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domingo, 20 de mayo de 2018

La Conversión de San Ignacio de Loyola.

La Conversión de San Ignacio de Loyola. 20 de mayo.

En este día celebraba la Compañía de Jesús la "conversión" de su fundador, San Ignacio de Loyola (31 de julio). Memorias como estas solo tenemos, además, la Conversión de San Agustín (4 de mayo), y son memorias que recuerdan que luego de un momento determinado, la vida de estos santos se transformó totalmente, marcando esta conversión un antes y un después. Y se convierten en memorias litúrgicas porque no solo para bien de los propios santos han servido estas sendas conversiones, sino para toda la Iglesia han sido momentos claves de lo que vendría después. En el caso de Agustín, sería el comienzo de su fe católica, la cual defendería posteriormente y la cual ayudaría a definir y esclarecer con sus obras como nadie hasta hoy. En el caso de Ignacio, sería el inicio de su camino apostólico, como adalid de la contrarreforma católica en el siglo XVI.

Ignacio pertenecía a una ilustre familia de la nobleza española. Era un caballero noble y esforzado. Católico, como tantos, pero en asuntos de fe, pues tibio. También como tantos. Sin embargo, el 20 de mayo de 1521, en la batalla de Pamplona contra los franceses, fue herido por una bala de cañón en la rodilla, cuando estaba en la flor de la vida, 30 años. En su convalecencia no tenía nada más que hacer que entretenerse pensando en una bella dama a la cual conquistaría luego, y se pasaba el tiempo soñando con ello, para matar el tiempo. Ero he aquí que un día pensó que podía leer, y buscando en el castillo de los Loyola, encontró una "Vita Christi" y un "Flos Sanctorum". Los ejemplos de los santos le conmovieron al punto que poco a poco dejó de pensar en la tal dama, para constantemente preguntarse "¿Cómo sería ser como San Francisco, o como Santo Domingo?” Hasta que llegó el punto en que notó que le interesaba saber más de la vida religiosa, que de damas.

Su rodilla no sanaba, sino al contrario, el hueso se desvió, creando una úlcera. Le volvieron a partir la pierna para recolocarla, pero nada. Finalmente le quedó más corta que la otra. Así que Ignacio fue sometido a tal tormento sin anestesia alguna. Pensó que moriría, pero el pensar en los martirios de los santos, halló fuerzas para resistir, sobrevivir y plantearse en serio su vida espiritual. Cuando estuvo mejor, emprendió una ardua peregrinación al santuario más famoso de España de aquellos momentos: el de Nuestra Señora de Montserrat (27 de abril). Ante la Santísima Virgen María puso su espada, veló toda una noche y luego de ello, comenzó una vida de penitencia y oración que desembocaría en la fundación de la Compañía de Jesús, 20 años después.

Ad Maiorem Dei Gloriam.


Fuente:
-"Vida de San Ignacio de Loyola". P. PEDRO DE RIBANEYRA. Barcelona, 1863.


A 20 de mayo además se celebra a:


San Baldiri, mártir.
Santa Saturnina, mártir.
San Talaleo y c. mártires.







viernes, 8 de diciembre de 2017

La Inmaculada Concepción de Juquila.

Nuestra Señora, la Inmaculada Concepción de Juquila. 8 de diciembre.

La concepción sin mancha de pecado de la Madre de Dios fue el misterio mariano más discutido por los teólogos durante siglos y, a la par, el más defendido por los fieles. Por ello no es de extrañar que también sea de los más venerados y acogidos con júbilo por el pueblo tras su declaración dogmática en 1854. Y, como consecuencia de lo anterior, es probablemente, el misterio mariano más representado iconográficamente, y uno de los más ricos en simbología cristiana.

La devoción a la Purísima o Inmaculada Concepción está representada en numerosas imágenes devocionales repartidas sobre todo en Occidente. España, gran defensora de la Inmaculada Concepción extendió esta devoción expresada en cientos de imágenes veneradas con nombre propio, pero que, en última instancia, aluden a este sublime misterio de nuestra fe católica. Y sobre una de esas advocaciones "inmaculistas", leeremos hoy. El Licenciado en Historia André Efrén Ordóñez, colaborador antiguo de mi blog, nos regala este texto:

En la población de Santa Catarina Juquila, en el estado mexicano de Oaxaca, México existe una gran devoción a una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción la cual ha ido ganando fama en todo el país desde hace algunos años. El caso de la Inmaculada Concepción mejor conocida por sus devotos como Nuestra Señora de Juquila o "la Juquilita" es uno más que trata de pequeñas imágenes de no más de treinta centímetros que eran usadas por los religiosos para evangelizar, como sucedió en el caso de la imagen de la Virgen de Zapopan y otras celebres imágenes marianas. 

El nombre de Juquila, que significa "lugar de legumbre hermosa", se encuentra ubicado al sureste del estado de Oaxaca. Esta región fue evangelizada por los religiosos dominicos y fue fray Jordán de Santa Catarina quien se encargó especialmente de esta tarea, y quien traía consigo la imagen de la Inmaculada Concepción. Se dice que fray Jordán era acompañado en sus correrías por un indígena perteneciente al poblado de Amialtepec, y este indígena mostraba siempre una gran devoción por la pequeña imagen de María Santísima que llevaba consigo el religioso. Por ello, al ser enviado fray Jordán a evangelizar otra región y no poder seguir llevando consigo al indígena que de tanta ayuda le había servido, decidió obsequiarle la imagen de la Inmaculada a la que tanto fervor de dedicaba. 

