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martes, 4 de mayo de 2021

"El cielo y la tierra darán cuenta de nuestra inocencia"

San Juan Houghton, y compañeros mártires cartujos. 4 de mayo.

Este santo mártir nació de una familia de la nobleza inglesa de Essex. Estudió en Cambridge, licenciándose en ambos Derecho. Aunque el mundo le sonreía, lo abandonó para ser sacerdote y servir a Dios. Siendo presbítero entró a la Cartuja de Londres, donde desde el noviciado comenzó su vida de perfección. Fue ejemplar en la oración, el silencio y la obediencia.  

En 1531 fue elegido prior de Beauvalmas a los dos años los monjes de Londres le eligieron para que fuera su prior y allí se encaminó. Fue un recto y amoroso padre para con sus monjes, a los que decía: “Si somos siervos inútiles al hacer las cosas que debemos, ¿qué seremos cuando, por culpa nuestra, no hacemos lo que debemos? Caín fue reprobado por ofrecer víctimas menos dignas, y la ley de Moisés reclamaba para Dios víctimas inmaculadas. Temamos la sentencia de la Escritura, (Jer. 48, 10): Maldito el que hace la obra de Dios con negligencia’”. En 1532 fue nombrado Visitador de las Cartujas de la Provincia Inglesa. 

En 1534, luego de la inválida declaración de nulidad matrimonial entre Enrique VIII y Catalina de Aragón, y el consiguiente matrimonio del monarca con Ana Bolena, el rey pretendió ganar para sí al clero, pretendiendo hacer legítima su descendencia y sus actos contra la fe católica que hasta poco antes había defendido. Sabiendo del prestigio de la Cartuja de Londres, quiso ganarse a los monjes a su causa. En abril de ese año envió legados a la Cartuja para que firmaran la adhesión al rey y la legitimación de los futuros hijos de Ana Bolena como legítimos herederos a la Corona. Juan respondió a las pretensiones reales: "Los Cartujos tenemos por costumbre no meternos en los asuntos de los Gobiernos. Por tanto, no nos toca decir cuál ha de ser la persona llamada a compartir los honores del Trono, o a recibir la sucesión de la Corona". Ante esta respuesta neutral, fueron los monjes precisados a ir más allá y declarar su aceptación o no del divorcio de Enrique. Su respuesta fue simple: si la Iglesia había bendecido ese matrimonio nadie tenía por qué declararlo nulo. Esta respuesta le valió la prisión domiciliaria a la comunidad. Cosa que no les costó mucho, pues cartujos y encerrados eran. 

Sin embargo, nuestro santo y el procurador del monasterio fueron llevados prisioneros a la Torre de Londres. Allí el obispo de Londres le aconsejó que, puesto que el asunto de la sucesión no era algo de fe, no valía la pena morir por ella, y que podían firmar lo solicitado. Por ello, ya que una cuestión política, finalmente el 6 de junio del mismo año prestaron juramento de obedecer al rey y aceptar la cuestión dinástica, hasta donde lo permitiera la conciencia y la ley divina.  

Los monjes estuvieron en relativa paz hasta noviembre, cuando Enrique VIII se proclamó a sí mismo y a sus sucesores como Cabeza de la Iglesia Anglicana, con lo cual se iniciaba un período de persecución contra todo católico que no aceptara semejante herejía. Los cartujos de Londres recibieron la noticia respondiendo: "Muramos en la simplicidad de nuestros corazones. El cielo y la tierra darán cuenta de nuestra inocencia". A lo que Juan respondió: “Sea una misma muerte la que nos haga nacer a la vida eterna a los que una misma Regla tuvo muertos al mundo y a sí mismos". Y se dispusieron a la muerte mediante la oración y la penitencia. El último día, mientras cantaban la Misa Votiva del Espíritu Santo, todos sintieron una brisa que recorría la iglesia conventual, y al mismo tiempo una moción interior de fuerza para el martirio. Nuestro inclíto santo tuvo que detenerse varias veces mientras celebraba la que sabía sería su última misa, pues la emoción le embargaba. 

