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domingo, 17 de junio de 2018

De un "ángel pecador".

Beato Juan Anglico, II General Trinitario. 17 de junio.


San Juan Anglico.
Iglesia de los trinitarios,
Castelgandolfo.
Lamentablemente su memoria pierde entre la leyenda, la historia y las fábulas de cronistas no escrupulosos, quienes se inventaron "historias" para rellenar la "historia". Pero sí que podemos contar aquí lo que nos ha llegado de él. Lo que sea cierto, ya lo sabremos en el cielo.

Nació Juan en Londres, a inicios del siglo XII, luego de que sus padres hicieran un voto a San Juan Evangelista, pues no podían concebir hijos. Y por ello le llamaron Juan, en honor al apóstol. Su leyenda cuenta que, siendo amamantado jamás mostró ansia por el alimento y que ocurrió que su madre olvidó darle el pecho por tres días (!) y cuando se lo dio, el bebé Juan se alimentó con gran parquedad, como si de un adulto austero y penitente se tratase. Tal austeridad se manifestó luego cuando empezó a comer otras cosas, no pudiendo soportar nada que tuviera carne o pescado, evidenciando el gran santo penitente que sería. En fin…

Fue un niño y adolescente muy caritativo, dándole a los demás sus ropas y zapatos, juguetes o comida. También fue muy bueno con sus hermanos menores, a los que ya daba ejemplos con solo 5 años. Muy pronto aprendió a acolitar la misa, y lo hacía cada día antes de tomar las lecciones en la iglesia de los Canónigos Regulares de San Agustín, donde sus padres tenían capellanía propia. Los Canónigos le apreciaban mucho y se quedaban admirados de como sabía responder lo correcto a cada cosa que se le preguntase. Además, viendo su aplicación y su piedad, sugirieron a su padre encaminasen al niño a estudios más avanzados. Su padre ya lo había pensado, y así lo refirió a los religiosos, pues pretendía que Juan fuese Doctor en Derecho. Pero un Canónigo, santo varón, dijo al hombre: "No es este ángel, señor, para estudios de la tierra, sino para los del Cielo, que para teólogo lo quiere Dios".

Ya joven, sus padres le enviaron a París para que estudiase la Filosofía y el Derecho Civil, pues lo demás ya Dios diría. Le proveyeron de una cantidad considerable de dinero para el viaje y para que pudiera mantenerse los primeros tiempos. Pero Juan gastó todo el dinero en limosnas que dio por el camino a los pobres y enfermos. Comenzó, pues, Juan en la Sorbona, y en breve era de los estudiantes más aventajados. Asistía a misa diaria, no se juntaba sino con los amigos piadosos y solo se movía de la Universidad a donde vivía, desviándose solo para visitar alguna iglesia. En la Universidad conoció al santo padre San Juan de Mata (17 de diciembre y 7 de mayo, traslación de las reliquias) y al Beato Guillermo Scoto (13 de mayo) y con quienes estudió la Teología. 

El 28 de enero de 1193, octava de Santa Inés (14, 21 y 28 de enero; 5 de julio, Iglesias griegas) San Juan de Mata cantaba su primera misa y en ella tuvo la revelación acerca de que debía dedicarse a la redención de los cautivos, fundando una Orden religiosa. Juan se retiró a la soledad, donde según la leyenda conocería a San Félix de Valois (20 de noviembre), y Juan Anglico y Guillermo quedaron en París.

La Universidad quiso otorgarles una cátedra a cada uno, para seguir disfrutando de su presencia y elocuencia. Pero ocurrió que fallecieron los padres de cada uno, misteriosamente al mismo tiempo, sin tener nada que ver uno con el otro. Entonces ambos viajaron a Inglaterra, pues como eran los hermanos mayores, de sus respectivas familias, les tocaba repartir la herencia. Todo lo dieron a sus hermanos menores, renunciando a poseer riquezas y cuando cada uno había hecho lo suyo, se pusieron de acuerdo para volver juntos a París, para esperar a Juan de Mata. Vueltos a París, el obispo quiso ordenarles presbíteros, luego de oír alabanzas del abad de San Víctor, donde se hospedaban ambos jóvenes. Fueron ordenados juntos y juntos dieron clases en la Universidad, donde eran un gran ejemplo para los estudiantes, por sus virtudes y sabiduría. Cada día después de las clases, rezaban juntos y juntos salían luego a atender pobres y a pedir limosna para estos.

En los tiempos de vacación y fiestas, ambos iban a predicar la doctrina cristiana por los pueblos y ciudades circundantes. Y lo hicieron tan bien, que el obispo les pidió se dedicasen a ellos, como predicadores oficiales de la sede parisina. Viajaban a pie, ayunaban y se disciplinaban, para obtener frutos de sus misiones. Convirtieron a muchos e hicieron la paz entre facciones o familias enfrentadas. En este ínterin, regresó Juan de Mata de Roma, donde Inocencio III le había aprobado la Regla de la Orden. Ambos jóvenes, viendo en la redención de cautivos, la vocación de sus vidas, tomaron el hábito trinitario junto a otros jóvenes.

