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domingo, 13 de junio de 2021

Castigado y martirizado, pero fiel a Cristo.

San Fandila, monje y mártir. 13 de junio. 

Su “vita” nos ha llegado por manos de San Eulogio de Córdoba (11 de marzo), quien escribió las leyendas y martirios de algunos santos hispanos. Fandila nació en Acci, hoy Guadix, sobre el año 820 en una familia cristiana y acomodada. Estudió en Córdoba, reinando Abd al Rahman II. En esta misma ciudad tomó el hábito monástico, en el monasterio de Tábanos, fundado por San Jeremías (17 de junio). A la sazón era abad Martín, un santo monje quien le recibió con gusto, pues Fandila tenía buenas y santas aspiraciones. Fue ordenado presbítero, aunque no era su deseo, pero por obediencia aceptó. Su fama de virtudes y sabiduría hizo que los monjes de San Salvador le pidieran fuera uno de ellos.

Teniendo esta dignidad no abandonó el oficio de la predicación, por lo cual un día que bajó a la ciudad Córdoba, comenzó a predicar de Cristo a algunos dignatarios musulmanes. Estos lo aprendieron y lo encerraron, cargado de cadenas, en un calabozo oscuro. Le torturaron con hambre y sed, y severos castigos, para que renunciara a Cristo, mas como permaneció firme, fue sentenciado a muerte y degollado 13 de junio de 853.  

El santo cuerpo de Fandila fue colgado en un poste para que sirviera de escarmiento a los cristianos. Estos tomaron el cuerpo y lo sepultaron piadosamente. En Córdoba y Guadix aún tiene culto, y es abogado contra el granizo y las tormentas. 

Fuente:
-”Santoral Español. COLECCION DE BIOGRAFIAS BE TODOS LOS SANTOS NACIDOS EN ESPAÑA”. Madrid, 1864  


A 13 de junio además se celebra a:

Santa Aquilina,
niña mártir.
San Antonio de Padua,
franciscano.
Beato Gerardo
de Claraval, abad.
Santa Felícula
virgen y mártir.






 


 

sábado, 10 de abril de 2021

"no neguemos a Cristo ante los hombres".

San Terencio de Cartago y compañeros mártires. 10 de abril y 28 de octubre. 

En el año 250, imperando Diocleciano, fueron capturados los cristianos Terencio, Pompeyo, Africano, Máximo, Zenón, Alejandro, Teodoro y unos 60 más. Como era el uso, se les propuso sacrificar a los dioses para demostrar su fidelidad al Imperio, pero ellos se negaron. Siendo amenazados, Terencio dijo a sus compañeros: "Hermanos, no neguemos a Cristo ante los hombres. Entonces no nos negará ante el Padre en el Cielo y sus santos ángeles". 

El gobernador de la ciudad entonces separó al grupo en dos partes, mandando que una parte fuera azotada delante de la otra. Una vez flagelados, se roció sal sobre las heridas y luego de unos días padeciendo terribles dolores, fueron decapitados. 

Los otros fueron encerrados en una oscura prisión, con cadenas en el cuello y extremidades. Aquí la leyenda narra que una noche apareció un ángel y tocando las cadenas de cada uno de ellos, estas se soltaron. Además, les confortó con alimentos. Al otro día, el gobernador, furioso, mandó metieran en la celda víboras, escorpiones y otros animales venenosos, pero estos se escabulleron por los rincones y no tocaron a los santos mártires. Pero he aquí que a los tres días, cuando los soldados abrieron las puertas de la prisión, para sacar los cuerpos de los cristianos, las alimañas se les abalanzaron y los mataron a ellos. 

Entonces todos fueron condenados a la decapitación y llevados a las afueras de la ciudad. Por el camino cantaban cánticos y salmos. Uno a uno, dieron testimonio y se encontraron en el cielo con sus compañeros.  

Fuente:
-Heiligen Welkom


A 10 de abril además se celebra a

San Fulberto,
obispo
.
Santa Hulda,
profetisa y carmelita
.
San Macario de Gante,
obispo
.
Beato Antonio Neyrot,
dominico mártir
.







martes, 23 de marzo de 2021

Patrono de los barberos y casi mártir.

San Próculo de Verona, obispo. 23 de marzo y 9 de diciembre. 

Fue Próculo el cuarto obispo de Verona, y gobernó la sede imperando Diocleciano y Maximiano, y bajo cuya persecución florecieron numerosos mártires. Entre ellos estuvieron Santos Firmo y Rústico (9 de agosto) quienes habían sido apresados en Milán y trasladados a Verona por el prefecto Anulino. En la prisión les visitó nuestro santo, y al darles el beso de la paz, les dijo: "Fortaleceos en el Señor Jesús y recibidme, hermanos míos, como compañero de martirio; porque deseo mucho ser vuestro compañero, para que tengamos una sola voluntad y una sola lucha por el Señor, para que merezcamos entrar en su gloria y cantar sus alabanzas eternamente". 