El indígena, muy feliz por el obsequio del religioso, decidió regresar a su natal Amialtepec, donde aquí instaló la imagen en un pequeño altar en su casa, pero como la imagen comenzó a concederle diversos favores a su dueño y a sus vecinos, fue cobrando cierta fama entre los habitantes y los pueblos vecinos. Debido a esta fama de milagrosa, hacia 1633 el párroco de Juquila, Dn. Jacinto Escudero, decidió que sería mejor llevar la imagen a la parroquia para que estuviera en un lugar de más fácil acceso y con mejores condiciones, pero los pobladores de Amialtepec se negaron a entregar la preciada imagen y prometieron al religioso erigirle un mejor lugar para resguardarla. 

En aquella región los pobladores tenían la costumbre de quemar los campos para lograr mejores cosechas, pero en una ocasión el incendio se salió de las manos de los pobladores no logrando detenerlos e incendiando gran parte del pueblo y con ellos la pequeña ermita en honor a la Inmaculada Concepción, una vez apagado el fuego los pobladores se acercaron a las cenizas de la ermita para tratar de rescatar algo que hubiera quedado y su sorpresa fue grande al ver que la imagen de la Inmaculada Concepción permanecía incólume, y únicamente se veía algo ennegrecida por el humo.

Debido al portento la cantidad de fieles que llegaba a visitar a la imagen aumentó considerablemente, y esto hizo hicieron que el padre Escudero decidiera definitivamente trasladar la imagen a la parroquia del pueblo de Juquila. Al ser trasladada se le colocó en el altar de San Nicolás (6 de diciembre), pero a la mañana siguiente no encontraron la imagen en aquel sitio, sino que, dice la leyenda, la Inmaculada había regresado al pueblo de Amialtepec. Creyendo el sacerdote que habían sido los habitantes de Amialtepec quienes la habían robado decidió llevarse de nuevo la imagen y cerrar la iglesia con candados, pero a pesar de esto la situación se repitió. Luego, debido a que el padre Escudero fue cambiado de parroquia dejó que la imagen permaneciera en Amialtepec. 

El nuevo párroco designado para Juquila fue el padre Manuel Cayetano Casaus de Acuña, quien pedirá el apoyo al obispo para realizar el traslado de la imagen. Fray Ángel Maldonado quien en aquella época era el obispo, emitió un decreto el 30 de junio de 1719 con el cual se ordenaba que la imagen fuera trasladada. Pero a pesar de esto la imagen nuevamente volvió a repetir el prodigio de volver a Amialtepec. Ante el persistente portento, el sacerdote decidió intentar una vez más el traslado pero en esta ocasión se hizo en una solemne procesión a la que asistieron descalzos el mismo sacerdote y los gobernantes de ambos pueblos. Y ante estas penitencias la imagen ya no volvió más a Amialtepec y se quedó en Juquila donde se le venera hasta la actualidad. Hacia 1784 se decidió construir un Santuario más grande para albergar la imagen y que pudiera contener la gran cantidad de peregrinos que llegaban continuamente a visitar a la Virgen de Juquila. Fue conluido en 1791.

Entre los milagros que se cuentan de esta imagen hay uno bastante curioso, pues se dice que una peregrina al llegar al Santuario y ver el pequeño tamaño de la imagen, dijo con bastantes desdén que no había valido la pena recorrer tanto camino para venerar una imagen tan pequeña, a pesar de esto encendió una vela y depositó una moneda como limosna, pero su sorpresa fue grande cual al regresar a su casa encontró la misma vela y el mismo peso que había depositado en el Santuario sobre la mesa de su casa. Nuestra Señora de Juquila es considerada y venerada como patrona de los transportistas y viajeros al igual que el Beato Sebastián de Aparicio (25 de febrero). Gracias a los transportistas el culto a la Virgen de Juquila se ha dado a conocer y llegado a rincones de México donde nunca antes se había escuchado sobre esta imagen. 

La Coronación Canónica.
Desde hace algunos años su devoción ha ido aumentando y es común ver en las carreteras del centro del país pequeñas capillas dedicadas a la Virgen de Juquila, en las cuales viajeros y transportistas pueden encomendarse a la que consideran su patrona.

Personalmente he sabido de los milagros de esta Virgen a los transportistas: conocí a una persona dedicada a este oficio que viajaba por todo el país transportando diversas mercancías y que tuvo un terrible accidente en el que se incendió la unidad que conducía y él mismo resulto gravemente quemado en todo el cuerpo. Su ropa se hizo cenizas, pero él mismo decía haberse salvado por milagro de la Virgen de Juquila, ya que a pesar de que toda su ropa fue consumida por las llamas no ocurrió así con el escapulario con la imagen de la Virgen de Juquila que llevaba en el cuello.

El 8 de octubre de 2014 se llevó a cabo, por manos del Nuncio Apostólico en México, Mons. Christophe Pierre, la Coronación Pontificia de la imagen de Nuestra Señora de Juquila, además se decidió que su título sea "La Inmaculada Concepción de Juquila", para beneplácito de todo el pueblo católico mexicano. Para este acontecimiento también se decidió hacer un cambio estético a la imagen con una nueva peana y con ropajes similares a los de otras imágenes marianas del centro de la república. La fiesta principal el honor de Nuestra Señora de Juquila se celebra el día 8 de diciembre.


A 8 de diciembre además se celebra a
Las Santas Princesas Mártires de Caëstre.
Santos Cazarie y Valente de Villeneuve, esposos.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

El Padre "Ave María"

San Simón de Rojas, presbítero trinitario. 28 de septiembre.

