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martes, 11 de mayo de 2021

Del santo apóstol de Nápoles.

San Francisco de Geronimo, presbítero jesuita. 11 de mayo. 

Nació en Grottaglie, el 17 de diciembre de 1642, en una familia acomodada y fue el mayor de 11 hermanos. Fue un niño piadoso y caritativo. Una leyenda piadosa nos cuenta que, en una ocasión, tomó en secreto el pan de la cocina para darlo a unos pobres. Fue sorprendido por la madre, la cual lo regañó amargamente por dejar a los suyos sin pan para darlo a los demás. Al tiempo, le prohibió que lo volviera a hacer. El niño Francisco le respondió: "Pero madre, ¿temes, tal vez, que por causa de la limosna perderemos el pan en casa? engañada está. Mire el arca del pan y verá”. La madre fue, abrió el arca donde se guardaba el pan y la halló a rebosar. Ante este milagro, abrazó al hijo y desde entonces le dio libertad para dar limosna. 

Desde niño fue amante del estudio y la religión, por lo que, a los 10 años, fue confiado a un grupo de presbíteros que se encargaban de la educación de los niños. No solo estudió con estos santos varones, sino que, además, convivió con ellos, contribuyendo con su labor de catequista y sacristán. Si los presbíteros iban de misión y evangelizaban a los adultos, él hacía lo propio con los niños. 

A los 16 años la Iglesia le concedió la primera tonsura para ser sacerdote, ingresando al año siguiente en el seminario de Taranto. Luego de estudiar la filosofía y retórica en un colegio de jesuitas, fue ordenado subdiácono en 1664. Al año siguiente le enviaron a Nápoles para cursar los dos derechos. Fue ordenado presbítero el 18 de marzo de 1666, con 24 años, por lo que fue necesaria una dispensa al no cumplir los 25 años preceptivos. En 1668 obtuvo, además, la licenciatura en Teología, continuando el Doctorado. Sintió vocación jesuítica y pasó algunas pruebas para poder entrar. En especial la oposición de su padre, quien le reservaba una brillante carrera en el mundo eclesiástico, teniéndole ya apalabradas una canonjía con buenos beneficios. Mas finalmente aceptó, pues hombre piadoso era. 

Francisco ingresó en la Compañía de Jesús el 1 de julio de 1670, haciendo el noviciado al mismo tiempo que profundizaba la Teología. Su maestro de novicios, viendo sus virtudes y queriendo comprobar si eran farsa o cosa de Dios, se empleó en probarlas con deseos. Le daba los oficios más laboriosos y aunque los hiciera bien, en no pocas ocasiones le mandaba rehacerlo todo. Entre otras cosas, le quitó su ración diaria de agua para lavarse, mandándole que se lavara en el agua sucia donde se lavaban los calzones y las sotanas de los padres y estudiantes. 

Entre 1671 y 1674 misionó en la Apulia, bajo la dirección del célebre misionero Agnello Bruno, con gran éxito. Ya desde estudiante se revelaron sus dotes de predicador y su celo apostólico, unido a una profunda vida interior, de silencio y oración. No en balde sus compañeros le llamaban “el santo”. Terminada la Teología, en 1676 le enviaron a misionar a Nápoles, lugar que sería su púlpito durante 40 años, aunque su deseo era ir a las misiones de la India o Japón. El 8 de diciembre de 1682 hizo su profesión solemne como jesuita. Francisco se lanzó a una misión popular constante y sin descanso: predicaba encendidos sermones en las calles y plazas, logrando sonadas conversiones. No podemos dejar de mencionar la conversión de María Elvira Cassier, una joven que había asesinado a su padre y, vestida de hombre había sido soldado al servicio de España. La predicación del santo la movió a confesarse y cambiar de vida. Además, la dirigió espiritualmente en adelante. 

Los terceros domingos de cada mes, además, guiaba a los que oían sus prédicas a la iglesia de los jesuitas, donde un ejército de sacerdotes oía confesiones durante todo el día, a la par que se celebraban misas y funciones religiosas. Todo terminaba con una fervorosa Comunión General. Las prostitutas fueron de la clase más tocada por sus sermones, arrancando a no pocas de la mala vida.

Además, predicaba en los muelles, donde el pecado y la blasfemia eran pan diario. Visitaba las cárceles, tenía una legión de piadosas personas, muchas convertidas, que le ayudaban visitando a los enfermos y socorriendo a los pobres. Él era el apóstol y numerosos laicos eran sus discípulos. y aún tuvo tiempo para predicar en otras regiones, como Los Abruzos o Sannio. En la invasión austríaca de 1707, cuando España perdió Nápoles, Francisco logró que los españoles no bombardearan la ciudad en respuesta, alcanzando además que no hicieran sitio y no llegara la hambruna y la enfermedad. Asimismo, su imponente y respetada persona consiguió detener saqueos y abusos por parte de los invasores.  

Carta autógrafa del santo.
Pude venerarla en la
misión Santa Clara, California
.
Fue nuestro santo un apóstol taumaturgo, y los milagros ocurrían a su alrededor. Él siempre los achacó a la intercesión de San Ciro (31 de enero), cuya reliquia se veneraba en la casa jesuita de Nápoles y que De Geronimo siempre portaba en sus misiones y prédicas callejeras. También predicaba seguidamente de las virtudes y excelencias de la devoción a la Madre de Dios.  

El santo misionero entró al premio eterno el 11 de mayo de 1716 en su amada Nápoles. En 1806, restituidos los jesuitas en el reino de Nápoles gracias a Fernando IV, el papa Pío VII beatificó a De Geronimo el 2 de mayo del mismo año. Gregorio XVI lo canonizó el 26 de mayo de 1839, celebrándose por esta causa solemnes festejos en Nápoles y en toda la Orden Jesuita. Sus reliquias se veneran en la iglesia de Jesús, donde había vivido toda su vida napolitana. Su casa natal en Grottaglie también es un santuario, iglesia y convento jesuitas. 