En eso Firmo y Rústico fueron llamados al interrogatorio y los soldados hallaron a Próculo con ellos. Estos le preguntaron que qué hacía con esos dos criminales, a lo que Próculo replicó: "No son criminales condenados, sino vencedores coronados del Señor, ¡y yo quisiera compartir su gloria!". Y extendió las manos para que se las ataran. Llegados al tribunal Anulino preguntó: "¿Quién es este viejo?" Al decirle quien era y que quería padecer con los jóvenes prisioneros, Anulino se rió y mandó lo echaran fuera por ser solo un viejo desquiciado. Así que liberaron a Próculo, y con burlas lo echaron de la ciudad. 

Si bien hasta aquí el relato pudiera ser creíble en sus formas, luego la leyenda de Próculo se torna confusa y llena de relatos inconexos. Se nos cuenta que junto con unos amigos se fue a Jerusalén, y de regreso fue capturado por unos bandoleros y vendido como esclavo. Pero al poco tiempo fue liberado por ser demasiado viejo para trabajar. De regreso a su sede, ya reinando la paz de Constantino, antes de entrar a Verona tuvo deseos de afeitarse para presentarse decente ante sus fieles. Pero ni agua ni navaja tenía, así que luego de hacer oración, levantó una roca y de ella brotó un manantial y entre las aguas halló un viejo cuchillo con el cual su sirviente le cortó las barbas mejor que si fuera una afilada navaja. Por esto se le conoce como patrono de los barberos. 

Próculo murió en paz sobre 320, siendo sepultado en una basílica que se le dedicó en su honor. Sus reliquias se perdieron y no aparecieron sino hasta 1492 durante una restauración en el altar de la confesión. Cuando las reliquias se pusieron a la veneración pública, una mujer ciega recuperó la vista y otra que era coja, pudo volver a caminar. La cabeza del santo, por su parte, se venera en Bérgamo.

Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 23 de marzo además se celebra a

San Nicon de Sicilia
y 199 comp. mártires
.
San José Oriol,
presbítero
.
San Liberato
y los mártires de Cartago
.
Ss. Fingar y Piala,
mártires
.










domingo, 14 de marzo de 2021

Mártir de deseo.

Beato Arnaldo de Padua, abad benedictino. 14 de marzo (traslación de las reliquias).

Nació en 1185, en la familia Cattanei, en Padua. Desde niño fue piadoso, obediente y caritativo. No consta la fecha de su entrada al monasterio-basílica de Santa Justina de Padua, pero tuvo que ser antes de los 20 años, pues en 1209, con solo 24 años, fue elegido abad del monasterio. En parte por sus virtudes, en parte por la influencia de su familia. Era necesario un abad con influencias y el respeto necesario para defender el monasterio, sus posesiones y privilegios concedidos en tiempos anteriores. Esto hizo Arnaldo, y más, pues restauró y embelleció la basílica y el culto a Santa Justina (7 de octubre), obtuvo beneficios y tierras, consolidó el poder civil y eclesiástico del abad, que tenía autoridad para votar la elección del obispo. 

En 1237 comenzó el calvario de Arnaldo, con la derrota de Padua ante Ezzelino III, un tirano bastante cruel, que asoló varias regiones de la actual Italia, y para colmo, aliado del emperador Federico II. Ezzelino se apoderó del rico monasterio de Santa Justina, encarcelando al prior del monasterio de San Benito, y haciendo huir a Arnaldo. Este se refugió en Ferrara y Monselice. Al año siguiente Federico II mandó a Ezzelino devolviera el monasterio y Arnaldo regresó, manteniendo las tensiones con Ezzelino, quien 1246 se cansó del abad, y le encerró en Asolo. Y encerrado estuvo 8 años y tres meses, hasta que falleció el 10 de febrero de 1255, víctima del poder civil, que pretendía dominar el poder de la Iglesia, con lo que algunos le consideran mártir. La leyenda escrita por un monje de Santa Justina, dice que esa noche se vieron brillar dos luces sobre la fortaleza de Asolo. 

El clero pidió, y obtuvo, el cuerpo del santo, el cual fue enterrado en la iglesia de los franciscanos. Allí estuvo hasta 1259, en que Ezzelino fue derrotado totalmente por el Marqués de Ferrara; entonces el cuerpo fue trasladado y colocado al culto público en una capilla del monasterio de Santa Justina. El 14 de marzo de 1592, se realizó una invención y traslación (lo que equivale a la beatificación) del cuerpo, que fue colocado en una urna en un nuevo retablo. Nunca ha sido beatificado ni su culto reconocido oficialmente, ni se asignó un día para su celebración litúrgica, aunque los monjes de Santa Justina celebraban su memoria el 15 de marzo, hasta 1806, año en que fueron expulsados de la abadía. 