Pocos días después se reunieron en la Cartuja de Londres Roberto Lawrence y Agustín Webster, priores de Beauval y Axholme, respectivamente. Los tres priores celebraron consejo y decidieron entrevistarse con Cromwell, el terrible ministro del rey, para exponerle que el estilo de vida cartujana no era enemigo del reino, pues no se inmiscuía para nada en la vida del mundo. Los monjes intentaron, en un último esfuerzo librar al menos a los monjes de la persecución, pero todo fue en vano, y aún más, contrario a ellos (según la prudencia del mundo): fueron apresados y enviados a la Torre de Londres, acusados de alta traición. Allí fueron vejados infinidad de veces y presionados para que claudicaran y admitieran la supremacía real sobre la Iglesia si querían vivir. Los tres santos prefirieron la palma de la victoria antes que traicionar a Cristo y vivir una vida de separación de la verdadera Iglesia. 

El documento que debían firmar para irse libres y en paz se conserva, sin firmar, y al dorso tiene estas palabras: “Juan Houghton declara que no puede reconocer al rey nuestro soberano, como jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra, por encima de los apóstoles de Jesucristo. Roberto Lawrence afirma que no hay sino una sola Iglesia Católica, de institución divina, bajo la autoridad del obispo de Roma; y renuncia, en consecuencia, reconocer la supremacía real. Agustín Webster pretende que el jefe de la Iglesia es, no el rey, nuestro soberano señor, sino el obispo de Roma, es decir, aquel que ha sido declarado tal por los doctores Ambrosio y Jerónimo”. 

Finalmente fueron condenados por delito de alta traición, y sometidos a un terrible tormento. El 4 de mayo de 1535 fueron atados a la cola de caballos y arrastrados hasta la plaza Tyburn, testigos de tantísimos testimonios martiriales. Estando Juan con la soga al cuello, fue invitado una vez más a renegar de la autoridad papal, mas el no respondió, y se dirigió al pueblo: “Pongo a Dios por testigo que si me niego a obedecer al rey, nuestro señor, no es por obstinación, ni por malicia, ni por espíritu de insubordinación, sino porque me obligaba a ello mi conciencia. Encontrándose los decretos de su Majestad y del Parlamento en contradicción con las leyes de la Iglesia, nuestra madre común, es mi deber someterme a las órdenes de Roma, y con la ayuda de Dios, no faltaré a la obediencia que les debo, aunque tenga que sufrir mil muertes. Rogad por mí, y tened piedad también de mis hermanos, de quienes fui indigno Prior”. Entonces recitó el salmo 30: “En Vos, Señor, he esperado; no sea yo confundido para siempre; libradme por vuestra justicia. Inclinad hacia mí vuestro oído; acelerad mi socorro. Sed para mí Dios protector y un lugar de refugio, donde me pongáis a salvo. Porque Vos sois mi fortaleza y mi auxilio; por vuestro Nombre me guiaréis y me sustentaréis. Me libraréis de este lazo que ocultamente me armaron; porque Vos sois mi defensa. En vuestras manos encomiendo mi espíritu; me habéis redimido, Señor Dios de bondad”. 

Entonces fue ahorcado y, según era costumbre, en medio del sofoco, se cortó la cuerda y estando aún vivo, se le abrió en canal y se le sacaron las vísceras. Aún tuvo ánimo para clamar el santo mártir: “Amabilísimo Jesús, tened piedad de mi en esta hora”. Y expiró. Luego se juntaron los trozos del cadáver, se hirvieron y se clavaron en varios lugares de la ciudad para amedrentar a los católicos. El brazo derecho se colocó frente a su Cartuja para que los monjes lo vieran y se aprestaran a jurar la fidelidad al rey como Jefe de la Iglesia. Los priores Roberto Lawrence y Agustín Webster padecieron igual martirio. Sobre la suerte de los otros monjes, podéis leer en la “vita” del Beato Guillermo Horne (5 de agosto), ya publicada en el blog. 