Apóstol del Nombre de María.
Nació en Valladolid, 28 de octubre de 1552, de padres ilustres y piadosos. La leyenda nos cuenta que con solo año y medio ya sabía decir claramente las palabras "Ave María", que ciertamente configurarían su vida para siempre. Desde niño fue dado al estudio y la piedad, le gustaba jugar a ser sacerdote y su encanto era visitar las imágenes de la Madre de Dios. A los 12 años tenía una sólida formación, y comenzó a adentrarse en la gramática latina, la filosofía y la retórica. A esta edad, comparando el saber del mundo con la sabiduría de las cosas de Dios, entendió lo vano de aquel y comenzó a acariciar su vocación religiosa. Sus padres aceptaron y, luego de pedir los permisos correspondientes, tomó el hábito trinitario en Valladolid en 1565, con solo 13 años. Fue un buen religioso desde los inicios, siendo obediente y caritativo. Durante toda su vida se penitenciaba sin faltar a la Regla, tenía largos ratos de oración, ayunaba siempre que podía, probando durante el Adviento, la Cuaresma y las Vigilias solamente unas verduras y agua. Era muy activo con su vocación redentora, por lo que recibió muchas donaciones, y por la redención de los cristianos cautivos se flagelaba, ofrecía la misa y muchas devociones. Amaba la pobreza, no teniendo más que un hábito, y este remendado. En su celda no admitía más que la paja sobre la que dormía y un crucifijo.

A los 15 años pasó a estudiar artes y teología con vistas a ser ordenado sacerdote. En 1577, con 25 años, fue ordenado presbítero, y cantó su primera misa en el santuario Nuestra Señora de las Virtudes, ocupado por la misma Orden de la Santísima Trinidad, cerca de Salamanca. A esta advocación mariana debía un portento: la Virgen le había curado su tartamudez juvenil. En 1579 fue destinado al convento de Toledo a enseñar filosofía a los estudiantes trinitarios, siendo uno de sus alumnos quien sería el reformador de la Orden Trinitaria: San Juan Bautista de la Concepción (14 de febrero). Aparejada a esta labor, ejercía de predicador, confesaba siempre que podía, dirigía ejercicios piadosos y algunas misiones. Predicaba con sencillez y unción, sin caer en la vana palabrería o el sentimentalismo. Exponía virtudes y vicios contrarios con claridad, usando ejemplos, y siempre alentando a cambiar de vida. Se cuentan por cientos las conversiones de pecadores públicos que luego entraron en religión. Todas estas prendas hicieron que le nombraran Visitador de los conventos de Castilla y Andalucía, y en más de uno fue prior. Siendo prior de Cuenca recibió la gracia de la perpetua castidad por intervención de Nuestra Señora de Tejeda (8 de septiembre) de Garaballa, donde estaba retirado unos días. 

Haciendo la caridad.
Felipe III le quiso junto a sí y le llamaba de vez en cuando para consultarle asuntos de gobierno y por ello en 1600 los superiores le enviaron a Madrid, donde desplegó su caridad más aún, siendo el ángel consolador de pobres, presos, viudas, mendigos, etc. Por su misma mano daba de comer a los pobres, sirviéndoles sus platos, y más de una vez multiplicó la sopa para que todos alcanzaran. Por los pobres y la redención de los cautivos aumentó sus penitencias, llegando a usar una corona de espinas y una cruz a cuestas en las noches cuando estaba a solas. Tanto el rey como la reina Margarita le confiaban sus almas, lo que aprovechaba el santo para que los monarcas ampliaran la caridad, la justicia y el bien del reino. A esta reina ayudó a bien morir en 1611, pues luego que la dieran por muerta luego de un mal parto. Entró el santo a la estancia, se acercó a la reina y le dijo: "Ave María, Señora", y la reina abrió los ojos y respondió "Gratia Plena, padre Rojas", y alcanzó a vivir para recibir los Sacramentos. El mismo rey le propuso para el obispado de Jaén, pero el santo no aceptó por nada, y luego lo intentó el rey con la sede de Valladolid, pero igualmente el santo suplicó no le diera aquella carga, y el rey, por no contrariarle, le dejó en paz a cambio de que aceptase ser preceptor de los Infantes. Luego, además, fue nombrado Provincial de Castilla y en 1622, al morir Felipe III, pasó a ser confesor de Felipe IV y su esposa la reina Isabel de Borbón. Antes de aceptar el cargo puso como condición de que no habían de estorbarle su apostolado en las cárceles, y su personal asistencia a los enfermos y moribundos. Asimismo exigió no poseer renta, ni carroza, ni privilegio alguno.

Su gran devoción y por la que es conocido como "apóstol del Ave María" era el Nombre de María. Fue superior del convento de trinitarios de Cuenca de 1591 hasta 1594, y en esta ciudad tomó contacto con la Fiesta del Dulce Nombre de María (12 de septiembre), celebrada por primera vez en Cuenca en 1513. En su honor estableció el 27 de noviembre de 1601 la Congregación del Ave María, para el socorro de los pobres y las almas del Purgatorio, al mismo tiempo que propagaba la devoción al Nombre de María. Los miembros se consideran esclavos de María, y a ella viven entregados. Todo en obsequio de la Santísima Virgen, por ella y con ella y en ella. Es un precursor de la conocida "esclavitud mariana" propagada por San Luis María Grignion de Monfort (28 de abril). El rey Felipe IV junto a sus hijos fue de los primeros en alistarse en la santa asociación, y al mismo rey suplicó el santo que se interesara con el papa para que su Orden Religiosa pudiera celebrar el Dulce Nombre de María como fiesta propia, escribiendo él mismo el Oficio Litúrgico. Igualmente difundió la devoción a la Inmaculada Concepción por medio de un rosario blanco y azul de 72 cuentas, una por cada (supuesto) año que había vivido la Santísima Virgen en este mundo. Además, siendo Provincial de Castilla, ordenó que cada convento trinitario predicara sobre el Nombre de María los terceros domingos de cada mes. No en balde era conocido como el "Padre Ave María".

