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sábado, 20 de febrero de 2021

"corramos hacia el reino del cielo..."

San Sadoth, obispo y compañeros mártires. 20 de febrero, 6 de abril y 19 de octubre.


Las Actas de San Sadoth, del siglo VII, nos dicen que este sucedió al obispo Simeón de Seleucia (3 de septiembre) cuando este fue martirizado, siendo uno de los primeros en padecer bajo el cruel rey Sapor de Persia. Al poco tiempo de ser entronizado, tuvo una visión en la cual veía una escala luminosa que llegaba del suelo hasta el cielo, y al final de la cual estaba Simeón, su predecesor, con gran gloria. Este le decía "Sube, no temas". Entendió Sadoth que era que el santo obispo le animaba a asumir el martirio que estaba cercano.

Al otro día convocó Sadoth a su clero y les contó su revelación, confirmándoles además que estaba presto a padecer por Cristo si así se hacía necesario. Además, les animó a ellos a estar dispuestos al sacrificio, con estas palabras: 

"Amemos a Dios, hermanos míos, amémosle con todo nuestro corazón. Amemos a Jesucristo: amémosle con toda nuestra alma y cubiertos de las armas de la fe, no temamos combatir, y estaremos seguros de vencer. Si se presenta la muerte, si nos acomete, no nos desalentemos: prepárese cada uno de nosotros a recibirla como hombre de valor. Si es necesario morir, muramos como gentes de honor, pues morimos por Jesucristo nuestro Salvador. Y así hasta que veamos la espada de los tiranos amenazar nuestra cabeza, hagamos provisión de méritos, adquiramos virtudes, enriquezcámonos de buenas obras. Aprovechémonos del tiempo y mientras que aún es de día, caminemos, adelantémonos, corramos hacia el reino del cielo, que allí nos aguardan los honores y la gloria".

Así, siendo el segundo año de la gran persecución de Persia, pasó Sapor por Seleucia y le presentaron a nuestro Sadoth y a muchos de sus sacerdotes, diáconos, monjas y seglares, en total 120 personas, quienes habían sido detenidos por cristiano. habían estado prisioneros durante medio año, padeciendo numerosas vejaciones y torturas, como apalearles en los riñones, atarlos con cuerdas al cuello a punto de la asfixia, o colgarles grandes pesos de las extremidades. 
Cada día les conminaban para que adoraran al sol si querían salvar sus vidas. Presentados ante Sapor como un triunfo de sus gobernadores, fueron invitados por este a adorar al sol, y Sadoth, en nombre de todos clamó:

"Nosotros no tenemos todos más que una misma fe: creemos todos las mismas verdades: todos estamos sujetos a la misma potestad, todos profesamos la misma religión: en una palabra, nosotros todos no adoramos sino a un mismo Dios, creador del cielo, y de la tierra. Por tanto, al sol, que no es sino obra de este gran Dios, nunca le adoraremos ni rendiremos nuestros obsequios. ¿Y cómo podríamos nosotros tener sentimientos de respeto por esas cosas, puesto que no han sido creadas sino para uso nuestro? Y así publicad edictos, enhorabuena, que nosotros, por obedecer a un hombre, no hemos de ser infieles a Dios. No ignoramos que nos podéis quitar la vida o dejárnosla, pero no nos podríais dar mayor gusto que hacérnosla perder".

Les insistieron en que cumpliesen las ordenes reales con la amenaza de una inminente muerte. Pero igualmente los mártires se animaron unos a otros y contestaron con la misma fuerte negativa a adorar al sol o criatura alguna. Al fin, fueron sentenciados a muerte y llevados a las afueras de la ciudad. Iban los mártires como en una festiva procesión, en medio de cánticos y salmos: "Júzganos, Señor, y separa nuestra causa de la de una nación impía", o "líbranos del poder de estos hombres sangrientos porque eres nuestra fuerza, Señor: Tú solo eres nuestra esperanza". 

Llegados al lugar de la ejecución, siguieron orando en voz alta y alabando a Dios por concederles la gloria del martirio. Fueron cayendo uno a uno, siendo confortados por Sadoth, quien luego del martirio de sus compañeros fue conducido a Bethlapat, donde fue decapitado. 


Fuente: 
-"Las verdaderas actas de los mártires". TEODORICO RUINART. Tomo III. Madrid 1776. 


A 20 de febrero además se recuerda a:

martes, 12 de enero de 2021

Santos 42 monjes de Jonia, mártires.

Santos 42 monjes de Jonia, mártires. 12 de enero.

Vivieron estos monjes en uno de los monasterios de la península jónica, en el siglo VIII. Eran los tiempos duros de las peleas iconoclastas. Desde tiempos del papa San Gregorio II (2 y 13 de febrero), el emperador León el Isáurico retenía el imperio oriental y se había empeñado en la herejía iconoclasta, que tomaba por idolatría el culto a las imágenes del Señor y de los santos. A tanto llegó su furor que llegó a perseguir a prelados y vírgenes, a quemar su preciosa biblioteca, reteniendo dentro a seguidores de la fe católica. Biblioteca que, además, estaba llena de iconos y libros antiguos.