Junto al fundador y a su inseparable amigo el Beato Scoto, se fue Juan Anglico a Roma, donde construyeron el convento junto a la iglesia de Santo Tomás "in Formis". Allí tomaría el hábito, según la leyenda, San Roberto de San Juan (13 de abril), quien sería el primer mártir trinitario. Inocencio III encomendó a nuestro Beato y Guillermo Scoto, la que sería la primera misión redentora de los trinitarios en Marruecos. Allí llegaron el 22 de agosto de 1200 y comenzaron su labor misionera y la "compra" de los cautivos gracias a las limosnas que el papa les había dado para ello. Aunque no tenían permiso para ello, predicaban a los moros, convirtiendo a algunos, por lo cual fueron castigados varias veces, y no les quitaron las vidas por el respeto que el rey de Marruecos tenía hacia el papa Inocencio, en cuyo nombre iban los santos, cual legados. Pero al cabo de cinco meses no pudo soportar más el éxito que iban teniendo y les mandó volvieran al mundo cristiano. Regresaron Juan y Guillermo con 186 cristianos libres, que llevaron a Marsella, luego de una escala en Almería. 

De allí ambos fueron a Roma, a hacer vida conventual, de asperísima penitencia, ayunos y oraciones. Después de esta redención quedó Juan Anglico en la casa de Roma. En una ocasión en que el fundador dispuso lo poco que tenían los religiosos para una redención en África, dijo el despensero a nuestro Beato: "Padre, que ha de comer la Comunidad? Y que se ha de dar a los enfermos, y pobres hoy? Porque nuestro padre se ha llevado toda la provisión de alimento, que había en casa". "Anda y mira bien" – respondió Juan Anglico – "que puede ser que te engañes". Y fue el despensero, y no solo halló la procura llena, sino con exceso, aunque un minuto antes la había visto vacía. Corrió el despensero a contarle el milagro a Juan Anglico, pero este le cortó el habla diciéndole: "Hijo, ese ha ido el premio de tu obediencia. Calla, y demos gracias a la Santísima Trinidad de lo que favorece a sus hijos". 

Un tiempo después quiso San Juan de Mata que Juan Anglico y Guillermo Scoto le acompañasen a España, donde pensaba fundar algunos conventos. A pie, como mandaba la Regla, emprendieron el viaje, lleno de penurias, hasta entrar por Aragón y llegar a Castilla. Fundado el convento de Segovia, fue el Beato Guillermo su primer prior o ministro, y Juan Anglico fue enviado a Roma de prior. Allí destacó Juan en el ministerio de la predicación, siendo apreciado de los cardenales y del papa.

En 1212, cuando murió San Félix de Valois, Juan Anglico le reemplazó frente al convento de Cerfroid y Guillermo le suplió como prior de Santo Tomás "in Formis". En Cerfroid estaban muy apenados por la muerte del viejo fundador San Félix, pero apenas trataron a Juan Anglico, los religiosos se decían "un santo perdimos, pero hemos hallado un ángel". En Cerfroid Juan tuvo varas experiencias místicas y se dio a una ardua penitencia, de la que tuvo que reconvenirle Juan de Mata, pidiéndole no se excediese.

El santo Padre Juan de Mata murió el 17 de diciembre de 1213 y Juan Anglico fue elegido en 1214 para sucederle como Ministro General de la Orden Trinitaria. Quiso negarse el santo a tamaña empresa, cuando tuvo una visión de su ángel custodio le dio a entender, que la Santísima Trinidad lo quería por sucesor de San Juan de Mata. El Beato Guillermo pasó de España a Cerfroid y Juan Anglico volvió a Roma ya como General. En Roma lo primero que hizo fue visitar al papa Honorio III, quien le confirmó en el cargo y le ofreció su ayuda para la obra redentora de los trinitarios. Además, el papa le nombró teólogo suyo.

Juan Anglico participó en dos redenciones en Túnez, la primera de ellas acompañado por el Beato Edmundo de Kaneresburgo (21 de enero), logrando rescatar a 394 cautivos cristianos. Pero antes de ello tuvo que sufrir el santo varón prisión y castigos por predicar el Evangelio públicamente. Incluso le llevaron ante el rey, para que le condenase a muerte, pero este fue compasivo y le dejó libre. En la segunda redención que llevó a cabo el mismo rey le prohibió predicar el Evangelio a musulmán alguno, y Juan respetó al rey con tal de no perder la posibilidad de rescatar a los pobres cristianos presos. A estos sí les predicó y con doble celo. La tristeza de Juan Anglico por no alcanzar el martirio era profunda, y algo se alivió cuando pudo hacer una obra meritoria: supo de un niño huérfano, bautizado, el cual servía en el palacio del rey y se le instruía en la fe del Islam. Fue Juan adonde el rey y le pidió la libertad del niño, ofreciéndose él mismo en prenda hasta que le rescatasen, si era el caso. El rey accedió y el dueño del niño tuvo que entregarlo, con gran rabia. Y he aquí que el moro dueño de la criatura halló a Juan Anglico en una calle apartada y le pegó una paliza. Pasó por allí un musulmán que se compadeció del santo, indagó la causa de los golpes y, al saberlo, pagó el rescate del niño cristiano, quedando libre nuestro Beato para volver a Roma. Luego Juan enviaría al moro el dinero que él le había costado. De vuelta a Roma se desató una terrible tempestad, tanto que el piloto daba por perdida la vida, cuando el Beato mandó a todos invocaran a la Trinidad, y el mismo se arrodilló a pedir clemencia. Al punto, se aclararon los cielos y se serenó el mar.

