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sábado, 10 de febrero de 2018

Hornos, venenos, lobos y asnos.

Santa Austreberta de Pavilly, abadesa. 10 de febrero.


Santa Austreberta y el horno.
Nació sobre 630 y fue hija de los condes Badefried y Santa Framhildis (17 de mayo). Desde niña quiso ser toda para Cristo, por lo cual hizo un voto de castidad que le fue confirmado por una visión: un día mientras sacaba agua de un pozo, vio sobre ella a un ángel que le colocaba un velo sobre la cabeza.

Sin embargo, cuando tenía 25 años sus padres le arreglaron un matrimonio, del cual Austreberta huyó el mismo día del enlace, junto a un hermano suyo. Ambos llegaron a la orilla del río Canche y viendo que no había puentes, Austreberta hizo una oración, tomó a su hermano de la mano y cruzaron el río sobre las aguas. Se fueron a Thérouanne, donde su obispo, San Audomar (9 de septiembre), le dio el velo de las vírgenes, pero la devolvió a su casa, aconsejando a sus padres no interponerse a la voluntad de Dios. Entonces sus padres decidieron fundar un monasterio para su hija en Abbeville. La primera abadesa fue la Beata Burgofledis (3 de septiembre), porque Austreberta se contentó con ser una hermana lega. Pero sin embargo, sus virtudes y milagros eran tan evidentes, que las demás monjas la eligieron priora. Como se vio obligada a aceptar, Austreberta lo hizo humildemente, pero sin dejar nunca de hacer sus labores cotidianas ni consentir privilegio alguno frente a las otras monjas.

Cuentanse varios milagros de la santa. De los más conocidos es el del horno: estaba horneando pan cuando el horno se incendió por dentro, con peligro de perderse el escaso pan que tenían las monjas. Tranquilamente, abrió la puerta, se metió en el horno y esperó allí que el pan estuviera listo. Luego salió del horno con el pan entre sus manos, sin sufrir lesión alguna. Es la misma historia, con ligeras variantes, que se cuenta de Santa Áurea (4 de octubre) o San Emiliano (16 de noviembre). También se cuenta que, llevando pan a los pobres, le llamó la atención su abadesa, y al soltar el mandil, fue leña lo que cayó. En una ocasión en que se hallaban en el coro, hubo un terremoto y Austreberta dijo a las monjas no se movieran de la iglesia, mientras ella iba a salvar a dos novicias que, por sus oficios, estaban fuera. Las sacó debajo de los escombros y a una que había muerto la resucitó. Sin embargo, a una monja que había dejado la iglesia y perecido en un segundo temblor, no la resucitó por desobediente.

En 662 las monjas del monasterio de Pavilly, fundado por San Filiberto (20 de agosto) y San Ouen (24 de agosto) la eligieron abadesa. Pero al poco tiempo un número de hermanas se pusieron en contra suya a causa de su estilo austero de vida y su sentido de la estricta observancia monástica. Como no lograban que Austreberta dimitiera, pues pusieron veneno en su comida. La santa lo supo por revelación divina y delante de las malvadas, comió de todo, mientras las miraba compasiva. No contentas con ello, las monjas llamaron al señor del lugar, cuya hija era monja en Pavilly, y acusaron a Austreberta de pegar a la hija del hombre. Este lo creyó y a la primera que se estuvo frente a nuestra santa, desenvainó la espada para golpearla, pero Austreberta permaneció ecuánime ante él, e incluso le ofreció el cuello para que golpeara. El hombre cayó de rodillas llorando y contó lo ocurrido, enterándose al punto de la inocencia de Austreberta.

Relicario de parte del cráneo.
Montreuil.
Pero el portento más representado en la iconografía de Santa Austreberta es el del lobo y el asno: las hermanas hacían ornamentos para los monjes Jumièges, por lo que Austreberta compró un asno para transportar las arcas con los preciados ornamentos. Llegó el momento que el animal ya sabía hacer el camino solo, por lo que las monjas podían seguir haciendo su trabajo y oración sin abandonar el recinto. Ocurrió un día que un lobo atacó al asno y lo mató, comiéndoselo luego. Austreberta, preocupada por el animal, salió al camino a buscarlo y halló a la bestia devorando al burro, así que haciendo la señal de la cruz, le obligó a tomar el lugar del asno. Y así estuvo el lobo haciéndolo hasta morir de viejo. En el sitio donde el lobo mató al asno aún una cruz conmemorativa del hecho.