El papa San Gregorio III (28 de noviembre) se opuso tenazmente a esta herejía, aumentando la importancia de los iconos y mandando pintar bellas pinturas y frescos en las iglesias romanas. Instituyó la Fiesta del Divino Salvador, la Madre de Dios y Todos los Santos, construyendo además una hermosa capilla en la Basílica de San Pedro, donde juntó todos los iconos que sobrevivieron en Oriente, y a los que les rendía culto diariamente. También dispuso que se celebrase la misa sobre los sepulcros de los mártires el día de sus natalicios, como se hacía en tiempos de San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal) y había sido abolido posteriormente. Además convocó un Concilio en el que se determinó la excomunión contra todos los iconoclastas.

En 741 subió al trono imperial el hijo de León III, Constantino V (llamado "Coprónimo" porque la tradición dice que se defecó cuando le bautizaron). Este nuevo emperador fue tan iconoclasta como su padre. Para obtener apoyo a su herejía, convocó a un Concilio para el cual se aseguró que solo asistieran obispos y abades enemigos de los iconos. Opuesto a esta política estuvo el abad San Esteban (28 de noviembre), que terminó mártir. Y, claro, nuestros monjes.

Según Theostericto, que sobrevivió a la persecución iconoclasta, el miércoles de Semana Santa de 750, mientras se celebraban los Oficios, unos soldados entraron a la iglesia monástica por orden del emperador y encadenaron a los monjes, les sacaron a las afueras y les mutilaron, cortándoles las orejas y las narices. Además, les empaparon las barbas de alquitrán y les prendieron fuego. Posteriormente quemaron la iglesia y el monasterio. Los monjes fueron llevados casi a rastras hasta los confines de Éfeso, para que sirvieran de escarmiento a los católicos que seguían venerando los iconos. Una vez en esta ciudad, fueron metidos en unos antiguos baños de vapor y asfixiados allí.


Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 12 de enero además se recuerda a:


Santos Tigrio y Eutropio,
mártires
.
San Martín de León,
presbítero
.
San Arcadio, mártir.









martes, 2 de enero de 2018

Del invicto mártir de Ancyra.

San Basilio de Ancyra, mártir. 2 de enero.

Mengen, Alemania.
Basilio fue un seglar muy conocido en la iglesia de Ancyra, Turquía, por lo cual, legado al poder Juliano el Apóstata, fue apresado y llevado ante el Gobernador Tárvilo. Ante este declaró que era cristiano y que estaba dispuesto a padecer por Cristo. Fue sometido a la horca, aunque sin dejarlo morir, el cual era un tormento frecuente, que constaba en cortar la respiración algunos minutos al condenado, para hacerlo desesperar y luego aflojarle el cuello. Así varias veces hasta lograr lo demandado, la apostasía en el caso de los cristianos.

Luego de este tormento, en el cual Basilio no decayó, fue trasladado a Constantinopla, para juzgarle junto a muchos cristianos de todo el Imperio. Allí fue sometido a la flagelación y al fuego, pero igual no renegó de Cristo. También fue metido en una olla de aceite hirviendo, que sobrevivió. Finalmente fue arrojado a los leones, entre cuyas fauces ganó la corona del martirio. Los cristianos recogieron su cuerpo y le enterraron piadosamente, y una vez llegada la paz, le dedicaron una iglesia a su memoria.

Su persona se confunde con la de otro San Basilio de Ancyra (22 de marzo), pues los tormentos son similares, lo cual no es de sorprender, siendo del mismo tiempo y lugar. Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre si son dos santos o es el mismo. En el cielo lo sabremos.

A 2 de enero además se celebra a
Santa Eufrosina, virgen carmelita.
San Isidoro de Zaragoza, obispo y mártir.

domingo, 26 de marzo de 2017

San Cástulo, para los jardineros.

San Cástulo de Moosburg, mártir. 26 de marzo.

Es este un santo que fue muy venerado en Friesing, hoy no sé, a partir del siglo VIII. Aunque ya consta en Roma una iglesia a su nombre en el siglo VII, construida en el sitio de su sepultura, su culto siempre hay que buscarlo fuera. Las reliquias fueron a parar a Pavía, y de allí fueron a Moosburg, y de aquí a la iglesia de San Martin Landshut, en el siglo XVII. Su devoción está inserta en Friesing, donde es abogado contra el envenenamiento de la sangre, las asfixias, las infecciones de las heridas, las enfermedades de los caballos. Además es abogado de poceros, jardineros y soldados.

Sin embargo, su origen lo debemos buscar más lejos y antes de esta fecha. Según su "passio", fue Cástulo ayudante de cámara del emperador Diocleciano, y este le apreciaba muchísimo, por ser un siervo fiel y no dado a intrigas. Su mujer fue Santa Irene (22 de enero), la santa mujer que protegió y sanó al invicto mártir San Sebastián (20 de enero). Cástulo era cristiano en secreto y se servía de su cargo para socorrer a muchos cristianos en tiempos de persecución. Entre sus protegidos estuvieron el papa San Cayo (22 de abril), Santos Marco y Marceliano (18 de junio) y el padre de estos, San Tranquilino (6 de julio). Cuando fue denunciado por un cristiano renegado llamado Torcuato, Cástulo fue apresado y sometido a tres juicios, en los que confesó a Jesucristo. Como no lograron hacerle apostatar, le sepultaron vivo en un agujero abierto en la Via Labicana, que rellenaron con arena y argamasa, el 26 de marzo de 286. 

