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miércoles, 6 de enero de 2021

Triunfó sobre las cadenas y el fuego.

Santa Macra de Fère-en-Tardenois, virgen y mártir. 6 de enero, 2 de marzo (Reims) y 11 de junio, traslación de las reliquias.

Sus Actas, escuetas y creíbles, nos dicen que padeció el martirio en Fismes, un poblado cercano a París, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, siendo gobernador Rictovaro gobernador de la Galia y feroz perseguidor de los cristianos.

Padeció el tormento del fuego, le cortaron los pechos y nuevamente padeció los carbones ardiendo. Antes de morir exclamó: "¡Oh Señor Jesucristo, que me hiciste triunfar sobre las cadenas de mi mazmorra, e hiciste el fuego al que me expuse tan dulce como el rocío, te ruego que recibas mi alma, porque ahora es el momento de que liberes mi espíritu!"

Fue sepultada en a las afueras del pueblo, donde con la paz de la Iglesia se levantó un santuario, transformado en una bella iglesia en el siglo VIII. Las reliquias que quedan se veneran en la parroquia de Fère-en-Tardenois, actualmente dedicada a su memoria.


Fuente:
https://heiligen-3s.nl


A 6 de enero además se celebra a:

San Erminold,
abad y mártir.
Beata Gertrudis,
beguina y mística
.
San Peran de Landevennec,
eremita
.









lunes, 28 de mayo de 2018

De otro corposanto en Francia.

San Valentín de Rostrenen, niño mártir. 28 de mayo.

Sobre este santo, un corposanto extraído de las catacumbas, solo puede saberse sobre su culto moderno. El domingo 28 de mayo de 1865 la iglesia de Nuestra Señora de Roncier, Rostrenen, recibió con júbilo las reliquias del pequeño mártir, donadas por el Beato Pío IX (7 de febrero) al obispo Saint-Brieuc y Tréguier. El mismo prelado recibió las reliquias, celebrando un solemne pontifical.

Los huesos venían dentro de una típica imagen de cera de mediana factura, que pronto cautivó a los fieles quienes crearon la leyenda de un niño mártir asesinado por su propio padre por convertirse a la fe cristiana en la Roma pagana. Pero eso nadie lo sabe. Al parecer tuvo mucha devoción, hoy venida a menos. No hay que olvidar que es la época del auge del traslado de cuerpos de las catacumbas a casi todo el mundo. Tenemos el caso de la polémica Santa Filomena (11 de agosto y 24 de mayo), con una fuerte devoción basada en casi nada sólido.

Además podéis leer estos artículos sobre el tema:

De catacumbas y corposantos (I).
De catacumbas y corposantos (II).


A 28 de mayo además se celebra a:


San Teódulo de Edesa,
estilita.
San Jorand de
Bretaña, ermitaño.
San Andrés,
"loco por Cristo".





lunes, 21 de mayo de 2018

La Traslación de San Juan de la Cruz.

La Traslación de San Juan de la Cruz, Padre Nuestro. 21 de mayo.


Muerte del Santo Padre.
Nuestro Padre murió en Úbeda, la noche del 13 al 14 de diciembre de 1591, luego de incontables dolores y desprecios de varios de sus hijos. Fue sepultado allí mismo, pero por poco tiempo. El Oídor del rey, Luis de Mercado y su hermana, Ana de Peñalosa (amiga y dirigida del santo) reclamaron el cuerpo para que fuera sepultado en Segovia, el convento edificado por el santo y donde el mismo santo había profetizado al ser trasladado, que Doña Ana "procuraría su regreso". El General, Nicolás Doria, había consentido y convenido con ellos que, donde quiera que muriese el santo, sería trasladado a Segovia.

En septiembre de 1592, con mucho sigilo (para que no lo supieran los frailes y el pueblo) el prior y dos frailes junto a Juan de Medina Ceballos, un alguacil comisionado por Luis de Mercado para el asunto, desenterraron al santo. El cuerpo se hallaba fresco aún, aunque casi hacía un año de su tránsito. Se constató que olía bien, emanaba algún tipo de óleo y que la llaga de su pierna manaba hilillos de agua sanguinolenta aún. Viendo que en este estado era imposible llevárselo ocultamente, pues no se atrevían a desmembrarlo, decidieron enterrarlo de nuevo, aunque poniéndole cal viva para que se consumiese pronto la carne y quedara el hueso pelado. Antes, y para consolar a Doña Ana con una reliquia, le arrancaron el dedo índice de la mano derecha al santo. Y he aquí que del corte manó sangre abundante, que fue recogida en paños.