Fuente:
-"Vita di San Francesco di Girolamo, sacerdote professo della Compagnia di Gesù." LONGARO DEGLI ODDI. Roma, 1839.


A 11 de mayo además se celebra a

San Gengulf, mártir.
San Mamerto de Vienne,
obispo.
Todos los Santos
Abades de Cluny
.
Santa Eustelle,
virgen y mártir.







 

domingo, 31 de enero de 2021

Del médico taumaturgo

San Ciro de Alejandría, médico, y compañeros mártires. 31 de enero y 28 de junio (traslación de las reliquias).

Fue Ciro un médico cristiano de Alejandría, quien atendía a los pobres sin cobrarles por sus servicios, y a quienes, sobre todo, evangelizaba con su palabra y ejemplo, convirtiendo a muchos a Cristo. Cuando estalló la persecución a los cristianos imperando Diocleciano, Ciro hubo de huir a Arabia, donde vivió como eremita, aunque sin abandonar su profesión de médico.

Allí se le unió Juan, un soldado de Edesa que estaba destinado en Jerusalén. En la Ciudad Santa supo del eremita egipcio que tantos portentos hacía y allí se fue a ser su discípulo en la oración y la penitencia. Al cabo de un tempo ambos conocieron como padecían los cristianos encarcelados en la ciudad de Canoppe. Especialmente les conmovió la historia que supieron de una mujer llamada Atanasia, quien padecía con sus hijas Teodota, Teoctista y Eudoxia, quienes estaban enfermas en la cárcel. Sin pensarlo allá se fueron a socorrerlas y con ellas a los demás.

Ambos fueron apresados y metidos con los demás en la cárcel, donde Ciro les alentó a perseverar en la fe de Cristo y como pudo les iba cuidando sus heridas. Fueron sometidos a varios tormentos y finalmente los seis invictos confesores fueron decapitados. Apenas la persecución terminó, las reliquias de los mártires, que habían sido cuidadosamente guardadas, fueron depositadas en el altar de la basílica de San Marcos en Alejandría. De allí San Cirilo de Alejandría (27 de enero) las trasladó a Menuthis en el siglo V, y las puso en un templo de Isis convertido en basílica, que tomó el nombre de Abukir, o sea, "Padre Ciro”.

Probablemente habría pasado desapercibido en Occidente de no ser por la traslación (o expoliación) que los cruzados hicieron de sus reliquias, llevándolas a Nápoles, desde donde su culto se extendió como santo médico taumaturgo. La iglesia de los jesuitas "Gesu Nuovo" obtuvo custodiar las reliquias, y desde allí muchos misioneros italianos llevaron partículas de sus reliquias a las misiones y de algún modo exportaron su devoción. Gran devoto suyo fue el misionero jesuita San Francisco de Gerónimo (11 de mayo), quien tenía consigo una reliquia del brazo del santo que le acompañaba siempre y por medio de la cual obró grandes milagros. 

A 31 de enero además se recuerda a:

Santa Ulpia, virgen.
Santa Marcela, viuda.

jueves, 20 de septiembre de 2018

De verdulero despreciado a santo amado.

Beato Francisco de Posadas, presbítero dominico. 20 de septiembre. 

Nació en Córdoba el 25 de noviembre de 1644 en una familia que había sido ilustre en Galicia, pero venida a menos y dedicada al duro trabajo diario cuando Francisco nació. Llegó al mundo luego de años sin hijos, y después de una promesa de su madre a la Virgen de la Fuensanta. Eran los tiempos en que la pobreza no era un justificante para no tener hijos que amar. El pequeño Francisco cursó los primeros estudios en la escuela para niños pobres, dirigida por Diego de Villalobos, quien le tenía mucha estima al pequeño Francisco. Poco tiempo pudo estudiar, pues su padre murió cuando era pequeño aún y su madre se volvió a casar con un hombre severo y áspero que le sacó del colegio jesuita para ponerle de aprendiz y que ganara salario. Fue enviado a trabajar para un cordelero que le maltrató durante años, haciéndole trabajar horas y horas, alimentándole mal y abusando de su mansedumbre.

A los 15 años Francisco quiso tomar estado religioso, en contra de la voluntad de su padrastro. Entró al colegio de los dominicos gracias a la insistencia de fray Miguel de Villalón, quien veía las virtudes del jovencito, más allá de su precariedad. Tampoco este tiempo de formación le duró mucho, pues su madre, la verdulera María, quedó viuda y el joven hubo de volver a casa a ayudarle a subsistir. Vendió verduras y huevos por las calles, siempre humilde y sufrido, paciente con los que se burlaban y le ofendían por sus pretensiones de ser fraile, siendo un miserable.

Su entrada al convento de los dominicos, donde ingresaban los jóvenes de la alta sociedad se hizo casi imposible, pues el prior de San Pablo se negaba a admitirle sin ni siquiera entrevistarle. Entonces el buen Fray Miguel consiguió le admitiesen en el convento de Scala Coeli, en Jaén. Saberlo el prior de San Pablo y ordenar su expulsión, aún sin que Francisco llegara a Jaén, fue lo mismo. Finalmente, luego de mediar algunos frailes, se le admitió en Scala Coeli, pero prometiendo al prior de Córdoba que el joven, si profesaba, no pisaría jamás su convento de Córdoba. Sucede que allí era donde los religiosos recién profesos completaban sus estudios. Por ello, al profesar, Francisco fue enviado al convento de Sanlúcar.

