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lunes, 21 de junio de 2021

Sin manos o golpeado, pero fiel a la fe católica.

San Eusebio de Samosata, obispo. 21 y 22 de junio. 

Era Eusebio obispo de la sede samosatense en 361, tiempos convulsos para la fe católica, atacada por las herejías, sobre todo en Oriente. Pero hay que resumir algo la situación imperante para contar algo de su vida.  

En 361 los obispos reunidos en Antioquía se reunieron para elegir patriarca de tan importante sede, y tanto los católicos como los arrianos comenzaron a maquinar para entronizar a un obispo que les fuera adepto. Unos y otros se fijaron en San Melecio (12 de febrero). Era un hombre bueno y conciliador, que podría contentar a todos. Por ello le apreciaban los más eminentes prelados del momento como el futuro San Basilio Magno (2 de enero y 14 de junio) o San Eusebio de Vercelli (2 de agosto). El emperador Constancio dio su visto bueno a la elección y Melecio tomó posesión de su sede. En un principio fue ambiguo, según parece, y su afán conciliador con los herejes (no con la herejía) hizo recelar a los católicos y esto comenzó a pasarle factura. Constancio II, emperador arriano, le hizo comparecer ante él para que aclarase su fe y proclamase su preferencia teológica. Él extendió tres dedos hacia la gente, luego cerró dos y dijo "Tres Personas se conciben en la mente pero es como si nos dirigiéramos a una sola". Enseñanza plenamente católica. 

Los arrianos montaron en cólera y comenzaron a buscar su deposición. Le acusaron de sabelianismo, una herejía que erraba en la fe trinitaria y en el mismo 361 el emperador le depuso y le desterró a Melitine. Pero aún era obispo legítimo, pues nadie le había declarado hereje, y los arrianos intentaron revocar su decreto de nombramiento. Y aquí entra nuestro Eusebio. 

El santo obispo de Samosata tenía en sus manos el Decreto de la designación de Melecio como Patriarca de Antioquía, y lo custodiaba como cosa sagrada. El emperador, a petición de los arrianos, envió un mensaje a Eusebio para que lo entregara. El obispo respondió: "No puedo entregar lo que públicamente se me entregó sin el consentimiento de todos los que me lo confiaron". Constancio insistió, amenazándole que, de no entregar la resolución del Sínodo, le cortarían la mano derecha. Eusebio extendió las manos al oficial mensajero y respondió tranquilamente: "Córtalas y llévaselas al emperador. No entregaré el documento". Constancio quedó impresionado al saberlo y no insistió en el asunto. 

En 370 falleció San Eusebio de Cesarea (21 de junio), a quien no hay que confundir con el célebre obispo de igual nombre y sede, fallecido en 339. El clero de la ciudad pidió ayuda a los obispos de la provincia imperial para elegir un sucesor digno de la sede y no sospechoso de herejía. El obispo Gregorio de Nacianzo, padre del gran San Gregorio Nacianceno (2 de enero, 9 de mayo y 11 de junio, traslación de las reliquias) imploró la ayuda a Eusebio, aunque Samosata no formaba parte de la provincia. Eusebio viajó a Cesarea y luego de negociaciones y súplicas públicas, decidió dieran la sede al eminente presbítero San Basilio. Él mismo le consagró obispo el 14 de junio del mismo año. 

Cuando estalló la persecución de Valente, Eusebio confirmó en la fe a sus fieles, y además, viajó a las sufridas iglesias de Palestina, Siria y Fenicia. Iba disfrazado de oficial, celebrando la eucaristía y consolando a los que enterraban a los mártires, sus viudas e hijos. Ordenaba nuevos obispos para que las comunidades no quedaran sin pastor. En 374 Valente, enfurecido con él, le desterró, pues no se atrevió a matarle como pedían los arrianos. El santo decidió partir mansamente, e incluso ayudó a irse en la noche al oficial que le trajo la noticia, para que el pueblo no se amotinara y la tomara con él.  

Partió al destierro sin nada, tan pobre como vivía, y solo permitió le acompañara un siervo fiel. Le alcanzaron en el camino algunos cristianos, que le pedían peleara y se enfrentara al emperador, pero Eusebio, sabiendo que esto solo traería más muerte y destrucción, arengó a los suyos a obedecer a las autoridades. Además, les exhortó en la caridad de unos con otros y a permanecer fieles a la verdad custodiada y enseñada por la Iglesia. El nuevo obispo, arriano, era un buen hombre y no se atrevió a mancillar la memoria de Eusebio, y al poco tiempo renunció a la sede. El siguiente era un feroz hereje y llegó a destruir un baño público solo porque Eusebio lo había usado, considerando impuras las aguas. Y así, más de un exabrupto tuvo, como azotar a unos niños que jugaban con una pelota, porque esta se metió entre las patas de su burro, el animal tropezó y le hizo caer al suelo. 

Sepultura del santo. Doliche
En 378 murió Valente y le sucedió el emperador Graciano, católico, que se propuso la restauración de la paz y la unidad en la Iglesia. A finales de 378 aquel Melecio del que hablamos antes volvió a su sede y nuestro Eusebio volvió a su querida Samosata. En 379 se convocó un Concilio para proclamar la fe trinitaria de la Iglesia, sin ambages ni concesiones teológicas. Se arrojaron a los arrianos de sus sedes, los católicos volvieron a poseer sus iglesias y se ordenaron obispos que habían sido probados en su ortodoxia mediante la persecución.  