A 14 de marzo además se recuerda a:


Beata Emma de
Normandía, reina
.
San Lubin de Chartres,
obispo
.
Santa Matilde,
em
peratriz.













martes, 2 de febrero de 2021

"Venid benditos de mi Padre..."

San Aproniano de Roma, mártir. 2 de febrero y 29 de noviembre. 

Fue uno de los guardias de una de las prisiones de Roma, y en el ejercicio de su oficio conoció a los mártires Santos Saturnino y Sisinio (29 de noviembre), quienes habían sido apresados poco antes. Fue testigo de la voz celestial que habló a estos santos cuando él los llevaba al interrogatorio, y que les dijo: "Venid benditos de mi Padre y tomad posesión del reino que Él tiene preparado para vosotros desde la fundación del mundo". Esto dejó a Aproniano impresionado, tanto que renunció a los ídolos, se instruyó en la fe cristiana y al poco tiempo fue martirizado, en 304.







sábado, 4 de agosto de 2018

Compañero del Evangelio y las penas.

San Aristarco de Tesalónica, obispo. 4 de agosto, 15 de abril y 27 de septiembre.

Según los Hechos de los Apóstoles (19, 29), Aristarco fue compañero de San Pablo (29 de junio, martirio; 30 de junio, conmemoración; 25 de enero, conversión; 18 de noviembre, dedicación de la basílica), en la predicación del Apóstol de los Gentiles en Éfeso. Y según Hch. 20, 4, permaneció con San Pablo algún tiempo. También aparece mencionado en la carta que Pablo escribe a Filemón (1, 24). Y sabemos que también padeció persecución en Roma, pues Pablo le menciona en su carta a los Colosenses (4, 10).

Fuera de eso, tenemos diversas tradiciones orientales que nos dicen que era oriundo de Tesalónica, que formó parte de los 70 discípulos (Lucas 10, 1). Igualmente, alguna tradición se le hace el primer obispo de la ciudad siria de Apamea.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.

A 4 de agosto además se celebra a:

San Eleuterio, mártir.
Santa Eudoxia
de Heliópolis, mártir.
San Molua
de Conflert, abad.






lunes, 5 de marzo de 2018

Eligió la Luz, y la Luz le eligió.

San Conon de Isauria, mártir. 5 de marzo.

Nació en Isauria, Turquía, en el siglo II. Sus padres se llamaban Néstor y Nada y eran paganos. Pero he aquí que el niño Conon, que estaba destinado para ser gloria de la Iglesia, fue instruido en la fe cristiana nada menos que por el mismo San Miguel Arcángel (29 de septiembre; 8 de mayo, aparición en Monte Gargano; 25 de abril, aparición en Roma, y en Tlaxcala; 17 de junio y 20 de noviembre, Iglesia Copta; 8 de noviembre, Iglesia oriental; 6 de septiembre, Iglesia oriental, las "maravillas de San Miguel en Honaz"; 19 de septiembre, milagro de San Miguel en Colosas; 16 de octubre, aparición en Mont Saint-Michel; 26 de marzo, Iglesia Oriental, la synaxis de los arcángeles). Además, el ángel le bautizó y le prometió que sería siempre su protector.

Conon creció y quería ser monje para dedicar su vida a Cristo, pero por obedecer a su padre, aceptó casarse con una joven llamada Ana. La noche de bodas, Conon le preguntó a su esposa, "¿Qué es mejor: la luz o las tinieblas?". "La luz, por supuesto", respondió ella. Y Conon entonces le habló de su fe en Cristo, de la gloria de la virginidad y de la continencia. Así, convirtió a su mujer a Jesucristo, y vivieron como hermanos. Poco tiempo después Conon también convirtió a sus padres y comenzaron a vivir su fe abiertamente. Eran un ejemplo para los cristianos y los paganos por su caridad, su entrega y disponibilidad. En una epidemia de viruela, Conon perdió a su madre y su mujer, quienes habían enfermado cuidando a los enfermos hasta la extenuación. Entonces él y su padre se dedicaron a la oración, penitencia y catequesis de los nuevos cristianos.

Sobre el año 150 ambos fueron arrestados por ser cristianos. El padre fue ejecutado inmediatamente, pero a Conon le martirizaron con numerosas torturas. La leyenda dice que los que tocaban su sangre derramada alcanzaban la curación de sus males. Durante dos años estuvo preso y siendo atormentado de vez en cuando. Finalmente, falleció de las heridas y entró al cielo coronado como mártir.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Volumen III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 5 de marzo además se celebra a












MI LIBRO ELECTRÓNICO

"TUS PREGUNTAS SOBRE LOS SANTOS

(SANTOS PATRONOS DE LAS ENFERMEDADES)

YA ESTÁ DISPONIBLE.

martes, 13 de septiembre de 2016

El obispo prisionero.

San Amando de Sitten, obispo. 13 de septiembre.