A pesar de tantos desagravios, Francisco siempre se mostró alegre, humilde y paciente, y nunca se le oyó decir palabra alguna a su favor, ni mucho menos en contra de los frailes de Córdoba. Luego de su profesión, sobresalió en los estudios como pocos frailes, y sus virtudes se acrecentaron con la oración, la meditación, la penitencia y la observancia regular. Fue ordenado presbítero en Guadix en 1668, y allí comenzó su ministerio apostólico, evidenciando pronto que sería un excelente predicador y director de almas. Todos le querían y respetaban, querían confesarse con él y seguir sus máximas. Su fama llegó a tanto que el Vicario General, Fray Enrique de Guzmán, lo quiso llevar junto a sí como secretario y consejero. Pero Francisco se negó humildemente, prefiriendo su misión apostólica entre sus amados feligreses.

La promesa hecha al prior de Córdoba no se cumplió y apenas hubo un nuevo superior, este le invitó a predicar allí cuantas veces quisiera. Y así lo hizo, conquistando muchos corazones para Cristo. Fue nombrado administrador del Hospicio de Scala Coeli, donde recibió las palabras premonitorias: "Esta será tu cruz". Y así fue, pues sufrió muchísimo a causa de la oposición que otro religioso le hizo, llegando a calumniarle e intrigar contra él para lograr su deposición. El santo fraile no se defendió, sino que confiando en la Providencia, se fue a su nuevo destino: predicador por diversos pueblos de la provincia andaluza. A su regreso, su “enemigo” estaba arrepentido del mal causado, le pidió perdón públicamente y Francisco lo concedió sin más.

Treinta años misionó Francisco, el verdulero, por toda Córdoba y sus alrededores. Obispos y nobles le pedían oír su verbo encendido, mas su predilección era predicar a los pobres y a los niños. Y no es que su predicación fuera condescendiente, sino todo lo contrario: era veraz y denunciaba los vicios públicos sin ambages. Criticaba la inmoralidad y riqueza del clero, la displicencia de los gobernantes, la usura de los judíos, o la impudicia de las mujeres. 

Reliquias del Beato.
Era devoto de la Pasión de Cristo y del santo rosario, devoción de la que fue excelente propagador, como no. Se disciplinaba siempre, oraba largas horas y visitaba a los pobres y enfermos, para los cuales fundó un hospicio. Fue al mismo tiempo escritor prolífico, apologeta y biógrafo. Destaca su "Vida del glorioso Patriarca Santo Domingo de Guzmán". Denunció los errores del escritor hereje Miguel de Molinos en su opúsculo "Triunfos de la castidad contra la lujuria diabólica de Molinos". También se conservan una serie de sermones que llevan el simpático título de "Ladridos evangélicos del perro dados a la Nobilísima Ciudad de Córdoba en su ilustre Cabildo los jueves de Cuaresma", siendo el mismo tal perro, "Domini cane". En dos ocasiones quisieron hacerle obispo, pero no hubo forma de hacerle obedecer, pues prefería el púlpito a la cátedra.

Francisco de Posadas el 20 de septiembre de 1713, lleno de méritos, y el mismo día, pero de 1818, fue beatificado por Pío VII. Con ocasión de esta ceremonia, narra la "Gaceta de Madrid":

"El domingo 20 de setiembre se ha celebrado en el templo Vaticano la Beatificación de Francisco Posadas, religioso del Orden de santo Domingo de la provincia de Andalucía en España (…) no solo los ciudadanos de Córdoba y el Orden de santo Domingo, sino también los piadosísimos Reyes de España, los obispos de aquella ínclita tierra, siempre célebre por su adhesión á la piedad cristiana y los más ilustres personajes, presentaron sus instancias y las de aquellos pueblos a la santa Sede apostólica, para que se formasen los debidos expedientes sobre las virtudes y milagros de este siervo de Dios.
(…) En medio de la parte exterior del augusto templo Vaticano se descubría el magnífico estandarte que representaba al Beato Francisco Posadas. Estaba adornado el estandarte con una media caña trabajada primorosamente y dorada; y lo cubría un dosel, cuyas cortinas laterales estaban prendidas con ricos y vistosos cordones. (…) Dentro del pórtico majestuoso de dicha Basílica, sobre la puerta principal, se veía un cuadro que representaba un milagro que el Beato hizo cuando aun vivía. Este hermoso cuadro que era de figura cuadrilonga estaba magníficamente adornado con un marco labrado y dorado. En su parte superior, bajo la colgadura de damasco guarnecido son galones y franjas de oro, estaba el escudo de armas de la ciudad de Córdoba; y a los lados se veían dos niños al claro-oscuro que simbolizaban el uno la pureza, y el otro la doctrina: estas dos figuras, además de hermosear el cuadro, hacían un juego admirable con la arquitectura de la gran puerta.
(…) Bajo los dos arcos se habían colocado dos grandiosos medallones de figura oval con sus marcos, o ambos sostenidos por dos ángeles, que estaban en actitud de volar, y adornados por un grupo de lirios y muchas luces. El medallón de la mano derecha representaba uno de los dos milagros que había aprobado la Santidad de N.S., Pio Papa VII, para fundamento de la Beatificacion (…) [y en el] medallón opuesto de la mano izquierda representaba el otro milagro.
(…) Sobre la majestuosa cátedra de san Pedro, y precisamente en el centro donde se reúnen los rayos, resplandecía glorioso el Beato Francisco Posadas en un hermosísimo cuadro ovalado, cuya belleza realzaba mucho el costoso marco que tenía. En la extremidad superior del cuadro se presentaban con mucha gracia dos hermosos niños en actitud de sostener una corona de azucenas entre el resplandor de las luces, y delante del cuadro brillaban otras muchas dispuestas con bella simetría.
(…) Al entonar el Te Deum se descubrió la imagen del nuevo Beato que ocultaba una cortina de raso verde: al mismo tiempo resonó alegremente la artillería del castillo, y continuó el solemne Te Deum cantado por dos coros de música escogida. El Ilmo. y Rmo. Monseñor Francisco Guerrieri cantó después la misa solemne con el mismo acompañamiento; con lo cual se dio fin a la sagrada función de la mañana. A las 4 de la tarde el Rmo. Cabildo cantó las vísperas; y concluidas éstas, la Santidad de Ntro. Beatísimo Padre (…) se dignó de pasar a dicha Basílica; donde rodeado de una numerosísima concurrencia, después de haber hecho sus actos de Religión ante los altares del Santísimo Sacramento y de la santísima Virgen María, manifestó devotamente a todos los fieles con su ejemplo que veneración y culto puede darse al dignísimo Siervo de Dios, Francisco Posadas, colocado por él mismo en los altares".

