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viernes, 14 de mayo de 2021

Ciego, mas con visión pastoral.

San Tutto de Ratisbona, obispo. 14 de mayo, 6 y 10 de octubre.

Nació a mediados del siglo IX, en una noble familia bávara la cual pronto le envió a estudiar al monasterio de San Emmeran (22 de septiembre), en Rastisbona. Fue un monje ejemplar, muy orante y penitente, por lo cual los monjes le querían y le elevaron a la dignidad abacial siendo joven aún. Alli trabó amistad con el príncipe Arnulfo, con quien colaboró para acrecentar el poder real en la ciudad de Regensburg, dotándola con bellas iglesias, hospitales y obras públicas.

En 894 Arnulfo le designó como obispo de Ratisbona, elección que fue aprobada por los demás obispos y el célebre papa Formoso. En 895 Arnulfo fue nombrado rey de Bohemia, con el aplauso de los obispos, que hicieron campaña por él. Tutto se convirtió en su consejero y ambos formaron un potente tándem de reformas religiosas y políticas de gran calado: Evangelización, promoción de la vida virtuosa, endurecimiento de leyes, ayudas a los pobres frente a los poderosos, etc. En 896 Arnulfo fue coronado emperador por el papa. Como agradecimiento por su ayuda, Tutto recibió solemnemente el bellísimo "Codex Aureus” de Carlos el Calvo, un Evangeliario profusamente adornado con oro, valiosas gemas y preciosas ilustraciones. Podéis ver las bellas imágenes de un facsímil en este link

Cuando Bohemia y Baviera fueron invadidas por los húngaros en 900, Tutto tuvo que refugiarse en su abadía. En 907, sufrida la derrota de Presburgo, el rey Konrad, fue con un ejército a San Emmeran para reclamar el códice, venerado y expuesto en el altar mayor. Tutto no le impidió que lo tomase, mas apenas puso el rey las manos sobre el libro, le acometieron dolores, temblores y se sintió muy débil, así que lo devolvió al atril reverentemente.

Tutto murió el 10 de octubre de 930, luego de haber perdido la vista una década antes. Este impedimento físico no le impidió acrecentar sus virtudes, y antes bien, le servía para no ver más que las cosas de Dios, según sus propias palabras en una carta dirigida al nuevo monarca Arnulfo II. Sus reliquias se veneran en el monasterio de San Emmeran.


A 14 de mayo además se celebra a






viernes, 16 de abril de 2021

De un abogado contra la peritonitis.

San Vasio de Saintes, mártir. 16 de abril. 

Siendo Vasio un niño, sus padres murieron, dejándole una gran fortuna. Cuando llegó a la primera juventud, decidió donarlo todo a los pobres y retirarse a la vida eremítica. Un pariente suyo llamado Próculo y su hijo Namancio, quienes tenían envidia de sus riquezas, le acusaron de robarle parte de su propia herencia. Además, con un garrote Namancio echó a Vasio de su casa. Este pidió protección al rey Alarico II, quien conocía a sus padres, y el rey le dio su apoyo, entregándole un documento en el que decía que el joven era dueño legítimo de sus bienes y podía disponer de ellos libremente. 

Próculo hizo poco caso de esto, así que mandó sus sirvientes tomaran al joven Vasio y lo ataran a un poste y lo apalearan. Así lo hicieron, pero Vasio no emitió ni una queja de dolor. Entonces Próculo fingió que le dejaba en libertad, mientras planeaba asesinarle. 

Al día siguiente ambos malos parientes esperaron al joven en un camino. Vasio supo por revelación que querían matarle, así que al llegar adonde sus parientes estaban emboscados, se arrodilló e hizo una ferviente oración. Namancio salió de su escondite y con su espada mató al joven Vasio y quemó su cuerpo. Pero he aquí que aún no empezaba su contento cuando sintió un terrible dolor en su abdomen, el cual se abrió de lado a lado, dejando salir los intestinos. Era tal el hedor que despedía, que su padre huyó corriendo y nadie se acercó a sepultarlo, siendo comido por las bestias. 

En cuanto a Vasio, cuya muerte fue en 490, los campesinos del lugar enterraron su cuerpo piadosamente y veneraron su tumba como a mártir. En tal lugar existe hoy una basílica y la ciudad de Saint-Vaize. Es abogado contra los males intestinales, cólicos y la peritonitis.


A 16 de abril además se celebra a

San Druon de Sebourg,
recluso
.
San Thuribe, obispo.
Santo Toribio, obispo.
Beato Joaquín de Siena,
religioso servita
.