Medio año esperaron para volver a desenterrar al santo para llevárselo a Segovia. En abril de 1593. Igualmente de noche y en secreto, el cuerpo volvió a ser desenterrado y he aquí que hallaron que la cal no había dañado nada al cuerpo del santo, que seguía emanando aquel óleo. Esta vez no decidieron enterrarlo, sino que Ceballos prefirió arriesgarse y cumplir su cometido. Primero le cortaton una mano y otros dedos al santo, para repartirlos como reliquias, y luego envolvieron al santo en lienzos y partieron rumbo a Segovia. Algunos testimonios dicen que fray Bartolomé dc San Basilio, religioso del convento, oyó en sueños que una voz le gritaba "Levántate y acude aprisa que se llevan el cuerpo del santo padre fray Juan". Despertó y corrió a la iglesia, donde el subprior no le dejó entrar, para que no viera lo que pasaba, pero que él sabía por revelación estaba pasando. Caso asombroso fue el de Clara de Benavides, otra conocida del santo, quien después de la muerte del santo, siempre se sentaba junto a la sepultura de este para oír misa. La primera vez que esta señora fue a la misa después que trasladaran de allí el cuerpo, sintió una soledad muy grande y tuvo la intuición de "Nos han quitado de aquí el santo cuerpo". Preguntó al suprior y este le dijo que no se había movido al santo pero tanto insistió ella, que el P. Fernando le reveló lo ocurrido y que las reliquias iban camino de Segovia.

El secreto traslado sucedió con algunos sucesos extraños, como el buen olor que despedía el cuerpo y que atraía a muchos curiosos, aún de lejos. En otra ocasión estaban descansando cuando vieron aparecer un extraño perro blanco, que les hacía gestos para que se fuesen del lugar donde estaban, como así hicieron enseguida, previendo algún peligro. La furtiva comitiva llegó a Madrid, donde por indicación de Ana de Peñalosa, se dirigió al convento de las carmelitas descalzas, al tiempo que mandaba decir al padre Blas de San Alberto, Definidor y Vicario General, que fuera al mismo convento. Así, Doña Ana, el Definidor y las reliquias del santo llegaron al mismo tiempo adonde las descalzas. Mandaron avisar a la priora, Ana de Jesús, la cual en su celda ya había sentido el olor de las reliquias del santo y ya iba a la portería sin necesidad de avisto alguno.


Reliquia del Santo.
Alba de Tormes.
Entraron el santo cuerpo a la clausura y lo descubrieron ante las monjas convocadas a ello. Todos veneraron el santo cuerpo, admirados de su incorrupción. Fray Blas, Don Luis y Doña Ana convinieron resarcir a Úbeda por el traslado y darles alguna reliquia, así que le cortaron el pie llagado y envuelto en ricas telas lo enviaron a Úbeda con el padre Francisco "el Indigno". De este pie sacaron dos huesos las monjas de Sabiote, donde descansó el buen padre antes de llegar a Úbeda. Otras reliquias se arrancaron en todo este trayecto, pero no me detengo en ello por no hacerlo tedioso.

Doña Ana cortó un brazo al santo para quedárselo ella, puso otro hábito al santo y lo mandó al convento de Segovia con el mismo sigilo que hasta ahora. Pronto se corrió el rumor en la ciudad de que las reliquias del santito fray Juan habían llegado a la ciudad, y muchos devotos aparecieron por el convento. Y fueron tantos que los frailes tuvieron que exponer el cuerpo sobre un altar improvisado. Fue necesario poner guardias para que los devotos no arrancaran trozos al santo mientras pasaban sus rosarios y estampas, objetos que quedaban impregnados del olor de las reliquias. Numerosos milagros se obraron en aquella espontánea sesion de devoción.

Entretanto se abrió un arco en la pared cerca del altar de Nuestra Señora, poniendo un tabique luego, para no dejarle expuesto, entretanto se decidía que hacer (hay que recordar que ni siquiera se había iniciado un proceso de canonización). Aun desde su humilde lugar "aquellos santos huecesicos habían de hacer milagros", como había profetizado Santa Teresa. Muchos devotos sanaron de sus males, sobre todo los aquejados de mal de articulaciones y rodillas. Se cuentan muchos portentos, que omito en aras de la brevedad. Y no solo allí, sino en Salamanca u otras ciudades, quienes invocaban al santo hallaban su remedio. 

Ante esto, en unos meses los frailes decidieron quitar el tabique de la pared y hacer algo más decente. Se hizo un arco de yesería y se adornó un poco. Cuando se hizo el arreglo se constató que la humedad del sitio había podrido el hábito del santo. Se aprovechó y se abrió al santo por el costado, viéndose todas las entrañas solidificadas y con color. No se vistió el cuerpo con otro hábito, sino que se le cubrió con un manto de seda de una imagen de la Virgen, volviéndose a poner el arca en el mismo sitio. En 1606 los religiosos estrenaron iglesia y en la capilla de la Virgen Doña Ana mandó poner un nicho decorado, y el 21 de mayo se trasladó solemnemente (esta vez sí) el cuerpo del santo a la iglesia, dentro de una bella arca, decorándose además la capilla.