Fuentes:
-Testigos de Ayer y Hoy.
-G
aceta de Madrid.
-dominicos.org
-"Compendio histórico de las vidas de los Santos canonizados y beatificados del Sagrado Orden de Predicadores". Fr. Manuel Amado. O.P. Madrid, 1829.

A 20 de septiembre además se celebra a:

miércoles, 19 de septiembre de 2018

"El Santo del pueblo".

San Francisco María de Camporosso, religioso capuchino. 19 de septiembre.

Nació el 27 de diciembre de 1804 en una aldea de la Liguria. Se llamaba Juan, y sus padres se llamaron Anselmo Croese y María Antonia Gazzo. Fue el tercer y último hijo del matrimonio. De niño fue pastor, y muy joven conoció a un fraile conventual que con sus consejos le enamoró de Cristo. Así, muy joven se hizo terciario franciscano y a los 18 años entró como Hermano Donado al convento de los franciscanos conventuales, a cambio de algo de educación y comida. Le costó mucho que su padre accediera a su vocación religiosa, pues necesitaba sus brazos para sostener la economía familiar. Pero las constantes oraciones y penitencias del joven lograron ablandar algo el corazón del padre.

Fue un humilde religioso, penitente y abnegado. Obedientísimo y siempre dispuesto a ayudar. Pero la vida de los conventuales no le parecía lo suficientemente austera, por lo cual en 1825 pasó a los franciscanos capuchinos, a los que conocía en su conventito de Sestri. Tomó el hábito en Righi, llamándose desde entonces Francisco María de Camporosso, pues era habitual en los capuchinos añadir el Dulce Nombre de María y el lugar de procedencia como nombre y apellido religioso.
Como a sus 20 años apenas tiene estudios los superiores deciden quede como Hermano, lo cual agrada al humilde Francisco, que no se ve como presbítero. Terminado el noviciado, le envían al convento de la Concepción de Génova, como limosnero. Primero fue ayudante de un anciano fraile experimentado en la colección de limosnas, sufriendo muchas humillaciones y desplantes del mismo. No por maldad, sino solamente para "templarle en la virtud", como era estilado en la vida religiosa de antaño. Varios años recorrieron juntos el valle del Bisagno. Sobre 1830 su superior le nombre limosnero de Génova, dándole la posibilidad, sin pretenderlo, de hacer una grandísima obra de apostolado que aún se recuerda.

Francisco se desvive en su labor. Pide limosna, pero también la da a los más pobres que él. Con gran caridad, amonesta, previene, da ejemplos. A los ricos les hace ser más caritativos, a los pobres ayuda empleándoles. Visita todas las iglesias que puede, donde ora largamente. Lleva a los niños al Sagrario y a la Madre de Dios, les regala estampas y les enseña el camino del cielo. Atiende a enfermos y paralíticos. Hace milagros y reparte amor, siempre. Su consejo será muy preciado por todos, pues tiene los dones de conciencias, consejo y profecía. Le llaman "el santo del pueblo". Evangeliza en los puertos, saca a prostitutas de la mala vida, bendice los lugares con solo su presencia, reconcilia enemigos, hace que se perdonen deudas. Y siempre lleva los nombres de Jesús y María en los labios.


Cuerpo incorrupto del santo.
En 1859 le ataca una epidemia que le deja las piernas llenas de llagas, pero el santo fraile no se detiene por ello. Sigue su labor de evangelización y caridad. La fama no le gana y su humildad no se resiente. Ni aplausos ni premios le envanecen, sino que sigue sintiéndose el último de los hijos de San Francisco. En 1866 una epidemia de cólera asola Génova, muchos huyen, frailes incluidos, mas Francisco María permanece junto a los enfermos. Se hace presente en el Lazareto de la ciudad, consolando, curando, socorriendo. Allí cae enfermo del mismo mal, se prepara piadosamente al encuentro con Cristo y fallece santamente el 17 de septiembre de 1866, fiesta de la Impresión de las Llagas de su Padre San Francisco, como un auténtico mártir de la caridad. 

Fue beatificado por Pío XI el 30 de junio de 1929 y canonizado por San Juan XXIII el 9 de diciembre de 1962, luego de verificarse numerosos y estupendos milagros. Su cuerpo se venera incorrupto.

A 19 de septiembre además se celebra a:


Santa María de Cervelló,
virgen mercedaria
.
San Rodrigo
de Silos, abad
.
San José Ma. Yermo,
presbítero fundador
.
Otros muchos santos.





 

martes, 18 de septiembre de 2018

Por los Dolores de María, los niños y el martirio.

Beato Ambrosio María de Torrent, presbítero Terciario Capuchino de la Virgen de los Dolores y compañeros mártires. 18 de septiembre.


Beato Ambrosio María.
El Beato Ambrosio María, quien encabeza esta lista nació en Torrent, Valencia, el 16 de abril de 1866, y fue bautizado como Salvador Chuliá. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Valencia, pero apenas recibió el diaconado, tomó el hábito de los Terciarios Capuchinos de la Virgen de los Dolores. Esta Congregación fue fundada por el obispo Venerable Luis Amigó y Ferrer, para dedicarse a la educación de niños y jóvenes, y a la reeducación de los menores con problemas sociales y peligro de exclusión. Comúnmente se les llama "amigonianos".