Llegó Juan a Roma en 1215, al tiempo de la celebración del Concilio de Letrán, y fue designado por el rey de Francia como teólogo al mismo. En esta ocasión conoció a los santos patriarcas Santo Domingo Guzmán (8 de agosto; 24 de mayo, traslación de las reliquias; 15 de septiembre "in Soriano"), San Francisco de Asís (4 de octubre, 17 de septiembre, Impresión de las llagas; 25 de mayo, traslación de las reliquias a la basílica de Asís) y a San Ángelo Carmelita (5 de mayo), a quienes hospedó en Santo Tomás "in Formis", naciendo entre los cuatro gran amistad, según esta leyenda. Igualmente cuenta que estando en las sesiones del Concilio, al sentarse juntos Juan Anglico y Ángelo, un padre conciliar dijo "ahí está el ángel con el ángel", haciendo un juego de palabras con "anglico" y "angelo". A esto respondió nuestro trinitario: "El Ángel está sentado junto al pecador. El verdadero Ángel es el que pronto será venerado por toda la Iglesia", profetizando el martirio y gloria del protomártir carmelita.

Terminado el Concilio, los cardenales suplicaron al papa Honorio III le diese el capelo cardenalicio a Juan Anglico, pues habían quedado encantados con su predicación, razonamientos y piedad. El papa le llamó a su presencia y le dijo lo que pasaba. Pero juan Anglico se mostró tan triste ante aquello, que el papa no quiso afligirle y le consoló diciéndole que no le gravaría con cargo eclesiástico alguno. Sin embargo, logró del papa gran apoyo para fundar conventos trinitarios en su tierra, Inglaterra, una empresa en la que puso gran empeño a pesar de sus enfermedades.


Reliquias de los Beatos
Juan Anglico y Miguel "el Hispano".
Iglesia de San Carlino. Roma
Y estos asuntos estaba cuando tuvo una visión de María Santísima, de San Juan Evangelista y de su ángel de la guarda, quienes le revelaron el día y hora de su muerte. Avisó Juan Anglico a Fr. Rogerio, su compañero de hábito desde los primeros días allá en París, y le contó lo sucedido, mandándole procurara por la observancia de la Regla. Sus restantes días los pasó en oración y penitencia, esperando el momento anunciado. El 17 de junio de 1216 celebró la santa misa y pidió luego la extremaunción, que le fue dada en la enfermería conventual. Luego habló a los religiosos, exhortándoles a ser fieles a su vocación. Pidió le rezaran el salterio y murió rezando el salmo "Misericordias Domini in æternum cantabo". Quedó su semblante con gran paz

El papa Honorio III mandó se celebrasen solemnes funerales, corriendo él con los gastos, debido a la pobreza de los trinitarios. Durante 4 días estuvo el santo cuerpo expuesto, durante los cuales obró numerosos portentos a los devotos. Fue sepultado junto al santo fundador San Juan de Mata para que igualmente sus reliquias recibieran culto. Actualmente una porción de ellas se veneran en la iglesia trinitaria de San Carlino "Alle Quatre Fontane", en Roma.


Fuente:
-"Noticias históricas de las tres florentísimas provincias de la Gran Bretaña, Inglaterra, Escocia, e Hibernia, del Celestial Orden de la Ss. Trinidad, de Redención de cautivos cristianos". P. FR. DOMINGO LÓPEZ. Madrid, 1714.


A 17 de junio además se celebra a:


San Salomón de
Jerusalén, rey.
San Manuel de
Persia, mártir.
San Adolfo de
Torney, obispo.





miércoles, 1 de marzo de 2017

San Set, el sembrador.

San Set, Patriarca. 1 de marzo.

Set halla a Adán muerto
y parte a sembrar la rama.
Fue Set, según la Escritura (Génesis 4, 25) el tercer hijo de Santos Adán y Eva (24 de diciembre), y nació luego que Caín matara a San Abel (28 de diciembre). Precisamente su nombre "set" significa eso: "sustituto". Luego aparece mencionado entre las alabanzas que se dedican a algunos reyes y patriarcas: "Sem y Set alcanzaron honor entre los mortales, pero más que cualquier viviente creado, sobresale Adán". (Eclesiástico 49,16). En la Escritura aparece también como padre toda la humanidad, como se hace con Adán. Contra su descendencia, enemiga de Dios, se levantará el rey elegido por Dios, que en primera instancia será San David (29 de diciembre), pero que es una alusión clara al definitivo Mesías, Cristo: "una estrella sale de Jacob, un rey surge en Israel que aplastará las sienes de Moab, el cráneo de todos los hijos de Set". (Números 24.17). Y finalmente, vuelve Set a aparecer entre los antepasados de Cristo en San Lucas 3,38: "Enós, Set, Adán y Dios", poniendo la descendencia adánica por medio de Set, como mismo lo hace 1 Crónicas 1,1.

Y podría terminar aquí con el santo Patriarca, pero la leyenda le ha querido más allá y en el medievo la Leyenda Áurea del Beato Santiago La Vorágine (13 de julio) recreó una "historia" con respecto a Set y la Invención de la Santa Cruz de Cristo, en un precioso simbolismo. Según esta leyenda, tomada del llamado Evangelio de Nicodemo, cuando Adán estaba para morir, Set se acercó al Jardín del Edén, con vistas a extraer óleo del árbol del Bien y del Mal, para ungir a su padre y que sanara. Sin embargo, el arcángel San Miguel (29 de septiembre; 25 de abril, aparición en Roma, y en Tlaxcala; 6 de septiembre, aparición en Honaz; 19 de septiembre, aparición en Colosas, 8 de mayo,"in Monte Gargano"; 16 de octubre, aparición en Mont Saint-Michel), que custodiaba el jardín, dijo a Set: "No supliques por el ungüento de este árbol, ya que no será salvífico antes de se cumplan 5150 años". Sin embargo, San Miguel dio a Set una ramita del árbol para que la plantara, diciéndole "cuando esta rama de fruto, tu padre será salvado".