El día de la Candelaria de 704 Austreberta recibió una revelación de que ya podía entonar como Simeón "Nunc dimittis", pues moriría pronto. Entró al cielo a la Octava de esta fiesta, el 10 de febrero. Es abogada contra los terremotos, los envenenamientos, las enfermedades del ganado.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 10 de febrero además se celebra a
Santa Sura de Dortrecht, virgen y mártir.
San Caralampio, presbítero y mártir.

jueves, 11 de enero de 2018

De dos primicias de la iglesia de Erin.

Santas Ethna y Feidhealm de Tara, vírgenes. 11 de enero y 26 de febrero.

Las santas ante San Patricio.
Iglesia del S. Corazón. Dublín.
Fueron hijas del rey Laoghaire y, según su leyenda, fueron de las primeras convertidas por San Patricio (17 de marzo), al que visitaban constantemente para hacerle preguntas sobre la fe predicada por el santo. Una vez bautizadas, recibieron el velo de las vírgenes de manos del santo apóstol y se dedicaron a la oración y a la caridad. Ambas murieron en 433, viéndose dos palomas blancas volar al cielo, lo cual fue tenido como signo de santidad.

Los antiguos martirologios irlandeses no las mencionan, sino hasta tardíamente, en el siglo XII, por lo cual se cree fueron más cercanas en el tiempo que el siglo V y no estuvieron en realidad relacionadas con San Patricio, sino que se les dio esa leyenda para darles más realce y antigüedad. Sus reliquias se veneran en Tara, Irlanda.


Fuente:
-"Dictionary of Irish Saints". PÁDRAOG O RIAIAN. Dublin, Four Court Press, 2012.


A 11 de enero además se celebra a
San Egwing de Worcerster, obispo.
Santa Cesárea de Arlés, abadesa.

lunes, 25 de julio de 2016

Santa Glotsindis, velada por los ángeles.

Santa Glotsindis de Metz, abadesa. 25 de julio.


Glodsindis velada por los ángeles.
Fue hija de Wintrio y Godile, nobles de Austrasia. Sus padres le concertaron un matrimonio, aun conociendo su deseo de dedicarse a Dios. Pero el pretendiente fue apresado por algunos delitos y condenado a muerte. Luego la prometieron con otro, pero la joven, antes de conocerle, escapó y se refugió en la catedral de San Esteban de Metz. Su padre salió con un piquete a sacarla de allí por la fuerza, pero cuando entraron a la iglesia vieron como unos ángeles colocaban un velo blanquísimo sobre la cabeza de la joven. Con este milagro, quedaron los padres convencidos de que el mismo Dios la elegía por esposa.

Entonces su padre le dio tierras y un castillo que poseía para que fundase un monasterio. Fue el primer monasterio de Metz, fundado sobre 604, y seguía la Regla benedictina. Se caracterizó este recinto por tener las religiosas una gran cultura y ser versadas en medicina, ciencias, artes y música, a la par que cultivaban la pobreza y el silencio absolutos. Glotsindis fue elegida primera abadesa y en breve tiempo ya eran casi cien religiosas. Gobernó durante seis años, pues a los 30 años falleció santamente, el 25 de julio de 609. En el siglo X sus reliquias fueron trasladadas a una capilla dedicada a su nombre en la iglesia monástica, reconstruida en el siglo XVIII.

La primera "vita" fue escrita en 950 por Juan, el abad de Saint-Arnould. En Metz su memoria obligatoria pasa a 27 de julio, por ser el 25 fiesta de Santiago Apóstol.


Fuente:
-"Les Femmes Célèbres de L’Ancienne France". M. LE ROUX DE LINCY. París, 1854.

A 25 de julio además se celebra a 
Santos Thea, Valentina y Pablo, mártires
Beatos Rodolfo Acquaviva y compañeros jesuitas mártires.

lunes, 11 de julio de 2016

De dos benedictinos santos.

Santos Sigeberto, abad, y Plácido, mártir. 11 de julio.

Plácido entrega su cabeza a Sigeberto.
Sigeberto fue discípulo de San Columbano (23 y 26, en Locminé, de noviembre) en Luxeuil, que había sido entrenado bajo su gobierno. La leyenda le hace de origen irlandés, como a tantos misioneros del continente, pero su nombre típicamente teutón refuta esta idea. Acompañó a San Columbano y a San Gall (16 de octubre y 23 de noviembre, en Estrasburgo junto con Columbano) cuando estos emprendieron su misión apostólica entre los paganos en Suiza, y que sobre 613, cuando Columbano regresó a Bobbio, se quedó como ermitaño en los Alpes, cerca del nacimiento del Vorder Rhin. Construyó una pequeña capilla y celdas para él y para otros que se le fueron uniendo, entre ellos Plácido, hombre de grandes virtudes y dueño de las tierras en las que se establecieron. En 621 fundaron un monasterio bajo la Regla de San Benito, que dio pie a la abadía de Disentis, actualmente un bello edificio barroco. Alguna iconografía, muestra a Plácido como monje, otras como noble, sin que quede claro si tomó el hábito monástico.