Sepulcro del Santo. Segovia.
El santo padre fue beatificado el 25 de enero de 1675 por Clemente X y canonizado el 27 de diciembre de 1726 por Benedicto XIII, después de estupendos milagros. Su fiesta se fijó en principio a 14 de diciembre, pero en 1732, cuando se aprobó el Oficio Propio, se pasó al 24 de noviembre, para que no cayera ni el día ni la Octava en Adviento. Con la Reforma del Calendario de la Iglesia en 1969, volvió al 14 de diciembre, aunque en algún sitio aún mantienen la memoria del 24 de noviembre. En 1735 el papa autorizó la celebración de la Traslación. En 1738 extendió la fiesta litúrgica de San Juan de la Cruz a toda la Iglesia. El 24 de agosto de 1926, el Beato Pío XI proclama al santo Doctor de la Iglesia. En 1927 se aprobó el nuevo Oficio Propio, renovado posteriormente. Ese mismo año las reliquias del santo se trasladaron a la nueva arca de mármol y bronce donde aún hoy son veneradas. La Fiesta de la Traslación del Santo ya no es celebrada por los carmelitas, ni por la Iglesia de Segovia, que la suprimió de su calendario.


Fuentes:
-"Vida, Virtudes y Milagros del Santo Padre Fray Juan de la Cruz". FR. ALONSO DE LA MADRE DE DIOS.
-"Historia del Carmen Descalzo". FR. SILVERIO DE SANTA TERESA.


A 21 de mayo además se celebra a:


San Constantino I,
emperador.
Beata Richezza de Polonia,
reina y viuda.
San Eugenio de Mazenod,
obispo fundador.
















Y además podéis leer:

De la Invención y Traslación de reliquias en la Iglesia.
La Invención de las reliquias de San Esteban.
La Invención de Santiago Apóstol.
La Traslación de Santiago Apóstol.
La Traslación de San Gregorio Nacianceno.
La Traslación de San Phantalo.
La Traslación de los Reyes Magos.
La Traslación de Santa Juana de Lestonnac.
La Traslación de Santo Tomás de Aquino.
La Traslación de San Mateo Evangelista.
La Traslación de San Juan de Mata.
La Traslación de Santa Isabel de Hungría.

La Traslación de Santo Domingo de Guzmán.

miércoles, 2 de mayo de 2018

La Traslación de Santa Isabel de Hungría.

La Traslación de Santa Isabel de Hungría. 2 de mayo.

Santa Isabel de Hungría (17 y 19 de noviembre, 1 y 2 de mayo) murió el 19 de 1231, a los 24 años de edad, en su hospital de Madburg, después de una vida difícil, marcada por la tragedia, el amor y la piedad. Dícese que pocos días antes de su muerte, tuvo la visión de un pájaro que cantaba alegremente entre ella y la ventana, y la invitaba a que cantara con él. Fue enterrada en su mismo hospital, en una sencilla tumba. Aquella que había sido tan piadosa y caritativa con los pobres y enfermos en vida, no dejó de serlo en el cielo y pronto su sepulcro fue fuente de curaciones milagrosas. Siegfrid, el arzobispo de Maguncia mandó hacer una detallada crónica de estos milagros, que eran anotados cuidadosamente en un libro, y la envió al papa Gregorio IX, quien canonizó a Isabel el Domingo de Pentecostés de 1235.

Ese mismo año La Orden Teutónica, que tenía su sede administrativa en Madburg, y como tal era última propietaria del hospital, amplió el recinto para los enfermos y comenzó la construcción de una bella iglesia de estilo gótico, dedicada a la nueva santa, al tiempo que reclamaba la posesión de las reliquias, y por ende, todos los beneficios espirituales y económicos que de su culto se derivaran.

El 1 de mayo de 1236 el cráneo de la santa fue solemnemente coronado con una riquísima corona donada por el emperador Federico II de Hohenstaufen, y al día siguiente, 2 de mayo, el arzobispo Siegfrid trasladó su cuerpo de la santa a la nueva iglesia (aún sin terminar), en presencia del emperador, los hijos de Isabel, y numerosos prelados, clero y una gran muchedumbre devota. En 1245 la Orden Teutónica costeó un nuevo y bello relicario de oro para la santa. En 1249 el relicario se trasladó al coro de la misma iglesia para continuar con las obras, que terminaron en 1283, con una solemne Dedicación. Las reliquias de Santa Isabel atraían tantos peregrinos como Santiago o Roma.


Relicario de Santa Isabel de Hungría.
En 1539, durante la llamada Reforma protestante, el hereje Felipe de Hesse hizo retirar las reliquias de Isabel del relicario, ordenó que fueran esparcidas, junto con las de todos sus parientes, en un osario común, para acabar con aquel "culto idolátrico". Afortunadamente el Gobernador de Madburg, George de Kolmatsch, desobedeció la orden y se hizo trasladar las santas reliquias en secreto a su castillo en Herleshausen. En 1548, derrotados los herejes y repuesto el culto católico, la Orden Teutónica reclamó las reliquias al Gobernador, quien las entregó. Estaban muy reducidas, quedando solamente la mandíbula inferior, cinco huesos, una costilla, los dos omóplatos y un hueso de una pierna. Fueron trasladadas a Viena, al monasterio de las isabeles. Otras reliquias, dudosas, se conservan en el Tesoro de Hannover y otras en las Carmelitas de Bruselas.