La Madre de Dios le entrega
el cíngulo de la castidad.
Trató con santos de su tiempo, como la Venerable Mariana de San José, fundadora de las Agustinas Recoletas, a Francisco Yepes, hermano de San Juan de la Cruz (14 de diciembre y 24 de noviembre). Además, conoció en Alba de Tormes a Santa Teresa (15 de octubre y 26 de agosto, la Trasverberación). A inicios de 1624, con 72 años, se despidió misteriosamente de todos, diciéndoles que en breve "haría un viaje", con la certeza de que su fin estaba próximo. Y efectivamente, a finales de septiembre padeció una apoplejía que le postró en cama durante treinta horas. Los reyes y nobles pasaron a despedirse, y salían edificados. El pueblo de Madrid comenzó novenas y rosarios por su salud y si acaso, por su feliz tránsito. Murió el 29 de septiembre, y como no podía ser de otro modo, sus últimas palabras fueron las mismas que las primeras que había dicho: "Ave María". Se celebraron sus funerales con gran solemnidad, luego de pasar el cuerpo doce días expuesto a la veneración. El 13 de mayo de 1766 el papa Clemente XIII le beatificó. Sus reliquias se veneran en la iglesia de los Trinitarios de Madrid. El 3 de julio de 1988 fue canonizado por Juan Pablo II en el marco del Año Mariano, como correspondía a un modelo de sólida devoción mariana.



Fuentes:
-"San Simón de Rojas, maestro de oración". P. JOSÉ GAMARRA OSST: http://trinitarios.es/sites/trinitarios.es/files/sansimonrojas.pdf
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Septiembre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.


A 28 de septiembre además se celebra a 
Santas Lioba y Tetta, abadesas
San Fausto de Ríez, obispo.

martes, 29 de septiembre de 2015

San Ciriaco, eremita carmelita

San Ciriaco, el Venerable, eremita. 29 de septiembre.

La leyenda del Carmelo hace santo propio a este eremita, cuya memoria recogen casi todos los menologios orientales, siempre añadiendo una leyenda laudatoria. Según nos ha llegado, fue San Ciriaco hijo de un presbítero llamado Juan, y su madre se llamaba Eudoxia. Su tio, obispo de Corinto, viendo las prendas de sabiduría, piedad y sensatez impropias de su corta edad, lo tomó junto a sí, y con solo 10 años le ordenó de lector de su catedral. Este oficio le hizo conocer y amar las Sagradas Escrituras, en las que hallaba consuelo, inspiración y por las que sentía crecer su deseo de ser totalmente para Cristo. Aún era adolescente cuando las palabras de San Mateo 16, 24 ''si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, tome su cruz y sígame'' se le revelaron como definitivas y apremiantes. Sin más dilación lo dejó todo, se fue al puerto de Corinto, tomó un barco en el que se ofreció para trabajar y se embarcó hacia Jerusalén.

En la santa ciudad veneró todos los Santos Lugares, conoció a los monjes “carmelitas” del convento del monte Sión, a los que pidió el hábito. Pero estos, constatando que el joven buscaba más soledad, le enviaron a las lauras de San Eutimio el Grande (20 de enero), el cual le dio el hábito y viendo en él grandes perlas, lo mandó al Jordán, junto al célebre abad San Gerásimo (4, 5 y 20 de marzo). Este, para formarle, no le permitió vivir en soledad como era el deseo de Ciriaco, sino que le ordenó vivir en la comunidad con los otros monjes. Era un monasterio este en el que los monjes dividían los días entre la soledad y la vida comunitaria. De lunes a viernes eran solitarios, salvo aquellos de los que se precisaban sus oficios para la comunidad. Los sábados y domingos compartían la iglesia y las oraciones. Apenas llegar, Ciriaco se dio a una vida de oración y penitencia. Observaba dos cuaresmas al año en las que solo se alimentaba de pan y agua, y en otros tiempos solo añadía algunas verduras a estos. Era devotísimo de la Virgen Santísima, a la que llamaba su Señora. Era perfectamente obediente, no dejaba oportunidad para servir a los demás aunque le costara.

Tenía la costumbre San Gerásimo de retirarse por Cuaresma al desierto de Rouva, donde vivía una temporada de austeridad y penitencia extremas. Jamás llevó compañero alguno, pues consideraba que ninguno resistiría su nivel de penitencia. Eso hasta que llegó Ciriaco, pues el santo abad, viendo la pureza, obediencia y vida sencilla de aquel, le eligió para que le acompañase. Así durante varios años: se iban al inicio de Cuaresma hasta el Domingo de Ramos y allí en el desierto se daban del todo a Dios, sin comunicarse entre ellos más que para alabar a Dios juntos. En 474, luego de la muerte de San Gerásimo, San Ciriaco regresó a las lauras de San Eutimio, teniendo 27 años y habiendo muerto también Eutimio. Ciriaco, ya monje experto obtuvo una celda solitaria en la que dedicarse a la contemplación. Su vínculo con el monasterio era el virtuoso monje Tomás, que sería elegido Patriarca de Alejandría. Diez años pasó en soledad Ciriaco en su celda, solo recibiendo alguna comida por parte de los otros monjes. Su principal alimento era la Palabra de Dios y su amor acendrado a Cristo y su Madre Santísima. Tenía 37 años cuando el obispo quiso servirse de su sabiduría y santidad para el apostolado y le ordenó diácono.

Luego de unos años la disciplina se relajó en el monasterio, surgieron partidos y la herejía se coló entre los monjes, por lo que Ciriaco se fue al monasterio de San Caritón (28 de septiembre), en Souka. Este monasterio era tan austero, que recibía a todos como novicios, aunque fueran monjes ancianos, presbíteros u obispos. Para estos monjes, su vida era tan preciosa que los que venían de fuera necesitaban comenzar de 0, eliminando incluso sus costumbres adquiridas en otros cenobios. Así que Ciriaco calló su vida con Gerásimo y sus años de soledad para ser el último de la comunidad, sirviendo a todos con alegría y paciencia. Ejercitó la paciencia, se introdujo aún más en la liturgia de la Iglesia y la lectura de las Escrituras. Pasaba gran parte de la noche en oración y alabanza. Esto hizo que le eligieran canonarca, o sea, aquel monje que procura que el canto y la salmodia sean correctos, en el tono justo. Además, por su oficio de diácono, era el encargado de entonar algunos cánticos como los “Kirie eleison”.