A causa de la donación, Plácido sufrió ataques por parte un noble local, llamado Víctor, que reclamaba parte de las tierras del monasterio. Plácido se defendía una y otra vez, hasta que Víctor, cansado de perder, le asesinó, cortándole la cabeza. Según la leyenda popular, Plácido tomó la cabeza y echó a andar hasta que halló a una mujer, a la que pidió le diera su toca para envolver la cabeza. La mujer, asustada, como no, le lanzó la toca y echó a correr. El santo tomó la prenda, envolvió la cabeza y la llevó a su abad, Sigeberto, ante el cual cayó definitivamente. Este, le enterró piadosamente. Por su parte, Sigeberto entró en la gloria en 636, luego de evangelizar a los grisones, que le consideran su apóstol.

El obispo Tello de Chur, un nieto del asesino, en reparación al crimen, en el siglo VIII elevó las reliquias de Plácido y promovió su culto. El rey Pipino mandó hacer un bello sarcófago de mármol para contener el cuerpo. La cabeza, por su parte, se puso en un relicario de plata del siglo XIII. La veneración a ambos santos, sobre todo a las reliquias de San Plácido, se mantuvo ininterrumpidamente hasta 1799, cuando los franceses invadieron el monasterio, y lo saquearon. La cabeza del santo y el velo de la leyenda pudieron salvarse y volvieron a venerarse cuando regresaron los monjes en el siglo XIX.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo VII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.

A 11 de julio además se celebra a 
San Berthevin de Sur-Vicoin, mártir.
Santos Leoncio, obispo, y Placidina, diaconisa, esposos.

Ver también: Santos cefalórofos.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Santa Leocadia de Toledo

Pregunta: Hola, me gustaría saber algo más de Santa Leocadia, si hay milagros atribuidos a ella y cuáles son, y sobretodo, si podría conseguirse alguna reliquia de ella. Filipinas. (Pregunta vieja, reciclada, corregida y aumentada).

Respuesta: Hola. Hombre, lo de la reliquia lo veo complicado. Hoy en día dudo que, salvo una petición muy formal de parte de algún obispo, y por alguna razón extraigan alguna reliquia del cuerpo de Leocadia o algún santo conocido. Y si se aparece algún vendedor de reliquias con una, de seguro que es falsa. En cuanto a milagros, pues claro que habrá, siendo una mártir tan venerada desde antiguo. Y no solo eso, sino una leyenda de aparición con evidencia física, que relataré en su vida, que extraigo aquí:

Santa Leocadia de Toledo, virgen y mártir. 9 de diciembre y 21 de julio (traslación de las reliquias).
Según la passio del siglo VII, era Leocadia natural de Toledo, de padres griego e hispana. Vivía dedicada a la caridad y, algo que no leemos de otras vírgenes de la época: vestía siempre de negro y velada [1], por austeridad y pobreza; no consta si sus padres fueran cristianos, pero suponemos que lo serían si no se narra oposición alguna. Normal entonces que en el año 303, habiendo sido enviado Daciano a España, Leocadia fuera una de las primeras en ser apresadas, en virtud de su negación cristiana a adorar a los dioses, siguiendo la ley romana.

Y se siguió lo que ya hemos leído de otros mártires: juicio, castigo (en este caso con látigos de plomo, como veíamos hace unos días con Santa Bibiana de Roma) y arrojada al calabozo. Según la passio, dudosa, Leocadia trazó una cruz en la pared, para animarse a continuar firme en la fe, para adorarla recordando el sacrificio del Redentor. Cruces de este tipo se conservan en Córdoba, en lugares que fueron sitio de prisioneros cristianos. En los días siguientes al 10 de diciembre, Leocadia falleció a causa de las heridas y el sufrimiento, siendo confortada con la noticia de un maravilloso martirio de la niña Eulalia, que había ocurrido en Mérida, dicho día 10 de diciembre. El cuerpo fue rescatado por los cristianos, que lo enterraron en secreto, luego de liberarlo del sitio donde lo habían tirado a los perros.