Fuentes:
-https://www.heiligenlexikon.de
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Nuevo Año Cristiano". Tomo 12. Editorial Edibesa, 2001.


A 2 de mayo además se celebra a:


Santos Hespero, Zoé,
y sus hijos mártires.
San Atanasio de Alejandría,
Padre de la Iglesia.
Santa Wiborada,
reclusa y mártir.















Y además podéis leer:

De la Invención y Traslación de reliquias en la Iglesia.
La Invención de las reliquias de San Esteban.

La Invención de Santiago Apóstol.
La Traslación de Santiago Apóstol.
La Traslación de San Gregorio Nacianceno
La Traslación de San Phantalo.
La Traslación de los Reyes Magos

La Traslación de Santa Juana de Lestonnac.
La Traslación de Santo Tomás de Aquino.

La Traslación de San Mateo Evangelista.

La Traslación de San Juan de Mata.

sábado, 3 de febrero de 2018

De palomas, fuentes y sordos.

San Hadelin de Celles, ermitaño. 3 y 11 de febrero.

Fue originario de Aquitania, donde nació sobre 617. Siendo muy joven entró al monasterio benedictino de Solignac, fundado por San Eloy (1 de diciembre), al tiempo que era abad San Remaclio (3 de septiembre), quien había tomado el hábito monástico en Luxeuil. Cuando en 641 San Eloy fue nombrado obispo de Noyon y dejó Solignac, Remaclio dejó también el monasterio junto a Hadelin, para fundar un nuevo monasterio en Les Ardennes. Yendo de camino se detuvieron a descansar y Remaclio vio como un ángel protegía a Hadelin del sol. Cuando este despertó, Remaclio le preguntó que había soñado y Hadelin le contó que había soñado con una paloma blanca que volaba sobre su cabeza.

En 648 Remaclio fundó el monasterio de Stavelot y Hadelin vivió un tiempo en él, hasta que deseó una vida más retirada y se fue como ermitaño a una cueva en las afueras de actual ciudad de Celles, Bélgica, que precisamente se llama así por las celdas erigidas por Hadelin y los discípulos que tuvo al cabo de un tiempo.

La leyenda, que se lee igual de otros santos fundadores, cuenta que sus discípulos estaban trabajando en el calor del verano con gran sed, por lo cual Hadelin golpeó con su báculo el suelo y en el acto brotó una fuente. Otra leyenda, que le ha consagrado un patronato, narra que estando predicando en Dinant, una mujer le seguía humildemente sin decir una palabra, pero con gran angustia en su rostro. Preguntó Hadelin quien era y le dijeron era una sordomuda que esperaba pacientemente ser sanada por él. Entonces Hadelin hizo una oración, trazó la señal de la cruz sobre la mujer y esta habló y oyó por primera vez. A otra mujer pobre socorrió el santo cuando un toro rompió la puerta de su casa; Hadelin hizo la señal de la cruz sobre los trozos de madera y estos se recompusieron, armándose la puerta de nuevo.

Relicario del santo.
Hadelin falleció en 690, con 73 años de edad. Fue sepultado en su ermita y en 704 fue trasladado a una capilla elevada en acción de gracias por los devotos, a causa de sus muchos milagros. En 1030 se construyó una nueva iglesia que aún existe y a la cual se trasladaron las veneradas reliquias, siendo puestas en un bello relicario. En 1338 los monjes se trasladaron a Visé, donde el culto a Hadelin continuó firme hasta hoy en día. Es abogado de mudos, sordos y retrasados mentales.


A 3 de febrero además se celebra a 





domingo, 5 de noviembre de 2017

Del legítimo culto a las Reliquias.

Fiesta de las Sagradas Reliquias. 5 de noviembre.

Relicario del brazo
de Santa Teresa.
Introducción.
Esta festividad, hoy inexistente, en origen se celebraba en la Octava de Todos los Santos, es decir, a 8 de noviembre, pero al ir ganando importancia dicha octava, se trasladó al domingo intermedio, siendo movible. Luego pasó a ser fija, a 5 de noviembre, y luego desapareció. En este día cada Iglesia debía rendir culto a las reliquias que poseyera, poniéndolas a especial veneración. Algunas iglesias importantes, como las catedralicias o abaciales, que poseían muchas reliquias montaban altares imponentes, o exponían cuerpos relicarios que usualmente no estaban a la vista, aunque permanecían en los altares, cubiertos por antipendios de madera labrada.

Todas las religiones han honrado la memoria de sus difuntos y venerado sus restos, incluso aquellas donde son cremados, esto se hace con suma veneración. El cristianismo no es ajeno a ello, al menos en la Iglesia Católica, romana o no, la cual venera las reliquias de los santos, ya no tanto porque sean difuntos cercanos, sino que venera las de aquellos que la Iglesia ha propuesto para la veneración. El culto a las reliquias no es algo ajeno a nuestra fe católica, ni mucho menos algo impuesto o tomado del paganismo. El culto a las reliquias es, en el fondo, culto a Dios manifestado en sus Siervos, los santos, y en los cuerpos de estos, o en objetos santificados por su contacto.