Los cartujos de otras partes de Europa siempre tuvieron en gran estima el testimonio de martirio de sus hermanos ingleses. Recogieron cuidadosamente todas las noticias y pocas reliquias que de ellos quedaron y trasmitieron a los monjes aquellos santos ejemplos. Sin embargo, nunca promovieron su canonización. El 29 de diciembre de 1886, el papa el Papa León XIII promulgó el decreto que reconocía el martirio de 34 víctimas de la persecución contra los católicos en Inglaterra, y entre ellas estaban los 18 cartujos mártires (leer sobre los demás aquí), beatificándoles oficialmente. En 1887 el Capítulo General de la Orden mandó se celebrase su fiesta en todos los monasterios cartujos. El Capítulo de 1897 pidió a la Sagrada Congregación de Ritos, una Indulgencia Plenaria a ganar el 4 de mayo de cada año, día de su memoria litúrgica. El 25 de octubre de 1970, el Papa Pablo VI canonizó a los tres priores cartujos junto a otros Santos Mártires de Inglaterra y Gales. Entre ellos al brigidino San Ricardo Reynolds (4 de mayo), quien durante mucho tiempo fue tenido como uno de los cartujos. 

 

Fuente: 
"Santos y Beatos de la Cartuja". JUAN MAYO ESCUDERO. Puerto de Santa María, 2000. 



A 4 de mayo además se celebra a 






 

 

 

 

viernes, 30 de abril de 2021

El Santo Niño Mueve Corazones.

El Santo Niño Mueve Corazones. 30 de abril. 

La Infancia de Cristo es una de las devociones más extendidas entre los fieles, pero en el México de la primera mitad del siglo XX se volvió una de las más populares creando advocaciones diferentes, basándose en la necesidades de los devotos, o la espiritualidad de los institutos religiosos que las difundían. De esta manera, no se hace raro escuchar nombres como: El Santo Niño Limosnerito, Niño Doctor, de la Azucena, etc.

Una de esas imágenes de Cristo Niño basado en la espiritualidad de un instituto religioso, es el Santo Niño Mueve Corazones que se venera en el Santuario de Nuestra Señora de Loreto, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En 1909, llega a México la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María y de la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento del Altar, o Misioneros de Picpus. Al poco tiempo de su llegada a la capital del país, el 15 de junio del mismo año, el Arzobispado de México les entregó el Santuario de Loreto donde desplegarán su apostolado, dado que la zona es de un aspecto popular. Los Padres de los Sagrados Corazones se harán querer por todo el vecindario, además que eran conocidos por ser excelentes guías espirituales; su fama hará que la más alta sociedad de la época se convierta en sus benefactores, que se tradujo en obras votivas que adornaran su Iglesia, siendo una de las más activas y concurridas en la ciudad.

Después de los tormentosos años de la Persecución Cristera, en la cual, el México católico acentuó con mayor interés el culto al Sagrado Corazón de Jesús, los padres misioneros de Loreto idearon poner una imagen de Cristo en su inocencia infantil que reflejara esa piedad sacrocorde tan propia de su familia religiosa, a la veneración pública, invitando a la conversión de los fieles. Será un sacerdote de la comunidad, de origen español, que en 1935 contratará a Nicolás Vidargas e hijos, escultores de origen guanajuatense, recién llegados a la ciudad, la hechura de la imagen que tenían en mente. 

Hay una pía leyenda dice, que el mismo Niño Jesús se le apareció al escultor para que hiciera bien la imagen, prometiéndole, que no podrían hacer réplicas igual de bellas que la original. Y en efecto ninguna réplica es tan bella como Él. Es este relato poético el que le dio fama, pues muchos expertos aseguran que los artistas que han intentado reproducir la imagen no tienen problema alguno al esculpir el cuerpo, pero cuando llega el momento de reproducir su rostro se dan cuenta de por más que lo intentan no pueden hacerlo. Lo cierto es que los Vidargas eran unos excelentes escultores y uno de ellos, que le ofrecieron hacer imágenes para unos hacendados, respondió: "¿cómo voy a tallar una imagen para que vaya a estar de adorno en la casa de algún rico?, no hago esas cosas, hago imágenes para las iglesias, para que la gente vaya a rezarles". Tal era su piedad que se tradujo en las magníficas tallas religiosas que salieron de sus manos, motivando la devoción entre los fieles.