En esto último destacó Eusebio, quien recorrió varias ciudades, eligiendo a los candidatos. Y en esta labor, le llamó el Señor de una manera un tanto curiosa: estando de labor pastoral en una pequeña ciudad de Siria, una mujer le lanzó una teja desde el tejado de su casa, con tan mala fortuna, que le dio en plena cabeza al santo. Eusebio padeció varios días por la herida, y finalmente entregó su alma al Creador, luego de perdonar a todos los que le habían hecho mal y haciendo prometer a sus amigos que no buscarían a la agresora. Por esta razón en ocasiones se le llama mártir.

Su sepulcro aún se conserva en Doliche, Turquía.

Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo VI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Historia General de la Iglesia". Tomo I. D. J. DARRAS. París, 1862.

 A 21 de junio además se celebra a:

San Albano de Colonia
mártir.
San Luis Gonzaga,
religioso jesuita.
San Méen de Rennes
monje.
San Ramón de Roda,
obispo.









 
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domingo, 7 de marzo de 2021

Por devoción a los mártires, al martirio.

Santos Eubulo y Adriano de Cesarea, mártires. 7 de marzo. 

Su martirio lo recoge Eusebio en su “Historia Eclesiástica” al relatar la persecución en Palestina llevada a cabo por Diocleciano y Maximiano entre los años 303 y 310. En esta persecución padecieron numerosos mártires, uno más esforzado que el otro. Eusebio detalla bastante la persecución y da algunos nombres y como padecieron, y con el relato de nuestros dos mártires, los únicos cuyo culto trascendió, cierra su narración. 

No sabemos de donde eran Eubulo y Adriano, naturales de Mangana, aparecieron en Cesarea de Palestina luego de unos días intensos para los cristianos, pues doce de ellos habían sido martirizados. Al llegar a la ciudad hallaron que los santos cuerpos de los mártires yacían a las afueras de la ciudad, a las expensas de las fieras. Allí debían permanecer hasta cuatro días, luego se permitía fueran enterrados. Si algún cristiano lo hacía antes (como solía ocurrir por la devoción que hacia los mártires se tenía) era inmediatamente arrestado. 

Eubulo y Adriano no se detuvieron ante aquel sacrilegio y, tomando las preciosas reliquias de los santos mártires, las enterraron piadosamente y al ser inquiridos por ello, confesaron que habían ido a la ciudad precisamente para ello, para socorrer a los cristianos. Fueron aprehendidos y llevados ante el gobernador Firmiliano. Este, hecho ya a los interrogatorios y los tormentos les hizo padecer el castigo de los garfios de hierro, que les desgarraron las pieles a nuestros santos. Así, hechos un guiñapo, arrojó a un león a Adriano en el marco de unas fiestas que se celebraban. El león no tocó al santo, que terminó siendo degollado. 

Por su parte, a Eubulo le intentó salvar el portaestandartes del gobernador. Tal vez le conocía, quien sabe. Intentó convencer a Eubulo para que sacrificara a los dioses y así salvara su vida. Eubulo, claro está, lo rechazó, y por ello, el 7 de marzo de 308 fue arrojado a las fieras en el anfiteatro, las cuales lo despedazaron y devoraron. 

Fuente:
-"Las Verdaderas actas de los Martires". Tomo III. Teodorico Ruinart. OSB. Madrid, 1776. 


A 7 de marzo además se celebra a:








lunes, 9 de abril de 2018

A la Cibeles, ni por fiestas.

San Eupsiquio de Cesarea, mártir. 9 de abril.

Vivió a mediados del siglo IV, imperando Juliano el Apóstata, quien se empecinó en retomar el antiguo paganismo romano, persiguiendo por ello a la Iglesia.

Eupsiquio era de noble familia, oriunda de Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía. En 362 se casó con una joven cristiana, pero el matrimonio le duró bien poco. Estando en el banquete de bodas, supo que unos paganos habían retomado las fiestas en honor a la diosa Cibeles, y con unos amigos se fue al templo recién reabierto. Allí tomaron barras de hierro y la emprendieron a golpes con los ídolos, arrojándolos de los pedestales y además en una noche lograron demolición del templo, a la cual se sumaron cientos de cristianos.

Al saberlo el emperador se enfureció mandó que los culpables fueran sentenciados a muerte. Además, ordenó un reclutamiento de todos los cristianos que, hasta ese momento podían negarse a servir en el ejército. Por último, ordenó un impuesto extra que se les cobraría a los cristianos para la reconstrucción del Templo de Cibeles. Aquellos que fueran pobres y no pudieran pagar tendrían que trabajar con sus manos.

Eupsiquio, claro está, estuvo entre los primeros condenados a muerte. Fue atado a un árbol y torturado, para finalmente ser decapitado. Cuando Juliano perdió la vida en la campaña contra los persas, los cristianos de Cesarea construyeron una basílica en honor de su ínclito mártir Eupsiquio. San Basilio Magno (2 de enero y 14 de junio, consagración episcopal) predicó un sermón en honor del santo, animando a su devoción.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 9 de abril además se celebra a






miércoles, 7 de marzo de 2018

Simple ante los hombres y grande ante Dios.

