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viernes, 16 de junio de 2017

Benno, el fiel.

San Benno de Meissen, obispo. 16 de junio.

San Benno. Setten.
Su "vita" fue escrita por Jerome Emser, teniendo como fuente a personas que conocieron al santo. Nació Benno en Hildesheim, y fue hijo de Federico, conde de Bultenburg. Como solía pasar, su hermano mayor, Cristóbal, fue destinado a proseguir la estirpe familiar, heredando todos los bienes y posesiones, y Benno fue destinado a la carrera eclesiástica. Así que desde niño fue puesto bajo la protección de San Bernward de Hildesheim (20 de noviembre), el cual le educó en la piedad, el amor a la virtud y al estudio. 

Cuando el santo obispo estaba para morir, Benno estuvo a su lado, cuidándole como un hijo. Y cuando ya no estaba entre los vivos, Benno abandonó el mundo y tomó el hábito monástico en la célebre abadía de Hildesheim. A los cuatro años murió el abad y Benno fue elegido abad, al mismo tiempo que el monje Sigeberto. Benno rigió la abadía durante tres meses y luego pasó el báculo abacial a Sigeberto. En este tiempo el emperador Enrique III fundó un capítulo de canónigos en Goslar y quiso que Benno estuviera entre ellos. 17 años fue canónigo, siendo ejemplo de virtudes, de piedad, de ciencia y prudencia. Allí conoció al canónigo Anno, el cual llegaría a ser San Anno II de Colonia (4 de diciembre). Este influente prelado, luego que diera un golpe de Estado, coronara al pequeño Enrique IV y se proclamase regente a sí mismo, llamó a Benno y le ordenó presbítero y obispo de Meissen, siendo consagrado en Magdeburg.

Benno se encontró una diócesis complicada: clero desmoralizado y displicente, fieles indolentes y numerosos paganos que adoraban a dioses de la natauraleza. Y para colmo, los eslavos y sajones amenazando al imperio por sus tierras. Comenzó la evangelización de los alejados, a la par que reformaba al clero. Reestableció el rezo del Oficio Divino en la catedral, abandonado por sus antecesores, e incluso lo impuso cantado, al uso de la abadía de Hildesheim. Recortó rentas de sacerdotes, reorganizó la caridad, el culto y reformó los monasterios. Se enfrentó enérgicamente al amancebamiento de los presbíteros, imponiendo la ley celibataria en su sede, y también luchó contra la simonía, siguiendo la labor reformadora de San Gregorio VII (25 de mayo).

En las revueltas por el imperio, los obispos sajones se pudieron de parte de los rebeldes, frente a los obispos alemanes. Benno fue arrojado de su sede, aunque no por mucho tiempo. En este destierro evangelizó a los pueblos wendos y a los eslavos. Apenas entronizado nuevamente, el rey Enrique IV le llamó a Worms, a un Sínodo en el que buscaba deponer al papa Gregorio VII, pero apenas lo supo Benno, huyó de allí y se fue a Roma, donde Gregorio le acogió con benevolencia. Allí estaba cuando el papa excomulgó al emperador. Una leyenda dice que los canónigos mandaron a preguntar a Benno que hacer si el emperador excomulgado intentaba entrar a la catedral a recibir. Benno les mandó que arrojaran las llaves de la catedral al río Elba, prometiendo no volver hasta que el emperador cejase en su impiedad. Cuando este se rindió ante la excomunión lanzada por Gregorio VII, Benno regresó a su sede y, dice la leyenda, entrando a la ciudad, un pez enorme se elevó sobre las aguas del Elba sosteniendo en su boca las llaves, que Benno recuperó. Leyendas parecidas se pueden leer en las "vitae" de San Egwing de Worcester (11 de enero) o San Maurilio de Angers (13 de septiembre).

Mitra usada por el santo,
que se venera en Meissen.
Otra leyenda cuenta que, estando el santo paseando y orando por los pantanos de Meissen, se distraía con el continuo croar de las ranas, a las que mandó que callaran, y estas enmudecieron. Pero cuando siguió rezando el Oficio, llegó al texto "Benedicite, cete, et omnia quæ moventur in aquis, Domino", se avergonzó y regresó al pantano y dijo "Oh, ranas, seguid con vuestro canto de acción de gracias al Señor!" Y las ranas volvieron a croar.

