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lunes, 24 de mayo de 2021

Dejó de hacer el mal y aprendió a hacer el bien.

San Nicetas de Pereslav, estilita y mártir. 24 de mayo. 

Vivió en el siglo XII y fue un recaudador de impuestos muy odiado en Pereslav, por su dureza con los pobres y su vida disoluta. Se convirtió oyendo en la iglesia el texto de Isaías "purificaos y lavaos, dejad de hacer el mal y aprended a hacer el bien". Dejó a su esposa y su familia, y se retiró a un monasterio para vivir en penitencia. Luego se puso una capa de cadenas de hierro sobre la piel desnuda y se subió a un pilar. Allí vivió durante un tiempo no conocido, pero debió ser bastante, para que el hierro, pulido por el uso y el roce pareciese plata; hecho por el cual fue derribado de la columna y asesinado por dos ladrones para robarle. Su sepultura se llenó pronto de peregrinos por los milagros constantes. 




A 24 de mayo además se celebra a:

sábado, 10 de abril de 2021

"no neguemos a Cristo ante los hombres".

San Terencio de Cartago y compañeros mártires. 10 de abril y 28 de octubre. 

En el año 250, imperando Diocleciano, fueron capturados los cristianos Terencio, Pompeyo, Africano, Máximo, Zenón, Alejandro, Teodoro y unos 60 más. Como era el uso, se les propuso sacrificar a los dioses para demostrar su fidelidad al Imperio, pero ellos se negaron. Siendo amenazados, Terencio dijo a sus compañeros: "Hermanos, no neguemos a Cristo ante los hombres. Entonces no nos negará ante el Padre en el Cielo y sus santos ángeles". 

El gobernador de la ciudad entonces separó al grupo en dos partes, mandando que una parte fuera azotada delante de la otra. Una vez flagelados, se roció sal sobre las heridas y luego de unos días padeciendo terribles dolores, fueron decapitados. 

Los otros fueron encerrados en una oscura prisión, con cadenas en el cuello y extremidades. Aquí la leyenda narra que una noche apareció un ángel y tocando las cadenas de cada uno de ellos, estas se soltaron. Además, les confortó con alimentos. Al otro día, el gobernador, furioso, mandó metieran en la celda víboras, escorpiones y otros animales venenosos, pero estos se escabulleron por los rincones y no tocaron a los santos mártires. Pero he aquí que a los tres días, cuando los soldados abrieron las puertas de la prisión, para sacar los cuerpos de los cristianos, las alimañas se les abalanzaron y los mataron a ellos. 

Entonces todos fueron condenados a la decapitación y llevados a las afueras de la ciudad. Por el camino cantaban cánticos y salmos. Uno a uno, dieron testimonio y se encontraron en el cielo con sus compañeros.  

Fuente:
-Heiligen Welkom


A 10 de abril además se celebra a

San Fulberto,
obispo
.
Santa Hulda,
profetisa y carmelita
.
San Macario de Gante,
obispo
.
Beato Antonio Neyrot,
dominico mártir
.







domingo, 14 de marzo de 2021

Mártir de deseo.

Beato Arnaldo de Padua, abad benedictino. 14 de marzo (traslación de las reliquias).

Nació en 1185, en la familia Cattanei, en Padua. Desde niño fue piadoso, obediente y caritativo. No consta la fecha de su entrada al monasterio-basílica de Santa Justina de Padua, pero tuvo que ser antes de los 20 años, pues en 1209, con solo 24 años, fue elegido abad del monasterio. En parte por sus virtudes, en parte por la influencia de su familia. Era necesario un abad con influencias y el respeto necesario para defender el monasterio, sus posesiones y privilegios concedidos en tiempos anteriores. Esto hizo Arnaldo, y más, pues restauró y embelleció la basílica y el culto a Santa Justina (7 de octubre), obtuvo beneficios y tierras, consolidó el poder civil y eclesiástico del abad, que tenía autoridad para votar la elección del obispo. 

En 1237 comenzó el calvario de Arnaldo, con la derrota de Padua ante Ezzelino III, un tirano bastante cruel, que asoló varias regiones de la actual Italia, y para colmo, aliado del emperador Federico II. Ezzelino se apoderó del rico monasterio de Santa Justina, encarcelando al prior del monasterio de San Benito, y haciendo huir a Arnaldo. Este se refugió en Ferrara y Monselice. Al año siguiente Federico II mandó a Ezzelino devolviera el monasterio y Arnaldo regresó, manteniendo las tensiones con Ezzelino, quien 1246 se cansó del abad, y le encerró en Asolo. Y encerrado estuvo 8 años y tres meses, hasta que falleció el 10 de febrero de 1255, víctima del poder civil, que pretendía dominar el poder de la Iglesia, con lo que algunos le consideran mártir. La leyenda escrita por un monje de Santa Justina, dice que esa noche se vieron brillar dos luces sobre la fortaleza de Asolo. 