Nació en el siglo VII y de su infancia, juventud y estudios nada nos ha llegado. Lo hallamos como obispo de Sitten en 660. Fue un pastor solícito y atento de su rebaño. Evangelizador y azote de los vicios y la corrupción. Por esto, el rey Thierry III de Austrasia le desterró de la sede y le envió prisionero al monasterio de Péronne, donde era abad San Ultan (2 de mayo). Allí vivió como un monje más, pues a pesar de su condición de prisionero, pudo seguir la rutina de los monjes. Era de los primeros en llegar al coro, en trabajar y en la obediencia, olvidando su carácter de obispo.

En 686, murió San Ultan, y Amado fue enviado a Breuil, bajo la vigilancia de San Maroncio (5 de mayo). La leyenda cuenta que cuando iban de camino, Amado quiso cambiarse de ropas en la parroquia de Cambrai y le metieron en un sótano sin luz. Pero Dios acudió a su ayuda y para cambiarse usó un rayo de sol que entraba por la ventanita, colgando en él sus vestidos mientras se cambiaba. Al llegar a la abadía, San Maroncio le recibió de rodillas, pues la fama del prelado le precedía, luego le pidió perdón por ser su captor. En su nueva cárcel, Amado ocupó una celda separada de los monjes, junto a la iglesia, de donde no salía, absorto en la contemplación. De vez en cuando le permitían dirigir exhortaciones a los monjes.

En 690, lleno de méritos alcanzados por su paciencia y mansedumbre, entró en la gloria.


A 13 de septiembre además se celebra a 
San Maurilio de Angers, obispo.
San Eulogio de Alejandría, obispo

domingo, 12 de junio de 2016

El Beato Gerardo de Claraval

Pregunta: Hola, Por favor, me gustaría saber si Gerardo de Claraval está canonizado, si es Santo.... Beato se que lo es, pero Santo? Hay sitios que pone que es beato y otras que es Santo. Me lo podría confirmar Su festividad es el 13 de Junio? Muchas gracias.

Respuesta: Hola. Aunque en ocasiones es llamado santo, el Martirologio Romano, obra de consulta obligada para zanjar puntos de este tipo, dice: "En el monasterio de Clairvaux, en Borgoña, beato Gerardo, monje, hermano de san Bernardo, que doctrinalmente preparado, demostró una especial sagacidad y criterio en el campo de la espiritualidad (1138)". Así que llamémosle Beato. Y sí, su memoria es a 13 de junio, aunque litúrgicamente la orden del Cister lo traslada a 14 de junio por el 13 se memoria obligatoria de San Antonio de Padua.

Beato Gerardo de Claraval, abad. 13 de junio.

La infancia de Gerardo queda en la oscuridad, pues solo conocemos que fue hijo de los Beatos Aleydis y Tescelin (4 de abril) y hermano de San Bernardo (20 de agosto), Santa Humbelina (12 de febrero, 21 de agosto y 10 de julio), San Nivardo (7 de febrero) y de los Beatos Andrés, Bartolomé (ambos a 9 de diciembre) y Guido (11 de mayo), y como estos nació en el castillo familiar de Fontaines, en 1088. 

Cuando en 1098 los santos Roberto de Molesmes, Esteban Harding y Alberico (26 de enero) inician la reforma benedictina conocida como "El Císter", Bernardo y varios hermanos, cuñados y amigos se unen a la vida monástica, dando Bernardo un impulso tremendo a la obra. Sin embargo, nuestro Gerardo no siguió la invitación de su hermano, y prefirió continuar la carrera militar que había comenzado, y con éxito al servicio del duque de Borgoña. La leyenda áurea cuenta que dos días antes San Bernardo le había dicho: "Una tragedia te llevará al arrepentimiento y te dará oídos para oír". Y mientras le tocaba el pecho, añadió: "Pronto vendrá el día en que una lanza perforará tu corazón, para que tomes el consejo que ahora rechazas". Al cabo de los dos días, Gerardo fue herido por una lanza en el pecho, el sitio a Grancy, y herido precisamente en el sitio que Bernardo había señalado. Fue apresado y arrojado en una cárcel, donde Bernardo fue a visitarle, pero no le dejaron entrar. Entonces el santo gritó para que Gerardo pudiera oírle: "Gerardo, poco esfuerzo has de realizar para ir a mi monasterio". Y esa misma noche, apenas hizo un movimiento Gerardo para levantarse, se rompieron los grilletes, las puertas de la prisión se abrieron y el antes soldado corrió a Claraval y pidió el hábito cisterciense.