MI LIBRO ELECTRÓNICO


"TUS PREGUNTAS SOBRE LOS SANTOS"
(SANTOS PATRONOS DE DOLENCIAS Y ENFERMEDADES)

YA ESTÁ DISPONIBLE.

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viernes, 9 de abril de 2021

De peleas, treguas y filioques.

Beato Benedicto VIII, papa. 9 de abril.

Se llamó Theophilacto, y nació en la familia de los condes de Tusculum. Su misma familia lo elevó al pontificado en 1012, luego de la muerte del rey Crescencio III, quien había controlado al menos a cuatro papas. Este rey era enemigo del Sacro Imperio, por lo cual, su subida al solio pontificio fue aplaudida por el rey San Enrique II (13 de julio). Sin embargo, el mismo año de su elección fue echado de Roma por la familia de Crescencio, quien impuso al antipapa Gregorio VI. Sin embargo, este duró poco, pues el Enrique se le enfrentó y Gregorio renunció. Benedicto volvió a Roma y en 1014, en agradecimiento, coronó emperadores a San Enrique II y su mujer, Santa Cunegunda (3 de marzo).

Benedicto VIII fue el papa que generalizó para toda la Iglesia romana la adición de las palabras “Y del Hijo” en el Credo, que había sido añadido previamente por la iglesia hispana. Esto traería consecuencias tremendas para la unidad de la Iglesia, dando pie a un cismaentre Oriente y Occidente aún no cerrado.

En 1016 encabezó un ejército que venció a los musulmanes asentados peligrosamente en el centro de Italia. Conquistó la Apulia, lo cual le enfrentó al emperador bizantino Basilio II, quien dos años más tarde reconquistó la Apulia para el imperio, siguiendo las ideas reconquistadoras del emperador Justiniano, allá en el siglo VIII. Los apulios, sostenidos por normanos que habían obtenido el apoyo de Benedicto VIII, clamaron a este, y este a su vez, al emperador.

En 1020 Benedicto visitó a su protector el emperador San Enrique, y allí consagró la bella catedral de Bamberg. Allí se fraguó la expulsión de los bizantinos del sur de Italia y el Sínodo de Pavía. Este se realizó en 1022 y entre sus disposiciones más severas están la de la exigencia de celibato para todo clérigo desde el subdiácono en adelante. Se decretó que los hijos de los clérigos tendrían que seguir el servicio sacerdotal para que no pudieran litigar por bienes de sus padres, convertidos en bienes eclesiásticos. También se condenó la simonía y la participación del clero en los duelos. Decretó la “Tregua de Dios”, una orden para prohibir toda pelea, trifulca o batalla entre los cristianos en domingos y lunes, dando un respiro a los pobres y siervos. Extendió su influencia gracias a la Orden de Cluny, cuyos monasterios y abadías quedaron como garantes de imponerla y verificar que se cumpliera.

El papa Benedicto VIII murió el 9 de abril de 1024. Fue sucedido por su hermano Romano, quien tomó el nombre de Juan XIX. Fue un laico que recibió en un día, y mediante la simonía que odiaba su hermano, todas las órdenes sagradas. Benedicto VIII nunca ha sido beatificado oficialmente, pero algunos antiguos calendarios del Imperio Germánico le anotaban como Beato.


Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Calixto I. 14 de octubre.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Agatón. 10 de enero.
San Celestino I. 6 de abril

martes, 23 de marzo de 2021

Patrono de los barberos y casi mártir.

San Próculo de Verona, obispo. 23 de marzo y 9 de diciembre. 

Fue Próculo el cuarto obispo de Verona, y gobernó la sede imperando Diocleciano y Maximiano, y bajo cuya persecución florecieron numerosos mártires. Entre ellos estuvieron Santos Firmo y Rústico (9 de agosto) quienes habían sido apresados en Milán y trasladados a Verona por el prefecto Anulino. En la prisión les visitó nuestro santo, y al darles el beso de la paz, les dijo: "Fortaleceos en el Señor Jesús y recibidme, hermanos míos, como compañero de martirio; porque deseo mucho ser vuestro compañero, para que tengamos una sola voluntad y una sola lucha por el Señor, para que merezcamos entrar en su gloria y cantar sus alabanzas eternamente". 