El clero pidió, y obtuvo, el cuerpo del santo, el cual fue enterrado en la iglesia de los franciscanos. Allí estuvo hasta 1259, en que Ezzelino fue derrotado totalmente por el Marqués de Ferrara; entonces el cuerpo fue trasladado y colocado al culto público en una capilla del monasterio de Santa Justina. El 14 de marzo de 1592, se realizó una invención y traslación (lo que equivale a la beatificación) del cuerpo, que fue colocado en una urna en un nuevo retablo. Nunca ha sido beatificado ni su culto reconocido oficialmente, ni se asignó un día para su celebración litúrgica, aunque los monjes de Santa Justina celebraban su memoria el 15 de marzo, hasta 1806, año en que fueron expulsados de la abadía. 


A 14 de marzo además se recuerda a:


Beata Emma de
Normandía, reina
.
San Lubin de Chartres,
obispo
.
Santa Matilde,
em
peratriz.













lunes, 25 de enero de 2021

"Nos corresponde estar siempre alegres"

San Apolo, abad. 25 de enero y 18 de abril. 

Su vida la conocemos gracias a Palladio, quien le conoció en persona, y a Sozomeno en sus adiciones a la "Historia Eclesiástica", aunque él lo llama Apolonio.

Apolo se fue al desierto de la Tebaida con solo 15 años, y como eremita vivió otros 40. Silencio, oración, trabajo y penitencia eran su día a día. Siendo un anciano, sintió la llamada divina a enseñar a otros como obrar en la vida monástica. Y fundó un monasterio en el Alto Egipto. Apolo quería que sus monjes estuvieran siempre alegres, pues su vocación les había apartado del mundo y las vanas preocupaciones. Decía: "Nos corresponde estar siempre alegres, porque no debemos estar tristes por nuestra salvación. Los gentiles están tristes, los judíos lloran, y los pecadores lloran, todos aquellos cuyos afectos están fijos en las cosas terrenales tienen causa para agitar su alma, pero no nosotros". Si alguno aparecía triste o taciturno, el santo sabía que era a causa del pecado, entonces le llamaba, y con palabras de reproche y consuelo, sanaba su alma, despidiéndole con el abrazo de paz.

En su monasterio se comulgaba diariamente. "Que los monjes comulguen todos los días" - exhortaba - "pues para los que se retiran de los Sacramentos, Dios se retira de ellos. Pero el que se acerca a ellos recibe asiduamente el Salvador. Cada día, por lo tanto, que los monjes se preparen, y que lo reciban cada día". Algunos monjes no comían nada durante años, viviendo solamente del pan eucarístico, y eran los más saludables. A los que eran muy penitentes y esforzados en la virtud, les recordaba: "Que la ascesis sea secreta. No me gustan los que se encadenan su cuello y lo hacen para ser vistos por los hombres; que ayunen en sus celdas, donde nadie sabrá nada al respecto". El encadenamiento del cuello al suelo fue un tipo de penitencia no muy común, realizado por algunos eremitas. Lo leemos, sobre todo, de las ermitañas Santas Marana y Cira (3 de agosto).

No solo a los monjes dio Apolo ejemplo de vida honesta y dedicada a Cristo, sino al pueblo también. Cuéntase que en una ocasión dos aldeas enfrentadas llegaron a las armas y Apolo se plantó en medio de la batalla clamando a su buen sentido para que no derramasen sangre. Una de las partes se retiró enseguida y la otra, comandada por un feroz caudillo, pretendió perseguirla. Entonces Apolo le dijo al jefe: "Hijo mío, baja tus armas, y rogaré a Dios que perdone tus muchas ofensas". Y el hombre, arrepentido, quiso hacer la paz.

En otra ocasión celebraban unos paganos la festividad de un dios y se disponían a realizar una procesión, cuando Apolo se introdujo entre el pueblo y oró a Dios para que impidiera que lo hicieran. Entonces el ídolo de madera se volvió terriblemente pesado, de modo que ni cien hombres podían moverlo. Los sacerdotes del ídolo dijeron: "Un cristiano ha hecho esto". ""- dijo Apolo - "lo he hecho con mis oraciones", y acto seguido exhortó a la gente a abandonar el culto a los dioses vanos.

