, el cual le llama “mi obispo”, señalando que le agrada que enseñe teología a los hermanos, con tal que el estudio no apague el espíritu de oración y devoción. Antonio se dedicó a la enseñanza de la teología solo accediendo a las súplicas de los frailes, por una mejor formación de los predicadores, y tras aprobarlo Francisco.

1224-27: Apostolado en Francia, ante los albigenses, junto a los dominicos y los cistercienses. Maestro de teología y predicador en Montpellier, formando hermanos para predicar a los albigenses. Aquí se sitúan el milagro de bilocación del santo mientras predicaba, y algún otro.

1224-25: Mientras predica Antonio en el capítulo provincial de Arlés, se aparece San Francisco estigmatizado.

1226: Custodio de los hermanos en la región de Limoges. Funda un convento en Brive. En esta época se refieren actividades apostólicas, viajes y milagros: predicación en San Junien y anuncio de un hecho prodigioso; enfermo en la abadía benedictina de Solignac; predicación en el sínodo de Bourges, donde denunció el mal comportamiento del arzobispo, que se convirtió; guardián de los frailes en Le- Puy, donde realizó varios milagros o hechos prodigiosos.

1227: A finales de este año, regresa a Italia, como custodio de Limoges, para ir al Capítulo General de Asís, primero que se celebraba después de la muerte de San Francisco. Se desconoce si radicó en algún convento o continuó su predicación itinerante. Es elegido ministro provincial del norte de Italia, sin que se sepan claramente sobre que territorio. Las fuentes subrayan su ejemplaridad, clemencia y capacidad de conmover los corazones de los tibios y negligentes. Dejó el oficio de Provincial en mayo de 1230, luego del traslado de los restos mortales de San Francisco a la basílica que se le había construido.

Estampa devota
1228: Predica en Vercelli, y sus sermones dejaron una huella indeleble incluso en el clero de la catedral.
 
1229-1230: Antonio, provincial, participó en la misión pacificadora de la Iglesia en la Marca de Treviso, atormentada por los crueles enfrentamientos entre facciones de la nobleza., armonizando el cuidado de los frailes con los viajes de evangelizador y pacificador, tarea en la que buscó la colaboración de hermanos bien preparados; tuvo que visitar repetidas veces Padua y es probable que fijara allí su residencia, al menos temporalmente; como se concluye de la redacción definitiva de los Sermones dominicales y su profunda amistad con el pueblo paduano.

1230: Visita al papa Gregorio IX, para exponerle al Papa las dudas sobre cual era el valor jurídico del Testamento de San Francisco y como interpretar algunos pasajes de la Regla. Allí continuó ejerciendo el ministerio de la palabra, predicando y dando conferencias espirituales. Además, colaboró en la bula “Quo elongati”, con la que Gregorio IX trató de resolver las cuestiones que la Orden le había planteado.

1231: Del 5 de febrero al 23 de marzo, libre de la responsabilidad de cuidar de sus hermanos, se dedica plenamente a la predicación itinerante y a la preparación de sus sermones para las fiestas del año litúrgico; sin embargo, al acercarse la cuaresma, interrumpió este trabajo para dedicarse a la predicación, y, terminada la cuaresma, lo reemprendió en Camposampiero; la obra quedó bruscamente interrumpida para siempre en el sermón para la Conmemoración de San Pablo (30 de junio).

1231: El 13 de junio, sufre un colapso y, sintiéndose morir, pidió que lo llevaran a Padua, para estar con su comunidad a la hora del tránsito. Para no cruzar la ciudad por el centro y evitar así tumultos, se desviaron hacia el monasterio de las clarisas de La Cella. Aquí empeoró, se confesó, cantó a la Virgen el himno litúrgico “O gloriosa Domina”, tuvo la visión de Cristo, se le administró la unción de los enfermos, cantó con los frailes los salmos penitenciales, y, tras una media hora de sopor, expiró. Su entierro estuvo precedido de una serie de enfrentamientos y violencia: sectores de la población enfrentados, las monjas y los frailes, el podestà y el obispo, por el sitio donde enterrarlo. Finalmente se impuso el parecer de los frailes, y el martes 17 de junio los restos mortales fueron trasladados en procesión desde La Cella hasta la iglesia de Santa María, tras la misa solemne de Réquiem oficiada por el obispo.

Antigua representación
más fiel a la realidad
1231-1232: Su proceso de canonización fue uno de los más rápidos de la historia: duró menos de once meses, de julio de 1231 al 28 de mayo de 1232. Los milagros y la devoción de las gentes se multiplicaron a partir de aquel mismo 17 de junio, al tiempo que se multiplicaban las peregrinaciones. Gregorio IX puso de inmediato en marcha el proceso, y, cumplidos todos los requisitos, el 28 de mayo de 1232 decidió proceder a la canonización.

1232: El papa Gregorio IX canonizó a San Antonio el 30 de mayo de 1232 en la catedral de Espoleto, donde se encontraba entonces la curia papal.

1263: El 8 de abril, se realiza la Traslación de los restos mortales de San Antonio de la pequeña iglesia de Santa María a la nueva basílica construida en su honor, actos que presidió San Buenaventura (15 de julio), se encontró incorrupta la lengua del santo (aún se venera en un relicario).

1946: Con la Carta apostólica “Exulta, Lusitania felix”, de fecha 16 de enero, Pío XII declaró a San Antonio Doctor de la Iglesia, con el título de “Doctor Evangélico”.



Santa Almedha, virgen y mártir.

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