En eso Firmo y Rústico fueron llamados al interrogatorio y los soldados hallaron a Próculo con ellos. Estos le preguntaron que qué hacía con esos dos criminales, a lo que Próculo replicó: "No son criminales condenados, sino vencedores coronados del Señor, ¡y yo quisiera compartir su gloria!". Y extendió las manos para que se las ataran. Llegados al tribunal Anulino preguntó: "¿Quién es este viejo?" Al decirle quien era y que quería padecer con los jóvenes prisioneros, Anulino se rió y mandó lo echaran fuera por ser solo un viejo desquiciado. Así que liberaron a Próculo, y con burlas lo echaron de la ciudad. 

Si bien hasta aquí el relato pudiera ser creíble en sus formas, luego la leyenda de Próculo se torna confusa y llena de relatos inconexos. Se nos cuenta que junto con unos amigos se fue a Jerusalén, y de regreso fue capturado por unos bandoleros y vendido como esclavo. Pero al poco tiempo fue liberado por ser demasiado viejo para trabajar. De regreso a su sede, ya reinando la paz de Constantino, antes de entrar a Verona tuvo deseos de afeitarse para presentarse decente ante sus fieles. Pero ni agua ni navaja tenía, así que luego de hacer oración, levantó una roca y de ella brotó un manantial y entre las aguas halló un viejo cuchillo con el cual su sirviente le cortó las barbas mejor que si fuera una afilada navaja. Por esto se le conoce como patrono de los barberos. 

Próculo murió en paz sobre 320, siendo sepultado en una basílica que se le dedicó en su honor. Sus reliquias se perdieron y no aparecieron sino hasta 1492 durante una restauración en el altar de la confesión. Cuando las reliquias se pusieron a la veneración pública, una mujer ciega recuperó la vista y otra que era coja, pudo volver a caminar. La cabeza del santo, por su parte, se venera en Bérgamo.

Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 23 de marzo además se celebra a

San Nicon de Sicilia
y 199 comp. mártires
.
San José Oriol,
presbítero
.
San Liberato
y los mártires de Cartago
.
Ss. Fingar y Piala,
mártires
.










sábado, 2 de enero de 2021

San Adelhard de Corbie, fundador y abad.

San Adelhard de Corbie, fundador y abad. 2 de enero.

Adelhard nació sobre 751 en Huise. Su padre fue el duque Bernard de Flandes, hijo bastardo de Carlos Martel y medio hermano de Pipino el Breve. Su tío fue el gran San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias). Sus hermanos fueron San Wala de Corbie (31 de agosto) y las Beatas Theodrada (7 de junio) y Gondrada (2 de enero). Y su prima sería Santa Ida de Herzfeld (4 de septiembre y 26 de noviembre, traslación de las reliquias).

Adelhard se educó junto a Carlomagno, de quien fue gran amigo durante la juventud. Fue cultísimo, hablaba varios idiomas, tocaba algunos instrumentos y era muy piadoso. Era el favorito del rey Martel, a quien acompañó en la campaña contra los lombardos. Fue embajador en el compromiso del príncipe Carlomagno y Ermengardis, la princesa lombarda, efectuado para sellar la paz entre ambos reinos. Este matrimonio se vio trastocado cuando Carlomagno rechazó a su mujer y tomó como esposa a Hildegard, una bella adolescente de trece años. Adelhard, no pudiendo soportar tal pecado ante su vista, pues abandonó todo puesto en la corte y se retiró a la soledad en una cueva de Benevento, al sur de Italia, teniendo solo 18 años.

Allí vivió austeramente, trabajando y orando constantemente. Dos años vivió en soledad, hasta que pensó que nadie se acordaría de él, y volvió a Flandes. Tomó el hábito benedictino en Corbie, siendo destinado a las tareas de la huerta monástica. Algunas crónicas poco fiables dicen que pronto fue reconocido y varios dignatarios y prelados comenzaron a visitarle para obtener favores reales, debido a su cercanía con la corte. Llegaron a ofrecerle abadías y obispados en recompensa por labores diplomáticas y de intrigas. Cansado de esto, Adelhard se refugió en la abadía de Montecassino, gobernada por San Pablo el Diácono (13 de abril). Pablo le tomó gran afecto y le colocó junto a sí en el gobierno. Allí también habría sido reconocido y utilizado como intercesor ante el monarca, por lo cual, disfrazado de peregrino habría regresado a Corbie nuevamente.

Probablemente toda esta historieta anterior sobre idas y venidas haya sido añadida para embellecer su rechazo al gobierno de la abadía de Corbie, que no le sirvió de nada, pues en 771 le hallamos como abad de Corbie, de donde probablemente nunca salió. En este cargo acogió a los enemigos de Carlomagno, los reyes Diederik y Anse de los lombardos y a la rechazada Ermengardis, quienes al reanudarse la guerra entre lombardos y carolingos terminaron sus vidas allí, recluidos como monjes.