La última noticia que nos dan los historiadores dice que, imperando Juliano el Apóstata, al enterarse Apolo de que su hermano, que era soldado, había sido encarcelado por ser cristiano, se fue con sus cincuenta monjes a visitarlo. El tribuno que comandaba la prisión, viendo a tantos monjes dentro, mandó cerrar las puertas, ordenando fueran alistados como soldados. Pero por la noche se les apareció un ángel a Apolo y sus hermanos, el cual abrió las puertas de la cárcel y los condujo fuera, yéndose todos con gran alegría a su amado desierto.

Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo XI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-https://www.heiligenlexikon.de/


A 25 de enero además se recuerda a:

Santa Elvira, mártir.
La Traslación de
S. Brígida de Irlanda.
El Niño Jesús de Beaune.







miércoles, 6 de enero de 2021

Triunfó sobre las cadenas y el fuego.

Santa Macra de Fère-en-Tardenois, virgen y mártir. 6 de enero, 2 de marzo (Reims) y 11 de junio, traslación de las reliquias.

Sus Actas, escuetas y creíbles, nos dicen que padeció el martirio en Fismes, un poblado cercano a París, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, siendo gobernador Rictovaro gobernador de la Galia y feroz perseguidor de los cristianos.

Padeció el tormento del fuego, le cortaron los pechos y nuevamente padeció los carbones ardiendo. Antes de morir exclamó: "¡Oh Señor Jesucristo, que me hiciste triunfar sobre las cadenas de mi mazmorra, e hiciste el fuego al que me expuse tan dulce como el rocío, te ruego que recibas mi alma, porque ahora es el momento de que liberes mi espíritu!"

Fue sepultada en a las afueras del pueblo, donde con la paz de la Iglesia se levantó un santuario, transformado en una bella iglesia en el siglo VIII. Las reliquias que quedan se veneran en la parroquia de Fère-en-Tardenois, actualmente dedicada a su memoria.


Fuente:
https://heiligen-3s.nl


A 6 de enero además se celebra a:

San Erminold,
abad y mártir.
Beata Gertrudis,
beguina y mística
.
San Peran de Landevennec,
eremita
.









jueves, 3 de mayo de 2018

"Cuando un cristiano calla, ora y habla a Dios".

San Alejandro I, papa y mártir. 3 de mayo, 16 y 27 de marzo.

Las Actas de Alejandro, Evencio y Teódulo, ficticias, pretenden recoger el martirio de santos reales, cuyas sepulturas en la Vía Nomentana, en el segundo miliario, están localizadas y gozaron de culto primitivo. La leyenda les hace relacionarse con otros santos como San Quirino (30 de marzo y 30 de abril), Santa Balbina (31 de marzo) y San Hermes (28 de agosto), pero la relación no va más allá que la cercanía de sus sepulcros. Para más inri, al Alejandro mártir se le ha identificado nada menos que con el papa Alejandro, que asumió el solio pontificio a inicios del siglo II. Probablemente sería contemporáneo con estos mártires, e incluso podría haberlos sepultado él mismo, pero no hay prueba alguna para que fuese el mártir Alejandro venerado en las mencionadas catacumbas. Igualmente, aquí me limitaré a contar lo que la leyenda nos ha trasmitido y ya lo demás, pues lo sabremos en el cielo.

Fue San Alejandro elegido obispo de Roma en el año 105, siendo el quinto sucesor de San Pedro (29 de junio, martirio; 18 de enero, Cátedra de Roma; 22 de febrero, cátedra de Antioquía; 1 de agosto, "ad Víncula", 16 de enero, "ad Víncula" en la Iglesia oriental; 18 de noviembre, dedicación de su Basílica). El “Liber Pontificalis” le atribuye el inicio del rito de poner unas gotas de agua en el cáliz de vino en la Eucaristía, así como el uso del agua bendita. Pero igualmente, estos usos son algo más tardíos. 

A Alejandro igualmente se le arroga la invención de las Cadenas de San Pedro, el inicio de su veneración y la Dedicación de la iglesia de "San Pedro in Vincoli". La leyenda cuenta que, estando preso Alejandro, el tribuno Quirino le presentó a su hija Balbina para que fuese sanada. Esta besó las cadenas de Alejandro, quien le dijo que debía besar las del príncipe de los Apóstoles, que se hallaban en la misma cárcel. Halladas las cadenas de modo milagroso, comenzaría su culto. Pero, realmente, esta iglesia sería dedicada en 439 por el papa Sixto III y el culto a las supuestas cadenas de San Pedro data del siglo VIII, luego de la restauración de dicha iglesia por el papa Adriano I.