Las Sagradas Escrituras.
La Escritura tiene varios ejemplos de la importancia de las reliquias como medio por el que Dios derrama su gracia. Tres textos en la Biblia dejan bien claro la complacencia divina en la veneración de las reliquias y en el "poder" de estas:
"Murió Eliseo, y lo sepultaron. Entrado el año vinieron unas bandas moabitas al país. Mientras unos israelitas sepultaban a un hombre, vieron una banda, y arrojaron al muerto en el sepulcro de Eliseo. Y cuando el muerto tocó los huesos de Eliseo, revivió y se levantó sobre sus pies" (II Reyes 13, 20-21)

"…sacaban los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. También la gente de las ciudades en los alrededores de Jerusalén acudía trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados" (Hch 5, 15-16)

"Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que hasta los pañuelos o mandiles que habían tocado su cuerpo eran llevados a los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían". Hch. 19, 11-12

Los protestantes y otros llamados cristianos tienen muchas teorías sobre estos textos, todas anticatólicas, y que, por supuesto, obvian una realidad: Dios puede obrar milagros por medio de las reliquias, y si Dios puede hacer algo, efectivamente lo hace. Los católicos no somos tontos, sabemos que la reliquia no posee poder por sí misma, sino que Dios se complace en utilizarla como medio para sus bendiciones o milagros. Podría no hacerlo, pero cuando lo ha elegido, no hay razón alguna para despreciarlo o minusvalorarlo.

Catacumbas de San Sebastián.
La iglesia Primitiva.
En los tiempos apostólicos y posteriores tenemos más testimonios de la veneración de las reliquias, específicamente de los cuerpos de los mártires. Los sepulcros y las catacumbas son ejemplos claros de ellos. Los cristianos, creyentes de la Resurrección de la carne se distanciaron de las prácticas conocidas: ni quemaban a sus difuntos (de hecho un castigo a ellos, por parte de los romanos, era evitar la veneración de los cuerpos de los mártires), pero tampoco los conservaban artificialmente, como los egipcios. Los enterraban en la tierra, recordando el "del polvo vienes y en polvo te convertirás", para ello cavaban los nichos en estas cavernas llamadas catacumbas. Los nichos eran sellados muy bien y a veces se escribía el nombre del difunto, la edad y la fecha de la muerte, lo cual indica la necesidad de un recordatorio para la veneración adecuada. Se añadían símbolos, como el crismón o un ramo (símbolo de victoria).

La costumbre vigente todavía de poner reliquias de mártires (hoy, de cualquier santo) en los altares, viene de este recuerdo de celebrar la misa sobre los sepulcros martiriales. Para identificar como mártires a los que lo eran, se ponía una vasija, el "lacrimatorium" o "vas sanguinis", con restos de sangre o algunas, si no había sangre, con señales de color rojo. La vasija también podía contener tierra ensangrentada, un trozo de ropa del mártir o de la tela con que se recogió esa sangre. Como vemos, objetos materiales (tierra, paños o ropas con sangre) relacionados al santo ya son venerados en tiempos tan primitivos como los siglos II y III. 

"Tomamos los huesos, que son más valiosos que piedras preciosas y más finos que oro refinado, y los pusimos en un lugar apropiado, donde el Señor nos permitirá reunirnos", dice la Carta a la Iglesia de Esmirna, del año 156.

Los Padres de la Iglesia.
Pero no sólo fueron veneradas las reliquias de los santos durante los tiempos de persecución, sino después. San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias), por ejemplo, visitaba las catacumbas todos los domingos mientras vivió en Roma, y allí meditaba y oraba. También en el siglo IV San Paulino de Nola (22 de junio), narra cómo vio el cuerpo de San Hipólito (13 de agosto) en el cementerio de Ciríaca, y que allí se decía la misa, y se besaba el sepulcro especialmente cuando se recordaba el "dies Natalis" o sea, el día del nacimiento para el cielo del santo en cuestión.

San Agustín nos dice: 
"Está claro que quien tiene afecto por alguien venera lo que queda de ésa persona tras su muerte, no sólo su cuerpo sino partes de él e incluso cosas externas, como sus ropas. Entonces, en memoria de ellos debemos de honrar sus reliquias, principalmente sus cuerpos, que eran templos del Espíritu Santo". (La Ciudad de Dios)