El gobierno de Adelhard fue excelente para la abadía. Reformó y amplió la biblioteca, la escuela monástica y embelleció la iglesia, según cuentan crónicas del momento. Su correspondencia y trabajo diplomático fue ingente. Estuvo relacionado con la mayoría de prelados y gobernantes del momento, de los que fue consejero y apoyo. Entre ellos San Alcuin de Tours (19 de mayo), San Agobard (6 de junio), a quien apoyó en su denuncia contra los judíos, o San Angilbert, el abad de San Riquier (18 de febrero). Además, sería preceptor del hijo de Carlomagno, Pipino de Flandes.

En 800, Carlos fue coronado emperador por el papa San León III (12 de junio). Diversos avatares familiares y políticos hicieron que en 814 el príncipe Luis sucediera a Carlomagno luego de la muerte de este. Luis, implacable en su goberno y nada piadoso, se deshizo de todos sus medio hermanos, hijos bastardos de “san” Carlomagno, enviándoles lejos, ya fuera a misiones civiles o militares. Desterró a las amantes de su padre y echó de la corte a todos los consejeros de su padre, reservándose solo algunos que le eran fieles en su política. En 815 Adelhard fue despojado de todos sus cargos, incluido el abacial, y fue enviado como un simple monje a Noirmoutiers, siendo sucedido por San Adelhard “el Joven” (15 de julio), monje de confianza del nuevo monarca. Wala, hermano de nuestro santo quedó recluido en Corbie, siendole negado ir con su hermano. Sus hermanas Gondrada y Theodrada también fueron apartadas como abadesas y recluidas. Solo esta última logró trasladarse a la abadía de Nuestra Señora de Soissons, donde sería luego abadesa.

Sin embargo, numerosas rebeliones contra Luis, en especial la llevada a cabo por su sobrino Bernard, llevó a Luis reconsiderar el haberse creado tantos adversarios y poco a poco recolocó en sus puestos a algunos funcionarios y prelados. Adelhard fue llamado a la corte y Luis le tomó como consejero, permitiéndole regresar a Corbie en 822 para retomar el cayado abacial. Además obtuvo cuantiosas rentas para fundar el monasterio de Nuevo Corbie en Sajonia, del cual también fue abad al mismo tiempo que de Corbie.

Adelhard murió en 826, y su hermano Wala le reemplazó como abad para ambos monasterios. Sus reliquias se veneran en Corbie. Su "vita" fue escrita por el Beato Paschasio Radbert (26 de abril), quien fue novicio en época de Adelhard. Esta biografía sería aumentada con otros detalles por San Gerardo de Grande-Sauve (5 de abril), quien también había sido monje en Corbie.


San Adelhard es abogado de jardineros, diplomáticos y se le invoca contra la fiebre tifoidea y las infecciones en general. 


A 2 de enero además se celebra a:

San Isidoro de Zaragoza,
obispo y mártir.
Santa Eufrosina,
virgen carmelita
San Basilio, mártir.





lunes, 20 de agosto de 2018

¿Lo destierran? Pues a fundar.

San Filiberto de Jumièges, abad. 20 de agosto y 3 de septiembre.

Nació en Gascuña, al sur de Francia, sobre 618, probablemente en una familia noble, pues fue educado en la corte del rey Uncobert I, llegando a ser, a los 18 años, funcionario real. A los 20 años, aconsejado por San Ouen (24 de agosto), abandonó el mundo y tomó el hábito en el monasterio de Rebais, cerca de Meaux. De este monasterio sería nombrado abad alrededor del año 650. Consta que visitó varios monasterios de Francia para tomar ideas de la vida monástica reformada por San Columbano (23 de noviembre) en las regiones franca y borgoñona. En 654, ayudado por la reina Santa Bathilde (30 de enero), a la sazón monja y abadesa de Celles, funda su perla preciosa, el monasterio en Jumièges, cerca de Rouen. en este monasterio se formarían insignes santos, como San Euquerio de Orleáns (20 de febrero). Un poco después Filiberto funda para las mujeres el monasterio de Pavilly, siendo su abadesa Santa Austreberta (10 de febrero).