Treinta años vivió Ciriaco en las lauras de San Caritón, hasta que con setenta años se cansó de oficios y compañías, y se fue al desierto, admitiendo un discípulo, el monje Juan. Por cinco años vivieron sin ver a nadie más, alimentándose de verduras y agua, entregados a la oración y de vez en cuando a santas conversaciones. Al cabo de ese tiempo fueron descubiertos por un transeúnte, cuyo hijo estaba endemoniado. Lo llevó el hombre a la presencia de Ciriaco y este le sanó, haciendo la señal de la cruz. Y fue su cruz, pues el hombre hizo correr la voz y comenzaron las visitas de aquellos que buscaban consejo, curación, resolución de negocios o querían ser sus discípulos. Huían Ciriaco y Juan, pero allá adonde fueran, les perseguían los necesitados. Aún escondiéndose, de lejos, libraba a los pobres posesos, manifestando su poder contra los demonios. Finalmente se dejó vencer y comenzó a atenderlos, sanando a todos con la santa cruz y ungiéndoles con aceite. Así diez años, hasta que con ochenta años se adentró más al desierto, a un sitio entre dos riachuelos. Siete años vivió solo y en paz, hasta que los monjes de Souka le hallaron y pidieron volviera con ellos, pues le necesitaban para contener a los herejes. Y lo hizo, por caridad, ocupando la celda que había sido de San Caritón.

La apologética, tarea que nunca había acometido, se convirtió en su nuevo trabajo por Cristo. Para ello contó con la inestimable ayuda de la Madre de Dios, la cual se le apareció acompañada de San Juan Bautista (24 de junio, Natividad; 23 de septiembre, Imposición del nombre; 24 ó 21 de febrero, primera Invención de la cabeza; 29 de agosto, segunda Invención de la cabeza, hoy fiesta de la Degollación; 25 de mayo, tercera Invención de la cabeza) y San Juan Evangelista (27 de diciembre, 6 de mayo, "Ante portamLatinam"; 8 de mayo y 26 de septiembre, Iglesias Orientales). En esta visión, la Santísima Virgen le ordenó Ciriaco guardar la enseñanza de la fe en su pureza y combatir la herejía esforzadamente, prometiéndole que Ella sería su valedora y consuelo. Y para probarlo, le alertó de un monje de su monasterio diciéndole: “En su celda está mi enemigo”. Mandó Ciriaco revisar la celda del monje y halló una copia de las herejías de Nestorio contra la Maternidad Divina de la Virgen, con lo que le castigó y le hizo abjurar de sus errores. Esta aparición de la Madre de Dios al santo se conmemora el 8 de junio por algunas comunidades ortodoxas. Así que con este socorro rebatió mediante palabra y obra a los herejes origenistas, que desvirtuaban las enseñanzas de Orígenes. Ciriaco convencía a unos, descubría los errores a otros, corregía a los monjes o les expulsaba cuando veía no había arreglo. Se enfrentó a los principales herejes origenistas de su época: Nonus y Cirilo, a los que predijo su desgraciada muerte si no se convertían, como ocurrió.

Cuando tenía ya noventa y nueve años, tomó de nuevo a su discípulo Juan y volvió al desierto de Susakim. No era este un desierto tranquilo, pues en él se escondían ladrones y merodeadores, pero el santo contó con una especial ayuda del cielo: un león le esperaba, para protegerle de los males. No permitía que nadie se acercara al santo, a la par que se dejaba acariciar y alimentar por el santo, que logró comiera de sus mismas hierbas, puesto que la carne la tenía prohibida. Otros portentos realizó nuestro San Ciriaco, como hacer llover en el desierto para llenar el agujero de una piedra donde ambos eremitas almacenaban el agua. Con 107 años volvió al monasterio, a su pobre celda, para darse al estudio y la oración y el trabajo. Sin ser el abad, era el monje más venerado y escuchado por los monjes. Al final, con 109 años, sintiéndose morir, llamó a los monjes, les dio algunas máximas espirituales, les bendijo y entregó el alma al Creador.  


Fuentes:
-“Tratado de la Iglesia de Jesucristo o Historia eclesiástica” Volumen 5. Dn. FÉLIX AMAT DE PALAU Y PONT. Madrid, 1806.
-"Glorias del Carmelo". Tomo III. P. JOSÉ ANDRÉS. S.I. Palma, 1860


A 29 de septiembre además se celebra a 
San Miguel Arcángel.
San Lotario I, emperador.

jueves, 28 de mayo de 2015

De un loco muy cuerdo.

La de “locos por Cristo”, es una categoría de santidad extraña la sensibilidad occidental, donde toda la espiritualidad ha estado muy encauzada, siempre dirigida por movimientos, fundadores o escuelas místicas. En nuestra Iglesia romana todo movimiento espontáneo de espiritualidad o “devotio” ha sido mirado siempre con sospecha, por salirse de los métodos establecidos. Principalmente en el Medievo occidental fueron controlados personas y movimientos “locos”. No es así en Oriente, donde la espontaneidad ha guiado a muchos a vivir su realidad con Cristo de diversas  maneras, disímiles entre sí. El loco por Cristo, tal vez sea el único cuerdo de su entorno: sabe donde está lo verdadero, no pierde el tiempo con convencionalismos, etiquetas o bienes de ningún tipo. Tiene la mirada puesta donde importa: en Cristo, culmen de la felicidad eterna. Por eso se burla de todos aquellos que en este mundo vagamos con la mirada puesta en las cosas terrenas. Pero como todo seguimiento verdadero de Cristo, la locura por Cristo es denuncia de las realidades que atentan contra la justicia, la caridad y la santidad. No tiene justificación, simplemente. Se es loco por Cristo porque el amor de Dios conmina a ello, empuja a servir, denunciar y salvar. Y es así en la tremenda vida de este santo que os traigo hoy:

Icono del Santo con escenas de su vida.
Siglo XVII
San Andrés  de Constantinopla, “loco por Cristo”. 28 de mayo y 2 de octubre (Iglesias Orientales).