Para la imagen del Niño Mueve Corazones, es incierto en qué fuente gráfica se basó para modelar la talla según la idea de los religiosos, algunos suponen, dado las características de la escultura, se inspiraron en la imagen del Niño Jesús que tiene la Virgen, en la pintura de Nuestra Señora de la Luz de León, pues los Vidargas eran originarios de esa ciudad. Los religiosos al ver la escultura en el taller quedaron paralizados y lo único que se pudo decir mientras contemplaban la imagen, fue: “en efecto, mueve corazones” y así fue llamado en adelante porque se dice, que quien miraba su rostro se enamoraba de él, al punto de dejar sus pecados. La imagen fue entronizada en el Santuario de Loreto en 1936, ubicándose en la antigua Capilla de la Santa Casa, hoy del Señor del Trabajo. Es gracias al Padre Eduardo Lozano que en el año 2004, la imagen es llevada a una capilla lobular a lado del presbiterio del templo, donde ha recibido constante veneración por parte de los fieles. Estaba en un nicho que fue el expositor de madera que pertenecía al vecino templo de Santa Teresa la Nueva y sustituido por otro de cristal y hierro.

Desde su llegada, a la imagen se le atribuyeron fenómenos milagrosos y extraordinarios, uno de ellos fue el convertir a un pecador empedernido. De ahí que se le invoque como instrumento de conversión. Otro de los milagros más famosos, sin duda alguna, fue el caso de una mujer que no podía tener hijos y deseaba con toda su alma que Dios le concediera la dicha de ser madre, y para esto consultó a una infinidad de especialistas en la materia, sin obtener resultado alguno. Después de agotar todas las alternativas disponibles, acudió al Santo Niño Mueve Corazones invocándolo con mucha fe y devoción le concediera la bendición de la maternidad, lo que sucedió al poco tiempo, quedando encinta, pero como era una mujer madura, su embarazo era de alto riesgo, y para que este llegara a feliz término, le pidió al Niño la cuidara en todo momento y su bebé naciera sano. Pasó el tiempo y la criatura nació, y en agradecimiento de todas bendiciones dadas, la feliz madre acudió al Templo de Loreto, donde se encontraba la milagrosa imagen para que su hijita diera los primeros pasos ante los ojos del Santo Niño Mueve Corazones. El hecho lo hizo protector de embarazos y de los niños, especialmente de niños enfermos de leucemia.

Durante el año, los devotos entre los que se encuentran muchos padres de familia, ofrecen a manera de exvotos, infinidad de juguetes y dulces. No falta entre ellos quien también deja fotografías de sus hijos ya sean convalecientes o difuntos. Su fiesta se celebra el día 30 de abril y el domingo siguiente, donde se hace una solemne misa y se reparte a los niños los juguetes que ha recaudado la imagen a lo largo del año. 

El culto por esta imagen del Niño Jesús, ha llegado a lugares tan distantes como Monterrey, Jalisco, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y la Península de Yucatán, gracias a los singulares prodigios obtenidos a los fieles que han acudido a Él. En el Barrio de Tlaxcala de la ciudad de San Luis Potosí, en la Calle Eje Vial, posee un nicho con una fotografía antigua, es venerado con sencillez por los más desfavorecidos, (prostitutas, drogadictos, inmigrantes y limosneros). Los devotos del vecino Estado de México, le han erigido un Santuario en la comunidad La Joya, Villa de Guerrero, cuya festividad es una de las más grandes en la zona.

La Imagen.
El Santo Niño Mueve Corazones, como lo hemos mencionado anteriormente, posiblemente está inspirado en la Imagen de la Madre Santísima de la Luz que se venera en la Ciudad de León, Guanajuato, teniendo en cuenta que ambas devociones tiene como objetivo principal, lograr la conversión, usando el mismo símbolo iconográfico del corazón como alegoría del pasaje de la Escritura: "Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios" Ezequiel 11,19. 