En el monasterio se le dio el cargo de "cellerarius", o sea, el monje encargado de proveer que a los demás no falte lo necesario: hábitos o calzado, y lo mismo para el monasterio: cera, pergaminos, grano, etc. Es el monje encargado del trato con los comerciantes y proveedores y suelen ser monjes con habilidades técnicas, artísticas o manuales. Además, en el caso de nuestro Beato, desempeñó labores de albañil, y fue zapatero y tejedor. Toda esta vida activa no le privaba de una intensa vida mística, de penitencia y oración. En 1137 acompañó a su hermano a Roma, pero al llegar a Viterbo enfermó de muerte, librándose de esta solo por un milagro de Bernardo. Al año siguiente volvió a enfermar, esta vez definitivamente. El 13 de junio de 1138, a medianoche, tuvo un éxtasis y dijo: "¡Cuán bueno es que Dios sea nuestro Padre y cuánta gloria tenemos en ser hijos de Dios!", y expiró dulcemente. San Bernardo, como su hermano y abad, celebró sus funerales, y le menciona con dolor y esperanza en sus sermones sobre el Cantar de los Cantares:
"Sabéis hijos míos, que profundo es mi dolor, que dolorosa mi herida. Advertís claramente que compañero tan fiel me ha abandonado en el camino por el que avanzaba, ¡qué administrador tan sagaz, tan entregado a su trabajo y tan agradable en el trato! ¿No era él mi amigo más íntimo y yo su predilecto? Era hermano de sangre, pero más hermano aun como monje. Lamentad, por favor, mi suerte, vosotros que sabéis todo esto. En mi debilidad el me llevaba, en mis cobardías el me animaba, en mi dejadez y negligencia me estimulaba, en mis descuidos y olvidos el me advertía.

¿Por qué me lo han arrebatado? ¿Por qué me ha sido arrancado de las manos este hombre tan idéntico a mí, un hombre según mi corazón? Nos hemos amado tanto en la vida, ¡¿y ahora nos separa la muerte? ¡Acerbísima separación, que nunca pudo conseguir nadie más que la muerte! Porque ¿cuando me habrías dejado, si vivieses? Acaso, Gerardo, ¿mis preocupaciones no afectaban a tu corazón mas violentamente que a mi mismo? ¿No se abalanzaban sobre él con mayor familiaridad, no lo impelían con más vigor? ¿Acaso no me libraste muchas veces de las conversaciones profanas, con aquellas palabras tuyas tan serenas y enérgicas, para devolverme a mi amado silencio?

El Señor le concedió una conversación amable, y saber cuando debía hablar, con la prudencia de sus respuestas y con la gracia que recibió de lo alto, agradaba a los de casa y a los de fuera, y casi nadie me requería, porque antes lo solucionaba Gerardo (…) ¡Que hombre tan eficiente, qué amigo tan fiel! Se las arreglaba para complacer al amigo en sus gustos sin quebrantar los deberes de la caridad. ¿Quien marchó de su presencia con las manos vacías?

(…) Mas, ¿para qué he hablado de sus obras externas, como si Gerardo no hubiese entendido de las realidades interiores y no fuese un experto de los dones espirituales? Los hombres espirituales que lo conocían saben todo el espíritu que alentaba en sus palabras. Sus compañeros comprobaron que su conducta y sus deseos no se inspiraban en la carne, sino que estaban sujetos al espíritu. ¿Hubo alguien mas rígido en guardar la disciplina? ¿Más riguroso en castigar su cuerpo, más elevado en la contemplación, más ingenioso en la conversación? ¡Cuántas veces hablando con él aprendí cosas que ignoraba y, dirigiéndome a el para instruirlo, marchaba yo mas versado en el tema! No tengo por que admirarme, pues otros más grandes y sabios aseguran que a ellos les sucedió lo mismo. Aunque no había estudiado, gozó de ese manantial que es la sensibilidad y la iluminación del Espíritu. Era tan grande para los asuntos importantes como para los insignificantes. ¡Ojalá no te haya perdido, sino que simplemente te hayas adelantado! ¡Ojalá aunque sea tarde, pueda seguirte a donde quiera que vayas! Pues sin duda irás hacia aquellos a quienes en tu última medianoche invitabas a la alabanza. (…) Hermano mío, cuando aún era medianoche, para ti apuntaba ya el amanecer y la noche era tan clara como él. Estoy convencido que esa noche ha sido para ti una dichosa iluminación".


No hay que confundirle con San Gerardo de Claraval (7 de diciembre), el protomártir cisterciense.

 

Fuentes:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Junio. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1862.
-"Liturgia de las Horas de la Orden Cisterciense". Año 1990.


A 13 de junio además se celebra a 
Santa Felícula, virgen y mártir.
San Antonio de Padua, presbítero franciscano.

domingo, 5 de junio de 2016

San Fernando de Portugal

San Fernando de Portugal, príncipe. 5 de junio.