Benno murió en 1106. El papa Adriano IV le canonizó en 1523. Esta canonización fue protestada por el heresiarca Martín Lutero, que escribió un opúsculo contra "el nuevo ídolo y diablo que han elevado a los altares en Meissen". En 16 de junio de 1524 las reliquias fueron trasladadas solemnemente a Munich, donde se veneran en un bello relicario de plata. Es abogado de tejedores, porteros, cerrajeros y pescadores, y se le invoca contra la peste, la sequía y las lluvias torrenciales.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Volumen VI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 16 de junio además se celebra a
San Aureliano de Arlés, obispo.
Santos Julita y Quirico, mártires.

miércoles, 11 de enero de 2017

San Egwing, otro con pez.

San Egwing de Worcester, obispo. 11 de enero.

Su "vita" la escribió el arzobispo de Canterbury San Britlwald (18 de mayo), contemporáneo suyo, aunque lo que nos ha llegado es solo leyendas muy posteriores, basadas en dicha primera biografía. Egwing fue descendiente de los reyes de Mercia, y nació en Worcester, reinando San Ethelred (4 de mayo). En 692 fue elegido obispo de su misma ciudad. Fue pastor solícito, que reformó las costumbres denunció los atropellos de los nobles contra los pobres y la Iglesia. Por ello, con la anunecia del rey Kenred, algunos príncipes le expulsaron de su sede. Entonces, Egwing lo tomó como voluntad de Dios y como un peregrino más, se fue a Roma, aprovechando la ocasión para purgar pecados de su pasado, se ató unas cadenas a los pies y como se lee de San Maurilio de Angers (13 de septiembre) y de otros santos, Egwing lanzó las llaves al río Avon.

En Roma el santo visitó los sepulcros de los santos apóstoles y veneró otras santas reliquias. Visitó al papa San Benedicto II (8 de mayo), que le encomendó predicar y misionar en la Ciudad Eterna. Al cabo de un tiempo, la leyenda dice que un pez fue capturado en el Tíber y en su vientre se encontró una llave. El santo lo supo, comprobó que era la de su cadena y vio en ello la respuesta de Dios acerca de que sus pecados eran perdonados, y se quitó las cadenas. Volvió entonces a Inglaterra, se reconcilió con el rey Kenred, y ambos fundaron la abadía de Santa María de Evesham. Por segunda vez fue a Roma con el rey Kenred y con Offa, rey de los sajones del Este. A su vuelta, falleció 30 de diciembre de 717 y fue enterrado en el monasterio de Evesham. Su memoria se celebra a 11 de enero, festividad de la traslación de sus reliquias.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Volumen I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 11 de enero además se celebra a  
Santa Cesárea de Arlés, abadesa.
Santas Ethna y Fiedhealm de Tara, vírgenes.

martes, 4 de octubre de 2016

Desde Siria a París.

Santa Áurea de París, abadesa. 4 de octubre.

Fresco en Tohogne.
Quien da referencias a esta santa, tenida por legendaria por los Bollandistas, es San Ouen de Rouen (24 de agosto) en su "Vita S. Eligii". Según él, Áurea era hija de Maurin, funcionario del rey Dagoberto I, y su madre se llamaba Quiria. Cuando San Eloy (1 de diciembre y último domingo de junio, traslación de las reliquias) fundó un monasterio femenino en París, siguiendo la regla de Santa Cesárea de Arlés (11 y 12 de enero) Áurea fue la primera en profesar y fue nombrada abadesa.

Y esto es todo lo que podríamos decir de Áurea, si una estrafalaria leyenda posterior no hubiera hecho acto de presencia. Según esta, Áurea era una princesa siria que buscando al gran obispo Eloy, llegó a París acompañada de 300 doncellas. El santo obispo les construyó un monasterio, de donde fue nombrada abadesa. Cuéntase que estando en el campo, supo que la monja administradora había muerto, regresó al monasterio y la halló muerta. Era tan celosa de su cargo la religiosa, que tenía la llave de la despensa agarrada con tal fuerza que nadie podía quitársela. Áurea le dijo que, en virtud de la obediencia le devolviera las llaves y la monja revivió, soltó las llaves y volvió a morir. En otra ocasión, sin quedaron pan para hornear, pero Áurea lo puso al rojo vivo, se metió en él y recogió las cenizas al rojo vivo. En ese momento, milagrosamente, todas las campanas del convento comenzaron a sonar y las monjas entonaron un "Te Deum", y cuando Áurea salió del horno, viva por supuesto, este estaba lleno de panes horneados. Igualmente se nos dice que tiró de la estola del diácono durante el oficio divino porque el clérigo cantaba fuera de tono, pero se le apareció un ángel que le reprochó su gesto, y por ello hizo penitencia a pan y agua durante siete años, encerrada en una celda.