Filiberto fue tenaz opositor a las políticas tiránicas de Ebroin, mayordomo de palacio. Este era un personaje influyente y logró el destierro de Filiberto. Y este no se arrendró, sino que continuó su labor evangelizadora y fundadora, pues instituyó los monasterios de Déas y la isla de Her. Ambos serían sendas abadías con el paso del tiempo. En esta última moriría Filiberto sobre 684 ó 685, siendo sucedido por San Aichard (15 de septiembre). Fue sepultado en una sencilla caja de madera que luego se depositaría dentro de un bellísimo sepulcro de mármol azul.

En 815 y 847 los monjes tuvieron que huir huyendo de los ataques normandos, y en ambos casos dejaron allí las reliquias con gran fe. La segunda vez no volvieron sino en 10 años, en 857, hallando que los lugareños habían cuidado las amadas reliquias del santo. Finalmente fueron trasladadas en 875 a Tournus, en Borgoña cuando los monjes se fueron allí definitivamente.

Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 20 de agosto además se celebra a:


S. Rönvald de Orkney,
conde y mártir
.
S. Oswin,
rey y mártir
.
Beato Gerardo,
fundador
.
San Bernardo de
Claraval, abad.







jueves, 2 de agosto de 2018

Por Cristo y su Iglesia, cualquier sufrimiento.

San Eusebio de Vercelli, obispo. 2 de agosto, 15 y 16 de diciembre.

Eusebio, uno de los prelados más ilustres de su siglo y cuyo ejemplo de apego a la verdadera fe aún es actual. Nació en Cerdeña a finales del siglo III, y su padre fue llevado a Roma como prisionero en 310 durante las persecuciones, muriendo en el camino a causa de los trabajos. La madre se mudó a Roma, llevando consigo al pequeño, quien se dice fue bautizado por el papa San Eusebio (17 de agosto) y ordenado lector tal vez por este mismo papa. Luego fue presbítero en Vercelli, así que su actividad eclesial comenzó ya imperando la paz de San Constantino (21 de mayo), aunque no viviría en paz precisamente, pues su tiempo sería el de la defensa de la fe frente a la herejía.

En 325 el importantísimo Concilio de Nicea estableció el Credo de la Iglesia, condenó la herejía arriana, según la cual Cristo no era Hijo de Dios por consubstancialidad, sino por adopción, siendo su más perfecta criatura, divinizada, pero no Dios. Aun así el arrianismo siguió su andadura y se hizo más fuerte, llegando a triunfar en el Sínodo de Arlés de 353. Hay que decir que su auge se debió en gran parte por la decisión imperial de Constancio de adoptar esta herejía, y no la recta fe, como norma para el Imperio. Quien más padeció por esta causa fue el gran San Atanasio (2 de mayo), quien padeció destierro varias veces.

En este ínterin Eusebio fue nombrado obispo de Vercelli, siendo el primer obispo de la sede y consagrado el 15 de diciembre de 340. Fue el primer obispo de Occidente que unió la vida monástica con la clerical, haciendo que el clero adoptara las reglas y estilos de oración de los monjes del desierto, un ejemplo que luego seguiría San Agustín (28 de agosto; 24 de abril, bautismo; 29 de febrero, traslación de las reliquias a Pavía; 5 de mayo, conversión; 15 de junio, en la Iglesia oriental). Él mismo Eusebio viviría como monje, según cuenta San Ambrosio de Milán (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal). Lamentablemente es una faceta obviada en su labor pastoral a causa de lo agitado del momento que le tocó vivir, pero daría para mucho estudio el como la vida monástica del desierto influyó en la Iglesia urbanita.

Volviendo al tema del arrianismo: Constancio convocó un concilio en Aquileya, en 354. Propuso a los conciliares un decreto de condena contra Atanasio, que acataron todos los obispos y legados de papa. Todos menos San Paulino de Tréveris (31 de agosto), amigo personal de Atanasio, quien fue desterrado de su sede. El papa Liberio convocó un nuevo concilio en Milán, en 355. Eusebio, al parecer, había pensado no asistir al concilio, pero los prelados le enviaron una carta en la que solicitaban su presencia como garante de la unidad, y, al mismo tiempo, contenía la amenaza velada de ser juzgado. También le escribió el emperador, intentando ganarle para su causa, pero Eusebio no se dejó vencer. Finalmente Eusebio fue a Milán, pero durante diez días se le negó la entrada a las sesiones del concilio, siendo admitido sólo cuando los obispos arrianos pensaron que le tenían ganado para su causa. En el concilio Constancio obligó a los obispos a condenar a Atanasio, a quien se catalogó como hereje y sacrílego.