Santa Leocadia.
Catedral de Toledo.
Aunque es muy extraño que nuestra Santa no sea mencionada por Prudencio en el siglo IV, su culto ya estaba establecido en el siglo VI, y bastante sólido como para tener iglesia propia, construida sobre su tumba por el rey Sisebuto a finales del siglo V. En esta iglesia se celebró el  IV Concilio de Toledo en 633, presidido por San Isidoro de Sevilla (4; 10, en Inglaterra; y 26 de abril). Otras dos iglesias se le dedicaron. Una sobre la cárcel y otra en el sitio de la supuesta casa familiar, levantada por Juan III, arzobispo de Toledo, luego de la reconquista de la ciudad de manos de los moros.

En cuanto a los milagros.
Es Leocadia abogada contra la peste, lo cual supone intervenciones milagrosas de la santa. El más famoso es aquel que narra que San Ildefonso (23 de enero), en una celebración del día de Santa Leocadia, de pronto se abrió sola la tapa del sepulcro, se levantó la santa y tomando a Ildefonso de la mano le dijo: "¡Oh Ildefonso, por ti permanece la honra de mi Señora!", haciendo alusión a la acendrada defensa que hizo San Ildefonso de la Virginidad Perpetua de María contra los herejes. Dicho esto, antes de volver a callar la mártir, Ildefonso tomó la el puñal del rey Recesvinto, que se hallaba presente y le cortó un trozo del velo, que aún se conserva junto al puñal, en un relicario en la Catedral. Otra versión dice que quiso el rey Recesvinto una reliquia del velo de la santa. Mandó Ildefonso abrir la tumba y cuando fue a tocar el cuerpo, la santa misma se arrancó el trozo de velo para el rey. 

Relicario de Santa Leocadia
en la Catedral de Toledo
.
El asunto de las reliquias de Leocadia.
Parte del cuerpo de Leocadia está en la catedral de Toledo, pero después de haber recorrido varios sitios. Según "Vida, martyrio y translacion de la gloriosa virgen y martyr santa Leocadia" [2], del jesuita Miguel Hernández, justo antes de la ocupación mora de Toledo, el cuerpo de Santa Leocadia fue sacado por dos cristianos llamados Urbano y Evencio, por orden del arzobispo, para que fuera custodiado en Oviedo. Alí estuvo tiempo incierto, hasta que un rey leonés lo dio a un noble (así mismo de incierto) galo que había destacado en la lucha contra los musulmanes. Este noble lo llevó al monasterio de Saint Ghislain en Flandes, donde guardaron como fiesta propia dicha traslación a 21 de julio. 

¿Y por que lo llevó allí? 
Pues nada menos que se inventó la leyenda, que habiendo venido San Ghislain (1 de junio y 10 de octubre) a Santiago, murió en Oviedo [3]. Entonces fue metido el cuerpo en la misma arca que Santa Leocadia, donde ya estaba también un mártir desconocido llamado Sulpicio. Así que, pedido el cuerpo del santo por parte del noble, se fueron los tres cuerpos a Flandes. Antes de llegar a su destino, reposó Leocadia en Mons, en el famoso monasterio de Santa Waldetrudis (9 de abril; 12 de agosto, traslación de la cabeza;  3 de febrero, invención de las reliquias; y  2 de noviembre, canonización), donde demostró su poder sanando de la peste a los habitantes de la comarca. 

Y como volvió de allí? 
Fue Gaspar de Quiroga, arzobispo de Toledo en el siglo XVI, quien mandó se investigara todo exhaustivamente (tanto como se podía hacer en esa época) y, habiendo determinado que realmente era el mismo cuerpo que había salido de Toledo a Oviedo y de allí a Flandes, pidió a Felipe II lo reclamase a los monjes, para devolverlo a su iglesia toledana. Estos, “por haber herejes en la comarca podía temerse que se desacatarían con él, como se habían desacatado con otros cuerpos de santos”, accedieron a devolverlo a Toledo. Ah, y también, con el razonamiento de 3000 ducados de oro mediantes. Fue así que regresó a la Catedral de Toledo, en 1587, donde están actualmente, aunque mutilado, pues fue dejando trocitos por donde pasó. Es así que hay algunas reliquias en Oviedo, Flandes y Soissons. 


A 9 de diciembre además se celebra a
Santos Nectario y Auditor de Auvernia, presbíteros.




(1) Rasgo este que jamás aparece en la iconografía, sino que aparece siempre como una más, con túnica y manto de colores, y la cabeza descubierta.
(2) Obra que recoge la passio, la devoción, el Oficio Propio de la santa, así como los acontecimiento de la Traslación y rececpción del cuerpo en Toledo.
(3) Aunque la vida de San Ghislain es muy legendaria, consta que sus reliquias no se han movido del monasterio fundado por él, salvo cuando unas monjas las robaron y el obispo las obligó a devolverlas.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...