Katia Perdigón Castañeda en su libro “Mi Niño Dios”, nos describe la imagen: "representa a Jesús Infante con rasgos europeos, tez rosada, ojos entreabiertos de color café, cejas marcadas, nariz recta, mejillas regordetas, boca cerrada que muestra una ligera sonrisa. Se encuentra erguido sobre una peana, con una pierna ligeramente adelantada y la rodilla izquierda semiflexionada. Integrada a la talla de la vestimenta, la cual consta de un vestido blanco con diseños en rosa, puños, cuellos y orilla con motivos dorados, la mano derecha muestra un corazón y con la izquierda detiene el vestido y porta un pañuelo azul con cuatro corazones. Sobre la cabeza con cabello ondulado café, tiene una aureola metálica".

La Virgen de la Luz.
La misma autora nos sugiere el significado de sus elementos iconográficos: "Es probable que se trate de una alegoría cercana al Sagrado Corazón de Jesús… y que los cinco corazones representan las cinco llagas que obtuvo Jesucristo en manos pies y costado, mientras que el pañuelo azul posiblemente se relaciona con la bondad y el agua del bautismo. Desde el punto de vista técnico es una escultura bien lograda, a pesar de su pequeñez. La naturalidad de su expresión ha hecho pensar a los devotos “que está vivo y solo le falta hablar”. Como imagen religiosa es bellísima, además que desde el primer momento a la vista, invita a la oración y a la ternura, pues tiene muy bien ganado su nombre: Mueve corazones. Además, es la imagen de mayor culto después de la Santa Patrona, la Virgen de Loreto".

Tras el sismo que sufrió la Ciudad de México en septiembre de 2017, y que dañó considerablemente al Santuario de Loreto, el Párroco Felipe Rodríguez López con la autorización de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia trasladó solemnemente las imágenes de Nuestra Señora de Loreto y el Santo Niño Mueve Corazones al vecino templo de Santa Teresa la Nueva, al año siguiente del temblor. Fue devuelto el antiguo expositor a su lugar original en el altar mayor y ahí se depositó la imagen del Santo Niño donde sigue recibiendo a los devotos.

Tacho Juárez Herrera.


A 30 de abril además se recuerda a:

San Quirino de Neuss,
tribuno mártir.
San José B. Cottolengo
presbítero fundador.
Santa María Guyart,
viuda y ursulina.
San Eutropio,
obispo y mártir.








martes, 18 de septiembre de 2018

Por los Dolores de María, los niños y el martirio.

Beato Ambrosio María de Torrent, presbítero Terciario Capuchino de la Virgen de los Dolores y compañeros mártires. 18 de septiembre.


Beato Ambrosio María.
El Beato Ambrosio María, quien encabeza esta lista nació en Torrent, Valencia, el 16 de abril de 1866, y fue bautizado como Salvador Chuliá. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Valencia, pero apenas recibió el diaconado, tomó el hábito de los Terciarios Capuchinos de la Virgen de los Dolores. Esta Congregación fue fundada por el obispo Venerable Luis Amigó y Ferrer, para dedicarse a la educación de niños y jóvenes, y a la reeducación de los menores con problemas sociales y peligro de exclusión. Comúnmente se les llama "amigonianos".

Fue ordenado presbítero el 4 de abril de 1892 y profesó solemnemente el 5 de julio de 1898. Fue un presbítero culto, gran confesor y director espiritual de religiosos y alumnos. Devoto de la Eucaristía, humilde, paciente y muy obediente, fueron las características recordadas por quienes le conocieron.

Iniciado en España el Alzamiento en julio de 1936, toda la zona Valenciana quedó bajo el control de los comunistas, quienes se dedicaron a una pensada masacre del clero y los católicos. Los religiosos Terciarios fueron desalojados de su convento-colegio el 20 de julio del mismo año. Ambrosio fue apresado el 21 de agosto y conducido a la prisión "La Torre", de su natal Torrent. Allí, junto a 9 terciarios capuchinos más, llevó vida de religioso. Oraban, cantaban y se predicaban y alentaban unos a otros. Los días 15 y 17 de septiembre especialmente animosos cantaron el Oficio Divino, pues eran los días de su Madre Dolorosa y la Estigmatización del Padre San Francisco. El 18 de septiembre Ambrosio fue sacado de la cárcel y llevado a "La Mantellina", donde fue asesinado por los comunistas, junto a otros sacerdotes y religiosos. Sus reliquias se veneran en la Capilla de los Mártires, en la iglesia conventual de Santa María de Monte Sión, Torrent.