San Pablo "el Simple", monje. 7 de marzo, 4 de octubre, 18 de diciembre y 11 de enero.

Hay varias fuentes sobre este santo, pues tanto Paladio, como Rufino y Sozomeno hacen referencia a él. Fue Pablo un hortelano rudo, quien un día halló a su mujer con otro hombre. Entonces, decepcionado de todo, dejó el mundo y se fue al Desierto. En la Tebaida halló a San Antonio Abad (17 de enero), pidiéndole ser su discípulo. Sin embargo, el santo no quiso aceptarlo, porque Pablo tenía más de 60 años y a esa edad hacerse a la vida monástica es muy difícil.

La respuesta de Pablo "el Simple", fue simple: quedarse fuera de la ermita de Antonio hasta que este le admitiera. No decía una palabra, ni insistía, ni miraba al santo patriarca. Esa humildad venció a Antonio, quien temiendo que el viejo Pablo se le muriera a la intemperie, le dejó entrar a su ermita. Para probarle, cuenta Paladio, Antonio encargó a Pablo que tejiera una cuerda con hojas de palma, la cual le ordenaba deshacer al ponerse el sol, y así, día tras día, sin que Pablo protestara por la inutilidad de aquella tarea. Otras veces ponía un trozo de pan delante de él, y luego de orar largo rato, le decía "Hemos mirado el pan, eso bastará de cena; ahora descansemos". Nunca protestó por aquello "el simple" Pablo.

Cuando Antonio creyó que ya Pablo estaba listo para la vida eremítica, sabía orar los salmos de memoria y estaba templado en el ayuno y la penitencia, le dejó tener su ermita relativamente cerca de la suya. Realmente Antonio admiró cuan pronto se adentró Pablo por los caminos del Señor, pues en breve este tenía una oración altísima, recibiendo grandes dones de Dios, entre ellos el de exorcizar a los demonios. Incluso en ocasiones, según Sozomeno, Antonio le enviaba endemoniados que el mismo no podía liberar, quedando libres las personas

En una ocasión, estando Antonio discutiendo sobre asuntos espirituales con algunos prelados que le visitaban, Pablo, que era analfabeto de todo, preguntó "¿Vivieron los profetas antes de Jesucristo, o Jesucristo antes de los profetas?". Antonio, molesto con aquella tontería, le mandó callar y apartarse, lo cual hizo Pablo enseguida, yéndose a sus labores. Como los prelados asomaron alguna sonrisa a costa del "tonto", Antonio les replicó: "¡Oh, hermanos míos! aprended de este hombre como debe ser nuestra obediencia a Dios. Si yo digo algo, él lo hace instantánea y alegremente. Y nosotros, ¿nos comportamos así con nuestro Dios?".

Pablo murió sobre 339.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Volumen III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 7 de marzo además se celebra a





martes, 2 de enero de 2018

Del invicto mártir de Ancyra.

San Basilio de Ancyra, mártir. 2 de enero.

Mengen, Alemania.
Basilio fue un seglar muy conocido en la iglesia de Ancyra, Turquía, por lo cual, legado al poder Juliano el Apóstata, fue apresado y llevado ante el Gobernador Tárvilo. Ante este declaró que era cristiano y que estaba dispuesto a padecer por Cristo. Fue sometido a la horca, aunque sin dejarlo morir, el cual era un tormento frecuente, que constaba en cortar la respiración algunos minutos al condenado, para hacerlo desesperar y luego aflojarle el cuello. Así varias veces hasta lograr lo demandado, la apostasía en el caso de los cristianos.

Luego de este tormento, en el cual Basilio no decayó, fue trasladado a Constantinopla, para juzgarle junto a muchos cristianos de todo el Imperio. Allí fue sometido a la flagelación y al fuego, pero igual no renegó de Cristo. También fue metido en una olla de aceite hirviendo, que sobrevivió. Finalmente fue arrojado a los leones, entre cuyas fauces ganó la corona del martirio. Los cristianos recogieron su cuerpo y le enterraron piadosamente, y una vez llegada la paz, le dedicaron una iglesia a su memoria.

Su persona se confunde con la de otro San Basilio de Ancyra (22 de marzo), pues los tormentos son similares, lo cual no es de sorprender, siendo del mismo tiempo y lugar. Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre si son dos santos o es el mismo. En el cielo lo sabremos.

A 2 de enero además se celebra a
Santa Eufrosina, virgen carmelita.
San Isidoro de Zaragoza, obispo y mártir.

domingo, 30 de julio de 2017

Hombres o mujeres, no tenemos excusas.

Santa Julita de Cesarea, mártir. 30 de julio.
"La causa de vuestra concurrencia es el elogio que os tengo anunciado en honor de una bienaventurada mártir. Este día os lo he señalado como día en que se hace memoria de un gran combate, que en el cuerpo débil de mujer sufrió la felicísima entre ellas Santa Julíta. Esta contienda esforzada llenó de admiración y espanto así a los que asistieron a este espectáculo, como a los que en su historia leen u oyen leer los exquisitos tormentos que toleró una mujer".