Entre 107 y 130 (las fechas bailan) el papa Alejandro habría padecido el martirio de la siguiente manera: Una vez convertido Quirino, este liberó a Alejandro, quien junto a sus presbíteros Evencio y Teódulo, bautizaron a cientos de personas, convertidas por Quirino (algunas versiones hacen obispo a Evencio y diácono a Teódulo). Cuando lo supo el emperador Aureliano, hizo que Quirino y todos esos bautizados fueran arrojados al mar. Entonces tomó a Alejandro y lo mandó tender en el potro, donde fue atormentado con antorchas y raspados sus costados con peines de hierro. Alejandro no decía ni una palabra, por lo cual le preguntaron "¿Por qué callas? ¿Por qué no te quejas?" Alejandro respondió: "Cuando un cristiano calla, ora y habla a Dios". 

A la par, eran torturados Evencio, quien tenía 81 años, y Teódulo. Como nada les hacía cejar, Alejandro y a Evencio fueron arrojados a un horno encendido, dejando a Teódulo fuera para que, al ver la espantosa agonía de los otros dos, tuviera miedo y apostatara. Pero Teódulo no se dejó intimidar, sino que, al contrario, se las ingenió para meterse también en el horno con sus compañeros. Milagrosamente el fuego no les dañó, sino que, al contrario, les hizo más fuertes y animosos para la batalla. Entonces Aureliano mandó decapitar a Evencio y a Teódulo, dejando a Alejandro para que fuera repetidamente apuñalado.

Busto relicario.
Estaba Aureliano contento con su "victoria", cuando se oyó una voz desde el cielo que clamó: "Aureliano, hemos abierto las puertas del cielo a los que acabas de matar, y a ti las puertas del infierno". Y efectivamente, Aureliano cayó fulminado, se mordió la lengua y murió abrasado de un fuego invisible.

Los  cuerpos de Alejandro, Evencio y Teódulo fueron sepultados fuera de la ciudad, en la Via Nomentana, a dos millas de Roma, como escribí al principio. Sus reliquias actualmente se veneran en la Basílica de Santa Sabina, Roma. Otras reliquias se veneran en Lucca y en Freising. En Stavelot, Bélgica, existe un bello relicario de San Alejandro del siglo XII, en el que se contendrían otras diversas reliquias.


Fuentes:
-https://www.heiligenlexikon.de/
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Lives of Popes". Volumen I.

Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Calixto I. 14 de octubre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 de enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Julio I. 12 de abril.

San Alejandro I. 3 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.

A 3 de mayo además se celebra a:

La Invención
de la Santa Cruz
.
Ss Timoteo y Maura,
esposos mártires
.
Ss Alejandro y Antonina
de Cardaune, mártires
.











lunes, 30 de abril de 2018

Pidió un milagro, lo obtuvo, y entregó su vida por ello.

San Quirino de Neuss, tribuno mártir. 30 de abril.

El culto de este santo se desarrolla en Alemania, tanto que ha perdido su coletilla "de Roma", para ser "de Neuss". El martirologio lo recoge a 30 de marzo, pero su más conocida memoria es a 30 de abril se recuerda su traslación, vestigio de su potente culto en Alemania, quedando relegada la memoria del 30 de marzo.

Su leyenda, del siglo V, se incluye en la leyenda del culto a las Cadenas del apóstol San Pedro, recordada en la memoria de San Pedro Ad Víncula (1 de agosto). A partir de la "Leyenda Áurea" del Beato La Vorágine (13 de agosto) ganaría popularidad este santo. Se nos cuenta que, imperando Adriano, fue encarcelado el papa San Alejandro I (3 de mayo) y con él San Hermes (28 de agosto), prefecto de Roma, quien había sido convertido por Alejandro. Quirino, que era tribuno, habló a Hermes diciéndole: "Es curioso que un hombre sensato renuncie a todos los beneficios del cargo de prefecto para soñar con una vida tan diferente". Hermes le respondió: "Yo también creí un tiempo en todo terminaba con nuestra vida terrenal". Quirino le replicó: "¡Si me demuestras que hay otra vida, puedes hacerme tu discípulo!". Hermes le señaló al obispo Alejandro y le dijo: "Es mejor que preguntes a tu otro prisionero, porque él puede hacer eso mejor que yo". Pero Quirino le dijo amargamente: "te pido pruebas, ¿y me envías a Alejandro, que está preso como tú? Esto haré, les separaré en celdas distantes y les pondré doble guardia. Si vuelven a juntarse de algún modo, entonces estoy dispuesto a creer en lo que dices".