Set regresó adonde Adán, pero este ya había fallecido. Entonces plantó la rama sobre su tumba, excavada en una roca. Allí la rama creció y se convirtió en un árbol que duró hasta Salomón, el cual lo cortó para construir un puente para que pasara la reina de Saba. Una vez destruido este, el tronco pasó años sepultado hasta que los judíos lo hallaron en la fuente salvífica de Siloé, y de él se construyó la cruz en la que crucificaron a Cristo, Nuevo Adán, en el Monte Calvario, sobre la tumba del primer Adán. Y así, una vez que el dulce fruto del redentor volvió a colgar del árbol, Adán y toda su descendencia hallamos la salud eterna.

La idea de esta leyenda fue trazar una serie de acontecimientos lineales en los cuales la providencia de Dios quedara mostrada, así como su acción salvífica, en medio de las adversidades. Hay un bello símbolo entre los dos "adanes" y los dos árboles, por medio de la "historia" de la rama y luego convertida en trozo de madera.


A 1 de marzo, además se celebra a 





domingo, 20 de noviembre de 2016

Colaborador y redentor.

San Félix de Valois, religioso, cofundador de los Trinitarios. 20 de noviembre.

Sobre este oscuro santo se han tejido leyendas, la mayoría tardías y para rellenar lo que se desconocía: orígenes, infancia, juventud, etc. Su "vita" la podemos dividir en dos:

Leyenda:
Nació Félix el 19 de abril de 1127, en la ilustre y real casa francesa de los Valois y, claro, desde niño fue extremadamente piadoso, amigo de devociones y penitencias, a la par que de la caridad. No tenía nada suyo, sino que todo daba a los niños más pobres: comidas, ropas, monedas, regalos, etc. Incluso se privaba de los mejores manjares para guardarlos en servilletas que luego pasaba a los pobres. Aún niño pidió a su padre el perdón de un condenado a muerte por homicidio, profetizando que se convertiría y sería un religioso ejemplar. Y así fue. Cuando llegó a la juventud, ya su corazón ardía por la soledad, la oración y la penitencia, a pesar de que su destino era reinar en Francia ya que sobre él solo había mujeres en su familia, a las que se les impedía reinar por si mismas. Así que, resuelto a seguir su vocación, pidió y obtuvo ser ordenado sacerdote, bloqueando toda opción de reinar. Así, libre, decidió alejarse del mundo y entró a la recién fundada Orden del Císter, tomando el nombre de Hugo y siendo discípulo de San Bernardo (20 de agosto). Pero aún la austeridad cisterciense y su silencio era poco para él, por lo que decide retirarse a un bosque en Cerfroid, donde comienza una vida verdaderamente penitente y orante.

En este desierto de Cerfroid ocurrió el encuentro que cambiaría su vida totalmente: a su encuentro fue el joven San Juan de Mata (17 de diciembre y 7 de mayo, traslación de las reliquias), el cual había sido ordenado de presbítero. Ya había tenido el santo presbítero la visión sobre su misión de fundar una Orden destinada a la redención de los cautivos cristianos. Juan de Mata refirió la visión al santo eremita y en ese momento (dice la leyenda), ambos vieron aparecer ante ellos a un hermoso ciervo entre cuyas astas resplandecía una cruz azul y roja, exactamente como la vista por el Juan de Mata en su visión. Visto esto, Félix se rindió a la evidencia de que la obra proyectada por Juan era de Dios y pesar de tener casi 60 años, se puso bajo el mando del joven presbítero. Y ambos se fueron a Roma a pedir la aprobación al Santo Padre. El papa Inocencio III, teniendo recomendaciones de algunos prelados, vio aquella obra como inspirada por Dios y luego de varias audiencias, aprobó su Regla, estableciéndola como Orden de la Santísima Trinidad, para la Redencion de Cautivos.

Regresaron a Francia y allí mismo en Cerfroid fundaron el primer convento trinitario. Allí, años después, recibió San Félix una gracia de Nuestra Señora: una noche antes que los frailes llegaran al coro a maitines, se le apareció la Virgen a Félix, llevando el mismo hábito que los Hermanos, rodeada de ángeles que alababan a Dios. Supo por esta revelación que poco tiempo le quedaba de vida y convocando a los religiosos, les alentó a vivir en caridad entre ellos y con los pobres cautivos. Y así, lleno de Dios, murió el 4 de noviembre de 1212, con 85 años de edad.

Félix y la primera
comunidad trinitaria.
Historia.
Ciertamente la historia demuestra que a Félix fue Ministro de la casa de Marsella, la más importante de la Orden, en 1203, mientras Juan establece y funda más casas. Luego nos consta su muerte el 4 de noviembre de 1212 siendo Ministro del convento trinitario de Cerfroid, como dije antes. La tradición le hace a Félix ser fundador junto a San Juan de Mata de la Orden Trinitaria, pero la Bula papal "Operante Divine Dispositionis" dice claramente: "hace algún tiempo viniste a nuestra presencia y pusiste interés en manifestarnos humildemente tu proyecto", refiriéndose en exclusiva a Juan, y no a ningún otro fundador. Y la misma idea se lee en el epitafio de la tumba de Juan: solo él es el fundador. Sin embargo en una carta dirigida al rey de Marruecos en 1119, el mismo papa dice: "unos hombres, entre los que se encuentran los redentores portadores de la carta divinamente inspirados, han fundado hace poco una Regla y una Orden", con lo que parece aludir a un grupo o al menos un dúo de fundadores.