Áurea murió en paz en 666, muy anciana y sus reliquias fueron veneradas desde el inicio, lográndose muchísimos milagros a la vera de su sepulcro. Sus reliquias se veneran en la iglesia de San Eloy de París. La leyenda cuenta que una princesa siria (otra) que había nacido ciega, tuvo una revelación acerca de que si podía tocar las reliquias de Santa Áurea se curaría. Convenció a su obispo y se fueron a París, donde la princesa sanó al ser tocada con la reliquia de Áurea. Y tanto insistieron, que el clero de París accedió a cortar un brazo a la santa, del que manó muchísima sangre que fue recogida en ampollas. La princesa y el obispo regresaron a Siria con la reliquia del brazo y allí fundaron un monasterio donde la joven tomó el hábito monástico.


Fuente: 
-"Vidas de los Santos". Tomo XI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 4 de octubre además se celebra a:

San Quinto de
Montrésor, mártir
.
San Salomón II
de Bretaña, rey
.  
San Petronio de
Bolonia, obispo.






domingo, 13 de septiembre de 2015

San Maurilio de Angers.

La vida de este santo la escribió San Magnobod de Angers (16 de octubre) y si seleccionamos con pinzas lo que es histórico y lo separamos de la leyenda piadosa, nos quedamos con más bien poco. Y como las leyendas me gustan mucho y me gusta dároslas a conocer, no haré distinciones entre historia y fábula, presuponiendo que los lectores fieles, o todos, sabrán detectar aquello que pertenece a la ficción literaria.

Escenas de la vida del santo.
San Maurilio de Angers, obispo. 13 de septiembre. 

Nació Maurilio en el siglo IV, cerca de Milán. Su padre era Gobernador de la provincia romana, y como su madre, eran sólida fe cristiana. Y tanto la procuraron para su hijo que le pusieron bajo la instrucción del gran San Martín de Tours (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias ; 1 y 13 de diciembre, traslaciones), que a la sazón hacía vida monástica en Milán. Bajo la tutela del santo de Panonia aprendió Maurilio los rudimentos de las letras, las Sagradas Escrituras, junto con la piedad y el gusto por las cosas sagradas. Desterrado San Martín, Marilio siguió su formación con ilusión de consagrarse a Dios en la vida monástica, pero apenas pasó un tiempo, otro grande le tomó junto a sí: San Ambrosio (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal) le hizo lector de su catedral, con vistas a ordenarle presbítero cuando llegase el momento. Tantas eran sus virtudes desde que era jovencillo.

Muertos sus padres, Maurilio quedó libre de las ataduras del mundo, por lo que entregó todos sus bienes a los pobres y se dedicó al estudio y la piedad. San Ambrosio tenía grandes ilusiones con él, pero Maurilio seguía anhelando a su maestro San Martín y la vida monástica, por lo que luego de pedir socorro a Dios, decidió ingresar en un monasterio. Enterado que San Martín, que ya era obispo de Tours había edificado un monasterio del cual elegía a su clero, se fue en su busca, para profesar bajo su mano. En el monasterio volvieron a florecer todas sus virtudes: era ejemplo de piedad, humildad, prontitud en el cumplimiento de la Regla. Obedecía siempre, era fervoroso y jamás perdía el tiempo en ociosidades (gran peligro en la vida monástica). Llegado a la edad prudente, San Martín le ordenó presbítero, a pesar de las protestas de humildad de nuestro santo. Algunos le hacen abad de este monasterio.