Así empieza San Basilio Magno su homilía sobre esta mártir. La pronunció a los 70 años del martirio, cuando el culto a la santa ya estaba consolidado y era ejemplo para los cristianos. Según Basilio, Julita era una viuda caritativa, que poseía numerosos bienes, pero era esquilmada por un vecino que le robaba sus tierras y propiedades. Entonces Julita le puso una demanda ante el juez, pero he aquí que en el juicio, el sinvergüenza le acusó de ser cristiana, con lo cual Julita perdía todo derecho a justicia, y, además, pasó a ser la acusada. Y lo dice así San Basilio:
"En el día pues emplazado, y en que ya dispuestos para la defensa los abogados, comenzaron a descubrir la crueldad y tiranía de este hombre exponiendo el derecho y legitimidad con que adquirió sus bienes (…) sin contestar este la demanda salió al encuentro, diciendo: que esta mujer no debía oírsela en juicio: porque no es razón, decía él, que sean participantes de un común derecho aquellos que no veneran los dioses de los emperadores y no abjuran la fe de Jesucristo. Esta propuesta pareció oportuna y justa al Presidente, y así mandó que luego se trajera el incienso y las brasas, y se ofreciera a los litigantes; protestando que ni el fuero ni las leyes, ni otros privilegios de la ciudad podían favorecer a los que no negaran a Cristo, y a los que conservaran su fe; porque en esto se hacía una infamia a los edictos y leyes de los Emperadores que entonces reinaban".

Pero claro, Julita se negó a sacrificar a dios alguno, pues era cristiana. Ni las amenazas de quitarle definitivamente los bienes que pretendía, ni la amenaza de los tormentos y la pérdida de la vida, hicieron que Julita apostatase de Cristo. Entonces el juez le condenó a morir en la hoguera. San Basilio lo narra de esta manera:
"En vista de esta constancia la sentenció el Juez inicuo no solamente al secuestro y pérdida de sus riquezas, de las que violentamente y contra todo derecho había sido despojada, sino que también mandó arrojarla al fuego para que perdiese la vida. Julita pues no caminaría con tanta aceleración a las mayores diversiones del mundo, como corría a las llamas con un semblante y palabras, que manifestaban su alegría, y eran señales de aquel gozo interior de su ánimo, con que sufría la muerte. Exhortaba también a las mujeres que se hallaban presentes a que no les acobardaran los trabajos por la piedad con pretexto de la debilidad de su sexo". 

Y luego de animar a las mujeres cristianas a ser fuertes ante la persecusión y el martirio, se acercó a la hoguera y antes que la ataran, ella misma se adentró en el fuego. Basilio señala que las llamas no tocaron su cuerpo y Julita murió asfixiada por el humo. El cuerpo fue tomado por los cristianos y la enterraron piadosamente. Llegada la paz de San Constantino (21 de mayo) se trasladaron a la basílica constantiniana de Cesarea. En su sepultura brotó una fuente, según se lee en el mismo sermón del santo, cuyas aguas eran dulces, contra las de la región, salobres. Además, eran aguas milagrosas que sanaban a muchos enfermos. Y si empezamos con el gran San Basilio, volvemos a él: 
"Hombres, no os mostréis inferiores en la piedad a las mujeres; y vosotras mujeres , no os apartéis de este ejemplo, y seguid sin excusas la piedad , pues ya tenéis experiencia de que la debilidad de vuestro sexo no es impedimento para que podáis obrar todo bien".


Fuentes:

-"Vidas de los Santos". Tomo VIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
-"Homilias de S. Basilio Magno". Madrid, 1846.


A 30 de julio además se celebra a
Beata Ingeborg de Dinamarca, reina.
Santos Abdón y Senén, mártires.

jueves, 9 de marzo de 2017

San Gregorio de Nisa.

San Gregorio de Nisa, obispo. 9 de marzo, 10 de enero, 14 de octubre y 22 de noviembre.

Nació sobre el año 331 y fue nieto de Santa Macrina la Anciana (19 de julio), hijo de Santos Basilio y Emmelia (30 de mayo), y hermano de San Naucracio (7 de enero), San Basilio Magno (2 de enero y 14 de junio), San Pedro de Sebaste (9 de enero) y Santa Macrina la Joven (19 de julio). Era el hijo menor y sus padres murieron siendo él un niño, por lo que sus hermanos Basilio y Macrina fueron como sus padres. Fue educado en la fe y la rectitud cristianas. 

Muy joven, antes de ser presbítero, se casó con Santa Theosebia (10 de marzo), de la cual San Gregorio Nacianceno, dirá años después "era su compañera de ministerio (…) verdaderamente santa esposa de un presbítero". Sin embargo, en principio, aunque Gregorio había tomado las órdenes de Lector, no pensaba dedicarse al servicio eclesiástico, sino que comenzó una carrera de retórico. Y el mismo Gregorio Nacianceno (1, Iglesia Siria, 2; 19, traslación de las reliquias, 25, traslación de las reliquias y 30, Sinaxys de los Tres Patriarcas, de enero; 9 de mayo; 11 de junio, traslación de las reliquias, y 23 de agosto, Iglesia de Georgia), gran amigo suyo, le reconvino, manifestándole que claramente Dios le quería como presbítero de su Iglesia. Así que, en 371, fue ordenado sacerdote y consagrado obispo por su hermano Basilio. El cardenal Baronio intentó en su día demostrar (partiendo del tratado "De virginitate" del mismo San Gregorio) que desde ese momento, ambos esposos vivieron en continencia, pero la disciplina eclesiástica oriental nunca contempló el celibato obligatorio para los presbíteros, y la occidental no lo haría definitivamente hasta el siglo XIII. 