Eusebio declaró que solo firmaría aquello si los prelados antes firmaban una adhesión al Credo de Nicea. Por supuesto, fue una jugada maestra, pues ello dejó claro que todo el partido que condenaba a Atanasio era arriano y, por tanto, hereje y no podía juzgar a Atanasio. La cosa se puso fea, hubo un motín que llegó hasta el palacio imperial, donde Constancio tomó la palabra y dijo "Yo soy el acusador de Atanasio", dando a entender que estaba por encima de la misma Iglesia para juzgar asuntos de fe. Eusebio y Lucifer protestaron valientemente, defendiendo a Atanasio y recordando que no podía ser juzgado sin poder defenderse. Constancio remitió al juicio de los obispos, pero Eusebio le recordó que eran herejes y no estaban legitimados para juzgar. "Eso va contra el gobierno de la Iglesia", fueron sus palabras. "Mi voluntad es la regla", replicó dijo Constancio, dejando claras su obcecación.

Eusebio es desterrado.
Una vez más Eusebio, junto a San Lucifer de Cagliari (20 de mayo) y San Dionisio de Milán (25 de mayo), declaró al monarca que el imperio no le pertenecía a él sino a Dios, quien podía privarlo de él cuando Él quisiera. Le instaron que no corrompiera la disciplina de la Iglesia introduciendo el elemento de la fuerza secular en sus decisiones. Entonces Constancio desenvainó su espada sobre los audaces prelados, un gesto simbólico que significaba la pena de muerte, aunque era eso, simbólico, pues en el mismo momento la conmutó por el destierro. Si que sufrió un castigo más severo el diácono Hilario, legado del papa Liberio, quien fue azotado en público. Finalmente, todos los obispos acataron la orden imperial, menos San Osio de Córdoba (27 de agosto), San Exuperancio de Tortona (29 de mayo), San Máximo de Nápoles (11 de junio), nuestro Eusebio, Lucifer y Dionisio, y los tres fueron igualmente desterrados. El papa Liberio se negó a aquella injusticia, por lo que también fue perseguido y castigado con el destierro. Y al año siguiente lo padecieron también San Hilario de Poitiers (13 de enero) y San Rodanio de Tolosa (10 de abril).

Eusebio fue enviado a Escitópolis, donde el obispo era Patrofilo, un viejo defensor del arrianismo, quien lo vigilaba constantemente. Allí Eusebio fue bien tratado por algunos monjes y diáconos orientales, quienes le mantenían en comunicación con su iglesia de Vercelli. Esto enfureció a Patrofilo, quien mandó le metieran en una cárcel inmunda, dejándole cuatro días sin comer ni beber, luego le envió a casa de un presbítero arriano, donde estaba encerrado con otros sacerdotes y diáconos sospechosos de no ser arrianos, como era obligatorio. Sin embargo, al tiempo tuvo cierta libertad y visitó los Santos Lugares, siendo hospedado por San José (22 de julio), un judío convertido a la fe cristiana y encomendado por Constantino para la edificación de iglesias en Palestina. Allí Eusebio fue visitado y ayudado por San Epifanio (12 de mayo). De allí Eusebio fue llevado a Capadocia y luego a la Tebaida, al desierto, donde vivió como monje y conoció personalmente a Atanasio, quien también padecía uno de sus muchos destierros. ¡Cuánta alegría debió sentir el santo viejo Atanasio al conocer a su mayor valedor!

En 360 murió Constancio y Juliano subió al trono. Opuesto a las políticas del anterior emperador, decretó que todos los obispos católicos perseguidos y depuestos volvieran a sus sedes. Atanasio entró triunfalmente en Alejandría en 361. Pronto puso manos a la obra: confirmó la fe católica según el Credo de Nicea, convocó una reunión de obispos que habían padecido destierro, y por tanto fieles a la Verdad. Esto no significa que Juliano fuera católico, pues ya sabemos que pretendió volver al paganismo primitivo, y es llamado "El Apóstata", aunque primeramente quiso poner paz en el imperio mediante una política de poner paz en la Iglesia. Así, desterrados los arrianos, Eusebio emprendió el regreso a Vercelli en 362. Aunque primero estuvo en el concilio de Alejandría donde se trató el tema del cisma de Antioquía, causado por una nueva doctrina sobre la Encarnación del Hijo de Dios. San Melecio (12 de febrero), legítimo patriarca, había sido acusado de sabelianismo, una herejía que erraba en su exposición de la fe trinitaria, y desterrado a Melitine. Eusebio zanjó la cuestión afirmando por escrito que "el Hijo de Dios asumió toda nuestra naturaleza, excepto el pecado". 