Infancia y juventud.
Fue este Infante de Portugal el sexto hijo de Juan I y Felipa de Lancaster. Nació el 29 de septiembre de 1402, luego de un parto difícil y de que su madre se aplicara una reliquia de la Vera Cruz. Nació débil, y se le bautizó enseguida, pensando que moriría, pero sobrevivió aunque tuvo una infancia y juventud enfermizas. Alejado de asuntos mundanos, se decantó por el estudio y la piedad. A los 14 años comenzó a tener oración mental y a rezar las horas canónicas, pero además, en público siempre se mostraba piadoso y observante de las ceremonias religiosas. Gustaba mucho de los Oficios de Semana Santa,  a la par de la piedad, en estas fechas invertía muchos ratos en la caridad sirviendo a los pobres, enfermos y a los cautivos cristianos, por cuya redención en tierra de moros se preocupó siempre. Nunca contrajo matrimonio, en parte por su naturaleza débil, y los piadosos escritores añaden que por su amor a la virginidad. Era penitente, ayunaba siempre que era obligación, y además, los sábados y todas las vigilias de las festividades de la Santísima Virgen María.

En 1433 murió el rey Juan y le sucedió en el trono Eduardo I, y nuestro Fernando heredó Salvaterra de Magos. Eduardo le instó a que aceptase el cargo de Gran Maestre de la Orden Militar de Avis, pero Fernando no quiso por conllevar rentas eclesiásticas que no consideraba ser justo recibirlas sin ser un miembro del clero. Al final aceptó, pues, continúan los piadosos escritores, porque con dichas rentas podría hacer más caridad. Además, el papa Eugenio III le concedió el título de Cardenal, pero en eso sí que no hubo quien le hiciera obedecer, por repugnancia a tener tal dignidad eclesiástica, ni manifestar vocación religiosa. 

A por los moros.
En 1437 Eduardo comenzó a preparar una campaña contra los musulmanes en África, y junto a su hermano Enrique, nombró General a Fernando. El 22 de agosto del mismo año partieron, padeciendo Fernando un forúnculo que le hacía padecer mucho, pero lo disimuló. Llegando a Ceuta, no pudo más y hubo de guardar cama por las grandes fiebres que dicho mal le causaba. En septiembre partió Enrique por tierra y Fernando continuó por mar, ambos a Tánger. Plantaron batalla a pesar que Fernando casi se caía del caballo, pero le animaba el combatir a los enemigos de Cristo, y para ello portaba un estandarte con la efigie de San Miguel Arcángel (29 de septiembre; 25 de abril, aparición en Roma, y en Tlaxcala; 6 de septiembre, aparición en Honaz; 19 de septiembre, aparición en Colosas, 8 de mayo,"in Monte Gargano"; 16 de octubre, aparición en Mont Saint-Michel), al que tenía gran devoción. La primera escaramuza la ganaron los portugueses, pero cuando volvieron a plantar batalla, se encontraron con que el mismo rey de Fez venía al frente de 600.000 soldados. Viendo los cristianos semejante ejército, retrocedieron  y desde su campamento finalmente repelieron a tal multitud luego de seis horas de pelea, "solo por auxilio divino", que dicen los autores.

Fracaso y cautiverio.
Continuaron los moros su embestida y viendo los cristianos que nada había que hacer, negociaron la entrega de Ceuta a cambio de la vida. Pero los musulmanes, viéndose fuertes, apresaron a los emisarios y continuaron la lucha. Se defendieron los cristianos con valentía y ante esto, los moros aceptaron dejarles ir a cambio de Ceuta, pero por desconfianza, pidieron un canje de príncipes hasta poseer Ceuta. Ofrecieron ellos al primogénito de Salah Ibn Salah (conocido "en cristiano" como Çallabençalla), señor de Melilla y Tanger. El mismo Enrique quiso entregarse, pero su Consejo Militar se lo impidió, por lo que Fernando se entregó voluntariamente a los moros, el 16 de octubre, junto con su médico, su confesor y varios sirvientes, entre ellos Fr. Joao Alvares, que escribiría toda esta historia. Llegados a Ceuta, como los musulmanes no habían entregado al hijo de Çallabençalla, se negó a entrar a la ciudad. Entregado el príncipe infiel, Fernando cumplió su parte y se dio a los moros, pero algunos de estos traicionaron y antes que los cristianos subieran a las galeras, les atacaron y asesinaron a algunos. Ante este imprevisto, Çallabençalla llevó al Infante Fernando a Asillah, una plaza más fuerte, con intención de negociar el intercambio de príncipes y la entrega de Ceuta.

En principio, como era un príncipe real, fue tratado con cortesía, permitiéndole tener correspondencia, tener su propio dinero, practicar su religión y recibir visitas. A pesar de su enfermedad, Fernando no perdía la fe ni la esperanza. Aún estaba alegre al verse entre otros cautivos cristianos, a los que consolaba y auxiliaba, olvidándose que era un príncipe. Con sus compañeros de cautiverio rezaba las Horas y otros ejercicios de piedad. Çallabençalla insistía en la entrega de Ceuta e instaba a Fernando para que rogara a Eduardo iniciase las negociaciones, pero los hermanos de Fernando, Eduardo y Pedro no se ponían de acuerdo, pues Eduardo, el rey, se negaba rotundamente a entregar Ceuta y estaba dispuesto solamente a hablar sobre la libertad del Infante y del hijo de Çallabençalla. En enero de 1438 las Cortes de Portugal se dividieron sobre si entregar Ceuta o no, y finalmente se disolvieron sin tomar una decisión, y mientras el príncipe, padeciendo. Luego de Pascua del mismo año finalmente se decidió conservar Ceuta, buscando otros medios de liberarle, como ofrecer dinero o emprender otra cruzada, con apoyo de Castilla. Suplicó Fernando por su liberación (los hagiógrafos lo callan, para no restarle mérito a su "sacrificio por la fe"), hasta que su hermano Enrique, aún en Tanger, le respondió que Ceuta no se entregaría por nada y que él mismo había cumplido su parte del trato.