Ya siendo obispo de la ciudad de Nisa, y es luego de este hecho cuando se separó de su mujer, que eligió la vida anacorética al mismo tiempo que fungía como diaconisa. Como obispo fue nuestro santo un excelente defensor de la fe católica frente a la herejía arriana, y por ello fue desterrado, imperando Valente, monarca filoarriano, que hizo lo mismo con otros obispos fieles a la verdad catolica, como San Cirilo de Jerusalen (18 de marzo). Ocho años estuvo el santo lejos de su sede, vagando de un sitio a otro de Oriente, siempre padeciendo los ataques de los herejes, pero siempre defendiendo la fe católica. En 375 subió al trono el emperador Graciano "el Joven", que era católico y terminó con la injusticia, devolviendo a Gregorio a su sede de Nisa. En 379 el santo asistió al sínodo de Antioquía, donde se trató el problema del cisma antioqueno, y le fue encomendada la misión de visitar las iglesias de la península arábiga. En 381 asistió al concilio de Constantinopla, donde dirigió las exequias y predicó el sermón lautatorio de San Melecio de Antioquía (12 de febrero). En 383, San Teodosio I (17 de enero), concedió a Gregorio que pudiera utilizar carrozas y caballos para sus traslados, algo reservado solo a los altos funcionarios y al mismo emperador. En 385 predicó en los funerales de la emperatriz Aellia Flacilla. En 394 fue uno de los obispos consagrantes de la iglesia de Ruffini, Constantinopla.


El santo llora la muerte
de su hermana Macrina.
Se desconoce la fecha de la muerte de San Gregorio de Nisa, la cual le llegó a edad avanzada, sobre el año 400. Sus obras apologéticas y teológicas han sido fundamentales para la fe de la Iglesia. Y os dejo con algo de sus escritos:


"A la manera que, en las cosas humanas, los artífices dan a los instrumentos que fabrican aquella forma que parece ser la más idónea al uso a que se destinan, así el Artífice sumo fabricó nuestra naturaleza como una especie de instrumento, apto para el ejercicio de la realeza; y para que el hombre fuera completamente idóneo para ello, le dotó no sólo de excelencias en cuanto al alma, sino en la misma figura del cuerpo. Y es así que el alma pone de manifiesto su excelsa dignidad regia, muy ajena a la bajeza privada, por el hecho de no reconocer a nadie por señor y hacerlo todo por su propio arbitrio. Ella, por su propio querer, como dueña de sí, se gobierna a sí misma. ¿Y de quién otro, fuera del rey, es propio semejante atributo?

Según la costumbre humana, los que labran las imágenes de los emperadores tratan primeramente de reproducir su figura y, revistiéndola de púrpura, expresan juntamente la dignidad imperial. Es ya uso y costumbre que a la estatua del emperador se le llame emperador; así, la naturaleza humana, creada para ser señora de todas las otras criaturas, por la semejanza que en sí lleva del Rey del universo, fue levantada como una estatua viviente y participa de la dignidad y del nombre del original primero. No se viste de púrpura, ni ostenta su dignidad por el cetro y la diadema, pues tampoco el original lleva esos signos. En vez de púrpura se reviste de virtud, que es la más regia de las vestiduras; en lugar de cetro se apoya y estriba sobre la bienaventuranza de la inmortalidad; y en el puesto de la diadema se ciñe la corona de la justicia; de suerte que, reproduciendo puntualmente la belleza del original, el alma ostenta en todo la dignidad regia." (La creación del hombre, 4).

Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
-http://www.vatican.va/spirit/documents/spirit_20030328_gregorio-nissa_sp.html


A 9 de marzo además se celebra a 





sábado, 11 de junio de 2016

Gregorio, de Nacianzo a Roma.

La Traslación de San Gregorio Nacianceno. 11 de junio.


San Gregorio Nacianceno.
El cuidado y la veneración de las reliquias en ocasiones suelen verse como elementos ajenos a la fe cristiana, incorporados a la devoción a lo largo de los siglos, sin que forme parte de la tradición apostólica. Nada más lejano de la realidad. Los cuerpos de los Apóstoles ya fueron sepultados con dignidad y veneración. El del protomártir San Esteban igualmente. A los primeros cristianos ya se les ve recogiendo los cuerpos, sangre y paños empapados en esta, de sus mártires. Los sepulcros de los mártires en las catacumbas se convierten en sitios de reunión y veneración. Sobre ellos se celebra el santo Sacrificio del altar. San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias), por ejemplo, las visitaba todos los domingos cuando estaba en Roma. Allí meditaba y oraba. También San Paulino de Nola (22 de junio), narra cómo vio el cuerpo de San Hipólito en el cementerio de Santa Ciríaca, y que allí se decía la misa, y se besaba el sepulcro especialmente cuando se recordaba el "dies Natalis" o sea, el día del nacimiento para el cielo del santo en cuestión.