Siendo sacerdote sus virtudes y celo le llevaron a otra faceta desconocida: la de apóstol. Tal como preveían Martín y Ambrosio, Maurilio apenas ordenado, se lanzó a la conversión de los paganos y los bárbaros que iban poblando los territorios del Imperio. Se prodigaba entre el servicio del altar, la predicación, la denuncia de las injusticias y la caridad para con los pobres. Su primer destino fue Anjou, donde el nombre de Cristo era pasado por alto, a pesar de ser conocido. Con su palabra y ejemplo convirtió a muchos y enfervorizó a los cristianos. Luego pasó a Angers, donde efectuó el milagro de hacer caer fuego desde el cielo sobre un templo pagano donde aún se realizaban cultos y sacrificios a los dioses. Esto provocó una cascada de conversiones de paganos, los cuales construyeron una iglesia sobre las ruinas del templo. No le faltaron milagros para convencer a su pueblo: sanó a un pagano de nombre Saturno, que estaba baldado de las manos, de nacimiento. Fue presentarse el hombre y trazar la señal de la cruz el santo, que aquel quedó libre de su mal. Ciegos, poseídos, niños muertos y resucitados… toda clase de males pasaron delante de Maurilio, y este con la bendición de Dios, les daba solución mediante sus milagros. Enterado de que unos paganos habían escondido sus ídolos en una cueva para que el santo no se enterase, allá se fue y apenas conminó a los demonios que en los ídolos se escondían, estos clamaron “Maurilio, ¿por qué nos persigues en todas partes? ¿También nos vienes a arrojar de este último refugio? ¿No nos has de conceder paz ni tregua?” A lo que el santo respondió haciendo la señal de la cruz e invocando el Santísimo Nombre de Jesús, mandándoles a los diablos desaparecieran de sus dominios, cosa que hicieron los demonios con grandes aullidos. Lo siguiente fue reunir las estatuas y prenderles fuego en un monte, donde luego se levantaría un monasterio e iglesia dedicados a Nuestra Señora, en el cual entrarían algunos de los convertidos.

Elección de San Maurilio.
Enterado que un mercader iba a España a vender algunos esclavos, le rogó les liberase, por amor de Cristo, pero el hombre no cejó por más razones que le dio Maurilio. Viendo que nada podía, pasó toda la noche en vigilia ante el Señor, hasta la mañana siguiente, cuando le dijeron que el esclavista agonizaba y le llamaba a su presencia. Al llegar, lo halló muerto, y sus amigos esclavistas le suplicaban le devolviese a la vida para que se arrepintiera, como ellos mismos hacían ante Dios. Oró el santo y el mercader volvió a la vida, se arrepintió, dio la libertad a sus esclavos, vendió sus bienes y entró en religión. Doce años sirvió Maurilio de apóstol a los pobladores de Angers, desterrando en ese tiempo todo vestigio de paganismo y haciendo crecer una comunidad cristiana piadosa y caritativa. 

Al cabo de ese tiempo murió el obispo (que algunos hacen coincidir con San Próspero de Aquitania, 25 de junio) y el clero y el pueblo eligieron unánimemente a Maurilio. Se resistió tanto que hubo que llevarle a la fuerza a la catedral, donde le recibió San Bricio (13 de noviembre). Allí cesaron sus protestas cuando se vio descender sobre él una paloma blanca, que todos tomaron como signo de elección divina. Toda la ceremonia de consagración episcopal estuvo la paloma sobre el hombro del santo, hasta desaparecer. De obispo redobló sus actividades apostólicas de predicación y caridad. Pero recordaréis que lo que anhelaba el santo era la vida monástica, así que al cabo del tiempo ya estaba más que triste con su destino como obispo. Tristeza que se aumentó al morírsele un niño sin el sacramento del bautismo por no haber llegado a tiempo, a pesar de no ser culpa suya, pues tenía que terminar la liturgia. Así que decepcionado, a san Maurilio no se le ocurrió más que abandonar de noche la ciudad. Disfrazado, tomó un barco en el puerto, que le llevaría a Bretaña. Tenía en sus manos las llaves de la catedral, con las que no sabía que hacer, cuando de pronto vino un golpe de mar, se las arrancó de las manos y se hundieron en lo profundo del océano. Lo tomó el santo como signo del cielo, y se prometió: “no volveré a la tierra que dejé hasta que aparezcan estas llaves”.