El Beato Modesto María, nació como Vicente Gay, el 19 de enero de 1885. Desde niño fue terciario franciscano como sus padres. Con los Terciarios Capuchinos estudia y con ellos toma le hábito el 6 de enero de 1903, emitiendo los votos perpetuos en 1911. Siempre quiso ser sacerdote, pero los superiores prefirieron fuera Hermano Coadjutor, dedicado a la formación laboral de los jóvenes extraviados y reeducados. En 1916 fue destinado a Torrent, donde fue educador y ecónomo de la casa religiosa. Fue hombre recto, escrupuloso en su trabajo, sencillo y humilde. Estallada la guerra, los comunistas le apresaron el 8 de septiembre de 1936, de donde fue sacado el 18 del mismo mes para ser asesinado. Sus reliquias también se veneran en Santa María de Monte Sión, Torrent.

El Beato Valentín María fue bautizado como Vicente Jaunzarás Gómez, habiendo nacido en Torrent, el 6 de marzo de 1896. También fue educado Terciarios Capuchinos, tomando su hábito el 15 de octubre de 1911 y profesando perpetuamente en 1920. Fue un excelente educador, verdadero padre de los muchachos necesitados de un buen ejemplo que seguir. Era recto, pero comprensivo, alegre, optmista y muy piadoso. Su gran voz fue oída en medio pueblo cuando cantaba durante su reclusión, desde el 28 de agosto de 1936 hasta el 18 de septiembre, cuando con los demás fue sacado de la prisión y asesinado a causa de su fe católica y condición de sacerdote.


Beato Francisco María
El Beato Francisco María se llamó Justo Lerma Martínez, y nació en Torrent el 12 de noviembre de 1886, siendo hijo de terciarios franciscanos. Vistió el hábito "amigoniano" el 14 de abril de 1905, y en 1907 profesó sus primeros votos. Fue destinado a Yuste, Cáceres, donde se desempeñó como religioso coadjutor. En 1912 fue trasladado al Colegio Fundación Caldeiro, Madrid, donde vivió 25 años como profesor, siéndolo además, notable. Además, era parco, serio y muy esforzado en la educación. Cuando arreció la persecución religiosa en 1936, los religiosos y los alumnos fueron expulsados de su Colegio, que fue transformado en Checa, o sea, en un sitio de terror, torturas y crímenes de los socialistas y comunistas. Fray Francisco María se fue a su casa natal, junto a sus padres, donde fue detenido por orden del Comité, a finales de agosto. El 18 de septiembre sería asesinado con sus hermanos de hábito y otros presbíteros.

Beato Recaredo María, religioso profeso de los Terciarios Capuchinos, nació en Torrent el 22 de agosto de 1874, siendo nombrado José María López Mora. Ingresó con los religiosos el 21 de junio de 1889, profesando el 8 de diciembre de 1896 en la Escuela de Reforma de Santa Rita, en Madrid, donde había sido trasladado. Nunca quiso ser sacerdote, sino religioso entregado a la educación. Fue muy caritativo y paciente con los jóvenes peligrosos que educaba. Era piadoso, observante e incansable en su labor educativa. Luego de años en Madrid, le destinaron a su pueblo natal, convento y colegio de Ntra. Sra. de Monte Sión, donde se empeñó en la fundación de las escuelas nocturnas para los jóvenes trabajadores. También organizó el catecismo parroquial.
Luego del Alzamiento fue expulsado del convento de Torrent, como todos los religiosos. El Hermano Recaredo quedó en casa de una sobrina hasta el 4 de agosto, cuando fue recluido con sus hermanos. Al amanecer del 18 de septiembre, juntamente con el P. Ambrosio y el P. Valentín, Fr. Modesto y Fr. Francisco, fue asesinado vilmente por "odium fidei".