Reliquias del santo en la iglesia
de San Martín de Landshut.
Los historiadores han hechado por tierra la passio, por considerarla ficticia y elaborada a partir de la traslación de las reliquias. Coinciden en que podría tratarse del fundador de la iglesia de la Via Labicana, llamado Cástulo, el cual con el tiempo se convertiría en mártir, por ignorancia. El mismo caso podéis leer en la "vita" de San Eusebio de Roma (14 de agosto). Algo que puede confirmar esto es la legendaria inclusión en su "passio" de santos y mártires más conocidos y venerados en Roma, como Sebastián o Marco y Marceliano, para darle verosimilitud, sin más razón histórica. De hecho las "passio" de estos santos no menciona para nada a nuestro Cástulo. Sin embargo, aparece mencionado en la novela "Fabiola", de Wiseman.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
https://www.heiligenlexikon.de/BiographienC/Castulus_Kastulus.htm


A 26 de marzo además se celebra a






lunes, 20 de marzo de 2017

Santos Mártires, ¡rogad por nosotros!

Santos Mártires de las lauras de San Sabas, monjes mártires. 20 de marzo.

Los monjes mutilados.
La crónica del sufrimiento y martirio de estos 20 monjes de las lauras del célebre San Sabas (5 de diciembre), en Jerusalén, aparece recogida dentro de las "actas" de San Esteban, monje del monasterio. Aunque el manuscrito que se conserva tiene algunas inexactitudes, se puede considerar veraz en lo grosso de la narración:

En 797, habiendo los musulmanes invadido varios monasterios y profanado estos santos lugares, entre ellos el monasterio de San Caritón (28 de septiembre), los monjes de la laura de San Sabas se reunían día y noche en la iglesia principal para orar en común para que Dios les librara de los musulmanes, o les diera fuerzas para padecer por la causa de Cristo. El 13 de marzo de ese mismo año un monje avistó una caballería de moros que se acercaba y dio la alarma. Algunos monjes se adelantaron y pidieron a los musulmanes que les dejaran seguir con sus vidas en alabanza a Dios, pero los infieles solo se burlaron de ellos, y les respondieron asaeteándolos. Algunos resultaron heridos y otros fallecieron. Toda una semana asolaron los árabes la laura, que era de difícil acceso.
El día 20 una segunda caballería se acercó al monasterio, luego de asolar las lauras de San Eutimio (20 de enero). Algunos monjes huyeron por los desiertos, otros se fueron a la iglesia a orar y otros se fueron a sus celdas a seguir su vida de siempre y que fuera lo que Dios determinara. El manuscrito sobreviviente tiene una laguna, pues falta un trozo. Continúa narrando como los moros fueron martirizando a los monjes. A Juan le apedrearon y le arrastraron hasta la iglesia, donde le mutilaron salvajemente, desangrándose. Al monje Sergio, sacristán, que había escondido los vasos sagrados, le cortaron a trozos sin que dijera donde había ocultado los cálices. Unos monjes que habían hallado refugio en una cueva se salvaron porque un novicio llamado Patricio salió diciendo que él era el único que había allí. Junto a otros monjes fue llevado a una cueva que fungía como casa para peregrinos, donde fueron amenazados, golpeados y heridos para que entregaran los "tesoros" (se referían los criminales a los vasos y vestiduras para el culto). Pero ya habían sido ocultados y se negaron a decir donde.

Los musulmanes preguntaron cual era el monje médico (solía haber uno en cada monasterio y era casi una autoridad junto al abad), pero los monjes callaron. Por ello los moros los metieron en lo más profundo de la cueva y taparon la entrada con espinos y ramas a los que prendieron fuego, impulsando el humo dentro, para asfixiarlos. Pero los monjes resistieron el tormento y no respondían a los insultos y requerimientos. Los musulmanes apagaron el fuego y ordenaron que se presentara el abad (no estaba allí). Los monjes solo callaban y rezaban, por lo que de nuevo fueron metidos en la cueva, incendiada la entrada y taponado todo resquicio de aire puro. Cuando pasó un tiempo, los musulmanes se fueron, saquearon el monasterio y partieron con todo lo que pudieron llevar. 

Los monjes sobrevivientes, al día siguiente salieron de sus escondites, fueron a la cueva y hallaron a los hermanos muertos, que habían rendido sus almas por fidelidad a Cristo. Fueron sepultados con honores y les veneraron durante siglos, hasta hoy. Algunos nombres se han conservado, como Juan, Sergio, Patricio, Cosme, Anastasio y Teoctisto.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.


A 20 de marzo además se celebra a






Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...