Pero más importante parece la primera redacción propiamente trinitaria sobre la fundación de la Orden, que data sobre 1250, donde se dice que tres personas escribieron la Regla: Juan de Mata, el obispo de París y el abad de la colegiata de San Víctor. Nada habla de San Félix. Igualmente menciona a cuatro eremitas a los que Juan halla, narra su intención fundacional y ellos se ponen a su servicio para formar parte de ella, pero no hay nombres. Ya en el siglo XIII, en una "Secuencia" acerca de los orígenes de la Orden Trinitaria, aparece que “dos ermitaños fueron a Roma a solicitar al papa Inocencio III la aprobación de la nueva obra apostólica en la Iglesia. No se dicen nombres, pero la tradición unánime ve en ellos a Juan y Félix.

La primera referencia explícita de San Félix como cofundador aparece en el siglo XV, en un documento redactado por Robert Gaguin, Ministro General de la Orden, en el que dice que la Orden fue fundada por Juan de Mata y Félix el anacoreta. Y esto sentará las bases para la historia y la leyenda posteriores, pues en adelante nadie pondrá en duda que San Félix es cofundador de la Orden Trinitaria. Los Trinitarios descalzos además, asumen como a su "tercer padre fundador" a San Juan Bautista de la Concepción (13 de febrero). En 1969 el Capítulo General definió que el único fundador era San Juan de Mata, y así lo recogen las Constituciones actuales. Sin embargo, la liturgia propia de la Orden llama "cofundador", en su acepción de "colaborador" a San Félix de Valois.

San Félix fue canonizado (por aprobación de culto) a la vez que San Juan de Mata, el 21 de octubre de 1666, bastante tardíamente. En 1679 su memoria litúrgica la trasladó Inocencio IX al 20 del mismo mes, extendiendo su memoria a toda la Iglesia. En 1969 fue suprimida su memoria del Calendario Universal.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año: Noviembre". JEAN CROISSET. Barcelona, 1863.
-http://meditacionestrinitarias.blogspot.com/2014/11/san-felix-de-valois-fundador-cofundador.html


A 20 de noviembre además se celebra a  
San Maxence de Senlis, virgen y mártir
San Agapio de Gaza, mártir.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

El Padre "Ave María"

San Simón de Rojas, presbítero trinitario. 28 de septiembre.

Apóstol del Nombre de María.
Nació en Valladolid, 28 de octubre de 1552, de padres ilustres y piadosos. La leyenda nos cuenta que con solo año y medio ya sabía decir claramente las palabras "Ave María", que ciertamente configurarían su vida para siempre. Desde niño fue dado al estudio y la piedad, le gustaba jugar a ser sacerdote y su encanto era visitar las imágenes de la Madre de Dios. A los 12 años tenía una sólida formación, y comenzó a adentrarse en la gramática latina, la filosofía y la retórica. A esta edad, comparando el saber del mundo con la sabiduría de las cosas de Dios, entendió lo vano de aquel y comenzó a acariciar su vocación religiosa. Sus padres aceptaron y, luego de pedir los permisos correspondientes, tomó el hábito trinitario en Valladolid en 1565, con solo 13 años. Fue un buen religioso desde los inicios, siendo obediente y caritativo. Durante toda su vida se penitenciaba sin faltar a la Regla, tenía largos ratos de oración, ayunaba siempre que podía, probando durante el Adviento, la Cuaresma y las Vigilias solamente unas verduras y agua. Era muy activo con su vocación redentora, por lo que recibió muchas donaciones, y por la redención de los cristianos cautivos se flagelaba, ofrecía la misa y muchas devociones. Amaba la pobreza, no teniendo más que un hábito, y este remendado. En su celda no admitía más que la paja sobre la que dormía y un crucifijo.

A los 15 años pasó a estudiar artes y teología con vistas a ser ordenado sacerdote. En 1577, con 25 años, fue ordenado presbítero, y cantó su primera misa en el santuario Nuestra Señora de las Virtudes, ocupado por la misma Orden de la Santísima Trinidad, cerca de Salamanca. A esta advocación mariana debía un portento: la Virgen le había curado su tartamudez juvenil. En 1579 fue destinado al convento de Toledo a enseñar filosofía a los estudiantes trinitarios, siendo uno de sus alumnos quien sería el reformador de la Orden Trinitaria: San Juan Bautista de la Concepción (14 de febrero). Aparejada a esta labor, ejercía de predicador, confesaba siempre que podía, dirigía ejercicios piadosos y algunas misiones. Predicaba con sencillez y unción, sin caer en la vana palabrería o el sentimentalismo. Exponía virtudes y vicios contrarios con claridad, usando ejemplos, y siempre alentando a cambiar de vida. Se cuentan por cientos las conversiones de pecadores públicos que luego entraron en religión. Todas estas prendas hicieron que le nombraran Visitador de los conventos de Castilla y Andalucía, y en más de uno fue prior. Siendo prior de Cuenca recibió la gracia de la perpetua castidad por intervención de Nuestra Señora de Tejeda (8 de septiembre) de Garaballa, donde estaba retirado unos días. 