La cosa podría haberse solucionado, pero se agravó más cuando San Lucifer ordenó obispo a Paulino, el jefe de los eustacianos (partido enfrentado a Melecio), que comenzó a llamarse Patriarca de Antioquía. Para colmo, el emperador Juliano consumó su apostasía y comenzó su persecución a la Iglesia. De los cristianos que padecieron estaban los mártires Santos Bonoso y Maximiano (21 de julio), a quien Melecio acompañó hasta el lugar del martirio. Para no extenderme más en este tema podéis leer este artículoEusebio se lo recriminó públicamente a Lucifer, a pesar de la amistad y los sacrificios en aras de la verdadera fe que les unían. San Lucifer reaccionó mal, enemistándose con Eusebio, rompiendo la comunión con la Iglesia de Alejandría y con todos los que buscaban la paz de la Iglesia. Esta enemistad posteriormente desembocaría en una secta entre el donatismo y el novacianismo, pero no corresponde extenderse sobre ella aquí, sino que ya lo haré cuando escriba de la vida de San Lucifer. 

Las resoluciones del Concilio de Alejandría fueron adoptadas por la gran mayoría de las iglesias, algunas de las cuales visitó Eusebio en persona antes de regresar a Vercelli, para predicar, ejercer diplomacia y abogar por la unidad de toda la Iglesia para poder hacer frente a los desmanes imperiales. En esto tuvo el incondicional y valioso apoyo de San Hilario de Poitiers, un prestigioso prelado al que todos obedecían.

En 364 el nuevo emperador, Valentiniano, llegó a Milán para entrevistarse con Eusebio e Hilario a causa de la condena de estos sobre Auxencio, el obispo, sospechoso de arrianismo. Valentiniano profesaba la recta fe católica, pero ante todo profesaba la "fe" en la estabilidad política, así que cuando Hilario y Eusebio denunciaron sus sospechas sobre que Auxencio no era sincero en su proclamación de fe ortodoxa, este les acusó de ser buscadores de problemas y emperador ordenó a ambos santos abandonar Milán.

Sobre la vuelta de Eusebio a Vercelli solo tenemos el testimonio de San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias), quien dice: "A la vuelta de Eusebio, toda Italia secó sus lágrimas". Una tradición dice que Nuestra Señora de Oropa, una bella y milagrosa imagen de la Madre de Dios fue llevada allí por Eusebio, quien la había traído consigo desde Palestina y la depositó en su primer santuario. Esto es muy probable, pues la devoción mariana en Oriente ya era fuerte en esta época.

Y en este punto, cuando Eusebio quedó en paz para dirigir su sede, perdemos la pista de "vita´". Cuando ya no fue necesario, aparentemente, para la vida de la Iglesia, el silencio cubrió su existir. Ciertamente falleció antes de 374, año en el que se menciona por primera vez en el canon de los santos. Fue sepultado en la basílica-catedral, dedicada luego a San Teonesto (30 de octubre). En ocasiones a Eusebio se le llama mártir, y ciertamente lo fue por todos sus padecimientos a causa de la verdadera fe católica. Hay una leyenda de que murió apedreado por los arrianos, pero no es nada fiable.

Su memoria litúrgica en origen era a 1 de agosto, día de su muerte o entierro, tal vez, pues no consta. El Martirologio Romano posteriormente lo recogía a 15 ó 16 de agosto. Benedicto XIII fijó su memoria a 15 de diciembre, aniversario de su ordenación episcopal. La reforma del calendario de 1979 la fijaron a 2 de agosto hasta hoy.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
-"Dos Mil años de Santos". Tomo II, Agosto-Diciembre. FRANCISCO PEREZ GONZALEZ. Ediciones Palabra, 2001.
-www.eltestigofiel.org


A 2 de agosto además se celebra a:


Beata Juana de Aza,
viuda.
San Esteban I,
papa y mártir.
Santa Etheldrith,
virgen y eremita.






domingo, 4 de marzo de 2018

¿Preservado del martirio?, igualmente glorioso.

San Lucio I, papa. 4 de marzo. 

Fue romano de nacimiento, y fue diácono de los papas San Fabián (20 de enero) y San Cornelio (16 de septiembre). Cuando este último fue martirizado en 252, Lucio fue elegido para sucederle. Poco tiempo estuvo en Roma, pues fue desterrado por el emperador Galo. El destierro no parece haber sido muy largo, pues San Cipriano, que le escribe con motivo de la expulsión, vuelve a hacerlo para felicitarle por su vuelta: "No has perdido la dignidad del martirio porque tenías la voluntad, como los tres jóvenes en el horno. Aunque preservado por Dios de la muerte; esta gloria agrega una nueva dignidad a tu sacerdocio; de modo que tú, obispo, asistido en el altar de Dios, puedes exhortar a su rebaño al martirio por tu propio ejemplo y por tus palabras".