Y así lo hizo Quirino, llevando a Alejandro a un extremo de la prisión. Estando el santo papa en oración, un ángel se le apareció y abriendo la puerta de la celda, lo llevó a la celda de Hermes, pasando entre la guardia. Ante este milagro Quirino aceptó la fe cristiana. Hermes le contó a Quirino como Alejandro había resucitado a su hijo, y Quirino quiso que Alejandro sanara a su hija Santa Balbina (31 de marzo), enferma de mal de garganta. Alejandro consintió, regresando a su celda de modo milagroso otra vez. Cuando Balbina estuvo frente a él se arrodilló para besar sus pies, pero Alejandro le dijo: "No beses mis cadenas, sino las de Pedro. Búscalas, venéralas y recuperarás tu salud". Y así pasó, Quirino halló las cadenas que había llevado el mismo San Pedro y cuando Balbina las besó quedó sana. Otra versión dice Alejandro tocó las cadenas al cuello de la joven. En fin, que sana Balbina, Quirino devolvió la libertad a Alejandro, quien le bautizó a él y a su familia.


Traslación a Neuss.
Iglesia de Malberg, Alemania.
Quirino moriría mártir en, entre los años 105 y 130, aunque primero le cortaron la lengua, las manos y los pies y luego sería decapitado. Balbina, Alejandro y Hermes también serían mártires. El cuerpo de San Quirino fue arrojado a los perros, pero estos lo respetaron, siendo sepultado luego en las catacumbas de Pretextato. El papa San León IX (19 de abril) entregó las reliquias de San Qurino a su hermana Geppa, abadesa en Neuss, y desde allí se extendió su devoción. Es abogado de los militares, del ganado, contra las epidemias de peste y viruela, contra las fracturas, el reuma, la cojera, la parálisis, dolor de garganta y oídos.

Aunque todos estos personajes sean mencionados en este relato legendario, ciertamente consta su martirio y sepultura en las catacumbas romanas, la cercanía de sus sepulcros forjaría la leyenda. Es abogado contra la gota, las piedras en los riñones y los dolores de las piernas. No hay que confundirle con San Quirino de Siscia (4 de junio).


Fuentes:
https://www.heiligenlexikon.de/
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 30 de abril además se celebra a:


San Eutropio de Saintes,
obispo y mártir.
Santa María de la Encarnación,
viuda y ursulina.
San José B. Cottolengo,
presbítero fundador.



domingo, 18 de septiembre de 2016

San Ferreol, el encadenado.

San Ferreol de Vienne, soldado mártir. 18 de septiembre.

Ferreol era natural de Vienne, en la Galia, y llegó a ser tribuno de la guardia romana. Imperando Diocleciano se desató la persecución y Ferreol, que sabía que entre sus tropas estaba el soldado San Julián (28 de agosto), que era cristiano, le animó a irse de la ciudad. La leyenda dorada de Santiago La Vorágine (13 de agosto) cuenta que no fue por huir, sino por poder padecer martirio con más gloria al ser mártir en un sitio donde no fuera conocido, además de para no dejarse convencer de sus padres. Pero eso se lo inventa el escritor porque le parece que por irse el santo tiene menos mérito. Ya sabemos cómo era La Vorágine.

Pues una vez que Julián partió, el gobernador Crispín mandó apresar a los cristianos que había en la ciudad, sobre todo a los principales, con especial encomienda que apresaran a Ferreol, del que se decía era cristiano. Cuando estuvieron frente a frente, Crispín intentó hacer que Ferreol sacrificara a los dioses, a lo que respondió el santo: "Yo soy cristiano, y no puedo adorar a tus dioses. A los Emperadores he servido en la milicia el tiempo que les podía servir como cristiano, y cuando di la obediencia, determiné de obedecer leyes justas, y nunca a leyes injustas, sacrílegas y malas; y así tengo puesto de militar contra los enemigos del Estado como debo, pero no contra los cristianos". Y un largo diálogo, legendario, tuvo lugar, para concluir Ferreol: "Me he propuesto adorar al Criador, y no a la criatura, ni a tus dioses, hechos por manos de hombres".