Fue ordenado presbítero el 4 de abril de 1892 y profesó solemnemente el 5 de julio de 1898. Fue un presbítero culto, gran confesor y director espiritual de religiosos y alumnos. Devoto de la Eucaristía, humilde, paciente y muy obediente, fueron las características recordadas por quienes le conocieron.

Iniciado en España el Alzamiento en julio de 1936, toda la zona Valenciana quedó bajo el control de los comunistas, quienes se dedicaron a una pensada masacre del clero y los católicos. Los religiosos Terciarios fueron desalojados de su convento-colegio el 20 de julio del mismo año. Ambrosio fue apresado el 21 de agosto y conducido a la prisión "La Torre", de su natal Torrent. Allí, junto a 9 terciarios capuchinos más, llevó vida de religioso. Oraban, cantaban y se predicaban y alentaban unos a otros. Los días 15 y 17 de septiembre especialmente animosos cantaron el Oficio Divino, pues eran los días de su Madre Dolorosa y la Estigmatización del Padre San Francisco. El 18 de septiembre Ambrosio fue sacado de la cárcel y llevado a "La Mantellina", donde fue asesinado por los comunistas, junto a otros sacerdotes y religiosos. Sus reliquias se veneran en la Capilla de los Mártires, en la iglesia conventual de Santa María de Monte Sión, Torrent.

El Beato Modesto María, nació como Vicente Gay, el 19 de enero de 1885. Desde niño fue terciario franciscano como sus padres. Con los Terciarios Capuchinos estudia y con ellos toma le hábito el 6 de enero de 1903, emitiendo los votos perpetuos en 1911. Siempre quiso ser sacerdote, pero los superiores prefirieron fuera Hermano Coadjutor, dedicado a la formación laboral de los jóvenes extraviados y reeducados. En 1916 fue destinado a Torrent, donde fue educador y ecónomo de la casa religiosa. Fue hombre recto, escrupuloso en su trabajo, sencillo y humilde. Estallada la guerra, los comunistas le apresaron el 8 de septiembre de 1936, de donde fue sacado el 18 del mismo mes para ser asesinado. Sus reliquias también se veneran en Santa María de Monte Sión, Torrent.

El Beato Valentín María fue bautizado como Vicente Jaunzarás Gómez, habiendo nacido en Torrent, el 6 de marzo de 1896. También fue educado Terciarios Capuchinos, tomando su hábito el 15 de octubre de 1911 y profesando perpetuamente en 1920. Fue un excelente educador, verdadero padre de los muchachos necesitados de un buen ejemplo que seguir. Era recto, pero comprensivo, alegre, optmista y muy piadoso. Su gran voz fue oída en medio pueblo cuando cantaba durante su reclusión, desde el 28 de agosto de 1936 hasta el 18 de septiembre, cuando con los demás fue sacado de la prisión y asesinado a causa de su fe católica y condición de sacerdote.


Beato Francisco María
El Beato Francisco María se llamó Justo Lerma Martínez, y nació en Torrent el 12 de noviembre de 1886, siendo hijo de terciarios franciscanos. Vistió el hábito "amigoniano" el 14 de abril de 1905, y en 1907 profesó sus primeros votos. Fue destinado a Yuste, Cáceres, donde se desempeñó como religioso coadjutor. En 1912 fue trasladado al Colegio Fundación Caldeiro, Madrid, donde vivió 25 años como profesor, siéndolo además, notable. Además, era parco, serio y muy esforzado en la educación. Cuando arreció la persecución religiosa en 1936, los religiosos y los alumnos fueron expulsados de su Colegio, que fue transformado en Checa, o sea, en un sitio de terror, torturas y crímenes de los socialistas y comunistas. Fray Francisco María se fue a su casa natal, junto a sus padres, donde fue detenido por orden del Comité, a finales de agosto. El 18 de septiembre sería asesinado con sus hermanos de hábito y otros presbíteros.

Beato Recaredo María, religioso profeso de los Terciarios Capuchinos, nació en Torrent el 22 de agosto de 1874, siendo nombrado José María López Mora. Ingresó con los religiosos el 21 de junio de 1889, profesando el 8 de diciembre de 1896 en la Escuela de Reforma de Santa Rita, en Madrid, donde había sido trasladado. Nunca quiso ser sacerdote, sino religioso entregado a la educación. Fue muy caritativo y paciente con los jóvenes peligrosos que educaba. Era piadoso, observante e incansable en su labor educativa. Luego de años en Madrid, le destinaron a su pueblo natal, convento y colegio de Ntra. Sra. de Monte Sión, donde se empeñó en la fundación de las escuelas nocturnas para los jóvenes trabajadores. También organizó el catecismo parroquial.
Luego del Alzamiento fue expulsado del convento de Torrent, como todos los religiosos. El Hermano Recaredo quedó en casa de una sobrina hasta el 4 de agosto, cuando fue recluido con sus hermanos. Al amanecer del 18 de septiembre, juntamente con el P. Ambrosio y el P. Valentín, Fr. Modesto y Fr. Francisco, fue asesinado vilmente por "odium fidei".

Estos cinco atletas de la fe fueron beatificados por San Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.

Fuente:
"Héroes de Ayer y Siempre".

A 18 de septiembre se celebra además a:


San José de Cupertino,
franciscano conventual.
San Ferreol de
Vienne, m
ártir.
San Lantpert de
Friesing, obispo
.




miércoles, 20 de junio de 2018

Beato Francisco Pacheco y compañeros mártires.

Beato Francisco Pacheco, jesuita y compañeros mártires. 20 de junio y 4 de febrero (Todos los Mártires Jesuitas).