Lucio falleció al poco tiempo, en 253, aún imperando Galo. No se sabe cómo, pero tradicionalmente se le llama mártir. Su cuerpo fue hallado en las catacumbas de San Calixto (14 de octubre) en el siglo IX y trasladado a la iglesia de Santa Cecilia in Trastevere. Sin embargo, desde antiguo se venera una cabeza suya en la catedral de Roeskilde. Está claro que se trata de otro santo o una reliquia falsa.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Volumen III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

Otros santos papas son:
San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 enero.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Marcos. 7 de octubre.
San Calixto I. 14 de octubre.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Gregorio VII. 25 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.
Beato Benedicto XII. 25 de abril.

A 4 de marzo además se celebra a











sábado, 23 de diciembre de 2017

De Santos Reyes (XX) San Dagoberto II de Austrasia.

San Dagoberto II de Austrasia, rey y mártir. 23 de diciembre.

Fue hijo del rey San Sigeberto III (1 de febrero) y de la reina Himnehildis. Nació en 649 y a los 4 años ya tuvo que padecer a causa de su destino. Su padre fue asesinado en 655 por su tío Clodoveo II para poner a su propio hijo, Childeberto, en el trono. Dagoberto fue llevado por sus fieles servidores a Irlanda, donde vivió oculto en un monasterio, preparándose para retomar su trono.

En 673 regresó a Austrasia y fue recibido con entusiasmo por la mayoría de sus súbditos, pero el trono estaba ocupado por Childerico II. Este fue asesinado en 675 y aunque hubo presiones para que Dagoberto se ciñera la corona de Austrasia, el trono fue ocupado por Clodoveo III, el preferido del Mayordomo de Palacio. Pero Clodoveo III murió al año siguiente y Dagoberto pudo gobernar. Una vez gobernando, Dagoberto mostró ser un buen rey. Era justo, piadoso y pronto a socorrer a los pobres. 

Fundó varias iglesias y monasterios, entre ellos el que hizo para San Ghislain (10 de octubre y 1 de junio) después de un portento: Un día estaba Dagoberto cazando cuando sus monteros vieron un bello oso, al cual comenzaron a dar caza. La bestia se refugió tras bajo el hábito del santo eremita, el cual se lo había quitado y colgado de un árbol mientras se bañaba en un río. Los perros se detuvieron y ladraban, pero no veían al oso, y lo mismo los monteros, que acusaron a Ghislain de hacer magia para ocultar al oso y le amenazaron con el castigo del rey Dagoberto. Pero el santo no temió y dijo a los monteros: "Confío en Dios, mi Señor, y no temo las amenazas a pesar de que provengan del propio rey". Llegó el rey, y sabiendo lo ocurrido, quedó impresionado de la valentía y santidad de Ghislain y le dejó en paz, lo mismo que al oso. Está claro que esta leyenda surgió por el nombre del sitio: "Ursidogne" = "Guarida del oso".

Tuvo Dagoberto que enfrentarse a Teoderico III de Neustria, quien negaba la independencia del reino de Austrasia. Aunque se hizo la paz, fue un truco y el 23 de diciembre de 679 fue sorprendido en una emboscada y asesinado por orden de su Mayordomo. Se le sepultó en el panteón familiar en Stenay, donde recibió culto como mártir. 

En el siglo XX se inventó la absurda leyenda de que había tenido un hijo secreto, Sigeberto IV, quien, como toda la dinastía merovingia, era nada menos que descendiente de Cristo y Santa María Magdalena (22 de julio, 20 de marzo, traslación de las reliquias; tercer domingo de Pascua, o de las Miróforas). Sí, la "historia" recreada luego por Dan Brown.

Otra leyenda le hace padre de Santas Irmina y Adelaida (24 de diciembre), pero es una invención tardía. 
 
Fuente:
Les premiers rois de France: le dynastie des Mérovingiens. IVAN GOBRY. Tallandier, 1998.


A 23 de diciembre además se celebra a
Santa Victoria de Tívoli, virgen y mártir.
San Nahúm de Ohrid, abad. 


Y se canta la séptima de las Antífonas Mayores de Adviento: O Emmanuel.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...