Haciendo la caridad.
Felipe III le quiso junto a sí y le llamaba de vez en cuando para consultarle asuntos de gobierno y por ello en 1600 los superiores le enviaron a Madrid, donde desplegó su caridad más aún, siendo el ángel consolador de pobres, presos, viudas, mendigos, etc. Por su misma mano daba de comer a los pobres, sirviéndoles sus platos, y más de una vez multiplicó la sopa para que todos alcanzaran. Por los pobres y la redención de los cautivos aumentó sus penitencias, llegando a usar una corona de espinas y una cruz a cuestas en las noches cuando estaba a solas. Tanto el rey como la reina Margarita le confiaban sus almas, lo que aprovechaba el santo para que los monarcas ampliaran la caridad, la justicia y el bien del reino. A esta reina ayudó a bien morir en 1611, pues luego que la dieran por muerta luego de un mal parto. Entró el santo a la estancia, se acercó a la reina y le dijo: "Ave María, Señora", y la reina abrió los ojos y respondió "Gratia Plena, padre Rojas", y alcanzó a vivir para recibir los Sacramentos. El mismo rey le propuso para el obispado de Jaén, pero el santo no aceptó por nada, y luego lo intentó el rey con la sede de Valladolid, pero igualmente el santo suplicó no le diera aquella carga, y el rey, por no contrariarle, le dejó en paz a cambio de que aceptase ser preceptor de los Infantes. Luego, además, fue nombrado Provincial de Castilla y en 1622, al morir Felipe III, pasó a ser confesor de Felipe IV y su esposa la reina Isabel de Borbón. Antes de aceptar el cargo puso como condición de que no habían de estorbarle su apostolado en las cárceles, y su personal asistencia a los enfermos y moribundos. Asimismo exigió no poseer renta, ni carroza, ni privilegio alguno.

Su gran devoción y por la que es conocido como "apóstol del Ave María" era el Nombre de María. Fue superior del convento de trinitarios de Cuenca de 1591 hasta 1594, y en esta ciudad tomó contacto con la Fiesta del Dulce Nombre de María (12 de septiembre), celebrada por primera vez en Cuenca en 1513. En su honor estableció el 27 de noviembre de 1601 la Congregación del Ave María, para el socorro de los pobres y las almas del Purgatorio, al mismo tiempo que propagaba la devoción al Nombre de María. Los miembros se consideran esclavos de María, y a ella viven entregados. Todo en obsequio de la Santísima Virgen, por ella y con ella y en ella. Es un precursor de la conocida "esclavitud mariana" propagada por San Luis María Grignion de Monfort (28 de abril). El rey Felipe IV junto a sus hijos fue de los primeros en alistarse en la santa asociación, y al mismo rey suplicó el santo que se interesara con el papa para que su Orden Religiosa pudiera celebrar el Dulce Nombre de María como fiesta propia, escribiendo él mismo el Oficio Litúrgico. Igualmente difundió la devoción a la Inmaculada Concepción por medio de un rosario blanco y azul de 72 cuentas, una por cada (supuesto) año que había vivido la Santísima Virgen en este mundo. Además, siendo Provincial de Castilla, ordenó que cada convento trinitario predicara sobre el Nombre de María los terceros domingos de cada mes. No en balde era conocido como el "Padre Ave María".

La Madre de Dios le entrega
el cíngulo de la castidad.
Trató con santos de su tiempo, como la Venerable Mariana de San José, fundadora de las Agustinas Recoletas, a Francisco Yepes, hermano de San Juan de la Cruz (14 de diciembre y 24 de noviembre). Además, conoció en Alba de Tormes a Santa Teresa (15 de octubre y 26 de agosto, la Trasverberación). A inicios de 1624, con 72 años, se despidió misteriosamente de todos, diciéndoles que en breve "haría un viaje", con la certeza de que su fin estaba próximo. Y efectivamente, a finales de septiembre padeció una apoplejía que le postró en cama durante treinta horas. Los reyes y nobles pasaron a despedirse, y salían edificados. El pueblo de Madrid comenzó novenas y rosarios por su salud y si acaso, por su feliz tránsito. Murió el 29 de septiembre, y como no podía ser de otro modo, sus últimas palabras fueron las mismas que las primeras que había dicho: "Ave María". Se celebraron sus funerales con gran solemnidad, luego de pasar el cuerpo doce días expuesto a la veneración. El 13 de mayo de 1766 el papa Clemente XIII le beatificó. Sus reliquias se veneran en la iglesia de los Trinitarios de Madrid. El 3 de julio de 1988 fue canonizado por Juan Pablo II en el marco del Año Mariano, como correspondía a un modelo de sólida devoción mariana.



Fuentes:
-"San Simón de Rojas, maestro de oración". P. JOSÉ GAMARRA OSST: http://trinitarios.es/sites/trinitarios.es/files/sansimonrojas.pdf
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Septiembre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.


A 28 de septiembre además se celebra a 
Santas Lioba y Tetta, abadesas
San Fausto de Ríez, obispo.

viernes, 19 de agosto de 2016

Debajo del manzano fuiste rescatado...

San Mariano de Bourges, confesor. 19 de agosto.

Como de la juventud de Mariano, un eremita de los alrededores de Bourges, no se sabe nada, pues le ponemos padres nobles, educación cristiana, algunos milagros en la infancia, etc. No lo hago yo, ya lo hicieron otros, sin mucho criterio histórico, como suele pasar.