Vivió el santo en el siglo IX, nació en algún país eslavo, que no se sabe cual puede ser, muy joven fue apresado por los bárbaros y vendido como esclavo en Constantinopla. Su amo, un cristiano rico llamado Theognostes, al ver las virtudes de su esclavo, le permitió aprender a leer y escribir, y le dejaba visitar la iglesia siempre que quería, lo que Andrés hacía regularmente. Fue acrecentando su vida espiritual y su radicalidad evangélica le llevó a vivir como un loco por Cristo, a ejemplo de tantos otros santos que hallaban en la “locura” una manera de imitar a Cristo, el loco de Amor. Es muy probable que haya llegado a su conocimiento la prodigiosa vida del paradigma de los “locos por Cristo”: San Simeón el Salo (1 de julio).

Fuera por opción, o por una conminación divina, un buen día mientras iba a por agua, se arrancó la ropa, para no querer vestirla más, y comenzó a hacer locuras, a la par que gritaba el nombre de Cristo. Su amo, pensando que realmente estaba loco, le ató con una cadena y lo llevó a la iglesia de Santa Anastasia la Pharmakolitria (25 de diciembre), santa famosa en milagros, para que esta le sanara. Pero claro, no hubo “curación”, así que Theognostes le dio la libertad, pues como esclavo no le servía para nada. Andrés comenzó a vivir de limosnas, predicando a Cristo, ganándose las burlas y los desprecios de la gente. A la par, fue creciendo en la gracia y obteniendo dones, como el discernimiento de espíritus, o exorcizar a los demonios.

Además, gozó de varias visiones y consuelos divinos. La más importante fue en la iglesia de las Blanquernas, eran las cuatro de la mañana y los fieles cantaban el oficio litúrgico, cuando vio abrirse el techo y bajar del cielo a la Santísima Virgen, que oraba y lloraba por todos los cristianos del mundo, pidiendo a Cristo que aceptara sus súplicas por todos. Mientras, cubría con su manto a los que oraban en la iglesia, como signo de protección. Sería una imagen equivalente a la Madre de Misericordia que los occidentales conocemos, que nace en Italia en el siglo XII. Esta leyenda se ha fundido con la de otra visión, ocurrida el 1 de octubre, en que fue vista la Madre de Dios protegiendo a Constantinopla de un ataque de los eslavos, dos siglos después. Por esta fusión de portentos es que algunas iglesias orientales celebran la Fiesta de la Protección de la Madre de Dios el 1 de octubre y colocan la memoria de San Andrés el Loco a 2 de octubre.

Otras visiones e intervenciones divinas tuvo, como cuando vio una serpiente enroscada en la garganta de un monje avaro, que tenía fama de espiritual y santo. Al verle le recriminó su velado vicio por las riquezas, revelándole lo que veía. El monje se humilló y ante sus ojos apareció la visión de la serpiente, que no desapareció hasta que dio a los pobres sus riquezas ocultas. En otra ocasión hablaba con su discípulo Epifanio sobre la salvación del alma, cuando el demonio se acercó a este y le distraía con pensamientos vanos. Andrés conminó al diablo a marcharse, pero este antes tuvo que revelarle que la humanidad ya casi era peor que el mismo diablo, que eran irrefrenables en sus pecados, con los que vivían y justificaban. Se regocijaba el maligno de poseer a personas consagradas y espirituales. El santo, luego de oírlo, sopló sobre él y el demonio desapareció.

Un día se topó un gran y espléndido funeral en la ciudad, y junto al cadáver se arremolinaban pequeños diablillos, que se reían de los que lloraban al difunto. A la par, un bello joven, lloraba tras los diablos, sin que nadie les viera. Reveló el joven a Andrés, que era el ángel custodio del difunto, un hombre pecador que vivía entregado al demonio, matando, robando, corrompiendo a jóvenes. Que se había perdido para siempre, y por eso los demonios se reían de los que acompañaban al muerto, pues el fastuoso funeral era en vano.

También, como San Pablo (29 y 30 de junio, 25 de enero, 18 de noviembre), fue arrebatado al cielo en vida: una noche mientras dormía en su sitio preferido, un muladar y rodeado de perros callejeros, se le apareció su ángel y le llevó al paraíso, donde permaneció 15 días, contemplando la belleza y perfección de Dios y de los bienaventurados. Adoró a Dios con los santos, entre los serafines, el cual le dijo palabras únicas, intraducibles para los hombres. Volvió a la tierra lleno de amor de Dios y de deseo de morir para gozar de Dios definitivamente. Finalmente, después de una vida de ascética hasta el extremo, Andrés entró en la gloria el 28 de mayo de 911.


Fuentes:
-"Constantinopla 1453: mitos y realidades".  PEDRO BÁDENAS DE LA PEÑA, INMACULADA PÉREZ MARTÍN.
-"Locos por Cristo". PETER HANS KOLVENBACH. S.J. Colección Manresa, 20.
-"Los testigos están entre nosotros". MARIE-JOSEPH LE GUILLOU. Ebook. 2013.