Llegando a Bretaña, se colocó de jardinero en casa de un señor, y pronto destacó entre todos los sirvientes por su modestia, prontitud para el trabajo, paciencia y piedad. Siete años sirvió el santo como jardinero, en tanto que cuatro presbíteros de su clero le buscaban por medio mundo. Llegados a la costa bretona, vieron una piedra resplandeciente, y acercándose, leyeron las letras de oro que había en la pidera: “Por aquí pasó Maurilio, obispo de Angers”, con lo que tomaron más deseo de hallarle. Estando ya de camino, un enorme pez saltó del mar hacia la cubierta del barco. Si se sorprendieron al verle, más aún lo hicieron cuando al abrirlo (para comerlo, supongo) hallaron las llaves de su catedral en el estómago del pez. En un principio pensaron que el santo se habría ahogado, pero una visión les advirtió de su error, confirmándoles que estaban en buen camino para hallar a su amado obispo. Nada más llegar a Inglaterra supieron de un virtuoso jardinero de origen extranjero, del que se hablaban prodigios. Y a casa del señor se fueron, hallando a Maurilio encargado de su jardín, y viéndole, se postraron ante él y le besaban las manos. Le enseñaron las llaves y el santo, comprendiendo que Dios le respondía a su promesa, decidió volver a su diócesis. Pero la cosa no quedó ahí, pues la pena por el niño muerto aún le atenazaba, así que nada más llegar a Angers (donde fue aclamado con júbilo), fue a la tumba del infante. Allí oró por él, y el niño volvió a la vida, luego de siete años (!). El santo obispo le bautizó y confirmó, y como había sido “renacido”, le llamó Renato, tomándolo bajo su protección. Llegó este niño a ser el sucesor de Maurilio, le conocemos como San Renato de Angers (12 de noviembre).

Vuelto a la sede, nuestro santo renovó sus afanes apostólicos, corrigiendo abusos, predicando, socorriendo a los necesitados, construyendo monasterios e iglesias, sustituyendo fiestas paganas con rogativas y ceremonias cristianas. Pero la vida monástica seguía llamándole, por lo que luego de unos años, junto a Renato se retiró a una ermita en Sorrento, donde finalmente falleció el 13 de septiembre de 437, casi con 90 años. Se vieron extrañas luces en el cielo y unas monjas cercanas oyeron cánticos angélicos. Fue enterrado en la necrópolis de Sorrento, de donde se trasladaron sus reliquias a Angers, en cuya catedral son veneradas aún. Es abogado de jardineros, paisajistas y pescadores. Se le invoca para no morir sin sacramentos, contra la parálisis, la gota, la artritis y en general contra cualquier enfermedad que impida la movilidad.


Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los dias del año: Septiembre. P JEAN CROISSET. S.I. Barcelona, 1863.


A 13 de septiembre además se celebra a 
San Amando de Sitten, obispo.
San Eulogio de Alejandría, obispo

miércoles, 27 de febrero de 2013

San Baldomero para el cerrajero

San Baldomero.
Savigny
Pregunta: Hola buenas noches. te escribo desde la República Argentina. ¡¡ FELICITACIONES!! por tan hermoso blog! Hoy lo he descubierto y ha llenado mi día realmente. Mi hijo (...) inaugura su negocio de Cerrajería. Hace ya algún tiempo que estoy buscando quien es el Santo Patrono de los cerrajeros. Encontré en un lugar que es San Pedro, dicen que por las llaves que porta. Pero no encuentro por ningún lado, ni las oraciones, ni la Novena a San Pedro, si realmente fuera este el Santo Patrono. Tampoco puedo hallar la Novena al Jesús de la Buena Esperanza. Si conoces estas oraciones y estas novenas, ¿tendrías la gentileza de enviármelas? Mil gracias. Un saludo afectuoso desde mi bella Argentina.

Respuesta: Hola! Gracias por tus amables palabras y elogios al blog, solo hago lo que buenamente puedo. Tengo que disculparme por la demora, pero la pregunta había ido a parar al spam, no sé por qué, y recién acabo de verla. Y te respondo, con el deseo de que el negocio vaya bien. Como dices, aunque San Pedro y otros santos que veremos al final, también son patronos de cerrajeros, por las llaves; el tradicional patrono de los artesanos de las llaves es:

San Baldomero de Lyon, monje subdiácono. 27 de febrero y 8 de diciembre (traslación a Savigny).
Vivió en el siglo VII, en la ciudad francesa de Lyon, donde tenía el oficio de herrero y cerrajero. Desde joven había hecho un voto de castidad, nunca se casó y consideraba a los pobres y mendigos como sus hijos propios, llegando incluso a vender sus propias herramientas más de una vez, para socorrer a los más pobres. Era muy querido y respetado, por su caridad y vida piadosa. En una ocasión, mientras oraba en la iglesia del monasterio de San Justo, lo vio el abad San Vivencio (12 de julio), y quedó prendado de su modestia e impresionado, vio salir de él unos resplandores. Habló con él y notando su santidad y grado de vida espiritual, le propuso entrara al monasterio como monje. Así pasó, entró al monasterio donde profesó y fue ordenado subdiácono. Vivió una vida piadosa en el monasterio, ejerciendo el mismo oficio que había desempeñado fuera, hasta el 24 de febrero de 630 o 650, día de su muerte (por mala calidad de los documentos, no se precisa el año).


San Baldomero.
Ilustración moderna
Aunque esto es sólo lo que se conoce de él, la devoción ha sido constante, gracias  a la cantidad de milagros que ocurrieron en su tumba. El Acta Sanctorum pone que desde el mismo siglo VII, su nombre aparece inscrito en los martirologios y sus reliquias fueron veneradas sin interrupción hasta el siglo XVI, en que los protestantes las profanaron y desaparecieron, salvo un brazo que con anterioridad había sido trasladado a la iglesia a él dedicada en el Loira; así como otras reliquias que anteriormente habían sido trasladadas solemnemente al monasterio de Savigny.

Según el "Gran Libro de los Santos" de Jacques Baudoin, también se le conoce como San Galmier o San Gaumier. Es el patrón de Lyon, de los cerrajeros y herreros. Sus atributos típicos son las vestimentas monacales, el yunque, martillo, tenazas y unas llaves.

En cuanto a las oraciones que me pides, aquí puedes hallar algunas: www.devocionario.com. El tema de las oraciones, salvo excepciones, no lo trato aquí, puesto que no es un blog devocional ni piadoso. Y como dije antes, veamos otros santos con llaves:
 

San Benno de Meisen: Para evitar que el emperador excomulgado entrara a su catedral, lanzó las llaves al Elba. Un tiempo más tarde, un pez se las devolvió. 16 de junio.

Santa Lioba de St-Petersberg: Era sacristana de su monasterio y perdió las llaves del coro, por lo que las monjas no podían entrar a orar. Antes del amanecer, un zorro llegó hasta ella y se las trajo. A decir de Tetta, la abadesa, había sido el demonio el ladrón.  23 y 28 (traslación de las reliquias) de septiembre.

San Servacio de Tongres
San Servacio de Tongres: En su iconografía presenta siempre una llave porque, según la leyenda, el mismo San Pedro se le apareció y le dio una llave de plata, símbolo de autoridad, pero en realidad es una de las “clavis confesionis”, llaves que los papas solían dar a como premio a obispos o reyes, en las cuales había limaduras de las supuestas cadenas de San Pedro. 13 de mayo.

San Egwing de Worcester: Por ciertos pecados de juventud, se puso unos grilletes por penitencia y arrojó las llaves a un río. Yendo a Roma, un pez fue pescado en el Tíber y tenía dentro las llaves. 11 de enero.

San Maurilio de Angers: lanzó las llaves de la Catedral al río cuando huyó de la ciudad y, habiendo pescado un pez, las encontró dentro, por lo que volvió a su diócesis. 13 de septiembre.

San Lolan: era guardián de la basílica de San Pedro de Roma y una noche se fue a Escocia a predicar. Misteriosamente, las puertas de San Pedro no se abrieron a los canónigos, que oyeron una voz que dijo: “sólo el que cerró esta puerta, la podrá abrir”. Enviaron un diácono y un subdiácono que alcanzaron a Lolan. Este, al saber lo sucedido, se cortó la mano derecha, donde pusieron la llave y la basílica se abrió. 22 de septiembre.


San Humberto: San Pedro mismo se le apareció al santo en su primera misa y le dio una llave de oro. En realidad es otra “clavis confesionis”, en este caso perdida. 3 de noviembre.


A 27 de febrero además se celebra a:












RECUERDA:

PUEDES DESCARGAR MI LIBRO ELECTRÓNICO

"TUS PREGUNTAS SOBRE LOS SANTOS

(SANTOS PATRONOS DE LAS ENFERMEDADES)

viernes, 22 de febrero de 2013

De San Pedro y sus dos cátedras

San Pedro en Cátedra
Pregunta: Hola. Me puedes explicar que significa eso de la “catedra” de San Pedro?