Francisco Pacheco.
Francisco Pacheco en Ponte do Lima, Portugal en 1556. Sus padres, de noble sangre, se llamaron García Lopes Pacheco y María Borges de Mesquita. Fue un niño piadoso y amante de la lectura. Siendo pequeño leyó el “Flos Sanctorum” y se propuso ser mártir por Cristo. Ya joven, supo de la recién fundada compañía de Jesús y sus esfuerzos misioneros y todo su deseo fue formar parte de la Compañía. Estudiando en Lisboa conoció a algunos de estos jesuitas que volvían de Japón y ya decidido, el 30 de diciembre de 1585 tomó la sotana en el convento de Coimbra.

En este lugar estudió la filosofía y comenzó la Teología, la cual continuó en la India en 1592. Fue ordenado presbítero en la misión de Achter-Azië, terminó la Teología en Macao. Fue enviado a Japón como misionero en Meaco y Osaka. En 1604 regresó a Macao, en cuya escuela de los jesuitas fue profesor de Teología. En 1612 fue relevado de esta tarea y regresó a Japón, donde su labor apostólica produjo muchas conversiones a la fe de Cristo. Asentó su centro evangelizador en Cochmotzu, desde donde podía visitar más fácilmente las numerosas misiones. Conociendo de su trabajo, el papa Pablo V le nombró Vicario Episcopal del obispo Cerqueira, y, además, luego le nombraría Administrador Apostólico en sustitución del mismo prelado.

Hacia 1616 los cristianos en Japón ya eran una buena cantidad, sobrepasando los dos millones, y la influencia occidental era considerada un peligro para el imperio. Por ello, ese mismo año, se emitió la llamada Orden de Extranjería según la cual se expulsaba a todos los occidentales del país, misioneros incluidos. Temiendo los gobernantes la reacción de los cristianos nipones, a la par se emitió una condena del cristianismo, que obligaba a los naturales japoneses a apostatar de Cristo. La persecución estaba desatada. Sin embargo, en la zona de Arima, donde estaba Cochmotzu, el gobernador local no tenía deseos de problemas y dejó que los misioneros continuaran por allí, aunque a escondidas y sin notarse. El padre Francisco redobló su actividad, apoyado por otros misioneros y laicos japoneses muy valientes.

En 1621, en medio de la persecución, Francisco fue nombrado Superior Provincial de los Jesuitas. Como vimos, al principio fueron tolerados, pero en 1625 la situación llegó al extremo y el gobernador no pudo protegerles más. Ese mismo año, el 18 de diciembre, día de Nuestra Señora de la Esperanza, nuestro Francisco Pacheco fue denunciado por un cristiano que había apostatado. El padre se hallaba oculto en casa de dos hermanos católicos llamados Matías Cisaiemon y Mancio Araki. Junto a estos fue llevado a la prisión de Ximabara, donde fueron maltratados durante meses. A pesar de todo, los padres y laicos vivían la fe de modo admirable. Oraban, se confesaban, y se preparaban para lo peor (o lo mejor, siendo piadosos).

Hago un paréntesis para mencionar a los compañeros del santo Pacheco, pues dignos son de ello:


Beato Baltasar Torres.
Beato Juan Bautista Zola nació en Brescia en 1575. Entró en la Compañía de Jesús antes de los 20 años de edad. En 1603 llegó a la India, donde colaboró en las misiones. En 1605 pasó a Japón, siendo trasladado a Arima en 1614. Comenzada la persecución, quedó oculto como el P. Francisco. Beato Pedro Rinsei había nacido en Arima, y desde niño estuvo en la misión jesuita de su ciudad. Los jesuitas le formaron muy bien, y a los 17 años comenzó a impartir catequesis, labor que desempeñaba con gran celo en 1616, cuando comenzó la persecución. Beato Gaspar Sadamatsu era un japonés de Omura, y había sido un devoto de su religión hasta que, gracias a las misiones y a su amor por el saber, estudió la fe cristiana y se convirtió. Entró en la Compañía de Jesús y en 1616, cuando comenzó la persecución había trabajado en las misiones durante casi 40 años. Era el Hermano Coadjutor de la misión y se hallaba escondido en la casa de los esposos Beatos Pedro Kioboie y Susana Araki, quienes también fueron arrestados y terminarían siendo martirizados.

Beato Vicente Kaun era coreano y a los trece años de edad fue capturado como prisionero de guerra durante la guerra entre Corea y Japón. Fue trasladado a Japón y al ser liberado fue admitido a la escuela de los jesuitas. Se convirtió a la fe cristiana y pronto fue de gran ayuda para los padres, pues hablaba coreano, chino y japonés. También era catequista cuando comenzó el tiempo difícil para los cristianos. Al ser apresado el Gobernador notó sus conocimientos lingüísticos y le pidió que se convirtiera en su secretario, pero Vicente se negó, por seguir su destino con los cristianos. Beato Juan Kinsaku, era laico de Cochmotzu y catequista de la misión. Gran amigo de nuestro padre Pacheco, que le conocí casi desde niño. El Hermano Sadamatsu intentó salvarle diciendo a los soldados que Juan solo era un sirviente de la misión, pero Juan respondió: "Llevo mucho tiempo con los sacerdotes y no pretendo abandonarlos ahora". Estando en la prisión de Ximabara pidió al P. Pacheco le admitiera en la Compañía de Jesús. 


Pacheco y compañeros.
Beato Pablo Xinsuki también era natural de Arima y catequista y también fue admitido en la Compañía estando preso. Beato Miguel Tozo, también natural de Arima, era catequista y acólito del padre Baltasar de Torres. Este sacerdote había nacido en Granada, España, en 1563. Estudió con los jesuitas, y con ellos aprendió a vivir para Cristo. En 1576 tomó la sotana en el noviciado de Navalcarnero. Fue ordenado presbítero en Japón, sobre 1600. Misionó en Zu, Osaka Meako, Noto y Ganga. Ambos fueron arrestados el 15 de marzo de 1626, cuando el P. Baltasar celebraba la santa misa.