Estos cinco atletas de la fe fueron beatificados por San Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.

Fuente:
"Héroes de Ayer y Siempre".

A 18 de septiembre se celebra además a:


San José de Cupertino,
franciscano conventual.
San Ferreol de
Vienne, m
ártir.
San Lantpert de
Friesing, obispo
.




miércoles, 28 de febrero de 2018

Fueron grano limpio y gloria de Dios.

Santos Román y Lupicinio de Condat, hermanos abades. 28 de febrero.

Nació Román sobre 390. se formó en el monasterio de Ainay, cerca de Lyon, bajo la dirección de su abad San Sabino (3 de septiembre), y luego regresó a su casa aunque en su corazón ardía la vocación monástica. Ayudó a su padre en el negocio familiar y rechazó cualquier matrimonio que se le propusiera, algunos muy ventajosos. Cuando tenía 35 años quedó huérfano, se deshizo de todas sus propiedades, reservándose solo un ejemplar del conocido libro "Vidas de los Padres del Desierto" y unas cuantas semillas y herramientas. Con su carga se fue al Jura, donde tomó morada bajo un pino. Luego estableció una ermita, germen del célebre monasterio de Condat.

Allí parecía que nadie le hallaría, pero la noticia de aquel eremita que había logrado cultivar entre las montañas pronto se extendió y le llegaron algunos discípulos, entre ellos su hermano Lupicinio. En un año eran tantos, que ambos hermanos ya gobernaban dos recintos cenobíticos, aunque unidos en la Regla y la caridad. Una hermana suya, de la que no tenemos nombre, también tuvo su propio monasterio entre los riscos, donde con los años llegaría a haber la impresionante cantidad de 500 monjas. En los tres monasterios la vida era idéntica: celda separada, teniendo solo la iglesia y el refectorio en común. Vestían túnicas sencillas de piel, que protegían de la lluvia, pero no del frío. La austeridad, penitencia, ayuno, oración, trabajo y lectura eran las máximas de los monasterios de Román, imitando la vida de los monjes de Oriente.

Lupicinio superaba a todos en sus privaciones, pues dormía en un tronco de árbol y vivía de un menjurje a base de cebada y salvado, sin sal ni aceite. Solamente una vez, y por contentar a unos monjes, accedió a añadir un caldo de pescado a su rancho. Su estricto modo de vida hizo que algunos monjes protestaran y se fueran. Entonces Román le regañó de ser causa de dispersión de los monjes, a lo que Lupicinio le respondió: "No te preocupes, esos son la paja que se separa del grano. Son orgullosos y Dios no está con ellos". Sin embargo, Romano, más comprensivo, fue por ellos y les convenció de regresar al monasterio.

Román y los leprosos.
Hacia los 50 años Román peregrinó a Agaunum para venerar las reliquias de San Mauricio (22 de septiembre), y mientras iba en camino se hospedó con unos leprosos, a los que abrazó y besó, quedando los enfermos milagrosamente sanos con este gesto de cariño. La fama de este portento llegó a Ginebra, donde el clero y la nobleza le recibió con gran pompa y celebrando un pontifical en la catedral. Se dice que San Hilario de Arlés (13 de enero) les ordenó presbíteros, luego de conocerles y ver sus abundantes virtudes.

Román murió en 640, luego de despedirse de sus hermanos y exhortarles en la fidelidad a Jesucristo. Sus reliquias se veneran en el Jura. San Gregorio de Tours (17 de noviembre) escribió sus vidas. En cuanto al monasterio, pronto se llamaría de San Oyend (1 de enero), su ercer abad, y posteriormente y hasta hoy, se conoce como San Claudio (6 de junio), pues este célebre obispo de Besançon fue monje allí, y allí se halla su venerado sepulcro.


Fuentes:
-"Año cristiano, o ejercicios devotos para todos los días del año". P.P J. Croisset. Logroño, 1851.
-"Vidas de los Santos". Volumen II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 28 de febrero además se celebra a






Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...