Sí que cuenta el breviario de Tours, del siglo XVI, que oyendo las palabras del Evangelio: "Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío" (Lc. 14, 33) y "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme" (Mt. 19, 21), se resolvió a abandonar su vida de regalo. Dio todo a los pobres y en plena juventud se fue a un sitio solitario en Bourges, donde halló una cueva que tomó por celda y ermita. Penitencia, oración, ayunos y vigilias le ganaron pronto el reconocimiento del que huía. Tenía altísima oración, en la que siempre imploraba por los pecadores, rogando su conversión, y a esta oración añadía la instrucción y la predicación de la Palabra de Dios. Muchos le visitaban para escuchar su consejo o pedirle oraciones, alcanzando numerosas conversones curaciones. Pero no se envanecía por ello, más aún, como tenía el don de conciencias, cuando sabía que alguien le visitaba para adularle o solo por curiosidad, se hacía invisible.

La muerte de San Mariano le llegó de forma inesperada y de una manera bastante boba: Según San Gregorio de Tours (17 de noviembre) un día que subió a un manzano a tomar un fruto, único placer que se permitía, se cayó del árbol y se mató. Fue descubierto por unos que le visitaban, que al llegar a la ermita no le vieron y le buscaron. La leyenda le quiere muerto de rodillas, bajo el manzano, recordando a los pecadores que los primeros padres Santos Adán y Eva (24 de diciembre) nos perdieron "bajo un árbol" y que Cristo nos redimió "sobre el árbol de la cruz". Así, como Mariano hallaría la muerte a causa de un árbol, halló la Vida Eterna gracias a otro árbol.

Pues al encontrarlo los piadosos visitantes, llevaron el cuerpo santo a la iglesia de Vannes, donde fue honrado por el pueblo y todo el clero. Le sepultaron en la iglesia y su sepulcro se convirtió en meta de miles de peregrinos durante siglos. En el siglo XIII las reliquias se pasaron a una urna y altar de plata dedicados al santo. Varias veces se repartieron pequeñas reliquias por diversas iglesias del mundo. Un monasterio que se fundó junto a la cueva donde Mariano se santificó le quiere como fundador, pero lo cierto es que Gregorio le llama siempre ermitaño, y no monje ni abad.

Fuente: 
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Agosto. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.


A 19 de agosto además se celebra a  
San Andrés el Stratelates, mártir
San Juan Eudes, presbítero fundador.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Santa Eva, la primera.


Pregunta. Hola me gustaría saber si tienen la imagen y vida de Santa Eva, no he conseguido encontrarla en internet. Gracias. 

Respuesta: Hola. Varias santas hay de ese nombre, pero vamos a suscribirnos, por hoy a la más famosa y controvertida de ellas:
Santa Eva, madre de los vivientes. 24 de diciembre. 

Sí, me refiero a Eva, mujer de Adán, aquella primera mujer formada por Dios del costado de Adán, según el mito bíblico. Sí, empleo la palabra mito y su acepción: un relato tradicional que se refiere a acontecimientos antiguos de los que no se tiene conocimientos y por lo tanto idealizan hechos y personajes. Los mitos explican un fenómeno de origen natural o espiritual. Son esenciales para conocer las culturas y su historia. En el fondo del mito hay un trasfondo de verdad. Un ejemplo sería el diluvio universal, presente en varias culturas, aparentemente desconectadas entre sí y que lo contienen en su acervo cultural con diferentes explicaciones. 

En el caso que nos ocupa, Adán y Eva, es un mito fundacional de la zona mesopotámica, origen de nuestra cultura judeocristiana. Busca explicar el origen del hombre y, sobre todo, la entrada del mal y el pecado en el mundo. Pero todo mito también alude al momento en que se consolida y se plasma por escrito, o sea, cuando se convierte en historia. El relato bíblico del Génesis se escribe a partir de la tradición oral en la época de Salomón, dado a tener varias esposas y a consolidar pactos mediante matrimonios, asimismo dado a la idolatría, especialmente de una divinidad en forma de serpiente. Teniendo claro este contexto histórico, el mito toma más sentido si comprendemos que el Génesis en la pareja de Adán y Eva hace una apuesta por la unión esponsal monogámica, la fidelidad y la adoración de único Dios, desoyendo a los dioses extraños.

De lo que nos dicen las Escrituras, lo primero que llama la atención es el “motivo” de la creación de Eva: viene a solucionar la única cosa que Dios vio que no estaba bien en el mundo: la soledad del hombre. (Gen 2, 20). Lo segundo, es la forma de la creación: No la hace del mismo modo del hombre, con barro, sino que la saca de este, y es que existiendo ya la humanidad, el barro es inncesario, ambos seres son de la misma carne y de los mismos huesos (Gen 2, 23), son iguales en dignidad y valía. Es significativo que el “el hombre tendrá autoridad sobre ti” (Gen 2, 16) no sea sino fruto del pecado y de la ruptura de la relación del hombre y Dios y de los hombres entre sí, y de ello se hace eco Edith Stein en “Ensayos sobre la Mujer”. Comúnmente se cree la muerte, el dolor (los de parto en caso de Eva) y el trabajo son el castigo que Dios impone a la humanidad por pecar, cuando son las consecuencias de esta ruptura de relaciones. Dios está advirtiendo de las consecuencias, no imponiendo el castigo. De hecho, lo único que determina Dios en el relato de la caída humana es la Redención. Avisa, en Gen. 3, 15, que si bien la serpiente tuvo una victoria temporal (morder el talón), la victoria de la mujer en su descendencia será definitiva (aplastar la cabeza).