A 28 de mayo además se celebra a:

San Teódulo Estilita
San Jorand de Bretaña,
ermitaño
.
San Valentín,
niño mártir.




domingo, 4 de mayo de 2014

Nuestra Señora, la Isthar del Lledó

Nuestra Señora del Lledó
en su camarín.
Escribo hoy sobre una advocación mariana que me toca de cerca, por el sitio donde vivo: La Virgen del Lledó o de Lidón, que se venera en Castellón de la Plana, España. Es algo que he querido hacer desde hace tiempo, pero que he ido postergando. Y digo "escribo", porque aunque los datos los tomo de la web oficial del santuario (http://www.basilicadellledo.es) el resumen y redacción son míos. Y vamos a ello:

Nuestra Señora, Santa María del Lledó. 4 de mayo.

El nombre "lledó":
Es un término ambiguo, pues una interpretación dice que proviene del "lledoner" (almez), un árbol muy extendido en las tierras castellonenses. Otra interpretación sostiene que "lledó" es una corrupción de "Lugdunum", antiguo nombre celta de la región. Aunque en diferentes nombres "lledó" (nombre común) y "El Lledó" (nombre propio) aparecen en documentos antiguos, la versión más extendida (que no la más certera), es la del origen botánico, que apoyaría la historia-leyenda que veremos posteriormente.


El santuario:
El documento más antiguo sobre la devoción es de 1375, y es una autorización al Consell Municipal de la Villa para que se pueda celebrar misa diariamente en la iglesia de Lledó (así, como nombre del lugar). Esto habla sin duda, de una devoción ya establecida, aunque este documento no alude a advocación alguna, ni a la historia de la imagen u origen de la devoción. Un documento de 1385 trata sobre el nombramiento de su propio cura encargado o beneficiado, para el santuario, que es más que una simple ermita o humilladero. Otro hito documental importante es de 1405, en el cual se muestra la oposición del Consell a la administración del santuario por parte de los cartujos (1):
 “La dita Ecclesia de Madona Sancta Maria del Lledó, dicen los Jurados, és estada regida e administrada per la dita Vila (…) del temps de la conquesta ençà”.

Es decir, que lo menos desde el siglo XIII, la villa cuenta con este santuario mariano, independiente de la parroquia de Santa María, aunque sin un título especial, sino que simplemente toma el nombre del lugar "El Lledó", junto al camino preromano llamado, aún hoy "el Caminás". Sería posterior el hallazgo de la imagen al hecho de un sitio de culto mariano en el lugar, del que algunos apuntan existiría tal vez desde los tiempos mozárabes, mucho antes que de la reconquista por parte de Jaime I, pues el documento anteriormente citado no dice que el santuario date de este momento, sino solo la administración, con lo cual puede intuirse fuera anterior a Jaime I.

La imagen:
imagen de seis centímetros de altura, desnuda, de gran tosquedad, mutilada por el plano que pasa por las caderas. Cabeza con pérdida de toda la sien izquierda, algún día separada y hoy pegada nuevamente al cuerpo. Ojos hundidos, nariz de base ancha y gran prognatismo de maxilares. Brazos plegados y cruzados sobre el pecho, con mano derecha más corta y ocultada en parte debajo de la izquierda”.

Así la describe Sánchez Gozalbo, que pudo estudiarla y custodiarla unos días en tiempos de la guerra civil. Y así tal cual nos ha llegado. Y es que esta imagen mariana, discordante con cualquier canon de imaginería cristiana, tiene sus orígenes mucho antes del cristianismo.

El doctor Joaquín Campos Herrero, la describe así:
Su altura, desde la base de sustentación que parece corresponder a la región hipogástrica, hasta el extremo del gorro con que cubre la cabeza, es de 7 cm aproximadamente. Aparece mutilada en región fronto-parietal izquierda. Se adivina la casi total ausencia de frente, debido al elevado nivel de arranque de la nariz, en la que se han cuidado detalles como los orificios nasales y plano anterior a modo de base triangular ancha. Los cabellos han sido tratados a base de incisiones que caen hacia el torso y cubren la parte anterior de los hombros".

(...) destacan, tanto por su belleza como por la riqueza simbólica que encierran, un brazalete en la muñeca izquierda compuesto por dos trapecios unidos por su base menor. Su amplitud supera la anchura de la muñeca y tiene carácter exclusivamente frontal. Ha sido cincelado en el propio alabastro y es de considerable relieve. Es, pues, el signo más antiguo de cuantos hemos reconocido, contemporáneo forzosamente con la figura. En el centro del antebrazo derecho, que se encuentra a menor altura, hay grabados intensamente dos rombos, en posición vertical, unidos por su vértice. En el centro del pecho un orificio sirve de eje a un asterisco.  Este jeroglífico no se percibe en su totalidad, ya que desaparece parcialmente en los cuadrantes de la derecha”.

Es decir, que se nos describe un idolillo de los tiempos "paganos", correspondiente a Isthar, la diosa madre. Astarté de los fenicios y predecesora de Afrodita de los griegos y Venus de los romanos. El doctor Joan Llidó Herrero, la data de entre el 5.506 y el 73 antes de Cristo. En 1986 se realizó el último estudio, despojándola del "manto" metálico (hoy repuesto, de oro) que le cubre la espalda y brazos, dejando ver una figura de alabastro blanco, que aparece vestida (contrariamente a lo antes creído, que era desnuda) con una túnica de mangas largas.

Grabado popular. Siglo XIX
La imagen pagana, ¿desde cuando es María?
La asimilación con María, la Madre de Dios, tiene su miga, porque no es común que en los siglos XIII o XIV, la Virgen María se represente sola, sino que siempre va unida al Hijo y a este se dirige, como centro que es. Inmaculadas, Dolorosas, Asunciones como imágenes exentas de algún contexto pictórico y como centro del culto son posteriores a estas fechas tan tempranas. Y más curioso aún por la persistente costumbre de llamar en estas tierras "Mare de Déu" a María, más que "la Virgen"; o sea, siempre en unión al Hijo y a Él haciendo referencia.