Viendo Crispín la constancia de Ferreol, lo mandó a azotar, y echarlo después a la cárcel cargado de cadenas. Pero al tercer día de estar en ella cayeron milagrosamente las cadenas quebradas en mil pedazos, y se le abrieron las puertas de par en par. Reconoció el santo este singular favor de Dios, y comprobando que los guardas dormían, salió del calabozo y de la ciudad, y se fue camino a Lyon. Pero dos leguas más arriba de Vienne, cayó otra vez en manos de sus perseguidores, que le ataron y le llevaron de nuevo a la ciudad, pero a medio camino le cortáron la cabeza a las orillas del Ródano sobre el año 304.

Las leyendas en torno a Ferreol y Julián son confusas, pues hay varias versiones. La más extendida cuenta que los verdugos llevaban la cabeza de Julián, la enseñaron a Ferreol y le dijeron: "Esto haremos contigo si no sacrificas a nuestros dioses", y como Ferreol se negó, le martirizaron y le sepultaron con la cabeza de Julián en las manos. En 431 San Mamerto de Vienne (11 de mayo) halló las reliquias de Ferreol y Julián, pero no falta la versión que dice que fue San Germán de Auxerre (31 de julio). Ambas versiones sí que coinciden en que la cabeza de Julián y el cuerpo de Ferreol estaban incorruptos, como acabados de enterrar.

La devoción a San Ferreol pasó a España y en Cataluña tuvo alguna devoción, llegando a trasladarse algunas reliquias suyas a Besalú, donde aún se le venera. En Olot, Gerona, se le venera también.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo X. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Diccionario de los Santos" C. LEONARDI, A. RICCARDI Y G. ZIARRI. Ed. San Pablo. Madrid, 2000. 
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Septiembre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.


A 18 de septiembre además se celebra a 
San José de Cupertino, religioso franciscano
San Lantpert de Friesing, obispo.

miércoles, 28 de mayo de 2014

De una pintura y una conversión

Facebook sigue dándome trabajo, y realmente, las preguntas que de allí vienen son de las que más me gusta responder, pues casi siempre están relacionadas con alguna obra, su iconografía, ya sea para explicar un atriuto o para identificar a algún santo que se resiste a ser catalogado. Y cuando la hacen amigos que aportan, que suman y no restan, y que son expertos en estos temas, además de gusto da honra y me hace más responsable de la respuesta. Y ya está, vamos al tema, ¿no?, que promete.

"Conversión de San Guillermo".
Retablo de Guadalupe, iglesia Regina Coeli, Ciudad de México.
Las otras conversiones de la serie son
las de San Ignacio de Loyola, San Pablo y San Agustín.
Pregunta: Ramon Rabre, ¿tu sabes que representa esta escena? México.

Respuesta: "Conversión de San Guillermo", pone la obra. No atinaba a saber de cual de los varios santos de nombre Guillermo sería, pues muchos hay. A los pocos minutos vino mi mente a socorrerme, y recordé entre mis archivos tenía una obra muy parecida y ¡voilá!, ya sabía quien era:

San Guillermo de Malavalle, "el Grande", penitente, fundador. 10 de febrero y 23 de octubre (agustinos).
Hay que dividir esta "vida" en dos partes: una histórica, posterior a cuando Guillermo se hace conocido, y una legendaria, que intenta explicar su vida anterior. Según Butler (Lives of Saints. Tomo II) los primeros datos sobre Guillermo los recogió su amigo y discípulo Alberto, de boca del mismo Guillermo, aunque es probable que solo haya escrito después de muerto el santo y sin contarle nada este, pues solo recoge datos desde 1153, cuando Guillermo se hizo famoso, callando datos anteriores que han tenido que llenarse con datos tomados erróneamente de las "vitae" de otros santos del mismo nombre.


Lo primero, históricamente hablando, que de Guillermo se sabe es que en 1153 se estableció en un islote de la Toscana, llamado Lupocavio. Allí hizo una ermita y se dedicó a la contemplación y a la penitencia. Uno más de tantos eremitas que hubo. Pronto se le juntaron compañeros para imitar su vida, pero como sus penitencias y oración eran casi inimitables, el fervor de estos compañeros decayó, y Guillermo los dejó, para volver a vivir solo en Monte Prunio. Allí volvió a tener discípulos, pero estos resultaron ser unos malandrines pedigüeños de limosnas a los peregrinos que le visitaban, así que cuando los reprendió, estos lo echaron a palos. Regresó a Lupocavio, donde sus antiguos compañeros, ya cenobitas, no le admitieron. Y se fue entonces a un valle desértico, cerca de Castigline, Siena, conocido como Maleval, o "valle malo" donde nadie se atrevía a meterse, por las leyendas de diablos y espíritus que rondaban por allí.