Sobre la “vida” de Eva pues poco hay que decir, salvo lo que el Génesis capítulos 2 y 4 ya nos dicen. Eva, como primera madre de los vivientes, recordando que es un mito que no busca historicismos, ni la Biblia tampoco lo pretende. Más que lo que haya sido de la vida de Eva, no podemos decir, pues ciertas revelaciones, como las de la Beata Ana Catalina Emmerick (4 de febrero) o las de Sor María de Jesús de Ágreda más que aportar datos o enseñanzas, aportan fabulaciones sobre lo que pasó, o sea, aportan mitos. Leyendas sobre que vivió más o menos que Adán, que hizo penitencia toda su vida, o que Adán fue enterrado en el monte Calvario, pues las dejamos de lado. Más interesante es la luz que arroja el personaje de Eva en la redención humana. Su papel de madre de todos los vivientes creó el evidente paralelismo con la Santísima Virgen María. Paralelismo situado al margen de una primera analogía: Adán-Cristo, pecado-redención. Esta concordancia la disfrutaron y explicaron los Padres de la Iglesia, que hallan en ella una gran riqueza teológica: Si Eva nos dio la vida natural, María nos dio la sobrenatural. Y traigo algunos ejemplos, aunque muchas más hay:
Expulsión de Adán y Eva
del Paraíso.
"Así como Cristo se dice nuevo Adán, así también María se puede llamar nueva, y feliz, Eva. Y esto mismo parece que quiso indicar el Arcángel San Gabriel en la palabra "ave", que leída al contrario dice "eva". Porque si la primera Eva perdió a todos los hombres, la segunda Eva, María, ganó a todos los hombres. Si la primera Eva fue engañada por la serpiente, la segunda Eva, María, quebrantó la cabeza de la serpiente. Si la primera Eva comió la muerte, gustando del fruto vedado, la segunda Eva, María, nos dio a todos la vida con el fruto bendito de su vientre". P. Francisco Javier Dorn. S.J.
"si de Eva proceden por generación todos los hombres, de María nace la vida al mundo, pues dando a luz al Viviente, ella se convierte en madre de todos los vivientes". San Epifanio.
"…la que por su pecado había introducido en nuestra naturaleza y había sido condenada a dar a luz con sufrimiento y dolor, era absolutamente necesario que la madre de la Vida comenzase su embarazo con gozo y concluyese su alumbramiento en la alegría". San Gregorio de Nisa.
En cuanto al pecado, por el honor del Señor, yo entiendo que ni se debe mencionar respecto de la Santísima Virgen María, la cual mereció concebir y dar a luz al que evidentísimamente lo fue sin pecado”. San Agustín. La naturaleza y la Gracia, 36.
"¿Acaso no imitan los pecadores a Eva; y no es más bien por ella por quien tuvo origen el pecado del género humano? Por la mujer fue el comienzo del pecado, y por causa de ella, como está escrito, todos morimos. (...) es precisamente por ella, por lo que habla el Apóstol de un solo hombre, por el que entró en el mundo el pecado, sino porque quería dar a entender que el pecado se transmite, no por imitación, sino por generación? El comienzo del pecado fue por la mujer; el comienzo de la generación, por el hombre; antes que dé a luz la mujer, siembra el varón; por un hombre, pues, entró en el mundo el pecado, porque entró por el camino de la semilla fecundante que, al recibirla, concibe la mujer; sólo el que nació de una mujer sin pecado no quiso nacer de esta manera". San Agustín. Réplica a Juliano, 56. 
"¡Pobres de nosotros que siendo hijos de la infeliz Eva, y por lo mismo reos ante Dios de la misma culpa, condenados a la misma pena, andamos agobiados por este valle de lágrimas, lejos de nuestra patria, llorando afligidos por tantos dolores del cuerpo y del alma! Pero ¡bienaventurado el que, entre tantas miserias, con frecuencia se vuelve hacia la consoladora del mundo y refugio de miserables, a la excelsa Madre de Dios y devotamente la llama y le ruega! “Bienaventurado el hombre que me escucha y vigila constantemente a las puertas de mi casa” (Pr 8, 34). “¡Dichoso –dice María– el que escucha mis consejos y llama constantemente a las puertas de mi misericordia, suplicando que interceda por él y lo socorra!" San Alfonso María de Ligori.


Y para terminar, señalar que podría extrañar que se les considere santos, habiéndonos traído el pecado original que todos hemos heredado. Pero los cristianos sabemos que la redención de Cristo alcanza a todos y que no hay razón plausible para negarla a los primeros padres. A aquellos que desde el seno de Abraham esperarían la venida del Mesías. Aún con más ansia la esperarían los primeros depositarios de esta esperanza: Adán y Eva. De hecho su memoria litúrgica, que no pertenece a Occidente, está señalada a 24 de diciembre no en balde, sino con todo sentido, recordando que si bien pecaron, la “Descendencia de la mujer” ha derrotado definitivamente a la antigua serpiente por su Encarnación, Muerte y Resurrección gloriosas. 

Fuentes:

-"Virgen singular: la reflexión teológica mariana en el siglo XX". Juan Luis Bastero de Eleizalde. Madrid, 2001.
-"María, nueva Eva en Justino, Ireneo, Tertuliano y Agustín". Claretianis, 1996.
-"María, nueva Eva según las Escrituras". Athenas, 1959.
-“Las glorias de María”. ALFONSO MARÍA DE LIGUORI. Barcelona, 1860.


A 24 de diciembre además se celebra a  
Santa Tharsilla de Roma, virgen
Santa Irmina de Ohren, abadesa.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...