El 25 de mayo, viendo Çallabençalla que no lograba nada, y temeroso de un ataque de los portugueses y castellanos, envió al príncipe al rey de Fez, un soberano cruel y que odiaba sobremanera a Cristo y sus discípulos. Si buen al principio tuvo Fernando contacto y dinero del exterior, al cortarse las negociaciones con Portugal, de rehén fue degradado a preso común y metido en unas lóbregas mazmorras y confiado al gobernador del rey, Abu Zakariya (conocido como Lazeraque), que le cargó sobre su delicado cuerpo una pesadísima cadena. Allí estuvo durante cinco meses. Al cabo, Lazeraque puso a Fernando junto a otros prisioneros a á cavar en los huertos del rey o limpiar los establos desde la mañana hasta la noche. Soportaba todo el santo príncipe, con gran fe y paciencia, siendo ejemplo de entereza cristiana no solo a los cristianos sino a los mismos infieles allí presos por otras causas.

Últimos años. Muerte.
El 9 de septiembre del mismo año murió de peste el rey Eduardo, lo que supuso un gran dolor para Fernando. En su testamento el rey había ordenado el rescate de su hermano. Jurado rey de Portugal el infante Alfonso, hijo de Eduardo, asumió la regencia el Infante Pedro, tío del niño y hermano de Eduardo y nuestro Fernando. Pedro no estuvo menos interesado en procurar la libertad de Fernando, pero poco pudo hacer, salvo que los captores se ensañaran más con el santo príncipe. Injurias, burlas, amenazas y trabajos se sucedían unos tras otros. Solo salían de la prisión para trabajar como esclavos, y nada más. Al ver Lazeraque que Fernando no mudaba su mansedumbre y que era aliento cristiano para sus compañeros, le aisló nuevamente en una celda sin ventanas del viejo castillo arruinado que estaban reparando. Nos narran que el príncipe oraba constantemente y que una luz misteriosa llenaba su celda. Los otros cristianos soltaron un ladrillo de la pared que lindaba con la celda y por allí hablaban con el Infante. Pretendían consolarle y era él quien les inspiraba. Decíales: "Perdonadme por amor de Dios, puesto que por mi causa padecéis tantas molestias. Sabed, amigos, que os tengo en lugar de hijos, y que mi mayor gusto sería acompañaros en los trabajos sin alguna distinción, lo que preferiría al reino de Portugal: testigo es Dios que no miento. Solo por tres cosas quisiera vivir: la primera, para premiaros como merecéis, la segunda, para animar a los cristianos a destruir estas bárbaras regiones, no por venganza de lo que padezco, pues cuanto hacen conmigo los moros lo recibo como ministros de mi salvación, y la tercera, para persuadir a mis hermanos que librasen a los pobres cautivos, lo que yo haría mejor que otro alguno, habiendo sido testigo de las miserias que padecen".

Sepulcro del Infante Fernando.
Para colmo, tensiones entre Lazeraque y Çallabençalla, que pretendían ser ellos los que negociasen los rehenes, agravaron las condiciones del príncipe y su liberación parecía cada vez más lejos, dado que Portugal se desentendió finalmente de la suerte del príncipe. Incluso constan otras negociaciones menores con los moros, relacionadas con dineros, comercio y tierras, pero sobre Fernando nada se habla. Seis años padeció el príncipe Fernando en aquellas condiciones de pobreza, trabajo y malos tratos. Otras cosas pasaron, como algunos intentos del Infante Pedro de rescatarle, pero las saltamos, para llegar al final terrenal de Fernando: El 1 de junio de 1443 se le desencadenó una diarrea que le llevó al desfallecimiento. Le permitieron a su confesor, preso con él, una visita extraordinaria, pues solo podía hacerlo cada dos semanas. Le dijo Fernando a Fray Gil: "Dos horas antes de amanecer, estando considerando las miserias de esta vida y la felicidad de la eterna, comencé á sentir en mi corazón un gran consuelo y un deseo ardoroso de salir de este mundo. Fijé los ojos en la pared y vi a una Señora sentada en un alto trono entre celestiales resplandores. Conocí al instante que era la Virgen Santísima, y postrándome de rodillas, como pude, ante su presencia, oí a uno de los de la comitiva, que por las señas era San Miguel, que le decía: 'Yo os ruego, Señora, que os compadezcáis de este vuestro siervo: ved cuanto tiempo hace que padece, y que pide a vuestro querido Hijo que ponga término a sus miserias. Por él intercedo, pues es mi especial devoto'. Después hizo las mismas súplicas otro que sin duda fue San Juan Bautista, y en seguida vi a la Señora que me miraba con benignos ojos, con lo que desapareció inmediatamente". Luego de narrar su visión, se confesó y habiendo recibido la Indulgencia Plenaria "in articulo mortis", quedó postrado durante cuatro días más, falleciendo el 5 de junio, a los 41 años de edad.