Estamos ya en 1155. En Malavalle, como se conoce normalmente en español, Guillermo se metió en un hueco excavado en la tierra, una madriguera a saber de que animal, hasta que siendo visitado por el señor de Burian, este mandó a unos sirvientes le hicieran una celdita. En 1156 llegó a él quien sería su discípulo, amigo y biógrafo, como dije: Alberto, quien narra que Guillermo vivía de raíces, hierbas y frutos salvajes, en completa soledad, salvo por los molestos insectos, víboras o fierecillas que moraban por esas zonas. Solo comía un trozo de pan tres veces a la semana, no bebía vino sino diluido en agua. Levaba constantemente un cilicio, dormía en el suelo.


Estando para morir, Alberto le pidió no le dejara solo, y Guillermo le profetizó que en breve tendría un compañero, y aún serían más. Y se cumplió, pues ese mismo día, estando a la puerta de la celda, vio llegar un hombre que venía buscando el abandono del mundo, la penitencia y la oración, bajo el ejemplo y enseñanzas de el famoso Guillermo: Era Rainaldo, un médico. Alberto, temeroso de que la muerte inminente de Guillermo le hiciera abandonar, le pidió le curase, y si no lo lograba, hiciera sus votos a Dios inmediatamente. Y fue lo segundo lo que sucedió: San Guillermo le dio su bendición, le aceptó como discipulo, para inmediatamente morir en brazos de Alberto y en presencia de un sacerdote de Castigline, que le visitaba y le dio la comunión. Era el 10 de febrero de 1157.

Guillermo, penitente
y cargado de cadenas.
Ya solos Alberto y Rainaldo comenzaron a vivir las enseñanzas de Guillermo, que el primero de ellos había ido escribiendo, elaborando una sencilla Regla, aprobada en 1211 por Inocencio III. Y dieron comienzo a la Orden de los Guillermitas, que tuvo conventos en Italia, Francia o España. Eran monjes simples, duchos en la agricultura, innovaron muchísimo en esta labor, llevando sus enseñanzas a los pueblos durante las guerras, enfermedades y hambrunas. Se les considera inventores del sistema de regadío. Fueron absorbidos por los Ermitaños de San Agustín. San Guillermo fue canonizado bastante rápido, el 8 de mayo de 1202, por Inocencio III, aunque antes de los 20 años de su muerte Alejandro III había aprobado su culto. Hubo un monasterio sobre la tumba de San Guillermo, del que se conserva aún una ermita. Perdido el monasterio, sus reliquias serían trasladadas a la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Malavalle. 

Y esto es la historia, y todo bien. Es cierto que existió Guillermo Duque de Aquitania "el Trovador", pero murió 50 años que San Guillermo, y cuando se elaboró la leyenda, el otrora ducado independiente de Aquitania había sido absorbido por el reino de Francia. Pero un santo fundador no podía tener un pasado desconocido, por lo que había que dotarle de una vida edificante ya fuera en obras, palabras, milagros. Y fue lo que hizo, entre otros, el monje Teodobaldo.  Se tomaron vidas de santos del mismo nombre, o leyendas comunes a diferentes santos y se elaboró una "vida" anterior a la escrita por Alberto. Y es lo que toca ahora:


La leyenda:

Ni siquiera hay uniformidad, pues a base de añadir datos casi parecen vidas diferentes las que del santo se conocen. Los Bolandistas lo pusieron "a caldo", negando validez a todas, y salvando únicamente los escritos de Alberto, y aún con anotaciones, como verdaderos. La leyenda dice que Guillermo era duque de Aquitania (aquí copiaron de San Guillermo de Tolosa, 28 de mayo, del que se dice lo mismo), y conde de Poitiers. Llevaba una vida disoluta, alejado de la fe cristiana, siendo mal gobernante y enemigo de la paz y las buenas costumbres. Llegó a tomar por la fuerza a la mujer de su hermano y hacerla su concubina.


En 1130 murió el papa Honorio II y una mayoría cardenales eligieron fraudulentamente al antipapa Anacleto II, y una minoría, que incluso le abandonaría, eligió a Inocencio II. Mientras Anacleto se hacía consagrar solemnemente, Inocencio hubo de huir a Francia, donde le apoyaban la mayoría de los príncipes cristianos. Se convocó un Concilio en Francia, donde la voz cantante la llevó San Bernardo de Claraval (20 de agosto), que se decantó oficialmente por Inocencio II. Todos los príncipes y nobles franceses apoyaron a San Bernardo, menos el duque de Aquitania, supuestamente nuestro Guillermo, que apoyaba a Anacleto. San Bernardo se reunió con él en Poitiers, siendo imposible convencerle.