Además, de otros santos se celebra la "traslación", o sea, que las reliquias se llevaban solemnemente a otro sitio donde eran veneradas públicamente. Hay que diferenciarlas de las peregrinaciones de reliquias, abundantes en otras épocas, defenestradas hace unos años y en auge desde hace unos pocos (peregrinaciones mundiales de Francisco Javier, Juan Pablo II, Teresita, Margarita María de Alacoque, o Juan Bosco). Las causas de una traslación solemne podían ser varias, como donación a una iglesia; devolución de reliquias robadas o trasladadas previamente por peligros de profanación o guerras; o traslado a un nuevo santuario o mausoleo. Las primeras que conocemos datan del siglo IV, llegada la paz de Constantino, cuando se levantan iglesias dedicadas a las memorias de algunos mártires y sus reliquias se trasladan desde las catacumbas hasta sus nuevos emplazamientos. A partir del siglo XI las traslaciones se hacen más frecuentes, algunas relacionadas con sucesos que fuerzan el traslado, como invasiones, destrucción de la iglesia que guarda las reliquias, etc. Pero también se dan a la inversa, y son las más frecuentes, o sea, cuando las reliquias regresan solemnemente a su lugar de origen.

En algunos casos la memoria de la traslación llegó a ser más importante que la memoria del "dies natalis", opacándola o suprimiéndola (San Remigio o San Fermín, ambos en este caso). En otros santos, se tomó como festividad, al ser la única o más antigua referencia de culto que se conocía (San Materno o Santa Rosa de Viterbo). Las órdenes religiosas más importantes celebran, o celebraban, traslaciones de algunos de sus santos. Los dominicos las de Santo Tomás de Aquino el 28 de enero y la de San Pedro Mártir a 4 de junio, los benedictinos la de San Benito a 11 de julio, y los Trinitarios la Traslación San Juan de Mata a 7 de mayo. 

Y hoy nos ocupa la de: 

San Gregorio Nacianceno (1, Iglesia Siria, 2; 19, traslación de las reliquias, 25, traslación de las reliquias y 30, Sinaxys de los Tres Patriarcas, de enero; 9 de mayo; 11 de junio, traslación de las reliquias, y 23 de agosto, Iglesia de Georgia), Doctor y Padre de la Iglesia falleció a finales del siglo IV, cerca de 390, luego de una vida entregada a la Iglesia y a la defensa de la ortodoxia de la fe. Fue enterrado en Nacianzo, su ciudad natal, en la misma casa donde se había retirado para dedicarse a la oración. El 19 de enero de 640 sus reliquias se trasladaron solemnemente a la iglesia y monasterio de Santa Anastasia de Constantinopla, donde las monjas de rito bizantino las veneraron durante siglos. En el siglo VIII, en plena persecución de los herejes iconoclastas, opuestos a la veneración de imágenes y reliquias, algunas monjas de Constantinopla huyeron a Roma con las preciadas reliquias para salvarlas de los ataques de los herejes, alentados por los emperadores León III y Constantino V. Las monjas las depositaron en el monasterio de benedictinas "Santa Maria in Campo Marzio". En tiempos del papa San León III (12 de junio) en una capilla anexa al monasterio, dedicada al santo Doctor. Esta traslación se realizó a 25 de enero de un año incierto, pero siempre después del año 800. La devoción a San Gregorio fue a más con esta traslación, pues en el siglo X hallamos que el monasterio ya es llamado "de Santa María y San Gregorio" en documentos oficiales.

Relicario de San Gregorio Nacianceno.
El 12 de febrero de 1578 el papa Gregorio XIII bendecía la primera capilla de la nueva Basílica de San Pedro, dedicándola a la Santísima Virgen, y quiso dotarla de reliquias insignes. Por ello solicitó a las monjas de Campo Marzio las santas reliquias del eximio Padre de la Iglesia, prometiéndoles dejarles el brazo. Y 3000 ducados de oro, todo sea dicho. El 11 de junio de 1580 se realizó la traslación solemne, a la que acompañaron bendiciones especiales, indulgencias, indultos a presos menores y otros beneficios. Se adornaron las calles con flores, tapices y alfombras. Gregorio XIII acompañado de todos los cardenales, salió al atrio de San Pedro a recibir las reliquias, y descubriéndose la cabeza y descalzándose las besó. Las reliquias fueron depositadas en una urna de bronce y esta metida en un arca de madera forrada de brocado, que se introdujo en el altar de la capilla. Permanecieron sin tocarse durante 426 años hasta 2004, cuando el papa Juan Pablo II mandó abrir el altar y devolver parte de las santas reliquias a Bartolomé I, Patriarca de Constantinopla. También entregó parte de las reliquias de San Juan Crisóstomo (27 de enero, traslación de las reliquias a Constantinopla; 30 de enero, Synaxis de los Tres patriarcas: Juan, Gregorio y Basilio; 13 de septiembre, muerte; 13 de noviembre, Iglesia oriental; 15 de diciembre consagración episcopal), que igualmente se veneran en dicha Basílica.


Fuente:
-"Dizionario di erudizione storico-ecclesiastica da S. Pietro sino ai nostri giorno". Volumen X. R.P. GAETANO MORONI. Venecia, 1846.