Lazeraque, al saber la muerte del príncipe, dijo: "Si entre los perros cristianos hay algo de bueno, sin duda lo tuvo este que acaba de morir, si fuese moro, merecía tenerse por santo. Sé que jamás mintió, ni de su boca se le oyeron nunca palabras de falsedad. Cuantas veces envié exploradores para que viesen lo que hacía, siempre le encontraron en oración, y ciertamente los de su nación cometieron un gran pecado en dejarlo morir así". 

Reliquias y culto.
Pero no hay que pensar que dicho reconocimiento de la santidad de Fernando terminara la crueldad de su vigilante, pues mandó le fueran arrancadas las entrañas (que dos compañeros de prisión escondieron bajo tierra en su mazmorra) y colgasen el cuerpo, cabeza abajo, en las murallas de Fez, para escarnio de los musulmanes. Allí estuvo el santo cuerpo cuatro días y luego fue metido en una caja de madera y esta colgada en la misma muralla. En 1450 las entrañas del príncipe fueron desenterradas y en secreto se llevaron a Portugal, al monasterio de Nuestra Señora de la Victoria, el célebre y bello recinto de Batalha.

Pronto comenzó un culto religioso-patriótico en torno al "mártir de la fe", alentado por la casa real portuguesa y por la Orden de Avis. Su hermano Enrique fue el principal promotor de la idea de que Fernando se había quedado voluntariamente en "tierras de infieles", tal vez para quitarse su propia responsabilidad de encima. En 1460 se terminó la primera "vita et martiriae" de Fernando, escrita en todo laudatorio y hagiogáfico. Dos años después se publicó la "Martirium pariter et gesta", con vistas a pedir la canonización a Roma, impulsada por la hermana de Fernando, Isabel de Portugal, duquesa de Borgoña. Esta princesa alentó el culto a su hermano construyendo una capilla en su honor en la iglesia de San Antonio, Lisboa, además de fundar una capellanía en su memoria en Bruselas, ambas permitidas por el papa Pablo II en 1470. La muerte del papa y la princesa truncó la posible canonización, que nunca llegó, aunque el culto popular continuó.

En 1471 Afonso V de Portugal fue capturado Tánger y en 1473 se negoció su liberación junto con las reliquias de Fernando que aún colgaban ignominiosamente de las murallas de Fez. Una leyenda posterior dice que "no hallaban los portugueses el medio de recuperar los restos de su príncipe cuando dispuso el Señor que se hiciese su traslación a Portugal por medios extraordinarios, para que brillase en el acto su adorable Providencia": Tenía el rey de Fez un sobrino que poco a poco iba haciéndose querido en el reino por su sabiduría, buenas prendas y justicia, así que temiendo el rey que pretendiera arrebatarle el trono, comenzó a maquinar contra él y a retirarle todo su favor. El sobrino, deseoso de venganza, creyendo que la más grave afrenta que podía hacer a su tío era devolver a los portugueses su mártir, las sacó de la muralla una noche junto con dos cristianos cautivos, que huyeron a Metida, ciudad en poder de los cristianos. Pero en relidad fueron negociadas y obtenidas. En Portugal fueron recibidas solemnemente, realizándose una gran procesión hasta la catedral. Luego de varios días de honras fúnebres, el cuerpo fue trasladado a Batalha, donde ya estaban sus entrañas. Allí fue colocado en una bella tumba en la real capilla, edificada por su padre. En los siglos XVI y XVII se retomó la intención de la canonización, y los reyes portugueses manifestaron externa devoción a su antepasado. Pero la Iglesia ya era más estricta con las canonizaciones, por lo que no aprobó su culto. Incluso lo prohibió en Batalha el obispo de Leiria, al no ser un santo ni siquiera beatificado. En 1634 la Carta "Coelestis Jerusalem" de Urbano VIII, que prohibía terminantemente cualquier culto a los no beatificados, "a menos que probaran ser cultos inmemoriales", dio el puntillazo y no se le veneró más públicamente. Aunque los Bollandistas en 1695 lo incluyeron entre sus santos al demostrar su culto desde el momento de su muerte.


Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Junio. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1862.


A 5 de junio además se celebra a
San Bonifacio de Fulda, obispo y mártir.
Beato Meinwerk de Paderborn, obispo. 

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