San Juan Crisóstomo, predicando del mártir San Julián: 
"[los] espíritus impuros no pueden sufrir esta luz tan superior. Traigan un energúmeno ante las Reliquias del Santo, por intrépido que sea el demonio que le posea, por furioso que parezca, jamás se acercará a ellas, y le veréis huir al llegar al pórtico: antes pasará por carbones encendidos: más presto se arrojará a ellos, que pasar a este lugar sagrado; y sola la vista del sepulcro le hará huir, y retirarse. Pues si después de tanto tiempo como se ha pasado desde la muerte del mártir, aun hoy, que este cuerpo no es más que ceniza y polvo, no se atreven los demonios ni aun a mirarle, ¿qué confusión y tinieblas no serían las suyas, cuando del todo brillante con la purpura de su sangre hería sus espantadizos ojos? 
(...) Se dignó Dios repartir con nosotros a los mártires: él toma el alma para sí y a nosotros nos deja el cuerpo, para que teniendo siempre a la vista estos sagrados despojos nos animásemos a la práctica de las virtudes que los han consagrado. Porque si la vista de las armas ensangrentadas de cualquier hombre valiente, excita cierto ardor marcial hasta en el corazón más cobarde, (…) ¿qué debemos sentir nosotros, que vemos, que tocamos, no las armas de este soldado de Jesucristo, sino su cuerpo ensangrentado por la gloria de su Maestro, y del nuestro? Aun cuando fuésemos los más cobardes de todos los hombres, esta vista sola es capaz de encender en nuestros corazones el mismo ardor que consumía al de Julián. Dios nos confía las reliquias de los Mártires para que tengamos entre manos la materia de una filosofía la más sublime y elevada".

La Edad Media. 
Este período, largo en el tiempo, supuso un enorme auge en el culto a las reliquias de los santos, ya fueran cuerpos o sus partes, u objetos. La costumbre de poner reliquias debajo de los altares pasa a ser normativa. Lamentablemente, de aquella época no quedan casi templos que atestigüen esta costumbre, pero sí quedan los numerosos hallazgos o "invenciones" de cuerpos identificados mucho tiempo después, en medio de derrumbres, escombros o paredes tapiadas. Un caso, por ejemplo, San Valentín de Terni (14 de febrero). Los primeros cuerpos en ser expuestos pues serán santos locales, de devoción reducida: Eran trasladados con solemnidad, por el obispo de la diócesis, que elegía un día para recordarlo; y esto era lo equivalente a una canonización, y así fue hasta el siglo IX, cuando el papa se reservó el poder de canonizar santos. Podéis leer este artículo sobre la Invención y Traslación de Reliquias.

Busto relicario.
Santa Cristina.
Son los tiempos en los que nacen los bustos relicarios, que unen la reliquia a una imagen de bulto para ser venerada. Se construyen altares-relicarios, y relicarios con formas de partes del cuerpo según las reliquias que albergaran, como brazos, pies y piernas. otros relicarios imitarán pequeñas iglesias o santuarios. El oro y otros metales nobles, las piedras preciosas, los bordados... todas las bellas artes están al servicio del culto y en este las reliquias son fundamentales.

La Alta Edad Media fue una época oscura en cuanto a este tema: las reliquias falsas se multiplicaron, llegando a los extremos aberrantes de conocerse 24 cabezas de San Juan Bautista, o cientos de dientes de Santa Apolonia, solo por poner dos ejemplos. Es la época igualmente en que objetos de santos del Antiguo Testamento comienzan a ser venerados, o reliquias más absurdas aún, como el último suspiro de San José, o leche de los pechos de la Madre de Dios. Sobre las reliquias de la Santa Cruz, podéis leer este artículo para no desviarme del tema. La proliferación de reliquias, verdaderas o falsas, responde esencialmente a esta razón: a más reliquias, o más estupendas, pues más peregrinos, y por tanto mejor culto, más limosnas para la Iglesia, más comercios para las ciudades, y más impuestos para los reinos. Todos salían ganando.

Trento y la Contrareforma.
"Instruid también a los fieles en que deben venerar los santos cuerpos de los santos mártires, y de otros que viven con Cristo, que fueron miembros vivos del mismo Cristo, y templos del Espíritu Santo, por quien han de resucitar a la vida eterna para ser glorificados, y por los cuales concede Dios muchos beneficios a los hombres; de suerte que deben ser absolutamente condenados, como antiquísimamente los condenó, y ahora también los condena la Iglesia, los que afirman que no se deben honrar, ni venerar las reliquias de los santos; o que es en vano la veneración que estas y otros monumentos sagrados reciben de los fieles; y que son inútiles las frecuentes visitas a las capillas dedicadas a los santos con el fin de alcanzar su socorro". Concilio de Trento, sesión XXV.

Este texto del famoso Concilio resume la doctrina sobre las reliquias y su uso. Pero si bien Trento fue generoso para con este culto, también fue firme condenando reliquias falsas y la superstición que podía generar una devoción mal entendida. Trento condenaría la compra-venta de reliquias, admitiendo solo la compra si era para evitar un mal mayor, como la destrucción o la impiedad.

Cuerpo de San Jacinto en Fürstenfel, Alemania.

Entre los siglos XVI (pleno barroco y contrarreforma católica) y XVIII se da el "boom" de las traslaciones y exposiciones de cuerpos de santos mártires. Surgen las bellas imágenes yacentes que esconden osamentas o parte de huesos, representando al mártir muerto o en agonía, con heridas muchas veces imaginadas por el artista, porque no hay testimonio alguno, la mayoría de las veces, si murió degollado, quemado o apedreado. Mención especial merecen las traslaciones hechas al Norte de Europa, específicamente a Alemania, donde los esqueletos eran puestos a la veneración ricamente enjoyados y revestidos, pero siempre mostrando los huesos, en un estilo muy peculiar que merece verse.