A 11 de junio además se celebra a 
San Achaz de Torhout, niño. 
Santos Félix y Fortunato, hermanos mártires.

Y además
De la Invención y Traslación de reliquias en la Iglesia.
La Invención de las reliquias de San Esteban.

La Invención de Santiago Apóstol.
La Traslación de Santiago Apóstol.
La Traslación de San Juan de Mata.
La Traslación de San Phantalo
La Traslación de los Reyes Magos

La Traslación de Santa Juana de Lestonnac
La Traslación de Santo Tomás de Aquino
La Traslación de San Mateo Evangelista.
La Traslación de Santa Isabel de Hungría.
La Traslación de Santo Domingo de Guzmán.
La Traslación de San Juan de la Cruz.

lunes, 30 de mayo de 2016

Santos Basilio y Emmelia de Capadocia.

Santos Basilio y Emmelia de Capadocia, esposos. 30 de mayo.

La santa Familia de Basilio y Emmelia.
Ambos esposos vivieron en la Capadocia antigua. Basilio, llamado "el Viejo", fue hijo de San Basilio y Santa Macrina la Anciana (ambos a 14 de enero), discípula de San Gregorio Taumaturgo (17 de noviembre). De los padres de Emmelia solo se sabe que su padre fue mártir en una de las persecuciones. Por tanto, ambos jóvenes eran cristianos probados en el Evangelio y la persecución. Basilio era un gran abogado y retórico y se le atribuyen algunas obras.

Ambos tuvieron diez hijos, a los que educaron sólidamente en la fe cristiana, las letras y la piedad. De todos estos hijos, seis han pasado a los santorales: San Naucracio (7 de enero), San Basilio el Magno (2 de enero y 14 de junio), San Gregorio de Nisa (9 de marzo), San Pedro de Sebaste (9 de enero), y Santa Macrina la Joven (19 de julio).

Se desconoce cuando murió Basilio, pero fue antes de la muerte de su hijo mayor, Naucracio, a sus 27 años, luego de varios años dedicados a la oración. Emmelia estaba desconsolada y su hija Macrina le consoló y animó a no llorar como los paganos, que no tienen esperanza en la vida eterna. Luego de enviudar, ambas, madre e hija, se dedicaron a la educación de los otros hijos más pequeños. Cuando todos sus hijos se encaminaron en el servicio de Cristo en la Iglesia, lo que fue de gran felicidad para ella, Emmelia y Macrina decidieron fundar una comunidad monástica para vivir retiradas en oración. Repartió sus propiedades entre los hijos, reservando una parte para ellas, y se fueron a una propiedad que tenían en el Ponto, cerca de su hijo Basilio. Allí se les unieron unas esclavas cristianas que habían sido liberadas hacía poco tiempo y entre todas establecieron vida común de oración, trabajo y estudio. Basilio escribió una regla para ellas, que sería seguida después por otros monasterios posteriores.

Muchos años vivió Emmelia como religiosa, hasta que le llegó la muerte, el 8 de mayo de 375. Estuvieron junto a ella Macrina, su hija mayor y Pedro, el menor. Antes de fallecer, exclamó "¡A ti, Señor, entregué las primicias y el diezmo del fruto de mi vientre. Acéptalo como un sacrificio agradable y que tu espíritu de santidad descienda sobre ellos!" Luego pidió ser enterrada en su casa de Annesi, junto a su marido y su hijo Naucracio. Luego de la muerte de su madre, Macrina repartió todos sus bienes entre los pobres y junto a sus monjas comenzó a vivir exclusivamente del trabajo de sus manos, siguiendo la norma extendida en otros monasterios y seguida sabiamente por los eremitas.

La Iglesia Serbia celebra la memoria de Emmelia a 8 de mayo, la iglesia Rusa a 3 de enero junto a todos sus hijos y las iglesias de tradición griega los conmemoran a ambos 30 de mayo.


El 30 de mayo además se celebra a  
Santa Juana de Arco, mártir

lunes, 7 de marzo de 2016

Los Santos Mártires de Quersoneso.

Santos Basilio, Efraim, Eugenio, Agathodoro, Elpidio, obispos mártires; y Etherio y Capito del Quersoneso, obispos. 7 y 20 de marzo (Iglesia Rusa).

Basilio, Efraim, Eugenio,
Agathodoro y Elpidio
Estos siete obispos fueron enviados a principios del siglo IV a Crimea por Hermón, Patriarca de Jerusalén, para que predicasen el Evangelio. Era la población del Quersoneso pagana y de costumbres bárbaras. Los apóstoles comenzaron a predicar a Cristo, pero el Evangelio chocaba con la fiereza local, por lo que los paganos quisieron deshacerse de aquellos que predicaban un dios nuevo, incompatible con sus dioses vengativos y lujuriosos. Atraparon a los obispos y los sometieron a diversos tormentos: Basilio fue lapidado, Efraim, Eugenio, Agathodoro y Elpidio murieron decapitados. Solo se libró Etherio, que murió anciano y confesando a Cristo en paz. Le sucedió Capito, el cual también predicó incansablemente el nombre de Cristo. 