Después de meses de privaciones, torturas y castigos todos fueron condenados a muerte, siendo quemados vivos en la hoguera el 20 de junio de 1626. Los soldados vigilaron hasta el último rescoldo, para que los cristianos no pudieran recoger ni una reliquia, y las arrojaron al mar.

Fueron beatificados el 6 de julio de 1867 por el Beato Pío IX (7 de febrero) junto a otros 196 mártires del Japón.


Fuente:
- "Nuevo Año Cristiano". Tomo 6. Editorial Edibesa, 2001.


A 20 de junio además se celebra a:
Beato Habnit de Waldburg, pastor.
San Gobain, presbítero eremita y mártir.
Santa Aldegundis de Drongen, princesa y reclusa.

domingo, 6 de mayo de 2018

"...un hombre de carácter”. Y santo apóstol.

San Francisco de Montmorency-Laval, obispo. 6 de mayo.

Nació el 30 de abril de 1623 en Montigny-sur-Avre en una de las familias nobles más encumbradas y prestigiosas de la Francia pre-revolucionaria, estando solo por debajo de la Casa Real. Desde niño quería ser presbítero y dejó un cierto futuro brillante en el mundo para estudiar colegio jesuita de La Flèche, y ser sacerdote, no sin cierta oposición familiar.

El 1 de mayo de 1647 fue ordenado sacerdote, y en 1649 fue nombrado Archidiácono de la catedral de Evreux. Fue activísimo en la fundación del Seminario para las Misiones Extranjeras de París fundado para la evangelización de los pueblos, principalmente de Asia, recientemente colonizada en parte por los franceses. En 1653 fue nombrado vicario apostólico de Tonchin, Indochina, pero nunca llegó a asumir su cargo. Pensaba no abandonaría Francia cuando en 1658 el papa Alejandro VII le envió como Vicario Apostólico a la Nueva Francia, gran parte de los actuales Canadá y Estados Unidos. Fue consagrado como obispo en la abadía de Saint-Germain-des-Prés.

Desembarcó el 16 de marzo de 1659 y enseguida se puso a trabajar en dos direcciones: fortalecer la vida cristiana de los colonos y evangelizar a los indígenas. Fundó colegios, parroquias, protestó contra la explotación de los nativos, especialmente prohibió la venta de alcohol a los mismos, una situación que era usada por los franceses para engañar y dominar a los indígenas, no acostumbrados a beber. Los franceses les emborrachaban y obtenían pieles y otros objetos a bajo precio, o les robaban. Esto, por supuesto, le trajo persecución por parte de los colonos, pero su prestigio como hombre del rey y de la Iglesia les detuvo de hacerle daño. Además de su labor como sacerdote, eventualmente también fue Gobernador de Nueva Francia en 1663 y lo volvería a ser en 1682.

En 1674 el papa Clemente X creó la diócesis de Quebec y nombró a nuestro santo como su primer obispo. Su actividad apostólica en favor de los locales no cejó por el cargo, sino que aumentó ya que ahora además los sentía como sus propios hijos. En 1675 aprobó la Congregación de Nuestra Señora, fundada por Santa Margarita Bourgeoys (12 de enero), para la evangelización y la educación de los indígenas. Además, tuvo el inestimable apoyo de la gran Madre Santa María de la Encarnación Guyart (30 de abril), que sería su fiel colaboradora. Fundó un Seminario para la formación de los sacerdotes, el cual con el tiempo se convertiría en una prestigiosa Universidad donde se formarían la mayoría de los intelectuales canadienses. Varias veces viajó a Francia para exponer ante el rey las necesidades de los franceses y los nativos, denunciando los males y recabando apoyo de la Iglesia y algunos nobles.


Sepulcro actual del santo obispo.
En 1685, agotado de sus andanzas apostólicas, renunció a la labor pastoral y se retiró al Seminario, como un presbítero más, siempre atento a su nuevo obispo. Lleno de méritos y admiración falleció el 6 de mayo de 1708. Fue sepultado en la catedral-basílica Santa María de Quebec. En 1878 sus reliquias fueron trasladadas a la capilla privada del Seminario de Quebec. En 1890 el padre abate Augusto Gosselin escribió su "vita", en la cual dice: "Monseñor Laval era un hombre majestuoso, de modales nobles y dignos; tenía una figura alta; su actitud era seria y real. Todo en su persona inspiraba respeto y daba testimonio de un espíritu desarrollado: un hombre de carácter".

En 1950, iniciado su proceso de canonización, se trasladaron a la capilla exterior del mismo Seminario en 1993, siendo ya una Universidad el seminario, las reliquias del santo fundador "estorbaban" al creciente laicismo de Canadá (que ya vemos adonde la ha llevado) y fueron trasladadas a la catedral de Quebec, donde se veneran.

Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 22 de junio de 1980 y el papa Francisco lo canonizó 3 de abril de 2014.


Fuentes:
-"Nueva historia de la Iglesia". Tomo III. DR. HERMANN TÜCHLE. Madrid, 1987.
-"Saints of North America". VINCENT J. O’MALLEY. C.M. Indiana, 2004.
-http://www.thecanadianencyclopedia.com


A 6 de mayo además se celebra a:


Santa Avia,
virgen y mártir
.
San Juan
"Ante Portam Latinam"
.
La Invención
de San Mateo
.





lunes, 7 de noviembre de 2016

Desposado con Cristo y con la Iglesia.

Beato Francisco Palau y Quer, presbítero carmelita fundador. 7 de noviembre.