En estas invenciones y traslaciones influyen los vaciamientos, restauraciones y adecentamiento de las catacumbas (en este artículo hablo sobre las catacumbas y los corposantos). Los monasterios, catedrales, parroquias y hasta simples capillas públicas o privadas comienzan a solicitar y recibir "corposantos", ratificados por Roma y, todo sea dicho, la mayoría mediante "el pago de una limosna". Europa y la incipiente América cristiana comienzan a recibirlos (América sobre todo en los siglos XVIII y XIX). Algunos de estos corposantos lograron devoción más allá de su sitio definitivo (Santa Fortunata o Santa Filomena, cuyas imágenes se repiten, confundiendo a muchos como si tuvieran los cuerpos dentro), sobre todo por la emigración, que siempre lleva sus devociones.

El siglo XX y la actualidad.
En 1907 el papa San Pío X publica su Encíclica "Pascendi", en la cual expresa:
"Destiérrese absolutamente toda superstición en la invocación de los santos, en la veneración de las reliquias, y en el sagrado uso de las imágenes; ahuyéntese toda ganancia sórdida; evítese en fin toda torpeza (…) ni abusen tampoco los hombres de las fiestas de los santos, ni de la visita de las reliquias, para tener convitonas, ni embriagueces: como si el lujo y lascivia fuese el culto con que deban celebrar los días de fiesta en honor de los santos. [No] se han de admitir nuevos milagros, ni adoptar nuevas reliquias, a no reconocerlas y aprobarlas el mismo Obispo. Y éste, luego que se certifique en algún punto perteneciente a ellas, consulte algunos teólogos y otras personas piadosas, y haga lo que juzgare convenir a la verdad y piedad".

Como vemos, el uso de reliquias falsas se restringe aún más, pero ciertamente, el culto popular muchas veces es más fuerte que la autoridad episcopal y pocas veces esta puede hacer algo. Y el mismo papa al parecer lo reconoce en Pascendi, al escribir: "Las reliquias antiguas deben conservarse en la veneración que han tenido hasta ahora, a no ser que, en algún caso particular, haya argumento cierto de ser falsas o supuestas".

Relicario moderno de San Juan Pablo II.
En los años 60 y 70 del siglo XX, luego del Concilio Vaticano II la piedad popular y casi todo el culto externo sufrió un fuerte varapalo, sabido es. Y el culto a las reliquias se resintió mucho. Algunas fueron profanadas y arrojadas a trasteros, quitadas del culto, otras pasaron a los museos, por la belleza de los relicarios, menospreciando su valor sagrado (una barbaridad a a la que nadie parece querer poner solución). Sin embargo, a pesar de esto, la Iglesia no ha condenado nunca el culto a las reliquias. El Catecismo de la Iglesia Católica, en su numeral 1674 dice: "El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el via crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc".

El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia dedica más espacio a hablar del tema, y lo resumo: 

"Las reliquias de los Santos:
236. El Concilio Vaticano II recuerda que ‘de acuerdo con la tradición, la Iglesia rinde culto a los santos y venera sus imágenes y sus reliquias auténticas’. La expresión ‘reliquias de los Santos’ indica ante todo el cuerpo - o partes notables del mismo - de aquellos que, viviendo ya en la patria celestial, fueron en esta tierra, por la santidad heroica de su vida, miembros insignes del Cuerpo místico de Cristo y templos vivos del Espíritu Santo (cfr. 1 Cor 3,16; 6,19; 2 Cor 6,16). En segundo lugar, objetos que pertenecieron a los Santos: utensilios, vestidos, manuscritos y objetos que han estado en contacto con sus cuerpos o con sus sepulcros, como estampas, telas de lino, y también imágenes veneradas".
237. El Misal Romano confirma la validez del ‘uso de colocar bajo el altar, que se va a dedicar, las reliquias de los Santos, aunque no sean mártires’. Puestas bajo el altar, las reliquias indican que el sacrificio de los miembros tiene su origen y sentido en el sacrificio de la Cabeza, y son una expresión simbólica de la comunión en el único sacrificio de Cristo de toda la Iglesia, llamada a dar testimonio, incluso con su sangre, de la propia fidelidad a su esposo y Señor. (…) Las diversas formas de devoción popular a las reliquias de los Santos, como el beso de las reliquias, adorno con luces y flores, bendición impartida con las mismas, sacarlas en procesión, sin excluir la costumbre de llevarlas a los enfermos para confortarles y dar más valor a sus súplicas para obtener la curación, se deben realizar con gran dignidad y por un auténtico impulso de fe. En cualquier caso, se evitará exponer las reliquias de los Santos sobre la mesa del altar: ésta se reserva al Cuerpo y Sangre del Rey de los mártires.