Guillermo, libre de obediencia al que Francia consideraba papa, desterró obispos fieles a la Iglesia, se incautó bienes eclesiásticos, expulsó monjes... vamos, un desaguisado. San Bernardo volvió a reunirse con Guillermo, pero este, erre que erre, se negó a restituir nada a la Iglesia, ni a admitir a los obispos o religiosos expulsados. Incluso prohibió a San Bernardo entrar a cualquiera de las iglesias de sus territorios. Pero este, ni caso, se dirigió a la catedral a cantar misa. Guillermo le siguió y entró en el momento en que San Bernardo elevaba el Sacramento. Y se produjo el milagro: un rayo de gracia tocó el corazón de Guillermo, que cayó a los pies de San Bernardo, arrepentido de su impiedad y maldades. Y es el motivo de esta y otras obras que recogen la "conversión de San Guillermo". Y ya la historia pondría en su sitio a Anacleto a Inocencio, nosotros seguimos con la leyenda de San Guillermo.

San Guillermo y el dragón
Arrepentido pues, quiso buscar dirección espiritual, y se acercó a un ermitaño que vivía cerca de su castillo, pero este espantado al ver llegar a semejante déspota, no quiso saber de él, ni le creyó su arrepentimiento. Y se fue adonde otro eremita que, conociendo la verdad por una revelación, le dijo que vendiera todos sus bienes alos pobres, fundiera su armadura y forjara un vestido de cadenas y con esto puesto y descalzo, fuera pedir perdón al papa. Y así hizo, se quedó desnudo y un herrero le hizo un vestido de cadenas, y descalzo se fue a Roma. El papa le recibió, pero no le creyó su arrepentimiento, diciéndole "aunque Dios puede hacer hijos de Abraham de las piedras [Mt. 3, 9], no tengo razón para creer que convierta a lobos en ovejas". Así que le pidió tiempo y pruebas, enviándole de peregrinación a Jerusalén, a escuchar el juicio del Patriarca jerosolimitano. Pero este era hijo de un exfuncionario de Guillermo, que las había pasado duras, así que le exigió más penitencia.

Nueve años vivió Guillermo en una celda sin techo, cerca de la residencia del Patriarca, con su vestido de cadenas y un manto de pelo, ayunando a pan y agua,y con una piedra como almohada. Al cabo de este tiempo, sus familiares, informados por unos marineros, fueron a buscarle para llevarle de nuevo a casa, para que gobernara, ya de otra manera, con justicia y caridad. Se dejó convencer, y camino de casa, pasó por Lucca, que estaba en guerra. Sabiendo quien era, los lucanos le pusieron al frente de sus ejércitos, prometiéndole bienes y riquezas. Pero Dios tenía otros planes, así que antes de entrar en batalla, le dejó ciego (y esto lo metieron aquí, sacándolo de la leyenda del soldado eremita San Guillermo de Mariemont, 16 de octubre). Arrepentido, prometió volver a la penitencia si sanaba, cosa que pasó, así que volvió a Jerusalén. En el viaje de regreso la nave fue atacada por los sarracenos, pero al verle tan pobrey penitente le dejaron en paz. Dos años vivió en Jerusalén, pero intranquilo, porque sus familiares sabían donde estaba, así que desapareció en la noche y se fue de peregrino a Santiago de Compostela. Al regresar, se quedó en Italia, donde ya sabemos estuvo de eremita. Otra leyenda (copiada de San Guillermo Firmatus, 24 de abril) dice que dominaba los animales, pues unas fieras le atacaron y él hizo se devorasen entre ellos. También predicaba a los pájaros y incluso expulsó un dragón que asolaba las cosechas aterrorizando a los campesinos de Castigline.

Y aquí la leyenda entronca con la historia que vimos anteriormente: Lupocavio, Monte Prunio, Malvalle, etc. Se le llama "el Grande", porque su vida (su leyenda, vamos) inspiró a muchos ermitaños y se le consideraba uno de los modelos y padre de los penitentes. Es patrono de los herreros, armeros, hojalateros y trabajadores del plomo.



A 23 de octubre además se celebra a  
San Teodoro de Antioquía, presbítero mártir.
San Juan de Capistrano, presbítero franciscano


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