Respuesta: Lo intentaré. Ya veremos el resultado. La palabra "cátedra" significa asiento y de ahí viene la palabra “catedral”, la iglesia donde un obispo tiene su sitial, desde el que predica (sí, el obispo en su catedral debe predicar desde allí). Pero el término va más allá del lugar físico de la silla o trono (el aspecto de trono comenzó a evitarse desde el Concilio Vaticano II) para indicar la "sede”, o sea el lugar en general desde el cual el obispo gobierna su territorio. Y más allá aún, en su sentido simbólico; la cátedra de San Pedro, cátedra del papa, obispo de Roma, no es el asiento físico, la silla, sino el vínculo que recuerda y actualiza el magisterio del sucesor de Pedro en la Iglesia.

El origen de esta celebración de la cátedra de San Pedro (o sea, la celebración del ministerio petrino en la Iglesia) se remonta al siglo IV. Lo primero que hay que decir es que el 22 de febrero se conmemoraba la cátedra de San Pedro en Antioquía, su primera sede como obispo. La cátedra romana se celebraba el 18 de enero [1], y luego fue trasladad al 22 de febrero, eliminado la memoria de la cátedra antioquena. Se fundieron ambas fiestas en una sola, llamada “La” cátedra. Se hizo, precisamente, para enfatizar el ministerio de San Pedro y el papa, su autoridad y enseñanza, más que los lugares físicos donde se desarrolló este ministerio.

El origen de elegir este día, los antiguos lo justificaban románticamente, diciendo que el 22 de febrero fue el día en que San Pedro hizo su confesión de fe en el Mesías y el Señor le confió las llaves del Reino de los cielos (Mateo 16, 13-19). Pero esto es solo una de las coincidencias forzosas gustadas por teólogos y predicadores medievales. La festividas ya aparece el martirologio romano en 354. Según Butler, este día se habría elegido en el Norte de Europa, donde el año comenzaba el 27 de febrero, para dar un nuevo sentido a algunas celebraciones paganas en las que se hacían banquetes para recordar a los fallecidos durante el año, y a los que, en efigie, se les sentaba en lugares honoríficos. También era costumbre romana esta, de acabar el año recordando a los difuntos, así que no se por qué Butler tuvo que “irse al norte” para explicarlo. 

"Y yo te digo que tú eres Pedro"
Es probable, según los Bollandistas, que los cristianos romanos, que también recordarían a sus familiares, unieran a San Pedro en esta conmemoración de los difuntos y el motivo es que San Pedro había tenido su cátedra allí. Es sabido que las comidas fúnebres duraron en el cristianismo se realizaron en las catacumbas y permanecieron hasta bastante adentrado el siglo V o más, así que es muy probable que esta conmemoración de la "Cathedra Petri”, fuera realmente junto a una silla puesta para el difunto al que se honraba. Y así, una celebración familiar pasara a una celebración comunitaria y litúrgica en torno a San Pedro.

Con el tiempo y el afianzamiento del papado, la sede petrina no solo fue por el magisterio, sino que un sitio físico y tangible: el trono ocupado por el papa recubría la misma silla que había usado San Pedro (¿tal vez la silla que podría haber sido utilizada en las celebraciones antes descrita?, quien sabe, ¿no?) Lo que está claro es que allí, en el Vaticano, lo que hay es un trono que Carlos el Calvo, nieto de San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias) regaló a Juan VIII en 875 y que se superpuso sobre la existente, no de San Pedro, ciertamente, sino del siglo VI. Más que la autenticidad, lo que importaba era el mensaje simbólico que trasmitía. Por eso siempre se le rodeó de veneración y belleza. 

La fiesta fue extendida a toda la iglesia en 1558 por Pablo IV. Especial relevancia alcanza hoy (día de la publicación de este artículo) esta festividad, luego de la renuncia del actual Santo Padre a la cátedra de San Pedro, lo que realza la humildad de quien se sienta en ella, y la realidad espiritual de la sede petrina.


A 22 de febrero además se celebra a










[1] En esta misa, de Rito Doble, lo que hoy sería fiesta, se incluía una conmemoración de San Pablo, luego de la oración colecta. Así, ni en la festividad del ministerio petrino, se olvidaba a su compañero.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...