Lengua de San Antonio.
Reliquia Insigne.
División de las Reliquias.
De Primera Clase: el cuerpo del santo o partes notables de este. Las reliquias de Primera Clase se dividen a su vez en tres tipos:
  • Insignes: cuerpos enteros o una parte completa de este, o un órgano incorrupto.
  • Notables: partes importantes del cuerpo pero sin constituir un miembro entero, como medio hueso de la pierna, por ejemplo.
  • Mínimas: esquirlas de huesos, pelos, sangre, o minúsculos trozos de carne.

De Segunda Clase: objetos que los santos usaron en vida.
De Tercera Clase: cualquier objeto tocado a una reliquia de primera clase o a la tumba del santo.

Los católicos podemos venerar en nuestras casas reliquias de segunda y tercera clase. Las de primera deben dejarse al culto público por su importancia. Siempre hemos de darle justo culto y veneración, teniéndolas en lugar visible y con respeto. En caso de estar guardadas, siempre ha de ser en un sitio adecuado, sin peligro de perderse o deshacerse.


Fuentes:
-http://sicutoves.blogspot.com
-"Vidas de los Padres, Mártires y otros Santos". Tomo X. P. P. RIBADENEYRA. 1869.
-agustinus.it


A 5 de noviembre además se celebra a
San Alto de Altomünster, ermitaño y abad.
Beata Francisca de Amboise, duquesa, carmelita.




MI LIBRO ELECTRÓNICO

"TUS PREGUNTAS SOBRE LOS SANTOS

(SANTOS PATRONOS DE LAS ENFERMEDADES)

YA ESTÁ DISPONIBLE.

viernes, 26 de mayo de 2017

La Invención de Santiago Apóstol.

La Invención de Santiago Apóstol. 26 de mayo.

Teodomiro halla el
sepulcro de Santiago.
El 30 de diciembre celebra la Iglesia gallega la Traslación de Santiago, de la que ya escribí antes. Esa memoria recuerda que, siempre según la leyenda, luego de la muerte del santo apóstol en Jesusalén, sus siete discípulos llevaron su cuerpo a Galicia, donde encargaron a dos eremitas que lo cuidaran. Pero la memoria del venerable sitio se habría perdido, por lo cual fue necesaria la intervención de Dios para que saliese a la luz aquel tesoro, y esta invención es la memoria que se celebra hoy.

En 838 era obispo de Iria Flavia Teodomiro, y en su episcopado ocurrió que habiendo visto el eremita Pelayo y alguno más unas luces que salían de una selva, se acercaron a ver que era, descubriendo que no eran de origen natural, sino resplandores celestiales que salían de la espesura. Se les apareció un ángel que les indicaba hacia el sitio, al cual fueron una y otra vez, repitiéndose siempre el hecho de las mismas luces. Corrieron donde el mencionado obispo, que quiso verlo por sus propios ojos. Cuando vio las luces, determinó que algo indicarían, así que mandó se buscase en el medio de la selva. Entonces ocurrió que hallaron una cueva excavada en la roca, y dentro un sepulcro. Conociendo que la tradición decía que Santiago estaba sepultado en aquellas tierras, mandó a avisar al rey Alfonso el Casto, y ambos veneraron las reliquias, que dieron por sentado eran las del apóstol. Se levantó una iglesia en el sitio, que fue reedificada por el rey Alfonso el Magno. Con el tiempo sería la bellísima catedral de Compostela que hoy todos admiramos. Urbano II trasladó allí la sede episcopal y Pascual II la elevó a arquidiócesis. 

Arca relicario de Santiago.
Compostela.
Sobre esta leyenda mucho se ha escrito, y aunque hay documentos que avalan la antigüedad de la misma, no hay ninguno que pueda afirmar que, efectivamente, las reliquias de Santiago reposan en España. En el cielo lo sabremos. Numerosos santos han peregrinado al sepulcro de Santiago, entre ellos San Francisco de Asís (4 de octubre; 17 de septiembre, Impresión de las Llagas; y 25 de mayo, Invención de las reliquias), y Santa Brígida (23 de julio y 7 de octubre). 


Fuente: -"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Diciembre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.



 
A 26 de mayo además se celebra a 


V. Margarita del S. S.,
virgen carmelita
.
San Berenguer
de St-Papoul, monje
.
Santos Dyfan y Fagan,
misioneros

San Edmundo I,
rey y mártir.





















Además, podéis leer:
La Aparición de Santiago en Clavijo.

De la Invención y Traslación de reliquias en la Iglesia.
La Invención de las reliquias de San Esteban.
La Traslación de San Gregorio Nacianceno.
La Traslación de San Juan de Mata.
La Traslación de San Phantalo.
La Traslación de los Reyes Magos.
La Traslación de Santa Juana de Lestonnac.
La Traslación de Santo Tomás de Aquino.
La Traslación de San Mateo Evangelista.

La Traslación de Santa Isabel de Hungría.
La Traslación de Santo Domingo de Guzmán.
La Traslación de San Juan de la Cruz.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...