Vamos, que iconográficamente hablando, esta imagen tradicionalmente hallada en el siglo XIV, es lo menos parecido a la Virgen María que hay. Solo había que comparar con las existentes, y encontradas en España durante esos siglos, como para dudar. Más aún, creyéndose como se creía hasta hace poco, que estaba desnuda. Y más difícil aún que la Iglesia hubiese aprobado su culto tan pronto, sin más razones que un supuesto hallazgo. Eso, y que los castellonenses no eran tan burros, ni tan necesitados para aceptar sin más que aquello era la Virgen María, tan ajena a lo que veían diariamente; no eran los tiempos en que cualquier cura o devoto ponía una espantosa imagen de fibra de vidrio en una iglesia y todos la veneraban y punto.
 
Es por eso, que la tesis que apoyan algunos es que es una imagen cristianizada mucho antes que en el siglo XIV, con una larga historia de devoción castellonense, más allá de los 10 ó 12 años previos al primer documento oficial, como para que el Consell la defendiese y la asumiera, sustituyendo la que se veneraría en el santuario que poseía "del temps de la conquesta ençà". Lo más probable es que se trate de un santuario e imagen asumidos paulatinamente por el cristianismo. Una imagencilla de culto doméstico, que fue ganando importancia y a pesar de no casar con los cánones del momento, fue asimilándose como la Madre de Dios, sin más títulos hasta que toma el nombre del sitio: "el Lledó". Ni la tenaz reforma de Trento, que depuró las imágenes y devociones poco dignas de la Virgen y los Santos, fue capaz de acabar con este culto.

¿Y la leyenda del hallazgo?
Pues esta leyenda nos dice que, en 1366, el labrador castellonense Perot de Granyana, estaba arando con sus bueyes, cuando estos se detuvieron frente a una losa, debajo de un "lledoner" (almez). Intentó forzarlos, con lo que removió una raíz del árbol y halló una pequeña figura de la Madre de Dios, de unos 6 cm de alto. Y nada más. Era un relato creíble (se pensaba formaba parte de la obra “Llibre del Bé e del Mal de la Ciutat de València"), hasta que análisis del lenguaje, comparaciones y estudio de la escritura, desvelaron, en 1966, que este texto era un documento tardío, del siglo XVII, que pretendía hacerse pasar por medieval. Y lo confirma el estudio de un facsímil de 1777 de dicha obra, donde no aparece el hallazgo de la Virgen del Lledó.



Otro texto, del historiador Rafael Martí de Viciana, siglo XVI, incluido en su "Crónica de la ínclita y coronada Ciudad de Valencia y su reino", sí que sería el más antiguo conocido, recoge el hallazgo, aunque no dice fecha alguna de dicho hallazgo, ni se apoya en otro documento, ni ninguno de la época narra esta tradición:
Además, en la huerta de dicha Villa hay un ermitorio bajo el título de Nuestra Señora del Llidó, que fue fundado hace muchos años de esta manera. Pedro Granyana, labrador, tenía un heredamiento en el cual araba con un par de bestias y arando, con la punta de la reja levantó y movió una piedra de mas de cuatro quintales de peso y bajo la piedra vio una imagen de piedra de alabastro de Nuestra Señora la Madre de Dios. Y como la viese se turbó de aquel misterio y luego dio aviso de ello a los regidores de la Villa y, con los clérigos, fueron allá y tomaron la santa figura y le dedicaron el altar bajo el título de Nuestra Señora del Llidó, porque había un árbol plantado en aquel campo, que en éste Reino llaman llidoner. Esta iglesia ha sido labrada y aumentada por los de la Villa y es muy frecuentada y venerada por los devotos y la Señora les alcanza grandes mercedes del Señor, según de los milagros habidos tienen escritos en libros de la casa y en insignias puestas en la Iglesia”.
"Paso por el manto"

Inventarios de los siglos XVI y XVII, ya hablan del hallazgo como cosa oficial. Y el de 1638 habla de dos imágenes, cada una con sus coronas y atuendos, inserta la pequeña en la grande, tal como la vemos hoy en día, al gusto de la época barroca.

Y ya toda la historia del santuario, milagros, cultura y tradiciones se hace muy pesado para un blog simple como este. Solo cerrar con algunos datos breves sobre la imagen y advocación:

8 de noviembre de 1922: Pío XI la proclama oficialmente patrona de Castellón.
4 de mayo de 1924: Coronación canónica, por manos de Francesc Vidal i Barraquer, obispo de Tarragona. A partir de entonces, el primer domingo de mayo es su festividad principal.
1936: Durante la guerra fue enterrada en el campanario de la iglesia de San Vicente Ferrer de Castellón. En 1938 regresó al santuario dentro de otra imagen, pues la del siglo XVI había sido destruida por los comunistas.
1983: San Juan Pablo II proclama el santuario como basílica menor.
4 de mayo de 2008: I Año Mariano de Lledó, instituido para siempre cada vez que este día caiga en domingo, como es este año 2014, en que celebramos el II Año Mariano de Lledó.


A 4 de mayo además se celebra a
San Ricardo Reynolds, brigidino mártir.
San Judas Ciriaco, obispo y mártir.
Santa Bertha de Kent, reina.



(1) En 1397, Benedicto XIII, el papa Luna, había anexionado la parroquia de Castellón, sus bienes y rentas, al monasterio cartujo de Vall de Crist, y el prior de este monasterio castellonense quedó constituido párroco y administrador de los bienes de la Iglesia. Es ahí cuando pretente administrar el santuario del Lledó y el Consell municipal se le opone, ganando el pleito, por no ser el santuario propiedad de la Iglesia. Este gobierno de los cartujos duraría hasta 1835, con la supresión forzada del monasterio y las órdenes religiosas.

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