Los escitas que vivían allí le pidieron una señal que confirmara la verdad del dios que proclamaba en su Evangelio. Así que lo invitaron a entrar en un horno de fuego ardiendo. Capito aceptó, pero antes de entrar declaró que Dios libraba a los que le amaban y servían, y que lo demostraría con él mismo. Hizo la señal de la cruz y entró por sí mismo en el horno. Al cabo de una hora lo sacaron y estaba ileso, logrando con este portento muchas conversiones a la verdadera fe. Al parecer fue uno de los padres conciliares en el I Concilio de Nicea en 325. Otra versión le pone naufragado en un viaje, y establecido en regiones de Grecia, donde evangelizó a los paganos. Como seguían adorando a los dioses, destruyó sus ídolos, a la par que levantaba un templo en honor de San Pedro. Fue capturado por los paganos y asesinado. Su memoria aparte de los otros obispos es a 22 de diciembre. Tal vez se trate de otro santo del mismo nombre.


Fuentes:
-“Welsh Classical Dictionary”. PETER BARTRUM . National Library of Wales, 1993.
-"Acta Sanctorum, Marzo. Tomo I".



A 7 de marzo además se celebra a 





domingo, 3 de enero de 2016

San Gordio, centurión y mártir.

San Gordio de Cesarea, mártir. 3 de enero.

A mí (…), haciéndome olvidar de mi debilidad y flaqueza, me atraen los prodigios y milagros de este Mártir: ea pues, buen ánimo, y esforzando la voz hasta donde alcancen las fuerzas, a manera de abejas que zumban alrededor de las flores, celebremos y elogiemos los hechos maravillosos de un varón, condescendiendo en ello a la piedad y gratitud de los presentes. 'Cuando se alaba al justo, se alegrarán los pueblos', nos decía el sabio Salomón”.

Con estas palabras introduce el Gran San Basilio (2 de enero y 14 de junio) su sermón laudatorio sobre el mártir San Gordio, un santo local, y casi contemporáneo de Basilio. San Gordio era originario de Cesarea de Capadocia, y era Centurión del ejército, y suponemos que era cristiano en oculto, porque los cristianos tenían prohibido acceder a puestos militares o civiles. En 303, cuando Galerio emitió su edicto contra la Iglesia en Oriente, Gordio dejó a un lado el servicio militar, y se retiró al monte Horeb, donde vivió en ayuno y oración entre las bestias salvajes. Las iglesias en Cesarea habían sido destruidas, el clero se había dispersado, y muchos cristianos se habían conformado con aparentar sacrificar a los dioses con tal de perder no sus vidas. Había vuelto Cesarea a ser una ciudad pagana. En el desierto pasó muchos años, pero su celo por Cristo no le dejaba descansar, y se compadecía de sus antiguos hermanos cristianos, ahora ocultos y caídos en la idolatría. Supo que en la ciudad se celebraría una gran fiesta en honor al dios Marte, con carreras, sacrificios y otros espectáculos, y entonces cuando… 
lleno estaba ya todo el teatro, ya estaban todos esperando la carrera de los caballos, cuando bajando desde lo más alto del monte, nuestro esforzado y generoso atleta, con un ánimo verdaderamente grande y con una constancia y sufrimiento inalterable, sin miedo de la plebe y sin reparar en los muchos adversarios, que tenía a la mano (…) se puso en medio de todos (…) le oyeron decir con mucha confianza y con clamor muy grande muchos de los que viven todavía: 'Hallado fui por los que no me buscaban descubiertamente aparecí a los que no me preguntaban' [Isaías]. En cuyas palabra dio a entender que no era traído por fuerza y con violencia a los riesgos y peligros, sino que por su propia voluntad se ofrecía al combate, imitando al Señor”.

Efectivamente, Gordio, desfigurado por las penitencias, enflaquecido y encanecido logró que todos miraran hacia él, desviando la atención de los caballos y fieras. El gobernador mandó le llevaran ante su estrado y allí le inquirió sobre quien era. Gordio se descubrió, declarando su país y familia, profesión y abandono de esta. Y añadió "He regresado para manifestar abiertamente que no me importan en nada tus edictos, porque pongo mi esperanza y confianza en Jesucristo". A lo que el gobernador, al verse desafiado por un desertor, mandó le castigasen. Y, según Basilio, la gente dejó los festejos por regodearse en los tormentos que infligirían al mártir. Y así habrá sido, pues entre los oyentes de Basilio había testigos del martirio de Gordio. Y no solo curiosos, sino que muchos cristianos se sintieron animados con aquel testimonio, e igualmente confesaron a Cristo.

San Gordio fue atormentado con látigos de plomo, el potro, el fuego y además, le rasgaron los costados. Pero nada logró que renegase de Cristo ni que dejase de confesar su Nombre. Basilio pone en su boca una serie de razonamientos, frases bíblicas y alegorías que indudablemente son de su propia cosecha, pero que no quitan veracidad al testimonio de Gordio. Adorno son, no más. Finalmente fue decapitado. Es venerado por todas las Iglesias Orientales, y es uno de los principales patronos de Cesarea. 


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.  

-"Homilías de San Basilio Magno". P. PEDRO DUARTE. OSBM. Madrid, 1796. 


A 3 de enero además se celebra a  
Santos Theopento y Theonás, mártires.
San Blimont de St-Valery, abad

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...