Nació este insigne místico carmelita en Aytona, el 29 de diciembre de 1811, en una familia pobre. En 1828, luego de diversos trabajos ingresó en el seminario de Lérida, gracias a una beca, donde estudió filosofía y teología, con excelentes resultados. En 1832 renunció a esa beca para tomar el hábito de carmelita descalzo en Barcelona, el 14 de noviembre del mismo año profesando el 15 de noviembre de 1833. Ya como profeso simple hubo de padecer la persecución, pues en el contexto de las guerras de 1835 su convento fue incendiado y hubo de huir, destacando que fue quien ayudó, exponiendo su vida, a huir a un fraile ciego.

El 2 de abril de 1836 fue ordenado presbítero en Barbastro, desplegando desde ese momento su apostolado de predicación, a la par que llevaba una vida de profunda oración, al más genuino estilo carmelita descalzo: Marta y María en perfecta armonía. En 1840 hubo de exiliarse a Francia por las injustas leyes de exclaustración de los religiosos. En 1851 volvió a España y le nombraron director espiritual del Seminario de Barcelona. En este momento funda las "Escuelas de las Virtudes", para la promoción de la educación de niños y jóvenes y adultos, principalmente dirigidas a las féminas. Estas catequesis, muy encarnadas en la realidad social, molestan a las autoridades, que las consideran subversivas, por lo cual, le obligan a cerrarla y a Palau le confinan injustamente a Ibiza. Allí, en un peñón solitario, Fray Francisco vivió el ideal eliano de la soledad y la oración, allí maduró su vocación profética y apostólica, allí experimentó el misterio de Cristo y la Iglesia. Esa unión esponsal de Cristo y la Iglesia, que el P. Palau encarna en su propia vida es el centro y origen de toda su obra fundacional y apostólica. Sin su mística profunda no se entiende su febril vida activa

En 1860 funda las Carmelitas Misioneras, una congregación para la enseñanza y la caridad con los enfermos. Para ello contó con la ayuda inestimable de su sobrina nieta Santa Teresa de Jesús Jornet (26 de agosto), la cual poseía título de maestra, reglamentario para iniciar un colegio. Luego de apuntalar los orígenes, Teresa Jornet, con pena de su tío, continuaría su propia vocación: los ancianos desamparados. Pero la lejanía física del P. Palau para con las hermanas, las incomprensiones, los celos y los siempre presentes egoísmos personales por encima del espíritu del fundador crean un cisma, partiéndose en dos grupos la Congregación, hasta hoy, que permanecen las dos familias. Carmelitas Misioneras y Carmelitas Misioneras Teresianas. También fundó el P. Palau a los Hermanos Carmelitas, una congregación eremítica de varones, que recordaba el espíritu primitivo del Monte Carmelo, inserto en la descalcez teresiana. La persecución religiosa en el marco de la Guerra Civil española martirizó a unos y dispersó a otros, desapareciendo la fundación.

Nuestra Señora de las Virtudes.
El P. Palau no vivió tiempos muy diferentes a los nuestros, donde un mundo y una España que se proclamaban "libres" y "liberales", fundamentaban esa libertad en la persecución a todo lo anterior, entre ello a la Iglesia. Si bien se quería desterrar el fanatismo y la ignorancia, se perseguía a aquella que había contribuido como nadie a la educación y la cultura desde siglos atrás: la Iglesia. Palau se enfrenta a la persecución con la predicación, la catequesis a los adultos, las misiones, los ejercicios espitrituales para los seglares. Escribe, hace apología, funda, visita, redacta artículos de opinión, y sobre todo: ora, se disciplina, ayuna y vive pobremente. Y Dios está presente en él, pues no faltan los milagros y exorcismos que realiza, por los cuales también es acusado de fanático, loco y oscurantista, incluso por miembros de la Iglesia, contagiados del mal entendido “liberalismo”. En el Concilio Vaticano I presentó alegaciones sobre la necesidad del exorcizado en la Iglesia y el apremio de la formación total del clero para ello, incluso proyectaba la fundación de una Congregación Religiosa de sacerdotes dedicados a los exorcismos. Como buen carmelita, no dejó nunca de promover la devoción a la Santísima Virgen, bajo el título "de las Virtudes", predicando siempre sobre las gracias divinas y virtudes de la Santísima Virgen. A esta advocación construyó un santuario en Ibiza.

El místico Francisco Palau falleció el 20 de marzo de 1872 en Tarragona, luego de tal fructífera vida apostólica y orante, siendo socorrido por algunas de sus hijas e hijos. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 24 de abril de 1988.

Algunas citas suyas:
-"Adoremos los designios de Dios y de su providencia y respetémoslos... En la oración encontrarás la fe, la esperanza y el amor... tomando aliento en ese castillo interior combate tus tristezas y sus causas...Vive unida con Dios y cuida que nada, ni el hambre ni la sed, ni la espada, ni la adversidad, ni la fortuna, nada turbe tu corazón. Vive unida con Dios y todo lo demás es vapor y humo y sombras que se desvanecen".
-"La voz de Dios no deja vacío alguno en el alma, la llena y no vacila".
-"Vivo y viviré por la Iglesia, vivo y moriré por ella".
-"Que el amor a Cristo, a María y a la iglesia polaricen nuestra vida".


Fuentes:
-http://saneliascmt.blogspot.com.es/2011/11/fraces-de-francisco-palau.html
-"La experiencia de Dios en el beato Francisco Palau y Quer". 1988.
-"Diccionario de los Santos" C. LEONARDI, A. RICCARDI Y G. ZIARRI. Ed. San Pablo. Madrid, 2000.
-"Una figura carismática del siglo XIX: el P. Francisco Palau y Quer, O.C.D". 1973


A 7 de noviembre además se celebra a  
San Ernesto de Zwiefalten, abad y mártir
San Prodóscimo de Padua, obispo.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...